Fig. 1. Cartel de recepción a la entrada del "Parque temático": Anuncia nuestro VIIº Encuentro de Historia local. Las fotos del recuerdo del "Pueblo Hundido" de antaño: "sangre, sudor y lágrimas...".
En busca de Diego de Almagro.
En días pasados, hemos viajado a una ignota y casi desapercibida localidad de la IIIª Región de Chile: el pueblito de Diego de Almagro. Semioculto entre cerros color amarillento o gris parduzco, el pueblo -antiguamente llamado "Pueblo Hundido", por esconderse al fondo de una antigua cuenca- nos sorprende y embelesa. Aquí vive una laboriosa comunidad de raigambre minera, formada por antiguos pirquineros y cateadores de minas y sus descendientes. Su población apenas se alza sobre los 8.500 habitantes. A pesar de su extrema pequeñez y enorme alejamiento de las ciudades cercanas (Copiapó dista unos 165 km.; Chañaral, otros tantos), el pueblo -antigua estación de ferrocarril del "Longino" que alcanzaba hasta Iquique.- muestra hoy una vitalidad y un amor por la cultura que nos toma por sorpresa. Albergaba esos días a un grupo de investigadores, venidos de diversos rincones del norte chileno, a presentar sus trabajos sobre historia, arqueología, geografía, fotografía histórica o iconografía. ¿Aquí, en medio de un paisaje estéril y desolado, donde ni siquiera se asoman a husmear los guanacos o zorros del desierto, interesan vivamente la Historia, la Cultura ?. Sí, así es, y tal novedad nos intriga, nos cautiva y nos deja en realidad boquiabiertos.
Fig. 3. Concurrida feria a un costado del Parque Temático: variada oferta navideña. El paseo obligado de las mamás con sus hijos pequeños, al parecer, única entretención en este simpático pueblo, alejado del mundo político, el bullicio citadino, sus afanes y sus intrigas.
El "Parque Temático" de Diego de Almagro.
Aquí, junto al "Parque temático" de novedosa y espléndida arquitectura en madera y latón, orgullo de la Región, obra de un dieguino de cepa, don Sergio Miranda, comienza nuestro viaje. Nos dirigimos a Potrerillos, mineral de cobre explotado desde el año 1920 o poco antes. Hoy yace desierto y semi abandonado. Estamos en una región esencialmente minera, donde todo nos habla de minas, pirquines, escorias, cobre o plata; donde los paisajes multicolores de los cerros invitan al fotógrafo o al artista a buscar una nueva y genuina inspiración. Aquí, donde el agua es un milagro escaso y la vegetación, un tesoro casi inaccesible; esquivo y receloso. Excepto cuando tímidos aguaceros visitan muy de tanto en tanto estas tierras sedientas, y sus quebradas hoy desnudas se cubren de coloridas flores y raros insectos caminantes. Esto ocurre cuando el "desierto florido" los visita, generoso y espléndido.
El álbum de fotos de nuestro viaje.
Las fotos que siguen, tomadas desde el bus que nos transporta, son testigos de lo afirmado aquí. Subiremos paso a paso por tortuosas vías, llenas de recovecos y curvas, hasta casi los 3.000 m de altitud.
Fig. 4. El paisaje que circunda el pueblo: en múltiples tonos del café, el pardo y el gris en amena conjunción. Los alrededores de Diego de Almagro lucen así: cerros, rocas, arenas y mucho, muchísimo sol.
Fig. 6. Un costado del Parque: entre el verde y el variado color de la madera.
Fig. 7. Acceso al Salón de Conferencias. Madera y latón alternan en forma hermanada. Ingeniosa conjunción de materiales salitreros de antiguo cuño.
Fig. 8. El frontis y acceso (Este) del Parque.
Fig. 9. La roca usada hábilmente como elemento decorativo.
Fig. 10. Vivo contraste entre rocas, verde (pasto), maderas y latón café oscuro. Se logra luminosidad, colorido y reposada majestuosidad.
Fig. 11. El salón de conferencias con capacidad para unos 80 a 100 espectadores..
Fig. 12. En viaje hacia Potrerillos: pampas, cerros desnudos y diseños labrados por el viento.
Fig. 13. Estrías del escurrimiento superficial en laderas: rillwash paralelo producido por lluvias ocasionales.
Fig. 14. La evolución geológica de estos cerros delata la actividad de procesos orogénicos (es decir de formación de las montañas) de variada índole y hermosa textura.
Fig. 18. Cerros "dibujados" por la acción del agua, tal vez hace cientos o miles de años.
Fig. 19. El colorido amarillo-verdoso de la superficie del piso de la quebrada delata en forma indesmentible la presencia antigua de lixiviación de minerales hecha mediante el uso del ácido sulfúrico (H2SO4).
Fig. 20. Una pequeña planta lixiviadora de cobre. Hoy ya de para. Observe el color amarillo-verdoso, fruto del procesamiento de minerales de cobre.
Fig. 21. Aquí casi no llueve. Muy rara vez cae algo de agua y generalmente muy poco...Pero el día que llegue a llover aquí copiosamente, arrastrará estos tierras mineralizadas y acidificadas hasta la costa misma de Chañaral. Pero como esto ocurre con suerte una vez cada 50, 80 o 100 años, a nadie parece importarle, menos a estos mineros que se instalan en el fondo de la quebrada, con el riesgo consiguiente.
Fig. 22. El variado color de la montaña, donde ya se observa tonos tenues de un verde claro: una de las tantas sales de cobre.
Fig. 23. Una planta de lixiviación de cobre todavía en actividad ( pequeña minería).
Fig. 24. Vista fugaz de la planta, al pasar en el bus.
Fig. 25. Las piscinas de lixiviación con uso de ácido sulfúrico. ¿Qué pasaría en caso de una eventual lluvia copiosa con potente arrastre de cantos rodados y ripios desde las montaña ?. No se observa la presencia de defensas de ninguna clase.
Fig. 26. Disfrute Ud. el hermoso aspecto variopinto de los cerros: desde el blanco sucio hasta el negro. Toda una paleta de colores dispuesta aquí por el Creador para nuestro goce estético!.
Fig. 27. Otras tonalidades de colores.
Fig. 28. Naturaleza desnuda donde ni siquiera se observa un arbusto seco.No crece aquí ni una brizna de vegetación, tal es la falta casi absoluta de lluvias en la región.
Fig. 29. Ripios de arrastre antiguo acumulados en la base de la quebrada seca, por donde trepa fatigosamente el ferrocarril.
Fig. 30. Por fin divisamos al ferrocarril que baja, echando bocanadas de humo, el mineral en barras desde el mineral de Potrerillos hasta el puerto de Barquito, para su posterior embarque al exterior. Éste baja un par de veces al día, cargando unos doce vagones.
Fig. 31. Por fin vemos un leve y sinuoso curso de agua, que desciende por el medio de la quebrada. Muestra, sin embargo, sendas costras blancas de salinización a sus costados, prueba evidente de la fuerte mineralización de estos terrenos por obra de la minería reciente y el uso desmedido del ácido sulfúrico. Aunque aparentemente fresca y apetitosa, esta agua no es, obviamente, potable. No es recomendable ni siquiera para lavarse la cara!.
Fig. 32. Como mi asiento en el bus que nos transportaba quedaba al lado derecho, esto es, mirando al Norte, todas estas fotos nuestras muestran aspectos de interés recogidos a lo largo de la pared norte de la quebrada.
Fig. 34. Tras casi una hora de recorrido desde Diego, quebrada arriba, por fin divisamos una tímida mancha verde: ¡vegetación, por fin!. Aparecen aquí las primeras plantas. No las distinguimos todavía bien...Estamos a unos 1.800 m sobre el nivel del mar y aparecen tímidamente las pequeñas vertientes naturales.
(Capítulo en construcción; falta señalar la aparición de la vegetación algo más arriba y su descripción....)
Comentario eco-antropológico:
1. Estamos en el desierto absoluto. Aquí, según se nos informó, cayó este año 2014 solo una pequeña lluvia, incapaz de producir una vegetación significativa. Este sector corresponde a la parte terminal del gran "Despoblado de Atacama" del que nos hablan los Cronistas con terror al pensar en su cruce.
2. Estamos a unos 80 km al Sur del lugar llamado Finca de Chañaral, un hermoso oasis del extremo sur del desierto de Atacama, donde se sabe que los Incas tenían recintos de control del paso de caravanas. En el lugar hay agua de buena calidad, y arboledas de chañares y otros arbustos. Un auténtico oasis.
3. La insuperable belleza escénica de los cerros que recorremos rumbo a Potrerillos que hemos mostrado aquí, contrasta lamentablemente con la contaminación de los cursos de agua, por obra de la pequeña y gran minería extractiva. El arroyo de agua que hemos visto circular por el piso de la quebrada por varios kilómetros, se halla mineralizado por efecto directo de la lixiviación de los minerales de cobre, proceso que viene desarrollándose, sin control ni forma de mitigación alguna, durante casi cien años en esta región.
4. El área que potencialmente podría de por sí constituir un recurso turístico importante, por la variedad de los paisajes que ofrece el desierto en su colorido y forma, se ve hoy fuertemente alterada por una minería en bruto y su impacto visible en el medioambiente, cuyos efectos negativos se observan a cada paso.
5. Creemos, sin embargo, que una sana política de recuperación del paisaje natural y sus cauces de agua es aún posible para dotar a esta región de un turismo enfocado hacia la puesta en valor de la naturaleza y sus rincones más atractivos desde el punto de vista escénico y fotográfico.
6. En otras palabras, creemos en la posibilidad de establecer, en un futuro no lejano, una coexistencia hermanable entre una minería mucho más respetuosa del medio ambiente y un turismo regional que sepa valorar la diversidad cromática de sus cerros y montañas y su geología y estratigrafía multisecular. Es esto parte de una "dignificación" o -si se prefiere, de una "re-interpretación" del desierto y sus atractivos naturales. Éstos, son tanto o más importantes que las riquezas mineralógicas en ellos presentes. Porque éstas, se agotarán un día: no lejano; aquéllas, en cambio, son perdurables en el tiempo, en cierto modo, eternas.
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