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jueves, 7 de abril de 2011

Falacias ocultas detrás de una nueva Termoeléctrica: cómo desenmascararlas.

Fig. 1. El título del reportaje reza: "aseguran que Central Pacífico será la más moderna y eficiente". El Gerente de la Termoeléctrica trata de convencer sobre la modernidad del sistema.

Fig. 2. El resto del reportaje al gerente general de la Nueva Central Termoeléctrica , que pretende instalarse al sur de Iquique, frente al protegido "oasis de Niebla de Alto Patache".

Un lobby gerencial a toda máquina.

En las últimas semanas hemos asistido aquí en Iquique a un despliegue y derroche increíble de declaraciones, dichos, debates y artículos de prensa en relación a la inminente instalación de dos nuevas Centrales Termoeléctricas en nuestro entorno inmediato, es decir, muy cerca de la ciudad de Iquique, a unos 63 km al sur de la misma. Se trata de la "Central Pacífico" que pretende producir 350 megawatts de potencia eléctrica y de "Central Patache" que contribuirá con otros 110 megawatts de potencia.

Centrales operadas a carbón: siempre lo mismo.

Ambas centrales serán operadas con carbón bituminoso. La edición de la "Estrella de Iquique", del día 27 de Marzo de este año 2011, trae un reportaje completo en que se entrevista a la nueva Directora del Servicio de Evaluación Ambiental (ex CONAMA), Srta. Ximena Cancino, al Gerente de la futura "Central Pacífico", Señor Miguel Ortiz, y a un biólogo de la Universidad Arturo Prat, profesor Cristian Carrasco. También se aporta breves declaraciones del abogado Lorenzo Soto, que se ha distinguido por defender comunidades amagadas por otras poderosas Termoléctricas en Chile.

El peso específico del reportaje: las declaraciones vertidas por el Gerente.

Si sopesamos el contenido, importancia dada y peso específico de las declaraciones allí emitidas, tal cual nos las ofrece el matutino "La Estrella", se hace demasiado evidente el sesgo de la publicación, que de este modo induce obviamente al lector a preferir una opinión sobre la otra. Ciertamente no hay ecuanimidad alguna. Es el peso de la autoridad (en este caso del SEA) o de la Gerencia del Central Pacífico, versus débiles, imprecisas y claramente matizadas o desdibujadas) declaraciones de biólogos o abogados, con textos incompletos o sacadas de su contexto. ¿Sutileza del periodista o del director del periódico?.

Bisturí en mano: exégesis de un texto.

En los párrafos que siguen, iremos analizando con bisturí las declaraciones de algunos personeros, muy en particular las del ingeniero a cargo de la futura "Central Pacífico", señor Miguel Ortiz . Significativamente, se ha dado a éste, de lejos, la mayor importancia y peso en el "Reportaje del Domingo", del Diario La Estrella" de Iquique (27 de Marzo, páginas R17 a R23) concediéndole dos páginas completas del Reportaje de sólo 6 páginas. Un tercio fue amplia tribuna para la Central Pacífico y su portavoz. . ¡Qué raro!. ¿Por qué será?. En cambio, las declaración de los biólogos Cristian Carrasco o Arturo Neira aparecen desleídas, oscurecidas y han sido claramente minimizadas por el léxico del periodista. Ni siquiera se aporta allí sus declaraciones textuales. El "manejo" o manipulación periodística -mal disimulada- es aquí demasiado evidente para un lector sagaz.

Análisis descarnado de las declaraciones del responsable de la Termoeléctrica.

Creemos indispensable, por tanto, proceder a realizar la tarea de hacer "exégesis de los textos", al menos al tenor del diario en cuestión, para desenmascarar y dejar en evidencia las verdaderas intenciones ocultas tras declaraciones de tono tan conciliador, tan propio de una actitud "amigable con el medioambiente", como dicen hoy eufemísticamente los defensores de las emisiones tóxicas de las fundiciones o centrales termoeléctricas. Podremos comprobar, tras la exégesis practicada por nosotros, que estamos a años luz de un verdadero y auténtico desarrollo y de un verdadero y auténtico aprecio y cuidado por la naturaleza y el ecosistema. Lo demostraremos aquí.

¿Prejuicio ciudadano o juicio bien formado?.

1. El Señor Ortiz, en este reportaje, habla una y otra vez del "prejuicio" ciudadano, aludiendo a la posición mayoritaria de la comunidad iquiqueña, contra la proliferación de este tipo de centrales termoeléctricas. Y señala que ese "prejuicio" se basa en los "esteoerotipos" de viejas centrales de más de 30 años de antigüedad. Nos preguntamos, sorprendidos, si esto es "prejuicio" como el lo señala, o más bien un "juicio bien fundado" en la experiencia catastrófica de todas las Centrales, sobre todo las de ENDESA, que vienen operando en nuestro país desde hace mucho tiempo.

Analicemos sus palabras:

Más de 40 años de experiencia en gestión de Termoeléctricas.

a) Se indica allí que este ingeniero hace más de 40 años que ha laborado en Centrales Termoeléctricas a carbón. De donde deduciremos, sin discusión, que el supo y conoció perfectamente de la contaminación que el mismo ha contribuido, como Gerente de Planta, a producir y difundir en los cielos del Brasil y otros países, donde dice haber trabajado por años. Nos gustaría muchísimo recoger las opiniones de los lugareños, allí donde dichas Centrales fueron instaladas, para conocer su verdadera opinión sobre la "limpieza" de tales Centrales y sus "impecables" emisiones a la atmósfera. Es más que probable que nos encontremos con más de alguna desagradable sorpresa.

b) Señala Ortiz que su Proyecto "no tiene un mínimo impacto en el ecosistema". Leo aquí que quiso decir, suponemos, que no tiene "el más mínimo impacto en el ecosistema", es decir, su impacto sería igual a cero. Si tal fuera el caso, sería algo maravilloso. Pero veremos por desgracia que no es el caso, ni mucho menos. Sus propios dichos lo contradicen cuando da los % de contaminación esperables de su Central.

¿"Altas exigencias" o serios Informes de un daño ambiental previsible?.

c) Señala Ortiz que las objeciones sólo se deben "a las altas exigencias que hoy impone la Ley a las nuevas centrales" que quieren instalarse. La verdad completa es muy diferente. Muchos organismos, entre ellos el "Centro del Desierto de Atacama" de la Universidad Católica de Chile, en un voluminoso Informe, plantearon a la CONAMA numerosas observaciones al Proyecto precisamente por los daños claramente previsibles al ecosistema, tanto terrestre como marino.

¿Interesa realmente a la Empresa evitar toda contaminacion?.

d) Habla el reportaje de un "extremo cuidado del sector inversionista" por evitar la contaminación. Si dicho "extremo cuidado" lo llevara realmente al extremo, esto es a garantizarnos una contaminación cero en todos los pasos de su futura Planta termoeléctrica (humos de chimenea, cenizas, transporte, descarga, y depositación), seríamos nosotros los seres más felices del mundo y bendeciríamos la llegada de este "ángel guardián celestial" del futuro desarrollo. Pero tampoco es así, lamentablemente, como el mismo lo dice al ofrecer, en el reportaje, cifras de detalle de los porcentajes de emisión que sus sistemas no pueden, no logran, o no quieren abatir hasta cero.

Desconocimiento de los vecinos ecosistemas terrestres protegidos.

e) Señala el ingeniero en cuestión, en referencia a la existencia de vegetación y fauna, que el visitó ya siete veces la zona donde será instalada la Central y no ha encontrado "ni una flor, ni siquiera un yuyo...y si hay una concepción de defensa, veamos la fauna que existe...; hemos estado en [su] búsqueda y no la encontramos.". ¡Qué ingenuidad más grande!. Por cierto que en esa zona de la terraza litoral árida, entre los 0 m. y 40 m. de elevación, salvo ejemplares del lagarto costero Microlophus quadrivittatus (Tschudi, 1845) que corre entre los roqueríos, y pequeños dípteros que pululan entre los huiros, no hay prácticamente otra flora ni fauna terrestre.(No hablemos todavía de la fauna y flora marinas).

Pero olvida nuestro buen ingeniero, amante de la naturaleza, que el entorno de influencia real y efectiva de sus humos y cenizas, todos elementos en extremo volátiles, (tanto que se habla de "material particulado") es muchísimo mayor que la superficie de sus instalaciones en torno a sus cierres de malla. ¿Sabía el señor ingeniero que los humos que producirá y el polvo de cenizas que se levantará, volarán rumbo Norte, por muchas decenas y cientos de kilómetros, infectándolo todo a su paso, e incrementando el daño ya constatado hecho por Centrales precedentes (Mejillones, Tocopilla, Patache)?. ¿Lo sabía?. Y si lo sabía,- como debió saberlo- , ¿por qué no se refiere a ello?. Este hecho, evidente e incontrovertible, se calla.

Un ecosistema prístino, mantenido por la camanchaca costera.

f) El daño al ecosistema lo constataremos claramente arriba, en las cimas de los cerros de la Cordillera de la Costa, entre los 400 y 850 m de altitud, allí donde hoy sobrevive con dificultad un notable "oasis de niebla", protegido por el Estado Chileno por Decreto especial, como "Lugar de Estudio y protección de la Biodiversidad". Allí prosperan, además de 42 especies vegetales y más de sesenta especies de Insectos, Arácnidos y otros seres muy diminutos, -escúchese bien-, más de 300 especies de líquenes, organismos que forman extensas praderas que tiñen de pardo y de gris verdoso las suaves laderas del oasis entre los 750 y los 860 m de altitud. Es hacia arriba, hacia los cerros costeros, donde hay que dirigir los ojos para ver vida palpitando en el desierto más árido del mundo. Por otra parte, dicho sea de paso, el yuyo (Brassica campestris), el "yuyo" que el ingeniero Ortiz buscaba tan afanosamente en Patache, una planta crucífera típica de la zona central de Chile, no existe en todo el Norte Grande de Chile; porque es planta propia del centro y sur del país!.

Líquenes. Inmensa masa productora de oxígeno.

g) Esta ingente masa biótica compuesta por numerosas variedades de líquenes, y que produce grandes cantidades de Oxígeno en su fotosíntesis diaria, es de una riqueza de incalculable valor para la Región. Así nos lo aseguran los científicos extranjeros visitantes. No entendemos cómo el Sr. Ortiz, que dice haber visitado la zona, no se ha percatado siquiera de la existencia, a escasísima distancia de su futura Termoeléctrica (a menos de 4-5 km en línea recta, hacia al ESE), de uno de los más interesantes ecosistemas de desierto, el "Oasis de Niebla" de Alto Patache, una joya en bruto para los botánicos, zoólogos, liquenólogos, pedólogos, geógrafos y climatólogos que lo han visitado, por su notable endemismo y reconocida riqueza en especies vegetales y animales. Este Oasis de Niebla es, precisamente, como "sitio prioritario para el estudio de la biodiversidad", el que será, junto al ecosistema marino costero, el más directamente amagado por la Central de marras. Por eso nuestra decidida oposición a este Proyecto desde sus inicios.

h) Se señala en el Reportaje una frase emitida por el ingeniero Ortiz, la que indica que "los niveles de emisión en Chile (debido a las Termoeléctricas en gran parte) son menores a los de otras naciones". Craso error. Chile, según documentos irrefutables que exhibe Chile Sustentable y la Fundación Terram, es el segundo país más contaminante del mundo (en proporción, por cierto, a su población) después de China, la gran devastadora a nivel mundial y, muy lejos, el más contaminante y contaminado país de América Latina. (Ver: www.chilesustentable.net y www.terram.cl).

i) Respecto a los residuos que emitirá la Termoeléctrica, el ingeniero Ortiz es enfático: "el proceso no impactará en absoluto el entorno del sector costero". Abisma tal afirmación, con resabios de axioma al parecer indiscutible para él. Pero tal cosa (si tal barbaridad dijo el Señor Ortiz) es no sólo ciertamente errónea, sino evidentemente mal intencionada. Todos los residuos que emitirán (sea por la chimenea, sea por el transporte y la deposición de cenizas) contaminan, pues conocemos perfectamente su alto contenido en metales pesados (As, Mn, Mb, Hg, Se, Cd, Va, Ce, Ba), y en iones tóxicos de compuestos de Nitrógeno (NO3, NO4) y Azufre (SO3), en cantidades enormes, Que se nos venga ahora a decir que no hay impacto alguno, es " pretender tapar el sol con un pañuelo"; es "hacernos comulgar con ruedas de carreta". No estamos dispuestos a ello.

¿ Un inocuo "cenizal" o en realidad, un emporio asqueroso de substancias tóxicas?.

j) Respecto al llamado eufemísticamente por don Miguel como un "cenizal", nótese que es no otra cosa sino un depósito de materiales tóxicos, producto acumulado y concentrado de la quema del carbón bituminoso. Se asevera allí : "cada cinco años se genera un nuevo sector y el anterior recupera su fisonomía como paisaje". Suponemos que se ha querido decir que sólo cada cinco años se tapará totalmente una de las zonas destinadas a depositar dichas "cenizas", simulando un paisaje costero intocado. O sea, que algún día, cada cinco años, van a "enterrar" o soterrar dichos residuos tóxicos, para "disimular" su presencia y toxicidad. ¿Igual que en Tocopilla?. La frase, además, deja entrever otro desastre ad portas: cada cinco años , una nueva porción de nuestro Norte Grande será cubierta de material altamente tóxico, perdiéndose así decenas de hectáreas de territorio patrio que bien podrían aprovecharse en la terraza litoral con fines más útiles y decorosos. ¿A alguien le importa esta pérdida de suelo nacional?. ¿Existe alguna conciencia al respecto?.

¿Qué puede ocurrir, realmente?.

Pero, ¿qué ocurrirá entretanto?. Cientos de preguntas nos asaltan a este propósito:

¿Cómo son tratadas, a diario, las "cenizas" que cargan y descargan desde la planta y que llegan a destino en camiones?; ¿Cómo las desembarcan?; ¿Cómo las transportan?; ¿Hay o no posibilidad cierta de que estas "cenizas", reducidas a un polvo muy fino, vuelen lejos, muy lejos ?. ¿Acaso las están regando de continuo, durante todo el día y toda la noche? . ¿Qué ocurrirá cuando sople el intenso viento sur que se desata a diario en dicha zona, y ¿cómo evitarán su efecto desastroso sobre el cenizal acumulado en cerros, cada vez más grandes?. ¿Acaso no arrastrará éste, infinitas moléculas de estas tóxicas "cenizas" quien sabe hasta dónde?. ¿Alguien puede decir, con absoluta certeza, hasta a dónde realmente ya llegan hoy causando contaminación y daño ambiental?. No hay estudios definitivos al respecto. No hay mediciones serias realizadas por instituciones sobre las que no recaiga sospecha de complicidad. Pero el hecho imbatible, innegable, es que "vuelan" por decenas y decenas de kilómetros rumbo a Iquique y a Arica. Y seguramente hasta el Perú. ¿A quién le importa?. Y, por fin, cuando estas Centrales cesen algún día sus actividades en un futuro ojalá cercano, cuando esperamos surjan fuentes totalmente limpias de energía, ¿quién -nos preguntamos- correrá con los gastos de limpiar y/o eliminar esos cerros de resumideros de mugre tóxica?. ¿Dónde los arrojarán?. ¿ Al océano, nuevamente?. ¿Por cuenta de quién?. ¿Del Estado de Chile?. ¿Por qué?.

¿"Cenizas" o tóxicos?. ¿En qué quedamos?.

g) De paso, me parece francamente inapropiado y más bien ridículo hablar aquí de "cenizas". Es un infortunado y desenfadado eufemismo. Nada tiene esto que ver con las inocuas cenizas propias de la quema de la leña, por ejemplo. No son efecto directo de cualquier quema. Seamos francos y llamemos a las cosas por su nombre: hablemos mejor de productos de emisiones altamente tóxicas, efecto directo de la quema del carbón bituminoso. No de tímidas, incautas y desprejuiciadas "cenizas". "A otro perro con ese hueso"!. .

h) Llega al límite de la ingenuidad (o ingeniosidad) el ingeniero Ortiz cuando señala que este "paisaje del cenizal "tiene [en realidad contiene] los mismos elementos del suelo, como son el óxido de fierro y aluminio... la ceniza es parte del suelo de donde se extrae el carbón...". ¿Nos quiere hacer creer don Miguel Ortiz que las "cenizas" tóxicas que emite la quema del carbón bituminoso y vomitará diariamente a través de sus chimeneas la Central Pacífico serán algo idéntico a los elementos químicos que contiene el suelo natural en la zona costera?. Es inaudito, más aún absurdo, afirmar tal cosa. Esto es absolutamente falso. Es cierto, sin embargo, que el suelo natural abunda en óxido de hierro y sales de aluminio. Pero no estamos hablando aquí de estos metales casi inocuos y algunos de ellos incluso útiles a las plantas como el hierro; estamos hablando de metales pesados, los más tóxicos que conoce el planeta, que incluyen, como señalé, el Mercurio, Selenio, Cadmio. Cesio, Vanadio, Bario y otras "linduras" por el estilo. Los análisis que poseemos de las cenizas de la Central Tarapacá, que son exactamente de la misma naturaleza de las que producirá la futura Central Pacífico, desmienten totalmente las piadosas y casi idílicas "declaraciones de inocencia" del ingeniero de la Central Pacífico.

¡ Por algo las van a tener que soterrar cuidadosamente!.

Esas cenizas y residuos son altamente tóxicos, y por eso, precisamente, es que serán - según se firma- sepultadas y soterradas para que "no produzcan daños ambientales", cosa que debió hacerse en Tocopilla, hace ya muchos decenios. Nunca se hizo. Si fueran tan inocuas, como pretende el ingeniero, ¿para qué gastar dinero, tiempo y energías en enterrarlas?. Preguntamos: ¿qué hermosos paisajes verdes y densos y tupidos bosques crecen hoy, eufóricos, entre esos "cenizales inocuos" de Tocopilla, de que nos habla el señor Ortiz cuando él -según cuenta- vivía allí feliz con su familia?. No los conocemos. Porque jamás han existido. Sólo nos ha tocado ver, desde jóvenes, horrorizados, la desolación y la muerte en torno a esas Centrales que no son otra cosa que "propagadoras de la muerte", tanto en tierra firme como bajo el mar. Eso es Tocopilla hoy por sus Termoeléctricas: la antesala de la muerte. Es lo que afirman hoy sin miedo los biólogos, marinos y terrestres, que viven desde hace mucho tiempo en Antofagasta. Porque es la pura y santa verdad.

¿"Limpios" fondos marinos de Tocopilla, junto a las Termoeléctricas?.

i) Y otra declaración de nuestro ingeniero en el mismo Reportaje, nos asombra aún más, si cabe, y nos deja ya francamente perplejos, porque raya en lo inverosímil. Dice, en efecto:

"estas medidas [de mitigación del impacto] permiten aseverar que el impacto es imperceptible en el fondo marino, ejemplificando a través de la experiencia que tienen los buzos y pescadores de Tocopilla...Si se puede hablar de contaminación en Tocopilla [los buzos] no encuentran diferencias en el fondo marino...".

¡ Otra falacia del porte de un transantlántico!.

Si algo han señalado los investigadores biólogos en los fondos marinos próximos a la Central de Tocopilla, es la total ausencia de vida a causa de su efecto contaminante acumulado por decenios y decenios. El público conoce y aprecia las valientes declaraciones del biólogo y ecólogo marino Carlos Guillermo Guerra, de la Universidad de Antofagasta. Guerra ha llegado a declarar que Tocopilla no es sólo una zona ya totalmente saturada de contaminación. Ha dicho algo mucho más grave: que "Tocopilla está tan contaminada, que debería ser erradicada, porque sus habitantes no deben seguir viviendo alli por el peligro inminente para su salud". Esto ha declarado el valiente biólogo. Es uno de los pocos que levanta su voz indignada. Y muy pocos como él conocen palmo a palmo esa zona. ¿Quién se atrevería a contradecirlo?.

Tocopilla: ciudad asolada por las Termoeléctricas.

Por eso es que las declaraciones del ingeniero Ortiz al diario "La Estrella" de Iquique, respecto a la situación en los alrededores de Tocopilla, nos parecen francamente reñidas con la verdad: Son una vulgar falacia. Son una bofetada a la verdad evidente. Ha confirmado, igualmente, la "situación de catástrofe" de esta ciudad nortina, el conocido cineasta nacional Sergio Nuño en su reportaje de hace casi dos años en su Programa "La Tierra en que Vivimos". Alli se mostró al desnudo, a la vista de todos, el paisaje submarino, totalmente turbio, desolado, inerte y sin vida, en torno a la Central Termoeléctrica principal de Tocopilla. Ese es un paisaje desnudo de vida: un auténtico "desierto submarino" que los buzos de la "Tierra en que Vivimos" captaron hace un año atrás. No son imágenes ficticias: son la cruda y brutal realidad. La misma que nos espera en las vecindades del Puerto de Patache o en las proximidades de Chanavayita, o Caramucho, muy pronto, tal vez, si se hacen efectivas estas nuevas "Centrales de la muerte". Si tiene alguna duda al respecto, lo remitimos al reportaje que aparece en la página web: http://www.elnortero.cl/admin/render/noticia/17048.

¿Estamos aquí realmente ante una falacia?.

El Diccionario de la Real Academia Española, en su edición Nº 26 nos señala el significado de la voz castellana "falacia", que en este capítulo del Blog aplicamos en forma totalmente consciente, a propósito de las declaraciones de un Gerente de una Compañía termoeléctrica que pretende, a toda costa, instalarse entre nosotros.

¿Qué es una falacia?.

1. " f. Engaño, fraude o mentira con que se intenta dañar a alguien".

Esto es, ni más ni menos, lo que se ha pretendido entregarnos como "regalo del cielo" en el Reportaje de "La Estrella" de Iquique, del día 27 de Marzo del 2011. Una larga fila de errores, falsas apreciaciones, verdades a medias, omisiones claras y obvias, o, por fin, mentiras declaradas sobre una situación que conocemos muy bien por experiencia propia. Se ha pretendido que nos creamos este idílico y commovedor "cuento de hadas". Ya estamos grandecitos para que se nos quiera engañar de esta manera tan grosera. Por ello, punto por punto y bisturí en mano, hemos realizado en este Blog una exégesis cuidadosa de los dichos e increíbles declaraciones del señor Gerente de la Central Pacífico. Las hemos tratado de desvirtuar una a una, sin piedad. Porque su liviandad no merece, en realidad, otro trato.

¿Distorsión del periodista o auténticas declaraciones?.

Una de dos: o estas declaraciones del periodista del diario "La Estrella", del día 27 de Marzo recién pasado, señaladas allí como expresadas por el ingeniero don Miguel Ortiz, son auténticas, o son todas fruto de la burda imaginación del periodista. En este último caso, ya habríamos escuchado hace mucho rato un desmentido de la Empresa aludida y su Gerente, señalando los errores inherentes al texto. Lo que nadie, que se sepa, ha escuchado hasta ahora. De lo cual deducimos que el periodista fue fiel a la verdad, y lo que se dijo allí, realmente se dijo tal cual.

Nuestras Conclusiones:

1. Cualquier aumento de la contaminacion atmosférica en una zona ya totalmente saturada, produce catástrofes de impredecibles consecuencias. Será un proceso de muerte lenta, muy lenta de los ecosistemas próximos o remotos y un daño implacable, imposible de reparar en la salud de los pobladores vecinos.

2. No negamos que esta Central Pacífico, como lo afirma tan enfáticamente su ingeniero, sea técnicamente superior a las precedentes, muy anticuadas y fuertemente contaminantes; pero no son, de ningún modo, inocuas. Producen todavía mucha y muy grave contaminación y grave acumulación de gases y venenos tóxicos (no inocuas "cenizas" como se las quiere hábilmente camuflar). Que sean más eficientes y mejores que las trasnochadas termoeléctricas de ENDESA, no debería en absoluto asombrarnos, pues para algo, y por algo, han transcurrido mas de 35 años. ¡ Algo habrán aprendido los ingenieros en este largo lapso de tiempo!.

3. Tal contaminación del 10% o más que producirían al operar - según confesión propia- se nos oculta en qué va a consistir exactamente (grado de toxicidad), y en qué volumen diario de cenizas o gases tóxicos volátiles se va a manifestar. Se nos oculta y se esconde deliberadamente este hecho. ¿Cuántas toneladas de desechos tóxicos producirán al día, al mes, al año?.¿Qué superficie estiman cubrirían sus cenizas al cabo de un año de operación?. Esta situación que nos preocupa es tan evidente y tan obvia, que por ello han solicitado al Estado muchas hectáreas destinadas únicamente a su depositación futura.

¡Terrenos del Estado chileno que quedarán inutilizados para siempre!. Escúchese bien: nunca jamás podrán volver a ser utilizados por su alta toxicidad.


Pero de esto, el ingeniero, por cierto, ¡ no nos dice ni una sola palabra!. ¿Por qué será?.

3. Cualquier "gota que haga rebalsar este vaso", por desgracia ya repleto, produce saturación. y desastre. Nadie nos asegura, como repite el ingeniero Ortiz, que las Centrales obsoletas de Tocopilla y la Central Tarapacá entren realmente algún díia en receso (o como él dice eufemísticamente: "en condición de reserva fría"). Los porfiados hechos siempre nos han demostrado que "del dicho al hecho..., hay mucho trecho". Para creerlo, para creerle, tendríamos que tener a la vista de toda la ciudadania un documento en tal sentido, firmado en forma responsable por la máxima autoridad de gobierno. Nada de esto se ha visto hasta ahora.., y les aseguro, que no se verá tampoco.

4. Se sabe, sin embargo, y es lo que más nos indigna, que en el mundo desarrollado ya existe la tecnología para reducir esta contaminaciónproducida por el carbón prácticamente a cero (99.99%). Por tanto, exigimos se aplique ésta en nuestro país, aun cuando sea mucho más cara. Sabemos que la negativa a aplicar ésta y la defensa que se hace tan abierta y descaradamente de una tecnología que ciertamente no es de última generación, se debe únicamente a su mucho mayor costo. No existe otra razón de peso. Ojo!. Que "no nos pasen gato por liebre", pues la tecnología que hoy nos ofrecen como la ideal, no es la mejor del mundo, como se fairma, ni mucho menos!. Esta es, todavía, altamente contaminante. Algo mejor que las anteriores, seguramente: pero todavía muy contaminante con metales pesados de muy alta peligrosidad.

5. Mientras no se nos asegure una contaminación equivalente a cero (en un 99.99%) vamos a preferir, de todos modos, el empleo de las energías limpias (termosolar, eólica), tal como se están aplicando hoy día ya masivamente en los países más adelantados de Europa o en California, aunque éstas demanden ciertamente un costo bastante mayor y exijan más largo tiempo de instalación.

6. Preferimos, lejos, una energía limpia aunque tarde ésta en llegar, aunque nos exija sacrificios y cortes de luz, que una energía sucia y contaminante. con efectos severos que sólo el tiempo podrá algún día señalarnos con precisión. La experiencia en Chile nos ha enseñado que, una vez instaladas, estas Centrales ,jamás se cierran; jamás se les ha exigido tampoco usar la última tecnología de punta. Todavía no hemos visto una sola Termoeléctrica que pase al estado de "reserva fría" como dice en forma simpática el ingeniero Ortiz. No hay un sólo caso en la historia de Chile. ¡Que se nos pruebe lo contrario!.

7. La conclusión dolorosa a que uno llega mediante el análisis profundo de este problema es que no sólo no existe en nuestro pais una política energética sabiamente organizada y dirigida desde el Estado, sino que ésta ha quedado, por desgracia, a merced del mercado energético. Las Compañías Mineras y las Centrales, puestas de acuerdo, exigen al Estado más y más energía, pero ellas mismas deciden acerca del dónde, el cómo y el cuándo instalarse. ¿Por qué no la producen ellas mismas, en sus propios yacimientos, si tanto la necesitan?. Mas del 90 % de la energía en este nuestro Norte Grande, lo sabemos todos muy bien, está destinada a los grandes consorcios mineros. El slogan majaderamente repetido por el lobby minero es que ese trata de "una nueva energía para la comunidad". Pero la verdad es otra muy distinta: no es para "la Comunidad humana de ciudades y caletas", sino para la "comunidad de las Mineras".

8. El análisis practicado aquí a un conjunto de mal disfrazadas y distractivas declaraciones de un Gerente, nos deja muy mal sabor de boca: se omite, se minimiza, se engaña, se miente o, lo que a veces es aún peor, se oculta buena parte de la verdad, y se disfraza un mal inminente con la piel de un bien: el tan mentado y necesario "desarrollo". Tanto, que ya se nos está hablando de aplicar en este caso, la "teoría del mal menor", reconociéndose así paladinamente el mal inminente, esto es, el daño cierto que sobrevendrá.

9. Todos buscamos y propendemos a un desarrollo, pero "no a cualquier precio". Ese precio que se nos pide pagar: la contaminación incesante de aire, agua y tierras, de ecosistemas marinos y terrestres, de caletas pesqueras y ciudades, es un precio muy alto, demasiado alto. Que lo paguen ellos, en sus faenas, produciendo ellos mismos a metros de sus casas, esa energía que tanto exigen y tanto necesitan; no nosotros. ¿Por qué el pueblo, la comunidad, es decir, la inmensa mayoría de la ciudadanía, debe siempre "pagar todos los platos rotos"?. Que ahora lo paguen ellos, si dicen necesitarla. Eso es lo que corresponde.

10. Y por fin, viene aquí "el broche de oro", la "guinda de la torta". Se pone curiosamente en duda el origen y una de las causas principales del calentamiento global en marcha hoy en el planeta. Poner en duda - como lo hace el ingeniero Miguel Ortiz - lo que prácticamente todos los científicos del mundo (en un 99%) aseveran ser un hecho ya demostrado: esto es, el calentamiento global del planeta como uno de los efectos inmediatos de la producción desorbitada y creciente de CO2 por la combustión de los combustibles fósiles, es de por sí algo demasiado grave, gravísimo. Porque eso equivale a hacernos creer que todas las Conferencias Internacionales sobre el cambio climático: Estocolmo (1972), Rio de Janeiro (1992), Kyoto (1998), Johannesburgo (2002), Copenhague (2010) y tantos, otros encuentros internacionales sobre la materia no han sido otra cosa que "inventos" de unos pocos desquiciados "ambientalistas". Esta sola duda, que surge nítida al final del reportaje de marras, nos ilustra mejor que nada qué poco podemos esperar de estos técnicos que manejan tanto poder, con tanto desparpajo (y con tan supina ignorancia). Hemos quedado atónitos ante esta insólita e increíble confesión final de ingeniero. "A confesión de parte, relevo de pruebas." Estas últimas palabras del reportaje para nosotros dicen mucho.....; en realidad, nos dicen ya demasiado.

Ellas, por fin, nos lo dicen todo. No necesitamos escuchar más... "Por la boca muere el pez". ¡ Qué terriblemente sabio es este admirable adagio castellano!.

Ante todo, la verdad, siempre la verdad: eso es lo que exigimos como seres inteligentes. Que no se nos mienta, que no se nos maquille la realidad con polvos y afeites, ¡por favor!.

"La verdad os hará libres" pregona la Sagrada Escritura. Estamos decidamente por la verdad, plena, aunque ésta nos duela; no por la falacia, la mentira o el oscurecimiento, el burdo "maquillaje", o el ocultamiento sistemático de los hechos evidentes para lograr a toda costa un propósito deliberado: la instalación a toda costa de industrias contaminantes "so capa de progreso".

jueves, 17 de marzo de 2011

Alca, una comunidad aymara desconocida: origen y destino.

Foto 22. En las riberas del Salar del Huasco. El ganado de llamos y ovejas pastando plácidamente en el bofedal próximo a la vivienda de los Lucas Ticona. Los arbustos que pueden alcanzar hasta 1 m. de altura son t´olas (Baccharis sp.) excelente alimento del fogón familiar y del ganado auquénido (Foto H. Larrain, Noviembre 2010).

Foto 21. El bofedal aledaño a la vertiente "Guallata", próxima a la vivienda de la familia Lucas Ticona (Foto H. Larrain, Noviembre 2010).

Foto 20. Miembros de la familia Lucas contemplan el llamito blanco, profusamente "floreado" y recién sacrificado en el corral, en el rito propio del "Floreo", para la festividad de San Juan (Foto álbum familia Lucas).

Foto 19. El sencillo fogón de la vivienda, que ayuda a mantener el calor en el ambiente gélido invernal. Troncos de t´ola arden vivamente en la ninaqheri, o rústica cocina. Allí emplea doña Demetria su qhistuña y su phusaña, para sacar las cenizas o avivar el fuego, respectivamente.

Foto 18. La sencilla vivienda de la señora Demetria Ticona, madre de los Lucas Ticona arrimada a la ladera en la margen occidental del Salar del Huasco. Aquí vive con sus hijos Pedro y Margarita que la acompañan en las labores diarias de pastoreo del ganado. (Foto H. Larrain).

Foto 17. Area del bofedal fuertemente salinizada por efecto de la falta de lluvias.La especie Oxycloe andina (Familia Juncaceae) llamada localmente pako, es la predominante en esta vista (Foto H. Larrain).

Foto l6. Uno de los hermanos Lucas tocando el bombo. El llamito blanco ya ha sido "floreado" en el lomo y en las orejas, conforme a la costumbre tradicional. Es un rito en que se solicita a la pachamama el incremento del ganado. La fiesta se celebra en el mes de Junio (Foto álbum familia Lucas).

Foto 15. Fiesta del "Floreo" de los animales. Tocando el instrumento, se ve a don Germán Lucas, padre de los Lucas Bello, ya fallecido. (Foto álbum familia Lucas).

Foto 14. Vista del Salar del Huasco, tomada desde la huella de descenso al Salar. Se observa el cuerpo de agua rodeado de enormes concentraciones de sal, fruto del lento desecamiento producido por la decreciente pluviosidad observada en el área en décadas recientes.

Foto 12. Quebrada de Alca, camino al sitio Alca. Se observa plantas de t´ola y de ichu o paja brava.

Foto 11. Niños de la familia junto al horno de pan familiar, en la vivienda del Salar del Huasco. (Foto álbum familia Lucas).

Foto 10. Estancia del abuelo Mateo Ticona, en la margen sur del Salar del Huasco. Se observa varios corrales de gran tamaño, cerca de las habitaciones. El "Camino del Inca" pasa muy cerca de aquí, rodeando el Salar (Foto H. Larrain).

Foto 9. Nicho de piedra en los muros de la vivienda principal (Foto H. Larrain).

Foto 8. Techumbre a dos aguas en fuerte ángulo. La habitación estuvo primitivamente techada con gruesas capas de paja brava o ichu. (Stipa ichu).(Foto H. Larrain).

Foto 7. Vista frontal del conjunto habitacional que ocupara el "abuelo Mateo" Ticona desde aproximadamente los años 1870-1880. (Foto H. Larrain).

Foto 6. Cristian Riffo frente a la entrada principal de la antigua vivienda.(Foto H. Larrain).

Foto 5. Ensamble de la piedra volcánica sin cantear. Obsérvese la ausencia total de argamasa de barro. (Foto H. Larrain).

Foto 4. Amplio corral donde pudieron cobijarse muchas decenas de animales. Hoy en abandono total. Se habla de hasta 800 cabezas de ganado hacia el año 1960. (Foto H. Larrain).

Foto 3. La señora Demetria Ticona con su hija Margarita en su estrecha choza en el Salar del Huasco. Dormitorio, comedor y fogón a la vez. El fuego del fogón calienta gratamente toda la habitación mientras nos alimentamos del almuerzo familiar gentilmente ofrecido. (Foto Cristian Riffo).

Foto 2. Nicho bien elaborado y empotrado en el muro de la antigua casa de don Mateo Ticona, el "abuelo Mateo", parte significativa de un antiguo tambio inka. En este tipo de nichos se solía, en tiempos incaicos, colocar las conopas o deidades tutelares de cada hogar. (Foto Cristian Riffo, Noviembre 2010).

Foto 1. Muro de la habitación principal a dos aguas, con inclinación de 45º. Forma típica y característica de la arquitectura inka local.. Los muros presentan escasa o nula argamasa de barro (Foto H. Larrain).


¿Quién ha oido hablar de Alca?.

No figura en ningún mapa; tampoco en algún libro serio de geografía de Chile. Nadie la había estudiado hasta hoy cuando sus integrantes, las familias Lucas Bello y Lucas Ticona han salido bruscamente y como por ensalmo del anonimato y levantado la voz para hacer reconocer sus antiguos derechos a un territorio propio. En virtud de las actividades de pastoreo agrícolas y mineras, que sus parientes han venido realizando allí, desde hace por lo menos unos 130-150 años, esta comunidad que se ha constituido legalmente como "comunidad indígena", reclama para sí estas tierras. Exigen hoy a Estado de Chile, con poderosos argumentos históricos y antropológicos, se les reconozca su usufructo desde antiguo, mediante la entrega de titulos de propiedad en un territorio reconocido como propio desde hace mucho tiempo.


Qué ha motivado su aparición en público?. La historia no contada.

Hagamos un poco de historia. La Minera de cobre Doña Inés de Collahuasi, al igual que Cerro Colorado y La Cascada, han venido solicitando derechos de agua en numerosos lugares del altiplano tarapaqueño desde hace unos 20-30 años a lo menos, por ingentes montos en litros por segundo. Esto no es un secreto para nadie. Los salares de Lagunillas, Coposa y Michincha, hoy secos, han sido y siguen siendo testigos de una extracción masiva de agua diaria por parte de las Mineras. Por tal causa, como era de preverse, se han secado del todo, destruyendo su antiquísimo y rico ecosistema de humedal andino.


La batalla por el agua del altiplano.

Ahora bien, durante muchos años la Minera dio una batalla ante la Dirección de Aguas para obtener la concesión y los permisos de extracción de aguas subterráneas de la cuenca del Salar del Huasco, de más de 900 litros por segundo de agua de excelente calidad . Hizo al efecto, sondajes profundos en varias partes de la cuenca. Esta petición les ha sido denegada por el inminente peligro de desecamiento de los restos de la actual laguna, nicho de flamencos, guallatas, gaviotas andinas y múltiples especies de aves ribereñas. El Salar del Huasco es considerado por los biólogos una joya ecológica de primer orden en la Cordillera de los Andes, del Norte del país y desde hacía décadas se hacía numerosoas gestiones para declararlo Parque Nacional y Reserva de la Biósfera. Ëste ya formaba parte de los llamados sitios RAMSAR, o Ecosistemas de Humedales protegidos por la comunidad internacional, por su alto valor ecológico y ambiental para la preservación de la flora y fauna endémica de la alta cordillera.


El Refugio turistico de Minera Collahuasi.

La Minera Collahuasi, viendo cerradas sus posibilidades de sacar agua de esta cuenca, optó por hacer un inédito acto de "generosidad empresarial". Para ello, destinó parte de las instalaciones ya existentes para crear un "Refugio" para el fomento del Turismo local. y se convirtió, de la noche a la mañana, de "devastador" en "protector" del medio ambiente lacustre y de la ecología local. Cambió de inmediato de mentalidad, como el camaleón de color, mutación que no tenemos sino que alabar. Sin duda, una "metanoia" ecológica, impensada pero astuta y audaz. Por cierto, acerca de sus anteriores y bien probadas pretensiones, nada dicen hoy. Callan por vergüenza.

Durante todos esos años de ardua lucha, la Minera jamás reconoció la existencia de una comunidad de aymaras que se aferraba a sus posesiones ancestrales y miraba con sumo recelo e inquietud la perforacion de sondeos profundos y la instalación de faenas extractivas en sus propios terrenos de pastoreo. Nunca se avino, en consecuencia, a conversar el tema con sus representantes, a pesar de haber éstos constituido legalmente en años recientes una Comunidad Indígena refrendada por la CONADI regional. La empresa se amparaba en la inexistencia legal de derechos de propiedad por parte de esas comunidades a sus tierras. Simplemente, los ignoró. Total : "eran un insignificante grupúsculo de indígenas ignorantes" , se pensó.

Hasta hoy, a pesar de haber traspasado verbalmente el Refugio a la familia Lucas, los únicos habitantes aymaras en su vecindad inmediata, para su manejo y administración, la Compañía Minera no les ha otorgado títulos legales sobre el mismo y mantiene aún un control total sobre el inmueble. Todas las decisiones relativas al Refugio, su habilitación, su uso y su mantención, corren aún por cuenta de la Minera la que ya no posee derecho alguno en esta zona.


Las obligaciones del Convenio Nº 169.

Por fortuna para los residentes aymaras, y como un regalo divino de la pachamama, ha surgido hoy un problema legal de proporciones. El gobierno de Chile había reconocido por fin, después de muchos años de dudas y dilaciones, en Septiembre del año 2009, el Convenio Nº 169 de la O.I.T (Organización Internacional del Trabajo), mediante el cual no podía éste hacer actividades de cualquier índole sin el consentimiento de las agrupaciones indígenas allí radicadas; mucho menos si éstas eran extractivas o consumptivas de agua dulce.


El texto de dicho Convenio es taxativo: Artículo 6:

"Al aplicar las disposiciones del presente Convenio [nº 169], los gobiernos deberán: a) consultar a los pueblos interesados, mediante procedimientos apropiados y en particular a través de sus instituciones representativas, cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles directamente".


Artículo 7:

"Los pueblos interesados deberán tener el derecho de decidir sus propias prioridades en lo que atañe al proceso de desarrollo, en la medida en que éste afecte a sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en la medida de lo posible, su propio desarrollo económico, social y cultural. Además, dichos pueblos deberán participar en la formulación, aplicación y evaluación de los planes y programas de desarrollo nacional y regional susceptibles de afectarlos directamente" (destacado nuestro).

Al darse cuenta de esta situación, la Minera optó por destinar el inmueble, que tenía ya perdido y debía abandonar o desmantelar, a una futura función turística, propia de todo Parque Nacional, arrogándose ahora el rol de "protectora del Medio Ambiente" y de "cuidadora" de los humedales andinos. Al efecto, creó una Oficina ad hoc en la localidad de Pica, en calle Blanco Encalada 260, con el ribete de la "Protección y cuidado de los Humedales Andinos" que ellos mismos amagaron seriamente durante no menos de 10 años.

La primera historia conocida de los Lucas y los Ticona.

Pero dejemos a la Minera Collahuasi y sus desaguisados , y volvamos mejor hoy nuestros ojos al Salar del Huasco, a Alca y a sus pobladores de antaño. Un estudio reciente, realizado por el suscrito acompañado del antropólogo social Cristian Riffo Torres, informe encargado por el Programa "Orígenes" de CONADI (Corporación Nacional de Desarrollo Indígena), nos ha develado una inédita historia de increíble esfuerzo y tesón. Buscando antecedentes históricos y geográficos sobre este grupo familiar de rancia estirpe aymara, hemos descubierto los siguiente detalles que ilustramos aquí paso a paso para nuestros lectores, con fotos tomadas en terreno por los autores del estudio. (Ver fotos arriba).


Dos familias fundadoras.

a) Según nuestras pesquisas, dos familias aymaras de la provincia de Lipes (Sur de Bolivia), fronteriza con Tarapacá, se asientan con sus rebaños de llamos y ovejas en el territorio del Salar del Huasco hacia los años 1870-1880. Debido a la escasez de pastos en el altiplano boliviano - hecho frecuente según las fuentes históricas- dos aymaras: uno de apellido Lucas y el otro apellidado Ticona ("el abuelo Mateo") se asientan en el Huasco, en el sector que ellos a partir de entonces denominarán "Huasco Lípes". Ambos estaban casados con dos hermanas de apellido Alanoca. Aparentemente, no había residentes en esa zona, dada la facilidad con que se instalan y ocupan las ruinas preexistentes.


Inicios de la ocupación del Salar del Huasco en el siglo XIX.

b) Al asentarse en el Salar, ocupan y reparan parcialmente algunas viejas construcciones semi derruidas de la época Inca, situadas junto al "Camino del Inka" o Khapaq Ñan (en lengua quechua); (Vea fotos en el texto). A no dudarlo, estas construcciones formaban parte del sistema vial incaico. Las dos más importantes se situaron estratégicamente al lado de las dos principales vertientes de la margen sur y suroeste del salar, llamadas respectivamente por su actuales pobladores "Jalsure" y "Guallata". Nuestro trabajo reciente entregado al Programa Orígenes (Marzo 2011) muestra fotos de elementos arquitectónicos típicos del Inka tales como puertas de acceso con elaboradas jambas y dinteles, en piedra, nichos interiores para las deidades tutelares, poyos, techo caracteristico a dos aguas., etc.(Vea aquí las Fotos en el texto).

c) El Salar, a no dudarlo, ostentaba por entonces bastante más vegetación que ahora. Aún hoy, sus pequeños rebaños de llamos y ovejas encuentran allí, junto a sus vertientes, cortos bofedales que les dan sustento durante varios meses en el año. (Vea Fotos 21 y 22). Hacia los años 1950-1960 del pasado siglo, según informes de la familia Esteban, ellos habrían poseido varios centenares de cabeza de ganado. Cientos de llamos y ovejas pastaban allí. Sus enormes corrales así parecen confirmarlo. Hoy quedan muy pocos animales, como secuela directa de la sequía de los últimos años.


El lugar del Huasco no tenía entonces, a lo que parece, residentes fijos.

d) Cuando ellos y sus rebaños arribaron al Salar, a lo que creemos poco antes de la Guerra del Pacífico, el sitio al parecer, se encontraba desierto y carecía de habitantes residentes. Por tal motivo, pudieron ocupar sin problemas ni quejas los mejores sitios de pastoreo,  aprovechar las dos mejores vertientes y ocupar los viejos aposentos de origen inka. Al parecer, no mucho después, en fecha aún incierta, aparecen en escena, con ánimo de poblamiento estable, otras familias aymaras procedentes esta vez del área tarapaqueña de Chijo, estancia altiplánica ganadera cerca de Cariquima. Son los Esteban, que por las mismas razones buscan mejores pastos para sus ganados. Todos son de la misma lengua y cultura y como "hermanos de raza" se dividen fraternalmente el territorio del Salar. Es muy posible que estas familias hubiesen llevado ganado al Salar por cortos períodos, aprovechando la estación propicia, desde mucho antes. Pero nunca poblaron en forma permanente. No se habrían radicado aquí, a lo que creemos, sino hasta más tarde.

e) Pero la historia de la ocupación de estos pastizales y bofedales de altura es muchísimo más antigua. Hemos hallado trazas inequívocas de antigua presencia indígena, muy anterior a la llega del Inka colonizador. Pero la historia escrita y documentada, se remonta a fines del siglo siglo XVI. Cuando en tiempos del Virrey Francisco de Toledo se traza los linderos entre los Corregimientos de Carangas y de Tarapacá, con dos jurisdiciones diferentes. España, sin darse cuenta, cercena y corta en dos un territorio único, desde antiguo transitado de Este a Oeste, y desde el altiplano a la costa del Pacífico. A pesar de las fronteras, impuestas las comunidades indígenas aymaras siguen practicando sus viejos recorridos costa-sierra-altiplano, yendo y viniendo, al igual que antaño, antes de la conquista hispana, cuando la actual frontera no era un hito divisorio, sino, al revés, un punto de encuentro y de comunicación frecuente.


Antiguos rastros de ocupación: búsqueda de documentación colonial.

f) El rastreo de antiguos documentos coloniales nos lleva al conocimiento de antiguos litigios por estas tierras, situadas en los linderos de ambos Corregimientos. El geógrafo peruano Paz Soldán se refiere a estas disputas entre el Corregidor de Lipes, el Cura párroco de Llica y los caciques taraqueños de Camiña, Tarapacá y Pica. (Mariano Felipe Paz Soldán en su obra: Los Verdaderos Límites entre Perú y Bolivia, 1878). En los siglos XVII y XVIII los viejos linderos instalados por el Virrey Toledo son destruidos y pastores de Lipes se instalan con sus rebaños, en forma transitoria, en el área del Salar y sus vecindades, desalojando, apresando y maltratando a sus pobladores. Los caciques de Camiña, y Tarapacá, interponen una y otra vez, desde mediados del siglo XVII a lo menos, sus quejas ante la autoridad virreinal por esta indebida intromisión desde el Oriente, apoyada y fomentada casi siempre por las autoridades civiles y religiosas de Lipes.


Modelo de ocupación de varios nichos ecológicos según la teoría antropológica de John M. Murra.

f) Sospechamos con bastante fundamento que esta situación de continua movilidad Este-Oeste se debe a la antiquísima costumbre de bajar a la costa llevando productos andinos y regresar a las tierras altas con productos del mar, producidos por los camanchacas pescadores de la costa pacífica. Este intercambio se venía verificando desde tiempos muy remotos; probablemente, desde hacía varios milenios. Dos de los productos más cotizados en este intercambio era la coca y el charqui que era trocados por el pescado seco y salado. Estos traficantes eran conocidos con el término aymara de "rescatiris", es decir, agentes de "rescate" o trueque.


Los Lucas y los Ticona siguen viejos patrones de conducta trashumántica.

g) Por tanto, la llegada de las familias Lucas y Ticona al Salar con sus rebaños, en el tercer tercio del siglo XIX, no hacía sino seguir fielmente un antiguo patrón de movilidad trans-andina. Hemos hallado, en documentos de los años 1842 y 1843, esto es unos 40 años antes de la llegada definitiva de los Lucas y los Ticona actuales, referencias a un tal Sebastian Ticona, "alcalde de indios", residente en la zona. ¿Es éste el antepasado (padre, tío o abuelo) de los ocupantes de los años 1880?. Sospechamos que sí. Si así fue, se comprende muy bien por qué razones insisten estas familias en reingresar y ocupar el territorio tarapaqueño. que miran como algo propio. Sólo seguirían así, en forma casi automática, el patrón familiar ancestral de movilidad hacia el Oeste, en procura de buenos pastos para su escuálido ganado.


El asentamiento definitivo.

h) El hecho es que a partir de los años 1870-1880 (no sabemos la fecha exacta aún) tenemos definitivamente asentadas en el Salar a dos familias aymaras: los Lucas y los Ticona y sus descendientes, los que van rápidamente en aumento. Sus pueblos de origen se encuentran en Lipes, en pequeñas aldeas o caseríos cerca de Llica. Guanaque, sería, al. parecer, uno de ellos. Probablemente hubo otros, cercanos.


El descenso por la quebrada de Alca.

i) Pero los pastores no se quedan sólo en los contornos estrechos del Salar, donde levantan varias cabañas y refugios en piedra para sus pastores, tanto al Este como al Oeste del Salar. En los meses muy helados del invierno, cuando los pastos de los bofedales se escarchan y se secan, es preciso hallar nuevas fuentes de alimento para el ganado. Aquí es cuando utilizan la quebrada de Alca provista de vertientes, como excelente corredor para su descenso a sitios más bajos y más cálidos, en los años lluviosos. Poco a poco, van ocupando esta quebrada, con numerosos refugios y corrales, junto a los campos de pastoreo y sus vertientes. Y bajan a Alca, a Vilque, a Balani, hasta Escalerani, bajo la cota de los 3.500 m. de altitud, buscando mejores pastos. Hurgando a través del Google Earth, hemos encontrado decenas de corrales y de chozas de pastoreo. Tal vez ya existían desde antes; tal vez, desde mucho tiempo antes. Por algo hemos hallado típica cerámica Inca  (tipo Charcollo), tanto en Huasco Lipes como en el sitio Vilque, signo seguro y cierto de la presencia y actividad Inka en este lugar. La presencia del "Camino del Inka" próximo a la vivienda que ocupara antaño  el "abuelo Mateo" en el salar,  ciertamente la delata.


Nuestra visita reciente a la zona de estudio.

j) Hemos visitado, recientemente con varios integrantes de la familia Lucas Ticona, varios de estos lugares. Primero recorrimos los sitios en torno al Salar, en Noviembre 2010, teniendo como experto guía a un lugareño: Pedro Lucas Ticona. Luego, en Marzo 2011, estuvimos con ellos en Alca, en Vilque, en Balani; entramos a sus chozas y fotografiamos sus corrales y sus terrazas de cultivo donde otrora sus padres cultivaron verduras, habas, ajos y cebollas, cuando allí había "ojos de agua" o "puquios". Por todas partes hemos encontrado las señas de su presencia y actividad. Hasta hay datos seguros de varios enterramientos, en el sitio llamado Vilque, de miembros de la familia Lucas, incluyendo un parvulo recién nacido; de esto hace muchas décadas. Ahí están aún enhiestas las derruidas cruces, en testimonio fiel.

Bajando con los ganados hasta Tasma.

k) En sus bajadas con animales llegaban hasta Tasma, localidad hoy desierta que llegó a albergar población de significativa importancia hacia fines de los siglos XVIII y XIX. Tasma aparece nombrada, al parecer por vez primera, en los Censos hacia 1765. En efecto, el Teniente de Gobernador don Antonio O´Brien en su Revisita y Numeracion de Indios nos refiere de la existencia de un "ayllo de Tasma" con una poblacion de 35 indios tributarios y tres afuerinos. ( cf. Oscar Bermúdez en El Oasis de Pica y sus Nexos Regionales, 1986, Arica). Tasma por entonces debió probablemente englobar e incluir la población de Alca y otras zonas aledañas de pastoreo. Tasma fue, a no dudarlo, punto importante del circuito de comunicación comercial que venía desde el altiplano boliviano actual (Lipes) hacia Pica, la Pampa del Tamarugal y sus numerosas Salitreras.

l) Este contacto durante la época colonial se dio anteriormente con la rica mina de plata de Huantajaya, en la cordillera de la Costa, operada por el encomendero español del pueblo de Tarapacá Lucas Martinez Begaso desde el siglo XVI. A partir de la década del 1830, se intensificará este tráfico y contacto, con las nacientes Oficinas salitreras de la Pampa que necesitaban ser abundantemente surtidas de pasto y alimentos vegetales.

Conclusiones.

1) Los Lucas Bello y los Lucas Ticona, de antiguo origen altiplánico en Lipes, Bolivia, son residentes en el Salar del Huasco y la Quebrada de Alca desde los años 1870- 1880, a lo menos;

2) Estas familias aymaras han "hecho patria" allí donde hoy nadie quiere vivir, por la inclemencia del clima y las bajas temperaturas invernales (hasta -35º C);

3) Hoy reclaman con razón de parte del Estado chileno el reconocimiento explicito de su derecho sobre sus tierras, las que han trabajado con sus ganados y con su agricultura de subsistencia e incluso con una minería de pirquín, desde hace no menos de 130 años;

4) Estas familias pobladoras tienen derecho, en virtud del Convenio 169 de la OIT, a ser parte y tomar decisiones sobre todas las actividades que se desarrollen en su territorio. La Declartaoria de "Parque Nacional" en la cuenca del Salar del Huasco, iniciativa sin duda valiosa, y necesaria para la proteccion del ecosistema, debió ser compartida, dialogada y discutida con sus ocupantes ancestrales. (Vea capítulos nuestros en este Blog titulados: "El Salar del Huasco, un frágil ecosistema altiplánico..." (04/04/2010 y " El Salar del Huasco en Enero de 1982..." (09/04/2010) y más recientemente, "El Salar del Huasco hoy Parque Nacional: expectativas y recelos" (06/06/2010).

Desgraciadamente no se discutió o compartió las nuevas iniciativas con la comunidad aymara residente en el Salar. Se la ignoró. No debe olvidarse que dicho Convenio Nº 169 de la OIT pertenece a la Legislación Internacional y tiene automáticamente carácter de Ley para el país que lo suscribe. Chile lo suscribió muy tardíamente, en agosto del año 2009. Pero por fin lo hizo. Y al hacerlo, el país debe, a la brevedad, readecuar su legislación para poder cumplirlo a cabalidad. Tarea complicada y aún pendiente.

5) El Estado de Chile está, en consecuencia, en deuda con este grupo de familias, las únicas que se han atrevido a poblar esta inhóspita zona y a mantener esforzadamente alli ganado de llamos y ovejas;

6) La Minera doña Inés de Collahuasi, que instalara el actual Refugio con evidentes fines de exploración minera y sin consulta a la comunidad, ha contrariado gravemente los términos explícitos del Convenio Nº 169 de la OIT, razón por la cual debe reconocer sin tardanza este derecho de los Lucas Bello y los Lucas Ticona, en calidad de antiguos ocupantes, para administrar y poseer estas instalaciones, transfiriéndoles los títulos de dominio sobre el inmueble. Mas aún, la Minera no tiene ni jamás tuvo derecho alguno para establecer y/o poseer este tipo de instalaciones en un lugar que no les pertenece, derecho que se arrogó sin autorización de nadie al construirlas para otros fines (extracción de agua del subsuelo del Salar para sus faenas), afortunadamente hoy abortados. ¿Por cuánto tiempo?.

(segmento en construcción. Se espera agregar  fotos de otros lugares aquí nombrados, 5/04/2010).

jueves, 10 de febrero de 2011

Datos sobre las Minas de Huantajaya según documento del año 1792. Descripción de don Pedro de Ureta y Peralta.

Fig. 1. Portada del ejemplar del 1º de Noviembre del año 1792, de la revista peruana "Mercurio Peruano", publicado en Lima, donde se da cuenta de numerosas curiosidades históricas de la ciudad de Arica y su región. Allí, don Pedro de Ureta y Peralta , autor de la Descripción, nos habla de los ingresos de las Cajas Reales de Tacna, de los regimientos y cuerpos militares de la zona de Arica, pero, por sobre todo, se da particular énfasis a la descripción del Mineral de plata de Huantajaya, en el Partido de Tarapacá, mina muy pujante por entonces.

Habíamos prometido, en una entrega anterior de este Blog ( 4/12/2010 ) que profundizaríamos más en el tema de la explotación de este mineral de plata de Huantajaya, por la riqueza enorme que de allí se extrajo, lo que le diera, en su época, particular nombradía en todo el Virreinato del Perú, sólo superada en la época colonial por la riqueza del Cerro rico de Potosí, en Bolivia.

El objetivo del autor, entre otros señalados ex professo al final de esta entrega de la revista, es "advertir las preciosidades y riquezas de su territorio [Tarapacá] en los dos Reynos vegetal y mineral....". (pág. 143). A ello dedica dos y media páginas de su Revista, indicándonos con esto la importancia de este "ramo de la economía" de la región.

Analizaremos, aduciendo y comentando las propias palabras del autor, los temas enfocados por éste en su "Descripción de la Ciudad de Arica y su vasta jurisdicción correpondiente a la Intendencia de Arequipa en el Perú".

Después de referirse a los tributos en favor del hospital de San Juan de Dios en Arica, que señala muy arruinado por entonces, aboga decididamente por su pronto traslado a la ciudad de Tacna, debido al pésimo clima reinante en Arica, cuyo temperamento -dice- "no [es] el refugio de malos sino la destrucción de buenos....".

Informaciones sobre el mineral de Huantajaya y sus características.

A partir de la pág. 140, se refiere a la riqueza de este mineral en estos términos:

a. se señala primeramente que ostenta la gran ventaja -a diferencia de otros yacimientos minerales- que se encuentra al lado de la costa, lo que favorece indudablemente su beneficio;

b. Sobre sus orígenes indica:"se hallan divididos los Geógrafos sobre el tiempo en que fueron descubiertas estas minas". Tema que a él le parece del todo irrelevante. Pero es indudable que se sugiere, lo que por otros fuera afirmado por entonces o muy poco después (como por el conocido deán Echeverría, de la ciudad de Arequipa) que estas minas ya habían sido explotadas en época del Inca. Tal cosa era ya "vox populi" desde los tiempos del cronista soldado Pedro Pizarro.(cf. lo dicho por nosotros en este mismo Blog).

c. En todo el reino, no se encuentra otras minas de tal riqueza: " no se encuentran ningunas de su feliz fecundidad". ¿Por qué dice esto, cuando existía en esa época el cerro rico de Potosi?. Tal vez, porque a la fecha su explotación se encontraba ya en total decadencia.

d. Se extiende sobre el carácter propio de estas Minas. Y destaca las numerosas variedades y formas en que aparece aquí este mineral de plata:

"barra, plata blanca, plomo ronco, metal negro, llintería, plomo blanco, metal colorado, cochizo y plata gruesa, de cuyas nueve clases las siete primeras rinden poco màs o menos 25 marcos por arroba y 20 sus dos restantes, siempre que logren bastante xugosidad
(sic!)".

Tales denominaciones responden a diversas concentraciones del metal o a diversas sales de plata, con o sin aditivo de otros metales. Consideremos que un marco de plata equivalía en esa época a 1/2 libra, esto es a 230,046 gramos de plata y que 25 marcos significaban 5.751 gr. En decir de don Pedro de Ureta y Peralta, por tanto, por cada arroba de material extraído de los veneros, esto es, por cada 11.502 kg. de material se obtenían 5,75 kg de plata pura. Esto es, por cada tonelada de material removido se obtenía hasta o.5 kg. de plata pura.

"Esto marca la enorme diferencia con otras minas", dice don Pedro de Ureta : "esta sola demostración evidencia la notable y espantosa diferencia que hacen estas minas a todas las del Reyno". Advierte, sin embargo, que "estas sacas" - o sea, este rendimiento-- "no son las más comunes".

Si era tanta su producción, ¿por quí habían sido abandonadas?., nos podríamos preguntar. Lo responde el mismo Ureta y Peralta: "por el crecido costo que ocasiona su beneficio por la falta de agua de que carece este territorio y otros naturales obstáculos....". El problema principal de lo errático e incierto de su producción en determinados períodos estribaba, a juicio de don Pedro de Ureta, en la falta total de agua y recursos en la zona minera.

d. Rebate la creencia "antigua" de que el mineral no tenía "vetas fijas" , y atribuye el hallazgo o presencia de las famosas "Papas de plata" pura, a signos ciertos y precursores de la presencia de vetas. Señala que en su época (1792), los mineros se habían ya convencido de ello y tenían en actividad 18 minas.

e. La producción anual de plata, "en toda la ribera de Tarapacá" (esto es "Huantajaya", más "Santa Rosa" más "El Carmen" y probablemente también "Chanabaya") asciende anualmente a 80.000 marcos de plata fina que son fundidos y reducidos a moneda en las Cajas reales de Tacna, Carangas , Oruro y aún Potosí.

Esta producción corresponde a la enorme cantidad de 18.403,7 kg (18.4 ton.) de plata fina en el espacio de un año en la zona de Tarapacá. Esta cantidad es la que era "declarada" oficialmente en "Aduana"- como diríamos hoy- pues se sabe a ciencia cierta que un % muy elevado de la producción real o era intercambiada por mercaderías que arribaban por el puerto de Iquique, o se invertía clandestinamente en la compra de pólvora y otros enseres (sogas, envases cerámicos etc.) a los indios, o era sacada por "pallaqueros y zanapacos" de los desmontes y no era contabilizada ni mucho menos "quintada".(para el "quinto real" de la Corona).

f. Dedica un párrafo especial para intentar explicar el origen geológico de estas "papas de plata pura". Es sumamente interesante su reflexión:

"admira el modo de cuajarse de estos bolsones [de plata] si aquellas cubiertas, y aunque sujeto al juicio del físico este fenómeno, el mío me lleva a conocer que influyen en su formación los fuegos subterráneos que derritiendo con su actividad los metales en cercanos a los lugares de su inflamación, filtrándose el material por las porosidades de la tierra, y detenido porque ha parado el grado de calor que lo fomenta, se convierte en plata..." .

f. Nada sabía por cierto Ureta y Peralta del magma y de la existencia de material fundido a altísimas temperaturas bajo la corteza terrestre. Sin embargo, discurre acertadamente que este material fundido, "metalizado", se "filtra por las porosidades de la tierra" , aludiendo, de alguna manera, a formas de erupción magmática desde las profundidades que lograron alcanzar la superficie.

g. Nos indica un dato precioso: algunas fechas en que fueron halladas "papas de plata pura" en este yacimiento de Huantajaya. Lo reduzco a esta pequeña Tabla:


Fecha - Peso en arrobas - Peso en Kg. - Mina de origen - Minero

1758----32 arrobas (=368.06 kg)--- "Mina del Coronel" --(Basilio de la Fuente)

1789 ---8 arrobas (=92,o1 kg) ---"De los Loayza" -- -(¿Hijos de Juan de Loayza?)

1750----(no lo recuerda) ------- s/d ------- --------------- s/d


h. En esta última referencia, Ureta y Peralta alude a una "papa" que se hallaba en posesión de su padre "entre las alhajas de su equipaje", y señala que se trataba de una papa de plata pura que presentaba, en todo el contorno de su cuerpo, una faja de oro, del ancho de una pulgada del pie de París, [esto es, 25,4 mm o 2,54 cm] "papa" que causaba gran admiración a quienes la veían.

i. Por último, nos señala don Pedro de Ureta y Peralta que en Tarapacá, por su gran riqueza en metales, se está meditanto seriamente constituir una "Sociedad Mineralógica" para el estudio de sus yacimientos, al estilo de la ya existente en la ciudad de Arequipa.

Asombra el acabado conocimiento que por entonces se tenía en Arica acerca de la productividad de este yacimiento. Pero del texto de este personaje ariqueño de la Colonia tardía, no podríamos inferir que su autor haya estado en persona en el Mineral, y más bien nos hace sospechar que su información proviene de los tiempos de su padre, cuando éste era Corregidor de Arica. Información, en todo caso, procedente de muy buena fuente.

De todos modos, el aporte de este autor al conocimiento de la riqueza metálica del mineral de Huantajaya es de gran valor para su historia económica, y nos explica perfectamente bien por qué, por esas mismas fechas, el Gobernador Interino de Potosí don Vicente Cañete y Domínguez, propusiera a su Majestad el Rey que este territorio de Tarapacá fuera anexado a la Intendencia de Buenos Aires, para ser mejor administrado y fiscalizado desde Potosí, más próximo que Arica o Tacna.

viernes, 4 de febrero de 2011

Un documento privado sobre La Ley Indígena de 1972: consulta del Gobierno a científicos de la época.

Página 1. Texto de la carta enviada por el entonces Director del Instituto de Desarrollo Indígena (IDI), don Sergio Rivas Alonso al suscrito, por entonces profesor de Antropología en la Pontificia Universidad Católica de Chile (Instituto de Geografía). El documento ajado por el paso del tiempo y ya de un acentuado color sepia, denota el maltrato sufrido en antiguos archivadores llenos de documentos antiguos.

Página 2. Cuestionario, Primera Parte. En letra manuscrita en rojo, nuestro primer punteo para elaborar una respuesta.







Negrita Cursiva
Color del texto
Justificar a ambos lados
Lista numerada
Página 3. Últimas dos preguntas del Cuestionario de once preguntas.

Un antiguo Cuestionario propuesto por el IDI en 1975.

Damos a conocer hoy un antiguo documento del año 1975 -"reservado" en su momento- que revela la intención de mejorar y poner al día la Legislación Indígena Chilena, la que prácticamente dejó de operar con el Golpe de Estado de Septiembre de 1973. Por su carácter de "reservado" ha sido muy poco conocido y analizado por los investigadores que se han especializado en el tema de la evolución y desarrollo de la Legislación Indígena en nuestro país. Como nos fuera enviado directamente a nosotros, en esa época, para su discusión y análisis, nos hemos decidido a publicarlo y comentarlo en nuestro Blog. Creemos que constituye un elemento de juicio valioso para comprender cómo enfocaba la autoridad de entonces la situación de los grupos étnicos del país ante una Ley Indígena que, por la situación política del momento, había quedaba prácticamente ya como "letra muerta".

Los beneficiarios de la Primera Ley Indígena Chilena.

La Ley Indígena Nº 17.729 había sido promulgada por el Presidente socialista Salvador Allende Gossens el 26 de Septiembre de 1972, es decir exactamente un año antes del Pronunciamiento Militar de 1973 que lo derrocó. Su discusión había durado cerca de un año y en ella habían participado numerosas agrupaciones indígenas (todas mapuches), tanto de carácter nacional como locales. Esta Ley - la primera de carácter general para enfrentar el problema indígena en Chile- había sido concebida en el marco y contexto de la Reforma Agraria.

Como bien señala el historiador José Bengoa, "se trataba de buscar la forma para que los indígenas se beneficiasen del proceso de reforma en curso. Se buscaron muchos mecanismos para ello, con el objeto de ampliar las tierras de las comunidades indígenas" (Bengoa, en "Breve Historia de la legislación Indígena en Chile" , documento publicado por la "Comisión Especial de Pueblos Indígenas" (CEPI), Santiago, Octubre 1990).

Es bien sabido que dicha Ley sólo tomó en consideración a los indígenas de la etnia mapuche, cuyo viejo problema histórico de litigio de tierras trataba de alguna manera de enfrentar y compensar, pero dejaba absolutamente de lado a todas las otras agrupaciones étnicas de nuestro territorio. Es decir, se partía de la base errónea de que los demas grupos indigenas no enfrentaban problemas de tierras en sus lugares de origen, ya que, por el fuerte mestizaje sufrido a lo largo de la historia colonial, no poseían las características de pureza racial y lingüística, tan propias de los grupos mapuches. Como la temática se refería al rubro "tierras", la problemática indígena siempre quedó únicamente circunscrita al Ministerio de Agricultura, y sólo a las regiones tradicionales de población mapuche o araucana, esto es, a las actuales Regiones IX y X, situadas al sur del río Biobío.

Los grupos étnicos excluidos de dicha Ley de 1972.

Con ello, las agrupaciones indígenas de la Isla de Pascua (rapanui), los aymaras y quechuas del Norte Grande y los reducidos grupos de indígenas de Aysén y Magallanes, kaweshkar y yaganes, quedaban ipso facto totalmente al margen de la Ley. Esta no los contemplaba en absoluto. El documento que aquí comentaremos, justamente intentará, por vez primera, enfrentar la realidad total del poblamiento indígena en nuestro país, bastante más compleja de lo que la Ley Indígena de 1972 contemplara. en su momento. Para sopesar la opinión de antropólogos, sociólogos y geógrafos sobre este espinudo tema, la CEPI de entonces, por medio de su Director General don Sergio Rivas Alonso, nos envió el Cuestionario que aquí publicamos y que, al parecer, es pràcticamente desconocido en el medio antropológio nacional.

Un documento con carácter de "reservado".

El suscrito recibió este documento, con carácter de "reservado" siendo miembro del Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile el día 14 de Noviembre de 1975.

Visto y examinado con los ojos de hoy, el presente documento se nos antoja como casi "primitivo". Es tanto el camino que han recorrido nuestras instituciones que tratan del problema indìgena nacional en los últimos 35 años, y tantas las transformaciones que ha sufrido el enfoque del tema indígena, a nivel administrativo, legislativo y académico, que su análisis nos resulta hoy casi ingenuo. No lo es tanto, sin embargo.

Porque si tenemos en consideración que el documento procede de la mano de un ingeniero agrónomo y no de un antropólogo o etnólogo, valoramos el esfuerzo desplegado entonces por poner sobre el tapete un problema que ya desde los tiempos de don Bernardo O´Higgins se presentaba como patente y real: la "incorporación" o la "reducción" del mundo indigena a la soberanía nacional. ¿Cómo lograrlo?.

Supervivencia del "problema indígena" en Chile.

Problema hasta hoy no resuelto, como lo demuestran las recientes manifestaciones en Temuco con motivo de la huelga de hambre de comuneros mapuches recluídos en cárceles acusados de diversos atentados contra las Compañías Forestales que se habían apropiado, mediante métodos muy discutibles, de sus tierras ancestrales, convirtiendo sus antiguos bosques, ecosistemas y vertientes en fuentes de celulosa virgen.

Los herederos discutibles de las tierras indígenas mapuches. Las consecuencias de su acción presuntamente "reforestadora".

¿Cuál fue la consecuencia inmediata?. La desaparición y extinción irremediable de enormes áreas de bosque nativo pluriespecífico local, la muerte de sus especies endémicas de flora y fauna, y su irreparable suplantación por "bosques" de Pinus insignis y Eucalyptus spp. "Bosques" en estricto sentido botánico, ciertamente no; "fábricas de madera", sí. Eso son, ni más ni menos. Asombra, sin embargo, que los grandes consorcios madereros hayan podido acceder a créditos estatales y usufructuar de los enormes beneficios del Decreto Ley Nº 701 sobre plantaciones forestales.

En este contexto, es de gran interés ver qué tipo de preguntas se nos hacía por aquellos años, pues este Cuestionario revela la inquietud subyacente entre las autoridades del Ministerio de Agricultura de la época y, más concretamente del Instituto de Desarrollo Indígena y su jefatura por entonces.

Comentario al Cuestionario de 1975.

1. La pregunta número dos, sugiere que no pocos por entonces considerábamos errónea la dependencia de este organismo de asuntos indígenas de un Ministerio de Agricultura. Pues existían grupos indígenas en zonas de nula o muy escasa agricultura. El caso típico eran los indios nómades canoeros de los canales magallánicos (yaganes y kaweshqar) y los aymaras del sector altiplánico del extremo norte chileno, mayoritariamente pastores de camélidos y/o pequeños cultivadores. Por entonces (1975) nadie pensaba en incluir entre las agrupaciones "indígenas" del territorio patrio a los lickan antai o atacameños, a los rapanui de Isla de Pascua o a los collas del interior de la IIIª Región. Mucho menos a los diaguitas, cuya existencia como etnia indígena ut sic era por entonces impensable. A los diaguitas" se les suponía ya extinguidos a fines del siglo XVIII.

2. La pregunta Nº 4 sugiere que existía cierta unanimidad en cuanto a que esta Ley 17.729 estaba enfocada sólo a resolver algunos problemas puntuales derivados de la aplicación, desde la época del Presidente Eduardo Frei Montalva, de la Reforma Agraria. Pero era un tema sólo referido a las tierras y, en alguna medida, a conceder becas a los hijos de mapuches para fomentar su educación.

3. En el caso de la pregunta Nº 5, nosotros ya sugeríamos por entonces que parecía necesario definir con precisión qué ha de entenderse por "indígena," para evitar que cualquier agrupación, en cualquier parte del territorio, se arrogara tal cualidad, sin base histórica científica alguna, y solo con el objetivo no confesado de "medrar" a costa de sus beneficios.

4. Esta pregunta ya parece sugerir que flotaba en el ambiente la idea, todavía incipiente, de crear una "Ley especial" para todos los indígenas de Chile. ¿Pero, ¿cuáles eran las etnias que podrían considerarse para tal efecto?. Nosotros, por entonces, considerábamos que debía incluir al menos a los aymaras, a los alacalufes o keweshsqar y a los rapanui de Isla de Pascua como legítimos representantes del mundo indígena nacional. Años después, hacia 1986, adquirimos la certeza, al realizar trabajos de campo antropológico entre los pueblos atacameños del Salar de Atacama y del área situada al Norte de Calama (afluentes del río Loa) , que los lickan antai conservaban suficientes elementos de su antigua cultura como para ser considerados "indígenas".

5. Las preguntas 9 y 10 aluden a la discutida existencia de "valores" propios de estas culturas, diferentes de los nuestros. Porque la existencia de estos "valores propios y distintivos", constituiría, ipso facto, un argumento en pro de su protección y salvaguarda.

6. La pregunta Nº 11 se conecta con nuestro apunte sugerido a la pregunta Nº 6 acerca de la Sede posible para este organismo. Apuntábamos tentativamente por entonces a la existencia de tres sedes de un organismo nacional: a) una para la zona norte; b) otra para la zona sur y un a tercera: d) para los isleños Rapanui, con sede en el centro del país.

Observaciones finales.

De esta suerte se sugería en las preguntas de este Cuestionario varios de los problemas a los que por entonces no se daba aún respuesta clara y precisa: a) qué agrupaciones debían ser considerados indigenas y en qué zonas del país; b) necesidad de fijar un "criterio" para distinguir claramente entre indígenas y no indígenas; c) establecer con claridad los "valores" propios y característicos de estas etnias y determinar por qué deben ser protegidos y salvaguardados; y d) Necesidad de crear un organismo rector del problema indígena, de carácter nacional, independiente del problema de la tenencia de las tierras, que tuviera el poder de atacar el tema indígena en todas sus dimensiones: cultural, regional, histórica y económica.

Pasarán años antes de que la nueva Ley Indígena 19.253, promulgada el 5 de octubre de 1993, en tiempos del Presidente Patricio Aylwin Azócar, pusiera sobre el tapete legal muchas de las temáticas discutidas en este Cuestionario.

Lamentablemente no he encontrado todavía el texto de mi propia respuesta a este Cuestionario, enviada al IDI en ese entonces. Mi opinión de aquella época sólo queda reflejada débilmente en unos cuantos trazos escritos en lápiz rojo. Tampoco puedo ya recordar hoy oon precisión el tenor de mi respuesta completa en aquel año 1975.

Los problemas no resultos aún en el tema indígena nacional.

Tanto más nos sorprende hoy (2011) cuando constatamos que temas como el de los "territorios" indígenas" o el de la Organización Nacional y sus competencias, son nuevamente puestos severamente en tela de juicio por el actual gobierno del Presidente Sebastián Piñera. O cuando observamos incrédulos la forma como se evita sigilosa pero sistemáticamente dar un fiel cumplimiento al Convenio nº 169 de la O.I.T, suscrito por le Gobierno de Chile en el año 2009, soslayando la aprobación e intervención directa de las comunidades indígenas aledañas en Proyectos extractivos o turísicos de diversa magnitud en tierras indígenas.

Por lo visto, el mundo indígena, su cultura y territorios, aún tendrán mucho que esperar para ver satisfechas sus legítimas demandas históricas. Parecería, por tanto, que "el horno no está aún para bollos", como reza el sabio refrán castellano.