Un artículo olvidado.
Interés de Bermúdez por los changos.
Excursiones en busca de materiales arqueológicos para el Museo.
Como en aquellos tiempos (1963-65) no existía aún Ley de Monumentos Nacionales, (la primera Ley data del año 1970) ni restricción o prohibición alguna, nos sentíamos autorizados a excavar y llevar al Museo todo lo que encontrábamos. Hasta pequeños bloques con petroglifos cercanos a Quillagua fueron así a parar a las Colecciones del Museo de la Universidad del Norte, en calle Baquedano. Nos sentíamos, a la verdad, al hacer esto, auténticos salvadores del patrimonio arqueológico regional que, de otro modo, tal vez hubiera sido destruido o vendido en el comercio informal, desapareciendo del país. En nuestro Museo, en cambio, todo quedaba allí registrado y fichado.
En el Museo Regional de Antofagasta.
Todos estos materiales, han quedado afortunadamente conservados hasta hoy en la colecciones del Museo Regional de Antofagasta donde hace pocos meses pudimos ver, con mucha emoción y sorpresa, los antiguos catálogos y los elementos culturales por entonces cuidadosamente rescatados por nosotros. En capítulos de este mismo Blog, hemos presentado fotografías nuestras de la época y algunos de los primeros trabajos de investigación que audazmente nos atrevíamos a presentar en la revista de la Universidad del Norte.
El artículo de Oscar Bermúdez de Abril de 1968.
El artículo que aquí presentamos examina, con base en documentos históricos del siglo XIX, la capacidad de carga de las balsas que se emplearon en el carguío del salitre en los puertos del extremo norte de Chile, particularmente en Pisagua. De especial interés, es la fina descripción que aquí nos hace don Santiago Humberstone del sistema de carga de las balsas y que nos entrega en su Autobiografía por entonces inédita, traducida del inglés por su hijo Frank H. Humberstone. . Esta descripción es, probablemente, la que más pormenores nos ofrece sobre este particular, ya que la inmensa mayoría de las antiguas descripciones se detienen en presentarnos la peculiar forma y aspecto de estas balsas, sin preocuparse tanto de su funcionalidad, capacidad y utilidad práctica en las faenas portuarias de la época.
La imagen de Melton Prior del año 1890.
En su obra "Historia del Salitre" (tomo I), publicada en el año 1963 por las Ediciones de la Universidad de Chile, aparece una reproducción del famoso grabado de la obra: A Visit to Chile and the Nitrate Fields of Tarapacá, del periodista ingWilliam Howard Russell, que visita Chile y la zona salitrera desembarcando en los puertos de Iquique y Pisagua en el año 1889. Las notables ilustraciones son obra del dibujante y reportero gráfico inglés Melton Prior (Dibujo reproducido en la obra de Bermúdez, 1963, frente a la página 193). La descripción detallada de Russell se apoya en los dibujos de este notable dibujante inglés, y ambos documentos entregan muchísima información sobre la forma concreta en que eran usadas estas balsas para el carguío de los sacos de salitre desde la playa para ser conducidos a los clippers y veleros de la época por los barqueros changos. Esta obra se puede consultar en la Web: https://archive.org/details/visittochilenitr00russrich y se puede examinar, igualmente, en la reproducción reciente hecha de la obra pictórica de Melton Prior realizada en Chile y que nos trae Memoria chilena (http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC00004319).
He aquí el texto completo del artículo de Bermúdez:
Fig. 1. Página 1
Fig. 2, Página 2
Fig.4, Página 4
Fig. 5. Página 5
Fig. 6, Página final.
Consideraciones eco-antropológicas.
1. Las balsas de cueros de lobos marinos fueron usadas en las costas del Pacífico de Sudamérica, al parecer, entre el puerto de Ilo en el sur del Perú y el área de Coquimbo, en la IV Región de Chile, en épocas tempranas. La extrema utilidad de estas embarcaciones para sortear hábilmente el oleaje, las hizo prosperar y difundirse hasta bastante más al sur en Chile, y llegaron a ser utilizadas en el siglo XIX al menos hasta el puerto de Talcahuano.
2. Su empleo se relaciona directamente a la presencia abundante en nuestro litoral pacífico del lobo marino Otaria jubata, Allen (sin. Otaria flavescens Shaw), especie que en los roqueríos costeros suele formar enormes colonias llamadas localmente "loberas". El lobo marino es parte esencial de la fauna de la corriente de Humboldt, y su alimento principal es la anchoveta (Engraulis ringens) y otros peces de mayor tamaño de nuestras costas, como el jurel, la merluza, la cabinza, el tollo, el tomoyo y otras especies.
3. No se conoce aún con exactitud las fechas de sus primera utilización por el hombre de la costa pacífica, pero se presume que podría incluso ser anterior a la era cristiana.
4. Changos, lobos marinos y balsas, constituyen una unidad cultural inseparable. Porque del lobo marino el antiguo poblador chango obtenía gran cantidad de elementos esenciales para su vida: carne, grasa, sangre, tendones, huesos, cueros. Embarcaciones, vestimenta y vivienda, eran hechas de este otárido marino. Toda su vida y actividad, dependía de la caza y faenamiento de este animal en tiempos antiguos.
5. Prácticamente, que sepamos, no se ha conservado ejemplares arqueológicos de estas balsas, con excepción del hallazgo de pequeños fragmentos de cueros unidos por espinas de cactus (trozos de la balsa primitiva), a causa de su total destrucción por obra del tiempo. La razón puede ser bastante simple. Sospechamos que, al ser desmantelada y desechada una balsa, tras 4-6 años de uso, carcomida por los ratones o destrozada por los lobos marinos, sus materiales constructivos, incluídos los odres de cuero, debieron ser rápidamente consumidos en el fuego hogareño, donde siempre escaseaba el combustible. Recordemos que estamos en una zona de desierto absoluto, totalmente carente de vegetación. Las tablas y amarras de la "cubierta" de la balsa, bien pudieron ser nuevamente empleadas en la confección de otra balsa, a causa de la carencia de madera en la zona.
6. Diversos autores al examinar y estudiar en detalle el bagaje cultural de estas comunidades costeras, han llegado a la conclusión de que la caza y utilización del lobo marino y el empleo de estas embarcaciones y su confección constituyen todo un complejo cultural, parte muy importante y significativa de su identidad cultural como etnia o pueblo. En tal sentido, hemos publicado un trabajo con el título de "Identidad cultural e indicadores culturales del grupo étnico chango", en la revista "Norte Grande", Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile, Nº 6, 1978/79, 63-76.
7. Curiosamente, casi 20 años después del nuestro, el historiador Juan Alberto Herrera Veas publicaría un artículo casi con el mismo nombre: "Las etnias pescadoras del extremo norte: Indicadores culturales para los denominados changos", revista electrónica Ethno, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile, Otoño 1997. Esta publicación ha sido reproducida y puede hoy ser consultada en la web: www.csociales.uchile.cl/publicaciones/biblioteca/docs/ethno/ethno1.pdf.
8. ¿Eran efectivamente "changos" los cargadores que aquí vemos representados en el grabado de Prior?. Es muy poco probable. Casi seguramente no lo eran, aunque alguno de ellos pudiese tener sangre de aquel ancestro lejano. La inmensa mayoría de los antiguos changos de nuestra costa norte pereció en las terribles epidemias de fiebre amarilla y cólera desatadas en esta región costera a mediados y fines del siglo XIX, según consta documentalmente. Pero, en cambio, la tradición marinera de las balsas de cueros de lobos marinos sobrevivió largamente a su extinción como etnia y como pueblo. Hay consenso unánime en los historiadores en reconocer la capacidad de estas balsas para transportar, cada una, un enorme peso en distancias cortas, tal como lo demuestra Bermúdez en este artículo.
9. Como dato curioso y más bien anecdótico, anotemos aquí que Russell denomina por error "bolsas" a las "balsas". Así señala a los "Bolsa men" y sus "Bolsas". Para un extranjero de corta permanencia en nuestro país, resulta muy fácil confundir "balsa" y "bolsa".
Complemento bibliográfico de apoyo.
No podemos pretender indicar aquí toda la riquísima bibliografía que ha surgido sobre este tema en nuestro país y en el extranjero. Solo un par de referencias. Los estudiosos del tema, pueden encontrar, en las obras citadas, numerosas otras referencias que les pueden servir de guía para ahondar en su estudio.
A partir de los estudios pioneros de Ricardo Latcham (1910, 1911), fundamental para el estudio de los changos del extremo norte de Chile es hoy la siguiente obra: "Las balsas de cueros de lobos de la costa de Chile", de Gualterio Looser, en la Revista Chilena de Historia Natural, Año XLII (1938) : 232-266. Este trabajo es, probablemente, el más prolijo, acucioso y fundamentado de todos cuantos han sido escritos sobre este tema.
También el valioso trabajo del arqueólogo Hans Niemeyer: "Una balsa de cueros de lobo de la caleta de Chañaral de Aceitunas (Provincia de Atacama, Chile, Revista Universitaria (Universidad Católica de Chile), Año L-LI, Fascículo II, 257-269. Este último trabajo, de tipo francamente etnográfico, estudia y nos muestra in situ al último constructor de balsas de cuero de lobos marinos de la costa norte chilena, don Roberto Alvarez, habitante de la citada caleta en plena operación como constructor de balsas. Este recibió de su padre, pescador como él, esta valiosa herencia cultural, por desgracia ya totalmente extinta en nuestras costas. Gracias a Niemeyer y su curiosidad científica, hemos podido saber en detalle cómo eran construidas.
Sobre este mismo tema, pero desde un punto de vista demográfico, véase nuestro artículo en este mismo Blog: "Demografía de los grupos changos en el siglo XVI: análisis de las fuentes tempranas", editado el 29 de Enero del año 2009.
Fig.3. Compare estas imágenes de balsas dibujadas en el puerto de Pisagua con la balsa dibujada en la obra del ingeniero francés Amedée Francois Frézier, en la zona costera de Valparaíso o Quintero en 1712 (abajo). Se puede notar, a primera vista, diferencias importantes en su construcción y modo de empleo.