martes, 12 de agosto de 2014

Biogeografía y geomorfología del sitio arqueológico de Tambillo: paradero junto a una ruta de intercambio prehispánico.

Analizando la geografía  de un sitio de arte rupestre.

                           
Fig. 1.   El arqueólogo Luis Briones, quien amablemente nos mostró a este sitio, ubicado a unos  2.650 m de altitud, al Este de Pica, camino al  Salar del Huasco.

Fig. 2. Ubicación exacta del lugar  en una toma de Google Earth. Coordenadas  UTM: 484500 E  y 7739800 S.  Con el vehículo se puede  acceder hasta  el área del  corral ubicado en el alto, desde donde se divisa  la quebrada.

Un sitio llamado "Tambillo".

Habíamos escuchado  hablar mucho de un sitio llamado "Tambillo"  de labios de habitantes ancianos de Pica (Iª Región deTarapacá,  Chile). Por primera vez, tuvimos noticia de él  por los años  1964-65   a través  de un experimentado piqueño, don Herminio Castro, gran conocedor de toda  la zona altiplánica. El sitio, por su significado común, nos olía fuertemente a un lugar de descanso inca, pues "tambillo" no es otra cosa sino un diminutivo de "tambo", y esta voz viene del quechua tampu que significa conjunto de recinto de descanso de caravaneros o viajeros en tiempos del Inca. Los "tambos" -como es sabido-  eran los centros mayores, usados no solo como centros de almacenamiento de agua y provisiones para los constantes viajeros del imperio, sino frecuentemente, también, como centros administrativos locales en tiempos de la dominación inca. En especial, en lugares alejados del Cuzco, su capital.  Los "tambillos"  eran, en cambio, recintos   muy pequeños, denominados  en lengua quechua chasquihuasi, o casa de los chasquis, donde pernoctaban  los mensajeros del inca, los responsables de transportar, a la carrera, los mensajes de los gobernantes hasta los lugares más alejados del Cuzco, llevando los mensajes importantes.    Pero, ¿había aquí realmente un tambo o un tambillo, o era tan solo un paradero de las caravanas?. (Nota: todas las fotos que siguen más abajo  son de H. Larrain).

Características  físico-geográficas y biológicas del sitio.

Hoy presentaremos, en el presente capítulo el sitio desde el punto de vista de su  aspecto físico (geomorfología ) y su biogeografía ( flora  y fauna).  En el próximo capítulo, introduciremos un análisis mucho más fino del sitio arqueológico, con sus maravillosas pinturas rupestres.  

¿Existe hoy  algún  "tambillo" o recinto inca  por las cercanías?.

Nos preguntábamos al escuchar  el topónimo "tambillo", si habría algún "tambo" o al menos algún tambillo inca,  en el lugar elegido de visita.  ¿Por qué  se le daba este nombre?.  Nos intrigaba  muchísimo la presencia de este nombre y decidimos  visitarlo. Estábamos estudiando con otros investigadores  el "Qhapaqñan" o "Camino del Inca"  a través  Tarapacá. Habíamos ya hallado varios "tambillos" en la ruta de los chasquis,  en las vecinas quebradas de Quipisca y Juan de Morales. ¿Habría aquí otro tambillo o chasquihuasi,  revelador de una ruta importante hacia y desde el altiplano hacia y desde Pica?. Y si no lo había, ¿por qué se le dio tal nombre?. 

Fig. 3.  Desde el alto, lugar donde dejamos nuestro jeep Dyundai Terracan,  hay una espléndida vista al fondo del estrecho lecho  de la quebrada de Quisma. La quebrada  en este punto es  sumamente  rocosa y totalmente desprovista de agua, salvo en el caso de años lluviosos cuando ocurre el llamado "invierno altiplánico" o "invierno boliviano", como se le conoce en nuestra región de Tarapacá.. Abajo, en una pequeña terraza fluvial, se divisa un gran corral, capaz de encerrar  50-60 animales. Su sola presencia ya constituye un prueba de un  tráfico animal intenso y abundante en un pasado tal vez no  remoto.  

La intrigante geografía y geomorfología del área.

Tal como lo demuestran las fotografías que siguen,  la  estrecha quebrada está constituida a sus costados, por enormes  masas rocosas, de origen volcánico cristalino, fuertemente erosionadas, donde  el viento y la humedad y los cambios de temperatura  han producido enormes cavidades u oquedades que los geógrafos han llamado  "tafonis". La voz procede del área del Mediterráneo y vendría, al parecer, del siciliano "tafoni" que significa "ventana". Tal acepción nos parece bastante aceptable pues  en verdad se presentan a la vista como  notables  aberturas como  "ventanas" en las grandes rocas.

Fig. 4.  La quebrada  de Quisma,  en este trecho, es sumamente angosta, no superando los  10-12  m de ancho como máximo. En trechos,  se angosta aún más. El piso se observa tapizado de rocas notablemente pulidas y desgastadas por el paso de las aguas.

 El piso de la quebrada.

El suelo de esta pequeña quebrada es enteramente rocoso y está  apenas cubierto por una delgada capa de arena de arrastre, donde a duras penas sobreviven hoy  algunas pocas especies  arbustivas que vamos a mostrar en seguida. Las arenas del fondo, apenas sobrepuestas sobre la roca sólida,  han sido arrastradas desde las zonas altas  en épocas de aluvión;  asimismo, tales aluviones eventuales, huaycos o avenidas  de agua, potentes  y  arrolladoras, han ido, a lo largo de los siglos,   puliendo y desgastando las rocas del fondo, hasta mostrar hoy una superficie pulida y casi brillante.. Suelo vegetal  aquí propiamente tal  no hay;: tan solo una  fina  y delgada capa de arena.

(Nota Bene. Agradecemos  especialmente  el apoyo del botánico Sebastián Teillier en la identificación de las  especies vegetales aquí mostradas). 

 Fig. 5. La vegetación se arrima preferentemente a los costados,  apegada a las grandes rocas, donde logra encontrar, entre sus fisuras, algo de  humedad,  fruto particularmente  del rocío matutino. Las lluvias son escasas a esta altitud, que no supera los 2.700 m  y se presentan casi exclusivamente en los meses de Enero a marzo. A la vista, ejemplares semivivos de Atriplex  imbricata, localmente llamadas  soronas.

Fig. 6. Un arbusto perenne  de la rara especie  Trixis cacalioides (Fam. Asteraceae o Compositae), que también hemos observado, en  muy escasos ejemplares, en la desembocadura de la quebrada de Quipisca. en Julio del año 2012,  a unos  1.350 m de altitud  sobre el nivel del mar.

 Fig. 7.  El infaltable Atriplex sp. probablemente aquí se trata de A. imbricata  Phil  o sorona  en ejemplares  muy pequeños, a veces minúsculos.  Rara vez  superan éstos  aquí  los 50-60 cm de altura. En plena pampa del Tamarugal, en cambio (v. gr. en la zona de Curaña) se hallan representantes del género Atriplex  ( v. gr. Atriplex atacamensis Phil)  que forman enormes  masas o  conjuntos  de aspecto circular u oval, de  muchos metros de diámetro y que alcanza alturas  de  más de 3.5 - 4 m  de alto. En este lugar, Tambillo,  Atriplex  prospera a duras penas por falta de suelo y agua;  pero,  sin embargo, logra sobrevivir. ¡ Es el milagro permanente de la vida!.  Aquí observamos, en varias partes,  las huellas y fecas típicas del andariego zorro del desierto (Pseudalopex griseus domeykoanus), único habitante ocasional de estos parajes de escasa vegetación.

Fig. 8.  Un ejemplar  de  Compositae achaparrado,  creciendo sobre una débil capa de arena.


Fig. 9.   Hermoso ejemplar de Solanum chilense  (ex Lycopersicon  chilense), en plena floración. Se arrima y cobija a la sombra de las grandes rocas,  de las que destila el rocío matutino..

Fig. 10. Probablemente, se trate de un ejemplar de Ophryosporus pinifolius, aquí  en flor.

Fig. 11.  Hermosas flores  de una compuesta Ophryosporus pinifolius en plena floración en este tiempo. Aquí vimos posarse repetidamente la mariposa rojinegra llamada Vanessa carye (Fam. Nymphalidae). Probablemente en su follaje pone sus huevos y se crían sus larvas. .

 

Fig.  12.  Flores amarillas de  una especie de Adesmia, planta bastante escasa en esta parte de la quebrada.  

En total, solo hemos observado,  en el tramo recorrido por nosotros,  cinco especies de plantas en el piso de la quebrada. Después de las lluvias o bajada del aluvión, seguramente aparecen también otras  más. Las aquí reseñadas, son todas perennes. De ellas solo una o dos son palatables para  el ganado o para los animales  (Atriplex y Adesmia spp.) .
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Fig. 13.  Extrañas y enigmáticas formas adquieren  las rocas en este paraje. Sin duda su  curiosa forma y tamaño atrajo poderosamente la atención de los antiguos, que aquí vieron, a lo que sospechamos,  presencias de seres sobrenaturales, posibles protectores.

Fig. 14. Estas extrañas rocas en forma de  asientos monumentales, sin duda, produjeron un impacto poderoso en las mentes de los indígenas, propensos a   ver y escuchar en la Naturaleza que les rodeaba presencias de seres   misteriosos que les acechaban y que era preciso  propiciar  mediante ritos especiales.

Fig. 15.   A ratos se forman en el fondo rocoso, excavado por las aguas,  verdadero pozos o  piscinas naturales que en el período de las lluvias se llenan de agua .

Fig. 16.  Todo el ambiente   es  fuertemente rocoso y fuera de la quebrada misma, no se observa prácticamente  vegetación alguna.


Fig. 17.  En lugares, la garganta se estrecha considerablemente, hasta   medir, de lado a lado, no más de 3-4 metros. Observe los curiosos reflejos que captó el lente de nuestra cámara fotográfica.Las plantas adquieren aquí escaso desarrollo por falta de suelo apto.

Fig. 18. Una débil planta de Adesmia  sp.  logra aferrarse a una grieta de la roca  y florecer.


Fig. 19.  Algunas rocas ostentas verdaderas cavernas,  sombreadas y más húmedas, donde el hombre antiguo hábilmente ejecutó sus pinturas, con  extraños diseños multicolores.

Fig. 20.    Aquí se observa muy bien , en la mayoría de los bloques rocosos,  la formación de taffonis  u oquedades  de todos los tamaños.



Fig. 21.  Luis Briones, artista y arqueólogo piqueño, experto en arte rupestre, nos  señala hacia el alto donde aparecen varios personajes representados, uno de los cuales era  llamado el "diablo"  por los antiguos.lugareños.  Este bloque  con pinturas se alza al costado Norte de la quebrada. En general, sin embargo,  la mayoría se halla más bien el el costado sur de la misma donde reina la sombra durante todo el día.. 

Fig. 22.  En este potente bloque, se ha dibujado varios diseños con pinturas a color. Los distinguiremos más en detalle en el capítulo  siguiente de este Blog, donde analizaremos  y comentaremos  el sentido y posible finalidad de  las figuras aquí  dibujadas.

Epílogo:

Hemos querido presentar aquí,  en el presente capítulo,  el escenario geográfico (lo que los geógrafos llaman en inglés el "geographical setting") de un importante sitio arqueológico de nuestra región de Tarapacá. La actividad humana artística siempre tiene lugar en un escenario físico-biológico particular.  Los antiguos no realizaban sus figuras y diseños en cualquier parte, ni menos al azar. "Algo"  (alguna misteriosa presencia, tal vez) en la Naturaleza les impulsaba a hacerlo precisamente  "allí"  y no en otra parte. Fuerzas ocultas -hoy del todo ininteligibles para nosotros  que hemos perdido en gran parte el sentido de lo espiritual-   guiaban su instinto mítico-religioso.  Ver, conocer  y admirar ese medio geográfico y conocerlo mejor, creemos  que nos arroja una potente luz sobre las actividades humanas allí desarrolladas en el pasado.

Con estos antecedentes in mente, nos será más fácil entender  por qué el hombre antiguo eligió precisamente este sitio, como lugar para  realizar sus  manifestaciones artístico-religiosas.  Es propio de nuestro enfoque eco-antropológico el tratar de  "entender"  la actividad humana a partir del examen del  medio geográfico elegido. La elección de tales sitios, seguramente no es casual: tiene una  serie de motivaciones  que trascienden lo puramente  material y/o  económico.

 Este sitio, no presenta hoy día ningún recinto que pudiera calificarse de "tambillo". Pero  fue, por su proximidad al camino antiguo, sin lugar a dudas un lugar de descanso y de culto. 

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