Introducción
Entre los meses de mayo y diciembre del año 2010, el arqueólogo Horacio Larrain Barros y su ayudante el joven arqueólogo iquiqueño Víctor Bugueño García, realizaron un detallado recorrido por el área de la antigua mina de plata de Huantajaya, con el objeto de realizar in situ un catastro de sitios aún observables a pesar del inmenso cambio operado tras siglos de abandono. Contamos en esta ocasión con el entusiasta apoyo en terreno de la geógrafa Dianela Arroyo, quien se encargó de realizar los planos respectivos que aquí presentamos.
TEXTO DEL EXPEDIENTE.
El documento.
EXPEDIENTE TÉCNICO Y CATASTRO DE SITIOS ARQUEO-HISTÓRICOS DEL ANTIGUO ASIENTO MINERO DE “SAN AGUSTIN DE HUANTAJAYA”, COMUNA DE ALTO HOSPICIO, REGION DE TARAPACA . (Texto original).
Dr. Horacio Larrain (Ph.D.), Víctor Bugueño García, arqueólogo, Dianela Arroyo Fernández, geógrafa.
Antecedentes.
Presentamos aquí hoy un documento redactado por nosotros el año 2010 -de esto hace ya 15 años- que fue presentado a la autoridad competente y que ha servido de base técnica para el reconocimiento oficial del sitio de Huantajaya como Monumento histórico nacional. Durante años, hemos luchado por crear conciencia en las autoridades de la Comuna de Alto Hospicio acerca del enorme valor histórico de este antiguo centro minero de época colonial y republicana, situado a corta distancia de la ciudad de Alto Hospicio y sometido a un intenso ataque por parte de huaqueros y buscadores de antigüedades. Con inmensa alegría hemos tomado conocimiento de que estesitio ha sido declarado "Monumento histórico" por el decreto nº 25 de fecha 23 de diciembre del año 2020 expedido por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de la República de Chile.
.En este documento, se hace mención explícita de nuestra participación en este gran logro señalándose lo siguiente:
" 8. el arqueólogo y antropólogo Horacio Larrain estudió este sitio por más de un década, haciendo entrega a la Municipalidad de Alto Hospicio de 199 piezas inventariadas encontradas en el sitio durante sus años de estudio en el mismo, entre las que se encuentran textiles prehispánicos, loza colonial, documentos tales como cartas, sobre, naipes, además de fragmentos cerámcios de distintas èpocas, calzados, sombreros, guantes, odres para transportar agua, zurrones de cuero para trnsportar mineral, botellas, todo lo cual se entrega para ser parte de un futuro museo de sitio que la Municipalidad de Alto Hospicio proyecta implementar".
El Expediente que copiamos a continuacion, constituyó la base documental para la Declaratoria de Monumento Histórico Nacional de Chile.
(PROYECTO FINANCIADO POR EL FONDO DE LA CULTURA Y LAS ARTES 2010).
(Proyecto avalado y apoyado por el “Centro del Desierto de Atacama” (CDA), de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Instituto de Geografía, Santiago).
Índice.
I). Introducción.
II). Identificación, ubicación y descripción de las ruinas del antiguo pueblo minero de Huantajaya.
III). Superficie y lugar de emplazamiento del antiguo mineral de Huantajaya.
IV). Antecedentes sobre los valores históricos que justifican la Declaración.
V). Fecha de construcción y estado de conservación de las ruinas y basurales.
VI). Propietario y uso actual del sitio.
VII). Antecedentes y registro fotográfico del sitio
VIII). Informe sobre la existencia formal de proyectos que afecten positiva o negativamente el bien a declarar.
IX). Propuesta de manejo y conservación del sitio en el futturo.
I). Introducción.
El presente Expediente Técnico tiene como objetivo entregar los antecedentes obtenidos a través de un catastro de sitios arqueológicos, realizado en el antiguo Real Asiento de Minas de San Agustín de Huantajaya, localizado en la naciente comuna de Alto Hospicio, Región de Tarapacá, entre los meses de Mayo y Diciembre 2010.
Su objetivo concreto es dar a conocer a la autoridad competente toda la argumentación de tipo histórico, geográfico y arqueológico que a nuestro juicio sustenta la urgente “Protección de un Bien Patrimonial” en el caso de este yacimiento minero colonial por parte del Consejo de Monumentos Nacionales. Este importante sitio arqueo-histórico, en efecto, mantiene aún hoy en buena parte su registro material, como testimonio de la vida de hombres y mujeres de distintos grupos étnicos y etarios, que trabajaron en uno de los más importantes minerales de plata del sur del Virreinato del Perú. Huantajaya debe ser considerado una de las cunas de la minería metálica tarapaqueña -si no la más antigua de ellas- cuya data de explotación se remonta ciertamente a tiempos prehispánicos, habiendo sido explotado por el Inca, al decir de los Cronistas tempranos. Los primeros encomenderos españoles de Tarapacá explotaron este mismo yacimiento, existiendo la certeza de su muy temprana explotación a partir de mediados del siglo XVI.
Durante el período colonial, la explotación del mineral conoció altibajos, con períodos de auge y riqueza y otros de penurias y casi abandono. Este sitio que ha transitado de la época de la Colonia a la República de Perú, y luego a Chile, es hoy capaz de mostrarnos, entre sus vestigios y ruinas, el paso de cada uno de esos períodos vividos. Huantajaya es, sin género de duda, un sitio patrimonial de alto valor no sólo para la historia y arqueología local, sino también para la Región de Tarapacá y el país entero. Pues desde sus veneros salió gran parte de la plata que financió la conquista de Chile gracias al préstamo que hiciera el opulento Lucas Martínez Begaso, el primer encomendero de Tarapacá, a Don Pedro de Valdivia, el conquistador de Chile.
El presente Proyecto, financiado por el Fondo de la Cultura y las Artes, ha tenido como principal objetivo dar a conocer y enfatizar el “potencial patrimonial” de este sitio minero, a través de un catastro detallado de sus sitios, del estudio de las posibilidades concretas de su “puesta en valor” y, sobre todo, debido a la urgente protección a que debe de sometérsele mediante el recurso a iniciativas legales para salvaguardar para la posteridad este valioso bien patrimonial. La razón de esto estriba en la apetencia, manifestada varias veces en las últimas décadas, por parte de empresarios mineros para reemprender la explotación minera superficial y/o profunda. Actividad que, de realizarse in situ, acabaría con los testimonios que aún son recuperables de su notable historia y de su valiosa arqueología. La actual ausencia de una “Declaratoria” de su notorio carácter de “Monumento Histórico” deja a este sitio a merced de nuevas destrucciones – como ya ha ocurrido recientemente en la década del 90 del pasado siglo- y lo condena, en consecuencia, a desaparecer para siempre bajo la barreta del industrial moderno, al destruirse toda evidencia del rol jugado por este yacimiento en la historia regional de Tarapacá.
II. Identificación, ubicación y descripción de las ruinas del antiguo pueblo minero de Huantajaya.
El antiguo asentamiento y pueblo minero de Huantajaya, se halla localizado en las estribaciones de la Cordillera de la Costa, en la Región de Tarapacá, Comuna de Alto Hospicio, a 10 kilómetros al este de la ciudad de Iquique y a corta distancia del mar. Este pueblo se emplazó junto a una antigua mina de plata cuya data de explotación se remonta a tiempos prehispánicos, siendo tempranamente reconocida como tal por los conquistadores españoles y explotada en la zona que hoy corresponde al “Alto de San Simón” (cerro situado inmediato al de Huantajaya). Si bien existe una antigua tradición de la explotación Inca del mineral, los registros históricos más tempranos en tiempos de la encomienda nos hablan ya de las “minas de Tarapacá” (Ver sección histórica, más abajo).
Hacia mediados del siglo XVIII se empieza a hablar de “San Agustín de Huantajaya” para referirse al cerro y al asentamiento humano que se estableció a sus pies. Durante el siglo XIX la documentación examinada por nosotros muestra claramente la fuerte decadencia de este mineral, el que, sin embargo, pudo sobrevivir a las dos administraciones republicanas, primero la del Perú y, tras la Guerra del Pacifico, la de Chile.
En su apogeo en el siglo XVIII, este pueblo minero alcanzó el honor de ser declarado “Asiento Real de Minas”, habiendo quedado registrado como tal en planos y litografías de diversos períodos. Suscitó un alto interés por parte de Virreyes, Gobernadores, Intendentes, y “Geógrafos” de la época, quienes se percataron de su importancia y riqueza. Durante la administración republicana fue una “Subdelegación” de Iquique y mantuvo diversos servicios básicos para su población, incluyendo una amplia iglesia construida en madera. (Fotos 1-3), oficina de correos, farmacia y tiendas de abarrotes..
En la actualidad, de lo que fuera el sitio exacto del pueblo histórico de Huantajaya, sólo quedan ruinas, sus cementerios, y numerosos basurales históricos, además del cerro mismo que en sí es parte de un rico paisaje cultural que se creó a su alrededor durante cuatro siglos. Maquinaria pesada arrasó en la década del 1990 parte de este sector, con el fin de explotar los ripios dejados en superficie por las antiguas labores. Huantajaya es, por tanto, un importante sitio arqueológico a la vez que histórico, manteniendo aún hoy trazas de dos cementerios, que pese al deterioro superficial, no han sido por fortuna violentados. De igual manera, se conservan prácticamente intactas numerosas labores mineras como los “piques” profundos, el sector llamado “El Hundimiento” (descrito ya por Antonio O´Brien en 1765), y sectores del “Alto de San Simón”. Se puede ver aún hoy, en algunas de las bocaminas o entradas a los piques, el enmaderado y/o vigas que integraban la puerta de ingreso a las labores, fabricadas a la antigua usanza con azuela, tal como se hiciera durante el periodo colonial (siglo XVIII).
Un verdadero tesoro patrimonial ocultan, además, los “basurales históricos”, correspondientes a la época del asentamiento colonial, donde es posible observar aún hoy en superficie parte significativa del registro arqueológico sobreviviente, asociado al período colonial. Aquí se puede hallar, por ejemplo, fragmentos de cerámicas del siglo XVIII, restos de textiles de factura indígena, elementos confeccionados en cuero animal de la más diversa índole, documentos y escritos de la época, restos de corrales de mulares, basuras y restos de alimentos consumidos por la población, entre otros muchos restos culturales que se han mantenido casi intactos gracias a la extrema sequedad de su clima. Mediante el estudio y rescate minucioso de estos materiales culturales y eco-antropológicos, sostenemos que es perfectamente posible reconstruir hoy día, con gran precisión, el tipo de viviendas y el modo de vida de los huantajayinos que hicieron de este agreste y hoy desolado paisaje su hogar por centurias. Las ruinas de edificaciones y antiguas construcciones asociadas principalmente a bases de habitaciones, bodegas y/o polvorines cercanos a las labores y bocaminas se pueden detectar con precisión aún hoy. Entre las edificaciones antiguas todavía en pie, se encuentran habitaciones correspondientes al “polvorín” junto al llamado “Pique San Juan”. Es decir, desde el punto de vista estrictamente arqueológico y sobre la base de la nutrida documentación histórica e iconográfica disponible, resulta hoy posible, a pesar de la devastación sufrida, reconstruir el aspecto antiguo del lugar y el modo de vida de sus mineros de los siglos XVIII y XIX.
III. Superficie y lugar de emplazamiento del antiguo mineral de Huantajaya.
Se presentan en este Expediente Técnico fotografías antiguas de Huantajaya y la cartografía preparada ad hoc la que ha sido confeccionada durante el desarrollo de este Proyecto. Este ha tenido por misión reconocer, clasificar y situar exactamente, mediante el uso de coordenadas UTM, los sitios detectados como resultado de la exhaustiva prospección arqueológica realizada en el área. En alrededor de diez visitas consecutivas de inspección al área ocupada por el mineral de Huantajaya, fue posible detectar y examinar la distribución y el contenido cultural de los 42 sitios georeferenciados en el terreno (Ver infra Informe de cada uno de ellos), permitiéndonos, de esta suerte, establecer la relación existente entre los diferentes tipos de registro presentes aún hoy entre las ruinas y remociones de material efectuados recientemente en este distrito minero.
En una amplia área prospectada por nuestro equipo gracias a numerosas visitas a terreno, nos ha sido posible reconocer al menos cuatro tipos distintos de yacimientos arqueológicos, claramente definidos por las características de su contenido cultural, los que se mostrará a continuación en planos específicos, elaborados de acuerdo a su tipo. Se utilizó para el levantamiento de los sitios un GPS (Geographical Positional System) Marca Garmin, Modelo Oregon 2000.
Como se puede observar en las cartas que se acompaña, sobre la base de una cartografía 1: 50.000 del Instituto Geográfico Militar se insertó las curvas de nivel cada 50 metros (en color amarillo vivo), propias de la topografía local, y se localizó con exactitud mediante uso de GPS las coordenadas UTM de los distintos tipos de sitios arqueológicos. En los Planos adjuntos, cada uno de ellos va señalado con una simbología particular. También son visibles (en líneas de color rojo), las principales huellas o caminos que recorren el área prospectada. Los sitios arqueológicos estudiados y georeferenciados en los Planos corresponden a distintas funciones y/o actividades realizadas in situ por los antiguos pobladores: a) función funebria (cementerios reconocidos); b) función de explotación minera o minería (piques y socavones); c) función doméstica o habitacional (lugar de asiento del poblado antiguo); d) función estructural (presencia de restos de estructuras de trabajo, bodegas u oficinas). Igualmente, de esta manera, ha sido posible ubicar con exactitud todos los yacimientos detectados en un Plano general y en Planos específicos para destacar las posibles correlaciones que a futuro se pueda establecer entre ellos, cuando se quisiera realizar una intervención en este sitio patrimonial conducente a su puesta en valor definitiva para la comunidad de la Comuna de Alto Hospicio.
Posteriormente, en cada una de las 42 fichas dedicadas al análisis de los sitios arqueológicos, se señala exactamente su superficie aproximada, su altitud sobre el nivel del mar, su caracterización cultural, esto es, el tipo de elementos culturales más recurrente que se puede observar en superficie y, por fin, su afiliación temporal (cronología). Una o dos fotografías del sitio permiten formarse una idea del aspecto actual de cada sitio lo que ayudará en la tarea futura de reconocerlos posteriormente en terreno. Como el área sigue siendo sometida al impacto de visitas y saqueos por parte de vándalos, cada fotografía constituye un elemento-testigo del estado de conservación y/o destrucción actual del sitio.
A continuación, presentamos, en las páginas que siguen, las cuatro cartas en que se ha condensado toda la información recogida en terreno, trabajo técnico realizado por la geógrafa Srta. Dianela Arroyo Fernández, titulada en el Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, especialista en cartografía temática.
Plano 1. Localización de la totalidad de sitios prospectados según su función en el área de Huantajaya.
Plano 2. Basurales históricos y cementerios del yacimiento de Huantajaya.
Plano 3. Sitios donde se ubican las ruinas de construcciones y estructuras en Huantajaya.
Plano 4. Sitios de laboreo y bocaminas históricas abandonadas en el área de Huantajaya.
IV. Antecedentes sobre los valores históricos que justifican la declaración.
El siguiente párrafo IV quiere presentar, con algún detalle, la importancia que la documentación histórica consultada por nosotros ha concedido a este mineral a través del tiempo. No pretende ser, ni mucho menos, un historial completo del mineral de Huantajaya, ni tampoco la descripción detallada de su explotación; tan sólo pretendemos señalar las grandes épocas de su laboreo y la forma cómo los descriptores de cada época se han referido a él, a través del tiempo.
1. Los cronistas: primeras evidencias de la riqueza de las provincias del sur.
El marcado interés demostrado en la conquista de los territorios situados al sur de El Cuzco, por Almagro y sus compañeros, no fue por el simple “honor” y la gloria de adquirir “nuevos territorios” para incrementar los dominios del Rey Carlos su Señor. Los bandos de Pizarro y Almagro parecían irreconciliables en cuanto a fijar los límites de sus respectivas gobernaciones, recientemente concedidas por la Corona. Ambos, ambiciosos de poder y gloria, tenían poderosos seguidores. Cuando finalmente Francisco Pizarro, el Marqués y Diego de Almagro se dividen la tierra, conforme a las instrucciones que llegadas de España en 1535, Almagro inicia el reclutamiento de compañeros de ruta, prometiéndoles gloria y riquezas y emprende el reconocimiento y conquista de los territorios del sur en busca de nuevos tierras de indios, las que constituirían el “Nuevo Reino de Toledo”. De estos afanes nos da cuenta fiel el cronista Cristóbal de Molina (Molina, 1936: 14-18).
En este afán por conquistar nuevas tierras, el espejismo de la riqueza, especialmente del oro y la plata, fue, a no dudarlo, el principal acicate. Tanto en Cajamarca como en Pachacámac y Cuzco, los españoles habían visto con sus propios ojos las planchas de oro y plata que se exhibían en sus templos y santuarios. Las “huacas” sagradas fueron violentamente saqueadas, en busca de los tesoros que acompañaban a los enterramientos de sus magnates. Era la riqueza de la tierra lo que les atraía. El capitán Saavedra, seguidor de Almagro, había sido comisionado para apoderarse de parte del tesoro que venía de Chile y que estaba destinado para el rescate de Atahuallpa, su señor, ya ajusticiado por entonces. Cristóbal de Molina es explícito al respecto:
“El Adelantado Almagro…traía gran determinación de hacer el descubrimiento de Chile… y él co con diez o doce de a caballo se fue adelante por el camino real [el qhapaqñan o Camino del In ca] hacia las provincias de los Chichas, cuya cabeza era el pueblo de Topiza donde dijimos que le estaba esperando Paulo Tupa Inca y Vilahoma [señores incas de renombre]…Como el Adelantado iba cebado por la codicia y la ambición de señorear grandes reinos por la noticia que le daban los indios (de) las riquezas y gentes de Chile, no tuvo en nada la tierra en que estaba….”
“Prosiguió el Adelantado Almagro su viaje por el camino real del Inga que guía a las provincias de los Chichas y llegó al pueblo de Topiza donde halló a los Ingas Paulo y Vilahoma, que le estaban esperando y tenían recogido de la tierra por donde habían venido cantidad de oro y plata….( Molina, 1936: 20-21).
La insaciable codicia por el oro y plata que habían ya visto por sus ojos en el momento de la conquista, mucho más que el tan mentado anhelo de “gloria”, fue el poderoso imán que impulsó a Almagro y su grupo a proseguir su avance al sur, a pesar de las duras condiciones del camino, donde perdieron como setenta caballos y cientos de “piezas de servicio”, como llamaron a los naturales, hombres y mujeres, que enganchaban a la fuerza. (Sobre el espíritu de la conquista y sus motivaciones económicas, consúltese a Néstor Meza Villalobos, 1936: 322-389).
2. Los primeros testimonios explícitos sobre la existencia de minerales de plata en Tarapacá.
“Y en este tiempo, descubrió Hernando Pizarro [primo de Pedro] las minas de Porco y tomó aquella rica mina que allí tiene; que destas minas y de unas questán en Tarapacá, tierra yunga, legua y media de la mar del sur [esto, es 8-10 km. del mar] sacaban plata para los Yngas, que las de Potosí en tiempos de españoles se labraron, aunque los naturales tenían algunas catas en ellas” (edición 1944: 150; destacado nuestro).
Un poco más abajo (p. 151), vuelve a referirse al tema:
“Hay otra parte que sacaban plata ansimesmo como tengo dicho, que se llamaba Tarapaca. Tiene este nombre de Tarapaca por un pueblo que ansí se llama, questá doce leguas destas minas. Están estas minas de Tarapaca en unos arenales”. (citas y comentarios en Blog personal de Horacio Larrain: http://eco-antropologia.blogspot.com en etiquetas como “Pedro Pizarro”, “Huantajaya”.o “minería colonial”).
En Noviembre de 1581, Juan Lozano Machuca en carta al Virrey del Perú Martín Enríquez da cuenta de la existencia de este rico mineral (Lozano Machuca, 1581).
La importancia de Huantajaya durante la época colonial.
Numerosos son los autores que se refieren, ya avanzado el período colonial, a la explotación de este Mineral y a su notable riqueza. Entre otros, podemos citar al cosmógrafo español Cosme Bueno (1765), al Gobernador Interino de Tarapacá, don Antonio O´Brien, autor del famoso Plano de Huantajaya y de su “Descripción de Tarapacá” (1765); a don Antonio Alvarez y Jiménez, Intendente de Arequipa (1792), Vicente Cañete y Domínguez, Gobernador Interino de la Villa de Potosí, (1787), Pedro de Ureta y Peralta (1792) y Francisco Xavier de Mendizábal (1804). Ciertamente no son los únicos pero sí los testigos más importantes.
4. Referencias a Huantajaya en épocas más recientes.
V. Fecha de construcción y estado de conservación de las ruinas y basurales.
VI. Propietario y uso actual del sitio.
El área de Huantajaya situada a escasa distancia al Norte de la ciudad de Alto Hospicio (sector El Boro) por corresponder a un yacimiento minero, se encuentra hoy en condición de “propiedad minera” y su extensa superficie se encuentra dividida en varias pertenencias mineras inscritas y registradas en el “Servicio de Geología y Minas del Estado” (SERNAGEOMIN) de Tarapacá en la ciudad de Iquique.
VII. Antecedentes y registro fotográfico del sitio.
Los antecedentes históricos ya han quedado registrados en un párrafo anterior y corresponden a citas de cronistas y descriptores antiguos que se han referido con frecuencia a este Mineral de plata y su proverbial riqueza.
Se presenta a continuación un breve registro gráfico visual correspondiente al Asiento Real de Minas de Huantajaya. Entre los antecedentes existentes, se cuentan fotografías, litografías, mapas y cartografía que muestran o indican la localización e importancia de Huantajaya en la historia regional. El pequeño registro aquí presentado es sólo de carácter ilustrativo y no tiene la menor pretensión de ser completo. En efecto, en numerosos planos y mapas y planos a partir del siglo XVIII, con los famosos planos de Antonio O`Brien, aparecerá siempre en forma destacada el mineral de Huantajaya. Las fotos que siguen son tal vez las más antiguas que se conozca del pueblo minero, e ilustran con claridad la disposición espacial y forma del pueblo, sus técnicas constructivas, y su patente localización en las faldas de la ladera oriental del cerro de San Agustín, el que llegó a albergar a algunos miles de habitantes en su período más productivo (fines del siglo XVIII).
Registro fotográfico histórico del mineral.
Foto 1. Como puede observarse, la iglesia, totalmente construida en madera y tablas, se alzaba en un plano del terreno algo más elevado que el resto de la población. Esta iglesia sobrevivió hasta Noviembre del año 1895, fecha en que colapsó por desgaste natural. Para entonces la explotación del yacimiento se había reducido notablemente, disminuyendo drásticamente su población. Llama la atención la gran altura que alcanza la torre donde se puede observar a un grupo de personas apoyadas en una balaustrada, en el sector de las campanas. (Fotografía de fines del siglo XIX).
Foto 2. Torre y frontis de la iglesia. Fotografía de fines del siglo XIX, procedente de un antiguo álbum fotográfico. Se ignora el paradero del original de esta foto. La elevada torre y la iglesia anexa, mucho más baja, recuerdan, vagamente, la torre e iglesia del pueblo de Matilla, que, tal vez, sirvió de inspiración y modelo. Por cierto, los materiales constructivos eran muy diferentes.
Foto 4. Edificio que tal vez pudo ser la Casa de Administración del mineral. Foto fechada en 1889. Ostenta la arquitectura salitrera típica, semejante en varios de sus rasgos a las casas y mansiones de la actual Avenida Baquedano de la ciudad de Iquique.
Foto 5. Litografía del pueblo minero de Huantajaya publicada al final de la obra del químico inglés William Bollaert (1860); fue dibujada por George Smith amigo y compañero de expedición del autor, más tarde importante industrial salitrero en Tarapacá.
Foto 6. Dibujo del mineral de Huantajaya en 1807, realizado por Francisco Xavier de Mendizábal. Se incluye al pie de éste una descripción detallada del mismo. El documento original está en colores suaves.
Piezas cartográficas de carácter histórico.
Se presenta aquí dos planos de la época colonial que nos muestran la importancia de este Mineral para las autoridades españolas de la época colonial Ambos pertenecen al siglo XVIII y fueron hechos por el Teniente de Gobernador del Partido de Tarapacá el sevillano don Antonio O´Brien entre 1765 y 1766. Pertenecen al período histórico del gobierno del Virrey Manuel de Amat y Junient (1702-1782).
Plano 1. Pieza cartográfica dibujada por Antonio de O´Brien que manifiesta toda el área del mineral de Huantajaya, en el que se puede observar el lugar del asentamiento y en el siglo XVIII.
Plano 2. Plano de la mina de Huantajaya y del puerto de Iquique confeccionado por Antonio de O´Brien a mediados del siglo XVIII.
VIII. Informe sobre la existencia formal de proyectos que afecten positiva o negativamente el bien a declarar.
Existen antecedentes recopilados por nosotros de que el mineral de Huantajaya y la zona de los sitios aquí catastrados ha sido visitada con alguna frecuencia por personeros y especialistas de compañías mineras extranjeras las que habrían recorrido el lugar, y muestreado abundantemente la zona con intenciones de poder adquirir el yacimiento para su ulterior explotación. Entre 1990 y el año 2000 se realizó por parte de una compañía explotadora chilena trabajos en gran escala para remoción de ripios superficiales cuyas leyes parecían interesantes. Tal operación no prosperó y la empresa minera nacional se retiró del lugar y vendió sus derechos. Varias Compañías foráneas se han hecho presentes en estos últimos años estudiando la posibilidad de adquirir sus derechos de explotación.
Este hecho, constatado personalmente por nosotros ya en un par de ocasiones in situ, nos lleva a la conclusión de que es imperativo y urgente velar por la protección de este bien patrimonial tarapaqueño, desde el punto de vista de la metalurgia, sin duda alguno el más representativo e importante en la Región. Desde un punto de vista arqueológico e histórico, sin duda Huantajaya es el sitio más importante por su abundante documentación histórica como yacimiento argentífero el más importante del Virreinato peruano después del proverbial “Cerro rico de Potosí” junto a Sucre, en Bolivia. Es importante poder adoptar pronto medidas de protección patrimonial al sitio, dado el creciente interés que en los últimos años ha despertado para ser nuevamente explotado no sólo por sus reservas en plata, sino también en cobre y otros minerales valiosos. Sólo que esta vez sería haciendo uso de nuevas tecnologías orientadas a devastar y explotar todo el paisaje y por consiguiente el patrimonio arqueológico e histórico que se halla aún presente en el sitio que albergó el asentamiento minero colonial y republicano.
IX). Propuesta de manejo y conservación del sitio en el futuro.
Tal como se ha señalado más arriba, el yacimiento minero de Huantajaya corresponde a un sitio arqueológico histórico que presenta manifestaciones y registros materiales de una intensa actividad minera que queda de manifiesto por medio de lugares de laboreo, campamentos, sitios de molienda u hornos de fundición, bocaminas y piques, y en los sitios donde se asentó la población que trabajó por centurias en la explotación de plata.
Ahora bien, toda esta intensa actividad de antaño, ha dejado trazas hasta el día de hoy, como se puede fácilmente comprobar mediante el análisis de las cuatro Cartas elaboradas en el presente Proyecto. Tal como se ha señalado arriba, a pesar de las perturbaciones observables hoy en la superficie del terreno, fruto de la remoción y acarreo de montañas de ripios, quedan afortunadamente aún muchas evidencias de enorme significación histórica y arqueológica que es necesario estudiar, investigar y sobre todo, proteger para el futuro. Como modo concreto de realizar tal preservación y salvaguarda, proponemos las siguientes medidas concretas:
1. Establecimiento de un Museo de Sitio.
a) En diversos países del mundo y también en Chile, cuando la autoridad quiere valorizar y realzar un sitio patrimonial de carácter arqueológico para destacar su significado y riqueza cultural, preservar sus sitios y evitar su futura profanación y/o destrucción, se erige una estructura ad hoc o se utiliza una ya preexistente en la que se muestra elementos culturales hallados en el lugar.
b) No existe hoy en Chile ningún lugar donde se exhiba, en el lugar exacto de antiguas explotaciones mineras, a visitantes y turistas nacionales y/o extranjeros los elementos de trabajo utilizados en la minería colonial o aún prehispánica, los antiguos sistemas de laboreo y fundición, y elementos propios del ajuar del minero o del antiguo poblador.
c) La importancia minera de Huantajaya constituye un verdadero ícono en la historia colonial de Tarapacá. Pero el público de nuestra Región ignora por completo lo que esto significó en el pasado.
d) En el caso que nos atañe, conocemos a varias personas en Iquique que tienen colecciones particulares de objetos culturales de gran interés, dignos de figurar en un Museo y que proceden de excavaciones, colectas de superficie o compra. Elementos que proceden con certeza de este yacimiento de Huantajaya.
e) Hemos visto en poder de diversos coleccionistas una gran diversidad de objetos como hermosas petacas coloniales confeccionadas en cuero, piezas de metal de ornamento, herramientas, documentos históricos de la época de la Colonia, naipes, diferentes tipos de vestimenta y calzado, fajas indígenas, chuspas y textiles de diversas épocas, fragmentería de vajilla colonial y republicana, enseres en cuero y madera, botijas y tinajas, botellas de cerveza y ron, capachos y contenedores de agua (odres) hechos en cuero de animal o en cuero de lobos marino…etc.
f) Más aún, conocemos en esta ciudad a varias personas poseedoras de tales objetos que están dispuestas a donarlos para ser expuestos a la comunidad. Otros objetos pueden ser adquiridos.
La instalación de un Museo de Sitio en una de las zonas más característica del mineral de Huantajaya (lugar a definir con precisión), tendría los siguientes objetivos:
1. Proteger el lugar para la ciencia y el turismo de intereses especiales y preservarlo para las futuras investigaciones, evitando el saqueo de que sigue siendo objeto hoy por parte de huaqueros locales.
Dar a conocer a visitantes y turistas detalles relativos a la actividad minera del pasado y todos los elementos culturales que caracterizaron la vida de los mineros en dicho lugar;
Exhibir dignamente tales elementos en vitrinas adecuadas con la explicaciones que correspondan;
Fomentar entre los visitantes la donación y/o préstamo de objetos de gran interés cultural, rescatados a través del tiempo de este mismo yacimiento.
Atraer a profesores y estudiantes de colegios y liceos de la Comuna a realizar trabajos de clase en el propio lugar del Museo de Sitio, como modo de crear conciencia entre el profesorado y estudiantado de la valía y significación de este lugar. (Cursos de Historia, Geografía, Ciencias Sociales, Economía).
Ofrecer posibilidades concretas de investigación in situ a estudiantes avanzados de las Carreras de Antropología, Arqueología, Historia, Economía o Minería para hacer sus Tesis de Grado o Maestría.
Los antecedentes de que disponemos, nos permiten señalar, con bastante precisión, aquellos lugares donde se podría instalar dicho Museo de Sitio, utilizando antiguas construcciones.
2. Fundación de un Museo de la Plata.
El establecimiento del “Museo de Sitio” es el paso previo al siguiente: que se propone: la fundación de un “Museo de la Plata”.
Razones que avalan este Proyecto:
a) No existe en el país ningún Museo de estas características;
b) Tampoco existe ningún recordatorio o Memorial digno de este Mineral, en el que se haga mención de su importancia para admiración de las generaciones jóvenes de esta naciente Comuna. Es ahora la ocasión de crearlo.
c) Dada la bien documentada trayectoria histórica de este Mineral de Huantajaya , es obvio que cerca de este lugar geográfico debería erigirse un tipo de museo de esta índole, dada la posibilidad cierta de realizar visitas guiadas al yacimiento contiguo. El museo de sitio debería quedar inserto en el radio urbano de la Comuna de Alto Hospicio, ojalá cerca del área del Mineral, por tratarse del más notable monumento histórico y arqueológico perteneciente a esta Comuna. Son sus autoridades y habitantes los llamados a cuidar y proteger para la posteridad este importante yacimiento minero del pasado, testigo de varias generaciones de operarios, indígenas, negros, mulatos, mestizos y blancos por espacio de cinc o siglos (desde el siglo XV al siglo XX).
b) Se sabe de la existencia, en poder de particulares, de gran cantidad los elementos culturales procedentes de excavaciones o colectas realizadas en este yacimiento, en los últimos decenios, en especial durante las faenas extractivas realizadas en la década de los 90 del pasado siglo.
b) Existen, igualmente, personas que han encontrado en este lugar monedas de plata, llamadas “macuquinas”, correspondientes al período 1750-1790.
c) Igualmente, se sabe de personas que poseen “papas” de plata, es decir, bolones de plata pura halladas en forma fortuita recientemente. Estas extrañas formaciones geológicas, raras en el mundo, han sido con alguna frecuencia encontradas en este yacimiento de acuerdo a los documentos históricos consultados por el equipo, desde los tempranos tiempos de su explotación por los encomenderos Lucas Martínez Begaso y Pedro Pizarro, a las que aluden historiadores y cronistas de la época, en especial durante el siglo XVIII y XIX. (Cf. sección histórica de este Expediente).
d) Este Museo de Sitio debería contar con varias secciones: a) salas de exhibición de piezas; b) Centro de Documentación y Biblioteca especializada en la historia del mineral; d) Sala de lectura para visitantes. Se prepara, por el equipo, un documento sobre este particular.
Agradecimientos.
Los autores del presente Expediente Técnico se hacen un deber expresar su gratitud hacia las personas que nos han apoyado decididamente en esta investigación. En la parte documental, agradecemos el envío de materiales de archivo, fotocopias y fotografías por parte de las siguientes personas: Los Drs. Alan K. Craig y Kendall W. Brown, de los Estados Unidos, geólogo e historiador, respectivamente; la historiadora chilena Carolina Ponce, actualmente becaria en el Archivo de Indias, Sevilla; Josefina Hepp, agrónomo de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Instituto de Geografía (Centro del Desierto de Atacama) y Chris Hodgson, geólogo de los Estados Unidos de Norteamérica por ilustrarnos con gran generosidad y desinterés en aspectos referentes a la constitución geológica del yacimiento..
En la parte táctica y de actividad en terreno, se agradece el apoyo recibido del Señor Edgard Lima y del Señor Mercenorio ----- por su gran conocimiento del área; En la preparación logística de las expediciones dejamos constancia de nuestro especial agradecimiento a Marta Peña Guzmán y Victoria García Valencia.
Especial apoyo hemos recibido de la geógrafa Pilar Cereceda Troncoso, Directora del Centro del Desierto de Atacama de la Pontificia Universidad Católica de Chile, por facilitarnos en más de una ocasión el jeep todo terreno del Centro para nuestras subidas al sitio de estudio.
A nuestros familiares inmediatos, por su paciencia infinita en soportar nuestra dedicación por muchas horas a ejecutar numerosos viajes al yacimiento y a elaborar este Expediente Técnico en días de intensa dedicación.
Por fin, a los Concejales de la Municipalidad de Alto Hospicio y a su Alcalde, don Ramón Galleguillos, por permitirnos exponer y explayarnos sobre este tema de tanto interés para ellos, en reunión especial de la Municipalidad.
Coordenadas cuadrante del cementerio:
Coordenadas cuadrante:
Coordenadas cuadrante:
Fotocopia de página del Archivo General de Indias en que se señala el capítulo III de la “Descripción del Partido de Tarapacá Thenientazgo del Corregimiento de la Ciudad de San Marcos de Arica” donde se describe específicamente del Mineral de Guantajaya. (O´Brien, MS, 1765). En este capítulo se hace una acabada descripción del Mineral y se analiza en detalle los trabajos mineros realizados, desde su descubrimiento por indígenas, tanto en el Alto de San Simón como en el pie del Cerro San Agustín. Este documento es una pieza fundamental para el estudio de este mineral.
Bibliografía.
(Sólo se hace referencia a Crónicas o trabajos de carácter científico. No se considera aquí otros escritos de carácter más bien folklórico, literario o anecdótico, o de mera recopilación sin base científica).
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