Fig. 4. Vanessa carye. (Fam. Nymphalidae). Divisamos muchísimas parejas de ejemplares de esta mariposa diurna tan común rondando las plantas de Nolana jaffueli. En esta ocasión, no nos fue posible fotografiarlas in situ, pero aportamos aquí una imagen nuestra tomada el día 8 de junio del año 2008, en el oasis de niebla de Alto Patache, al sur de Iquique, libando el néctar de las flores de otras Nolana, Nolana intonsa.
Fig. 5. Esta larva que circulaba profusamente en las laderas floridas de la zona de Palo Buque durante nuestras cuatro visitas al sector, sospechamos fundadamente sea la larva de la mariposa diurna arriba citada, Vanessa carye (Fam Nymphalidae), muy abundante durante nuestra visita. En efecto, vimos numeroso ejemplares, en pares, de esta mariposa, seguramente machos y hembras, persiguiéndose en un evidente intento nupcial. No observamos, por lo demás, ninguna otro tipo de larva en el sector, razón por la que creemos pertenezcan a Vanessa. Esperamos el veredicto de los entomólogos. La vimos aquí en tamaños desde muy diminutas, de menos de 1/2 centímetro, hasta muy desarrolladas, alcanzando un tamaño máximo de 3,5-3,7 cm de longitud. Su abundancia era extraordinaria. Vimos decenas de ellas corriendo apresuradamente en busca de alguna planta de Nolana donde poder alimentarse. También las vimos, ya muertas, en zonas donde Nolana ya había fenecido por completo.
Fig. 6. Esta fotografía ha sido ampliada ex professo, pues el ejemplar en la naturaleza mide escasamente 1,0 cm de longitud total. Se trataría de una especie de la superfamilia de lepidópteros llamada Pyraloidea, según nos informa el investigador Francisco Urra, del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN) de Santiago, Chile. Vuela en trechos cortos durante el día con evidente torpeza (pues es nocturna) y se posa siempre en tierra tal cual muestra la imagen. Ciertamente depende de alguna planta de este ecosistema efímero que le sirve de huésped y, en este caso, creemos podría tratarse muy probablemente de Nolana jaffueli (Fam Nolanaceae), que es el vegetal de lejos más abundante en esta formación.
Fig. 8. La larva semiescondida entre le follaje en pena decadencia de su planta huésped Nolana jaffueli.
Fig. 9. La larva presenta una coloración negra, uniforme y colores más claros en su parte ventral.
Fig. 10. La larva que sospechamos sea de la mariposa Vanessa carye, comiendo ávidamente las hojas aún tiernas de Nolana jaffueli
Fig. 11. La tercera mariposa diurna que se ve volar en relativa abundancia en este ecosistema es Pyrgus bocchoris (Fam. Hesperiidae). Igualmente, la vimos, al atardecer, cuando declinaba el viento, en etapa de apareamiento en esta misma pradera. No sabríamos decir cuál sea su planta huésped preferida (puede ser Cristaria o Nolana; tal vez ambas).
Fig. 12. El carábido depredador carnívoro Calosoma rufipennis, (Coleoptera, Fam. Carabidae) que vimos por decenas caminando ágilmente en el mismo sector de las larvas. Éstas, a no dudarlo, deben ser su bocado preferido.
Comentario eco-antropológico.
1. Bien poco o nada sabemos, en realidad, sobre los hábitos alimenticios de los antiguos moradores de la costa, en relación a este ecosistema efímero de las "lomas" costaneras del extremo norte chileno. De todas las especies de insectos, aquí reseñadas, habitantes de este sistema natural, es altamente probable que los indígenas hayan aprovechado algunas. ¿Cuáles? y, ¿cómo saberlo?. No nos parece descabellado pensar que hayan podido alimentarse, a su paso, de algunas de estas carnosas larvas de lepidópteros. ¿Por qué no?. En otras culturas numerosos insectos, incluso hormigas o saltamontes, son fuente de alimento normal de las poblaciones autóctonas.
2. Sospechamos que durante la noche, aparecen en estos ambientes otras especies que no hemos reseñado aquí, sobre todo del grupo de las mariposas nocturnas o Noctuidae o Geometridae. Es un interesante tema de estudio para el futuro.
3. Por fin, creemos que el establecer campamentos y fogones a media altura, (230 m y 275 m s.n.m.) tan cerca de la costa, debió tener una obvia explicación ecológica: la alimentación y el descanso, luego de una larga y fatigosa caminata desde el interior.
4. El estudio eco-antropológico de estas huellas o vías de comunicación antiguas que unían la costa con el interior desértico, en nuestro país está aún en pañales. Muy poco o casi nada se sabe acerca de su trazado, y menos aún, acerca de las razones para establecer uno u otro recorrido preferencial. Y muy poco, o casi anda, de las paradas que hacían en determinados sitios de descanso o reaprovisionamiento de agua. El acceso a las escasísimas fuentes de agua (vertientes), sin duda, fue un argumento poderoso; pero probablemente haya habido otros -como en este caso la existencia de recursos vegetales y combustibles utilizables- durante los pocos meses en que las "lomas" permanecen florecidas gracias al fenómeno de "El Niño".
5. Aquí, como en otros campos de la actividad humana prehistórica (v. gr. la ritual, lúdica, ceremonial o la funeraria) hay todavía un amplio campo de estudio para las futuras generaciones de geógrafos humanos, antropólogos culturales y arqueólogos. En efecto, ¿qué sabemos hoy acerca de los sitios donde preferían enterrar a sus muertos?. O, ¿en qué momento de la historia humana de estas regiones empiezan a depositar sus difuntos en cementerios propiamente tales? Es otro de los muchos enigmas sobre los cual poco o nada sabemos aún. Ojalá nuestro pequeño esfuerzo a través de estos capítulos dedicados al "desierto florido" en la costa desértica, constituya una suerte de aliciente para futuros investigadores jóvenes en este sentido.
1 comentario:
Hola yo encontré esta mariposa Hyles anneie n mi jardín. Buscándola la encontre en su página. Gracias por la información. Gracias por difundir conocimiento. Cariños.
Susana
Ps: yo vivo en huechuraba en stgo.
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