viernes, 16 de agosto de 2024

Un antiguo testimonio de la fiesta de la Virgen del Carmen en el pueblo de La Tirana en el año 1906. Comparando el ayer y el hoy.

 Introducción.

He recibido hace pocos días de mi amigo museólogo Branko Marinov Martinic, desde la República Argentina donde reside, copia de un viejo artículo publicado en la revista Zig-Zag en el año 1906. Con valiosas fotografías de la época  (de hace 118 años), el texto nos ha parecido de gran interés no solo desde un punto de vista propiamente histórico o antropológico, sino también para poder apreciar lo que en su época significaba la fiesta de la Virgen del Carmen entre la poblaciones cercanas a la Tirana en el Tamarugal. Su texto tiene ciertamente relevancia para el folklorólogo, pero también para el historiador, el sociólogo, el teólogo y en forma especial, para la comunidad católica de Tarapacá hoy en día. 

El texto que aquí reproducimos in extenso, con las antiguas fotografías tomadas en su momento, está redactado con el sistema ortográfico que regía en su época, el  que seguía la normativa propia  de la gramática de don Andrés Bello (1).

Fig.1.   Copia del breve artículo aparecido en la revista Zig-zag de Santiago de Chile en el año 1906.


Reproducción del texto del artículo  (las Notas son nuestras). 

 "La Tirana es un caserío situado en un oásis de la Pampa del Tamarugal, a dieciséis kilómetros al oriente de Pozo Almonte (2). En la medianía del siglo pasado llegó a tener relativa importancia porque allí se beneficiaban los ricos metales cuyos relaves de buena lei se han aprovechado ahora con buenos resultados (3).

Con el impulso dado al salitre (4), principió a decaer y hoi tiene apenas unos cincuenta habitantes (5) que se dedican a la crianza de cabras y al cultivo de unos canchones de las cercanías (6) que producen excelentes melones.

En este punto  es donde la imaginación popular (7) dio forma al culto a  la Virjen del Carmen, que es la Patrona (8) , devoción que ha ido en aumento favorecido por inopinados milagros y el empeño del Iltmo. obispo señor Carter, vicario de la provincia (9).  Este digno prelado ha tenido especial interés en rodear el Santuario que se le ha erigido a la divina imajen (10),  de cierta majestuosa novedad para estimular la fe. Todos los años acude personalmente con un séquito de sacerdotes, y ha hecho colocar, de kilómetro en kilómetro, desde Pozo Almonte, una serie de cruces de  fierro, de  cuatro metros de altura, que señalan el camino por la árida pampa, y parece darles aliento para soportar las  fatigas de la recia travesía. Con el incentivo de la fe y la carencia de distracciones que hai en la zona del salitre, la concurrencia sigue aumentando cada vez.

La fiesta se celebra el 16 de julio (11) y pone en movimiento a los centros salitreros, particularmente a los bolivianos, que son lo que acuden en mayor número. También van muchos comerciantes con diferentes negocios (12), y no pocos empleados y administradores (13) con sus familias. Lo que más atrae a los curiosos son las cuadrillas de morenos (14), incansables para sus bailes estravagantes; y entre los objetos místicos que se exhiben, las famosas cintas multicolores con la medida (15)  de la Virjen, que tienen mucha demanda. La empresa de ferrocarriles salitreros pone esos días trenes especiales para el transporte de los asistentes (16). Las instantáneas que presentamos, han sido tomadas durante las últimas fiestas,  que atrajeron una concurrencia de más de 5.000 almas (17)".(Revista Zig-zag, Santiago de Chile, año II- N° 79 - Agosto 19 de 1906;  las Notas son nuestras).    

 

Ampliación de las  fotografías que acompañan el texto  (1906).

Fig. 2.   Fotografía de la imagen en ese año (1906).  Al pie se puede leer:  "Virgen de la Tirana, ruega por nosotros". Probablemente, se trata de una estampa de la época, que podían adquirir los peregrinos.

Fig. 3. La multitud de peregrinos, entrando al templo.


Fig. 4. Los peregrinos en la estación de ferrocarril esperando la llegada del tren.


Fig. 5. La multitud en la zona de la explanada del templo a la caída de la tarde.

Fig. 6.  La imagen actual de la Virgen del Carmen en su santuario de La Tirana. (tomada de Internet). 


Fig. 7.  Frontis de la iglesia de la Tirana tal cual luce hoy. (imagen tomada de Internet).


Fig. 8.  Abigarrada multitud de peregrinos  en la explanada  frente al Santuario  de la Tirana. (foto reciente tomada de Internet).


Notas nuestras al texto.

(1)  La "ortografia chilena" fue ideada por el lingüista y jurisconsulto  venezolano don Andrés Bello López  (Caracas, 1781 - Santiago de Chile, 1865) quien es considerado por sus obras como el primer "Tratadista de Derecho Internacional" en lengua castellana. Junto con el escritor colombiano Juan García del Río, publicó en la revista "Biblioteca Americana" en el año 1823  un trabajo editado en español en Londres con el título: "Indicaciones sobre la conveniencia de simplificar y uniformar la ortografía  en América". Su objetivo era crear una correspondencia real entre fonemas y grafemas, simplificando así -se pensaba-  la ortografía  decimonónica.   Su propuesta fue incorporada en varios países de América del Sur y en Chile, su uso  perduró  hasta aproximadamente el año l927. A su audaz propuesta, que hoy nos parece tan insólita,  finalmente se impuso la reglamentación indicada por la Real Academia Española  (RAE).

(2)   La localidad de Pozo Almonte situada a unos 1.000 m de altitud en plena pampa,  recibe su nombre de un antiguo pozo salitrero cuyo dueño fuera don Manuel Garrocho de Almonte. Este nombre aparece por vez primera en el famoso plano de Tarapacá publicado por el químico británico William Bollaert en 1851.

(3)  Por "relaves mineros", se entiende la existencia de sólidos finamente molidos, producto de la lixiviación, y que en su momento son descartados en las operaciones mineras por su escaso contenido en metal. Debido a  su tratamiento mediante el empleo de grandes cantidades de  ácido sulfúrico, estos relaves están fuertemente contaminados. Se calcula que hoy día existen en el país unos 764 depósitos inactivos  de relaves mineros, encerrados en tranques o embalses de dudosa resistencia (Cfr. SERNAGEOMIN, 2022). Tales concentraciones de material peligroso, en las cercanías de poblaciones humanas y en un país altamente propenso a los terremotos y avenidas como el nuestro, constituyen un peligro real a futuro. Peligro real derivado de la acción de posibles sismos, o de períodos muy lluviosos. Viajando desde Rancagua al mineral de El Teniente (VI Región), explotado hasta el día de hoy, es posible ver,  a la orilla del camino, no menos de cinco o seis embalses, escalonados en descenso, que contienen millones de toneladas de relaves altamente tóxicos. Con el objeto de ir eliminándolos poco a poco, se estudia hoy formas concretas de extracción y re-aprovechamiento técnico de tales depósitos cercanos a centros poblados. (CFr. Comisión Chilena del Cobre, Ministerio de Minería, Gobierno de Chile, "Monitoreo del estado de los relaves mineros en Chile", DEPP 29/ 2022).

(4)   Por esas fechas (hacia 1908-1910), existían en el Norte de Chile (entre Tarapacá y Antofagasta) alrededor de 118 Oficinas salitreras, que ocupaban unos 46.500 operarios. Fue éste el momento de su máximo auge.  En ese tiempo,  sus dueños eran, en su gran mayoría,  alemanes, ingleses, eslavos o italianos. Es bien sabido que el descubrimiento en Alemania del salitre sintético hacia el año  1913, por obra de  Fritz Haber y Carl Bosch, acarreó la decadencia casi inmediata de la explotación del salitre chileno, acentuada por el inicio de la Primera Guerra Mundial (julio 1914). Las últimas Oficinas salitreras de Tarapacá terminan por cerrar, como "Humberstone" en 1958,  y "Santa Laura", en 1969.  Por fin,  la Oficina "Victoria" será la última en clausurar  definitivamente en la provincia de Tarapacá,  en el año 1979. Las dos Oficinas "Humberstone" y "Santa Laura", próximas a Iquique, fueron declaradas por la UNESCO "patrimonio de la Humanidad" en el año 2005 y hoy son administradas por la "Corporación Museo del Salitre". Esta declaración oficial y su actual protección en su calidad de museos vivos, evitó su fatal desmantelamiento, como ocurriera por desgracia con todas las  demás Oficinas, incluyendo la Oficina Victoria. 

(5)  En el pueblo de La Tirana viven hoy algo más de  800 personas, dedicadas en su mayor parte  a la atención de pequeños negocios de abarrotes, tiendas de artículos religiosos o restaurantes de paso, para atender a  los viajeros que viajan a Pica y Matilla. Salvo durante la larga semana dedicada a la fiesta de la Virgen, el pueblo es sumamente tranquilo y alberga a gran número de jubilados de la ciudad de Iquique.

(6)  La zona de los "canchones"  productores de hortalizas  rodeaba al pueblito de La Huayca, a 16,2 km al Este del pueblo de La Tirana. El sistema agrícola de los "canchones" (o "chacras sin riego" o mahamaes) consistía en labrar paños cuadrangulares de unos 20-30 m de largo por 3-5 m de ancho donde,  gracias al alto nivel freático del agua subterránea,  se podía mantener siempre húmedo el terreno. Allí se cultivaba hasta la década del 1960 alfalfa, variadas hortalizas, sandías y melones  de gran aceptación en la zona. Los "canchoneros"  vivían a su alrededor en primitivas chozas hechas con muros formados por trozos recortados de "caliche".  Anualmente, los hortelanos se veían forzados a profundizar el canchón, extrayendo la porción superficial ya salinizada, y echándola a sus costados.  Este era el único cuidado que requerían los cultivos, pues la elevada humedad freática se encargaba del "riego" de las plantas.  Las gigantescas plantaciones de tamarugos (Prosopis tamarugo) realizadas en amplios sectores de la pampa para su reforestación por obra de la CORFO entre los años 1965 y 1975,  trajeron como consecuencia no deseada el rápido descenso de las capas freáticas de agua subterránea.  Nosotros mismos, en junio del año 1963, de visita en La Huayca, pudimos constatar la existencia de un pozo familiar de agua dulce, junto a una vivienda, cuyo espejo de agua apenas distaba unos 40-50 cm del suelo. Hoy día, allí mismo,  hay que excavar no menos de 12 a 15 metros para alcanzar el nivel freático. Las napas superficiales se han ido secando. Por esta razón, los canchones fueron siendo paulatinamente abandonados hacia fines de  la década del 1960 y, lamentablemente,  para siempre. Todavía hoy, en las inmediaciones del pueblito de La Huayca, es posible ver sus restos secos,  abandonados y cubiertos de chañares.  Uno de los trabajos científicos más antiguos y bien documentados sobre este tipo de canchones y su origen, véase en Brüggen, Juan,  1920, "El agua subterránea en el Norte de Chile",  Anales de la Universidad de Chile,  tomo 146,  319-340.

(7)   No fue tanto la "imaginación popular" -como aquí señala  el autor-  sino más bien la presencia de una antigua capilla en la zona, cuyas ruinas son visibles hasta hoy en la zona,  dedicada a la Virgen, lo que gatilló el atractivo original para establecer un centro de peregrinación. Los orígenes históricos de esta iglesia primitiva no son aún del todo claros. Haría falta realizar labores arqueológicas en su actual ruina, para esclarecer bien sus orígenes. Sabemos que la zona de la Tirana, rica en bosques de tamarugos y algarrobos, fue un temprano lugar de laboreo de la plata procedente del mineral de Huantajaya. El sistema de los buitrones fue aplicado aquí para la refinación de la plata.  Este exigía, primariamente, la quema de mucha leña. Agua abundante a poca profundidad y presencia de leña en abundancia, fueron los dos requisitos básicos que determinaron la elección del sitio. Los testimonios elocuentes  tanto  de  John Blake como de William Bollaert (cf. infra) son una prueba al canto.  Sabemos que la patrona de la iglesia del mineral de Huantajaya era la Virgen del Carmen (Vea Figs 6 y 7). La capilla más antigua en el sitio de La Tirana, por lo que se sabe, no habría estado originalmente dedicada a la Virgen del Carmen sino, probablemente, a la Virgen de la Candelaria de  Copacabana  o a Santa Rosa de Lima. Habrían sido muy probablemente los antiguos mineros de Huantajaya quienes piadosamente trasladaron su imagen y su culto desde el mineral a La Tirana, cuando la iglesia de madera del mineral -al igual que su población- fuera totalmente desmantelada a comienzos de  la década del 1890. (Vea Figs. 8 y 10). A la sazón, el antiguo mineral de plata de Huantajaya, intensamente explotado durante todo el período colonial, se encontraba ya casi desierto.  Numerosos socavones y piques profundos son hoy día el único testigo y vestigio de su antigua riqueza.  Por esas fechas, el mineral ya era considerado como  prácticamente agotado. 

Por tal motivo, Darwin, en su visita a la zona de  Iquique y la salitrera "La Noria" en el mes de julio  del año  1835, consideró innecesario visitarlo por cuanto ya en esa época se encontraba casi deshabitado.  No pocos -cuando no la mayoría- de los operarios de Huantajaya eran de origen aimara y provenían de las quebradas y/o del cercano altiplano boliviano portando consigo sus tradiciones y ritos y, entre ellos, sus bailes.  El origen histórico de algunas de la cofradías  más antiguas de bailes  que acuden a La Tirana hoy día, se habría de buscar seguramente en Bolivia (Oruro)  y sus minerales.  

El fenómeno religioso que se observa en la fiesta de la Virgen del Carmen en la localidad de La Tirana  es de tal naturaleza  ha llegado que ha llegado a crear, de facto, una suerte de "imaginario colectivo",  en expresión de su  autor y difusor, el filósofo y sociólogo francés Edgar Morin   (1921-...?) 

Fig. 9.   El pueblo de Huantajaya y su iglesia  (foto ca. 1880?).

Fig. 10.  Fachada de la iglesia del mineral de Huantajaya  hacia 1885 (?), construida íntegramente de madera. Damas de luto riguroso con sus amplios vestidos hasta el suelo.  Tal vez así vestidas para asistir a un funeral.



Fig. 11.  Vista de la calle principal de Huantajaya con vista a la iglesia (al fondo). Todas las construcciones son de madera donde se empleó profusamente el pino oregón o pino de Douglas (Pseudotsuga menziesii) traido como lastre en los barcos desde los Estados Unidos. Fechada el 21-07/1889.


Fig. 12.  Otra vista de la calle principal del pueblo minero de Huantajaya en el mineral del mismo nombre. ¿Década del 1880?. (Tomada de Internet).


(8)  Ya hemos indicado más arriba que la veneración a la imagen de la Virgen del Carmen habría pasado -según sospechamos- del mineral de Huantajaya a La Tirana, siendo los indígenas y/o mestizos oriundos del altiplano boliviano  y de las quebradas tarapaqueñas los portadores y transmisores de esta veneración, manifestada inequívocamente  en sus cofradías de  bailes, sus ritmos, su atuendo y el uso de  máscaras y aerófonos. El sociólogo Juan van Kessel, uno de los estudiosos más serios de los Bailes Religiosos del Norte Grande  de Chile,  cree descubrir en esta devoción mariana,  un atisbo o supervivencia del culto a la Pachamama  o Madre Tierra. O, si se prefiere, una transposición de su ancestral veneración a Pachamama a la Virgen María, imagen propia de la religión cristiana de los conquistadores. En uno de sus trabajos, señala al efecto: 

"El dogma mariano tuvo una buena acogida entre los aymaras cuando los misioneros españoles lo introdujeron en estas regiones. Sus características más homogéneas con el mito de la Pachamama, resultaron más acentuadas  en  la nueva religión popular (de indios mestizos) y dieron finalmente origen a la típica devoción mariana de los grandes santuarios populares del Norte Grande de Chile"   Cf. Van Kessel, 1975: "Supervivencias prehispánicas en un verso religioso popular en el Norte de Chile", Revista "Norte Grande", Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Católic de Chile, Tomo I, Nº 3,  427-436, especialmente el párrafo "Pachamama-María" en pg. 431). 

Hacia mediados del siglo XIX, no tenemos aún noticia segura de la existencia de un culto a la Virgen María en alguna capilla o iglesia en el sitio de La Tirana.  William Bollaert,  el ensayista de metales del mineral de Huantajaya, en su notable descripción de la provincia de Tarapacá fechada en 1860, trae noticias muy interesantes de tipo histórico, arqueológico y etnográfico de toda la provincia de Tarapacá  que recorriera  palmo a palmo para cumplir con un encargo específico del entonces intendente de Tarapacá,  don Ramón Castilla y Marquesado (1797-1867). En el trabajo citado, se incluye dibujos notables de su acompañante inglés, el dibujante George Smith, figurando también, además de Huantajaya con su iglesia y cementerio, la imponente iglesia de Matilla. Existe, sin embargo,  en esta amena y detallada descripción una única y valiosa referencia a "Tirana". Se trata en efecto de un excelente dibujo de George Smith que muestra claramente la forma  de explotación de la plata mediante el sistema de buitrones cuyo laboreo en La Tirana es dibujado en forma esmerada. El dibujo muestra, en efecto,  hasta los más mínimos detalles de la instalación en un sitio bien amurallado, un pozo de donde sacan agua en grandes tinajas de greda y los buitrones. Bollaert,  en cambio, nos relata  minuciosamente otra  festividad religiosa, la de Nuestra Señora de la Candelaria (2 de febrero), celebrada en el pueblo de Macaya por sus habitantes aimaras. Bollaert residió en Tarapacá en dos ocasiones: primero, entre 1925 y  1931  y,  años más tarde, entre 1854 y 1859. De haber existido en ese período de  tiempo algún importante centro de peregrinación en La Tirana, ciertamente éste no habría escapado a los ojos del agudo observador Bollaert y de su dibujante G. Smith. (Cfr. nuestra traducción y transcripción de la Descripción de Bollaert publicada en  la revista de geografía  "Norte Grande", Instituto de Geografía de la Universidad Católica de Chile,  Vol. I,  Nº 3-4  pàg.  459-478; vide en especial  p.  477  y figuras).

El Diccionario  Jeográfico de Chile de don Luis Riso Patrón (1924) en su entrada sobre  "La Tirana", se refiere únicamente a la antigua explotación del mineral de plata de Huantajaya en el lugar. Nada nos dice sobre la fiesta y el centro de peregrinación. ¿Por qué?... En cambio, bajo el término "Andacollo" hace especial referencia a la celebración de la Virgen en su santuario en los siguientes términos:  "....tiene una hermosa iglesia parroquial en la que se venera una imajen de la virgen del Rosario, en cuyo honor se celebra una festividad el 26 de diciembre de cada año, a la que acuden, desde largas distancias en romería, multitud de devotos a presentarle ofrendas valiosas en oro, plata y joyas..."  (1924: 31).  No deja de ser extraña esta omisión dada la importancia del Santuario en su tiempo.

(9). El vicario apostólico don Guillermo Juan Carter Gallo (1842-1906)  estuvo a cargo del Vicariato de Tarapacá entre los años 1895 y 1906. Según creemos, muere ese mismo año.  La erección de este Vicariato, desmembrándolo de la arquidiócesis de Arequipa (Perú), tuvo lugar a partir del año 1880,  como consecuencia de la guerra del Pacífico entre Chile y Perú. 

(10)  El epíteto de "divina" es aquí un lapsus involuntario del periodista. Para los católicos, la Virgen María  merece particular respeto y afecto, por su calidad de madre de Dios, pero nunca adoración. Porque la adoración solo se tributa a la divinidad. "Veneración" es el término correcto que se aplica  al piadoso recurso de los fieles a María en todas sus necesidades. 

(11)  La fiesta de la Virgen de Copacabana se celebra el día 5 de agosto. Su culto, iniciado hacia 1583, es uno de los más antiguos en América. Su origen es magistralmente descrito por Fray Antonio de la  Calancha (1584-1654), monje agustino residente en Potosí. La celebración de la Virgen del Carmen, en cambio, se celebra el día el 15 de Julio.

(12)  Ese día de la fiesta, multitud de comerciantes de todos los rubros  imaginables, se dan cita en  los alrededores del santuario para hacer su propio negocio. Desde una variada oferta de alimentos y bebidas, hasta toda clase de objetos religiosos, imágenes, estampas,  rosarios o medallas de la Virgen. 

(13)   En efecto, no pocos administradores de las Oficinas salitreras de Tarapacá se hacían presentes, con sus familias, en esa gran fiesta mariana.  La fiesta acogía -igual que hoy día- a pobres y ricos por igual. Pero son por lo general los obreros y sus familiares  los que hacen las "mandas" por las que se comprometen  a bailar por algunos años, en honor a la Virgen, en alguna de las muchas cofradías o "bailes" religiosos. Estas "mandas"  -que son de facto aceptadas (o toleradas) por la Iglesia jerárquica- conforman la promesa o el compromiso de la persona de participar activamente en un determinado baile en el Santuario, a cambio de la obtención de la salud de algún familiar querido. Viene a ser una forma de expresión concreta del "do ut des"  ("yo doy, para que tú  me des"),  forma  de reciprocidad  o de acuerdo tácito y personal  que establece el fiel cristiano con la divinidad a cambio de un determinado favor solicitado. El Catecismo de la Iglesia Católica en su párrafo 2101, establece la forma de hacer tales compromisos por devoción y/o amor a la Virgen. El "do ut des" ha sido una forma tradicional de actuar en muchas religiones frente a la divinidad omnipotente, para lograr de ella determinados favores.

 En los Santuarios católicos en diversos países de América del Sur son hoy muy frecuentes las "mandas". En Chile se puede observar las "mandas" o promesas, algunas de las cuales involucran  ciertas formas de sacrificio corporal de los penitentes, particularmente en  los Santuarios de Las Peñas (Arica), La Tirana (Tarapacá), Andacollo (Coquimbo), Lo  Vásquez (camino a Valparaíso) y  San Sebastián (Yumbel, Bío-bío). Una de estas formas concretas de "manda" o sacrificio,  es, precisamente, el compromiso de bailar como "promesante" en una cofradía  y por cierto período de tiempo  en honor a la Virgen en su Santuario.

(14)  Los bailes denominados como "Morenos" son, al parecer, los más antiguos. Están éstos conformados solo por familiares; son pequeños pero de larga tradición.  La denominación de "morenos", parecería, a primera vista,  aludir a su posible origen colonial: los esclavos negros traidos del Africa durante todo el período de la Colonia. Sin embargo, se sabe que en Tarapacá estaban constituidos mayoritariamente por familias de obreros de las Salitreras y sus descendientes hasta el día de hoy.  Según lo declarado por un caporal consultado al efecto, este baile buscaría representar "la defensa que hicieron los animales del sepulcro de Jesús". 

(15)  Se hace aquí referencia a una "medida" de la Virgen presente en las cintas multicolores...¿Se trataría aquí, tal vez,  de alguna insignia o imagen representativa de la Virgen del Carmen  impresa en las cintas de antaño?.  Tal vez... No nos queda claro el sentido exacto de esta expresión. En todo caso, es evidente que se señalaba así un cierto objeto representativo de la imagen, que sus devotos procuraban adquirir antes de abandonar el Santuario, como perenne recuerdo de su visita.  Sobre las características físicas propias de la actual imagen de la Virgen en su santuario de La Tirana, síntesis de su historia, su atuendo  y su custodia actual, véase el documento: "Equipo gestión (2019), Notas básicas de la imagen de la Virgen y su  custodia", Museo de la vivencia religiosa del Norte Grande, Versión PDF, La Tirana, Iquique, (www.museovivenciareligiosa.cl).

La veneración a la Virgen del Carmen en América tiene una venerable antigüedad. La Orden religiosa de los Carmelitas que trae consigo la imagen, llega a América  en el año 1585, siendo la orden dominicana (los "dominicos") los primeros en llegar hacia el año 1526 a México en tiempos de Hernán Cortés. La Orden del Carmelo fue fundada  por el religioso y ermitaño inglés San Simón Stock en el año 1215  y fue aprobada por el Papa Honorio III en el año  1226. Su nombre deriva del  Monte Carmelo, elevación de unos 550 m que se alza en el distrito de Haifa, con vista al mar Mediterráneo, hoy en Israel. Su nombre deriva del árabe (Krm-El) )  y significa  "viñedos de Él (Dios)".  La tradición dice que un grupo de ermitaños (¿tal vez monjes-cruzados participantes de la primera Cruzada?), habría fundado en este monte la Orden religiosa de los Carmelitas. En dicho monte se construyó tempranamente un monasterio donde se veneraba la imagen de María bajo la advocación de El Carmelo. Siglos más tarde, en  el año 1562,  Santa Teresa de Avila y San Juan de la Cruz reformarán la antigua Orden, estableciendo, con autorizacion del Papa Gregorio XII, la Orden de los (y las) Carmelitas Descalzos con una nueva Constitución y Reglamento.

En las famosas cuevas de este mismo Monte Carmelo, se descubrieron en el año 1932 restos óseos de individuos Neandertales y se estableció allí el hallazgo de  actividades humanas primitivas datadas en 600.000 años.

 (16)  El tramo del ferrocarril salitrero que conectaba la localidad de  Pozo Almonte con la estación de Pintados debió ser desactivado a mediados de  la década del  1970 cuando todas las oficinas salitreras más cercanas empezaron a clausurar en forma definitiva.   

(17)  Las cifras recientes de asistentes a la  fiesta en La Tirana, entre curiosos y fieles peregrinos, ascienden a más de 250.000 (año 2024).  Se establecen allí, con días de anticipación para lograr la mejor ubicación, en los alrededores del Santuario, infinidad de carpas de todos los colores y formas. Carabineros de Chile destaca un grupo especial  de vigilancia, para evitar robos y  desmanes y controlar la venta de licor. Hoy día ya no hay acceso por ferrocarril, como en los tiempos del salitre, pero las vías son expeditas y, para los peregrinos caminantes  -que son muchos-,  hay rutas laterales especiales, bien definidas y marcadas,  desde el empalme con la ruta Panamericana Sur hasta el Santuario mismo. Es tal el hacinamiento de peregrinos que quieren observar de cerca los fantasiosos pasos de baile de las diferentes cofradías en la gran explanada frente al Santuario, que la acción furtiva de ladrones resulta allí casi inevitable. Tal nos ocurrió a nosotros  en nuestra visita  en el año  1992. Sin darme yo casi cuenta, un ladrón perforó con un cuchillo la mochila que yo portaba al hombro, robándome así algunas pertenencias. Fue cosa de un segundo, apretujados como estábamos de gente por todos lados. Durante el obispado del pastor de Iquique Monseñor Juan Barros Madrid (2000-2004), el templo fue completamente refaccionado  y ampliado, con hermosas  escenas pictóricas de la leyenda de la Tirana del Tamarugal, imponentes puertas ornamentales de madera hermosamente  esculpidas  y otros complementos artísticos. Mérito indiscutido de este digno prelado chileno a nuestro juicio injustamente vilipendiado en tiempos recientes.       

El 26 de julio del año 1971, La Tirana fue declarada "Monumento Nacional en la categoría típica". En septiembre del año 2015 se inauguró el "Museo de la vivencia  del Norte Grande", ubicado en el subsuelo del Templo.

Algunas voces críticas.

 Hemos escuchado algunas voces que reclaman contra lo que denominan "intromisión indebida de la iglesia" en el desarrollo de la actividad folklórica de las cofradías de bailes religiosos en el Santuario,  cuya espontaneidad y performance, a su juicio, debería ser respetada. Al parecer, olvidan estos críticos que se trata aquí de un recinto propio de la iglesia y de  que estos bailes, desde su origen mismo,  no son solo "folklóricos" (es decir productos genuinos del "pueblo" o folk), sino también y  esencialmente, religiosos. Son bailes, es cierto, pero también son oración, súplica y cariñosa conversación con la Virgen, su patrona. Y en tanto constituyen una expresión religiosa en un Santuario católico, pueden y deben ser normados por la autoridad eclesiástica, sin perjuicio de mantener siempre abiertos canales de comunicación con sus caporales,  quienes son los encargados de velar por la pureza de sus bailes y el debido  respeto a su tradición histórica. 

Trabajos recientes.

En  el año 2004 el arqueólogo piqueño Lautaro Núñez Atencio publicó  la obra: La Tirana del Tamarugal", Ediciones Universitarias, Antofagasta,  y en 2023 otra, con el título de:  "La Tirana desde sus orígenes a la actualidad", Ediciones del desierto, Antofagasta. El autor,  reconocido historiador y  arqueólogo  nortino,  analiza  en detalle  la leyenda respectiva del historiador peruano peruano  Rómulo Cúneo Vidal (1856-1931)  y la sitúa en el contexto de sus propios descubrimientos arqueológicos realizados en la zona, que demuestran una antiquísima red de huellas que unen el altiplano boliviano de Lipes con la pampa y la costa del Pacífico. Acoge allí como una posibilidad el argumento aportado por la antropóloga Verónica Cereceda de la existencia de una posible "waka"  o ermita indígena en la misma  zona de La Tirana actual, de la que  halla atisbos en relatos y leyendas recogidas por la autora entre indígenas chipayas del altiplano boliviano. "Waka" que habría sido el antecedente histórico de una posible (¿o probable?) ermita o capilla cristiana erigida en su lugar, en la época de la extirpación de las idolatrías  en el territorio peruano (especialmente entre los años 1615 y 1621). En los sitios de antigua presencia de tales huacas (waka), los cristianos  solían erigir cruces, ermitas o capillas a modo de reparación.   Somos de opinión de que se hace necesario -a falta de testimonios históricos fehacientes- realizar profundos estudios lingüísticos comparativos en nuestra zona, para detectar si existen (o no) huellas de topónimos chipayas o uros en nuestra región del Tamarugal. Tal tarea incumbe a avezados lingüistas, conocedores de las lenguas quechua, aimara y  chipaya (y/o puquina), por lo menos. Por desgracia, aún no los tenemos en el Norte Grande.

Comentario final.

  A nuestro entender, -salvo meliori iuditio-  la referencia folklórica aportada por  la antropóloga Verónica Cereceda  y  recogida por Lautaro Núñez, nos parece demasiado débil como argumento y necesitaría -entre otras cosas- del complemento de un examen exhaustivo de la arqueología y la toponimia del área en cuestión, tal como lo hemos sugerido. Es bien conocido el hecho de que jóvenes chipayas y uros del Titicaca y Poopó solían bajar a trabajar temporalmente en las quebradas de Tarapacá.  Pero de aquí a erigir una waka de veneración chipaya en el lugar, hay mucho trecho.

Nosotros mismos entrevistamos, en febrero del año 1998, a  un joven chipaya  que laboraba  en una parcela de alfalfa  junto al pueblo de  Chiapa. Ahora bien, si llegó a establecerse una "waka" (o santuario) chipaya en esta zona, precursora de alguna  primitiva capilla o ermita católica en el lugar, debería haber dejado, tal vez,  algún rastro reconocible en la toponimia local.    

Véase también nuestro capítulo editado en este mismo Blog el día 11 de enero de 2013, titulado:  "Un testigo de la explotación de plata en el Mineral de Huantajaya en 1843: testimonio del ensayista de metales John Blake".  Blake, siendo el mismo un "ensayista de metales", nos describe, con gran detalle el proceso de  obtención de la plata en el lugar llamado "Tirana", -aspecto que a él le interesa- pero no hace la menor  referencia, lamentablemente, a las características físicas del lugar mismo y, menos aún, a su uso ritual. La visita de Blake  se verifica probablemente entre los años 1841-1843. (Véase nuestra traducción  y análisis del citado capítulo en nuestro blog del  11 de enero del año 2013). 

Nota. Agradecemos el inapreciable apoyo técnico de la señorita Teresa Ugarte Silva en la incorporación de las imágenes del texto original de 1906.