Evidencia fotográfica captada en diciembre de 1964. Expedición a la base sur de Cerro Moreno, Antofagasta.
Las fotos que siguen, fueron captadas por nosotros el 1º de diciembre del año 1964. De esto hace ya 44 largos años. Conservadas en un viejo álbum de fotografías nuestro, nos ha parecido necesario copiarlas e incorporarlas a este relato fiel de los sucesos de que fuimos testigos presenciales entonces. Una ineludible responsabilidad científica nos impele a hacer pública esta información, por provenir de una zona por entonces casi totalmente desconocida para los arqueólogos. Su valor testimonial, pues, resulta evidente. Más abajo, se describe con precisión las circunstancias de esta expedición a la aguada de cerro Moreno. Su recorrido se puede observar en detalle en la Figura 12 (más abajo).

Fig. 1. Conchal Nº 16. Al E. del conchal Nº 15 y sobre la meseta, a unos 80 m. sobre el nivel del mar. Se ven restos abundantes de pircas de viviendas. Nuestro empleado Chávez, diciembre 1964 (foto H. Larrain).

Fig. 2. Sector E. del conchal Nº 15. Observe las bases de las siete viviendas circulares, indicadas con números. 1 de diciembre 1964 (foto H. Larrain).

Fig.3. Conchal Nº 15. Se extiende desde los acantilados de la costa hasta la base de los cerros. 1 diciembre 1964. (Foto H. Larrain).

Fig.4. Perspectiva general del conchal Nº 15, situado directamente encima de la "aguada". Foto tomada desde el ESE., o sea, desde terraza marina del conchal Nº 16. 1 diciembre 1964 (foto H. Larrain).
Antecedentes sobre la expedición.
El 1 de diciembre de 1964, por cuenta del Museo Regional de Antofagasta, hicimos una expedición al sector de la base de Cerro Moreno (Antofagasta) para examinar el área de la "aguada" y sus campamentos asociados. Esta fuente de agua, señalada en muchos documentos antiguos, atraía fuertemente nuestra atención. Quisimos conocerla. Nos acompañaban Sergio Cavagnaro, nuestro guía y experto conocedor del lugar, Lorenzo Alfaro, Jefe de Bodega y el Sr. Chávez, ambos empleados de la Universidad del Norte. Objetivos, reconocer la aguada, fotografíar antiguas bases de viviendas indígenas, y practicar un pequeño sondeo arqueológico en la terraza marina situada inmediatamente arriba de la "aguada".
Por los antecedentes que cita Ricardo E. Latcham en su obra "Arqueología de la región Atacameña", sabíamos que en este mismo sector había practicado algunos sondeos y obtenido algunos materiales arqueológicos y osteológicos de los antiguos indígenas el patólogo y antropólogo alemán Otto Aichel (1871-1935). Tales excavaciones las realizó hacia 1928-1930. De ellas da cuenta en su obra Ergebnisse einer Forschungsreise nach Chile-Bolivien, extenso trabajo publicado en la Zeitschrift für Morphologie und Anthropologie, 1932: 31 (1) 1-166. Estos objetos habrían sido depositados por Aichel, según creimos en un principio, en el Museo de Hamburgo, institución que financiara la expedición. Pero indagaciones posteriores nuestras (en carta enviada al Museo de Hamburgo en 2005), nos indujeron a sospechar que los materiales extraídos de estos sitios habrían quedado depositados en el algún otro Museo en Alemania y no en el de Hamburgo. Es lo que, afortunadamente, nos lo ha hecho notar un lector. De acuerdo a esta última información, los materiales obtenidos por Aichel quedaron, pues, depositados no en Hamburgo, sino en el museo de la ciudad de Kiel, Nrte de Alemania (vea sección comentarios a este capítulo).
No teníamos certeza alguna de los sitios exactos excavados por Aichel. Pero en nuestra visita de diciembre de 1964 hallamos varios sitios de tumbas, evidentemente removidas, testigos, tal vez, de su búsqueda de restos humanos de poblaciones prehistóricas, tema de su especialidad.
El apoyo de nuestro amigo Cavagnaro, un experto guía, nuestra curiosidad por conocer el lugar exacto de la "aguada" y el deseo de obtener algunos objetos del lugar para el flamante Museo Regional de la Universidad del Norte, motivaron esta excursión de nuestro Museo. En un jeep facilitado por el Vice-rector de la Universidad del Norte, P. Alfonso Salas Valdés, llegamos hasta un lugar denominado "Islote Blanco", límite de la huella de vehículo (ver fotos en Figs. 9 y 12). De allí cargando harneros, palas e instrumentos, caminamos unos 45 minutos hasta el lugar. Inmediatamente encima del sector de la aguada, abrimos una pequeña trinchera de 6 metros de largo por 1 m. de ancho, en sentido aproximado E-W. (ver Fig.6, foto del Conchal Nº 15). Según reza mi Diario de Terreno de entonces, rescatamos de la trinchera (que profundizamos hasta los 65 cm.) numerosos trozos de cerámica culinaria tosca (fragmentos de ollas), puntas de proyectil en sílex, numerosas lascas, algunos fragmentos de cerámica decorada estilo Arica (Pocoma), un peso de red en forma de cigarro, provisto de dos acanaladuras en sus extremos, una espátula de hueso, trozos de tejidos multicolores y abundancia de trozos de cuero de lobos marinos, entre enorme cantidad de conchas. Pudimos constatar que el material cultural seguía todavía muy abundante hacia abajo, ignorándose su profundidad total. La caída de la tarde, nos obligó a abandonar el trabajo para regresar a Antofagasta. La profundidad alcanzada, delataba, a todas luces, una muy larga ocupación. Todos estos materiales quedaron depositados por entonces (1965) en el Museo Regional de Antofagasta, de la Universidad del Norte.
(información obtenida del Diario de Campo de H. Larrain, Vol. 2, con fotos correspondientes de la época).
Apéndice documental sobre la "aguada" de Cerro Moreno.
Creo de valor incluir aquí como apéndice, una referencia muy hermosa del marino Luis Pomar, capitán de un barco chileno que recorrió la costa norte, quien nos aportara la siguiente descripción de la "aguada" de cerro Moreno, en 1887. Es un espléndido complemento a las fotos que presentamos en este Blog:
"La aguada [de Moreno] se halla en la costa i dentro de una caverna del cerro de 6 a 7 metros de boca por 10 de profundidad; es un tanto salobre i produce en 24 horas cosa de 3.500 litros de agua que se recoje por un tubo de fierro; durante los meses de Mayo y Junio se seca casi del todo, según la versión de los pescadores i mineros que la explotan. El lugar del agua es accesible por tierra, pero por el mar solo lo es en ocasiones de mansedumbre entre las rocas (1887:41).
"Al pasar por frente de la aguada del monte Moreno, se veía claramente la grande abertura de su caverna, hallándose aposentada en ella una verdadera caravana de pescadores que entraban i salían de su interior, i que a la distancia que los veíamos parecían brotar de un oscuro y profundo antro". (1887:17).
Estas dos citas de Pomar nos ilustran bien acerca de la importancia vital de esta "aguada" para los indígenas pescadores de antaño en esa costa estéril. No había ninguna otra en las cercanías, salvo la exigua "aguada" de La Chimba, al interior de la quebrada homónima, frente a la isla Guamán (N. de la ciudad de Antofagasta), pero mucho menos copiosa y mucho más alejada de la costa. Al leerlas, uno se puede fácilmente imaginar cómo habría sido su asidua utilización por parte de los antiguos pescadores costeros, changos y camanchacas. Se sabe que a esta misma aguada y para abastecerse de agua, indígenas changos condujeron a la tripulación del barco del corsario Francis Drake, en el año 1578. La nave corsaria había anclado frente a la isla Santa María (Bahía Errázuriz) por varios días para calafatear allí con calma su dañada embarcación.

Fig.5. Conchal Nº 16. Vista desde las viviendas hacia el SE. 1 diciembre 1964 (foto H. Larrain).

Fig.6. Conchal Nº 15, directamente encima de la "aguada". Lorenzo Alfaro y Chávez, harneando la tierra extraída. Se hizo una trinchera de 6 m. de largo, por un 1 m. de ancho y 65 cm. de profundidad máxima. 1º Diciembre 1964 (foto H. Larrain).

Fig.7. Vista hacia el E. desde las cercanías del conchal Nº 17. La flecha nos señala el Islote Blanco, punto hasta donde se llegaba por entonces en vehículo (guanera), 1 diciembre 1964 (foto H. Larrain).

Fig. 8. Caleta típica de sector S. de Península de Mejillones, cerca del conchal Nº 17 (entre Islote Blanco y Aguada). 1 diciembre 1964 (foto H. Larrain).

Fig. 9. Vista al SE desde conchal Nº 17. La flecha indica la ubicación exacta de la ciudad de Antofagasta. Al centro, Islote Blanco, lugar de nuestro campamento. 1 diciembre 1964 (foto H. Larrain).

Fig.10. Chávez sentado en una roca del ruedo de una de las viviendas circulares, abiertas al N., del conchal Nº 17; es éste el primero que se observa yendo caminando por el sendero desde Islote Blanco hacia la "Aguada". 1 diciembre 1964. (foto H. Larrain).

Fig. 11. Boca de la "aguada" de Cerro Moreno, 1 de diciembre de 1964 (foto H. Larrain). Hoy solo numerosos jotes (Cathartes aura) vienen aquí a saciar su sed, dejando por doquier sus hediondas deyecciones. Vista desde el Este. A esta boca hace referencia el marino chileno Luis Pomar, en la cita puesta más arriba.

Fig. 12. Croquis de ubicación de los conchales arqueológicos, tomado del trabajo de H. Larrain: "Contribución al estudio de una tipología de la cerámica encontrada en conchales de la provincia de Antofagasta", Anales de la Universidad del Norte, Universidad del Norte, Antofagasta, Nº 5, 1966.
De hecho, todas las fotos que aquí hemos presentado constituyen una verificación y a la vez, un complemento valioso a dicho artículo, publicado hace más de 40 años. Las zonas sujetas a nuestra prospección en esas fechas fueron la base sur de Cerro Moreno, sobre la playa de Juan López y la "aguada" de cerro Moreno, la terraza marina sobre Bahía Errázuriz, la costa norte de la ciudad de Antofagasta, vecina a la pequeña isla Guamán y las quebradas de La Chimba y Guanaco.
Objetivo de esta expedición arqueológica.
Fruto de estas excursiones, fue la recoleccción de numerosos elementos arqueológicos y de especímemes entomológicos, los que, al momento de nuestro viaje a México (Enero 1965), quedaron depositados en el Museo Regional de Antofagasta de la Universidad del Norte. Años después, a mi regreso a Chile en 1971, intenté vanamente dar con esos materiales. Dos cajas de insectos, con unos 300 ejemplares pinchados, procedentes de La Chimba y quebrada Guanaco, desaparecieron. Lo mismo los artefactos arqueológicos, que presumiblemente - ojalá- deben haber pasado a las Colecciones del actual Museo Regional de Antofagasta. Nadie nos ha sabido dar referencias sobre su paradero. Por fortuna, nuestra publicación de entonces (1966) nos permite hoy al menos rescatar tipos y formas de vasijas y la localización de los conchales prehispánicos (ver croquis de localización, en este mismo Blog). Sin embargo, para grata sorpresa nuestra, recientes datos llegados del Museo Regional de Antofagasta por obra de la Licenciada en Arqueología y ex alumna nuestra Verónica Díaz nos confirman que tales materiales están muy bien cuidados en dicho Museo Regional y han sido objeto de una reciente restauración y puesta en valor, con el nombre de "Colección Larrain". Noticia que nos ha sorprendido muy gratamente.
Fotos de diciembre del año 1964.
Las fotos que se observa más arriba, fueron tomadas por mí con una pequeña cámara Zeiss, de fabricación soviética, regalada por el Padre Gustavo Le Paige ese mismo año. La cámara procedia de una donación hecha a Le Paige por el entomólogo chileno don Luis Peña Guzmán, y era parte de la herencia cultural del conocido fotógrafo Robert Gerstmann, fallecido en Santiago ese mismo año.
Motivación para realizar mis estudios de arqueología en México.
Estas excursiones arqueológicas del suscrito al norte de Antofagasta, realizadas en 1964, me motivarán, con el apoyo irrestrito de Gustavo Le Paige y las autoridades de la Universidad del Norte, a viajar a México, a realizar estudios especializados de Arqueología, en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, dependiente de la Universidad Autónoma de México (1965-1970).
Poco después de nuestras tempranas observaciones en esta zona de Cerro Moreno y La Chimba (1963-1965) , y probablemente motivadas por éstas, realizaron estudios y excavaciones en la misma área, los arqueólogos chilenos Guacolda Boisset, Agustín Llagostera Martínez y Emilia Salas. Fruto de este trabajo fue la publicación, por parte de estos investigadores, en el Vº Congreso Nacional de Arqueología Chilena, Octubre 1969, de un artículo intitulado: "Excavaciones arqueológicas en Caleta Abtao, Antofagasta".
La aguada de Cerro Moreno o Morro Moreno, según la antigua cartografía colonial.
La "aguada" de Cerro Moreno tal vez la más importante en la costa norte desértica de la II Región de Chile, fue hito obligado de recalada para los antiguos veleros de bucaneros y navegantes que surcaban la costa árida del norte de Chile. Igualmente, ha constituido desde antiguo un punto de referencia muy importante en la topografía costera, en la cartografía colonial y en los estudios sobre el poblamiento temprano en el Norte de Chile.
Deber de lealtad científica.
Para nosotros hoy (2008), presentar este material fotográfico antiguo, inédito, constituye un deber de lealtad científica para con los futuros investigadores y estudiosos de la historia de la arqueología en la IIª Región. Porque, a lo que sabemos, esas tempranas evidencias, presentadas ya por nosotros en un artículo en 1966, constituyen los trabajos arqueológicos conocidos más antiguos y pioneros en ese sector de la costa árida del norte del país.
"Falta descubrir, en alguna caja olvidada en las bóvedas de algún Museo, los materiales a que se hace aquí referencia, lo que tal vez un día corroborará la veracidad de lo señalado por nosotros en este Blog". Así escribíamos en el año 2008. Hoy (Mayo 2014) tenemos la plena certeza de que dichos materiales no desaparecieron,; muy por el contrario, han sido perfectamente conservados y, muy recientemente, han sido fruto de un excelente trabajo de restauración por personal del Museo Regional de Antofagasta, como parte de la "Colección Larrain" de dicho Museo.
Otro hallazgo cerca de la Isla Guamán.
Como corolario y complemento a esta expedición, quiero relatar que ese mismo año 1964, en el mes de octubre o noviembre, hicimos un pequeño descubrimiento nunca reseñado antes. Frente a la isla Guamán, en lo alto de la terraza marina, a unos 30-35 m sobre el nivel del mar, me llamó la atención una pequeña roca aislada, solitaria entre los arenales. Se alzaba no más de unos 80 cm sobre el suelo. No se veía nada que llamara la atención en superficie. Al cavar, sin embargo, en su derredor, en busca de alguna evidencia arqueológica, hallé el esqueleto completo, extendido, de un individuo que mostraba su cabeza orientada hacia el NE; obviamente un antiguo pescador. No había más vestigios de ajuar que una concha muy grande de ostión, con sus bordes muy desgastados, que había sido depositada sin duda ex professo sobre el pecho; tampoco mostraba tejidos o fragmentos de cueros de lobos marinos. Nada. El esqueleto humano, cuidadosamente limpiado con una brocha, fue fotografiado y la fotografía junto con el material óseo correspondiente, quedó depositado por entonces, igualmente, en el Museo Regional de la Universidad del Norte (1964). Por haber sido el primer descubrimiento de esta especie hecho por nosotros en la zona costera de Antofagasta, el recuerdo se conserva aún muy nítido en nuestra memoria.
(capítulo retocado el 15/09/2008, y el 22/09/2008, con adición de nuevas evidencias. Se ha puesto las leyendas originales a cada una de las fotos de ese año; adiciones posteriores a su texto han sido hechas el 2 de Mayo del año 2014, el 15 de junio del año 2015, y finalmente, el 20 de septiembre de 2020).