sábado, 16 de agosto de 2025

Cuestionario de la Entrevista hecha en el año 2015 por la periodista Angélica Bulnes al antropólogo Horacio Larrain Barros, sobre los orígenes y objetivos de la revista juvenil "Expedición a Chile"

 He seguido hurgando entre mis papeles y he  encontrado esta valiosa entrevista inédita que nos hiciera la periodista María Angélica Bulnes hacia el año 2015 (?). En recientes comunicaciones con ella (julio 2025), me ha comentado que  esta entrevista no alcanzó  a  ser publicada en el diario "La Tercera"  y que, por lo tanto, me  autorizaba a editarla por este medio.  He aquí, pues, el origen histórico de esta entrevista.

Este documento se agrega, por tanto,  a varias otras entradas  de mi blog  que tratan sobre el mismo tema: la revista "Expedición a Chile" (1). Le hemos hecho algunas escasas correcciones y/o adiciones para facilitar su lectura, las que se insertan entre paréntesis.

 

                            

Fig. 1. En la costa rocosa de "Los Molles", en nuestra primera expedición formal en "Expedición a Chile". Dos jóvenes partícipes buscando especímenes marinos  bajo las piedras  en esta  baja marea. (Portada del número 2 de nuestra revista). 


                             

Fig.  2.  El "Manifiesto" de la revista: dónde y qué vamos a explorar y porqué. Mostrado en el Nº 1 de la revista "Expedición a Chile".


Texto de la Entrevista solicitada por correo electrónico por la periodista Angélica Bulnes desde Santiago.

   

 "Estimado Horacio, aquí le mando algunas preguntas por si tiene tiempo de contestarlas antes de irse a Pica. Si no, no se preocupe que puedo esperarlo. Lo primero que me gustaría saber es cómo fue para usted (la experiencia de) participar de este proyecto. ¿Cómo se vinculó Ud?.


 R. A mí me invitó Luis Peña  Guzmán, el conocido entomólogo, muy amigo mío (2).

 

¿Cómo lo pasó haciéndolo? ¿cuánto trabajo significó?... 


R.  Gocé con ese trabajo que involucraba expediciones reales (3), de las cuales participé en tres. La Editorial (Nacional) Gabriela Mistral, editora de "Expedición a Chile",  nos  pidió a la Universidad Católica en comisión de servicio (donde yo trabajaba,  en el Instituto de Geografía) para poder participar en las expediciones (4). (Para ello) se nos facilitó a cada uno una oficina  en la Editora. Tuve que compatibilizar ese trabajo con mis clases en la U.C.   Un esfuerzo adicional.

 

¿Fue algo importante en su trayectoria y por qué? .

 

R. Fue  muy importante para mí por el hecho de conocer  en terreno a otros investigadores (biólogos marinos, botánicos, zoólogos, etc), de quienes aprendí mucho. En esa época yo estaba dedicado al estudio de los changos pescadores costeros  (mi  futura tesis de Magister (5), de modo que todo lo que decía y hacía en terreno el biólogo marino (Juan Carlos Castilla) me venía como anillo al dedo. Aprendí mucho de él y yo creo que (también) él, conmigo. A partir de entonces, me he interesado (bastante más) por la botánica y la zoología, materias que yo había estudiado en la Universidad  Católica de Valparaíso, en  1954-55.  Creo que  mi enfoque actual de la "eco-antropología", data, en su embrión, de estos primeros y valiosos contactos.

 

Me parece que "Expedición a Chile" fue un proyecto fascinante y he aprendido bastante al respecto gracias a sus crónicas y a una entrevista que le hice a Juan Carlos Castilla quien muy amablemente me ayudó... Pero algo sobre lo que me gustaría saber más es sobre las propias expediciones que se realizaron: ¿cuántas fueron y en qué lugares? Me gustaría aprovechar ya que usted es bueno describiendo que me contara algunos detalles, quiénes iban, cómo alojaban, cómo se financiaban. 

 

R. Yo participé en la expedición inicial  de prueba  a Las Cruces (vea el capítulo de mi blog al respecto), en la expedición a Los Molles, y a Chañaral Bajo, en total, 3 expediciones.  Después  yo partí a (Otavalo) en Ecuador por dos años para (trabajar  en) mi tesis doctoral. Hubo otras expediciones a la cordillera de Nahuelbuta y creo que una  o dos más (6). Pero yo ya no participé en éstas últimas (por hallarme ya en el Ecuador). Alojábamos donde podíamos, generalmente en carpas. A veces en  faenas mineras abandonadas. Toda la parte logística  y táctica era organizada  al detalle por Francisco Olivares, quien era, (además),  el encargado de la parte editorial y  gráfica  de la revista. Siempre íbamos con varios niños (nuestros hijos o sobrinos)  los que (acompañaban a los científicos en su labor) y participaban activamente en la búsqueda de especímenes o plantas (7).  Ibamos siempre en nuestros propios vehículos, con  nuestros equipos, herramientas  y carpas, etc. Todo era nuestro, puesto al servicio de la expedición. Lucho Peña ponía siempre su camioneta-camper, Alberto Vial, su auto, (Rodolfo Hoffmann, el suyo) etc. Recuerdo  cuando llegamos, ya caida la noche  y totalmente oscuro, a Chañaral Bajo. Todo oscuro. Divisamos una faena. Despertamos al guardia. Como la empresa constructora era  "Larrain y Guzmán" (creo) , yo me hice pasar por uno de los hijos del dueño. Nos abrió  la casa a regañadientes (pues estaba "medio curado") y pudimos así alojar el primer día,  esa noche. (A partir del día siguiente, en carpas).

El financiamiento básico era puesto por la casa Editora; pero también poníamos mucho de nuestro bolsillo en los materiales de captura, herramientas, provisiones, instrumental,  etc..

            



            






Fig. 3.  El camper de Lucho Peña en una de sus expediciones. Foto enviada al autor por Sergio Nuño, gestor del programa televisivo "La Tierra en que vivimos", heredero confeso de la revista "Expedición a Chile".


¿Quién hacía el diseño de las revistas y manuales?....¿y  quién, quién se encargaba de la parte gráfica?

 

 R. Francisco Olivares Thomsen. El se entendía con la gente de la imprenta de la Editorial. El diseño y diagramación era suyo.  Muchas cosas las discutía Pancho con Mario Correa Saavedra, que era por entonces el Gerente de la Editorial y con Alberto Vial, el responsable del texto, el  eximio ”cronista” de las expediciones. Teníamos un (taller de arte con hasta 5 ó 6) dibujantes.  Recuerdo a varios:  Eduardo Pérez,  José Pérez de Arce, Eduardo Osorio,  Eduardo Bernain, ...Irarrázaval.   Esto era considerado una tarea fundamental, además de la fotografía (en terreno), que era tarea propia de cada investigador. Hubo hasta seis dibujantes a la vez:  todo era dibujado (directamente) del natural, sea  en terreno, sea sobre especímenes que se llevaba frescos a Santiago, (aves, plantas, flores, insectos, peces).

 

¿Había alguna relación entre el proyecto Expedición a Chile y la escuela de arquitectura de la UCV?

 

 R. No precisamente  (que yo sepa) o muy poco. Quien participaba a veces por ser  familiar de Alberto Vial (el ingeniero a cargo de la crónica de la expedición y descripción en el texto final), era el arquitecto de la Católica de Valparaíso,  Miguel Eyquem Astorga. Otro arquitecto que mucho nos ayudó y  diseñó dibujos notables fue Rodolfo Hoffmann, que  nos acompañaba regularmente.

 

¿Sigue usted en contacto hoy con algunos otros participantes? 

 

R. Esporádicamente, con Juan Carlos Castilla, el biólogo marino (autor de uno de las Guías de Campo). De vez en cuando, con el médico  experto en aves chilenas Juan Carlos Johow.  Algunos, como Luis Peña, Hernán Santis (geógrafo) y Rodolfo Hoffmann, ya han fallecido. Con Pancho Olivares mantengo bastante contacto. Vive en Las Canteras, cerca de Colina,   junto a la casa de los Peña.  Su fono fijo es el  27455045.  Pancho tiene muchísima información pues era la  persona clave  del equipo, como encargado de la diagramación y diseño y tenía contacto directo  y asiduo con el gerente (de la editorial) Mario Correa (Saavedra).  Con María Gloria Yrarrázaval, que oficiaba como secretaria ejecutiva y nexo (con los) los investigadores, tuve bastante contacto hasta que  ella  desgraciadamente enfermó (8). Ahora ha perdido la memoria, por desgracia.

 

En la universidad o su trabajo académico, ¿éste ha sido un proyecto reconocido?

 

 R. Muy poco  y solo al principio. Después fue algo totalmente olvidado, pues no fue ésta una  iniciativa (propia) de las Universidades sino de algunos de sus miembros en forma particular. En todo caso, de la U.C. fuimos varios los que participamos, sea como miembros del comité científico, sea como autores de Manuales de Campo  (9). Fue (especialmente) considerada  la especialidad de  los científicos, más que su origen  de tal o cual  Universidad  o Carrera.  Por lo demás,  el equipo era transversal: sus miembros pertenecían a varias Universidades.

 

¿Qué pasó con todo el material original, los dibujos, láminas, dónde quedaron?.

 

R. La respuesta a esta pregunta  la debería dar Francisco Olivares.  Tengo entendido que quedaron en la casa de la familia de  Luis Peña, en Las Canteras (10).

 

 

En una crónica que usted hizo sobre Luis Peña dice que sus cosas están en una colección privada, ¿sabe de quién es? 

 

R. El tema es muy delicado porque atañe a herencias. Un sobrino lejano de Luis Peña, un médico muy entusiasta por los insectos,  Pedro Vidal García Huidobro. (Este)   se quedó con parte importante de la colección de insectos de Lucho y  lo mejor de su biblioteca científica (11).  Es éste un tema muy delicado  (y conflictivo) de familia que tendría Ud que conversar privadamente  con Alfredo Ugarte Peña, sobrino de Luis Peña y su heredero espiritual, que vive hoy en el pueblo de Las Canteras, Región Metropolitana. 

 

Otro aspecto que me interesa es la dimensión política que tuvo esto y cuánto importó: el proyecto nace bajo la editorial estatal Gabriela Mistral ex Quimantú, dado el momento que se vivía en el país, ¿eso no fue un conflicto para ninguno de los participantes? Quiero decir: ¿todos eran partidarios del  Régimen Militar? O para algunos eso no era un tema? ¿Fue algo importante, lo discutieron? ¿Hubo algún tipo de censura o restricciones en el contenido? .

 

R. Vivíamos una época  políticamente (muy) complicada. Los científicos nunca tocábamos el tema político. Se evitaba sistemáticamente.  Solo nos interesaba a todos dar a conocer, (en forma amena)  rincones (ignotos) de Chile a los propios chilenos  y al extranjero. Y para eso se nos convocó. A ninguno le preguntaron su filiación política y a la verdad, no la conocíamos ni siquiera nosotros mismos.  Pero es bastante probable que ninguno de los convocados fuera  específicamente de (ultra) izquierda o con ideas muy izquierdistas. Sé que había algunos demócrata cristianos y gente de derecha; de otros, nunca supe, ni me interesó saberlo. Pero a la verdad no lo sé pues el tema era entonces tabú, tanto como la religión, pues había en el equipo tanto católicos como librepensadores entre los elegidos. No era tema que se ventilara allí...Ni política, ni religión….; solo hacer ciencia y dar a conocer Chile (y sus rincones ignotos) fue nuestro único objetivo (12).

 

¿Qué recepción tuvieron las revistas en su momento? ¿circulaban harto?   ¿qué comentaba la gente? 

 

R. (Según mi recuerdo) la recepción fue fantástica. Se vendía en (todos) los kioskos de revistas.  Se llegó, que yo recuerde a un tiraje original de alrededor de   20.000 ejemplares  para los primeros números. Pero nuestra queja fue, después, que la Editorial no invirtió casi nada en propaganda y  así el tiraje fue descendiendo poco a poco, hasta  que hubo que suspender la circulación de la revista, creo en el número 48 (último fascículo publicado, que yo recuerde). Pancho Olivares tiene el dato exacto  (13).

 

Entiendo que las revistas fueron influyentes para mucha gente joven que después estudió cosas ligadas a las ciencias naturales, ¿tiene Ud. ejemplos de eso, o sabe de personas que me pudieran contar que ellas efectivamente la leían y fueron algo que los marcó?  


 Conozco a varias personas, hoy científicos, que fueron lectores asiduos de la revista. Le recomiendo escribir a Branko Marinov M,  museólogo (bmarinovm @gmail.com),  o  al ingeniero agrónomo Miguel Gómez (mgomezu@uc.cl), entre otros..



¿Nunca nadie pensó en reeditar los manuales? Yo sé que Juan Carlos Castilla reeditó los de él y vi que usted tiene disponible online el suyo de arqueología, ¿pero nadie más trató de volver a publicarlos todos?

 


R. No conozco de ninguna iniciativa concreta destinada a reeditar todos los Manuales de Campo, pequeñas joyas del equipo (14). Hubo hace unos 8-10 años, creo, la idea de reflotar “Expedición a Chile” y supe que se juntaron varios de los primeros iniciadores, pero se vio que la empresa era hoy imposible. Francisco Olivares sabe más al respecto. Yo (por entonces) ya vivía en Iquique y no pude participar.

Para mí el gran aprendizaje de las expediciones en y con “Expedición a Chile” fue comprender y vivir en concreto la necesidad de estudiar y examinar un tema o un lugar en forma interdisciplinaria. Casi cualquier tema de la ciencia, supone un acercamiento multidisciplinario. Creer que una sola ciencia agota un determinado tema, es un craso error. La interdisciplina nos enseña el respeto profundo por la ciencia que practican los demás expertos. El ver trabajar a otros científicos, en un mismo lugar, nos obliga a ser más humildes en nuestras propias hipótesis y/o conclusiones (y a cotejalas con las obtenidas por los demás partìcipes).

Ojalá esto le sirva de algo. Avíseme, por favor cuando salga el reportaje o me envía copia.

Atentamente la saluda,

Dr. Horacio Larrain B. (Ph.D.), arqueólogo y antropólogo cultural".




Notas.

(1). Sobre este mismo tema, hemos editado ya varios capítulos en este nuestro blog científico. Los enumeramos a continuación por orden de aparición:

a) "Los inicios de Expedición a Chile: Una entrevista en Las Cruces (zona central de Chile) en 1975. Pescadores y mariscadores de la Playa Grande", editado el 31/07/2014.

b) "Piedras tacitas en la localidad de Las Cruces (V Región de Chile. Fotos inéditas del año 1975"; editado el 11/05/2015.

c) "Qué hace el arqueólogo" Manual de Campo de Expediciòn a Chile. Una guía práctica para iniciarse en el conocimiento de la arqueología, editada en Santiago en 1765"; publicado el 21/02/2017.

d) "Una atrevida iniciativa editorial en 1975 en Chile: la revista de difusión científica Expedición a Chile¨: orígenes, objetivos y características", editado el 19/02/2019.

e) "Recuerdos de una epopeya: mi deuda de gratitud para con Expedición a Chile y sus creadores", editado el 15/09/2021.

(2) Luis E. Peña Guzmán (1921-1995), fue un sabio entomólogo chileno, eximio especialista en la familia de los Coleópteros. Autodidacta, llegó a formar una notable colección entomológica de Chile, que actualmente se puede consultar en el Peabody Museum de la Universidad de Chicago, Illinois. Autor de varios libros en su especialidad, editó dos Manuales de Campo (Field Guides) en la colección "Expedición a Chile" con los títulos de "Guía para reconocer mariposas" y "Guía para reconocer los Coleópteros de Chile continental". Uno de los cerebros e inspiradores de la revista juvenil "Expedición a Chile" (1975), Luis E. Peña Guzmán puso a disposición de esta novedosa iniciativa cultural su equipo de expedición, sus herramientas, su equipo de captura, su camioneta-camper y hasta su propio grupo de ayudantes. Muchos de los primeros colaboradores de la revista eran sus amigos o conocidos de la Universidad de Chile. Su curriculum vitae muestra más de 350 publicaciones científicas en su especialidad. Sobre Lus E. Peña y su asombrosa obra científica, hemos editado en este mismo blog varios capítulos a partir del año 2008.

(3) La idea de hacer experiencias "reales" a lugares previamente elegidos, con participación de cientificos y de niños -según creo recordar- fue fruto de la feliz congruencia de las experiencias de campo de Luis Peña, el especialista en insectos y Juan Carlos Castilla, el biólogo marino. Fue este último quien sugirió a los directivos realizar una salida a terreno experimental, en grupo, a la localidad de Las Cruces, con ocasión de la máxima baja marea anual que se presentó en ese mes de enero de 1975. Por entonces, los futuros expedicionarios alojamos un par de días en la casa veraniega de la familia Irarrázaval-Márquez de la Plata, en Las Cruces (sector del "Quirinal"), convertida por unos días en nuestro "cuartel general". Cada uno de los participanes de esta salida pionera a terreno, debía entregar, a su regreso, un documento en el que presentara sus "descubrimientos" y "observaciones de campo". Dos de mis capítulos de este Blog muestran nuestros propios documentos, in extenso.

(4). Me inicié en el Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile en marzo de 1973 como investigador y profesor de Antropología.

(5). Mi tesis de magister (M.A.) en la State University of New York at Stony Brook se tituló: “Análisis demográfico de las comunidades de pescadores changos de las costas del Norte de Chile”, 1978.

(6) Muy importante (y una de las más largas) fue la expedición a la cordillera de Nahuelbuta (Lonquimay) que suministró materiales para varios números de la revista. Después, al privársenos de un financiamiento específico para las expediciones, hubo que recurrir a la experiencia directa, diarios de campo y material gráfico o fotográfico inédito de varios colaboradores científicos entre ellos del lingüista y antropólogo greco-francés Christos Clairis Basiliadis sobre su trabajo de campo entre los últimos Kawesqar de Puerto Edén, del arqueólogo Hans Niemeyer Fernández sobre la Patagonia chilena, o Guillermo Egli sobre el canto de las aves y algunas otras valiosas experiencias particulares de científicos que entregaron generosamente su aporte. En total, la obra nos presenta así el resultado de 11 expediciones a los siguientes lugares que se describe minuciosamente en cuanto a su flora, fauna, geografía o geología: 1) Los Molles, 2) Carrizal Bajo, 3) Antártida, 4) Lonquimay, 5) Puerto Edén, 6) Cajón del Maipo, 7) Combarbalá, 8) Hualpén, 9), Cordillera de Santiago, 10) río Maipo, 11) Isla Grande de Tierra del Fuego. Solo quedaron intocados los territorios insulares de Chile como Isla de Pascua, Juan Fernández, o Isla Santa María, por el altísimo costo de estos destinos, imposible de cubrir por el equipò.
Pero en tales casos, lamentablemente, se perdía la oportunidad de realizar el "fogón" nocturno, instancia en que los investigadores presentaban sus propias experiencias al grupo y se sometían a las preguntas del "cronista" Alberto Vial.

(7) La participación de los niños fue vital. En ese entonces, Alfredo Ugarte Peña, sobrino de Luis Peña, era un niño de unos 11 ó 12 años. A la hora del fogón, nos sorprendió a todos trayendo una crisálida viva de mariposa que había hallado recién entre las hojas de una planta de chagual, vegetal que abundaba en la zona de Los Molles donde acampábamos. Este hallazgo de una de las más hermosas mariposas y de mayor tamaño de Chile cuyo nombre científico es Castnia eudesmia, despertó la curiosidad de todo el grupo pues fuimos testigos directos de la eclosión y nacimiento, allí mismo, de este bellísimo ejemplar de la fauna chilena. Todo el mérito y aplauso fue para el dinámico joven Ugarte esa noche inolvidable. Ugarte hoy día es un reconocido y brillante entomólogo, especialista en mariposas y ha publicado varios libros sobre insectos de Chile, emulando a su tío Luis, y realizando hasta hoy  una encomiable tarea de difusión científica y ecológica a través de sus programas en la televisión nacional de Chile.

(8) Junto a Gloria Irarrázaval, su amiga Marta Peña Guzmán colaboraba con la revista "Expedición a Chile", como encargada de los archivos y documentos.

(9) De la Universidad Católica de Chile colaboraron estrechamente en la revista el biólogo marino Juan Carlos Castilla (autor de dos Manuales de campo sobre el biome marino), el biólogo Bernabé Santelices, el geógrafo Hernán Santis Arenas, el geógrafo Basilio Georgudis y el antropólogo y arqueólogo Horacio Larrain Barros.

(10) Todo lo que se ha podido rescatar de los dibujos a mano de los dibujantes del taller de diseño de la revista, más algunos apuntes de paisajes de Rodolfo Hofmann se hallan hoy en poder de Alfredo Ugarte en la "Casa Peña", obra del arquitecto Miguel Eyquem Astorga, junto sl pueblo artesanal de Las Canteras R.M.

(11) El médico Pedro Vidal García Huidobro, entusiasta entomólogo, tras la muerte de Luis Peña ocurrida el 27 de septiembre del año 1995, pretextando ser el heredero legítimo de Peña, forzó cerraduras de su residencia y se llevó consigo todos los "Diarios de Campo" de Luis Peña, libros, fotografías, objetos etnográficos de su colección y un número indeterminado de cajas de insectos, del orden Coleoptera, de su particularísimo interés, así como algunos cuadros de familia. Lo más valioso -a juicio de los entendidos- eran sus "Diarios de campo" donde el científico Peña registraba cuidadosamente los lugares y circunstancias exactas de colecta de sus especímenes únicos o más valiosos. No pocos de ellos, ejemplares sumamente escasos o irrepetibles. Esta dolorosa pérdida hará muy difícil a sus futuros biógrafos volver a trazar y reconstituir con fidelidad los derroteros de Peña por los desiertos y selvas de Chile y países de Sudamérica. Luis Peña, en sus más de 450 expediciones científicas, acompañando a especislistas de todo el mundo, colectó centenares de miles de insectos, que hoy enriquecen las colecciones entomológicas de Museos en diversos países el mundo.

(12) Las delicadas circunstancias políticas de Chile tras el golpe de estado militar del 11 de septiembre de 1973 eran tan frágiles e impredecibles que aconsejaban no inmiscuirse en la política contingente de la época.

(13) Se alcanzó a editar 48 números de la revista "Expedición a Chile", de los 50 programados inicialmente. El último está fechado el ......

(14). Recientemente, hemos tomado conocimiento de que hay una iniciativa en marcha conducente a la digitalización de todos los números de la revista "Expedición a Chile", incluidas sus 16 Guías o "Manuales de Campo". Nos alegramos de esta grata noticia que permitirá rescatar, para las futuras generaciones, un valioso patrimonio cultural con un fuerte contenido ecológico. ¡Un valioso patrimonio rescatado después de 50 años!.  "Más vale tarde que nunca...

jueves, 24 de julio de 2025

Meditación sobre el arte rupestre. ¿Por qué y para qué desde antiguos tiempos el hombre ha hecho pinturas rupestres?¿Qué lo ha inducido a ello?..

Dedicatoria.

Dedicamos con especial afecto y recuerdo este pequeño trabajo nuestro a  la memoria de nuestro amigo y compañero de expediciones Luis Briones Morales,  experto estudioso del arte rupestre del norte chileno, quien nos dejara  prematuramente el 18 de febrero del año 2021, a los ochenta y tres años de edad (1938-2021). 


Fig.1.  El arqueólogo Luis Briones Morales en nuestra visita al sitio de"Tambillo", en la quebrada de Quisma, al Este de la localidad de Pica, el día  25/07/2014. Aquí, observando la figuras dibujadas en las rocas  del alero.


Antecedentes.

Uno de los enigmas más profundos y sorprendentes de la arqueología mundial, es la presencia de pinturas rupestres (1) en las más diversas regiones del planeta. Respecto de él, se ha derramado muchísima tinta hasta hoy en centenares de trabajos en todos los idiomas, persistiendo, sin embargo, muchas dudas, ambigüedades y/o problemas irresueltos.
En este nuevo segmento del Blog nos proponemos  profundizar algo más acerca de los porqués más profundos de su existencia, sus características y su difusión en el registro arqueológico mundial. Es éste un tema que nos ha intrigado y deslumbrado desde hace mucho tiempo., quedando aún  muchas dudas y preguntas por responder.
 
Fig. 2.  Pinturas rupestres en la cueva de Lascaux, en Francia (imagen tomada de Internet).

¿Qué induce u obliga al hombre antiguo a pintar figuras de caza animal?

Al examinar el caso de las pinturas rupestres cercanas a la caleta San Marcos (Sur de Iquique), nos preguntábamos esto mismo hace algunos años (2). ¿Qué atrae o induce al hombre a pintar imágenes en las superficies de las rocas?. ¿Por qué utiliza el hombre la pintura (3), cuando existe la posibilidad de grabar las rocas mediante incisiones, como se hace con los petroglifos?. 
Ahora bien, -nos preguntamos- ¿es el mismo hombre el que produce las pinturas rupestres y el que graba los petroglifos o geoglifos, o son diferentes?; ¿O acaso son éstas  expresiones distintas, de culturas y pueblos diferentes?. ¿Y qué nos expresan o dan a entender?  ¿Será, tal vez, una expresión palpable de sus sueños reales, aspiraciones o anhelos más íntimos al preparar o iniciar sus actividades de caza?. Finalmente, ¿por qué dibujar o pintar? ¿No bastaría con  soñar, imaginar o suplicar a sus deidades?. ¿Por qué este afán, este impulso irrefrenable, tan generalizado, de "representar visualmente" los animales en fuertes escenas de cacería?. 

Fig. 3. Pinturas rupestres de la cueva de Altamira, Cantabria, España. Representación  maravillosa de un búfalo (Imagen tomada de Internet).

Fig. 4. Pintura de un ciervo en las paredes de la cueva de Altamira (tomado de Internet).

Fig. 5.  Pintura de un caballo salvaje en la cueva de Lascaux. En esta cueva se ha representado  alrededor de 600 figuras mostrando uros, ciervos, búfalos y caballos, siendo estos últimos los más numerosos.  (tomado de Internet). 


El tema ya  había  intrigado  a los primeros grandes antropólogos. 

Los antropólogos antiguos se  han hecho exactamente las mismas preguntas y han tratado de responderlas. Así, por ejemplo,  el antropólogo escocés James George Frazer  (1854-1949), el clásico estudioso de los orígenes de la Religión entre los pueblos primitivos, en su famosa obra: The Golden Bough. A study in Magic and  Religion,  (lª edición   1890; edición abreviada  1922),  estudió la evolución de las creencias entre los pueblos primitivos, desde la práctica de  la magia, hasta la aparición del mito y la religión. Según él, se daría aquí una progresión clara desde el pensamiento mágico primitivo, como forma de controlar la naturaleza, hasta el nacimiento de las distintas religiones. La religión surge, según Frazer, cuando se constata la incapacidad de la magia sola para  lograr los resultados pretendidos y deseados. La magia  intenta "controlar" directamente la naturaleza. La religión, en cambio, lo hace en forma indirecta,  a través de la  actividad de un ser sobrenatural (o divinidad) a quien se pide  ayuda.  El "dibujar" los animales que se pretende cazar, como en el caso de las pinturas rupestres,  sería para el cazador poner en práctica un tipo especial de magia que busca un resultado concreto tras su correcta aplicación (magia cinegética (4). En términos teológicos católicos, diríamos que  el acto mágico del cazador que dibuja a su presa en una roca,  opera bajo la certeza de que su  "deseo" se va de cumplir inexorablemente: que el resultado de su acción  será de efecto  inmediato, conformando por lo tanto un rito que actúa "ex opere operato" (5), es decir, con prescindencia total de la fe, virtud o calidad moral del oferente.


Fig. 6. Pinturas de "manos" en el cañadón del río Pinturas, Santa Cruz, Patagonia argentina. Observe el notable efecto producido por la insuflación del polvo de color en la superficie de la roca (Imagen tomada de Internet).


 Las pinturas, ¿obras de arte, o solo intentos mágicos de asegurarse el producto de su caza?.

Hans Niemeyer, el gran arqueólogo chileno, uno de los mayores especialistas en este tema, publica  su trabajo titulado: "Guía del arte rupestre en Chile"  (Editora Nacional  Gabriela Mistral, revista  "Expedición a Chile", Manual de Campo, Santiago, 1976). En uno de sus párrafos finales el autor se pregunta: "¿qué motivaba al hombre primitivo a pintar o grabar la roca"?. Apunta Niemeyer allí a un argumento tomado de la etnografía sudamericana: "En el valle del Vaupes, en Colombia, se ha registrado etnográficamente, entre ciertas tribus indígenas de cazadores, la costumbre de pintar en altos roquerìos. Las pinturas en rojo se  practican por los chamanes, quienes en estado de trance harían rogativas a un personaje mítico llamado el Dueño de los Animales sobre el número de piezas necesarias de cazar por la tribu"  (1976:105). 

Esta interesante observación de Niemeyer, basada en experiencias de campo del antropólogo austríaco-colombiano Gerardo Reichel-Dolmatoff (1912-1994),  nos sugiere algunas reflexiones:

a)  las pinturas rupestres de Europa y Asia habrían sido pintadas por grupos familiares muy pequeños que habitaban las mismas cavernas en un período todavía muy frío  (60.000 - 20.000 A.C.). Por tanto, estamos en una etapa muy temprana del desarrollo humano del Homo sapiens, cuando vive en grupos muy pequeños y todavía no se  agrupa en pueblos sedentarios.  Tampoco existían aún propiamente cementerios y los cuerpos de los muertos eran enterrados (?) en el piso de las mismas  cavernas  donde seguramente eran también devorados por animales carroñeros. Por tal razón, solo se encuentran allí hoy algunos escasos  huesos,  y éstos con señas evidentes de haber sido devorados y mezclados con restos de otros animales faenados. (6).

Fig. 7.  Escena de captura de peces desde balsas de cueros de lobos marinos en la quebrada del Médano, cerca de Paposo, Norte de Chile (Internet, Foto F. Maldonado).

Fig. 8.  Representación de camélidos (guanacos)  en  el sitio de pinturas rupestres  de El Médano, cerca de Taltal, norte de Chile. (Internet, Foto F. Maldonado). 


b)  Los "pintores" habrían sido los mismos miembros del grupo familiar humano: hombres, mujeres y tal vez,   niños.  Tal vez los dibujos más simples o imperfectos observables a veces en los paneles, se deban a la acción de niños. No se constata todavía la presencia de chamanes (7); éstos surgirían muchísimo después, en épocas de vida propiamente aldeana  sedentaria y en agrupaciones humanas bastante mayores.

Fig. 9. Chamán africano con su atuendo característico y objetos varios de su repertorio ritual (Imagen tomada de Internet).


c)  Se sabe muy poco sobre el instrumental de dibujo utilizado. En el caso específico del estampado de "manos", se deduce que  utilizaron  el estarcido o insuflado del polvo o  la pintura a través de una cánula o tubo vegetal. Se supone que habrían usado plumas de ave o algún tipo de hisopo o espátula para efectuar el dibujo directo del contorno de las figuras. Hay evidencias de su empleo. Pero, que sepamos, nunca se ha hallado los típicos instrumentos usados ad hoc. 

d) Los hombres, premunidos ya del fuego como arma, habrían tenido que disputar  fieramente el acceso y control de las cavernas a ciertos animales cavernícolas, máxime los carniceros (osos, linces, tigres, gatos monteses).

e)  Los colores usados normalmente como base de la pintura son el rojo, el marrón, el naranja, el amarillo. el blanco y el negro. Muy rara vez el verde, azul o violeta. La elección del respectivo color, sin duda se debió a la mayor disponibilidad  in situ  de arcillas  o tierras de color. 

f)    Por ahora (8),  se ha atribuido esta capacidad psíquica de crear arte rupestre tan solo al Homo neandertalensis  y al  Homo sapiens. Esta afirmación puede deberse solo a  la falta de información fidedigna sobre otros tipos humanos más antiguos, como Homo heidelbergensis, Homo habilis, Homo erectus  u Homo denisovanus  de los que se sabe muy poco por no haberse hallado hasta ahora cuerpos relativamente completos sino solo escasos fragmentos dispersos. No hay (o  al menos no se ha hallado hasta ahora) entierros humanos premeditados en sepulturas. Futuros hallazgos, en consecuencia,  nos pueden hacer cambiar de opinión, tal es hoy la rapidez y la frecuencia de los descubrimientos debido al significativo incremento de los grupos de investigadores y el acceso generalizado a novedosas y sorprendentes técnicas de rastreo como el estudio del ADN mitocondrial, las técnicas de la paleobotánica y paleozoología, o la aplicación de métodos físicos y químicos,  entre otras.

g)  Nos podríamos preguntar  por qué en  Europa, Asia y la Patagonia argentino-chilena (especialmente), tales pinturas se hallan solo en cavernas y cuevas, bien protegidas de la nieve y lluvias, máxime durante los últimos episodios de  la época glacial (9) . La respuesta parece obvia. Especulemos un poco al respecto. Debido a las bajas temperaturas por efecto de las glaciaciones,  las familias se refugiaban de preferencia en cuevas, a salvo del viento gélido, y donde, además, podían mantener siempre encendido el fuego con leña y ramas secas. El fuego vivo y las antorchas hechas con resinas (10) les permitían desemvolverse bien en su contorno. Mientras las mujeres y niños se refugiaban en las cuevas preparando el alimento y/o cosiendo las pieles de su vestimenta (11), los hombres se dedicaban activamente  a la caza y recolección para aportar el alimento  al grupo familiar.

h)  ¿Se acompañaba a la actividad  específica de pintar algún rito especial por parte de sus autores?. Es bastante probable, pero no lo sabemos,  y tal vez, no lo sabremos nunca.


¿Se puede hablar de una búsqueda premeditada de la belleza del dibujo?. 

 Con estas premisas in mente, el objetivo concreto de la pintura rupestre para los antiguos cazadores no sería, -lo sospechamos-, en modo alguno, la búsqueda de la belleza,  o la expresión concreta de crear "arte por el arte", por más hermosas que hayan resultado sus figuras, dignas de una pinacoteca, como en el caso concreto de las notables figuras animales de las cuevas de Lascaux, en  Francia o Altamira, en España.             

Fig.  10.  Imagen antigua de chamanes siberianos (Imagen tomada de Internet).


Fig. 11. Antiguas imágenes de chamanes  Selk´nam  (Onas)  en la isla grande de Tierra del Fuego, Fotos del etnólogo Martín Gusinde  SVD  tomadas entre 1918-1924. (Imágen tomada de Internet). 


Tratemos de profundizar en este fascinante pero complejo tema estableciendo algunos aparentes "principios" generales que creemos  brotan de su observación atenta.

1. Lo primero, que se nos viene a la mente al respecto es afirmar que esta costumbre ha sido común a toda la humanidad, en todos los rincones del mundo. No es esta costumbre - como podría pensarse- patrimonio de solo ciertas áreas del planeta; no, se da en todas partes. Es probable que no haya región alguna poblada de la tierra donde este fenómeno no haya existido. Muy recientemente, han sido halladas, por primera vez.  pinturas rupestres en la República Popular de Laos (sitio Tham Pha Mue),  Famosas son las cuevas francesas y españolas donde han sido registradas desde los tiempos del famoso arqueólogo francés Henri Breuil (1877-1961) en Lascaux, o  del español Marcelino Sanz de Sautuola (1831-1888) en Altamira, sólo por citar dos de  los más famosos descubrimientos antiguos (12). 
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 Por lo tanto, podríamos estar en condiciones de emitir  nuestro primer principio: todos los hombres, en todos los continentes, han expresado mediante dibujos o pinturas esta necesidad propia, desde por lo menos hace 40.000-50.000 años atrás (13).  Pinturas rupestres se ha hallado en Norteamérica, Sudamérica, Europa,  Asia, Africa, Australia y Oceanía. Su hechura, pues, corresponde, al parecer, a una necesidad fundamental del hombre, ya que se expresa en todos los continentes, en todos los climas, en todos los períodos de tiempo al menos desde los últimos 60.000 años. ¿Por qué no existen, al parecer, desde mucho antes?. ¿Será porque estas realizaciones o pictografías- al igual que la confección de estatuillas (modelaje de figuras)- supone un desarrollo mental y psíquico bien definido, como parte de la evolución general de la mente del hombre como especie, el que parece no se habría dado antes de los 50.000 o, tal vez, 60.000 años atrás?. No lo sabemos a ciencia cierta.  La antigüedad de esta forma tan concreta de "arte primigenio" se hunde en los albores de la prehistoria. Nadie podría decir hoy -y tal vez nunca- con absoluta precisión  cuándo o donde comenzó a ejecutarse. Y menos, aún, determinar en qué grado de evolución mental del hombre llegó a efectuarse. 
Un hecho nos parece claro y determinante: en las antiguas cavernas donde se encontrò al Sinanthropus pekinensis, con una data de unos 250.000 años atrás, no se halla  -hasta ahora-  indicio alguno de una conducta artística parecida. Tampoco en los otros hallazgos muy antiguos. ¿Será, acaso, que  aún no hemos encontrado los lugares aptos para tales manifestaciones en tiempos  más antiguos?. Tal vez...o lo sabemos.
  Primer principio: los seres humanos, a partir de una determinada época de su desarrollo psíquico, han producido estas manifestaciones en todos los rincones del mundo.

2. Lo segundo que podemos afirmar, es que casi infaltablemente los motivos pintados son animales, sean éstos peces,  cetáceos, u   otros seres marinos ( como jibias, calamares o pulpos), animales carnívoros (leones, tigres, zorros, lobos), animales herbívoros ( gacelas, venados, girafas, elefantes, rinocerntes, hipopótamos, guanacos, huemules, etc.). Todas estas especies son comestibles y fueron realmente consumidas por el hombre como se puede comprobar por el hallazgo de sus restos  en el piso de las cavernas. Segundo principio: Infaltablemente se pinta animales, sean éstos  terrestres o  marinos.

3. Lo tercero, es que siempre se trata de animales grandes o relativamente grandes. Nunca (o rarísima vez) se pinta o dibuja animales muy pequeños, como insectos, arácnidos. anélidos  u otros. No existen -que sepamos- representaciones de moscas, avispas, mariposas o coleópteros,  o sus larvas, por poner un ejemplo. Tercer principio: Se pinta animales o aves de tamaño grande, nunca pequeño.

4. Lo cuarto, es que la representación de animales es bastante precisa y exacta, de suerte que generalmente es posible identificar la especie o al menos el género del animal o ave representado. Cuarto principio: En estas pinturas se busca la representación exacta del animal que se dibuja (14).

5. La representación humana puede estar presente o  ausente. Parecería no ser un requisito fundamental. Muchas veces falta; otras veces, solo es de acompañamiento o persecución de las figuras animales, que son las principales. Su dibujo por lo general es solo esquemático (15).  Quinto principio: la pintura del ser humano no parece ser  esencial o indispensable.

6. Muy escasa. e inexistente es la representación de plantas, vegetales o frutos. Parecería como que no interesa representar el mundo vegetal en las antiguas pinturas rupestres. ¿Por qué?. Es un tema interesante de meditación y análisis. Sexto principio: el dibujo de plantas o frutos, es muy raro, y en Chile, inexistente.

7. No se observa pintura de accidentes geográficos (cerros, ríos, lagunas, mares) (16). Séptimo principio: el medio geográfico como tal nunca es objeto de pintura. ¿Por qué?.

8. La pintura del ser humano, cuando existe, es siempre esquemática y no fiel. No interesa representar al ser humano en forma exacta, con su vestimenta o armas. Frecuentemente, la figura humana representada es más pequeña que la del animal. A veces, con sus manos abiertas. ¿Cuál puede ser la razón?. Octavo principio: la representación humana pasa siempre a segundo plano, si existe.

9. No existe gran variedad de colores. La gama de color es muy limitada. Se usa preferentemente los tonos rojos, ocres, negros, cremas. No sabemos del uso de los tonos azules, verdes, rosa, grises o violáceos. ¿Por qué? (17). Noveno principio: los tonos de colores usados son repetitivos: son siempre los mismos.

10. Se elige siempre superficies de rocas lisas, expuestas y perfectamente visibles al viajero. Es decir, han sido pintadas para ser observadas y vistas. Es requisito la visibilidad a cierta distancia. El uso de superficies muy lisas, parece obvio: se puede pintar bien sólo en aquellas superficies que no presentan rugosidades. Décimo principio. Se selecciona como lugar de pintura, las rocas expuestas, visibles, de superficie muy lisa.

11. No todas las rocas con estas características son objeto de pintura: solo algunas. ¿Por qué?. ¿Qué determina que unas sí, y las otras -la mayoría-, no sean usadas para tal fin?. ¿Existe preferencia por algún tipo especial de roca o forma de ésta?. Undécimo principio: Sólo algunas rocas son elegidas para presentar pinturas.

12. La roca elegida debe poder ser contemplada cómodamente desde varios ángulos, por un grupo de personas. Por tanto, debe existir posibilidad de observar con cierta comodidad, el "relato pintado". Para lo cual debe haber un "lugar de observación". Por tanto, no se hallan en lugares muy escarpados o inaccesibles, o repletos de vegetación. Han sido hechas -claramente- "para ser vistas", no para permanecer ocultas a los ojos humanos. Duodécimo principio: Se elige lugares donde se pueda observar bien las figuras.

13. La localización topográfica de las rocas donde se pinta, es importante. Es obvio que se pinta sólo allí donde el ser humano tiene una actividad importante que hacer. ¿Qué actividad es tan importante como para ser recordada, perpetuada, con un acto pictórico, una representación que es también para la posteridad, un recuerdo a la vez que un "mensaje para el futuro y para el presente".? Porque los lugares elegidos son siempre lugares de paso obligado de algún grupo humano. No son lugares inaccesibles o intransitables. Por el contrario, son siempre transitados, y porque son transitados, son "advertidos" por medio de las pinturas.. El tránsito, el verlos y admirarlos, o "venerarlos"al paso obligado, es algo fundamental en estas representaciones. Décimo tercer principio: Se pinta alli donde hay cerca una actividad importante que hacer o desarrollar.

14. A diferencia de los geoglifos, las figuras representadas,en las pinturas rupestres siempre son pequeñas , a veces muy pequeñas. ¿Por qué son siempre pequeñas? Es otro interrogante que tenemos que resolver. Deben existir poderosas razones para hacerlas pequeñas. Y al ser tan pequeñas, tienen que ser necesariamente observadas desde muy cerca, desde muy pocos metros de distancia. Décimo cuarto principio: Las figuras de las pinturas rupestres son siempre pequeñas, a veces muy pequeñas, como para ser observadas muy de cerca.

15. Las figuras por lo general no se encuentran muy alto o muy lejos del suelo, de modo de poder ser observadas, admiradas, o veneradas desde cerca. Están generalmente por sobre el observador, pero no a gran altura sobre éste. Por regla general, se las puede alcanzar con la mano (18). No conocemos en Chile el caso de pinturas en los techos de altas cavernas, muy lejos del alcance de la mano, como en Altamira en España. Tampoco en los pisos de recintos o cavernas. Es decir, están alejadas del tránsito humano directo, pero muy cerca de éste. Décimo quinto principio: las pinturas se encuentran en general al alcance de la mano, pero no en un área directa de roce.

16. No existen lugares de empleo simultáneo de dos o más técnicas del arte parietal en un solo sitio. O se emplea una o la otra. Por tanto nunca encontraremos lugares con geoglifos, petroglifos y pinturas rupestres a la vez, en un mismo sitio. Pueden existir en sitios vecinos, pero no en el mismo. Lo que estaría sugiriendo épocas distintas, o producciones de grupos sociales diferentes. Décimo sexto principio: Nunca coexisten, en un mismo sitio, las tres manifestaciones de arte rupestre.

17. En sitios de pinturas rupestres se observa siempre multiplicidad de figuras. Nunca una sola. ¿Por qué? Hay una racionalidad en el hecho de que intervienen o interactúan varias figuras (19).  Se deja en evidencia un hecho social, comunitario; no individual. Se dibuja o pinta actividades aparentemente "sociales", no meramente individuales. Décimo séptimo principio:  En las pinturas rupestres existe una cierta uniformidad de figuras representadas; nunca figuras solas o aisladas.

18. Es obvia, además, la intención de formar "conjuntos de seres" no meramente yuxtapuestos, sino en interacción clara; sea en forma de "caravanas" de varios animales del mismo género, o de agrupamientos conscientes; pero no se excluye del todo la representación de animales aislados, en un sector del panel. Décimo octavo principio: Se pretende y busca conformar conjuntos, no dibujos solitarios o aislados.


Preguntas que nos podemos y nos debemos hacer.

Las preguntas lógicas que nos deberíamos hacer, si queremos profundizar en este tema, tomando en cuenta lo que nos sugieren estos dieciocho principios, son, entre otras: ¿qué actividades humanas quisieron ser representadas así?. O más concretamente, ¿se podría asegurar, sobre la base de la observación atenta del panel, qué tipo de economía básica poseían los portadores de esa cultura?. ¿Qué relación tiene la escena pictórica con el entorno geográfico donde fueron dibujadas, pintadas?. ¿Por qué sólo existen estas manifestaciones en contados lugares de la costa norte de Chile?.  O, expresado de otra manera, ¿se podría llegar a predecir la existencia de pinturas rupestres, en función de la existencia de ciertos elementos, recursos o condiciones ambientales dadas en un sitio determinado?. ¿La presencia de estos sitios de pinturas, estaría sugiriendo alguna forma de control o deminio "territorial" de ciertos grupos humanos, como sugiriendo: "esta sección de la costa es "nuestra"?.

Y, por fin, ¿existe alguna relación entre sus asentamientos (yacimientos arqueológicos) y estos sitios de expresión pictórica?. ¿Existe alguna relación de parentesco cultural, o es sólo una simple coincidencia? (20).

Preguntas todas éstas que nos intrigan profundamente y nos  acicatean a buscar respuestas congruentes y objetivas. Cada una de ellas podría ser o ha sido ya objeto de una investigación especial.


Notas.

(1)  "Pinturas rupestres", viene de la voz  latina "rupes" que  significa ´roca´.  En el Viejo Mundo, su data corresponde, en general, al período de tránsito entre el Paleolítico final y el Neolítico europeo con fecha máxima (?) estimada en unos 40.000 años, esto es hacia fines de la última glaciación ("glaciación Wisconsin").  Casi siempre -al menos en Europa-, se conservan en cuevas profundas, al abrigo de las inclemencias del tiempo. Este hecho fortuito ha permitido su notable preservación hasta la actualidad. 
En la costa norte de Chile, sin embargo, y concretamente en la quebrada de "El Médano", no lejos de Paposo, las representaciones de peces y su modo de captura mediante balsas de cueros de lobos marinos por pescadores, son muy posteriores en el tiempo y se hallan expuestas al aire libre, en superficies rocosas, en una zona de muy escasa pluviosidad. (vea el artículo: "Las pinturas de El Médano, Norte de Chile: 25 años después de Mostny y Niemeyer",  de José Berenguer R., en el  Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino, vol. 14, Nº 2, 2009: 57-95).  Sobre el arte rupestre en Chile y su estudio, véase la temprana y pionera publicación del arqueólogo chileno Hans Niemeyer Fernández, con el título de "Guía del arte rupestre de Chile", excelente Guía de campo editada por la Editora Gabriela Mistral, como parte de la revista juvenil "Expedición a Chile" (1976?). La obra muestra numerosas y notables fotografías, casi todas propias del autor. 

(2)  Sobre las manifestaciones rupestres en la caleta San Marcos, al sur de Iquique, véase nuestro capítulo: "Arte rupestre en San Marcos: ¿arte auténtico, rito ancestral de pesca o señalética"?., editado en nuestro blog científico https://eco-antropologia.blogpot.com el día 12/02/2009. 
Varios otros capítulos de nuestro blog versan  sobre distintos aspectos del arte rupestre. Pueden verse en: a) "Escudriñando los alrededores del sitio arqueológico de Chug-chug: algunos hallazgos sorprendentes", editado el 19/08/2017; b) "Chug-chug: un apasionante sitio de arte rupestre en el desierto de Antofagasta", editado el 04/08/2017;  c) "Propaganda  electoral  en el sitio arqueológico de Cerro Unita (Tarapacá):  el colmo de la ignorancia", editado el 23/08/2015;  d)  "Figuras rupestres de la Quebrada de Aroma: sitio Cala-cala", editado el 04/04/2009;  e) "Geoglifos de Tiliviche: ¿arreo de llamas  bajando a la costa del Pacífico  o rito ceremonial  agropecuario?".  editado el 21/07/2011.

(3)   Los colores de los pigmentos más comunes usados en las pinturas rupestres son el ocre, el rojo, el marrón, el negro y más raramente, el blanco. El uso de otros colores:  v.gr: celeste, azul o verde, es sumamente raro. Su origen puede hallarse en el carbón vegetal (color negro), o en la molienda de compuestos minerales tales como hematita, arcillas u  óxido de manganeso  (marrón, rojo, ocre). El aditamento obligado en forma de aglutinante fue la resina (en Europa) o la grasa animal  (por ejemplo, de focas o lobos marinos,  en América).  Los indígenas americanos estaban muy familiarizados con el empleo del color  y lo usaban no sólo para pintarrajearse el cuerpo y rostro, sino también para pintar sus útiles de pesca, anzuelos y embarcaciones. En nuestras andanzas por la costa de Cerro Moreno, en Antofagasta (en los años 1963-65), hallamos con alguna frecuencia piedras de moler,  lisas,  con señas inequívocas de molienda de tierras de color (rojo o negro).  En una tumba excavada en Quillagua, en el año 1964, detectamos una sola vez, entre otras ofrendas,  con Bernado Tolosa, un pequeño recipiente de cerámica lleno de una pigmento color ocre, muy finamente triturado.

(4)  "Magia cinegética" se denomina al conjunto de prácticas rituales y simbólicas asociadas a la caza que buscaban influir en el éxito de la misma. Se basaba en la creencia de que  ciertos objetos, de por sí,  podían tener influencia directa en la realidad. 

(5)   "ex opere operato" y "ex opere operantis", son dos conceptos usados en la teología sacramental católica. El primero, significa que la obra emprendida se hace realidad ipso facto, prescindiendo de  las cualidades del ministro que las ejecuta. El segundo, por el contrario, significa que su efectividad depende del ministro que la realiza.    

(6)   Hay fuertes indicios de canibalismo en algunas cuevas a partir de los Neandertales aunque algunos científicos lo ponen hoy en  duda. Un ejemplo clásico lo tenemos en los hallazgos Neandertales hechos en la cueva de Krapina, en Croacia a partir del año 1899, fecha de su descubrimiento.  Se ha hallado aquì restos de más de 80 individuos diferentes con señas y cortes inequívocos de aprovechamiento de la médula ósea. Su datación correspondería  a unos  130.000 años atrás. Krapina es  hoy,  a nivel mundial, el lugar de mayor hallazgo de restos de Neandertales. En el lugar, han proseguido recientemente las investigaciones que, seguramente, nos aportarán nuevas informaciones.

(7)  El término "chamán" (también escrito  "shamán"), viene de las lenguas tungúsicas habladas en Siberia y Manchuria, donde el fenómeno del chamanismo ha sido bien estudiado. El chamán era el especialista de lo sagrado y se le suponía dotado de ciertos dones y  condiciones especiales que le permirían mantener contacto con el mundo invisible o sobrenatural. Es también quien cura a los enfermos del grupo y puede escoltar a  los muertos en el más allá. Sobre este tema, véase el  reciente trabajo de  Constantino Manuel Torres y José Berenguer titulado: "Recientes estudios sobre el chamanismo en el Nuevo Mundo y la Península ibérica", Revista del Museo chileno de te Precolombino, vol. 28, Nº 1, Santiago, 2023. Uno de los mayores estudiosos antiguos a nivel mundial de este fenómeno cultural fue la polaca María Czaplicka (1884-1921) quien en homéricos viajes en trineo por la tundra helada, recolectó valiosa información inédita sobre las costumbres de estas tribus tunguses y sus chamanes y ritos y su  medio ambiente. En 1916, en plena guerra mundial, publica sus valiosos recuerdos en su obra: "My Siberian Year" (London, Mills and Boon, 1916).  

(8)  El fechamiento de unos 60.000 - 40.000 años para los posibles inicios de esta actividad ritual, vendría a coincidir aproximadamente con las etapas finales del Período Paleolítico, al menos en Europa  y, a la vez, con las etapas finales de la llamada glaciación Würm o Wisconsin. Pero esta es una fecha meramente "tentativa", pues casi nada sabemos todavía sobre las propiedades psíquicas y mentales de los predecesores inmediatos del Homo sapiens  (tales como Homo  neandertalensis, Homo heidelbergensis, Homo antecessor, Homo denisovanus, etc.). Futuros descubrimientos en este terreno probablemente nos van a ofrecer aún grandes sorpresas. Lo que es  algo propio del avance imparable de la ciencia con el aporte de nuevas y audaces técnicas de investigación.   

(9)  Una de los motivos pictóricos más antiguos y enigmáticos  parece corresponder al dibujo  de "manos" humanas.  Es un motivo relativamente  frecuente en cuevas de la Patagonia chilena y argentina. También en España en las cuevas de Maltravieso y  El Castillo.  ¿Qué se ha querido expresar on esas numerosas  manos en movimiento? . Que nos quieren enseñar o mostrar?. A la verdad, no lo sabemos. Es éste -a mi entender-, uno de los mayores enigmas del arte rupestre mundial.   
Hay dibujos de "manos" de adultos y también  de niños, quienes, sin duda, observaron el trabajo de los adultos y trataron seguramente  de imitarlos, como parte del mismo "juego" ritual. Estudios muy recientes han revelado que algunas de esas  "manos" corresponderían a manos de mujeres quienes, además, tendrían a su  cuidado la mantención  permanente  del fuego así como  el cuidado de los niños. Lo que nos plantea nuevas e interesantes reflexiones sobre el rol concreto de la mujer en el transcurso de su vida al interior de sus cuevas. ¿Cuántos de los dibujos de sus cavernas serían, tal vez,  obra de mujeres?.  Tal vez nunca lo sabremos...
Lo llamativo y extraño del caso es que  -a diferencia de los otros motivos de animales representados- aquí no se da propiamente un "dibujo" o "diseño" especial de las "manos", sino tan solo su impronta mediante la insuflación de la pintura en polvo  sobre la mano extendida. La propia mano sirve aquí de negativo, resultando el positivo su contorno  exacto. 
Excepto en el caso de la representación de las figuras humanas, generalmente pequeñas, muy  esquemáticas y con escaso detalle (salvo en la reproducción de la estólica o del  arco, como instrumento propio del cazador), se observa que el intento general es reproducir lo más fielmente posible la silueta  fiel de los diversos animales de caza. Así, es  posible reconocer fácilmente, en las pinturas de Europa, el mamut, el  rinoceronte, el caballo, el ciervo o gacela, los renos, bisontes, uros y cabras monteses, los felinos  y hasta el tigre dientes de sable. Varias de estas especies hoy están extintas. La especie más común: es, por lejos, el caballo. Las escenas de caza con representación de cazadores y sus armas,  son frecuentes. 
En América del Sur del sur, los animales dibujados de preferencia son  jaguares, ciervos, guanacos, tapires, armadillos y, entre las aves,  al parecer solo el ñandú. No conocemos -hasta ahora- ningun caso en América de representación del caballo americano (Equus ferus caballus), aunque sabemos con certeza que los hubo - y de varias especies o tipos- en el territorio nacional  hasta por  lo menos  los 10.000-11.000 A.P. En el salar de Surire, (Región de Arica y Parinacota), muy  recientemente, ha sido datada su presencia en los 13.000 A.P. (Consulte: Journal of Vertebrate Paleontology. Ver https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/02724634.2020.1862132).  En la costa norte chilena, destacan, en cambio, los motivos de peces, cetáceos y embarcaciones, como en el sitio  "El Médano", cerca de Taltal.
El conjunto comparativo de todas estas representaciones nos ofrece así un excelente cuadro general de la práctica de la cacería de animales por parte de los seres humanos en esa época finiglacial.  Lo que aparentemente nunca se dibuja aquí, son personajes femeninos comprometidos directa o indirectamente en la labor de caza, (salvo en los casos de la reproducción de las "manos" femeninas). Ellas no van a la cacería sino seguramente quedarían a cargo de alimentar el fuego, la preparación del alimento,  del vestuario y/o  el cuidado de los niños.   
¿Por qué -nos preguntamos- dibujan con tanta precisión y cuidado las "manos", y por qué mediante el estarcido?.  En algunos pocos lugares, tan solo se dibuja  "manos" y ningún animal.  ¿Por qué?. No he leido en ningún autor que trate del tema, alguna  explicación plausible a este hecho por lo demás tan notorio y excepcional. ¿Qué sentido o explicación puede tener esta costumbre tan difundida en varias partes del mundo?. ¿Sería, tal vez, una manera práctica de ensayar  y comprobar, con una parte fácilmente accesible del  propio cuerpo (las manos), el efecto causado al insuflar con un cierto tipo de polvo o pintura?. Tal vez...Pero confesemos mejor abiertamente que no lo sabemos.

(10) El descubrimiento, por obra de la casualidad, de las pinturas rupestres en la cueva de Lascaux en la Dordogne francesa data del año  1940. Las cuevas de Altamira en el norte de España fueron avistadas mucho antes, en 1868, pero su gran valor arqueológico data del año 1902 cuando se confirmó la autenticidad de las pinturas. 

(11)  La elaboración de antorchas de resinas o grasa animal debió coincidir con la ocupación semi permanente de cuevas en la época glacial final.  El hallazgo de "Ötzi", el cazador alpino de unos 45 años, encontrado incrustado en los hielos de los Alpes,  en perfecto estado de conservación, con una fecha de 5.300 años A.P, nos ilustra  muy bien acerca del tipo de vestimenta y calzado usado por los cazadores en esa época. (A.P. = "antes del presente"). 
 
12)  Lo que estaría comprobando claramente que lo que  interesaba aquí representar no era tanto el ser humano en cuanto cazador, sino  más bien sus futuras y "anheladas" presas, perfectamente identificadas por su silueta y talante.  

(13)  El fechado de aprox. 40.000 años para el inicio de estas pinturas por el Homo sapiens  es  -lo repetimos- muy tentativo y es resultado de nuestra  total ignorancia actual de lo sucedido mucho antes.

(14)  Que el objetivo mágico es la captura de una presa determinada lo  está sugiriendo claramente el tipo de pintura tan realista y exacta del animal deseado. Es un "anticipo mágico" de la escena de caza ad portas.

(15)    El dibujo tan esquemático del cazador, está también sugiriendo que lo que realmente se busca y pretende  es  la "captura" de la  presa. Aquí parece no interesay la descripción en detalle  del cazador y/o su atuendo.

(16)   Se ha planteado como posibles "mapas" descriptivos o escenarios algunas curiosas incisiones hechas en rocas (en México), pero nunca, que sepamos,  con el uso de pinturas de colores. 

(17)  La frecuencia de  solo algunos determinados colores como ocre, crema, marrón, blanco o negro  y casi nunca otros (verde o azul) obedecería -lo sospechamos- a la mucho mayor abundancia en la naturaleza de tierras de dichos colores. Tal vez no hubo en tal selección ninguna finalidad propiamente ritual -como opinan algunos- por ejemplo, al usar el color rojo como fiel "recordatorio" de sangre derramada. 

(18)  Son sumamente raros los casos de escenas de pinturas rupestres  hechas a gran altura sobre el espectador (más de 15 metros). Se ha constatado algún caso aislado -como en las cuevas de Altamira-, donde ciertamente se  habría requerido  de algún tipo de andamio para pintar.  Sin duda, la idea es atraer las miradas del  espectador  a contemplar o meditar la obra  de cerca.

(19)  ¿Por qué se expone normalmente varias  escenas de caza a la vez, con presencia de varios animales?. ¿Cabe preguntarse en este contexto si  antes de cada partida de caza siempre el cazador realizaba un acto pictórico mágico, o, tal vez, éste  se repetía  mágicamente a la distancia, mediante algún desconocido rito particular in situ?.  La cacería era, sin duda,  una operación muy frecuente para poder abastecer al grupo de carne para varios días. ¿Se dibujaba un animal cada vez que se salía de caza?   Es poco probable...Son, en realidad,  preguntas todas éstas sin una clara respuesta posible,  al menos por ahora.

(20)  ¿Hay alguna relación posible entre el sitio de las pinturas (v.gr. en una cueva) y un sitio arqueológico inmediato, aledaño?. En principio sí, pero  no es fácil comprobar la exacta contemporaneidad entre las pinturas y otros rasgos de cultura hallados en su contorno inmediato, tales como cerámica, artefactos líticos o  restos humanos. Los sitios, sobre todo en cuevas, fueron visitados sucesivamente por distintos pueblos,  por muchas generaciones, a lo largo de milenios.