miércoles, 29 de julio de 2009

En Iquique: Centrales Termoeléctricas en el banquillo de los acusados. La perversidad del petcoke

Fig. 1. Portada de la revista del Consejo de Desarrollo Sustentable (CDA) de Chile. Número dedicado al problema del calentamiento global del planeta y al análisis de la posición de las autoridades y científicos chilenos (Vol 3, Nº 1, año 2008).

Fig. 2. Miguel San Martín Baeza, Secretario Ejecutivo del CDS chileno, Expone su posiciòn en su artículo que lleva por tìtulo: "Acuerdos y proposiciones respecto del cambio climático y calentamiento global, y probables impactos en Chile". Vea en recuadro su clara y firme posición ante el tema de las emisiones de contaminantes por efluentes químicos de Compañías Mineras y centrales Termoeléctricas.

Fig. 3. Carátula del Periódico local "El Poblador" de Iquique, año 4, Julio 2009.

Fig. 5. Portada de "La Estrella" el principal diario de Iquique, de fecha 28/07/2009 (Año 43, Nº 15469).

Fig 6. En artículo de "La Estrella" de Iquique, del día 28/07/2009. Equipo que lidera la campaña "No a las Termoeléctricas a carbón", que a la fecha (31/07/2009) ha recolectado más de 40.000 firmas de adherentes a su campaña.

La ciudadanía está en pie de guerra

En estos dos últimos meses (Junio y Julio 2009) , crece la tensión en la comunidad de Iquique y playas aledañas. La amenaza es evidente y nadie, en su sano juicio, podría negarlo. Han entrado recién al sistema de Evaluación de Impacto ambiental (EIA) dos nuevas Centrales Termoeléctricas: "Central Pacífico" y "Patache", las que se instalarían a solo 60-65 km. al sur de la ciudad, al lado de varias caletas (Chanabaya, Cáñamo, Chanavayita, Caramucho, Los Verdes). Dos nuevas fuentes de contaminación para la zona, de imprevisibles consecuencias. Muy pronto veremos aparecer en escena varias más. Todo parece concertado. ¿Hasta cuándo?

Las comunidades se oponen férreamente.

Las Juntas de Vecinos de las caletas y de la ciudad, conscientes de la amenaza, han levantado la voz en plena Plaza Prat (Vea foto Nº 6). Personeros de las Juntas de Vecinos, indignados, han reunido hasta hoy cerca de 40.000 firmas (nada menos!!) contrarias a su instalación. El Consejo Municipal de la Ilustre Municipalidad de Iquique, ha tomado finalmente, cartas en el asunto. Tanto, que decidió el pasado 27 de julio, sesionar en terreno, trasladándose al área misma donde pretenden instalarse las antedichas Centrales, entre Caleta Cáñamo y el Puerto de Patillos. Su decisión, tomada en el terreno mismo previa observación visual de los efectos del carboncillo que emite la actual chimenea de CELTA (ENDESA-Chile), ubicada en Puerto Patache, y apoyada por informes indesmentibles de biólogos y antropólogos presentes, señaló según el Diario iquiqueño "La Estrella" del día 28/07/2009 textualmente:

"Después de la inspección, los concejales [presididos por la alcaldesa Myrtha Dubost], acordaron por unanimidad [no hubo ausentes] sumarse al trabajo del Movimiento Ciudadano "No a las Termoeléctricas" y presentarán recursos legales contra el Gobierno para evitar la instalación de cuatro plantas pertenecientes a las empresas Pacífico y Patache" (pág. A-2).

La alcaldesa, ese día 27 de Julio, fue firme al respecto:

"Vamos a llegar hasta las últimas consecuencias para oponernos, porque estamos pensando en el futuro de Iquique y de nuestra gente".

Si unas pocas Centrales termoeléctricas, ya instaladas desde hace años en Mejillones, Tocopilla y Patache, han causado un evidente deterioro tanto en el medio marino como terrestre, ¿qué ocurrirá- como señaló con valentía la vocera del movimiento la bióloga marina Sonia Moreno- cuando surjan en esta franja costera entre Antofagasta e Iquique 19 plantas nuevas, que se agregarán a las ya existentes?.Ciertamente será la hecatombe. ¿Qué conciencia tienen las autoridades al respecto?

¿Por qué nos oponemos férreamente a las Termoeléctricas a carbón?.No por majadería, moda o el prurito de descollar. No. Tampoco por un ecologismo platónico, sin base en la ciencia. Nos oponemos por razones tanto científicas (geográficas, biológicas, químicas, fìsicas), como de índole ética y moral. Por ambas a la vez.
En otros capítulos de este Blog hemos analizado in extenso los problemas concretos que plantea este tipo de Centrales que usan el carbón llamado petcoke (subproducto del petróleo) como combustible habitual. Remitimos al lector a esos textos. Ahora nos ocupa tomar conciencia y, a la vez, presentar el clamor ciudadano que, en su exasperación, puede conducir a graves enfrentamientos si no se sabe prever a tiempo el peligro. Punto que la autoridad debe saber calibrar a tiempo, antes de que estalle la indignación ciudadana.

Los informes científicos.

Los informes emitidos por la Pontificia Universidad Católica de Chile a propósito de las dos Centrales cercanas a Patache ("Patache"y "Pacífico") son enfáticos en señalar que mientras se use ese tipo de combustible, habrá grave contaminación de gases y efluentes de S, N, CO2 y varios metales pesados (Fe, Pb, As, Se, Va, Cd, entre otros más), los que contaminarán no solo el aire que allí se respira en playas y caletas, sino el mar adyacente y la terraza marina completa. En efecto el plancton marino absorberá dichos metales pesados. Y muy pronto, la autoridad tendrá que prohibir la extracción de moluscos en estas zonas, apenas se compruebe su alto contenido tóxico por presencia de metales pesados. Tal como pasó en el área de Tocopilla. ¿Y los pescadores, qué...? ¿Hemos pensado en ellos y su futura subsistencia?. ¿O simplemente los vamos a reubicar y reasentar en otras zonas, todavía intocadas e impolutas?, ¿Dónde?. Es la gran pregunta. A este paso, si no se pone pronto freno, no quedará rincón costero de nuestro bello Norte, libre de mugre y veneno para los pulmones traicioneramente inyectado al medio ambiente por Empresas chilenas o extranjeras. Y lo peor, es que nos engañan, declarando que se trata de una forma de "desarrollo sustentable" (Central Patache de ENDESA- CHILE)

Pero, ¿a quién favorece esta energía nueva, pero sucia?.

Lo que más complica desde el punto de vista ético y moral este ya harto complejo panorama social es que, analizando a fondo el tema, con los datos disponibles, se comprueba que el mayor porcentaje de esta nueva energía (se dice que sobre el 70%!) no ha sido destinada para la comunidad de las caletas o ciudades vecinas (Iquique, Alto Hospicio, Pozo Almonte o Huara) es decir, para la comunidad humana aledaña, sino para las propias Compañías Mineras que urgentemente la necesitan para ampliar sus faenas y planes de expansión futura.

Es decir, en buenas cuentas, se va a contaminar a destajo, sin piedad alguna el borde costero del sur de Iquique para que las Mineras obtengan más y más utilidades por muchos años todavía, mientras dure el boom del cobre.

Hay aquí un problema que evidentemente no sólo es económico y social sino también moral y ético, sobre lo cual poco, demasiado poco, se ha dicho. Es decir, en buen chileno: ¿es lícito hacerlo?; ¿es algo moralmente aceptable?; ¿Tenemos derecho a hipotecar el futuro sustentable de toda el área costera y su destino natural turístico y acuícola por la aparente y muy discutible necesidad energética de las Mineras?. ¿Podremos permanecer en silencio ante este desastre?

¿A quién interesa más, en realidad, el desarrollo de la gran Minería en esta Región sino a las mismas Mineras? . Porque para ellas resulta muy fàcil y cómodo exigir al Estado de Chile más y más energía, despreocupándose ellas por completo de la "calidad" o "pureza" de dicha energía. La culpa de la contaminación, a la postre, recaerá sobre el propio Estado chileno y ellas, las Empresas contaminadoras, se "lavarán las manos", cual nuevos Pilatos. La "calidad" sólo se mide por la ausencia total de contaminantes, no porque contenga algo menos de toxicidad. La única meta admisible en términos de sustentabilidad ambiental es "contaminación cero".

Lo legal y lo ético-moral no son sinónimos. Algo puede ser "legal", pero inmoral.


Es fácil escudarse -como frecuentemente se hace en este caso- con aquello de que se cumple fielmente la "norma ambiental" legal. Como queda dicho, esta es altamente permisiva y por ello la autoridad nacional quiere cambiarla a la brevedad. Aquí las Empresas confunden, lamentablemente entre lo estrictamente "legal "y lo ético moral. ( es decir, lo que se debe hacer). Pues algo puede ser muy "legal" ( es decir, apegado a la Ley vigente) pero muy inmoral (contra el bien común de las personas). Un botón de muestra para entender bien esta distinción algo sutil: la Ley china establece la obligación de los padres de procrear como máximo un solo hijo. Los demás, son "ilegales". Se aduce para ello argumentos demográficos muy discutibles. Pero como eso es algo obviamente malo de acuerdo a la Ley Natural lo ético-moral debe primar aquí ciertamente por sobre lo puramente legal. Y la respuesta ética aquí es un "No" a la Ley (desobediencia civil). Como dice la Escritura en una cita elocuente que viene aquí muy a cuento:

"HAY QUE OBEDECER A DIOS DIOS ANTES QUE A LOS HOMBRES". En este caso, la Ley de Dios está por sobre la ley humana, a veces imperfecta, algunas veces, inmoral.

Esta situación de confrontación entre una determinada Ley y la ética o la moral se dio frecuentemente en los regímenes comunistas, máxime en la época estaliniana que prohibía, por ejemplo, realizar el culto religioso.

¿Qué hacer cuando una Norma o una Ley es claramente opuesta a la moral?

Todos sabemos que la norma ambiental chilena vigente es deficitaria y anacrónica y que no contempla siquiera contaminantes altamente peligrosos (como el Mercurio: [Hg] o el Plomo [Pb] o el selenio [Se] y otros metales pesados, probadamente cancerígenos. Por otra, parte, tampoco se hace, como debiera hacerse, un monitoreo continuo, hora a hora, del contenido de dichas emisiones, para verificar efectivamente el cumplimiento de la norma. Hay horas, generalmente en la noche y de madrugada, según testigos, cuando las plantas despiden con más intensidad sus contaminantes. ¿Dónde, preguntamos, están los informes de los monitoreos periódicos a tales emisiones?. ¿Los posee la CONAMA?. ¿Quién realiza tales monitoreos? . ¿Quién los financia?. Es, tal vez, como el caso de los EIA, la propia Empresa contaminante?. ¿Dónde esconden - si es que existen- sus informes?. Preguntas lacerantes que una y otra vez nos hacemos y que nadie, al parecer, sabe contestar.

Son todas preguntas que quedan sin respuesta. A nuestro juicio, la Ley ambiental chilena que por desgracia ha favorecido el abuso de no pocas empresas que destruyen o contaminan a destajo, amparándose en la "norma" que ella misma establece, vulnerando el mandato constitucional que fija el derecho ciudadano a vivir en un ambiente limpio y libre de contaminación, raya en lo inmoral . A los moralistas cristianos toca analizar este caso con lupa para decidir hasta qué punto la resistencia ciudadana es aquí un derecho superior.

Por eso existe hoy, por fortuna, mayor conciencia en las autoridades máximas del país de que tanto la Ley Ambiental como la Norma ambiental (¡oh bendita norma, tan reverenciada por las Termoeléctricas!) deben ser modificadas a la brevedad y adaptadas a los estándares internacionales más estrictos.

¿La Ley o la Norma, ¿son siempre lo máximo?

Existe la creencia, que escuchamos frecuentemente, sobre todo en boca de abogados, de que la Ley es lo máximo. Quien se atiene a la Ley hace lo correcto, es persona honorable; el que la ataca o contraviene, es de por sí un ser miserable, digno de cárcel. A un abogado no le cabe fácilmente en la cabeza que una Ley pueda ser mala o imperfecta. Y mucho menos aún, que en ocasiones debe hacerse cualquier esfuerzo por modificarla y perfeccionarla. El abogado ha sido formado en y para el cumplimiento de la Ley, y la Ley, por tanto, es para él "sagrada" (sacra Lex). Grave deformación profesional. Toda Ley es en primer lugar un fruto humano, de una época dada, producto de una mentalidad dada, de circunstancias dadas (políticas, sociales, económicas). Las Leyes humanas no son inmutables.

Las Leyes y el Bien Común.

Las Leyes son siempre no sólo modificables (en el sentido de que pueden ser modificadas) sino que, más aún, deben ser modificadas, para que se adapten a nuevas circunstancias, nuevos problemas, nuevas prioridades cuando el bien común así lo exige. Esto es algo inherente a la evolución social y cultural de los Estados y Naciones, y lo ha sido siempre. ¡No hay Ley que dure quinientos o mil años!. Y es natural que así sea, porque lo que interesa no es la "divinización" o "sacralización" de la Ley" o de la "Norma" de por sí, sino que ésta responda realmente al bien común, al bien de la mayoría de los ciudadanos. Y cuando el bien común lo exige, la ley debe ser cambiada. Y es una obligación moral de las personas que tienen la responsabilidad y que conocen del tema, hacer todo lo posible por cambiarla, para que realmente contribuya al Bien Común esto es, para que sea realmente sea "humana". Y estamos convencidos de que es exactamente lo que ocurre hoy tanto con la Ley Ambiental, como con el Código de Aguas o de Minería. Deben adaptarse a los nuevos tiempos, a nuevos y candentes problemas y a las nuevas exigencias tanto de la Ciencia como de la Sociedad. Es lo que ha ocurrido con el tema ambiental del que solo muy recientemente hemos empezado a tomar conciencia como país.

Por qué tanta urgencia en instalar centrales Termoeléctricas?; ¿por qué tantas a la vez?.
Llama profundamante la atención la premura, casi diríamos la histeria, por instalar no menos de 36 ó más Centrales Termoeléctricas en Chile, en pocos meses. Si se conoce un poco la reciente decisión de la autoridad chilena de implementar y mejorar la norma ambiental y su legislación, y modificarla por una realmente protectora del medio ambiente, esta "desesperación" se explica perfectamente. "Hay que pasar la barrera legal hoy" -dicen las Centrales- antes de que impere la nueva Legislación que temen, y con fundada razón, sea muchísimo más estricta en materia de protección real al medio ambiente y emisión de efluentes contaminantes. Por eso el apuro por obtener los permisos para operar. Porque si pasan la actual barrera legal (imperfecta y llena de falencias) antes de que se promulgue una nueva Legislación, pueden mirar el futuro con optimismo. Saben perfectamente que contaminan... pero, en realidad, nada les importa contaminar, su objetivo único es el lucro, al menor costo posible.

ENDESA-Chile, a través de todas sus Centrales en el país, nada ha hecho para perfeccionar sus sistemas de emisiones. o mejorar sus técnicas de acopio de las cenizas. NADA O CASI NADA. Todo sigue igual que antaño. ¿Por qué?. Porque la Ley actual no les obliga, una vez instaladas, a modificar sus anticuados sistemas de emisiones de gases, ni sus técnicas de acarreo y depositación de cenizas. Ya poseen el "visto bueno" del Estado chileno y eso les basta. Es decir, ya adquirieron pleno "permiso para contaminar".

Informaciones reveladoras

Hace un par de semanas se dio la noticia de que CODELCO en Chuquicamata tiene presupuestado instalar un gigantesco parque eólico, cerca de sus faenas, para nutrirse de energía limpia: la energía del viento. Alguien dirá: " ¡qué visión de futuro! ". No hay tal "visión de futuro". Hay urgencia por producir el cambio. ¿Por qué? Por una parte, toda la tendencia mundial va por el camino de las energías limpias. Europa y recientemente Estados Unidos lo han proclamado. Europa ya está cerrando por anticuadas, las viejas Termoeléctricas a carbón.

Necesidad imperiosa de bajar las emisiones de gases de "efecto invernadero".

Chile emite hoy el 0.3% de las emisiones del planeta. Pero, como anotan los físicos Humberto Fuenzalida, Fernando Santibáñez y Raúl Morales, nuestro país se ha destacado en años recientes, en forma vergonzosamente negativa, superando en un 11% la media mundial de contaminación, siendo así el país occidental que más ha aumentado sus emisiones en los últimos 14 años" (Vea CDS Chile, Año 2008, Vol. 3, Nº 1). Esta constatación es gravísima y nos debe hacer reflexionar.

CODELCO y su plan de crear un gigantesco parque eólico.

El reciente acuerdo del G-20 en Ginebra (Suiza) , preparatorio de la próxima Cita Ambiental mundial de diciembre del 2009 en Copenhague, sucesora de Kyoto, exige extremar las medidas para evitar que siga subiendo la temperatura en el planeta por efecto de la acumulación de gases nocivos que producen el "efecto invernadero". El súbito cambio de actitud de CODELCO y su anuncio de crear un parque eólico de proporciones, no es un "acto de generosidad ambiental", o una toma de "conciencia ética"; se debe más bien a la certeza que le asiste de que muy pronto los países europeos exigirán a Chile una credencial de "cobre limpio", esto es, la certificación del uso de una energía limpia en todos los procesos de producción del cobre chileno.

De no acreditarse tal "limpieza" en las fuentes y en los procesos, simplemente dejarán de comprar nuestro cobre. Tan simple como eso. Y como el mercado manda, CODELCO prefiere adelantarse a dichas medidas. Lo que parecía ser, pues, un magnífico acto de "ética empresarial" o "toma de conciencia" moral, no es probablemente otra cosa sino un cálculo económico sutil. En todo caso, será de hecho beneficioso para el país.

¿Y la responsabilidad social de la Empresa? ¿Dónde queda?

Hoy se habla y discute bastante sobre la "responsabilidad social" de las Empresas. Es tema obligado en todas las reuniones de empresarios. Pero dicha responsabilidad parece agotarse sólo al interior de la Empresa, en el entendimiento entre empresarios y sus trabajadores en materia de salarios y beneficios sociales. Pero "conciencia social comunitaria", que contemple su responsabilidad en los daños ecológicos o sanitarios que se inflingen al ambiente o a las comunidades humanas, aledañas, no existe. En el mejor de los casos, esta "conciencia" se extingue al interior de la empresa. Unos pocos metros fuera de las alambradas de la Empresa, tal conciencia se borra, se diluye o desaparece. Eso lo llamaría yo una "responsabilidad entre cuatro paredes". Pero resulta que somos parte integrante de un ecosistema natural (que se ve afectado) y de comunidades humanas que viven a nuestro alrededor y que podemos afectar y de hecho afectamos, y muchas veces, gravemente, con las emisiones (gases) o desechos industriales (riles).

Caleta Cáñamo: el chivo expiatorio del actuar de las Termoeléctricas.

Y si hay dudas al respecto, pregunten, por favor, a la Central Tarapacá por qué infecta diaria e implacablemente con el polvillo contaminado de su chimenea a las humildes familias residentes en Cáñamo, la caleta vecina. ¿Acaso ENDESA-Chile a través de su "Central Tarapacá" ignora lo que está pasando a metros de sus alambradas, con la salud de sus habitantes y con los ecosistemas terrestres y marinos¡ próximos? . ¿Acaso ignora lo que ocurre con el vertedero de aguas calientes en la bahía?. Y ¿por qué ocurre esto? Pues, simplemente porque la Ley Ambiental 19.300, permisiva como es, anticuada y hecha a la medida de las Empresas contaminadoras, fomenta y permite estos excesos.

La carta Ecológica de las Naciones Unidas (1972)

Todo lo que venimos diciendo en realidad no es algo nuevo. El Congreso Mundial de las Naciones Unidas reunido en Estocolmo en Julio del año 1972 hizo una famosa Declaración sobre el Medio Ambiente. Queda sintetizada en 26 "Principios". Es un verdadero "ethos ecológico" que tiene un valor ético indiscutible, por tratarse del bien futuro o sustentabilidad de la Humanidad entera. Por desgracia ya lo hemos olvidado. Y las Grandes Empresas tanto mineras como productoras de energía, no solo la han olvidado por completo, sino que la han violado a mansalva amparándose en la "Ley" o en la "Norma" vigente". ¿Y dónde queda la ética y la moral de los pueblos?. ¿De qué "responsabilidad social "o "ambiental "pueden jactarse estas Empresas?. Por favor, no nos engañen más y no pretendan "tapar el sol con un trapito".

¿Qué nos dice explícitamente el "Principio Nº 6" de dicha Carta de las Naciones Unidas? Este señala:

"Debe ponerse fin a la descarga de sustancias tóxicas o de otras materias, a la liberación de calor en cantidades o concentraciones tales que el medio no pueda neutralizarlas, para que no causen daños graves o irreparables a los ecosistemas. Debe apoyarse la justa lucha de los pueblos de todos los países contra la contaminación" (citado en Tony Mifsud S.J. en El Respeto a la vida Humana (Bioética), Ediciones Paulinas-CIDE, 1987: 301)

Esta Declaración, hecha hace ya largos 37 años, no necesita comentario. ni puede ser más elocuente. Es obvio, leyendo sus términos, que nos queda todavia mucho camino por recorrer.
Y mientras no lo recorramos íntegramente etapa tras etapa, jamás tendremos el derecho a proclamarnos un "país desarrollado". No lo somos, y creo pasarán muchos decenios antes de que pretendamos serlo de verdad.

El futuro se avizora promisor.

Esperamos que la vida de esta Ley actual ambiental (Nº 19.300) que hoy nos rige (¿o tiraniza?) sea muy corta y sobrevenga pronto una legislación realmente propia de un país moderno y civilizado, cuidadosa y respetuosa con su ambiente y con su gente. Esto es ser de verdad un país civilizado, moderno, propio del siglo XXI. Seguir con los mismos estándares actuales, es demostrar que queremos seguir siendo un país mediocre, retrasado e incapaz de ponerse a tono con los países "más desarrollados" del mundo. Ellos están eligiendo hace tiempo el camino de la "sustentabilidad" verdadera y por eso están eligiendo las energías totalmente limpias. (solar, eólica, geotérmica, mareomotriz, de biomasa). No el camino perverso de la falsa sustentabilidad que nos pregona, engañosamente, el letrero en la carretera, junto al Puerto de Patache.

Ha llegado la hora de la verdad.

Por fortuna, la ciudadanía està demostrando, al menos en Iquique, que no se quedará de brazos cruzados. Por eso ha emprendido esa valerosa cruzada del "No a las Termoeléctricas" y ha logrado ya conseguir lo que parecía un imposible: 40.000 firmas de adhesión. Esta adhesión multitudinaria es la única verdadera expresión de la tan mentada "participación ciudadana". Ésta, y no la que hoy se denomina tal, y que trata de obtener la CONAMA en magros encuentros que estipula la Ley actual y que concentran unos cuantos pobladores, sorprendidos, desinformados, sin ilustración previa en torno a la gravedad de los problemas y a merced de la oratoria de los gerentes de tal o cual Empresa. Para que dicha participación ciudadana funcione y sea verdaderamente un éxito, tiene que ser participación ilustrada, bien informada, con pleno conocimiento de causa de los problemas que allí se ventilan.

Imperiosa necesidad de que los científicos locales salgan de su sala de clases y escuchen a la gente. La auténtica participación ciudadana.

Pero para ello los ciudadanos necesitan el concurso y el apoyo de científicos y expertos que les adviertan con claridad de las consecuencias y efectos, positivos o negativos de un determinado plan o proyecto. Tal cosa jamás se ha hecho. Un plebiscito ciudadano es una manera de saber qué piensa realmente la gente.Un plebiscito motiva a la ciudadanía entera. Y se justifica plenamente por la gravedad de las consecuencias previsibles, claramente destacadas por los científicos en el mundo entero y también en Chile. Y si esto fuere imposible, al menos que a dicha convocatoria a una "participación ciudadana" asistan personas letradas , bien posesionadas del tema en discusión, que presenten otros puntos de vista, distintos a los de la Empresa expositora para así equilibrar la balanza. y conocer todos los puntos de vista.

Esta participación debería expresarse finalmente en un "sì" (se aprueba) o en un "no" (se rechaza). Escuchar atentos discursos preparados en un lindo Power Point, ilustrado con gráficos casi ininteligibles o hermosas declaraciones retóricas, del Gerente de turno o de su encargado de Relaciones Públicas, de nada sirve. Y esto lo que hemos visto infinidad de veces en tales asambleas rotuladas pomposamente como "participación ciudadana". Esto es mofarse de la gente, de las comunidades y de su credulidad. Por eso los directivos del Consejo de Chile Sustentable nos advierten que se debe mejorar substancialmente la forma de participación ciudadana. la actual propiciada por la CONAMA no conduce a nada: es una simple careta.

La propuesta del Consejo de Desarrollo Sustentable (CDS) (2008).

Por eso leemos con enorme satisfacción la propuesta que hace el Consejo de Desarrollo Sustentable, presidido por el ingeniero Miguel San Martín B. que señala dos iniciativas, entre muchas otras, para mejorar el grado de participación ciudadana, hoy casi ausente:

a) la "Incorporación del "Consejo Nacional de Desarrollo Sustentable de Chile" como una institución más de participación ciudadana;

y b) la creación de la figura legal de un "curador o tutor nacional" para la protección de la vida natural del país. Una especie de "Ombuds Man" para la defensa de los ecosistemas amenazados por la expansión urbana, o la explotación indiscriminada u otra amenaza a su existencia. (Cfr. Revista CDS Chile, Año 2008, Vol.3, Nº 1, pág.45).

Ineficiencia de la actual participación ciudadana.

Esta declaración explícita, hecha en la propia revista del Consejo de Desarrollo Sustentable, (CDS) y por el propio Director del Organismo, es la mejor prueba del reconocimiento de la total inoperancia e ineptitud del actual sistema de "participación ciudadana" para lograr que la ciudadanía conozca, reflexione y participe realmente en la toma de decisiones. En el sistema actual, de acuerdo a la Ley 19.300, ni la participación ciudadana es realmente tal, ni tampoco la decisión final de la COREMA (Consejo Regional del Medio Ambiente) es válida por falta de un adecuado y profundo conocimiento del tema. Esta decisión final y definitiva sólo puede quedar en manos de un equipo de científicos, altamente calificados en las diversas disciplinas, de acuerdo al problema de que se trate, no en manos de personeros políticos, como ocurre hoy día.

Un grave déficit: la falta de especialistas en la región.

Cuando se quiere analizar en profundidad ciertos aspectos relativos a impactos de un determinado Proyecto (minero o eléctrico) se tropieza de inmediato en la ausencia o carencia de expertos en ciertos temas. Por ejemplo, el impacto de verter cenizas de la quema del petcoke en el mar - lo que ha estado ocurriendo hace ya rato- genera daños al eccosistema marino, submareal y al de aguas bentónicas profundas. ¿Pero, ¿quién podría determinarlo? Tan sólo un especialista: un oceanógrafo de experiencia, un biólogo marino experimentado, y dotado de los medios más modernos para realizar monitoreos continuos sobre la flora y fauna marina. ¿Acaso éstos existen en la Región?.

Cuando los especialistas existen, no hablan cuando se requiere sus servicios.

¿Existen éstos?. Sí, los hay en una Universidad local. Pero no basta que existan: deben ponerse éstos al servicio de la comunidad que los reclama. Y hasta ahora no lo han hecho. Aquí observamos, nuevamente una distanciamiento, un peligroso hiatus entre los científicos y los pobladores o dirigentes vecinales. Distancia peligrosa. Los científicos tienden a refugiarse en su "burbuja de cristal" académica, ajenos a la realidad. A ésta la llaman "displicentemente :"política contingente " con la que no quieren mezclarse. ¿El resultado? ;Los movimientos civiles, muy justos, no encuentran eco en el mundo científico universitario, como lo hemos constatado. Y así quedan huérfanos de ayuda académica y científica que tanto necesitan. Y como no tienen el dinero para contratar expertos de alto costo, simplemente no pueden cumplir con su deber ciudadano de hacer observaciones bajo el paraguas de la "participación ciudadana". En síntesis: no pueden hacer una participación ciudadana ilustrada y adecuada.

Con lo que queda en evidencia que el acto mismo (la convocatoria) queda viciada en su base misma: no existe participación real: ésta es tan sólo una mera apariencia para cumplir la Ley. La CONAMA lo sabe bien . Pero nada puede hacer por falta de atribuciones. Y así, las agrupaciones sociales, las comunidades, quedan indefensas, a merced de las poderosas Empresas


El tema del impacto de las Termoeléctricas es tan vasto y complejo, por el impacto que plantea en todos los ecosistemas, que se necesitarían expertos en temas tales como geomorfología litoral, oceanografía, batimetría marina, biogeografía costera, climatología, hidrología litoral, zoología de invertebrados marinos y terrestres. Se necesitarìa tener a la mano para que nos den su opinión, entomólogos, liquenólogos, expertos en invertebrados terrestres, expertos en "soilcrusts", solo por citar algunas especialidades de las que no existen especialistas en la región. Y como estos expertos no están aquí ni en los organismos públicos,  ni siquiera en las universidades regionales, nadie señalará esos posibles impactos. Esos impactos pasarán desapercibidos. Situación ideal para las Empresas contaminantes.

Este sistema de evaluación ambiental (EIA), para el caso de las Centrales Termoeléctricas a carbón, por consecuencia, quedará irremisiblemente manco y cojo y muy incompleto e imperfecto, por falta total de especialistas y, por lo tanto carecerá de validez científica y técnica. En otros términos, el sistema del EIA al, menos en este caso, no funciona y es inservible.Pero hay todavìa algo mucho más grave. Estudiémoslo.

¿Quiénes son lo miembros del COREMA y cuál es su rol en esto?

Esta situación nos lleva al absurdo de que los que en última instancia deciden en materias de tanta significación para el futuro de la Región o del país, como es el caso presente, (es decir, los miembros del COREMA), son funcionarios de diversas reparticiones del gobierno, pero no expertos, ni mucho menos connotados científicos o especialistas. Es decir, la decisión final queda en manos de inexpertos. Tampoco se les exige que sean asesorados por expertos. No lo exige así la Ley. Es doloroso decirlo, pero es así, y creo que nadie podría negarlo.

¿Por que se aprueban todos o casi todos los Estudios de Impacto Ambiental?

Es exactamente igual, mutatis mutandis, como si la decisión final para un enfermo grave quedara en manos no de eminentes médicos especialistas en la enfermedad en consulta, sino en manos de practicantes y/o simples aficionados. Y ahora por fin, entendemos algo que siempre fue un extraño misterio para nosotros: por qué de todos los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) hechos en Chile solo un pequeñísmo porcentaje es reprobado y rechazado, menos de un 3%. Lo que es obviamente inverosímil y absurdo desde un punto de vista ambiental. Es decir, se fomenta la inversión en industrias contaminantes, cualquiera sea su precio (impacto) medio-ambiental. "Se le rotula cínicamente "el precio del progreso".

Estamos finalmente ante un problema esencialmente político.

Lo anteriormente señalado revela en forma patente la real magnitud del problema que debemos enfrentar ante estos temas. Es ciertamente más que un problema económico-social; es mucho más que un problema ético y moral, es aún más que un problema ambiental: es a la postre un problema político, es decir de capacidad de gestión y de decisión al más alto nivel legislativo y administrativo. Tal como hemos observado recientemente en las fuertes declaraciones del presidente Barack Obama de los Estados Unidos, quien reafirma su decisión de cambiar la matriz energética del país, para construir centrales que no contaminen. Este es el camino, el único posible ante el panorama actual del vertiginoso cambio climático, por efecto de la contaminación antropogénica, es decir, causada por la industria humana.

¿Dónde y cómo podemos actuar para revertir el proceso?

Es el Parlamento el lugar para modificar o enriquecer las Leyes. Y somos nosotros, los científicos los responsables de ilustrar a los Parlamentarios y a toda la ciudadanía sobre estas materias, si queremos que los primeros legislen sabia e inteligentemente. He aquí nuestra urgente tarea. Pero para esto los científicos tienen que tomar conciencia de su rol social y de su tremenda responsabilidad ante la comunidad. Y para ello deben salir valientemente de su "burbuja" académica y enfrentar la realidad de los problemas de la gente. Aquellos que aquejan a los pobladores de las caletas o de las villas más pobres de la ciudad. Y para la gente común que sufre a diario los problemas ambientales, la responsabilidad que les atañe es informar a sus parlamentarios y exigirles investigar profundamente los temas antes de dar su voto final. No hay otro camino. Y es lo que hoy se está tratando de hacer en Iquique: exigir a los políticos una toma de decisiones al respecto. Cada candidato político debería plantear de cara a la ciudadanía y antes de ser elegido, cuál es su "credo" en materia ambiental. Y luego de ser elegido, deberá responder por ello ante sus electores.

Es de esperar que la nueva Legislación, hoy en etapa de estudio, y el nuevo Ministerio del Medio Ambiente, recién aprobado por el Gobierno regulen, modifiquen y establezcan una nueva y más exigente normativa, acorde con los tiempos que vivimos, a las puertas de nuestro Bicentenario como nación. Sólo así podremos soñar en ser algún día un país desarrollado. Antes, ciertamente no.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ke agan cualkier cosa menos esas cosas ke kontaminan el medio ambiente