Fig. 1. Lucho Peña (extrema derecha) con su camper en Iquique, conversando con su sobrino Alfredo Ugarte Peña y con el antropólogo Horacio Larrain (foto tomada por Marta Peña Guzmán, hermana de Lucho, en diciembre 1994).
Septiembre 1995-Septiembre 2025.
Hace ya treinta años exactos de la partida de Luis Peña Guzmán a la mansión de nuestro Padre Dios. Nacido en el año 1921, el entomólogo Luis Peña Guzmán, nos dejó una hermosa herencia y un legado que debemos celosamente custodiar, defender y difundir. Con motivo de su muerte, ocurrida en septiembre del año 1995, numerosos científicos extranjeros que lo habian conocido en trabajo de campo en Chile o en otros países de Sudamérica, nos enviaron elocuentes cartas testimoniando su capacidad, versatilidad y conocimiento de los ecosistemas y sus especies, capacidades que lo hacían, según ellos, fácilmente comparable con la gesta científica de un Humboldt o Charles Darwin en América.
Postulado al Premio Nacional de Ciencias.
En el año 1994 un grupo de cientìficos nacionales y amigos presentaron la candidatura de Luis Peña al Premio Nacional de Ciencias de ese año. Con tal motivo, connotados biólogos, zoólogos y entomólogos del mundo enviaron numerosas cartas de apoyo, en las que destacaban sus indudables méritos. Aunque no fue entonces electo, apuntamos aquí algunas referencias de científicos de connotada trayectoria internacional. “Luis Peña colocó a Chile en el mapa del mundo científico debido a sus extraordinarios descubrimientos” (Dr. Oliver Flint, Smithsonian Institution, Washington, DC), o “Luis Peña es el responsable de cientos de expediciones internacionales para estudiar la fantástica flora y fauna de Chile” (Peter Termple-Smith, Australia).
Muy escuetamente, pero con no menor énfasis que el precedente testimonio, se expresa el gran entomólogo estadounidense, Curador del Departamento de Entomología del American Museum of Natural History of New York, el Dr. Jerome G. Rozen, Jr. en los siguientes términos:
"No sé de otro naturalista vivo en el mundo que haya prestado más grandes servicios en la exploración de la historia natural de su país que el profesor Peña". (Cit. por Acuña, s/f. pág. 240).Otro elocuente testimonio proviene de la pluma del Dr. Norman I. Platnik, Chairman y Curador del mismo Departamento de Entomología, cuyo potente testimonio no podemos dejar de citar:
"Con vivo placer les envío mi entusiasta respaldo a la nominación del profesor Peña para el Premio de Ciencias de Chile. Me es imposible pensar en otra persona tan bien calificada como él para recibir dicho honor. Es tan ampliamente conocido entre los biólogos que su nombre es sinónimo de investigación moderna respecto de la fascinante flora y fauna chilena. En mi estudio de las arañas de Chile, el profesor Peña ha sido para mí un colega en extremo valioso. Ha colectado numerosos especímenes importantes durante años, con frecuencia develando taxas que eran enteramente desconocidas. Su conocimiento de la geografía chilena, sus toponimias, y lugares de colecta es enciclopédico. Con frecuencia he descansado en él para resolver puzzles relativos a la distribución de determinadas especies. De allí que, al igual que muchos otros biólogos, he tenido la satisfacción de honrar nuevas especies con su nombre.. En todos estos aspectos, mi experiencia no es excepción. El Prof. Peña ha dado tanto, en tan variadas áreas de la ciencia, que el American Museum of Natural History tuvo no hace mucho, el orgullo de hacerlo miembro correspondiente. Tal honor se ha otorgado a menos de 20 científicos del mundo. Igual importancia tienen los bien conocidos esfuerzos del Prof. Peña por educar a la ciudadanía chilena y a sus autoridades respecto a los excepcionales aspectos de la biota chilena, así como en cuanto a la tremenda responsabilidad que a todos nos concierne en su conservación. Sin duda, en tal sentido, nadie ha sobrepasado su rol". (Cit. en Acuña, s/f. p. 240, subrayado nuestro).
Otros especialistas señalan la amplitud de los conocimientos de Luis Peña en el campo de la biología y zoología unida a su notable espíritu de colaboración, nobleza de espíritu y alegría de vivir. Es el caso del Dr. Richard C. Froeschner, entomólogo de la Smithsonian Institution, quien consigna:
"Mi contacto personal con el Dr. Peña data de antes de 1968 y se ha prolongado desde entonces. Siempre encontré en él a un estudioso gentil, gran colaborador, alegre y campechano, a la vez que de cálida deferencia en su trato. Mis colegas de la Smithsonian Institution que han tenido la fortuna de participar con él en trabajos de campo, concuerdan en valorar por igual tanto su erudición como su simpatía y su espíritu ilimitado de colaboración. No hay duda acerca del extraordinario valor de sus innumerables aciertos científicos y sus publicaciones. En esto ha demostrado ser un verdadero naturalista, que extiende su interés a toda la gama de las ciencias naturales y no un especialista en un solo campo. Es con vivo entusiasmo y admiración por el Dr. Peña y sus múltiples méritos que respaldo su nominación". (Cit. en Acuña, s/f., 238; subrayado nuestro).
¿Qué aspectos notables de la vida de Luis Peña nos proponemos destacar hoy en este aniversario?.
1. Su afán de coleccionista.
Siendo muy joven, de apenas unos 12-13 años, Lucho ya posee una colección entomológica de varios miles de ejemplares. Audazmente, se codea por entonces con algunos de los más conspicuos científicos del área, como don Carlos Porter (1867-1942), director del Museo Nacional de Historia Natural, el Hno. mercedario Flaminio Ruiz (1883-1942) , del Colegio San Pedro Nolasco, o los científicos alemanes del Colegio Alemán de Santiago: los sacerdotes Teodoro Drahten, Bernardo Lindberg o Guillermo Kuschel (1918-2017). En diciembre de 1940, un voraz incendio consume totalmente la casa de los Peña Otaegui en la calle Barros Errázuriz, Providencia y Lucho pierde allí su ya valiosa colección. No se arredra por ello e inicia de inmediato otra que muy pronto será el asombro de los especialistas del Museo Nacional de Santiago por la cantidad de especies nuevas, desconocidas, que ha logrado obtener en sus expediciones a los lugares más remotos e inaccesibles del paìs. Afortunadamente, hoy se encuentra bien conservada y resguardada en el Peabody Museum de la Universidad de Chicago (Illinois) su segunda colecciòn entomológica, la que Lucho inicialmente ofreciera al Museo Nacional de Historia Natural. Tras su fallecimiento en septiembre del año 1995, se originó un lamentable conflicto que culminó con la desaparición trágica de parte importante de su tercera colección entomológica (familia de los Coleópteros Tenebrionidae, Scarabaeidae y sus famosas Lepidopteridae (Mariposas)), sus Diarios de Campo, fotografias y otros valiosos recuerdos de sus viajes por América. Episodio lamentable y doloroso que nos ha privado de muchos de sus más valiosos "tesoros" científicos que esperamos se pueda recuperar un día para el fomento de la ciencia.
¿Cuándo comenzó su interés por colectar y estudiar los insectos?. Nos lo dice el mismo en su autobiografía inédita, hoy en nuestro poder. Allí señala el mismo Lucho:
"Todo empezó, creo yo, cuando mi tío cura Javier[1] tan aficionado al estudio de los pájaros, como también los otros hermanos de mi mamá, me contaron que había en Quilpué, lugar donde estábamos veraneando, un señor [de apellido] Wolffsohn, inglés, que se dedicaba al estudio de ciertos animales y que era agente o representante del Museo Británico, y que vivía de sus estudios. Fue tan impresionante para mí este caso, que en ese momento apareció en mí el afán de hacer [así] mi vida para llegar a tal cosa. Fue la meta de mi vida y que creo llegó a cumplirse y aún superarse. ¿Tendría yo 9 años?. No lo sé".
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[1] Se trata de Javier Guzmán García Huidobro, sacerdote diocesano, hermano de su madre (Autobiografía inédita con notas, en poder nuestro, pg. 16).
Fig. 2. Luis Enrique Peña Guzmán aproximadamente a los 25 años de edad.
2. Su espíritu de trabajo.
Lucho era incansable. Cuando no está de expedición, desde muy temprano en la mañana, se instala frente a su máquina de escribir marca Underwood (?) contestando correos del extranjero, o redactando sus conferencias o sus trabajos para revistas científicas nacionales o extranjeras. Mantiene así un contacto epistolar asiduo con más de 70 investigadores de todo el mundo, no pocos de los cuales le visitarán en algún momento para realizar sendas expediciones . Su famosa casilla del correo central en Santiago, número 2974 pasa siempre llena de envíos del extranjero.
Fig. 3. Su oficina y lugar de trabajo en la "casa Peña", monumental obra arquitectónica del arquitecto Miguel Eyquem Astorga, gran amigo de Lucho, levantada en "El Portezuelo", junto al pueblito artesanal de Las Canteras (R.M). Hoy, mantenida por su sucesor y sobrino Alfredo Ugarte Peña, conserva exactamente el mismo aspecto que en 1995, a la muerte de Lucho.
2. Educador de juventudes en el amor y respeto a la Naturaleza y sus producciones.
Muy crítico de los sistemas tradicionales de enseñanza, aboga decididamente por una enseñanza práctica, en contacto asiduo con la naturaleza. "Nadie ama lo que no conoce", repite majaderamente. Por eso no se avergüenza en colaborar estrechamente con sus artículos en las revistas infantiles de la época, en particular con la revista "Mampato" donde editó numerosos artículos fruto directo de sus observaciones en terreno. Entre sus publicaciones en formato de libro infantil, destaca la notable obrita: "Don Custodio Campos Silvestre", en cuatro cuadernillos ilustrados, siguiendo las 4 estaciones del año, con dibujos a color del reconocido ilustrador científico Andrés Jullian (Editorial Universitaria, Mayo 1993).
Fig. 6. Lucho mostrando a los niños indígenas del lugar la colecta de insectos en un frasco (fotografía tomada del libro del periodista Gastón Acuña McLean "Rumbo a la Amazonía" en el que narra su expedición a las vertientes del río Napo en Ecuador).
Figs. 7-10. Portadas de los Cuadernillos que describen las 4 estaciones del año comentadas por el protagonista don Custodio Campos Silvestre.
3. El productor de obras científicas pra niños y jóvenes.
Debemos a la pluma y talento de Luis Peña y al notable dibujo de sus ayudantes, dos obras de valía, editadas con la revista juvenil ilustrada "Expedición a Chile". Obras en formato pequeño de "Guías o Manuales de Campo", destinadas a su consulta en terreno por los nuevos observadores de fauna autóctona. El gran mérito de sus dibujos estriba en que fueron tomados del natural, en el taller de arte de "Expedición a Chile". Sus dos Manuales de campo fueron: "Guía para reconocer mariposas" y "Los Coleópteros de Chile".
3. Formador y educador de jóvenes de origen humilde.
Una de las facetas casi desconocida de Peña es su empeño por formar y educar a jóvenes campesinos que él casualmente topa en sus viajes de colecta científica, transformándolos en sus "ayudantes". Osvaldo Segovia, joven y humilde cabrero, será el primero de ellos, conquistado por Lucho en su primer viaje a pie y en burro desde La Serena a Los Vilos. Lucho lo trae a su casa en Santiago y pasa a ser su primer ayudante y compañero de innumerables faenas del científico. Como él, en el transcurso de los años, no menos de 30 humildes muchachos del campo, se convertirán en sus asiduos ayudantes, aprenderán las técnicas de colecta y montaje de especímenes entomológicos y llegarán a ser notables conocedores de los ecosistemas nacionales. Lucho los premiará dedicándoles con su nombre algunos de sus más preciados hallazgos. Alguno de ellos, como Eduardo Pérez, se convertirá pronto en un famoso dibujante de fauna gracias a la experiencia adquirida en el taller de dibujo de Peña. Otro, como Hernán Navarrete, estudiará biología y se convertirá en un empeñoso biólogo y profesor universitario.
En su excelente obra "Guía para reconocer mariposas", de la revista Expediciòn a Chile editada en agosto del año 1975, Peña estampa al final de su obra el siguiente cálido homenaje de reconocimiento:
"agradecemos en primer lugar a nuestros ayudantes señores Gerardo Barría P., Manuel Rivera T., José Escobar y Hernán Navarrete por la ayuda en la recolección... A los dibujantes del taller de arte de "Expedición a Chile", señores Eduardo Pèrez P., Eduardo Bernain, Rodulfo Paulus V. y Ricardo Troncoso L. y al personal de talleres por su especial dedicación en este trabajo".
4. Su carácter y modo de ser. Su facilidad para enhebrar amistades perdurables.
Lucho tenía un caracter que generaba rápidamente cercanía y/o amistad. Varios de los científicos que nos enviaron cartas de apoyo a su frustrada candidatura al "Premio Nacional de Cencias" en 1994, destacan esta peculiaridad de carácter de Lucho: afable, amistoso, generoso. En terreno, era el consabido cocinero del equipo, labor que no dejaba a otros y que asumía con alegria y desplante. Su extrema sencillez y ausencia de "pose científica", le acercaba fácilmente a los niños y jóvenes, a los que gentilmente explicaba los "secretos" de la Naturaleza.
Era sumamente bromista por naturaleza y no perdía ocasión de poner en ridículo a sus invitados con sus bromas a veces crueles. Lo experimenté yo mismo una vez en carne propia en una excursiòn al sector "La Buitrera", cordillera de Graneros, en la propiedad de mi padre Horacio Larrain Cotapos. Lucho, a la llegada de la oscuridad, solía instalar una gran sábana blanca que iluminaba con una potente luz con el objeto de atraer allí insectos voladores crepusculares o nocturnos. Esa vez, de incógnito, "confeccionó" un insecto extraño, pegando hábilmente partes de diferentes especies de coleópteros: antenas, patas o abdomen, obteniendo así un "engendro" rarísimo. Esperó a que yo estuviera "de guardia" ante la sábana y lo insertó en ella. Se puede bien imaginar mi asombro y alegría al observar la nueva captura: "¡Lucho: "ven a ver lo que cayó recién!". Así, solía engatusar a sus invitados con bromas que desarmaban al más despierto de sus visitantes. En su autobiografía inédita, Lucho describe en detalle una broma semejante hecha a sus amigos Monsalve y Kuschel, a sabiendas del revuelo que causaría. Ante los niños lugareños que lo visitaban, en su sitio de campamento, Lucho solía, igualmente, mostrar sus dotes de prestidigitador y su habilidad con las cartas.
5. Su participación en la revista juvenil "Expedición a Chile". (1975-1979).
Invitado a formar parte del grupo editorial de esta revista juvenil, programada en 1975 por la Editora Nacional Gabriela Mistral, presidida entonces por el general Ramón Barros Ortiz, pronto se dio a conocer por su valiosa experiencia en colectas científicas a través de sus numerosas expediciones a los distintos y recónditos ecosistemas de Chile. Su opinión en el interior de la revista fue siempre escuchada con respeto y veneración por su indiscutible experiencia de campo. De esta experiencia, brotaron dos valiosas de las Guías de Campo, de su autoría: la "Guía para reconocer mariposas" y "Los Coleópteros de Chile", obras que por decenios han sido de consulta obligada por los especialistas. Allí aparecen dibujadas del natural, en el taller de arte de la revista, no pocas de las especies raras, nuevas para la ciencia, descubiertas por Lucho.
Sobre el nacimiento e importancia de esta revista juvenil chilena, consúltese nuestros capítulos: "Un documento inédito sobre los orígenes y objetivos de la revista juvenil chilena llamada: "Expedición a Chile", editado el 18/04/2023, o también: "Un documento inédito sobre los orígenes y objetivos de la revista juvenil chilena llamada: "Expedición a Chile", editado el 15/09/ 2021 en este mismo Blog.
7. Su espíritu de familia.
Lucho nunca se quiso casar, a pesar de habe estado un tiempo enamorado según se comenta. Su ritmo de vida, agitado, movedizo, impredecible, le impedía de hecho cumplir las funciones básicas de un digno y juicioso paterfamilias. Sus expediciones científicas con especialistas extranjeros, podían durar meses, como la realizada con el periodista Gastón Acuña a las vertientes del rìo Napo en 1965. haciendo así del todo impensable una vida familiar normal y estable. El camper montado en su camioneta era su único hogar por largos meses.
Pero su afinidad y afecto a sus hermanos (Teresa, Carlos, Carmen, Alicia, Patricio, Ana María y Marta) se manifiesta en sus amenas cartas y en su constante apoyo a sus tres hermanas solteras. De sus hermanas, Carmen se casará con el notable dramaturgo y premio Nacional de Arte Egon Wolff. A la muerte de Carmen, sus hermanas solteras Teresa, Alicia y Marta, reciben su apoyo cuando éstas se deciden a compartir con él su nuevo lugar de residencia en la parcela "El Portezuelo", junto al pueblito artesanal de Las Canteras (R.M.) al pie del cerro "El León" en la comuna de Colina.
8. Su obra científica es comparada con la de Humboldt y Darwin.
El singular elogio del epígrafe no ha sido idea nuestra. Lo declaró en 1994 el prestigioso biólogo canadiense Lubomir Masner con ocasión de la presentación del entomólogo Luis Enrique Peña Guzmán al Premio Nacional de Ciencias de su país: Chile. Sus palabras, a primera vista, parecerían una grosera hipérbole y nos suenan hoy grandilocuentes, pero a la verdad se afirman en hechos incontrovertibles. En efecto, señalaba:
"He mantenido contacto científico con Lucho desde 1968 y tuve el placer de que guiara mi expedición en 1988. Si no me equivoco , ésta fue su expedición científica número 412. A lo largo de los años, he podido apreciar la personalidad de Lucho Peña como científico, como hombre y como amigo. Rara vez en mi vida me he encontrado con alguien tan entregado a su misión como Lucho lo está respecto de la ciencia, el respeto a la naturaleza y el amor por Chile. A mis ojos, Peña es el Alexander Humboldt y el Charles Darwin en una misma persona. En el alcance y la inspiración de su saber difícilmente es segundo de nadie. Por muy lejos, el es quien ha situado a Chile en el mapamundi de la entomología. No logro imaginar un solo experto mundial que no está estrechamente vinculado con Lucho. Sin duda, es hoy el entomólogo chileno mejor conocido internacionalmente. En múltiples aspectos, está y permanecerá a la cabeza de sus colegas y pares. El detectó tempranamente la necesidad de estrechar la colaboración internacional de los entomólogos, atrayendo su atención sobre la singular fauna chilena. Promovió medidas conservacionistas y la preocupación por la [defensa de] la diversidad mucho antes que esos temas aparecieran en los periódicos entomológicos y nunca ha perdido oportunidad de expresar sus puntos de vista al respecto" (citado en obra de Gastón Acuña, "Rumbo a la Amazonía", s/f,. [1965], p. 239, subrayado nuestro).
El osado viaje a la selva del Ecuador que tan magistralmente nos describe el periodista y escritor Gastón Acuña, realizado en 1965, deparó a Lucho y a los científicos que le apoyaron económicamente en la expedición, la suma de más de 40.000 dípteros (familia de las moscas y zancudos) de todas las especies imaginables, debidamente pinchados y etiquetados: una colecta considerada por los especialistas como sensacional. Viaje que, según los investigadores consultados, revolucionó en su época el conocimiento que se tenía sobre este grupo de insectos gracias a la aparición de numerosas especies y géneros, hasta allí totalmente desconocidos. Esta colecta tenía por objetivo central, en buena parte, reponer las colecciones entomológicas conservadas antiguamente en el Museo de Berlín y lamentablemente perdidas por los bombardeos de la IIª Guerra Mundial.
9. Autor de obras sobre Entomología chilena.
Luis Peña publicó numerosos artículos en revistas científicas nacionales y extranjeras, dando allí a conocer sus hallazgos de especies nuevas o describiendo éstas para la ciencia. Su curriculum vitae muestra más de 300 publicaciones de esta índole. Después del manual de los "Coleópteros de Chile", editado en la colección de "Expedición a Chile" en 1975, Peña publicó su primera obra de peso: "Introducción a los insectos de Chile", (Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1988), en la que no sólo se enseña a colectar y preservar sus colectas sino se esboza ya un listado completo de las principales familias y especies presentes en el país. Con anterioridad a Luis Peña, tan solo unos pocos especialistas tenían acceso a este conocimiento. Peña lo divulga y lo hace accesible a todos, y con ello inaugura una forma de mirar la naturaleza que nos rodea, descubriendo y admirando sus secretos más recónditos. De este modo, Peña pasa a engrosar la pequeña hueste de conservacionistas y protectores del patrimonio natural en el país.
En noviembre de 1986, Hans Niemeyer Fernández, por entonces Director del Museo Nacional de Historia Natural, en su presentación de la obra expresa: "la obra está destinada a todo público inquieto, pero más que esto está dirigido a despertar la inquietud por el saber sobre estos seres tan maravillosos en sus coloridos y formas, como son los insectos, en especial los coleòpteros" (Prólogo a la obra).
El propio Peña en su "Introducción", nos señala su objetivo al escribir este libro: "No hay libros en castellano a los cuales pueda recurrir un muchacho aficionado y que desee saber cómo colectar, cómo preparar el material, cómo hacer una colección y cómo determinar las especies...Este problema nos ha llevado a redactar estos apuntes..."(pg. 1988:169).
Hemos dedicado varios capítulos de nuestro blog al estudio de este notable personaje de nuestra historia natural reciente. Los enumeramos aquí para facilitar su consulta por nuestros lectores:
1. "Luis E. Peña Guzmán: entomólogo, sabio educador de juventudes", editado el 23-02-2008.
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