El aporte de Adolf Bastian en 1876-77.
Hurgando entre viejas notas de lecturas antropológicas.
El Padre de la etnografía mundial.
Andanzas por Sudamérica.
Su visita a Cobija en 1876.
Existe un hermoso grabado del puerto de Cobija en 1874. Dibujo de Taylor, basado en una fotografía de la época. (Ver en Internet http://www.skyscrapercity.com/show thread.php?t=335356). Esta vista es una excelente introducción a la descripción hecha aquí por Bastian. No nos fue posible insertarla aquí, por desgracia, por razones estrictamente técnicas.
Cobija Puerto Lamar.
El Libertador Simón Bolívar la hizo bautizar como "Puerto Lamar" en honor al apellido del insigne general José de La Mar, prócer americano nacido en Quito. Sobre los orígenes históricos de Cobija-Lamar, véase el interesante trabajo de E. Téllez L y Osvaldo Silva G., titulado:"Noticias sobre los inicios históricos de Lamar (Cobija), primer puerto de Bolivia en el Pacífico (1828)", publicado en Cuadernos de Historia, Departamento de Ciencias Históricas, Universidad de Chile, Santiago, Año 2012 37: 241-248.
El texto de Bastian (1878).
Pero, ante todo, pongamos aquí su texto, traducido por nosotros directamente del alemán. Incluimos entre corchetes las expresiones propias del autor en su lengua y algunas notas explicativas de nuestra cosecha cuya finalidad es esclarecer y/ o iluminar algunas afirmaciones de Bastian.
"Hacia el mediodía se hicieron visibles las pobres casas de Cobija (o La Mar (1) ), al pie de la majestuosa masa montañosa sobre la cual conducen los senderos [die Pfade] para emprender a través de ellos la agotadora cabalgata a través del desierto de Atacama, en procura de la parte habitada de Bolivia (2) . La desembocadura de la huella del desierto en el Portezuelo (sic! en castellano), en la quebrada de "Mal Paso", se podía bien reconocer hacia la parte alta de la población, pero resultaba accesible [solo] haciendo primeramente un rodeo por la playa. Al desembarcar, hallamos las callejuelas del lugar que nos conducen hacia arriba doblemente tristes (3), por motivo de la Siesta (sic! en castellano) y [porque] aquí y allá había logrado el hombre hacer prosperar alguna plantita, a pesar del duro suelo. En el año 1829 (4), el recién declarado puerto libre [Freihafen] alcanzó una población digna de ser nombrada [eine nennenwerthe Bevölkerung] con la iniciación de faenas de unos cercanos mantos cupríferos (1858; (5). ) ".
Y prosigue este breve texto:
"Tal como pudo comprobarlo Tschudi durante su visita (6), Cobija (7) fue fundada en 1619 (8) y en el sitio donde unos náufragos habían fabricado una capilla, hallaron unas cabañas de pescadores [einige Fischerhütten] (9) junto a escasas vertientes [neben spärliche Quellen] (10) , las cuales no fueron suficientes cuando aumentó el número de habitantes. Los indígenas desaparecieron después (11), pero sin embargo aún habitaban en las cercanías, para el tiempo de la visita de Feuillée a Cobija (1707; (11) , en chozas hechas de pieles [Fellhütten] (12) . Los lobos marinos [Seehunde] (13) de cuya cacería los Changos (14) habían vivido antiguamente [früher], habrían disminuido en número (15) desde el año 1830, (al igual que las aves marinas) al mismo tiempo que se desatara una epidemia [Seuche] entre los animales terrestres (16). (Vea [obra de] Philippi (17) ); (Bastian,1878: 41).
Nuestras Notas explicativas al texto.
(1) Simón Bolívar, con fecha 28 de diciembre de 1825, fundó el "Puerto Mayor" de Cobija mediante la expedición del Decreto Supremo respectivo, cuyo texto consta en la obra de Isaac Arce, Narraciones Históricas de Antofagasta, (Iriarte Impresores, Antofagasta, 1930: 14-16). A través del mariscal Sucre, se comisionó´por entonces al marino inglés Francis O´Connor para que inspeccionara prolijamente el litoral boliviano y propusiera un lugar apto para el atraque de navíos. Comisión que O´Connor cumplió a cabalidad.
(2) Esta antigua senda o camino tropero remontaba desde Cobija hacia Calate, Chacance y bordeando el Loa, llegaba a Calama. Era la huella habitual de los pescadores que desde muy antiguos tiempos surtían a los habitantes agrícolas del río Loa de los productos del mar (pescado seco y/o salado y algas secas). Calama, tempranamente (siglo XVII) era una aldehuela de muy escasa población de agricultores, dispersa en la campiña poblada de algarrobos, chañares y soronas. En cambio, Chiuchíu, o Atacama la Baja, mantenía una población mucho mayor, poseía una antigua iglesia de buen porte; era cabeza de doctrina y nodo importante de comunicación con el altiplano de Lipes ya desde comienzos del siglo XVII.
(3) Triste y yermo [öde] era, sin duda, para un europeo acostumbrado a los bosques lluviosos como Bastian, el espectáculo que podía ofrecer Cobija, donde escasamente podía observarse alguna que otra planta de cañaveral o carrizo (Phragmites communis) en torno a miserables aguadas, de escaso rendimiento y de gusto salobre. Tal vez, vio también en torno a las moradas desiertas a esa hora de la canícula alguna que otra planta de flor, creciendo en medio de la sequedad más absoluta.
D´Orbigy se expresaba de un modo muy semejante al contemplar el emplazamiento de Cobija: Dice textualmente: "Me sentí...profundamente entristecido, buscando inútilmente rastros de vegetación. La naturaleza parecía estar de duelo, y lejos de hallar en esa tierra tan alabada del Perú, las riqueza proverbial de aspecto, cuya idea despierta su nombre en todo el resto del mundo, veía a la derecha un cabo negro, formado de rocas deshechas; [al] frente, una costa donde el oleaje rompía con estrépito, en medio de rocas; algunas casas de pobre apariencia, al pie de la barranca cortada a pico; y, arriba, una llanura completamente pelada que parte del mar y se elevaba poco a poco hacia las montañas abruptas, también secas y peladas. Todo atractivo desapareció..." (Alcides D´Orbigny, en Viajes por Bolivia, Tomo I, Biblioteca de Autores Bolivianos, 4, Ministerio de Educación, La Paz, Bolivia, 1958: 215-16).
4) Hasta donde llegan nuestros conocimientos, Cobija es elegido por el Libertador Bolívar como futuro puerto de Bolivia en diciembre de 1825. Cuándo haya sido declarado "puerto libre", esto es exento del pago de impuestos de importación de mercaderías extranjeras, para incentivar su poblamiento, no nos consta documentalmente, pero debió ser unos años después; Según Bastian esto ocurrió en el año 1829. Pero el viajero y comerciante sueco Karl August Gosselman, escribiendo en 1837, nos dice una cosa diferente: " [El general] Santa Cruz no solo ha declarado puerto de depósito al Callao, sino también a Arica y Cobija de las cuales la primera es el principal emporio del estado Sur-Peruano, y la segunda, es único puerto de Bolivia. Este último es también puerto franco desde el año 1833..." (Gosselman, "La República Peruboliviana, 1837" en Viajeros en el Perú republicano, (Alberto Tauro, editor), Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú, 1967: 49; subrayado nuestro). El testimonio de Gosselman -testigo de la época- nos parece más congruente con la realidad, considerando el interés de Santa Cruz, Presidente de la Confederación Perú-boliviana por afianzar el dominio del Pacífico.
5) Las explotaciones de cobre a las que aquí se hace mención son muy probablemente, las de Gatico, unos pocos kilómetros hacia el Norte de Cobija, donde llegó a existir una planta de procesamiento de este mineral y una pequeña población .
6) Johann Jakob von Tschudi, notable viajero austríaco, visitó Cobija en el año 1858, cuatro años después de que R. A. Philippi hiciera su famosa travesía por el desierto de Atacama (1853-54). La descripción del viaje de Von Tschudi, escrita en alemán, se encuentra en su artículo: "Reise durch die Andes von Südamerika von Córdoba nach Cobija im Jahre 1858", Pettermanns Geographische Mitheilungen, Ergänzunsheft, Gotha, Justus Perthes; hay traducción al castellano publicada como "Viajes por las Cordilleras de los Andes de Sudamérica de Córdoba a Cobija", (Boletín de la Academia Nacional de Ciencias, Vol. XLV, :324-404, Córdoba, República Argentina). La visita de Von Tschudi tuvo lugar solo treinta años antes de la de Adolf Bastian. En ese breve lapso de tiempo, ocurrieron muchos desastres a la población indígena de la etnia chango en la zona, hasta su total desaparición en fecha incierta, pero, en todo caso, muy poco antes de la visita de Bastian.
7) La voz "Cobija" es una palabra evidentemente castellana, pero todo nos induce a sospechar que detrás de este topónimo español se escondería un antiguo topónimo indígena, tal vez algo así como Cohuisa o Cuhuiza, lo que nos recuerda fuertemente el nombre de la quebrada de Cahuisa, uno de los efluentes esporádicos a la pampa del Tamarugal. Entre tanto topónimo de ancestro indígena de la costa Norte de Chile, resulta muy extraño y dispar este topónimo español "cobija" con el significado de manta o frazada. Tal significado, a nuestro parecer, carecería de sentido práctico: no es descriptivo, como suelen ser los topónimos. Tanto más cuanto que Cobija, o la "Ensenada de Atacama", como la llama don Pedro Lozano Machuca en su descripción del año 1580, era un sitio habitual de numerosa presencia indígena, con presencia de agua de vertientes y, además, como lugar preferido de tránsito obligado hacia el interior atacameño. Por tanto, tuvo que poseer antaño, necesariamente, un nombre local indígena. ¿Cuál fue éste?. No lo sabemos. Hay varios topónimos con la terminación -sa en nuestra zona tarapaqueña, como Sipisa, Cahuiza, Corsa, etc., los que parecerían tal vez tener un ancestro puquina más que quechua o aymara.
Existe, por lo demás, un topónimo "Cobija" en Bolivia, pequeña ciudad del Departamento de Pando, muy cerca de la frontera con Brasil. Esta nueva "Cobija" fue rebautizada así en el año 1906 por las autoridades bolivianas, abandonado su antiguo nombre de "Puerto Bahía" en recuerdo de la "Cobija " del Pacífico, perdida tras la guerra con Chile en el año 1879.
8) No sabemos de dónde procede esta afirmación tan categórica. No la hemos encontrado en otras fuentes.
9). ¿De qué naufragio se trataría aquí?. Es verdad que muchas embarcaciones españolas solían recalar aquí, cuando surcaban el Pacífico muy apegadas a la costa, para reabastecerse de agua en ciertas caletas. No tenemos otras noticias de estos presuntos náufragos que habrían creado la naciente Cobija española. Pero sí sabemos, en cambio, de barcos españoles sumergidos en su rada, de los que los pescadores locales han extraído botijas y loza española antigua.
10) Tres vertientes, una de ellas situada cerro arriba, son las que frecuentemente destacan las fuentes. Visitamos años atrás, durante nuestra larga permanencia en Antofagasta, personalmente las tres. Solo una, ubicada en la terraza litoral, es todavía ocupada hoy por los lugareños no tanto para bebida (es bastante salobre), sino para el lavado.
11) Sabemos de una espantosa epidemia de fiebre amarilla (¿ o de cólera?) que habría aniquilado a la población changa en la década de los setenta del siglo XIX. A partir de esta fecha, ya no se vuelve a nombrar nunca más a los residentes changos, cuyas chozas hechas de cueros de lobos marinos y sus extrañas balsas del mismo material fueron admiradas por todos los viajeros extranjeros a partir de los tempranos relatos y dibujos de Vincent Bauver, Louis Feuillée y Amédée François Frézier.
12) Las chozas de los changos, simples ruedos de piedras en círculo, tenían como única techumbre cueros extendidos de lobos marinos. Tales chozas se armaban y desarmaban conforme a la necesidad de transportarse a otras caletas, con fines de pesca. Así, la población changa era en la práctica, flotante, cambiando continuamente de número de residentes según la exigencia de su principal ocupación, la pesca y la salazón de pescado.
13) El lobo marino (Otaria flavescens) era el animal que les surtía prácticamente de todo: carne, grasa, sangre, huesos, tendones, vejigas. Sus embarcaciones y sus chozas eran construidas con esta misma materia prima.
14) Fueron siempre conocidos, desde al menos el siglo XVII, como "changos", desconociéndose su origen étnico y geográfico más preciso. Para unos, eran de origen uro, del lago Titicaca o Poopó; para otros, eran pescadores autóctonos, descendientes de las más antiguas poblaciones arcaicas (cultura Chinchorro). No parece que hayan poseído una lengua propia, sino más bien, parece hablaron la lengua de los vecinos, de población mucho mas numerosa, sea ésta la atacameña o lickan antai, o (probablemente) la puquina en la cosa de Tarapacá.
(15) El año 1830 es el momento asignado por Bastian al inicio de la lenta e inexorable desintegración de este grupo étnico de los changos, en esta costa desértica. Es obvio que en su visita de 1878 ya no alcanzó a ver a ninguno de estos residentes o sus chozas; de haberlos visto, de seguro los habría descrito, como era su costumbre.
(16) Hay constancia de algunas epidemias que cobraron muchas vidas en este Puerto. No así de epidemias o pestes entre los animales, incluso marinos, tal como lo señala aquí el autor. No sabemos de qué fuente obtuvo Bastian esta información que no hemos leído en otros documentos.
(17). Bastian manifiesta un perfecto conocimiento de las obras de algunos de sus predecesores, a los que cita (Feuillée, Tschudi, Philippi). En cambio, parece desconocer a los franceses Bauver, Frézier y D´Orbigny, tempranos descriptores de Cobija, su geografía y sus habitantes changos.
Epitafio.
Con la visita y testimonio explícito de Bastian, se cierra definitivamente el ciclo de la presencia de indígenas changos en la costa del extremo norte de Chile, cuyo último bastión se refugiaba en la rada de Cobija y alrededores. Quedarán algunos escasos grupos dispersos de esta etnia en la costa de Paposo-Taltal (Región sur de Antofagasta), donde serán descritos -ya muy aculturados-, por el arqueólogo Augusto Capdeville en la década de los años 20 del pasado siglo. Se extingue así una admirable raza y una expresión cultural de origen e impronta marina, de la que nunca se ha logrado obtener datos exactos y confiables respecto de su origen étnico y su lengua.
2 comentarios:
Mauricio Hugo Ostria González
21:46 (hace 1 hora)
para mí
Muy estimados Horacio y Marta:
He leído con profundo y real interés el testimonio sobre Cobija y otros documentos contenidos publicados en su blog. Los felicito de verdad y les agradezco que me hayan considerado como destinatario de tan significativos aportes la verdadera cultura del norte chileno.
Yo, en mi ámbito -la literatura- tampoco me he olvidado del Norte. He realizado ya dos proyectos de investigación Fondecyt (uno todavía en ejecución) sobre la literatura del Norte Grande y, sin duda, la información que ustedes proporcionan me serán de extrema utilidad en la contextualización de las manifestaciones literarias.
De nuevo les agradezco y les envío un gran abrazo fraterno
Mauricio Ostria
Recordado Mauricio:
Raudos años han pasado desde nuestro último encuentro. Mientras tanto, Dios nos ha permitido seguir investigando y aportando materiales históricos y antropológicos sobre nuestro querido Norte, aquél que aprendimos a amar en las aulas de la antigua Universidad del Norte a la sombra de Andrés Sabella, de Oscar Bermúdez,o de José María Casassas, cuando juntos entonábamos a coro el himno de la Universidad.
"O tempora, o mores!", podríamos repetir con el poeta romano. Los tiempos y las personas han cambiado, de seguro, pero no el amor a esta tierra que un día ya lejano nos fascinó con sus luces y colores para siempre.
Desde este rincón privilegiado del Norte Grande (Iquique), con afecto fraterno para tí y los tuyos,
Horacio Larrain Barros
Antropólogo cultural y arqueólogo
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