viernes, 15 de mayo de 2015

Resumen de los estudios de la camanchaca en Antofagasta: Recapitulación del año 1970.



Fig. 1.   Portada del volumen  de las Primeras Jornadas de Estudio de las Zonas  Áridas, La Serena,  1970.


Primeras Jornadas de estudio de las Zonas Áridas en Chile.

En Abril del año 1970, se realizaron en la ciudad de La Serena (Chile)   las "Primeras Jornadas Interdisciplinarias  de Estudio de las Zonas Áridas del Norte de Chile", con asistencia de especialistas  del país y del extranjero. Sus conclusiones  fueron  editadas en un volumen especial de PLANDES,  Boletín Especial,  Órgano Oficial de la  Sociedad Chilena de  Planificación y Desarrollo, Ediciones Forum Publicidad, Santiago de Chile,  218 págs.  (Vea Fig. 1)   Allí se reunieron  23 trabajos de investigadores chilenos y extranjeros, y  se presentó una riquísima  bibliografía sobre el tema con un  total de 553 trabajos, relativos al desierto y zonas áridas de todo el mundo. Esta  excelente bibliografía de consulta constituye también hoy  un valor en si misma, pues recapitula todo lo publicado  en el mundo sobre zonas áridas hasta el año 1970.

Una publicación de síntesis de los estudios  de Antofagasta.

En este contexto  y oportunidad,  dos físicos de la Universidad  del Norte de Antofagasta Señores Carlos Espinosa  y H. Raúl Muñoz   presentaron un trabajo de síntesis de sus investigaciones de   casi  10 años (1961-1970)  en la región de Antofagasta.  El trabajo se tituló:  "Rocío y nieblas:  recursos hídricos no convencionales  en las zonas áridas". 

Nos ha parecido  muy conveniente   reproducir  in extenso  este trabajo  en nuestro Blog,  por ser muy poco conocido en nuestro medio, y por constituir, además,   un excelente resumen de  casi diez años de experiencias de captación en la zona de Antofagasta, hecho por sus propios autores.  Inicialmente, según lo señalan,   estudiaron también el fenómeno del rocío  como fuente de agua dulce,   pero habiendo comprobado que la neblina costera o camanchaca daba resultados muy superiores en términos de captación, se dedicaron, a partir de fines del año 1961, casi exclusivamente a  ésta.


Las experiencias realizadas  en los cerros costeros de Antofagasta  se  indican en detalle en el trabajo, al igual que sus resultados.  Quien  hoy  (Mayo del 2015) escribe estas líneas  (Horacio Larrain) tuvo el gran privilegio de conocer  muy de cerca y visitar, desde su llegada como profesor  a  la Universidad del Norte en Junio del año 1963,  estas experiencias  que le marcarían para toda su vida, orientando sus propias investigaciones. Así, pues, tanto los lugares de experiencia como las personas involucradas,  nos resultan muy familiares.

Se constituyó  así, a partir de fines del  año 1961,  con escasos medios pero mucha  dedicación y entusiasmo, un equipo de trabajo conformado por varias personas, casi todos físicos, matemáticos  o profesores, el que por largos años llevó en Chile la batuta de los estudios de las nieblas costeras. Del grupo primigenio y fundador, ha  ya fallecido la mayor parte de ellos.   En  la ciudad de Antofagasta solo  vive  hoy entre los fundadores, don Carlos Espinosa Arancibia  (nacido en Taltal el 29/02/1924), quien por sus trabajos  recibió un bien merecido reconocimiento por parte de la ciudad, al otorgársele   la condecoración llamada el "Ancla de oro", presea que se entrega solo a los grandes  promotores del desarrollo científico o cultural de la Región.  En el año  2013, su Alma Mater, la Universidad del Norte, le otorgó  el  título de "Doctor Honoris causa",  en atención a  sus notables méritos.  Se lo merecía de sobra.


Texto del trabajo.

                            Fig. 2. Primera página del artículo. Referencias geográficas generales.


                                                Fig.3. Segunda página:  camanchaca y rocío.

 Fig. 4. Tercera página: posibilidades de captación y aprovechamiento del agua   contenida en  la niebla.


                                              Fig. 5.  Cuarta pagina: lugares de experiencias.

Fig. 6.   Experiencias en "Los Nidos"  y situación actual.

                                                          Fig.7.  Última página el trabajo.

Comentarios eco-antropológicos.

1.  El gran mérito de Carlos Espinosa,  físico y profesor de física de la Universidad del Norte, fue haber aglutinado a su alrededor  a un pequeño grupo de científicos, soñadores como él, en pos de un ideal común. Supo transmitir hábilmente a sus colegas, las experiencias que el mismo había experimentado en carne propia en la pampa salitrera  (María Elena), bañada no pocas veces por la neblinas rasantes provenientes del océano.  Así,  este largo proceso de investigación,  partió de experiencias concretas  vividas en la pampa salitrera, no de un estudio erudito obtenido tan solo de las páginas de  los libros.

2. El percibir en carne propia la  imperiosa necesidad de agua en el desierto, problema  crónico en Antofagasta,    aguijoneó a don Carlos para   buscar soluciones  con los escasos medios disponibles.

3.  El equipo formado por Espinosa en la Universidad del Norte  produjo numerosos trabajos de investigación, que han  sido el fundamento  indiscutido de todos los estudios y trabajos posteriores. Todo lo que nosotros mismos, como equipo levar adelante una investigación científica, metódica y de la Universidad Católica  (Instituto de Geografía)  hicimos entre los años  1980 y 2013, se basó y partió de las experiencias  exitosas y/o fallidas del grupo de Carlos Espinosa. La generosidad con que don Carlos nos entregó, a partir del año 1980 cuando nosotros recién  nos iniciábamos en este tipo de estudios, sus conocimientos, su experiencia  y su bibliografía, lo enaltece y engrandece. Fue la actitud de un auténtico sabio.

4.  Es  muy lamentable, sin embargo,  que  la  generosa siembra hecha por don Carlos  en Antofagasta no haya tenido hoy continuadores en su propio Departamento. Es hora, creemos,  en que  otras disciplinas, como la arquitectura, la ingeniería, la mecánica, la antropología, la química   y la biología, y hasta la educación se aventuren por estos campos y se pongan de consuno al servicio de la entrega de agua de la mejor calidad tanto para la vida humana en caletas y ciudades, como para renovar los ecosistemas biológicos de desierto, trastornados por una creciente y pavorosa desertización. La camanchaca como  recurso,  todavía está esperando. Tarea sin duda del futuro cercano, pero que debe surgir como necesidad para enfrentar un porvenir tan incierto en materia de disponibilidad de agua de buena calidad.

5. Los estudios  de  camanchaca que hemos llevado a cabo por años  en el CDA de la Universidad Católica, nos han enseñado que el agua está allí a la espera: solo hay que tener la audacia, la porfía y el heroísmo de ordeñarla y ponerla al servicio del bienestar  humano. Esa es la  tarea que nos espera en un futuro próximo  cuando surjan nuevos soñadores, con más y mejores medios y  metodologías de captación. Tenemos fe en que esto va a ocurrir algún día en nuestra costa, tal como ya ha ocurrido en  la costa peruana, en las lomas de Atiquipa, donde podemos ver hoy erguirse  enormes plantaciones de árboles, regados por la camanchaca, gracias a la convicción, el  tesón y el ingenio de su gente.

6. Este estudio fue publicado hace  ya  45  largos años en Abril del año 1970. ¡Quién lo creyera!. Muy poco se ha avanzado hasta hoy en este anhelo que los investigadores  Espinosa y Muñoz  expresaran  con estas palabras:  "no perdemos las esperanzas de encontrar alguna forma de financiamiento que permita llevar adelante una investigación metódica y sistemática en torno a la posibilidad de captación y aprovechamiento del agua de las nubes rasantes".

7. Nos duele releer hoy, tras casi medio siglo, estas palabras, máxime cuando el agua atmosférica, producto de las neblinas, constituye hoy, probadamente,  un recurso inagotable, al alcance de la mano en nuestras costas, de excelente calidad y de muy bajo costo  en comparación con otras fuentes disponibles (desalinización del agua de mar). Hoy podríamos repetir exactamente las  mismísimas palabras de Espinosa y Muñoz, pero con un  profundo dejo de amargura y frustración: ¡no lo hemos logrado aún!.  ¡No hemos sabido convencer a la autoridad de invertir en esta fuente de agua limpia!.  ¿Qué nos faltó?.

8. Grave es, a nuestro juicio, la responsabilidad de las Universidades donde se gestó esta epopeya increíble de captar el agua de niebla: la Universidad Católica del Norte (Antofagasta) y la Universidad Católica en su Instituto de Geografía. (Santiago). Tal vez aún sea tiempo..., porque si no lo hacen ellas, pronto, muy pronto, tal vez, se nos adelantarán  las empresas, ávidas de negocio, y  dejarán a las caletas y puertos sin el agua que les pueden brindar sus cerros cubiertos de camanchaca y que geoecológicamente les pertenecen por ser  parte de su territorio de subsistencia: los oasis de niebla aledaños a sus viviendas.  











jueves, 14 de mayo de 2015

¿Cómo llegamos a localizar el sitio de un campamento de cazadores-recolectores?: antecedentes de una excavación de un sitio arqueológico datado en 2.500 A.C. en La Leonera, Graneros.

Nuestro descubrimiento en la quebrada de "Las Ñipas", Graneros   (VI Región).

En  dos capítulos anteriores, nos hemos referido in extenso, a un  descubrimiento arqueológico  nuestro, de tipo enteramente casual, hecho  junto al estero "Las Ñipas", ( Comuna de Graneros, VI Región de Chile), de un campamento de cazadores-recolectores fechado por el C14  en unos 2.500 B.P (antes del presente). Hemos mostrado allí, en detalle, fotografías del proceso de excavación, y, también, del protocolo de la excavación entregado al Consejo de  Monumentos Nacionales en su época. A través de estos documentos, queda claro qué se descubrió allí y qué  características culturales poseía  el grupo humano que  habría sido el ocupante ocasional del lugar. El lugar del hallazgo corresponde  al matorral de secano  de la zona central de Chile, y desde el punto de vista botánico, al bosque esclerófilo chileno, formado por boldos, peumos, litres y quillayes, árboles autóctonos muy comunes que pueblan  las quebradas y laderas bajas de las primeras estribaciones de la Cordillera de los Andes. Las coordenadas  UTM  del yacimiento son:  357714 E y 6232620 S.

¿A través de qué signos llegamos a dar con este  asentamiento humano?.

Creemos que puede ser de interés para los especialistas  y también para los jóvenes estudiantes interesados en la arqueología como ciencia,   reseñar aquí y explicar  cómo  llegamos a este descubrimiento. En otras palabras, qué signos  nos condujeron al lugar, y qué elementos  del paisaje   nos fueron encaminando poco a poco hasta descubrir  el lugar exacto  del campamento. Lo que  al inicio pareció ser un descubrimiento aislado y solitario   (en 1979),  pronto, a medida que aumentaban los indicios (1980),  nos  llevó a configurar la  hipótesis de la existencia in situ de un campamento de cazadores, hipótesis que fue plenamente confirmada más tarde (1983).

Un antecedente fundamental.

Para ello, debo señalar antes un antecedente importante. Mi padre, Horacio Larrain Cotapos  (1899-1984) luego de la venta  de su  parcela  "Santa Inés del Arrayán",  parte del antiguo fundo de La Leonera, en diciembre de 1979,  había levantado  al pie de la porción cordillerana restante de su propiedad, junto a la pequeña quebrada de  Las Ñipas, una casita  sencilla  y austera de madera,   muy cerca de la vivienda de su inquilino Pedro Gómez  y  a  unas decenas de metros de la cabrería que éste cuidaba en el lugar. Amante apasionado de la naturaleza, de los animales y de las plantas, mi padre gustaba de volver, cuantas veces podía,  a las tierras que con tanta dedicación y empeño había trabajado por cuarenta años, a partir de su compra en el año 1939. Así, se escapaba de Santiago, cuyo ambiente le aburría, y ocupaba esta pequeña casa  para recorrer  con su empleado Gómez, su cabrería, sus colmenas de abejas y los hornos de explotación de carbón en los cerros de  su propiedad. Esto ocurría  al lado poniente de la quebradilla  "Las Ñipas", pequeño afluente del río Codegua que le llegaba por el Sur y muy cerca de éste.  Aquí, en los primeros contrafuertes  de la precordillera, el terreno agrícola aprovechable era casi inexistente  y solo se podía cultivar un pequeño huerto labrado con esfuerzo  en la caja del río, repleta de piedras de acarreo fluvial.


Fig.1.  El primer croquis nuestro,  luego del descubrimiento de las primeras piezas líticas, el 19/11/1980.
En este sencillo croquis,  se puede ver la posición relativa de las casas de Pedro Gómez, nuestro cuidador, (Número 1) y de mi padre ( Número 2),   el sitio ocupado por los corrales  y la cabrería (Número 3) y el sitio exacto donde  fueron hallados los primeros artefactos arqueológicos, muy pequeños:  dos puntas de proyectil y  un raspador.  En el sector denominado aquí "plano inclinado" se halla la terraza fluvial bien provista de árboles  del tipo esclerófilo, donde  posteriormente  pudimos ubicar con exactitud  el lugar de mayor concentración de artefactos y el campamento antiguo.

Un mes de vacaciones durante varios años. Diario de Campo

Sabiendo de nuestro entrañable gusto por la naturaleza y la vida campesina, mi padre nos facilitaba su casia de madera durante  una temporada  en los veranos. Así,  durante varios años (1977-1984)  tuve la oportunidad de llevar a mi familia a veranear  al lado del río Codegua. Durante un mes, que se nos hacía siempre corto, disfrutábamos del lugar. Mi padre, eventualmente,  nos facilitaba allí caballos para las excursiones. Mi innata inclinación por el estudio de la naturaleza, heredado de mi padre, me llevaba a realizar, con mis pequeños  hijos María Cristina y Carlos, largas expediciones a pie por los cerros cercanos, de donde volvíamos con cosecha de moras, flores del campo,  ramas de culén o manojos de berros que recogíamos en las aguadas. Ahí les iba dando yo a mis hijos  los nombres vernáculos y científicos de arbustos y árboles que poblaban  los cerros.

La vegetación  natural del sector precordillerano  de Chile central.

En el sector había mucha vegetación arbustiva  nativa que se arrimaba sobre todo al fondo de la quebrada. En las laderas de los cerros, se podía ver quiscos, puyas,  quillayes, espinos,  quilo,  cardos, palquis,  y manchones de quilas, cuyas utilidades o propiedades  procuraba yo enseñar a mis hijos. En el capítulo anterior, señalamos nosotros la gran variedad de especies vegetales que poblaban el sector, todas ellas características del matorral de secano del centro de Chile. Una de mis actividades predilectas, durante estas vacaciones, era la colecta de insectos. Premunidos, pues, de redes, frascos ad hoc  y "chupete", colectábamos mariposas, abejas silvestres, avispas,  coleópteros, chicharras y otros insectos   en las corolas de las flores del campo, en el pasto o en las ramas de árboles y arbustos. Centenares de insectos capturados en esos años se hallan hoy en la colección entomológica de  mi propiedad. Mis dos hijos, invariablemente,  me acompañaban  dichosos en tales paseos. ¡Hasta les enseñé a  preparar, en un extensor,   las mariposas, con sus alitas extendidas!.
He aquí, pues,  el trasfondo, el escenario geográfico-ecológico y humano de nuestro hallazgo: realizado gracias a nuestros paseos diarios por los alrededores, tratando de escudriñar la naturaleza y sus secretos.

Anotaciones en mis Diarios de Campo.

Para reproducir con toda fidelidad  las circunstancias que rodearon  los descubrimientos, nada más oportuno que recurrir a mis notas de campo de aquellas fechas.

Referencias en mis Diarios de Campo de la época   8Vols.  XII y XIII).

La primera mención a este tema, que encuentro ojeando  mis viejos Diarios de Campo, trae la  fecha
19/09/1979.

Dice así:    "hallazgo en La  Leonera, de 2 puntas de flechas de cuarzo, muy pequeñas, y un raspador. Ubicación (sigue croquis del hallazgo que ocupa casi toda la página. Se reproduce aquí en  la Fig. 1 de este capítulo, arriba)."  Después del croquis,   sigue la siguiente reflexión mía,  que copio  ad litteram:

"(....) son indicio cierto de presencia de cazadores de la zona. Las flechas son muy pequeñas y fueron utilizadas para aves. Hay  [en la zona]  muchas tórtolas, perdices, y codornices, turcas, tencas, etc. Pueden ser también agricultores del valle que complementaban su dieta con caza de aves. La presencia de la Quebrada Las Ñipas y su vertiente y del río Codegua, favorecen la presencia de aves en el lugar.
Sospecho que junto a la vertiente "Las Ñipas" debe existir algún posible asentamiento humano o, al menos, signos de campamento. El área jamás ha sido trabajada, sino es en la corta de árboles  para obtención de carbón, de lo que hay trazas de unos 5  [hornos] en el área inmediata"-(Diario de Campo  Horacio Larrain, tomo  XII: 80-81;  énfasis nuestro).

Certeros atisbos iniciales.

Tal fue mi primera reacción ante este  pequeño  hallazgo. Como se puede ver,  el atisbo inicial resultó ser de verdad, profético. El único error en nuestra primera percepción fue  que  no  se halló, terminada ya  la excavación, evidencia alguna de  actividad agrícola; todo apuntaba a la caza-recolección como actividad económica primaria de los antiguos pobladores. Si hubiesen sido agricultores, habrían traído consigo su cerámica; lo que aquí no ocurrió.  

 Segunda referencia  en mis Diarios de Campo.

La segunda referencia, muchísimo más  extensa,   la encuentro  en mi Diario  de Campo del día  26 de Febrero de 1980, seis meses después  (Vol. XIII:   213-142).  Tras los primeros descubrimientos de septiembre del  año 1979 que me dieron la primera  valiosa pista,  en una nueva permanencia en Las Ñipas con mi familia, se sucedieron, uno tras otro,  numerosos descubrimientos de lascas o esquirlas (fruto del retoque en la fabricación de  artefactos líticos) y de instrumentos varios,  muy típicos  del cazador-recolector.  Fue tal mi entusiasmo por el hallazgo, que me propuse  buscar  el yacimiento principal, esto es, el campamento mismo de los antiguos moradores. De seguro no estaría muy  lejos. Hasta dos veces al día recorrimos incansablemente los alrededores, haciendo numerosos hallazgos  Mis dos hijos me acompañaban  siempre,  en forma entusiasta, colaborando activamente en los hallazgos. Para ellos, era algo nuevo, casi increíble: ser testigos de la presencia, ante sus ojos,   de más de 2.500 años de historia!. Al hallar nuevas lascas de obsidiana, estampé en mi Diario el siguiente comentario que habla por sí solo:

"Empezó entonces una  búsqueda afanosa con Carlitos, hallando en una hora y media de búsqueda, unos 50 fragmentos de obsidiana, algunos grandes de hasta 4.5 cm  de longitud; unos  60 fragmentos de sílex rojo granate, ...; muy pocos de sílex blanco, o casi transparente y muy pocos veteados de tonos rojo y blando. No puedo dudar ya de que dí con un lugar de campamento de indígenas cazadores de pajarillos (por lo pequeño de las puntas [líticas]  en general), con fácil acceso al río y con agua de la quebrada "Las Ñipas"..." (Diario H. Larrain, Vol. XIII: 215; énfasis nuestro). 

Búsqueda ansiosa de evidencias arqueológicas.

A partir de ese momento,  dejé casi de lado la búsqueda de insectos, y  todo mi interés se  concentró en hallar más evidencias y en  circunscribir la zona de los hallazgos arqueológicos, en procura de atinar con el centro del campamento antiguo.   Al entomólogo aficionado de los primeros días, sucedió  rápidamente el arqueólogo  de campo, formado en México.

Al cabo de esos pocos  días de frenética búsqueda de evidencias, entre los tres,   se pudo obtener un total de  530 lascas, entre obsidiana, sílex blanco y  jaspe ( rojo-marrón) y un total de 21 instrumentos o trozos de éstos),  entre ellos:  puntas de proyectil,  raspadores, percutores,  bifaces y  raederas. (Diario H. Larrain, Vol. XIII: 232). Más abajo,  se muestra  el dibujo hecho entonces  en el Diario de Campo, de las piezas halladas en esta temporada de trabajo.

Recuerdo que buscamos  evidencias   dejadas por los antiguos cazadores hasta el último momento, antes de partir a Santiago el día  1 de Marzo de 1980, fecha del término de nuestras vacaciones.  Nos fuimos felices, seguros de haber hallado la zona de campamento antiguo, atestiguada por el área de máxima concentración de  lascas y artefactos (enteros o rotos).

Nuestra propia síntesis en ese momento ( 29/02/1980).

Nada mejor que copiar de nuestro propio Diario de Campo (Vol. XIII: 233-235) las reflexiones que  dejé estampadas  sobre este descubrimiento

"La impresión del conjunto es que:

a)  el sitio fue ocupado solo esporádicamente,
b)  por un grupo [humano] muy pequeño  (horda),  o una sola familia de cazadores,
c)  que no conocieron - o emplearon- la cerámica;
d) que no hay trazas de sitios habitacionales aquí, pues las rocas son muy pequeñas y no ofrecen abrigo alguno adecuado;
e) que se dedicaron a fabricar sus instrumentos  talleres in situ);
f)  que la materia prima pudo provenir del lecho del río Codegua, con excepción de la obsidiana:
g) que los abrigos rocosos de las cercanías podrían  dar la clave para buscar los sitios habitacionales; 
h)  que el instrumental [hallado] revela caza menor, trabajo en cueros y huesos, para extraer la carne y el cuero, cazando en consecuencia roedores, conejos, aves de quebrada ( tórtolas, torcazas, diucas, codornices, perdices  y  [aves] de río;
i) que la ocupación del yacimiento es probablemente de verano, para aprovechar los frutos del quilo, boldo, peumo, maqui y quiscos (su fruto llamado "copao"),  y para la caza de aves y pequeños animales;
j) que la capa ocupacional siendo tan tenue, no revela ocupación periódica por el mismo grupo, sino más bien casual; es por antonomasia un sitio que podríamos definir como campamento esporádico y taller lítico;

El  área arqueológica  según croquis de la  época. 


Fig. 2.  Se señala  aquí  el área arqueológica donde se halló la  mayor concentración de  lascas y artefactos líticos (centro del croquis, lugar de los puntos negros). La vista es una perspectiva  tomada de Weste a Este. Esta área corresponde a una pequeña terraza fluvial  labrada por la quebrada a lo largo del tiempo, y  se halla a los pies de un pequeño cerro que se yergue hacia el Este. Los puntos  en negro intenso denotan la presencia de pequeños afloramientos de roca. Del sitio, por efecto de las precipitaciones y pequeños deslizamientos de tierra, fueron cayendo, a lo largo del tiempo, hacia el Norte  lascas e instrumentos abandonados,  hacia  la huella  que conduce a los "Corrales de Piedra", razón por la cual los hallamos también  allí.  (Croquis fechado 28/02/1980;  Diario de Campo H. Larrain, Vol. XIII: 220).

  Se señala en el croquis, igualmente, la presencia de varios ejemplares de  árboles  y arbustos de espinos, litres y peumos que ocupan la terraza entre la base del cerro y   el borde del estero o quebrada. Allí, en  su parte media arriba,  se hizo,  a manera de prueba, en febrero de 1980 un pequeño sondeo de   20 cm x 20 cm., constatándose la presencia de  lascas tanto en superficie como en profundidad. De esta constatación, surgió la idea de poner por obra una excavación metódica,  mediante pozos de sondeo de  1m  x  1m,   labor que hicimos exactamente tres años más tarde.
                                                                                                                                                                  
Dibujo de los instrumentos líticos hallados in situ.  (tomados del Diario de Campo, Vol. XIII : 228-231).  

Los  instrumentos  mostrados aquí, han sido tomados directamente de los originales de nuestro Diario de Campo   (Vol. XIII: 228-231), y  son parte de un  total de  23 instrumentos  y trozos de instrumentos,  hallados en el asentamiento de los antiguos cazadores de la quebrada de Las Ñipas, junto al río Codegua. Todos, fueron hallados en superficie, en numerosos recorridos nuestros   Salvo el raspador  en piedra andesita (Fig. 3), todos los demás son  muy pequeños,  tal como se puede comprobar por la escala gráfica que se acompaña.

Fig. 3.   Raspador  hecho en piedra del lugar (¿andesita?).

                           
Fig. 4.  Dos pequeñas  puntas de proyectil en sílex:  arriba,  en color blanco;  abajo, color marrón.


Fig. 5.   Otros artefactos líticos; pequeños raspadores y raederas y fragmentos de puntas de proyectil. Las tres representadas abajo, son en obsidiana volcánica, color negro brillante.

                                            Fig. 6.  Pequeños raspadores o raederas  en jaspe.                                       

Conclusiones eco-antropológicas.

1.  Todos los instrumentos  aquí mostrados  aparecieron en superficie. En la excavación que se realizó tres años más tarde,  en Enero-Febrero 1983 (Vea  capítulo anterior de este mismo Blog), se rescató otros materiales tal como consta por el protocolo e Informe  enviado al Consejo de Monumentos Nacionales.  Se ha de tomar en cuenta que según nos había comunicado Pedro Gómez, el cuidador de mi padre, había llovido bastante fuerte, con muchos relámpagos y truenos, unos cuantos días antes. Esto significó que el suelo había sido lavado y la lluvia había dejado al descubierto  no pocos elementos, antes invisibles. En sitios arqueológicos, se suele recomendar el recorrer detenidamente el área, inmediatamente  después de las lluvias, pues éstas dejan al descubierto objetos y elementos antes ocultos o semi-enterrados. Lección que aprendiera yo en las ruinas de Teotihuacán,  en México, durante mis estudios de arqueología  en la década del 60.

2.  Salvo el gran raspador en andesita, todos los instrumentos encontrados son muy pequeños. Las puntas de proyectil  son aptas para la caza menor: tal vez solamente  para aves y roedores. Llama la atención, también la pequeñez de los raspadores y raederas tanto en obsidiana como en  sílex y jaspe.  Todo  estos artefactos son parte del utillaje de caza menor de los cazadores-recolectores.

3. Lascas e instrumentos   han sido arrastrados por las lluvias desde la terraza fluvial hacia  el camino en forma natural. Su posición actual es un indicio importante para ubicar la localización del campamento mayor.

4. Con este capítulo del Blog, se da término al examen de este sitio arqueológico. Los tres capítulos que hemos dedicado a este lugar arqueológico, forman una unidad indisoluble.  Luego de las excavaciones practicadas en enero-febrero del año 1983,  no volvimos nunca más al lugar, pues la propiedad  de mi padre, lamentablemente, se vendió  muy poco después. No puedo negar, al rememorar hoy estos hechos del pasado, la intensa  nostalgia  que hoy  me embarga  al  escribir estas líneas. 


lunes, 11 de mayo de 2015

"Piedras tacitas" en la localidad de Las Cruces ( V Región de Chile). Fotos inéditas del año 1975.

Antecedentes.

En un capítulo anterior de este Blog (de fecha 31 de julio de 2014), nos hemos referido a un trabajo de campo exploratorio, de tipo antropológico, realizado por el  flamante grupo de la revista "Expedición a Chile" en el mes de Enero del año   1975. En dicho trabajo, se presentó  el resultado de una  exploración del área por parte de arqueólogos y  el texto completo de una entrevista hecha a miembros de la  familia de apellido Codoceo  que habitaban en la "Playa  Grande" , junto a la "Laguna del Peral",  lugar  antiguamente ocupado por  pescadores- recolectores desde  tiempos antiguos.  El capítulo de nuestro Blog  fue titulado: "Los inicios de "Expedición a Chile": una entrevista en Las Cruces (zona central de Chile) en 1975: pescadores y mariscadores  de la Playa Grande".

Faltó en dicha ocasión  -por  no disponer entonces  del material fotográfico respectivo- aportar las imágenes que mostraran  los bloques  de roca en los que  los antiguos habían  excavado las "piedras tacitas", cavidades destinadas a la molienda de  alimentos, semillas  y aún tinturas de  color rojo para sus embarcaciones y  redes (óxidos de Fe).

Estas tres imágenes, tomadas en Enero del año  1975,  pues, son un complemento importante  a dicho capítulo. Hurgando en  nuestros álbumes fotográficos de   diapositivas  antiguas, las hemos finalmente podido rescatar y  hacer digitalizar. Por lo que  aquí se presentan  como valioso antecedente para la historia del lugar..

 Fig. 1.   La vivienda de tablas de madera  de la familia Codoceo, construida   a  partir del año 1944-45 en este lugar.  Su dueño el señor  Humberto  Codoceo, originario de San Francisco del Monte  vivía  en la época de nuestra entrevista, dedicado a la pesca y al comercio de productos marinos que   capturaba o recogía con  su esposa e hijos, tal como se relata en la entrevista citada.  La vivienda   fue construida al lado de un grupo de gigantescos bloques rocosos que le sirven de  protección. En el bloque  más alto (donde se ve sentado a un joven),  se hallan  11 "tacitas", de las que, por desgracia,  no conservamos fotografías. (Foto H. Larrain,  Enero 1975).  

Existencia de otros dos bloques con "tacitas". en las proximidades.

Los dos bloques de roca  que mostramos a continuación, se sitúan a cierta distancia de su vivienda,  ladera arriba,  hacia  el Este, en el sector que los Codoceo  denominaron   como "El Morro" y a unos  120 m de altitud snm.  Distan algunas pocas cuadras de la vivienda, cerro arriba. Dos de los hijos de los Codoceo   nos condujeron a  visitarlos, cuando en la conversación salió el tema   de las "piedras de los indios".
  
 Fig. 2.  Este bloque   granítico  del sector "El Morro"  (Nº 2) ,  presenta  tres "tacitas". Las dos  de la parte superior son  bastante profundas; la de la parte inferior, en cambio,  (junto al cuaderno)   muestra escasa profundidad. Tal vez, se hallaba en proceso de  elaboración.  La parte superior  del bloque se alza   unos     1,20 -  1, 40   m  por sobre el suelo  y presenta una clara inclinación.  El cuaderno usada como escala gráfica  mide unos  20 cm de largo (Foto H. Larrain, 3 de Enero 1975).

Fig. 3.  Otro bloque  igualmente granítico   (Nº 3) ,  muestra  otras cuatro "tacitas". El lápiz usado  aquí como escala mide unos  14 cm. de longitud.  En este sector de "El Morro" había  en total tres  bloques, uno de los cuales   (el tercero) no alcanzó, por desgracia,  a ser fotografiado por nuestro grupo. en dicha oportunidad (Foto H. Larrain,  3 de Enero 1975).

Conclusiones.

1. La familia  de don Humberto Codoceo se instaló a su llegada a Las Cruces el año  1944 desde  San Francisco del  Monte de donde era originaria, exactamente en el mismo sitio  en que antiguos pescadores-mariscadores se  habían   asentado  con muchos siglos de  anterioridad. Ellos, en realidad, no hacían otra cosa  que  seguir antiguas tradiciones  en el lugar.

2.  Las piedras "tacitas"  también  formaban parte  de su  instrumental  casero, al servirles para la molienda, como en tiempos antiguos. 

3.  Los Codoceo sabían perfectamente que  dichas "tacitas" eran  de antiguo origen  indígena, a falta de otro tipo de artefacto de molienda, como metales o batanes,  más propios de  una época   de práctica agrícola..

4.  Las "tacitas"  se van profundizando  poco a poco con el mismo uso por parte de los  ocupantes. Por lo cual una tacita muy profunda, sin duda alguna,   denota  un uso mucho más prolongado en el tiempo. Tal vez  con generaciones de diferencia.

5.  Ha habido bastante discusión y controversia con respecto al empleo y forma de  utilización de estas "tacitas". Lo obvio e inmediato parecería ser el  adjudicarles una función  primariamente muy práctica, como lugar de molienda, accesorio indispensable de la cocina familiar. Ahí se podía   - y aún se puede-  moler de todo, desde pescado seco, charqui  o cochayuyo seco hasta   variados tipos de semillas,  vegetales, hojas o  incluso materias colorantes, como era el caso de la  preparación de tintura roja para pintar útiles de pesca, labor ésta muy difundida entre los grupos pescadores.  Que en ciertas culturas,  hayan podido tener una significación adicional de tipo ceremonial o ritual,  más compleja, como por ejemplo, como colectores de sangre en sacrificios animales en ciertas festividades,  no es nada  imposible.  ¿O, tal vez, en ceremonias relacionadas con el culto al agua?. Es posible. Tal como, ocurre en el caso de las piedras horadadas, hay aquí un tema  abierto para la discusión. Los  distintos  autores ofrecen  muy diversas explicaciones y no existe unanimidad al respecto. Lo que es evidente es que también y en forma prioritaria,  fueron usadas  como metates o batanes  (para la molienda), ofreciendo  estos artefactos la  gran ventaja de que  no podían  ser hurtados  o arrebatados  a sus dueños  por eventuales  saqueos   o  "malones" a las viviendas o propiedades..

6. La pretendida  objeción de que se trataría de  formaciones enteramente  naturales, de tipo geológico,  queda  totalmente desvirtuada por las pruebas científicas hechas  y por la analogía etnográfica que reconoce su uso aún hoy por algunas tribus  como elementos  usuales de molienda. Con frecuencia, se ha hallado, además,  entierros humanos y  artefactos asociados a tales "piedras tacitas".Es decir, hubo una evidente actividad humana en torno a estos bloques rocosos. Ahora bien, que sus "fabricantes" hayan podido aprovecharse de algunas cavidades naturales de la roca (máxime del granito, más fácil de pulir y trabajar),  para  ahondarlas y transformarlas  en auténticas "tacitas", nos parece  más que natural. 

7. Y la gran pregunta que nos surge  finalmente hoy:  ¿existirán todavía  estos bloques de piedras "tacitas" en el área de la Playa Grande de Las Cruces, o habrán sido arrasados  y destruidos totalmente por  la creciente   modernización?.  ¿Estarán , tal vez, estos bloques incorporados hoy a  predios particulares o parcelas de agrado construidas  en el lugar?. ¿Habrán sido respetados por sus  nuevos propietarios?. Ciertamente, nos gustaría  saber más detalles  acerca de su destino final. Ojalá algún lector nos informe sobre este particular.








martes, 5 de mayo de 2015

Informe de excavaciones en el sitio "Las Ñipas", La Leonera: Cazadores-recolectores arcaicos de la zona central de Chile.

En las páginas que siguen, se  da cuenta del proceso de excavación de pozos de sondeo arqueológicos, en una terraza fluvial del Estero "Las Ñipas", afluente del río Codegua  (VI Región de Chile). En el capítulo anterior, se hizo referencia  a la historia del sitio, la adquisición del predio por parte de mi padre Horacio Larrain Cotapos en 1939 y a  las circunstancias del hallazgo en el año 1979.  En el presente capítulo, se entrega  el detalle de la excavación, según  el protocolo redactado en ese año. Nos ha parecido necesario dejar constancia de este hallazgo, con fines científicos,  para que esta evidencia no desaparezca   y sea de utilidad para la ciencia. Las imágenes de la excavación han sido presentadas en el capítulo anterior. Este capítulo, en consecuencia, es estrictamente complementario del anterior, constituyendo ambos una  unidad. indisoluble.

 Fig. 1. Croquis de ubicación. Excavación arqueológica en la quebrada de "Las Ñipas", Fundo "La Leonera", Comuna de Graneros, VI Región de Chile. Enero  1983.  Altitud  s.nm:  850 m. Coordenadas  UTM 357714 E y 6232620 S.  (Croquis del autor,  1983).

Fig. 2.  El ambiente  ecológico del matorral de secano de la zona central  de Chile  (VI Región).  Flora autóctona caracterizada por presencia de peumos, quillayes, litres, quilas, puyas, y quiscos endémicos. Por la parte media de la figura  serpentea,  la quebradilla  que trae agua solo durante  6-7 meses al año, presentándose totalmente seca durante el verano y el otoño.

Fig. 3.  El lugar de excavación en pleno desarr5ollo. 


El Informe oficial.

Páginas del Informe presentado al Consejo de Monumentos Nacionales,  Febrero del año 1985.

Fig. 4.   primera página del Informe.









La cronología del yacimiento por el método del C14.

Dos muestras de carbón obtenido en el área del fogón o cerca de él fueron enviadas al laboratorio de la Comisión de Energía Nuclear de Santiago para su datación.

Muestra 1. carbón (vegetal) del sitio LE-1, Pozo 1, capa IV en contacto con capa V : fecha:  2.248 +/- 93 BP.

Muestra 2: carbón (vegetal) del sitio LE-1, Pozo 1, Capa VI (fondo del fogón). fecha:  2.500 +/- 110 BP.

Estas dataciones nos señalan  que  los cazadores que aquí encendieron el fogón circulaban por esta zona desde por lo menos  los  500 años A.C., aproximadamente.  

Conclusiones  eco-antropológicas.

1.  La precordillera de la zona central  de Chile  (850-950 m  s.nm.)  fue recorrida  por pequeñas bandas de cazadores-recolectores nómadas.  Éstas cruzaban la cordillera de los Andes en varios sectores. Al descender de la cordillera, establecieron pequeños campamentos de tránsito, con presencia de fogones, donde  sin duda consumieron el producto de su cacería (principalmente guanacos y aves cordilleranas) y molieron en sus  metates o batanes  semillas y frutos recogidos  en los alrededores. Hay en esta zona ecológica hasta hoy, varias especies de plantas del  bosque que producen  pequeños  frutos comestibles como boldo (Peumus boldus),   quilo (Mühlenbeckia hastulata),  peumo (Cryptocaria alba), puya (Puya chilensis),  el "copao" del quisco  (Trichocereus chilensis)  e incluso la semilla de la quila   (Chusquea quila:  también codiciada por los ratones). Pequeñas vertientes dotadas de vegetación brotan hasta hoy en sus proximidades. El cauce del río Codegua  pasa a unos 200 m del sitio de campamento. El agua, por tanto, no era aquí  problema alguno  en ninguna  época del año. 

2.  Diversas especies vegetales allí presentes permiten  suministrar elementos para la construcción de cabañas ligeras, muy en especial la quila   (Chusquea quila), pero también  el quilo  (Mühlenbeckia hastulata),  el palqui   (Cestrum parqui),  el  romero o  romerillo   (Baccharis linearis) y el colliguay (Colliguaja odorifera), además de las ramas bajas de árboles como el peumo, quillay  (Quillaja saponaria) o litre  (Litraea caustica), ya citados arriba.  Por cierto, nuestra excavación no nos  permitió  obtener información suficiente como para  sacar conclusiones  sobre sus simples y provisorias chozas de refugio.

3. Los animales de caza preferidos  eran, con toda probabilidad,  el guanaco (Lama guanicoe), el huemul cordillerano (Hippocamelus bisulcus), roedores como la chinchilla (Chinchilla lanigera), el cururo (Spalacopus  cyanus)   o la vizcacha ( Lagidium  viscacia) y varias especies de aves, entre ellas la perdicita de Gay  (Attagis gayi), observada por nosotros  y especies de patos silvestres en el río. Bandadas de bandurrias (Theristicus melanopis) no son raras  en ciertos parajes planos, durante el verano Le excavación  mostró la presencia de varios huesos largos, muy probablemente de guanacos, que aparecieron cortados típicamente en el sentido de su longitud, seguramente para  permitir extraerles la médula ósea. No se realizó estudio del material óseo hallado.

4. Una de las cosas más interesantes de la excavación es el abundante uso que  se hace, por parte de los cazadores, del  jaspe, sílex y  obsidiana,   materiales con los que elaboraron   puntas de proyectil pequeñas, raspadores y raederas, principalmente. Estas materias primas no  se encuentran in situ, ni siquiera cerca, por lo que han debido ser transportados  desde  lugares alejados, mucho más altos de la cordillera. De hecho, nuestras pesquisas hechas meses después, dieron con  algunos lugares donde abunda este tipo de roca, sobre los 3.000 m. de altitud. La presencia de  lascas de estos materiales,  en efecto, fue  el hilo conductor que nos llevó a l descubrimiento del campamento-base. Porque precisamente  allí donde se concentraba la máxima cantidad de lascas, fruto  del  frecuente trabajo de talla, fue donde se decidió abrir el primer pozo de sondeo. Y justo allí apareció el fogón y la piedra de moler, a una profundidad de  40-43 cm. La presencia de obsidianas, en particular, sería prueba evidente  de la   existencia de  un tráfico de  muy larga distancia y, probablemente, de  extensos  recorridos que llevaban al otro lado de la cordillera.  Sus ocupantes serían los antecesores prehistóricos de las tribus de chiquillanes, que aún en tiempos coloniales tempranos depredaban y se dejaban caer sobre las zonas agrícolas en la zona central de Chile. 

5.  De enorme interés es la aparición, muy cerca del fogón y a apreciable profundidad de una piedra horadada. Está extrañamente fracturada en su sentido  horizontal. Piedras horadadas semejantes (aunque generalmente bastante más grandes  y voluminosas) se han encontrado  en enorme abundancia en la zona central y centro-sur de Chile.  Al parecer,  son de gran antigüedad. Su función resulta aún hoy  enigmática y ha sido muy discutida. Se ha sugerido que habrían sido  pesos para instrumental agrícola, cabezas de mazas para la guerra y/o elementos de culto  y ritualidad,  al estilo de los  pimuntue  ceremoniales recientes,   de la zona cultural mapuche.  Tal vez tuvieron  una utilidad  múltiple. Por la cronología de nuestro yacimiento y  su ubicación en la precordillera, hay que descartar aquí absolutamente  el uso agrícola. Sus escasas dimensiones, no la hacían, tampoco,  un elemento práctico como arma de guerra.   El pequeño tamaño de la pieza encontrada por nosotros  (4,6 cm   x  5.5 cm)   muy cerca del fogón ( 1 30 cm) y a la misma profundidad de éste, nos habla  seguramente de un uso  muy diferente del agrícola y del marcial: tal vez el uso ceremonial  Y nos transporta,  desde el punto de vista de la cronología,  a una época algo anterior a la era cristiana, tal  como veremos.

6.  El sitio es absolutamente acerámico, es decir,  carece absolutamente de fragmentería cerámica. No se halló durante el transcurso de  la excavación, en ninguna de las  seis capas o estratos estudiados,  ni un solo fragmento de cerámica.  Lo que  apoya totalmente  la hipótesis de  que sus ocupantes  fueron solo pequeñas bandas u hordas de cazadores-recolectores, al estilo de  sus sucesores los indios chiquillanes o, algo  más al sur, de los  pehuenches  y puelches cordilleranos. No habrían tenido, al parecer,  contacto cultural alguno con  grupos poseedores de cerámica, que  ciertamente ya  debió haberlos por esas épocas  en el valle central de Chile   (Cultura Aconcagua). 

7.  Según ya lo señaláramos en nuestra obra. Etnogeografía de Chile,   Vol. XVI, Instituto Geográfico Militar, Santiago,  1987: 85-87),  estos cazadores al cruzar la cordillera, han podido encontrar rocas aptas, comola obsidiana, el jaspe y el sílex para fabricar, en su campamentos de base, su utillaje de caza. Al efecto, trasladaron hasta sus campamentos  núcleos semipreparados de estos materiales. Pero el fino trabajo de talla de cada instrumento se realizó in situ, en el campamento-base, tal como lo demuestra  la enorme cantidad de desechos de talla hallados por nosotros, hasta en sus tamaños más mínimos.De hecho  hacia los 3.000 m de altitud, en un lugar llamado hasta hoy la "Olla Blanca"   hallamos años después  un yacimiento de jaspe rojo, en bloques hasta  50 cm de diámetro, en el fondo de un  pequeño torrente. 

8. Muy cerca de este último sitio, a unos 100 m. de distancia,   hallamos en esa oportunidad  unas curiosas  ruinas con pircas derruidas,  dotadas de un pavimento de rocas planas y  numerosas lascas y aún artefactos líticos rotos,   fruto del desbaste del jaspe y del sílex. (Larrain,  1987:  85, nota 21 y pág. 93, foto Nº 28). ¿Estas ruinas (¿posible tambillo?),  ¿pudieron, tal vez, formar parte de algún circuito de tránsito de alguna ruta inca  hacia el lado argentino?. No lo sabemos.  Y si no son incaicas,  ¿qué  origen y sentido tienen?. ¿Fueron simples apostaderos para cazadores?. Pero, en tal caso, ¿para qué colocar un bien ordenado piso de lajas de piedra, como fondo de una habitación?. Aquí hay, sin duda,  un pequeño enigma por resolver. El antiguo recinto se halla en la parte elevada  (Norte) de una extensa cuenca u hoya  con inclinación  N-S, hoy utilizada como cancha de esquí y conocida en la época  de nuestros estudios  como la "Olla Blanca". Una fotografía de estas ruinas  y su pavimento,   puede Ud. ver en  la citada obra de Etnogeografía nuestra  (1987:  93,  Foto 28).   

8. Esta zona de nuestro descubrimiento, hacia  los 850 m. de altitud, debió ser, en general, visitada por los cazadores andinos  preferentemente en épocas de verano y otoño, cuando  el derretimiento de las nieves de la alta cordillera llega a su máximo y permite el cruce de Los Andes por diversos pasos más bajos.

9. Nos alegramos, por fin,   profundamente de haber dado a  conocer  hoy este descubrimiento de  más de 30 años atrás, para  que  pueda ser útil para un mejor entendimiento del poblamiento antiguo de esta zona precordillerana baja, en épocas tempranas. Poderosas razones  personales nos habían impedido, hasta ahora, dejar por escrito y publicar esta evidencia que hemos comunicado por e-mail al Museo Regional de Rancagua.. Allí, debe quedar constancia de este descubrimiento y su proceso completo. 
   

















¿Cuál ha de ser el verdadero sentido y misión de la Universidad?: reflexiones de San Alberto Hurtado Cruchaga, S.J.


                                      
Fig. 1.   Portada de la revista "Mensaje"  en su Número dedicado al recuerdo de la canonización de San Alberto Hurtado  (Octubre 2015). 

                                        
                                                    Fig. 2.  Primera página del artículo.


Presentamos aquí  la versión original nuestra del artículo que  acogió la Revista "Mensaje", de los jesuítas chilenos,  en su edición del mes de Octubre  2015. 

Nuestro texto original.

"Los recientes sucesos ocurridos en  Chile,  nuestro país, (caso  PENTA, caso CAVAL, Caso SOQUIMICH, Colusión de tres famosas cadenas de farmacias (Ahumada, Cruz Verde y  Salcobrand) y tantos otros más de los que hemos sido testigos en los últimos años, nos deben llevar a reflexionar sobre el rol de la Universidad, y del universitario de hoy. Porque sintomáticamente,  todos esos hechos dolosos, constitutivos de delito o, al menos, colindantes con el delito desde el ángulo legal, (y ciertamente delitos vergonzosos desde la perspectiva ética),  han sido perpetrados por gente de excelente formación académica, casi todos ellos graduados en las mejores Universidades del país y/o del extranjero. 

¿Qué está pasando?

¿Qué está pasando?.  ¿No es esto, acaso, síntoma infalible de descomposición moral, a los ojos de la opinión pública?. ¿Dónde queda -nos preguntamos perplejos- la probidad de nuestra clase  empresarial?. No se trata, por desgracia, de  un caso aislado. Tampoco de tres o cuatro casos fortuitos. Ha sido una verdadera marejada de actos, uno tras otro, que sacuden a la opinión pública y nos exigen no solo reflexión, sino también acción  y reacción. No podemos quedarnos de brazos cruzados ante el despojo del erario nacional por  evasiones tributarias en cantidades siderales. Tal como ha sido señalado por la Comisión Engel recientemente (Marzo 2015),  esto tal vez  no constituya una prueba de que Chile sea ya un país corrupto, pero sí  que estamos al borde de serlo, si no se toman las providencias del caso.

 Ante esta situación que  nos tiene  profundamente deprimidos,  amargados o rabiosos,  viene muy al  caso reflexionar serenamente sobre  unas frases del santo jesuíta chileno Alberto Hurtado Cruchaga (1901-1952), creador del "Hogar de Cristo", fundador de la  central de trabajadores  católica  ASICH y Fundador  y Director de la revista "Mensaje", órgano de reflexión cristiana sobre los grandes problemas nacionales. Su corta  pero laboriosa vida fue un ejemplo de entrega total al bien común, expresada en el amor a los más pobres  y en la defensa de los derechos de los oprimidos  y abandonados por la sociedad. Pero, a la vez, pensaba en los grandes problemas nacionales y sus soluciones.  Su voz sigue resonando hoy, fuerte y exigente, a través de sus obras y artículos.  También a través de sus seguidores y discípulos. Insigne pedagogo, se preocupó de la enseñanza y sus medios para transformar a los hombres y hacerlos más humanos..

Un texto para meditar.

El texto que sigue más abajo y que queremos meditar hoy día,  forma parte de sus reflexiones sobre la "Misión del Universitario".  Alberto Hurtado -no lo olvidemos-   había hecho sus estudios de doctorado en pedagogía en la Universidad de Lovaina (Bélgica)  y fue  educado  justamente para  ser un formador en los Colegios de la Compañía de Jesús. Su primera misión fue, precisamente, formar a los futuros  profesionales del país, labor que ejerció por años en el Colegio San Ignacio de la Orden. Mente lúcida  y abierta a los problemas  que presentaba la sociedad chilena de su época, pronto se dio cuenta  que la formación de líderes cristianos  era un requisito sine qua non para  enfrentar los desafíos de la Iglesia del futuro. Profundamente conocedor de la realidad social de su época,  se dio perfecta cuenta que se necesitaba trabajar, conjuntamente, en dos frentes: el social  para atacar las terribles desigualdades sociales existentes en el país, y, a la vez,  el intelectual,  creando una voz que llegara  al mundo de los hombres que tenían la responsabilidad de dirigir los destinos del país: los políticos  y los universitarios (investigadores tanto como profesionales).  Esa voz tenía que llevar  a todos  (cristianos y no cristianos) el mensaje de Cristo y por eso -y no fue  mera casualidad-  Alberto Hurtado tituló "Mensaje" a la publicación pensada para ser  portadora de orientaciones y criterios examinados  "a la luz del Evangelio".  Y "Mensaje", nacida en octubre del año 1951, 10 meses antes de la muerte de su autor, lleva a la fecha  637 números publicados y  60 años de publicación ininterrumpida.

El visionario creador de instituciones  necesarias  y urgentes.

El hombre que  creó  en el año  1944 el  "Hogar de Cristo", consciente  de que no existía en el país una institución que albergara   y diera  casa y sustento a  los más pobres o desposeídos; el hombre que quiso trasmitir  las enseñanzas  sociales de la Iglesia  a los sindicatos, creando  la ASICH (Asociación sindical chilena); el hombre  que  en 1947 ideó la revista "Mensaje" para  entregar orientaciones cristianas frente a los problemas del mundo de hoy,  también  pensó  en el rol  de la Universidad. Muy poco faltó para que creara la Universidad  de los jesuitas.  Pero no tuvo tiempo.  Poco después de su muerte, ocurrida el 18 de Agosto del año 1952,  el 31 de Mayo de 1956, uno de sus discípulos jesuítas (Gerardo Claps) formaría en el Norte del país (Antofagasta) una Universidad  jesuíta,  bajo el nombre de  "Universidad del Norte" (hoy Universidad Católica del Norte).  

Conocimiento de causa.

 Por lo señalado arriba,  es evidente que Alberto Hurtado, abogado, sacerdote,  y por añadidura pedagogo de excelencia (autor de varios libros de pedagogía),   tenía de sobra los conocimientos para opinar sobre la Universidad: su rol y sus  objetivos básicos. Formado en la Universidad de Lovaina y conocedor de las Universidades francesas, Alberto Hurtado  habla, por lo tanto,  "con pleno conocimiento de causa".  Nadie le podría achacar  desconocimiento del tema.

No es nuestra intención  hacer  aquí un estudio completo de la Universidad y sus fines. Para ello tendríamos que estudiar a Andrés Bello, examinar los dichos de R. A. Philippi y otros sabios universitarios y, en tiempos más recientes, el pensamiento señero de Juan Gómez Millas, Rector por largos años de la Universidad de Chile. Hoy solo nos convoca  el examen y meditación de un texto de  Alberto Hurtado, hombre múltiple,  hoy santo de la iglesia católica..

Analicemos este notable texto y saquemos algunas conclusiones.


No es nada fácil definir una Universidad y sus fines  esenciales y primordiales:   qué debe ser, a qué debe orientarse,  qué campos debe estudiar, qué clase de personas debe formar. Las frases que anteceden, constituyen  un verdadero paradigma de lo que debe ser, a juicio de Alberto Hurtado, tanto la Universidad como los académicos y profesionales formados por ella.   Y, ¡ojo!,  él  no se está refiriendo a una Universidad católica: se está refiriendo a la esencia de toda Universidad, de cualquier Universidad; a su sentido primigenio  y más profundo.  La conclusión a que se llega   luego de este análisis, es que muchas de las Universidades chilenas, si es que no  todas,  no alcanzan esta vara tan alta.. Muchas, ni siquiera de cerca. Algunas, por desgracia, parecerían ser, a juzgar por sus obras (o "frutos")    la antítesis misma de esta definición. Viene muy a cuento aquí  la expresión de  Jesucristo:  "por sus frutos los conoceréis". (Mateo cap. 7, vers. 16 y 20). ¿Cuáles son "los frutos" de la Universidad?.   el grado de  formación de sus alumnos, en primera instancia, la calidad de su académicos, sus servicios y actividades, sus publicaciones y revistas, su aporte real a  la solución de problemas regionales, su  influjo orientador en la sociedad,  el respeto que se le tiene  en la sociedad (ciudad, región)  donde ser insertan.  

¿Qué atributos   debe tener, según Alberto Hurtado,  una Universidad auténtica?.

1.  "Debe ser el cerebro de un país".   Es decir, una "masa crítica" pensante. Para lo cual tiene que reunir un grupo de "pensadores". No solo de maestros ejecutores  o "repetidores"  (memorizadores)  de materias.  Pensadores en el campo de la Ciencia, en el campo del Arte, en el campo de Filosofía, en el Campo de la  Historia, Antropología  o Sociología, en el campo de la Educación, en el campo de la Economía y del  Derecho.   ¿Qué Universidades  merecen este título en nuestro país?.  Dénos Ud. mismo  la respuesta. ¡Y pensemos que Alberto Hurtado pone este atributo en el primer lugar!.

2. "Debe ser un centro donde se investiga".  Es decir, donde se  examina y analiza. ¿Qué cosas?:  lo que  dice "relación con el bien común" de la región o del país.  De esta investigación se trata; no de cosas sin enjundia, que poco o nada tienen que ver con las necesidades reales de la comarca donde residen. Para investigar,  se necesita,   además de los conocimientos teóricos, propios  del sabio, la biblioteca especializada  y los elementos de trabajo básicos para ello (laboratorios, etc.).  Considero que para eso se crearon las llamadas "universidades regionales" para estudiar la región y contribuir a solucionar sus problemas más acuciantes. ¿Cuántas universidades nacionales realmente investigan?, ¿Qué investigan? ¿Cuántas de ellas  solo repiten  en sus aulas lo ya bien sabido?.

3. "Debe ser un centro donde se planea [planifica]".  Esto nos parece fundamental:  Esa "masa pensante", nervio y vida de la Universidad,   tiene como misión esencial, además de  entregar conocimientos especializados a los estudiantes de las distintas  carreras, pensar el futuro, prever el desarrollo de las acciones en curso, estudiar  el destino de las mismas, observar su influjo (positivo o negativo), para  ser así capaz de  cambiar el rumbo,  o modificar a tiempo cátedras y programas. En otras palabras, la Universidad  tiene que ser dinámica por esencia, porque el mundo a su alrededor es igualmente cambiante y dinámico. Lo que obligará a modificar  los curricula   cuantas veces sea necesario para adaptarse  a las nuevas circunstancias. Este pensar el futuro, significa que la Universidad debe ser capaz de adelantarse a  los hechos, prever situaciones-límite. Si no es capaz de hacerlo, significa que no posee en sí una  "masa pensante".  ¿Cuántas  Universidades pueden decir con honestidad que poseen un núcleo de "pensadores del futuro" de la región o del país?.

4.  "Donde se planea y discute  cuanto dice  relación  al bien común y de la humanidad". "Se discute". Palabra mágica  del Padre Hurtado que da  entender  la necesaria  presencia de debate, discusión, controversia acerca de los problemas que se examinan. Nada de  predicación ex cathedra. Esto último queda  solo para  el caso de las verdades o dogmas de la fe,  en el caso del creyente.Pero solo en este caso. En todo lo demás,  se debate y  se examina diversas proposiciones o  posturas. También en el campo de lo ético o moral.  Porque la búsqueda del "bien común", objetivo  que debe ser  el faro iluminador de este proceso universitario,  supone  aunar voluntades y criterios  en materias discutibles.  La discusión, el debate es parte  de la búsqueda de la verdad, del  mejor camino a seguir.

La búsqueda del bien común..

La "búsqueda del bien común"  además,  nos obliga a pensar  en  nuestra responsabilidad frente a toda la comunidad humana que nos rodea, nos obliga  a superar el individualismo tan propio de nuestra época . El "yo" debe ser superado por el "nosotros".   Aquí aflora, en toda su fuerza.  la faceta social del P. Hurtado. Aquí está el germen del "Hogar de Cristo" y de la ASICH; el germen de la revista "Mensaje". Nos preguntamos: ¿qué  aspectos del bien común de la nación o de toda la Humanidad se discuten concretamente  en nuestras Universidades?. En la mayoría de ellas, ¿se vive pensando en cómo contribuir al "bien común", o más bien,  en cómo solucionar los problemas económicos  y saldar las deudas acumuladas?.  Seamos sinceros.

Actitud ante  los problemas de la humanidad. 

¡Ni hablar  de  reflexionar sobre  los problemas  de la Humanidad entera!.   ¿Podemos honradamente decir que la Universidad,  como ente pensante,  tiene una voz, o  está seriamente preocupada por el problema migratorio a nivel mundial, o del problema del calentamiento global a nivel planetario, o del problema de la escasez de agua y la desertificación creciente, o del problema de la contaminación  atmosférica de mares, ríos o lagos, o de  los efectos de la minería  extractiva  sobre los ecosistemas, las cuencas  y cursos de agua o -como acaba de ocurrir en el desierto chileno- sobre los  efectos devastadores de los aluviones  y  aludes en territorios áridos?. ¿Tiene hoy la Universidad alguna voz cantante en materia de migración interna o de inmigración masiva  por parte de países vecinos? Ninguno de estos tópicos parece ser tema muy relevante para muchas de ellas. Al menos así pareciera según se desprende de su silencio. Y lo que más preocupa, es que frente a algunos de estos tópicos (v.gr. contaminación,  migración), ni siquiera existe una voz  unánime entre los académicos. Lo que genera más confusión  en la opinión pública. e impide tomar  a tiempo las decisiones del caso.    

5. "El universitario debe adquirir la mística de que no es solo un técnico, sino el obrero intelectual de un mundo mejor".

¿"Mística"?. Palabra  arcaica,  casi del todo desconocida hoy día. Tan poco la usamos, que nos vemos obligados que buscar su significado en Internet.  ¿Qué es mística,  ¿qué son los místicos?.  ¿Qué hacen?. ¿Para qué sirven?. Voces éstas que parecen pertenecer al contexto histórico de la "Edad Media", sus eremitas y sus santos. Cuando lo que realmente interesa  hoy  al joven profesional es hacer dinero rápidamente y  de cualquier manera,  para acceder rápidamente a esta mal llamada "sociedad del bienestar". La "mística", hermana mayor de la austeridad, la sobriedad y la pobreza,  es la antítesis misma de los honorarios abultados, de los sobreprecios, de las "boletas ideológicamente falsas",  de las malversaciones de fondos, de las habilidosas  trampas a Impuestos Internos,  del  robo descarado al erario nacional por parte de empresarios y contadores  inescrupulosos.  ¿Cuánta "mística" es observable hoy en las carreras universitarias, entre sus académicos o estudiantes?. ¿Queda allí todavía algún "místico", esto es un enamorado de su disciplina, a la que consagra  infinitas  horas extras sin chistar?.


6. "El universitario...debe ser el obrero de un mundo mejor".

"Un mundo mejor para todos".   ¿Sublime anhelo de románticos y soñadores?.  ¿O  una  realidad posible?. .¿Soñaron   acaso los  cerebros de  PENTA, SOQUIMICH,  CAVAL y tantos otros  entes   que han quedado en entredicho en nuestro país en los últimos años,   en un "Chile mejor para todos"?. O, más bien, en cómo amasar rápidamente una fortuna personal,  en cómo conquistar del poder económico o político, o en cómo hacer un negocio brillante a costa del Estado de Chile, o, o finalmente, en cómo  llegar a controlar el Parlamento Nacional en su propio beneficio?. Y pensar que todos los "próceres" que figuran hoy en estos  actos constitutivos de  delito  -que ojalá lleven efectivamente a algunos la cárcel -  son "frutos" maduros de Universidades chilenas!. Parece inaudito. Al parecer, en las Universidades -me imagino- aprendieron las tretas  y  resquicios legales para enriquecerse a costa de otros, el resto de los chilenos. Por lo que se presume, en las Universidades, por desgracia, nunca o casi nunca se les habló de ética o de moral, materias consideradas aparentemente  "superfluas", indignas de figurar en un curriculum universitario considerado "moderno" y "progresista". ¿Ética?  , ¿moral?,  ¡Qué estupidez!.  Así se pensó.

Primacía de la ética.

Sin embargo, todas las materias universitarias, si pretenden ser verdaderamente "humanas" (esto es,  para el beneficio real del hombre social),  deben  someterse necesariamente al dictamen de la ética: la economía, la ingeniería,  la arquitectura de puentes, edificios y carreteras, la medicina,   el periodismo, el derecho, la sociología y antropología; todas!.  Hasta el Arte.   Recién ahora ciertas Universidades esbozan un  tímido "mea culpa" en este sentido. Recién ahora se dan cuenta que crearon "monstruos" y no -como dice el P. Hurtado- "obreros intelectuales de un mundo mejor". La mayoría, ni siquiera se lo han planteado todavía, tan nula  ha sido  su capacidad de autocrítica. Al menos, que se sepa,  no se han referido aún a este tema, verdaderamente tabú.

Una  definición de Universidad  "al servicio del bien común".

La definición  que nos ha dado el padre Hurtado  sintetiza el auténtico "ideal de Universidad". Responde a lo que quiso ser la  auténtica Universidad  en la Edad Media:  "Universitas Magistrorum et scholarium": esto es,  "la totalidad de maestros y  estudiantes", que    buscan, como totalidad,  "engendrar   y transformar al hombre por obra de la ciencia y el saber".

Transformar al hombre, poniéndolo al servicio de la humanidad toda. O, en nuestro caso, del propio país o región, es el auténtico rol de la Universidad, según  Alberto Hurtado.

En pocas líneas,  apretadas pero  diáfanas y  expresivas,  nos da a conocer san  Alberto Hurtado   la verdadera misión de la Universidad y del universitario  hoy día.  Nos traza una meta  ardua  y espinuda, a la que  las auténticas Universidades deberían aspirar. ¿Qué universidades chilenas hoy pueden proclamar haber alcanzado esta vara tan alta.?   ¿Será mucho pedir,  al menos,  que se propongan esta meta como verdadero objetivo de su actuar en la sociedad moderna.?".

 Hasta aquí, el texto original nuestro.

En la revista "Mensaje", de Santiago de Chile.

La Revista "Mensaje" de los jesuítas chilenos,  en el volumen aniversario de los 10 años de la canonización del Padre Hurtado (Octubre  2015) recogió este artículo nuestro, aunque matizando  sus expresiones y  recortando bastante su extensión. Fue publicado en el Número 643 de la revista (Volumen LXIV: 40-41). Por este motivo, nos ha parecido justo  editarlo en su forma original, tal como fue concebido.

El visionario.

Alberto Hurtado no solo fue un gran  santo de la iglesia católica de nuestro tiempo.  Fue un   notable visionario  en diversos escenarios del acontecer nacional.  En lo social, marcó nuevos rumbos  al crear  el "Hogar de Cristo" para acoger a los desamparados y desterrados  de la sociedad,  que vagaban por las calles  y muelles de la nación, sin rumbo ni  destino. Recogió e hizo suyo el mensaje de Cristo  donde nos expone los parámetros con que Dios juzgará  a su pueblo en el Juicio Final: "tuve hambre y me diste de comer, estaba desnudo y me vestiste, enfermo y me visitaste, peregrino y me acogiste".  Así retrata Mateo en su Evangelio al verdadero discípulo  de Cristo, según palabras del mismo Maestro (Mateo cap.  25, vers. 35).  Pero junto con ello, fue el adalid indiscutido de la causa de la justicia social, abogando por la defensa  los derechos de los trabajadores para los que creó la Acción Sindical Chilena (ASICH).

El pensamiento de Alberto Hurtado: la educación en valores  y principios.

Su acción y su pensamiento en el  plano educacional e intelectual es, lamentablemente,  poco conocida, aún en Chile. Por ello hemos querido presentar estas ideas, extraídas de uno de sus escritos. Si nos fijamos bien, fustiga Alberto Hurtado veladamente pero con energía  aquellas formas y sistemas  de educación que no van al meollo de la formación humana en valores  profundos, y solo entregan un barniz insípido de conocimientos,  aparentemente "para triunfar en la vida", como se pregona por ahí. Nos preguntamos si  nuestras Universidades chilenas se  atreverían  "a mirarse en este espejo"  que presenta  audazmente Alberto Hurtado como el verdadero y auténtico modelo de Universidad.

Epílogo.

Los sucesos ocurridos en Chile durante este año 2015 en relación  con la discusión acerca del lucro de y en las Universidades,  dejan bien al desnudo cómo muchos de estos centros de educación superior se han apartado del verdadero objetivo de su misión,  habiéndose convertido  no pocos de ellos en  viles "mercaderes de la educación", donde la educación es tan solo un  "bien de consumo" más, como alguien dijo por ahí...