Antecedentes.
Nuestro capítulo anterior fue dedicado a presentar y analizar la entrevista hecha en San Pedro de Atacama al señor Timoteo Cruz Salvatierra, uno de los antiguos ayudantes de campo del jesuita arqueólogo Gustavo le Paige y activo colaborador del Museo (1). Éste, versará sobre una segunda entrevista, esta vez hecha al señor Tomás Cruz López, ayudante también del Padre en el antiguo Museo. Ambas entrevistas, realizadas en diferente lugar y tiempo (2), nos ofrecen una valiosa y bastante completa visión de las relaciones existentes en ese tiempo entre el sacerdote-arqueólogo y sus ayudantes de campo. Ambas entrevistas se complementan mutuamente y nos ofrecen, además, una excelente visión sobre el modus operandi del jesuita y su metodología. Ambas son, por tanto, "caras de una misma moneda" (2).
Imágenes.
Fig. 1. Tomás Cruz en su casa en el aillo de Larache, el día de la entrevista. (Foto Juan Francisco Cox, el 26/07/2024).
Fig. 2. Estante lleno de sus recuerdos. Uno de ellos, es esta foto del padre Gustavo le Paige que, orgullosamente, Tomás porta aquí en sus manos. (Foto Juan Francisco Cox, 26/07/2024).
Fig. 3. Tomás nos muestra una fotografía del padre le Paige revestido con sus ornamentos sacerdotales. (Foto de Juan Francisco Cox, 26/07/2024).
Estamos convencidos que un análisis detallado y profundo del pensamiento y modo de ver de los antiguos ayudantes del padre le Paige, puede -y debería- aportarnos hoy valiosos argumentos en pro de la "inocencia" de le Paige respecto de ciertos cargos deshonrosos que hoy algunos líderes atacameños livianamente le imputan, tales como "violador de tumbas", "destructor de cementerios", "despreciador de la cosmovisión indígena", "acérrimo continuador en la tarea de extirpación de idolatrías", etc. etc. En algún trabajo anterior de antropólogos de la zona atacameña, hemos visto algunas (escasas) referencias -a modo de citas esporádicas- a la visión y perspectiva de sus ayudantes, pero no conocemos análisis profundos de su visión sobre el tema. Por ello nuestro interés por conocer, en profundidad, su propia visión y perspectiva. ¿Era le Paige un monstruo, un fanático, un irrespetuoso profanador de la "visión del mundo" o Weltanschauung de los Lickan antai como se no quiere hoy hacer creer por sus detractores?.
Virtudes de esta entrevista.
La presente entrevista que el lector podrá por sí mismo leer -y meditar- en unos instantes más, posee, a nuestro modo de ver, dos virtudes que todo investigador aprecia como fundamentales -y elementales- en cualquier trabajo serio de recolección etnográfica o folklórica: a) veracidad y objetividad. 1). "Veracidad", esto es, sujeción estricta a la verdad de los hechos que se relatan sabiendo distinguir entre lo verdadero y lo falso (inventado o sugerido por terceros), y 2). "objetividad", esto es, la capacidad de describir y analizar algo basándose en hechos y datos comprobables.
Tras reflexionar serenamente sobre todo lo expresado por Tomás en esta larga entrevista, creemos estar aquí ante el testimonio de una persona profundamente sincera y abierta, que no tiene "pelos en la lengua" y manifiesta su sentir y pensar muy llanamente, sin tapujos y sin pensar en sus posibles consecuencias.
Esta entrevista -ut iacet- ha sido corregida por nosotros en algunos aspectos básicos a fin de lograr un texto más claro e inteligible. Los cambios se ha procurado sean los mínimos para obtener un texto limpio y perfectamente comprensible. Entre paréntesis (...), se incluye nuestras adiciones al texto original. El modo de hablar de Tomás Cruz, campechano y directo, plagado de chilenismos, sin elegancias ni "flores", delata inmediatamente al campesino y antiguo pastor de ovejas: franco y espontáneo. Es posible que un análisis futuro más estricto del texto hablado (aquí transcrito por medio de la inteligencia artificial), sugiera algún día modificar algunas palabras o frases de nuestra versión, o rescatar párrafos hoy inteligibles (3).
El origen humilde de nuestro entrevistado no impidió que, con la ayuda generosa de le Paige, pudiera llegar a cursar con éxito su educación media completa hasta lograr desenvolverse perfectamente bien como valioso ayudante del Museo arqueológico de San Pedro.
ENTREVISTA A TOMÁS CRUZ LÓPEZ, SAN PEDRO DE ATACAMA.
(Entrevista hecha por el periodista Juan Francisco Cox, 28 de Julio 2024; el contenido de los paréntesis es agregado nuestro para facilitar su comprensión).
1) Lo primero que quisiéramos
conocer es su nombre, su año de nacimiento y en qué lugar estamos ahora.
8) ¿Nos puede contar ahora un
poco la historia de cómo se vinculó usted con el padre por el bichito del
fútbol?... ¿Usted era parte de ese equipo de fútbol?.
13) De acuerdo…¿cuántos ayudantes había llegado a
tener?
.20) ¿Dónde está?
Sí, pues recorrió bastante la costa e incluso hubo quien le dio como un (dato) de Arica, ….que también había un sitio por allá y tenía su conexión; entonces abarcó (el entorno) cerca de Argentina, Bolivia. Incluso en Bolivia (ellos) se hacen llamar Lican Antay, ellos no son bolivianos (16), son Lican Antay. Si pues, (también) acá en Uyuni. En Uyuni, hace como 12 años…, fui a Uyuni (e) hice una conferencia y todo… y ellos se dicen Lican Antay. Lo malo es que (ellos) no tienen los recursos para levantar la raza (16)…
.31) Volviendo a los trabajos con el padre en terreno, ¿se acuerda usted, a qué hora salía preferentemente el padre para ir a sus expediciones?
.39) ¿Y recuerda usted cómo, como cuál era la reacción del padre o de su de sus ayudantes también cuando encontraban, por ejemplo, un cementerio, una momia? ¿Cómo era la reacción?
41) Ah! no es el Juan Mamani, el mismo que yo
conozco...
47) Pero entonces a estos grupos de gente que
con el que él trataban, ¿él explicaba su trabajo arqueológico? ...¿Cómo les explicaba?
48) Yo tengo una pregunta respecto del museo también: ¿cómo empieza él a crear el museo?
A las creencias,
porque decían que los gentiles eran malos…, que un montón de cosas que se tejían,
claro. Y entonces es que los españoles pusieron otra cosa... (29). Entonces ya no le
gustaba que nosotros, o sea, las personas del pueblo, se mezclaran como con los
cuerpos…, todo eso. Entonces se le tenía miedo…, respeto.
53) Oiga,
¿y qué recuerdos guarda usted del padre Le Paige?
Él fue como un
padre más. Lamentablemente mi papá, cuando se fue mi madre, se puso alcohólico,
entonces nos dejó solos. Y el Padre fue como un papá (para nosotros).
57) Pero ¿se podrían seguir estudiando, incluso?.
Sí, porque
todavía, como le digo al padre, le siguen llamando “huaquero”…, pero fue todo
lo contrario.
58) Perdón, no sé lo que significa huaquero...
Entonces los que estaban en la costa recolectaban todo eso y (en el lugar) dónde vivían, dejaban el montón (de conchas). Y hay conchales grandes en Antofagasta, Taltal, (y en) todos esos lugares. Pero me sirvió a mi esa experiencia para decir: “yo nunca he estado acá, pero ahora sé lo que es un conchal” y el padre Le Paige yo creo que adquirió ese (instinto). A pesar de que tenía (también) buenos amigos que le daban información de (los lugares) donde habían cementerios. Y también se hacía…(35) porque actualmente todavía hay sitios acá en el pueblo (donde) no teníamos idea que estaban ahí. Es decir, hacemos un hoyo para poner agua potable (y) empiezan a aparecer los cuerpos.., todo eso. Entonces estamos arriba de un cementerio inmenso.
Incluso acá en el terreno, donde hay un pimiento chico por ahí, excavamos para hacer el adobe para levantar la casa. Hicimos una excavación grandota y aparecieron unos cacharritos, cerámicas y otras cosas. Y los que estaban cavando ahí querían seguir... Yo les dije, “no no, déjenlo ahí no más”. Y hay personas de aquí que me han dicho que habían visto por ahí una persona más o menos alta, de blanco... Se ve de noche, no en el día. Y lo han visto. Y hay una señora que nos arrienda una pieza y que es esotérica, dice que muchas veces lo ha visto. Yo jamás lo he visto, pero por los comentarios de ellos sé que está ahí (36). Por eso parece que hay (en) varias partes, a lo mejor tenían su aldea y se murió alguien y lo sepultaron cerca y ahí quedaba. Incluso en el cementerio local, aparecieron tumbas también.
60) Usted me decía que trabajó en la
construcción. ¿A eso se dedicó después en su vida?.
Mucho. Por el
conocimiento, por (lograr) terminar mis
estudios de cuarto medio... Me influyó mucho, me cambió como el “chip” que
tenía antes.
Era más apegado a
la tierra, más agricultor y más bruto. (Era) trabajar en acarrear áridos,
arenas, ripios. A eso primero me dediqué antes de los 14 (años) y después (ya)
no…. Tomé más conocimiento, estudié y me cambió esa manera de vivir.
66) Pero sus hijos igual ellos tienen una conciencia del trabajo del Padre LPaige?
(Fin de la entrevista).
Agradecimientos.
No podríamos dar término a este capítulo sin agradecer a todos aquellos que lo han hecho posible. En primer lugar, a Timoteo y Tomás Cruz, antiguos ayudantes del padre le Paige, que se prestaron con mucha generosidad a ser entrevistados por nuestro enviado, el periodista Juan Francisco Cox. Su testimonio ha sido para nosotros de extraordinario valor por constituir una prueba palmaria y única de sus estrechas relaciones laborales y humanas con el sacerdote-arqueólogo durante muchos años.
Nuestra gratitud, igualmente, al periodista señor Juan Fco. Cox por su disponibilidad y entusiasmo para emprender esta nada fácil tarea de recoger el testimonio vivo y palpitante de dos antiguos ayudantes del padre le Paige, 44 años después de su partida. Del mismo modo, al traspasar, tras un tedioso y largo procedimiento, las grabaciones obtenidas a un texto legible, aplicando el método de la "inteligencia artificial".
A nuestra buena amiga la arqueóloga Ana María Barón, radicada en San Pedro, quien recibió en su casa a nuestro periodista, lo llevó a conocer las ruinas de Túlor y lo contactó con Timoteo y Tomás Cruz en San Pedro. Su colaboración ha sido decisiva para el éxito de esta valiosa tarea.
Notas.
(1) Esta entrevista fue hecha por el periodista Juan Francisco Cox a petición expresa nuestra. Nosotros elaboramos un posible cuestionario de preguntas para orientar al señor Cox y familiarizarlo con el tema. Pero Cox es el responsable del tenor sctual de las preguntas, tal como fueron planteadas.
(2) Las dos entrevistas, hechas en forma independiente a los dos ayudantes de apellido Cruz, en sus respectivas casas, conforman una unidad indisoluble que nos permite adentrarnos bastante bien en el modo de pensar de los ayudantes del padre. Para nosotros, su opinión tiene un valor trascendental.
(3) La transcripción de las entrevistas usando el método de la "inteligencia artificial" -como aquí se hizo- debió ser revisado y corregido por nosotros. Este método tiene sus ventajas, pero también sus bemoles pues tambalea frecuentemente y yerra en la elección de la grafía correcta, en especial ante el caso de apellidos o nombres de lugares que no logra identificar.
(4) El ayllu (voz quechua castellanizada como aillo) ) es una notable invención socio-económica de las culturas peruanas preincaicas que los Incas del Perú supieron aprovechar bien en su propio beneficio. Era ésta una agrupación de base familiar, de lengua y territorio común. Conformaba un territorio bien determinado, propio de un grupo de familias emparentadas entre sí, delimitado geográficamente, y se basaba en la ayuda mutua para ejercer el control y explotación de su territorio en beneficio común. Sus componentes hablaban un mismo idioma y compartían las mismas creencias religiosas y costumbres heredadas de un (presunto) antepasado común. Los ayllus se administraban de manera totalmente autónoma -incluso en el ámbito de la justicia- sin intervención del estado Inca. Eligían sus propias autoridades que llamaban kurakas. Un conjunto de ayllus vecinos constituía un marka. En el imperio incaico, los ayllus constituían el pilar y fundamento de la vida social, económica y religiosa andina en tiempos prehispánicos. Que sepamos, el único lugar en Chile donde ha sobrevivido hasta hoy este término y tipo de poblamiento es en la zona atacameña fronteriza con Bolivia. Aquí sus límites son perfectamente reconocibles hasta hoy y hay incluso mapas que los muestran en detalle (Ver mapa en la obra de Hans Niemeyer y Pilar Cereceda: Hidrografía, Instituto Geográfico Militar, Santiago de Chile, 1984). Una buena descripción del ayllu y su rol e importancia en el mundo Inca se puede encontrar en: McEwan Gordon F. editor 1996, ver voz ayllu, Encyclopedia of Latin American History and Culture 1, New York, NY, Charles Scribner´s Sons.
(5) Se trata de los últimos años de actividad arqueológica del padre le Paige. A fines del año 1979 es conducido, ya enfermo, a Santiago, al cuidado de su enfermero José Mendoza y vive en la residencia de San Ignacio hasta su muerte, ocurrida el 30 de mayo de 1980.
(6) Desde el año 1974 prácticamente ya no excava cementerios y se dedica a escribir artículos en la revista "Estudios Atacameños" que el mismo fundara en el año 1973.
(7) Guatin fue un pequeño caserío atacameño de unas pocas viviendas de pastores y queda a 21 kilómetros al Este de San Pedro d Atacama, a una altitud de 2.900 m sobre el nivel del mar y camino a los geysers del Tatio. Es conocido como "el lugar de los cactus" por la presencia de centenarios y gigantescos cactus conocidos en la zona como "cardones (Echinopsis atacamensis). Algunos ejemplares pluricentenarios pueden llegar a medir hasta 7 m de altura. Tuve la suerte de conocer el lugar y excavar aquí una vivienda antigua con el padre le Paige y dos de sus ayudantes, en noviembre del año 1964.
(8) Referencia interesante al empleo asiduo por parte de le Paige del Cuaderno de Notas y de la cámara fotográfica en sus salidas a terreno. Cabe preguntarse aquí por qué hasta ahora nadie -que sepamos- ha publicado o hecho referencia a la existencia, en el actual Museo, de sus fotografías de campo. Sus dos ayudantes de apellido Cruz recuerdan su frecuente uso por le Paige. Este hecho nos está revelando que aquí hay mucho que investigar al respecto, al igual que respecto del destino de su famoso "Diario de Campo".
(9) Los descubrimientos de le Paige han revelado la enorme riqueza de la cultura atacameña, en sus distintas etapas, logrando así distinguir con claridad meridiana este grupo cultural autóctono de sus vecinos inmediatos quechuas, aymaras y/o calchaquíes.
(10) "No era arqueólogo"... Con esta frase cliché, Tomás no hace sino repetir seguramente lo que él ha escuchado de le Paige en el Museo de labios de antropólogos y/o arqueólogos. A renglón seguido, sin embargo, señalará, escuetamente, lo que él tiene por cierto: "era un sabio". Le Paige, en efecto, nunca estudió arqueología ni se tituló como arqueólogo...Eso ya lo sabíamos. De ahí a rotularlo como "un simple aficionado", hay mucho trecho. Tenemos pruebas de que consultaba frecuentemente sus dudas y hallazgos con geólogos (como don Carlos Klohn), antropólogos físicos (como don Juan Munizaga) o distinguidos arqueólogos, como (Hans Niemeyer, el argentino Alberto Rex González, o el norteamericano Edward P Lanning), escuchando siempre atentamente sus planteamientos. y discutiendo con ellos. ¿Lo haría así un simple "aficionado" a la arqueología?...Dejo la respuesta a su criterio...
(11) En Ghatchi y Loma Negra, lugares próximos al arroyo Vilama, encuentra le Paige enormes canteras de material lítico. Aquí, recoge àvidamente centenares de objetos (o trozos de objetos) tallados obviamente por el hombre antiguo. Bifaces, cuchillos, raspadores, raederas, punzones...los que fueron, en su mayor parte, desechados in situ por los antiguos cazadores por estar incompletos o fragmentados. Gran parte de ellos, hechos en basalto. La roca basáltica, roca ígnea extrusiva resultado de antiquísimas erupciones volcánicas, por su gran dureza y aptitud para el lasqueado o astillado, constituía una excelente materia prima para elaborar instrumentos agrícolas y/o armas. Nosotros hemos hallado puntas líticas de basalto en sitios costeros (como en el oasis de niebla de Alto Patache, al sur de Iquique), como material lítico traído ex professo de lugares situados muchos kilómetros tierra adentro.
(12) Los atacameños o lickan antai constituyen un grupo humano diferente de sus vecinos quechuas o aymaras (o lipes). No solo por poseer una lengua muy particular, el kunsa, sino también por la posesión de otros rasgos culturales propios (tipo de poblamiento, estilos cerámicos, vestimenta, leyendas...) que los contradistinguen de sus vecinos.
(13) Por "sureños", Tomás parece referirse aquí a los grupos más numerosos del sur de Chile: los mapuches, huilliches o cuncos.
(14) Los habitantes de la costa aqui referidos, son ciertamente los Changos.
(15) Se ha hallado tumbas y cementerios en la costa, cerca del mar. Por ejemplo, en la zona de la desembocadura del río Loa. (Ver trabajos del arqueólogo suizo Jean Christian Spahni en ese lugar). La razón es obvia. El curso del río Loa constituía una vía expedita, bien dotada de recursos para caminantes, la que permitía unir el interior de Atacama con la costa pacífica.
(16) "para levantar...". En el sentido de que carecían de los medios económicos para mostrar al mundo científico el verdadero origen y caracteristicas de su propia cultura como algo diferente de otras.
(17) Le Paige numera cuidadosamente sus descubrimientos en el terreno (v. gr. Quitor-5, Tchecar-3) y usa etiquetas simples cuyo detallada descripción trasladará luego a su Diario de Campo a su regreso a la parroquia. No conozco ningún trabajo científico que nos explique en detalle su sistema particular de traslado de la información recogida en el campo a su "Diario". Tarea nada fácil pues usó - y abusó- de abreviaciones y dibujos varios, según recuerdo haberlo visto un par de veces. Le Paige era muy reticente a mostrar a extraños sus apuntes de campo redactados en letra menuda y lleno de abreviaciones.
(18) Le Paige parece que no excavó tumbas en la aldea prehispánica de Túlor...¿Por qué?. ¿Por falta de tiempo...?. No nos queda claro el motivo.
(19) En Ghatchi y Loma Negra colecta le Paige los especímenes de bifaces que le recuerdan vivamente los descubrimientos de artefactos hechos en Francia en depósitos paleolíticos (cuevas de Valonnet, du Lazaret, Terra Amata y otras). De aquí que, inicialmente, en los años sesenta, les atribuye una gran antigüedad (más de 40.000 años) y sueña con hallar pruebas de la presencia del hombre de Neandertal en la zona. Da ahí su audacia en sostener, finalmente, una antigüedad de al menos 30.000 años a algunos de sus descubrimientos en Ghatchi y Loma Negra. Para explicarnos mejor su "encandilamiento" con la hipótesis de la presencia Neandertal en su zona, debemos recordar aquí que le Paige recibe continuamente de Francia y Bélgica (su patria) información sobre los más recientes descubrimientos hechos en cuevas en Francia y/o el resto de Europa. ¿Es esto -me pregunto- propio de "un aficionado", como se nos quiere hacer creer?
(20) Le Paige no halló -que sepamos- cementerios o entierros humanos en Ghatchi, aunque los buscó en forma persistente.
(21) A le Paige le interesaba especialmente recoger y guardar aquellos instrumentos terminados que presentaban una gran similitud sea con el antiguo instrumental europeo de bifaces, sea con los "pre-projectile points", así llamados por el arqueólogo norteamericano Alex Krieger. Dibujos de estos instrumentos podemos ver en el trabajo de le Paige titulado: "...........", publicado en Anales de la Universidad del Norte (Chile), Antofagasta, Nº .....
(22) Tomás nos indica aquí su personal recelo y temor ante la excavación de cuerpos antiguos. No le agrada hacerlo y tiene miedo a las posibles consecuencias y maleficios concomitantes, como una suerte de "venganza" de los "abuelos" por perturbar así su descanso eterno. Este temor surge como secuela obligada de una antigua tradición, proveniente tanto de su legado indígena tradicional de profundo "respeto" a los antepasados, considerados como sus "abuelos", como también de la propia tradición cristiana que ve en los cementerios el lugar específico de reposo eterno de sus deudos, a los que se visita piadosamente el día 2 de Noviembre, fecha en que la iglesia católica celebra el "día de los difuntos". En esta fecha los familiares del difunto traen ramos de flores de obsequio y, en las comunidades indígenas, aún comida y bebida que comparten con sus muertos. Tal proceder pude observarlo yo mismo en el cementerio de Otavalo, en la Sierra ecuatoriana en 1978, o en el cementerio de Pachica, en la quebrada de Tarapacá, acompañando al tarapaqueño don Sergio Rocha en el año 1980.
(23) Le Paige busca afanosamente en Ghatchi y Loma Negra piezas significativas, para él comprobatorias de su "antiquísimo origen" y que presentará como pruebas en el primer "Congreso de Arqueología chilena" que el mismo, audazmente, convoca en San Pedro de Atacama en enero del año 1963. A este notable Congreso, invitará le Paige a los más connotados arqueólogos de Bolivia, Perú y Argentina, además de Chile. ¿Es tal proceder propio de un arqueólogo "aficionado"?, podríamos nuevamente preguntarnos.
(24) Tchécar, voz atacameñan de lugar, en su grafía típica de Le Paige, la que ha pervivido, al igual que Tchaputchayna. No sabemos su significado preciso en lengua kunsa. De unos pocos topónimos conocemos el significado preciso, como en el caso de Beter (= "sendero") o Puritama ("agua caliente"; puri= agua). Pero, ¿qué significaban para ellos Túlor, Quitor o Guatin?. No lo sabemos, pero es muy probable que designaran realidades tangibles y visibles, propias de su paisaje, tal como se estila en las lenguas quechua y aymara.
(25) Le Paige era muy madrugador. Generalmente, se despertaba a las 6 de la mañana. Seguía un rápido y parco desayuno y se iba a la iglesia a celebrar diariamente misa. Escasos feligreses (generalmente mujeres ancianas) le acompañaban esa hora, como me consta personalmente.
(26) El texto dice "reconstruyeron", pero nos parece que se quiso poner "destruyeron", de acuerdo a lo que exige el contexto.
(27) En enero del año 1963, celebra aquí le Paige las reuniones del primer Congreso de Arqueología Chilena que tuvieron lugar en la primera rotonda de su Museo, recién terminada (Véase foto próxima).
Fig. 4. Foto tomada en enero del año 1963. El padre le Paige explicando sus descubrimientos en una sesión del Primer Congreso Internacional de Arqueología, convocado por él.
(28) Temor reverencial a contemplar las momias atacameñas, expuestas por el padre en sencillas tarimas de madera, tal como lo muestra nuestra figura Nº 5.
Fig. 5. Exposición de momias atacameñas en el antiguo Museo arqueológico del P. Le Paige apiladas sobre sencillas tarimas de madera confeccionadas por sus ayudantes de campo. (Foto en blanco y negro tomada por H. Larrain, diciembre 1964).
(29) Como un "arqueólogo aficionado" se ha rotulado, repetidamente en los últimos años a Le Paige y su obra. Epíteto despectivo que rechazamos totalmente, por ser inconsistente con su gigantesca obra y su legado: el Museo arqueológico y sus valiosas colecciones. Si bien no fue un arqueólogo titulado en una brillante universidad norteamaricana, inglesa o francesa -como tal vez alguno de sus detractores de hoy- , su enorme experiencia, adquirida a través de sus excavaciones y estudios, le otorgan una notable perspectiva para calibrar y comprender los cambios culturales operados en la sociedad atacameña, desde la época del precerámico y del "pre-projectile point" hasta la llegada del español en 1536. Y San Pedro de Atacama y su zona patrimonial no serían lo que hoy son, si descartamos a le Paige y su legado cultural.
30) Le Paige, como aspecto muy propio de su actividad misionera, tuvo siempre especial preocupación por ayudar a sus feligreses más necesitados, en especial los ancianos que vivían solos. Me consta.... En una oportunidad, le Paige me invitó a ir al pueblo de Peine a socorrer a una señora anciana que vivía sola. Lo recuerdo aún perfectamente. Le llevó una caja con mercaderías consistente en pan, leche en polvo, queso, té, tarros de conservas y otras cosas más. La anciana estaba postrada en cama....La pobreza de su vivienda era impresionante. Me causó una profunda emoción y pena... Sus vecinos la asistían. Le Paige -al igual que otros sacerdotes en pueblos andinos apartados-, recibía de Caritas-Chile (institución benéfica de la iglesia católica) los aportes que llegaban de los Estados Unidos o Europa, destinados a paliar el hambre del "tercer mundo".
(31) Gran parte de los hoteles, discoteques o restaurantes más concurridos de San Pedro de Atacama son propiedad de gente extraña al pueblo y su pasado. Pero hay que considerar, en este aspecto, que fueron los propios atacameños quienes vendieron sus propios terrenos a gente venida de fuera con otras intenciones.
(32) Como posible solución al problema planteado por las cuerpos humanos o momias, presentes en el Museo, el ayudante de le Paige es enfático al declarar que re-enterrarlos, sería una pésima solución por los peligros que dicho proceder traería consigo: probable robo o huaqueo ulterior. Tanto más, si se pretende -como algunos lo han propuesto-. que sus pertenencias (i. e. el ajuar funerario completo) debiera ser igualmente "re-sepultado" junto al cuerpo del finado. Idea francamente peregrina y utópica, por decir lo menos.
(33). Es vox populi en la zona -y seguramente hay aún testigos de ello- que fueron empleados o ingenieros de la Compañìa minera de la vecina Chuquicamata (la "Chile Exploration Co.") quienes acostumbraban, como un deporte dominguero, ir a excavar tumbas indígenas para apropiarse de sus ricas ofrendas de tejidos finos, vasijas o utensilios de madera, (como las hermosas tabletas esculpidas de alucinógenos), desechando y dejando abandonados in situ cráneos o esqueletos que no eran de su interés. Pero, para ser imparciales, también debemos mencionar aquí que las autoridades de los pueblos de la época jamás tomaron medidas para evitar y controlar el saqueo, ni se preocuparon -tampoco- por re-enterrar los huesos abandonados de sus "abuelos"...¿Por qué? .Tal práctica denigrante me consta, porque yo lo vi con mis propìos ojos durante el mes de enero del año 1960 en los alrededores de Chiuchíu y Lasana. Se veía huesos por doquier y tumbas abiertas, algunas encistadas. ¡No hemos escuchado nunca un mea culpa por parte de las antiguas autoridades atacameñas!. Haría falta que lo hagan... Le Paige, en cambio, denunció cierta vez a una cuadrilla de militares chilenos en campaña que destrozó un cementerio en Tilomonte, según nos lo recuerda el propio Tomás Cruz en su entrevista.
(34) Ya hemos comentado en otro lugar el sumo interés del padre le Paige por descubrir y rescatar cráneos en Atacama. Era -lo sabemos bien- por razones propias de la antropología fisica, es decir, por el afán (casi enfermizo) de le Paige por descubrir, en esas antiguas sepulturas, algún rastro de influencia "Neandertal". Lo prueba su referencia explícita a su hallazgo de "cráneos chatos", según él de tipo Neandertaloide. (Cfr. su famoso artículo: "Cráneos atacameños", publicado en la revista Anales de la Universidad del Norte, Nº 5, (1966): 7-81). Le Paige afirma allí categóricamente que dichos cráneos solo aparecen en las tumbas más antiguas de la zona: "hay que insistir sobre el hecho de que el cráneo "tipo chato" se encuentra en los cementerios más antiguos de San Pedro de Atacama, para desaparecer totalmente en los más recientes" (Le Paige, op.cit. 1966: 9). Estos cementerios antiguos, según Le Paige, son: Quitor-1, Quitor-2, Quitor-5, Quitor-6, Quitor 7 y Quitor-8, lugares donde él descubre un alto porcentaje de "cráneos chatos" (Le Paige, 1966: 9).
(35) Frase que queda lamentablemente inconclusa. No sabemos si por interrupción del entrevistador o por alguna otra razón.
(36) Como muchos campesinos o pastores, Tomás aquí se manifiesta como un convencido de la existencia real de los "aparecidos" o "fantasmas". Tema que linda con la psicología...
(37) Tomás nos refiere aquí a las "costumbres" que cada comunidad humana atesora como elemento unificador y cohesionador. La "costumbre" es la base de sustentación de la ética que cada pueblo considera com un conjunto de valores compartidos, que otorgan cohesión y existencia al grupo humano comprometido con ellos. Es la base de la "resiliencia", o capacidad de un pueblo de resistir los embates del cambio cultural impuesto desde el exterior.
(38) Para le Paige, las "fiestas" eran solo una pérdida de tiempo. El se festejaba subiendo a los volcanes, como lo hizo trepando el Químal o el Licancabur, Para le Paige "el tiempo es oro" y no se podía desperdiciar.