Fig- Vista actual del panel de geoglifos de Tiliviche obtenida en visita nuestra efectuada al lugar el día 2/07/2011. El grupo de figuras representadas ocupa una ladera que desciende suavemente hacia la quebrada de Tiliviche, por su flanco norte, aprovechando un área despejada, con un sustrato superficial blanquizco que permite confeccionar dibujos mediante adición de rocas de color negro obtenidas de las vecindades.
Fig. Quebrada de Tiliviche. Asiento de la hacienda del mismo nombre perteneciente a la familia Keith Lema, su actual dueña. Abajo, el "cementerio de los ingleses", reliquia del pasado salitrero donde yacen, bien protegidos en cuidadas tumbas, los restos de decenas de extranjeros y sus hijos pequeños, casi todos ingleses, irlandeses o europeos que laboraron en las Oficinas salitreras, entre ellos el famoso James o Santiago
Humberstone. La quebrada ostenta en algunos sectores una tupida vegetación de chilcas (
Baccharis sp.) y "cola de caballo" (
Equisetum clandestinum) allí donde aflora el agua de vertiente, de excelente calidad y gusto. Por los flancos meridionales de esta misma quebrada y a una distancia de aproximadamente 1.8 km de la carretera actual se alza el notable conjunto de geoglifos de camélidos, estudiados en este capítulo del Blog. La presencia de esta rica vegetación en el piso de la quebrada, de vertientes ocasionales y de un pequeño curso de agua, hizo posible el normal tránsito animal y su arreo por este sector, rumbo a la costa, de lo que este geoglifo es un exponente y un testigo fiel. (Foto H. Larrain, 7/07/2011).
Fig. Foto tomada en el sector norte de la quebrada de Tana, hacia el acantilado costero, cuando la camanchaca avanza incontenible hacia el interior arrastrada por los potentes vientos del sur y surweste. Foto tomada hacia las 17 horas. Por estos lomajes se internan hacia el weste los antiguos senderos troperos por donde circularon los arreos y caravanas animales en el pasado remoto (Foto. H. Larrain, 27 Julio 2011).
Fig. 1. Carátula del libro:
Arte Rupestre Chileno, publicado por el Ministerio de Educación de Chile, en Santiago, en 1983. Sus autores fueron los connotados arqueólogos Hans Niemeyer Fernández, ingeniero y arqueólogo y Grete Mostny Glaser, arqueóloga. En su época, los más conocidos estudiosos del arte rupestre chileno. En su interior (págs. 18 y 19), hay un diseño muy detallado y realista, de la pluma de Niemeyer, del estado de conservación de este panel de los geoglifos de Tiliviche de esas fechas (hacia 1975 -1980), antes de su restauración por obra de expertos de la Universidad de Tarapacá.
Fig. 2. Portada de la obra.
Fig. 3. Foto que representa un arreo de llamas en el sector altiplánico de Tarapacá, incluida en el libro de Hans Niemeyer titulado:
Guia del Arte Rupestre de Chile, Editora Nacional Gabriela Mistral, como Manual de Campo de la Colección "Expedición a Chile",1977).
Fig. 4. Página interior (pg. 21) de esta misma obrita de Hans Niemeyer en la que su autor explica el sentido, significación e importancia cultural de los "geoglifos".
Fig. 5. Página de esta misma obra dedicada a mostrar el hermoso panel del arreo de camélidos en la pared sur de la quebrada de Tiliviche, la misma que mostraremos en foto reciente nuestra (Julio, 2011). Obsérvese, del medio a la izquierda, en color azul, el grabado de un felino, casi de cierto un puma (
Puma concolor L.) en medio del ganado, depredando sin duda y atacando crías nuevas. En rojo, a la izquierda, aparece un personaje que suponemos sería el pastor del ganado en arreo, al parecer enarbolando una honda o
huaraca. Niemeyer no se percató de que, en el extremo weste del mismo diseño, abajo, aparece otro puma, también como el anterior, caminando en dirección contraria a la marcha del ganado. Seguramente, la foto sobre la cual trabajó Niemeyer su diseño final, no alcanzó a captar con nitidez las 4 ó 5 imágenes que se encuentran al extremo poniente del conjunto (izquierda) y que en este diseño de Niemeyer se ven muy borrosas. Que tengamos noticia, esta obra de Niemeyer sería la primera representación gráfica que existe de este panel de camélidos, uno de los más bellos y notables entre los geoglifos del Norte de Chile. No conocemos ninguna otra fotografía o diseño anterior a ésta.
Enigmáticas modificaciones hechas al panel de geoglifos.Señalábamos en un capítulo anterior de este Blog que recientemente, coon ocasión de visitas nuestras, hemos podido observar curiosas y enigmáticas diferencias entre los elementos que Niemeyer vio y describió entre 1977 y 1983 en este notable panel de geoglifos, y los elementos que allí, hoy cuarenta años después, cualquier observador puede observar hoy día. Hay varios cambios preocupantes. ¿En qué momento se hicieron?. ¿Quién los hizo?. ¿Con qué finalidad fueron hechos?. Y, por fin, ¿quién autorizó dichos cambios?. ¿O fue simplemente una desgraciada intervención de extraños con el fin de "encandilar" a posibles turistas?.
Los cambios observados.
1. El número total de figuras.
Lo primero que llama la atención es el número total de figuras dibujadas por él o los antiguos diseñadores. Si revisamos el dibujo que Hans Niemeyer nos presenta de este panel en su obrita del año 1977 (Vea Fig. ) aparecen, en el mejor de los casos, 65 elementos, algunos muy borrosos, la inmensa mayoría camélidos o llamos domésticos. Explícitamente distingue Niemeyer, mediante el empleo de colores especiales, dos elementos que mucho le llaman la atención. Se trata de un personaje humano con una túnica (pintado de rojo), situado en el extremo oriente del panel, posiblemente el pastor, provisto al parecer de una honda o huaraca. Casi en el centro, además, distingue la figura de un felino, que interpreta como un puma que va a la carrera, rumbo al este. El resto seráan camélidos (llamos). No señala la presencia de otros animales presentes.
En su obra del año 1983, hecha en colaboración con la arqueóloga Grete Mostny, Niemeyer detecta y señala en su dibujo apaisado ( tomado de fotografia propia) un máximo de 64 figuras visibles.
Los investigadores Pablo Cerda, Sixto Fernández y Jaime Estay en su trabajo: "Prospección de geoglifos de la Provincia de Iquique", presentado a las Primeras Jornadas de Arte y Arqueología, Santiago, 16-19 de Agosto de 1983, señalan la existencia de 79 figuras de las cuales 70 serían de camélidos representados, 1 personaje humano y 8 figuras indefinibles (con un interrogante). Lamentablemente, no traen ningún diseño de este panel ni en su totalidad ni parcialmente, tal vez por el enorme tamaño del friso, en contraste con la mayoría de los lugares estudiados por ellos, que sí lo traen en el texto.
En el diseño del mismo grupo de geoglifos, que aparece en la obra
Fig. Zoom hecho al geoglifo de Tiliviche, mostrando en el sector medio, a la derecha, un personaje corriendo velozmente. Según hemos podido comprobar, este elemento no pertenece ni es parte del diseño original, de acuerdo a las fotos y diseños hechos por Hans Niemeyer y publicadas en 1977 y 1983. Por tanto, resulta evidente que ha sido introducido por extraños en tiempos relativamente recientes. ¿Quién se permitió agregarlo al conjunto?; ¿con qué propósito?. Un extraño enigma por resolver. Pero, a la vez, una bofetada a la fidelidad del diseño original. En todo caso, para un observador atento, las características estilísticas de este "corredor" no corresponden en lo más mínimo a los tipos de personajes humanos, casi siempre muy estilizados y pequeños, normalmente representados en los geoglifos de la zona. Generalmente, se les dibuja en forma esquemática con trazos muy simples y en actitud estática, rara vez en movimiento y, a lo más, con algunos elementos en las manos (a veces hondas o
huaracas, otras veces arcos).
Foto 6. Pequeño arreo de llamas al interior de una quebrada de Tarapacá. Fotografía en blanco y negro del afamado fotógrafo de origen alemán Roberto Gerstmann, incluida en el libro:
Roberto Gerstmann Fotografías, paisajes y territorios latinoamericanos, reproducción de las mejores fotografías de Gerstmann. Obra de Margarita Alvarado, Mariana Matthews y Carla Möller, editada por Pehuén, Santiago, 2009. Obsérvese a la pastora y su hijo, arreando el corto ganado por los senderos de una quebrada tarapaqueña. (Foto hacia el año 1930).