En el mes de octubre de 2023 recibo un correo electrónico inesperado. Para mi sorpresa, me escribe el señor José Antonio Mendoza Alcayaga que fuera, desde el año 1979, el enfermero encargado del padre jesuita Gustavo le Paige en su enfermedad terminal. Mendoza había tropezado casualmente con algunos de los articulos de mi blog cuando buscaba información sobre la vida y obra del P. le Paige. Deseoso de hacer contacto conmigo, me mandó una nota por correo electrónico haciendo recuerdos de nuestro encuentro aquel año. Gratamente sorprendido, le respondí en el acto, deseando intercambiar ideas sobre ese período de la vida del P. le Paige, el menos conocido del público culto. Yo recordaba perfectamente la figura juvenil del enfermero, en la enfermería de la residencia de los jesuitas junto al Colegio San Ignacio, en calle Alonso Ovalle, por cuanto había yo editado hacía algunos años un artículo en mi blog dedicado a dar a conocer y comentar una entrevista hecha al P. le Paige, en el mes de noviembre de 1979.
El citado artículo se titulaba: "El legado del jesuita Gustavo le Paige, S.J.: noviembre 1979", editado el 22 de octubre del año 2008. En dicho capítulo del blog, yo reproduje toda la conversación sostenida con le Paige, que había quedado grabada en un cassette que yo oculté sigilosamente en mi viejo porta-documentos de cuero, a sabiendas que a le Paige no le agradaba nada ser grabado.
Fig. 1. Foto poco conocida del P. le Paige tomada por el médico suizo Bruno Seeberger en su visita a San Pedro de Atacama el año 1965. (foto enviada por su autor al H. Larrain).
Al término de nuestra conversación, le pedí su bendición y él le dijo a su enfermero Mendoza: "si viene el señor Larrain, hágalo pasar". Lamentablemente, no volví a verlo hasta el día de su misa fúnebre en la iglesia de San Ignacio cuando contemplé su faz cadavérica, yaciendo ya en el ataúd. Un severo cáncer a la próstata se lo llevó precozmente a la tumba. El padre le Paige tenía setenta y seis años y medio de edad.
El 22/01/2013, publicábamos en este mismo blog un artículo recordatorio del fallecimiento del P. Le Paige y sus exequias fúnebres celebradas en la iglesia de los jesuitas en calle Alonso Ovalle de Santiago de Chile. El capítulo se tituló: "21 de Mayo de 1980. Misa de despedida fúnebre del P. Gustavo le Paige". En este mismo capítulo, se insertaba copia del recorte de periódico de la época con un artículo mío del diario "El Mercurio" de Santiago de la misma época. Fue por entonces mi tributo de admiración y cariño a la figura y obra del eminente jesuíta belga, obra de la que yo mismo había sido testigo presencial entre los años 1963 a 1965.
Al recibir sorpresivamente nuevas noticias del señor José Mendoza, el fiel enfermero del P. le Paige, se me ocurrió que ésta podría ser una excelente ocasión para recabar informaciones fidedignas sobre el último período de la vida del P. le Paige, desde que dejó definitivamente San Pedro. Tal como se verá aquí, el señor Mendoza accedió de inmediato a mi solicitud.
He aquí ad litteram los términos del Cuestionario enviado y sus respuestas.
1.- . ¿Desde qué fecha se encargó Ud del P. le Paige?...¿Cuál de los jesuitas le acompañaba en San Pedro antes de su partida?
Resp. Yo estaba recién egresado de la U de Chile, en enero de 1979. En abril de ese año, la Universidad Católica del Norte realizó un llamado para elegir un enfermero para el padre Le Paige, quien se encontraba desahuciado, y a quien los médicos de cabecera le auguraban no más de 3 meses de sobrevida. Yo tuve la suerte de ser elegido, por mis notas, porque tenía un diplomado en geriatría y era enfermero hombre, características que inclinaron la balanza en mi favor. Así, me hice cargo del Padre el primero de mayo de 1979, en San Pedro de Atacama. En ese momento el Padre estaba solo, no había ningún otro sacerdote con él en San Pedro, solo le acompañaban en sus tareas, un arqueólogo y una antropóloga, contratados por la Universidad, para apoyar sus trabajos arqueológicos.
2.- ¿Lo fue a buscar Ud mismo a San Pedro de Atacama?
Resp. El 1º de mayo de ese año estaba el padre hospitalizado en el hospital Roy H. Glover de Chuquicamata; ese dia lo retiré del hospital en un vehículo de la Universidad, acompañado del Dr. Hector Fernández Baltra, quien me acompañó a San Pedro con el Padre y allí me dio las últimas indicaciones médicas a seguir, y quedarme para darle el mejor pasar posible en esos dos o tres meses de vida que supuestamente le quedaban, el diagnóstico era vago, se hablaba de que estaba en condiciones de franco deterioro general, debido a la vida extrema que había llevado los últimos 40 años y a una mala nutrición por muchos años. Hay que recordar que él estuvo 16 años en el Congo Belga en situación de extrema pobreza, y luego 26 años en un clima muy extremo como es el de San Pedro de Atacama. Estuvimos viviendo en San Pedro hasta mediados de Enero de 1980, fecha en que se decidió trasladarlo a Santiago, a la residencia jesuita de san Ignacio.
3. ¿Cómo fue la despedida de le Paige en San Pedro de parte de sus atacameños?.
Resp. Fue una despedida, más bien privada entre él y sus ayudantes atacameños (alrededor de 6 muchachos de San Pedro contratados por la UCN, gracias a la solicitud del padre), más la antropóloga, fue todo en silencio, no recuerdo que el pueblo lo haya despedido, ya que salimos temprano para el aeropuerto de Calama, el Padre no tuvo conciencia del traslado, ya que estaba padeciendo los sintomas iniciales de una demencia senil galopante, con muchas lagunas de memoria y de conciencia de la realidad que estaba viviendo.
4. 5. 6. y 7. ¿Cómo se sentía el padre en ese momento de su despedida?.¿Tenía clara conciencia el padre en ese momento del estado de enfermedad?. ¿Qué síntomas tenía por entonces? ?. ¿Por qué se le enviaba a Santiago y no al hospital de Chuquicamata, como antes se hizo? .
Resp. - Como lo que padecía el padre era el resultado de un deterioro generalizado más una incipiente demencia senil, no había razón para hospitalizarlo, ya que no había cura posible para su padecimiento, solo se necesitaba que tuviera los cuidados paliativos necesarios, para sobrellevar la vida que le quedaba de la mejor manera posible y, ojalá. sin mayor sufrimiento.
8. Una vez en Santiago, ¿ cómo reaccionó el padre a este traslado?..¿triste?, ¿melancólico? ¿entregado?
Resp el Padre tenía momentos de lucidez y momentos de pérdida de conciencia de la realidad uno tras otro durante el día, cada día estaba menos lúcido, pero en sus momentos de lucidez, se dio cuenta de que ya no estaba en San Pedro y se apenó mucho, ya que me decía que él quería morir y ser enterrado en San Pedro; pero estaba entregado a la voluntad de Dios.
9. ¿Cómo describiría Ud a su paciente le Paige: ?dócil?... ¿difícil?, .¿sumiso, ¿rebelde?
Resp. había momentos de todo un poco, a veces dócil, otras difícil, nunca rebelde, al menos conmigo; habíamos cultivado una simbiosis muy especial, prácticamente éramos uno solo, por eso no se rebelaba contra nada, me hacía caso en todo. Yo era como un hijo para él, y él un padre para mí.
10. ¿Recuerda usted quién era el provincial de los jesuitas de entonces que obliga a le Paige a trasladarse a Santiago?
Resp. el Provincial Jesuita en ese entonces era el padre Fernando Montes, pero él no lo obligó a irse a Santiago, el propuso su traslado y la rectoría de la UCN, su médico de cabecera y yo aprobamos el traslado: fue una decisión consensuada por el bienestar del padre.
11. ¿Cuál fue la reacción de
los atacameños ante su partida de San Pedro?
Resp. como dije antes, el pueblo casi ni se dio cuenta de la partida del padre Le Paige, ya que salimos muy temprano; no sé si hubo alguna manifestación después de nuestra partida o no, no tengo conocimiento de que haya ocurrido algo por el estilo.
12. ¿Recuerda Ud quién quedó a cargo del Museo al viajar le Paige a Santiago?
Resp. Me parece que quedó a cargo del museo don Lautaro Nuñez, pero no estoy seguro.
13. ¿Gustaba le Paige de conversar con Ud de sus recuerdos de San Pedro?. ¿Qué le comentaba él?
Resp. Como le dije antes, cuando lo trasladamos a Santiago, ya no estaba en muy buenas condiciones mentales; más bien me hablaba de su familia, del Congo y casi nada de San Pedro… los recuerdos más próximos los tenía extraviados en su mente, predominaba lo más antiguo…
14. ¿Cuáles eran las mayores preocupaciones o temores del padre respecto al Museo?
Resp. Que quedara en manos de Lautaro Núñez, al cual él consideraba un ladrón de información, y una persona desleal. Su mayor temor era el destino de los jarros de oro que estaban en su colección, eran 3 jarros hermosos, yo nunca supe qué paso con ellos y hasta ahora no lo sé (son de un valor monetario enorme, pero mucho más aún su valor arqueológico).
15. ¿Recibió el padre visitas importantes durante su estadía en la enfermería del Colegio S. Ignacio?..¿Recuerda algunos nombres?
Resp. Aparte de su visita, no recuerdo otras visitas que hubiera tenido estando en Santiago, solo recibía las visitas de los sacerdotes que allí vivían.
16. ¿En qué se entretenía el padre, durante su enfermedad: ¿leyendo?, escuchando música?.
Resp. solo escuchaba
música clásica, le encantaban los sonidos del piano, más que
cualquier otro.
17. El padre me comentó que había dejado algunos apuntes escritos por publicar y que me los iba a pasar.. ¿Recuerda si los tenía en ese tiempo? ¿Algo le comentó a Ud al respecto?
Resp. No supe nada de aquello, sí recuerdo que cuando aún estaba más o menos bien alcancé a verlo encerrado en su escritorio escribiendo apuntes en un cuaderno viejo que él tenía, pero esto fue en San Pedro, el cual quedó allí junto a todas sus otras cosas.
18. ¿Podía celebrar Misa en el transcurso de su enfermedad?
Resp. No, desde que yo asumí como su enfermero de cabecera ya no estaba en condiciones de oficiar una misa.
19. ¿Pudo Ud tomarle algunas fotografías durante esos días en Santiago'. ¿Las conserva aún?
Resp. No, no tengo fotografías de sus días en Santiago, creo que debo tener unas 2 ó 3, pero de San Pedro, las buscaré a ver si las encuentro y se las envío.
20. Estando en Santiago, ¿recibió alguna visita de sus ayudantes atacameños?...¿Le escribían ellos desde San Pedro?. ¿Le visitaron algunos arqueólogos de Santiago...?
No, nada de eso, ni visitas ni cartas ni saludos, nada.
21. ¿Qué es lo que a Ud más le impresionó del Padre durante su enfermedad?
Resp. De su enfermedad misma, nada, ya que soy enfermero, pero de su actitud hacia mí, lo que más me impresionó fue el amor que me entregó como persona.
22. ¿Le hizo el padre algún obsequio de recuerdo?
Resp. Me dejó de herencia, su biblia que aún conservo, un cinturón, un abrigo y su rosario, y su gran amor por los demás.
23. ¿Algún otro recuerdo de interés
humano o científico que quisiera ud agregar?...Puede ud explayarse
libremente aquí al respecto.
Resp. imagínese, recibí a un señor, muy desvalido, a punto de morir, le apliqué un programa nutritivo que le dio más vida de la que se esperaba, tuve que ganarme su confianza para poder vivir a su lado, dormir con él, en su misma pieza por casi un año… Un señor, al principio muy receloso y desconfiado de todo, que terminó siendo como mi otro yo, del cual recibí también mucho amor y respeto… Tengo muchísimas anécdotas divertidas con él, pero la más valiosa y que le confesaré ahora, ya que nunca antes lo pude comentar, es que, la noche en que el padre falleció, como a las 3 de la madrugada, me llamó a su cama y me pidió que lo abrazara porque tenía frío, ahí me di cuenta que estaba agonizando, lo abracé y puse su cabeza en mis brazos para que se durmiera tranquilo, me decía y repetía “minito, minito” (quería decir "mijito"); así me llamaba cada vez que me necesitaba, y así se fue apagando poco a poco hasta que falleció en mis brazos a las 4 de la madrugada. Fue tanta la pena y el dolor que sentí, que me puse a llorar, y sin parar de llorar y sin soltarlo hasta las 8 horas, en que tuve el coraje de poder levantarme e ir a avisar de su muerte al padre Montes.
24. ¿Qué sensaciones experimenta Ud hoy al recordar esas fechas junto a le Paige enfermo?
Resp. Nostalgia, pena, cariño, amor humano, pero sobre todo la emoción más intensa que he sentido en mi vida.
Atte. José Mendoza Alcayaga. Concepción, 28 de diciembre 2023.
Valiosas fotos enviadas por el enfermero don José Mendoza al suscrito (diciembre 28, 2023), como complemento indispensable al Cuestionario.
Fig. 4. El P. le Paige conversando con su enfermero Mendoza, San Pedro de Atacama, (Foto de mediados de 1979).
Fig. 11. Grupo de los fieles ayudantes atacameños del P. le Paige compañeros de sus expediciones arqueológicas en el frontis del Museo arqueológico del P. le Paige. (Foto José Mendoza, mayo 1980).
Fg. 12. El enfermero José Mendoza posando frente al acceso principal del Museo arqueológico del P. le Paige, (Mayo 1980).
Fig. 15. Portadilla interior de la obra. En este valioso ejemplar de nuestra biblioteca, puede observarse al costado izquierdo, arriba, las dedicatorias escritas por dos de los autores de la obra: Lautaro Núñez y Bente Bittmann al diseñador gráfico Francisco Olivares Thomsen, responsable de la edición.
En esta obra "Cultura atacameña", aparecen como sus co-autores Bente Bittmann, Lautaro Núñez y el padre Gustavo le Paige S.J. Le Paige estaba orgulloso de ella cuando me la mostró, visiblemente emocionado, en mi visita ocurrida en noviembre del año 1979 en la enfermería de la residencia jesuita en calle Alonso Ovalle. Al respecto, recuerdo que me comentó: "qué bien se está publicando ahora en Chile.....igual que en Europa". Absolutamente todas las ilustraciones de objetos arqueologicos que muestra esta obra, fueron el resultado directo de las exploraciones arqueológicas del propio le Paige. Lo que lamentablemente no consta en la obra misma. El texto -según sospechamos- habría sido redactado por Lautaro Núñez y revisado especialmente por la arqueóloga danesa Bente Bittmann. En él, lamentablemente, poco o nada se dice de las extensas exploraciones y excavaciones de le Paige, que, sin embargo, le otorgan gran parte de su sustento y andamiaje científico. Una vaga mención al aporte del sacerdote-arqueólogo (nombrado como co-autor) se señala recién en la última página (p. 63) del escrito:
11 comentarios:
En nombre de la maravillosa labor realizada por el P le Paige en el museo de San Pedro de Atacama, agradezco que honres su memoria publicando esta interesante y detallada entrevista, que desinteresadamente ha brindado el Sr. Mendoza . El trabajo del Padre fue excepcional y lamentablemente no ha sido reconocido como se debería.
Me queda una gran duda...y qué pasó con los jarrones de oro que se desaparecieron junto a tantas cosas??, habrá quedado alguna constancia policial de ese hecho? ...lamentable.
Querida hija: Gracias por tus palabras. Respecto al destino final de los tres hermosos vasos de oro, hallados en el Callejón de Larache (San Pedro de Atacama) por el P. le Paige, se guardaban celosamente en una sección especial del Museo de San Pedro, en una cámara blindada a prueba de robos. Lo que se se exponía en el Museo (y tal vez siga en exposición hoy mismo) eran réplicas de las piezas originales. En tiempos del P. le Paige (1964-65) , el los guardaba celosamente escondidos, entre papeles, en una caja de cartón que ocultaba bajo su cama. Aún recuerdo nítidamente cuándo, orgulloso y eufórico, me los mostrara un día en el año 1964, época en que yo frecuentaba el Museo para ayudarlo en sus trabajos. Supongo que hoy se conservan allí mismo, en las actuales instalaciones provisorias del Museo, luego de la destrucción ignominiosa de las rotondas del antiguo Museo, levantadas por le Paige y sus ayudantes atacameños en los años 1962-63.
Nos escribe el antiguo enfermero del P. le Paige al recibir nuestro artículo:
"Muchísimas gracias por enaltecer la memoria de mi querido P. Le Paige, saludos
Atte.
Jose Mendoza"
Estimado José Antonio: no nos debe agradecer a nosotros....; al contrario, somos nosotros los agradecidos por su total disponibilidad para narrar, en detalle, los meses postreros de la vida del jesuita arqueólogo Gustavo le Paige. Sus respuestas, sinceras y espontáneas, nos permiten visualizar mejor esa etapa terminal de la vida terrenal del Padre le Paige. Si por casualidad hallare Ud otras fotos de la época, no dude en enviárnoslas. Las podemos incluir en el texto, mejorándolo y enriqueciéndolo.
Atte.
Horacio Larrain
Recibo de mi lector Antonio el siguiente comentario:
Estimado Dr. Larrain:
desde hace años soy un asiduo lector de su blog y créame que cada vez que lo leo admiro más su trabajo y el de grandes como el del Padre Le Paige. Realmente se agradece su sitio web que es como un oasis en el desierto ya que en Internet hay muy poca información disponible respecto a antropología y arqueología....Mis más sinceras felicitaciones de un humilde lector apasionado por la arqueologia de Chile.
Respecto al tema del Padre Le Paige coincido con Ud en que es un injusto olvidado y que la arqueología nacional y el pueblo atacameño le deben mucho.
Tengo una duda que me gustaría me ayudara a resolver: ¿porqué el Padre Le Paige consideraba a Tulán como el más interesante de los sitios arqueológicos de todo el salar de Atacama?... ¿Será porque corresponde a una de las primeras aldeas de nuestro país? ¿El templete de Tulán 54 lo hace especial?
Roberto
Amigo Antonio:
Agradezco sus recientes palabras de elogio al contenido de mi Blog. En efecto, cuando animado por algunos de mis ex-alumnos, tomé la decisión de iniciar este Blog científico en el año 2006, jamás imaginé que éste tendría tal resonancia en el ámbito tanto académico como extra-académico. Mi entusiasmo por dicha recepción tan calurosa, me ha animado a escribir ya 350 capítulos diferentes, sobre mis lecturas, recuerdos, experiencias o contactos humanos, siempre preocupado, en la medida de lo posible, de mantener un enfoque eco-antropológico. Renuncié hace años, voluntariamente, a escribir sesudos artículos en revistas científicas -como lo hiciera otrora- para poder llegar a un público nuevo, muy numeroso, interesado por la antropología o la arqueología, el cual rara vez accede a las revistas especializadas del ramo. ¿Por qué?. Me he preguntado por qué razón el lego en antropología pero realmente interesado en estos temas, no lee o revisa regularmente tales revistas. Y, en en mi opinión, la razón parecería hallarse en una cierta inaccesibilidad del temario y/o vocabulario utilizado en tales publicaciones. Dificultad que, en general, no tratan sus autores de aminorar mediante la adición de un glosario de términos "exóticos", infrecuentes o "raros" utilizados. Si bien es muy cierto que toda ciencia posee su propio vocabulario, nunca está demás agregar un buen glosario explicativo, en beneficio de los novatos en estas disciplinas. Porque, en mi opinión, no puede pedirse a un lector corriente, de cultura mediana, que tenga a la mano un diccionario especializado en Antropología.
Para complicar el panorama, suele ocurrir en nuestro medio latinoamericano que los periodistas sic dicti "científicos", no suelen muestrarse capaces de traducir correctamente los conceptos o términos científicos en sus comentarios diarios. Observamos aquí la existencia una brecha significativa en este aspecto, que redunda en falsas, imperfectas o defectuosas explicaciones de los hechos científicos presentados.
Por eso en todos nuestros capítulos, hemos optado siempre por el empleo de un lenguaje accesible, fácil y correcto desde el punto de vista linguístico.
Le saluda,
Dr.Horacio Larrain
Nos escribe el arqueólogo atacameño Ulises Cárdenas Hidalgo
lun, 19 feb, 22:12.
"Estimado amigo y gran ser humano Dr. Larrain
Ruego a Dios por Ud. y su bienestar.
Lo felicito por su perseverancia en torno a rescatar y limpiar la imagen del padrecito le Paige.
Yo he vuelto a San Pedro de Atacama a trabajar y no ha sido fácil.
Un gran abrazo
ULISES CÁRDENAS HIDALGO
Arqueólogo - Licenciado en Antropología
Estimado Ulises: agradezco tus palabras. Cada día me convenzo más de la injusticia cometida con Le Paige y su legado científico. Tu, como arqueólogo oriundo de Atacama, comprenderás bien por qué te lo digo.
En tus manos está el reivindicar en el futuro la obra y legado del padre le Paige injustamente denostado desde la mismísima tribuna de su revista "Estudios Atacameños".
Te saluda con afecto y aprecio,
Horacio Larrain
Nos comenta este capítulo el biólogo y entomólogo Alfredo Ugarte Peña:
"Comparto plenamente con Pedro Lázaro Boeri sus comentarios y sugerencias. Una pena: "el pago de Chile" para alguien que puso en el mapa del mundo a la comunidad atacameña y especialmente a San Pedro de Atacama.
Afectuosamente,
Alfredo Ugarte Peña"
Alfredo:
Nos duele profundamente el aparente desprecio o menosprecio (¿o tal vez ignorancia?) ante la obra gigantesca del P. le Paige por parte de sus sucesores actuales en la Universidad Católica del Norte. Aún no vemos que su Alma Mater, a la que le Paige entregó generosamente su obra, reaccione virilmente frente a los ataques furtivos de que ha sido objeto en los últimos 20 años. Alguien lo hará un día. sin duda.
Frente al cúmulo de distinciones, premios, honores y alabanzas que recibiera en vida y que hemos recapitulado detenidamente en este nuestro Blog, los recientes ataques furtivos o alevosos quedarán en la penumbra. Y brillará nuevamente su voz y su espléndido legado científico en Atacama la Grande y Atacama la Chica, patria de los Lican Antai. De ello estoy seguro.
Atentamente,
Dr. Horacio Larrain (Ph.D.)
Felicitaciones Horacio por tu trabajo.
Es aberrante la falta de respeto que ha recibido el padre le Paige y su legado desde hace ya bastantes años a esta parte por parte de profesionales de su misma disciplina, lo que despierta un sentimiento mucho más chocante que el cuestionamiento insensato proveniente de actores sin preparación académica o científica.
Ya me pareció extrañísimo cuando hace alrededor de una década las autoridades decidieron construir un nuevo recinto para el museo y en seguida, sin haber colocado ni siquiera la piedra fundamental, procedieron a cerrar el existente, que quedó sin prestar servicios desde entonces, expuesto al deterioro inclemente de los años hasta el estado terminal que presenta actualmente.
Pienso que la legación consular Belga debiese tomar cartas en el asunto y a partir de allí generar una plataforma de reconocimiento y rescate efectivo de este patrimonio cultural, así como de la trascendencia de su creador para la comunidad atacameña.
Cordiales saludos,
Pedro
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