Cómo se refinaba la planta en tiempos coloniales.
Este sistema de extracción de la plata ya era ampliamente conocido a través del antiguo libro de Alvaro Alonso Barba (1569-1661): "Arte de los metales: en que se enseña el verdadero beneficio de los de oro, plata y azogue, el modo de fundirlos todos y como se han de refinar y apartar unos de otros" (Madrid, 1640). Barba fue sacerdote y párroco de pueblo en la sierra peruana y tuvo ocasión de conocer de cerca el sistema empleado por los españoles, desde tempranos tiempos, para obtener la plata y el oro. El azogue o mercurio se obtenía por entonces en gran cantidad de las minas de Huancavelica, en la sierra peruana. Barba, hombre ingenioso e intelectualmente inquieto, mejoró el sistema de obtención de estos metales nobles, con técnicas introducidas por el mismo. Experiencias que da a conocer en forma minuciosa en su obra.
Durante toda la Colonia, el mercurio de las minas de Santa Bárbara, en Huancavelica, aportó ese elemento vital para la extracción de la plata tanto en Potosí como en Huantajaya y Chanabaya. Sobre estas minas y su importancia, puede consultarse la obra del historiador Guillermo Lohmann Villena, titulado: "Las Minas de Huancavelica en los siglos XVI y XVII" (1949; hay reedición en Lima en 1999).
Un aporte importante para comprender exactamente cómo se realizaba este proceso extractico, en la época en que Antonio O´ Brien era el Gobernador interino de Tarapacá y visitador de minas en la Provincia (1765-1771), es el trabajo del historiador chileno Jorge Hidalgo Lehuedé (con Manuel Castillo Martos), titulado: "Antonio de O´Brien y la explicación de los Minerales de Huantajaya, sus nombres y beneficio". Revista ILUIL, vol. 27, año 2004: 41-93. De este trabajo tomaremos algunas informaciones sobre el sistema de fundición de la época, en los llamados "trapiches" o lugares de beneficio.
La azoguería de Tilibilca.
Nos basamos para este relato sucinto sobre Tilibilca en el trabajo del historiador don Sergio Villalobos, publicado en el año 1975 en Norte Grande, revista del Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, (Vol I. Nº 3-4, año 1975: 301-421). Se titula: "La mita de Tarapacá en el siglo XVIII". Radica su enorme interés en que el trabajo se basa íntegramente en un legajo de documentos que fueron encontrados al fondo de un pique, en la mina "Los Jilgueros", en Huantajaya, en el año 1871 por el ingeniero americano George R. Ghiselin y donados por éste a la Universidad de California en 1878.
Hacia 1742 se reactivaron los trabajos de explotación de la plata en el mineral de Huantajaya, abandonados durante decenios, por obra del piqueño José Basilio de la Fuente y Loayza, un rico minero de la región. En 1756, este minero solicitó al Virrey del Perú una mita para poder llevar a su asiento minero de Huatajaya una cantidad de 50 indios, en calidad de mitayos. Nunca antes se había solicitado una mita de indios para labores mineras en esta región. La disolución de las encomiendas a partir del año 1718, permitió el empleo de la fuerza laboral indìgena en labores desarrolladas fuera de sus respectivos pueblos. Por eso De la Fuente solicita obreros mitayos de cinco pueblos de la zona, en la Doctrinas de Tarapacá y Sibaya. La inmensa mayoría, de Tarapaca, por su mayor cercanía a las minas. En el cerro rico de Potosi, donde se exploto por siglos la plata en Bolivia, hubo mita minera desde tempranos tiempos (S XVI) ,pero esta nunca llegço a incluir a las poblaciones indigenas del actual sector chileno de Tarapaca.
¿Qué era la mita minera?.
La mit´a - institución de origen inka castellanizada como mita) consistía en la obligación impuesta a los caciques de los respectivos pueblos, por las autoridades españolas, de otorgar un quinto de su poblaciòn de varones adultos ( entre los 18 y los 50 años), por un cierto período de tiempo, para tomar parte en actividades de beneficio considerado de utilidad social o comunitaria. Hubo así mitas para la construcción o arreglo de caminos, puentes, levantamiento de iglesias o canales, o trabajo agrícola comunitario. La mit´a más socorrida en el periodo colonial por las autoridades, fue la llamada "mita minera". Es decir, la contratación forzada, por un tiempo definido, de un porcentaje de varones en edad de trabajo de los pueblos circunvecinos, para la explotación de las minas. La más famosa en la época fue la "mita potosina" que permtià reclutar mano de obra indìgena para las labores de plata en el cerro ruico de Potosì, desde un radio de 150 leguas a la redonda. Los indígenas enganchados en la "mita", eran llamados "mitayos" (del quechua mitayoc).
(segmento en construcción, 22/07/2009).
1 comentario:
Esta claro lo que se reclama. ¿ Que se propone?
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