Fig. 1. Portada de la revista "Mensaje" en su Número dedicado al recuerdo de la canonización de San Alberto Hurtado (Octubre 2015).
Fig. 2. Primera página del artículo.
Presentamos aquí la versión original nuestra del artículo que acogió la Revista "Mensaje", de los jesuítas chilenos, en su edición del mes de Octubre 2015.
Nuestro texto original.
"Los recientes sucesos ocurridos en Chile, nuestro país, (caso PENTA, caso CAVAL, Caso SOQUIMICH, Colusión de tres famosas cadenas de farmacias (Ahumada, Cruz Verde y Salcobrand) y tantos otros más de los que hemos sido testigos en los últimos años, nos deben llevar a reflexionar sobre el rol de la Universidad, y del universitario de hoy. Porque sintomáticamente, todos esos hechos dolosos, constitutivos de delito o, al menos, colindantes con el delito desde el ángulo legal, (y ciertamente delitos vergonzosos desde la perspectiva ética), han sido perpetrados por gente de excelente formación académica, casi todos ellos graduados en las mejores Universidades del país y/o del extranjero.
¿Qué está pasando?
¿Qué está pasando?. ¿No es esto, acaso, síntoma infalible de descomposición moral, a los ojos de la opinión pública?. ¿Dónde queda -nos preguntamos perplejos- la probidad de nuestra clase empresarial?. No se trata, por desgracia, de un caso aislado. Tampoco de tres o cuatro casos fortuitos. Ha sido una verdadera marejada de actos, uno tras otro, que sacuden a la opinión pública y nos exigen no solo reflexión, sino también acción y reacción. No podemos quedarnos de brazos cruzados ante el despojo del erario nacional por evasiones tributarias en cantidades siderales. Tal como ha sido señalado por la Comisión Engel recientemente (Marzo 2015), esto tal vez no constituya una prueba de que Chile sea ya un país corrupto, pero sí que estamos al borde de serlo, si no se toman las providencias del caso.
Ante esta situación que nos tiene profundamente deprimidos, amargados o rabiosos, viene muy al caso reflexionar serenamente sobre unas frases del santo jesuíta chileno Alberto Hurtado Cruchaga (1901-1952), creador del "Hogar de Cristo", fundador de la central de trabajadores católica ASICH y Fundador y Director de la revista "Mensaje", órgano de reflexión cristiana sobre los grandes problemas nacionales. Su corta pero laboriosa vida fue un ejemplo de entrega total al bien común, expresada en el amor a los más pobres y en la defensa de los derechos de los oprimidos y abandonados por la sociedad. Pero, a la vez, pensaba en los grandes problemas nacionales y sus soluciones. Su voz sigue resonando hoy, fuerte y exigente, a través de sus obras y artículos. También a través de sus seguidores y discípulos. Insigne pedagogo, se preocupó de la enseñanza y sus medios para transformar a los hombres y hacerlos más humanos..
Un texto para meditar.
El texto que sigue más abajo y que queremos meditar hoy día, forma parte de sus reflexiones sobre la "Misión del Universitario". Alberto Hurtado -no lo olvidemos- había hecho sus estudios de doctorado en pedagogía en la Universidad de Lovaina (Bélgica) y fue educado justamente para ser un formador en los Colegios de la Compañía de Jesús. Su primera misión fue, precisamente, formar a los futuros profesionales del país, labor que ejerció por años en el Colegio San Ignacio de la Orden. Mente lúcida y abierta a los problemas que presentaba la sociedad chilena de su época, pronto se dio cuenta que la formación de líderes cristianos era un requisito sine qua non para enfrentar los desafíos de la Iglesia del futuro. Profundamente conocedor de la realidad social de su época, se dio perfecta cuenta que se necesitaba trabajar, conjuntamente, en dos frentes: el social para atacar las terribles desigualdades sociales existentes en el país, y, a la vez, el intelectual, creando una voz que llegara al mundo de los hombres que tenían la responsabilidad de dirigir los destinos del país: los políticos y los universitarios (investigadores tanto como profesionales). Esa voz tenía que llevar a todos (cristianos y no cristianos) el mensaje de Cristo y por eso -y no fue mera casualidad- Alberto Hurtado tituló "Mensaje" a la publicación pensada para ser portadora de orientaciones y criterios examinados "a la luz del Evangelio". Y "Mensaje", nacida en octubre del año 1951, 10 meses antes de la muerte de su autor, lleva a la fecha 637 números publicados y 60 años de publicación ininterrumpida.
El visionario creador de instituciones necesarias y urgentes.
El hombre que creó en el año 1944 el "Hogar de Cristo", consciente de que no existía en el país una institución que albergara y diera casa y sustento a los más pobres o desposeídos; el hombre que quiso trasmitir las enseñanzas sociales de la Iglesia a los sindicatos, creando la ASICH (Asociación sindical chilena); el hombre que en 1947 ideó la revista "Mensaje" para entregar orientaciones cristianas frente a los problemas del mundo de hoy, también pensó en el rol de la Universidad. Muy poco faltó para que creara la Universidad de los jesuitas. Pero no tuvo tiempo. Poco después de su muerte, ocurrida el 18 de Agosto del año 1952, el 31 de Mayo de 1956, uno de sus discípulos jesuítas (Gerardo Claps) formaría en el Norte del país (Antofagasta) una Universidad jesuíta, bajo el nombre de "Universidad del Norte" (hoy Universidad Católica del Norte).
Conocimiento de causa.
Por lo señalado arriba, es evidente que Alberto Hurtado, abogado, sacerdote, y por añadidura pedagogo de excelencia (autor de varios libros de pedagogía), tenía de sobra los conocimientos para opinar sobre la Universidad: su rol y sus objetivos básicos. Formado en la Universidad de Lovaina y conocedor de las Universidades francesas, Alberto Hurtado habla, por lo tanto, "con pleno conocimiento de causa". Nadie le podría achacar desconocimiento del tema.
No es nuestra intención hacer aquí un estudio completo de la Universidad y sus fines. Para ello tendríamos que estudiar a Andrés Bello, examinar los dichos de R. A. Philippi y otros sabios universitarios y, en tiempos más recientes, el pensamiento señero de Juan Gómez Millas, Rector por largos años de la Universidad de Chile. Hoy solo nos convoca el examen y meditación de un texto de Alberto Hurtado, hombre múltiple, hoy santo de la iglesia católica..
Analicemos este notable texto y saquemos algunas conclusiones.
No es nada fácil definir una Universidad y sus fines esenciales y primordiales: qué debe ser, a qué debe orientarse, qué campos debe estudiar, qué clase de personas debe formar. Las frases que anteceden, constituyen un verdadero paradigma de lo que debe ser, a juicio de Alberto Hurtado, tanto la Universidad como los académicos y profesionales formados por ella. Y, ¡ojo!, él no se está refiriendo a una Universidad católica: se está refiriendo a la esencia de toda Universidad, de cualquier Universidad; a su sentido primigenio y más profundo. La conclusión a que se llega luego de este análisis, es que muchas de las Universidades chilenas, si es que no todas, no alcanzan esta vara tan alta.. Muchas, ni siquiera de cerca. Algunas, por desgracia, parecerían ser, a juzgar por sus obras (o "frutos") la antítesis misma de esta definición. Viene muy a cuento aquí la expresión de Jesucristo: "por sus frutos los conoceréis". (Mateo cap. 7, vers. 16 y 20). ¿Cuáles son "los frutos" de la Universidad?. el grado de formación de sus alumnos, en primera instancia, la calidad de su académicos, sus servicios y actividades, sus publicaciones y revistas, su aporte real a la solución de problemas regionales, su influjo orientador en la sociedad, el respeto que se le tiene en la sociedad (ciudad, región) donde ser insertan.
¿Qué atributos debe tener, según Alberto Hurtado, una Universidad auténtica?.
1. "Debe ser el cerebro de un país". Es decir, una "masa crítica" pensante. Para lo cual tiene que reunir un grupo de "pensadores". No solo de maestros ejecutores o "repetidores" (memorizadores) de materias. Pensadores en el campo de la Ciencia, en el campo del Arte, en el campo de Filosofía, en el Campo de la Historia, Antropología o Sociología, en el campo de la Educación, en el campo de la Economía y del Derecho. ¿Qué Universidades merecen este título en nuestro país?. Dénos Ud. mismo la respuesta. ¡Y pensemos que Alberto Hurtado pone este atributo en el primer lugar!.
2. "Debe ser un centro donde se investiga". Es decir, donde se examina y analiza. ¿Qué cosas?: lo que dice "relación con el bien común" de la región o del país. De esta investigación se trata; no de cosas sin enjundia, que poco o nada tienen que ver con las necesidades reales de la comarca donde residen. Para investigar, se necesita, además de los conocimientos teóricos, propios del sabio, la biblioteca especializada y los elementos de trabajo básicos para ello (laboratorios, etc.). Considero que para eso se crearon las llamadas "universidades regionales" para estudiar la región y contribuir a solucionar sus problemas más acuciantes. ¿Cuántas universidades nacionales realmente investigan?, ¿Qué investigan? ¿Cuántas de ellas solo repiten en sus aulas lo ya bien sabido?.
3. "Debe ser un centro donde se planea [planifica]". Esto nos parece fundamental: Esa "masa pensante", nervio y vida de la Universidad, tiene como misión esencial, además de entregar conocimientos especializados a los estudiantes de las distintas carreras, pensar el futuro, prever el desarrollo de las acciones en curso, estudiar el destino de las mismas, observar su influjo (positivo o negativo), para ser así capaz de cambiar el rumbo, o modificar a tiempo cátedras y programas. En otras palabras, la Universidad tiene que ser dinámica por esencia, porque el mundo a su alrededor es igualmente cambiante y dinámico. Lo que obligará a modificar los curricula cuantas veces sea necesario para adaptarse a las nuevas circunstancias. Este pensar el futuro, significa que la Universidad debe ser capaz de adelantarse a los hechos, prever situaciones-límite. Si no es capaz de hacerlo, significa que no posee en sí una "masa pensante". ¿Cuántas Universidades pueden decir con honestidad que poseen un núcleo de "pensadores del futuro" de la región o del país?.
4. "Donde se planea y discute cuanto dice relación al bien común y de la humanidad". "Se discute". Palabra mágica del Padre Hurtado que da entender la necesaria presencia de debate, discusión, controversia acerca de los problemas que se examinan. Nada de predicación ex cathedra. Esto último queda solo para el caso de las verdades o dogmas de la fe, en el caso del creyente.Pero solo en este caso. En todo lo demás, se debate y se examina diversas proposiciones o posturas. También en el campo de lo ético o moral. Porque la búsqueda del "bien común", objetivo que debe ser el faro iluminador de este proceso universitario, supone aunar voluntades y criterios en materias discutibles. La discusión, el debate es parte de la búsqueda de la verdad, del mejor camino a seguir.
La búsqueda del bien común..
La "búsqueda del bien común" además, nos obliga a pensar en nuestra responsabilidad frente a toda la comunidad humana que nos rodea, nos obliga a superar el individualismo tan propio de nuestra época . El "yo" debe ser superado por el "nosotros". Aquí aflora, en toda su fuerza. la faceta social del P. Hurtado. Aquí está el germen del "Hogar de Cristo" y de la ASICH; el germen de la revista "Mensaje". Nos preguntamos: ¿qué aspectos del bien común de la nación o de toda la Humanidad se discuten concretamente en nuestras Universidades?. En la mayoría de ellas, ¿se vive pensando en cómo contribuir al "bien común", o más bien, en cómo solucionar los problemas económicos y saldar las deudas acumuladas?. Seamos sinceros.
Actitud ante los problemas de la humanidad.
¡Ni hablar de reflexionar sobre los problemas de la Humanidad entera!. ¿Podemos honradamente decir que la Universidad, como ente pensante, tiene una voz, o está seriamente preocupada por el problema migratorio a nivel mundial, o del problema del calentamiento global a nivel planetario, o del problema de la escasez de agua y la desertificación creciente, o del problema de la contaminación atmosférica de mares, ríos o lagos, o de los efectos de la minería extractiva sobre los ecosistemas, las cuencas y cursos de agua o -como acaba de ocurrir en el desierto chileno- sobre los efectos devastadores de los aluviones y aludes en territorios áridos?. ¿Tiene hoy la Universidad alguna voz cantante en materia de migración interna o de inmigración masiva por parte de países vecinos? Ninguno de estos tópicos parece ser tema muy relevante para muchas de ellas. Al menos así pareciera según se desprende de su silencio. Y lo que más preocupa, es que frente a algunos de estos tópicos (v.gr. contaminación, migración), ni siquiera existe una voz unánime entre los académicos. Lo que genera más confusión en la opinión pública. e impide tomar a tiempo las decisiones del caso.
5. "El universitario debe adquirir la mística de que no es solo un técnico, sino el obrero intelectual de un mundo mejor".
¿"Mística"?. Palabra arcaica, casi del todo desconocida hoy día. Tan poco la usamos, que nos vemos obligados que buscar su significado en Internet. ¿Qué es mística, ¿qué son los místicos?. ¿Qué hacen?. ¿Para qué sirven?. Voces éstas que parecen pertenecer al contexto histórico de la "Edad Media", sus eremitas y sus santos. Cuando lo que realmente interesa hoy al joven profesional es hacer dinero rápidamente y de cualquier manera, para acceder rápidamente a esta mal llamada "sociedad del bienestar". La "mística", hermana mayor de la austeridad, la sobriedad y la pobreza, es la antítesis misma de los honorarios abultados, de los sobreprecios, de las "boletas ideológicamente falsas", de las malversaciones de fondos, de las habilidosas trampas a Impuestos Internos, del robo descarado al erario nacional por parte de empresarios y contadores inescrupulosos. ¿Cuánta "mística" es observable hoy en las carreras universitarias, entre sus académicos o estudiantes?. ¿Queda allí todavía algún "místico", esto es un enamorado de su disciplina, a la que consagra infinitas horas extras sin chistar?.
6. "El universitario...debe ser el obrero de un mundo mejor".
"Un mundo mejor para todos". ¿Sublime anhelo de románticos y soñadores?. ¿O una realidad posible?. .¿Soñaron acaso los cerebros de PENTA, SOQUIMICH, CAVAL y tantos otros entes que han quedado en entredicho en nuestro país en los últimos años, en un "Chile mejor para todos"?. O, más bien, en cómo amasar rápidamente una fortuna personal, en cómo conquistar del poder económico o político, o en cómo hacer un negocio brillante a costa del Estado de Chile, o, o finalmente, en cómo llegar a controlar el Parlamento Nacional en su propio beneficio?. Y pensar que todos los "próceres" que figuran hoy en estos actos constitutivos de delito -que ojalá lleven efectivamente a algunos la cárcel - son "frutos" maduros de Universidades chilenas!. Parece inaudito. Al parecer, en las Universidades -me imagino- aprendieron las tretas y resquicios legales para enriquecerse a costa de otros, el resto de los chilenos. Por lo que se presume, en las Universidades, por desgracia, nunca o casi nunca se les habló de ética o de moral, materias consideradas aparentemente "superfluas", indignas de figurar en un curriculum universitario considerado "moderno" y "progresista". ¿Ética? , ¿moral?, ¡Qué estupidez!. Así se pensó.
Primacía de la ética.
Sin embargo, todas las materias universitarias, si pretenden ser verdaderamente "humanas" (esto es, para el beneficio real del hombre social), deben someterse necesariamente al dictamen de la ética: la economía, la ingeniería, la arquitectura de puentes, edificios y carreteras, la medicina, el periodismo, el derecho, la sociología y antropología; todas!. Hasta el Arte. Recién ahora ciertas Universidades esbozan un tímido "mea culpa" en este sentido. Recién ahora se dan cuenta que crearon "monstruos" y no -como dice el P. Hurtado- "obreros intelectuales de un mundo mejor". La mayoría, ni siquiera se lo han planteado todavía, tan nula ha sido su capacidad de autocrítica. Al menos, que se sepa, no se han referido aún a este tema, verdaderamente tabú.
Una definición de Universidad "al servicio del bien común".
La definición que nos ha dado el padre Hurtado sintetiza el auténtico "ideal de Universidad". Responde a lo que quiso ser la auténtica Universidad en la Edad Media: "
Universitas Magistrorum et scholarium": esto es, "la totalidad de maestros y estudiantes", que buscan, como totalidad, "engendrar y transformar al hombre por obra de la ciencia y el saber".
Transformar al hombre, poniéndolo al servicio de la humanidad toda. O, en nuestro caso, del propio país o región, es el auténtico rol de la Universidad, según Alberto Hurtado.
En pocas líneas, apretadas pero diáfanas y expresivas, nos da a conocer san Alberto Hurtado la verdadera misión de la Universidad y del universitario hoy día. Nos traza una meta ardua y espinuda, a la que las auténticas Universidades deberían aspirar. ¿Qué universidades chilenas hoy pueden proclamar haber alcanzado esta vara tan alta.? ¿Será mucho pedir, al menos, que se propongan esta meta como verdadero objetivo de su actuar en la sociedad moderna.?".
Hasta aquí, el texto original nuestro.
En la revista "Mensaje", de Santiago de Chile.
La Revista "Mensaje" de los jesuítas chilenos, en el volumen aniversario de los 10 años de la canonización del Padre Hurtado (Octubre 2015) recogió este artículo nuestro, aunque matizando sus expresiones y recortando bastante su extensión. Fue publicado en el Número 643 de la revista (Volumen LXIV: 40-41). Por este motivo, nos ha parecido justo editarlo en su forma original, tal como fue concebido.
El visionario.
Alberto Hurtado no solo fue un gran santo de la iglesia católica de nuestro tiempo. Fue un notable visionario en diversos escenarios del acontecer nacional. En lo social, marcó nuevos rumbos al crear el "Hogar de Cristo" para acoger a los desamparados y desterrados de la sociedad, que vagaban por las calles y muelles de la nación, sin rumbo ni destino. Recogió e hizo suyo el mensaje de Cristo donde nos expone los parámetros con que Dios juzgará a su pueblo en el Juicio Final:
"tuve hambre y me diste de comer, estaba desnudo y me vestiste, enfermo y me visitaste, peregrino y me acogiste". Así retrata Mateo en su Evangelio al verdadero discípulo de Cristo, según palabras del mismo Maestro (Mateo cap. 25, vers. 35). Pero junto con ello, fue el adalid indiscutido de la causa de la justicia social, abogando por la defensa los derechos de los trabajadores para los que creó la Acción Sindical Chilena (ASICH).
El pensamiento de Alberto Hurtado: la educación en valores y principios.
Su acción y su pensamiento en el plano educacional e intelectual es, lamentablemente, poco conocida, aún en Chile. Por ello hemos querido presentar estas ideas, extraídas de uno de sus escritos. Si nos fijamos bien, fustiga Alberto Hurtado veladamente pero con energía aquellas formas y sistemas de educación que no van al meollo de la formación humana en valores profundos, y solo entregan un barniz insípido de conocimientos, aparentemente "para triunfar en la vida", como se pregona por ahí. Nos preguntamos si nuestras Universidades chilenas se atreverían "a mirarse en este espejo" que presenta audazmente Alberto Hurtado como el verdadero y auténtico modelo de Universidad.
Epílogo.
Los sucesos ocurridos en Chile durante este año 2015 en relación con la discusión acerca del lucro de y en las Universidades, dejan bien al desnudo cómo muchos de estos centros de educación superior se han apartado del verdadero objetivo de su misión, habiéndose convertido no pocos de ellos en viles "mercaderes de la educación", donde la educación es tan solo un "bien de consumo" más, como alguien dijo por ahí...
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