Fig. 1. Elegante esquela de invitación extendida a académicos y amigos del sabio con motivo de cumplir éste los 90 años de edad (1808-1898), con la efigie del sabio alemán y firmada por prominentes figuras del país. En dicha ocasión se le hizo entrega de una medalla commemorativa y un libro con numerosas firmas de académicos adherentes al Acto, el que se realizó en la sede de la Universidad de Chile, (copiado de la reedición reciente del Viage al desierto de Atacama, 2008: Introducción, pág. li).
Fig.2. Foto del sabio tomada de Internet (Wikipedia).
Fig. 4. Reproducción de una fotografía del sabio en la citada reedición de su obra, "Viage al desierto de Atacama", hecha en el año 2008, Introducción, pág. l.
En busca de primicias científicas en Philippi.
La obra de Philippi: venero de sorpresas.
Debo confesar que cada vez que me sumerjo absorto en la obra de Philippi, encuentro nuevos atisbos, nuevos "descubrimientos" , nuevas sugerencias e incluso, nuevos desafíos para la investigación. Enemigo de la super-especialización, enfermedad crónica de los académicos del presente, Philippi se desenvolvía con igual maestría en botánica (que fue su principal expertise), en geología, mineralogía, zoología o geografía. Incluso incursiona con éxito en el campo de la lingüistica atacameña, aportándonos un vocabulario valiosísimo para el estudio de la por entonces moribunda lengua kunsa. Era un "naturalista", o sea un experto en "ciencias naturales" en el sentido más pleno de la palabra, de aquellos que hoy casi ya no existen en el planeta.
Pero era un "naturalista" que incursiona con el mismo interés y entusiasmo en el campo de la cultura humana, de la sociabilidad humana, del intercambio cultural. ¿Qué botánico o ecólogo hoy día se preocuparía de consignar un vocabulario de una lengua amazónica, en vías de extinción?. Ninguno, por cierto, por no tener la mínima preparación para ello. Pero Philippi lo intentó y lo logró, para gran júbilo de los antropólogos y de los lingüistas de hoy. En esto ciertamentre Philippi aventaja notoriamente a la inmensa mayoría de los cientificos de hoy, generalmente provistos de potentes "anteojeras" que le impiden ver "otras realidades" que no tocan directamente su pequeña parcela del saber. ¿Qué entomólogo de hoy se preocuparía de describirnos con detalles y minucias, el modo de vida de los changos junto a Paposo?. Philippi lo hizo, lo hizo bien y le estamos agradecidos por ello.
Un sabio que ve la realidad en todas sus dimensiones.
Y esta capacidad de captar y entender todo lo que ve a su paso, lo convierte en un testigo extraordinario, capaz de ofrecernos una fotografía viviente y palpitante del paisaje de su época y de los seres vivos, incluyendo los grupos humanos, que lo habitaban entonces. Para nosotros, Philippi fue a no dudarlo, un notabilísimo eco-antropólogo, pues supo entender a los grupos humanos que conoció y trató en su memorable viaje en el contexto de su propia "morada" terrenal: la totalidad de su eco-sistema. Con el mismo ardor y simpatía nos habla del meteorito de Imilac, de los petroglifos cerca de San Bartolo , de las mujeres que han quedado solas en Peine, mientras sus maridos andan lejos cazando chinchillas, o de sus arrieros atacameños y sus mulares. Todo lo dibuja y/o describe minuciosamente. Nada escapa a su ojo perspicaz.
La naturaleza obra y reflejo de la grandeza divina.
Este texto, de una riquísima enjundia, es poco conocido y ha sido muy poco comentado entre los círculos académicos actuales, tal vez por el hecho de rezumar una fe profunda en Dios, fe que su estudio de la naturaleza no hizo sino profundizar y aquilatar. La ciencia actual acerca de la Naturaleza, cada vez más secularizada a partir del Renacimiento y aislada de sus raíces espirituales y religiosas, no suele hacer mención de su autor contentándose con escrutar sus secretos más profundos, los que reconoce cada vez más recónditos y maravillosos. Ha dejado en manos de la Filosofía y de la Teología el hurgar en pos de sus orígenes más íntimos y secretos.
He aquí el texto escrito por Philippi con su cuidada y exquisita caligrafía:
Fig. 5. Este texto, aunque consta sólo de 16 líneas, es una hermosa y emotiva oda al Creador, una elegía a las obras de la Naturaleza como salidas de las manos de un Dios omnipotente. Fiel reflejo de la profunda convicción religiosa de su autor quien ve en todo momento la acción divina entre sus creaturas.
Las nieblas costeras y sus efectos sobre la flora local.
En el texto latino que señalamos aqui, anota Philippi sus observaciones so0bre las neblinas costeras o camanchacas.
Fig. 6. Extracto de la sección "Florula atacamensis seu enumeratio plantarum in itinere per desertum atacamense observatarum", (págs. 175-180 del original de 1860, publicado en Halle, Sajonia).
Traducción nuestra.
En otro lugar, denominado Agua del Clérigo, anota Philippi:
"En las dos noches que pasamos cerca del Agua del Clérigo [25º 25´S] cayó una neblina densa y aún garúa. Esto sucede en la costa a cierta elevación, casi todos los días, durante nueve meses al año, y explica la abundancia comparativa de la vegetación" (edición 2008: 30). (Nota: el fenómeno ocurre a mediados del mes de Enero del año 1854).
Lo relata del modo que sigue:
Y un poco más allá, agrega:
Philippi roza, sin alcanzar a verlo, el extremo septentrional del oasis de niebla de cerro Moreno.
En otras palabras, Philippi visitó muy de pasada el extremo norte del macizo de cerro Moreno, sin alcanzar su cima y, lamentablemente, tampoco llegó a conocer el oasis de niebla propiamente tal. Éste, y su enorme riqueza de especies vegetales, líquenes e insectos, especialmente tenebriónidos, se encuentra exactamente a casi 40 km mas al sur, y a altitudes visiblemente superiores a las alcanzadas por el explorador en aquellos primeros dias de enero del año 1854.
Las neblinas costeras según lo verifica Philippi.
a) duran unos nueve meses en el año. Pueden ocurrir incluso hasta el mes de Enero.
b) mojan la franja del litoral desde los 100 m hasta las cimas de los cerros algunos de los cuales se elevan hasta los 1.000 m. de altitud;
c) adquiere la forma de una fina llovizna, frecuentemente durante la noche;
d) ocurren solamente en la estrecha franja litoral pero pueden penetrar por las partes bajas de algunos valles hacia el interior;
e) permiten la presencia de una variada vegetación y de algunas pequeñas aguadas, de agua dulce, situadas entre los 250 y 300 m de alltitud s.n.mn.;
f) su presencia queda restringida sólo a algunos sectores de la costa, lo que motiva su gran sorpresa.
g) su máxima densidad corresponde al área de Paposo donde el investigador encuentra y clasifica gran cantidad de especies vegetales, no pocas de ellas nuevas para la ciencia mundial y que portan su nombre (Phil).
h) La neblina es densa y mojadora sólo a partir de cierta elevación por sobre el nivel del mar.
(capítulo en elaboración; 23/08/2011).


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