Ya hemos comentado, en un segmento anterior de este Blog, que el naturalista inglés Charles Darwin no demostró especial interés por visitar las afamadas minas de plata de Huantajaya y Santa Rosa, a pesar de su cercanía al trayecto que, a lomo de mula, realiza hacia el interior, porque -como el mismo anota- estaban ambas, por entonces, en total decadencia. Cerca de Coquimbo, sin embargo, había visitado con interés las minas de plata de Arqueros, de propiedad de otro británico, José Edwards, apenas dos y medio meses antes, en Mayo del año 1835.
En su relato, la minería es siempre uno de sus principales focos de interés, tanto desde el punto de vista geológico como económico. Por eso, al día siguiente de su arribo a Iquique, un 12 de Julio de 1835, se apresura a visitar una salitrera, al parecer una de las más florecientes en su época y perteneciente a otro inglés, George Smith. Nos dice al respecto:
"Al día siguiente de llegar, contraté con dificultad y al precio de cuatro libras esterlinas, dos mulas y un guía que me condujesen a la explotación del nitrato de soda. Esta explotación constituye la fortuna de Iquique. Comenzó a exportarse esta sal en 1830, enviando a Francia e Inglaterra en un año, por valor de 100.000 libras esterlinas. Se emplea principalmente como abono y para la fabricación del ácido nítrico...".
¿ Cómo supo Darwin de las salitreras, que recién comenzaban a operar?
Es probable que ya en Coquimbo, y probablemente a través de Mr. Edwards, Darwin recibió información de la activa explotación en la zona de Iquique de un producto nuevo, el salitre, sobre el cual el gobierno inglés tendría especial interés en recabar noticias fidedignas, de labios de un científico. Por eso prefiere, por la estrechez del tiempo de recalada del " HMS Beagle" en el puerto de Iquique, ocupar su tiempo en una visita detenida a las pampas calicheras. Parten muy de mañana en mula, su guía y él hacia las minas, situadas a unos 70 km de distancia, y llegan allá a la salitrera "La Noria" después de la puesta del sol.
Un verdadero desierto.
El terrible trayecto por el desierto interior merece esta observación del naturalista:
"...llegamos a las minas después de haber viajado todo el día por un país ondulado totalmente desierto. El camino estaba salpicado de los esqueletos desecados de muchas bestias de carga que habian muerto de cansancio. Fuera del Vultur aura [se trata evidentemente del jote o gallinazo del Norte, hoy clasificado como Cathartes aura, que suele verse revolotear por todo el Norte de hile, máxime cerca de la costa] , no he visto ni pájaro, ni cuadrúpedo, ni reptil ni insecto..." .
La enorme cantidad de esqueletos de mulas visibles a lo largo de su trayecto, le impresiona. Tal como nos impresiona este mismo hecho hoy día, al recorrer la mayoría de las antiguas huellas de carretas. El tráfico incesante de mulares jadeantes, en número de seis o nueve animales, tirando las carretas cargadas de salitre, acabará con muchos de estos sacrificados animales por efecto del hambre, la sed o el agotamiento extremo.
Tenía razón, pues, Darwin cuando anota, un par de páginas antes en su Diario, esta lapidaria afirmación: "Nos encontramos en un verdadero desierto". Desierto que el mismo entre Vallenar y Copiapó, había rotulado de "seco y estéril Despoblado". Para terminar con esta frrase elocuente: "quizá sea éste el primer desierto verdadero que en mi vida he visto...".
Alojamiento en la salitrera "La Noria".
"Pasé la noche en casa del propietario de una de las minas de salitre", nos dice a continuación. Era otro inglés, George Smith, cuyo nombre extrañamente calla, que residía desde hacia tiempo en la región (desde 1826), a quien conocemos por las referencias de William Bollaert, químico británico que escribiera sendos artículos sobre sus experiencias en la región de Tarapacá, en los Proceedings of the Royal Geographical Society of London.
¿De dónde procede el agua del subsuelo en estas pampas resecas?.
Su descripción de las "calicheras", o lugares de explotación del salitre suena así:
"Era tan estéril el suelo aquí como junto a la costa; pero puede obtenerse agua aunque de gusto amargo y salitroso abriendo pozos: el de la casa en que me hallo, tiene 36 metros de profundidad. Como no llueve casi nunca, claro es que este agua no procede de las lluvias. Si así fuese, no resultaría potable, porque toda esta comarca, se halla impregnada de substancias salinas. Debe pues creerse que sean infiltraciones de la cordillera, aunque [ésta] se halle a muchas leguas de distancia.".
Darwin tenía toda la razón. Esas aguas, salinizadas en su trayecto subterráneo desde las quebradas y el altiplano, provenían ciertamente de la alta Cordillera. No podía ser de otro modo, pues casi nunca llueve o muy esporádicamente en la pampa interior. Y pueden pasar diez o más años sin lluvia alguna. En cambio, en el altiplano y hasta los 3.000 m. de altitud llueve todos los años, durante el llamado "invierno altiplánico" o "invierno boliviano".
Las minas de salitre.
"Vendíase esta sal entonces a 14 chelines las 100 libras sobre cubierta [esto es , puesta en el barco] el transporte a la costa era el mayor gasto. Consiste la mina en una capa muy dura de 60 a 90 centímetros de espesor, de nitrato [de sodio: NaNO3] mezclado con un poco de sulfato de soda: [Na2SO4] y gran cantidad de sal común. Se encuentra este depósito inmediatamente debajo de la superficie y se extiende por 240 kilómetros en las márgenes de una llanura o depresión inmensa. Por la configuración del terreno es evidente que debió ser en otras épocas un lago, po más probablemente un brazo de mar; la presencia de las sales de yodo enl a capa salina tendería a confirmar esta última suposición. La llanura se encuentra a 1100 metros sobre el nivel del océano Pacífico".
Origen del salitre: su hipótesis.
¿Cómo pudo Darwin en apenas un par de días de visita casual y de brevísima experiencia directa con las salitreras especular tan acertadamente sobre su posible origen?. ¿Cómo pudo saber su posible extensión en la llanura interior o Pampa del Tamarugal que no llegó a ver con sus propios ojos?. Es evidente que su origen geológico y paleontológico así como el área presumible de presencia de esta riqueza, debió ser tema obligado de animada conversación con su hospedero, George Smith, durante esa noche del 13 al 14 de julio de 1835, seguramente a la luz de una chimenea de leña, pues en ese mes hace mucho frío en la pampa. Smith, por entonces de 34 años de edad, poseía una amplia experiencia en este tipo de explotación, y había trabajado desde el año 26 en estas faenas, (había llegado al Perú en el año 1821 con apenas 19 años), escuchando sin duda numerosos comentarios de visitantes y de "ensayistas" expertos o aficionados, que los dueños de salitreras habían contratado para explotar más racionalmente y mejorar los sistemas de elaboración del codiciado salitre. En la época de la visita de Darwin, el salitre era aún explotado por las salitreras llamadas "de paradas". "La Noria" era una de éstas y había sido adquirida por Smith, conocedor de su gran riqueza.
Pedro Gamboni, el químico chileno, no había perfeccionado aún el sistema de extracción del salitre (el que se llamará más tarde el sistema Shanks), el que recién patentará hacia el año 1856, revolucionando lo sistemas ded producción. Por lo tanto, el empleo de la antigua metodología extractiva ocasionaba la pérdida de cerca del 30% del nitrato por efecto de la combustión incompleta de los caldos en los "cachuchos", y un gasto excesivo de leña de tamarugos. Tanto que se puede atribuir a este tipo de Oficinas, "de Paradas" , una enorme responsabilidad en la tala indiscriminada del antiguo bosque Tamarugal por dichas fechas, como lo señala atinadamente el historiador nortino Oscar Bermúdez Miral en su notable obra Historia del Salitre (Ediciones Universidad de Chile, tomo I, 1963).
Intuición geográfica de Darwin
Con los pocos antecedentes geológicos disponibles a la fecha, es admirable la intuición geográfica del naturalista inglés al afirmar, sin género de duda: "es evidente que [esta pampa] debió ser en otras épocas un lago, o más probablemente un brazo de mar". Y el argumento que le convence definitivamente es la presencia de sales de yodo (de origen marino). Es exactamente la misma conclusión a la que arribará el benemérito geólogo alemán Juan Brüggen en su obra: Fundamentos de la Geología de Chile, 1950.
Darwin nos deja con "gusto a poco".
Así, en apenas tres apretadas páginas de su Diario de Campo, Darwin nos deja con gusto a poco al relatar sus andanzas por este desierto nortino, a lomo de mula. ¿Qué habría ocurrido si en lugar de tres cortos días, Darwin hubiese pasado una semana o dos entre nosotros?. Si en tan corto tiempo nos ha brindado tal cúmulo de valiosas observaciones, comentarios, reflexiones científicas e hipótesis, ¿cuál habría sido, por ejemplo, su reacción ante la presencia de los "oasis de niebla"o los "tillandsiales", que lamentablemente no llegó a ver por entonces?. Porque su habilidad descriptiva y su sagacidad nos habría permitido comparar su estado de vigor con su precaria situación actual, de franca retracción y evidente decadencia.