lunes, 29 de octubre de 2012

El cosmógrafo aragonés Cosme Bueno, descriptor de Arica y Tarapacá en el siglo XVIII.


Someteremos aquí a un escrutinio  eco-antropológico un texto poco conocido de la Descripción  de la región  llamada "Provincia de Arica"  situada en  el extremo sur del  Perú y Norte de Chile,   incluyendo Arica y Tarapacá,  hecha por el cosmógrafo real Cosme Bueno en el año 1768.


Antecedentes de Cosme Bueno: su aporte geográfico y científico.

En el año  1768  se publica en Madrid  una obra muy importante para el conocimiento y estudio  de estas partes de América. Se trata de "El Conocimiento de los Tiempos",  obra del cosmógrafo mayor del Reino don Cosme Bueno. En esta obra,  difícilmente accesible hoy en las bibliotecas, figura un capítulo especial  dedicado a la "Descripción de las Provincias  pertenecientes al Obispado de Arequipa".  Una de ellas,  es la "Provincia de Arica". Solamente a  ésta nos referiremos aquí. Agregaremos notas que abordan temas relacionados con  el enfoque eco-antropológico, ángulo  que nos interesa  rescatar y destacar  por ser el menos  tocado generalmente por los historiadores de este período.

¿Quién era el autor?

Cosme Bueno era aragonés.  Nace en el pueblo de Belver de Cinca, en el año 1711 y muere en Lima en el año 1798.  Llega a Lima en el año 1730 a la edad de 19 años y estudia farmacia y  medicina  graduándose   en el año 1750. Fue médico del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en Lima . Su fama como médico se extendió por todo el Perú de su tiempo. En el año 1753 fue nombrado cosmógrafo mayor del Virreinato del Perú. El Virrey del Perú Joseph Antonio Mendoza y Caamaño le encomendó  la tarea de poner por obra la Descripción de las Provincias del Virreinato. Fue considerado en su tiempo un gran erudito en los campos de la  geografía, historia, matemáticas y astronomía, y se interesó por escribir sobre  casi todos estos tópicos. Llegó a poseer  una gran caudal de documentación sobre  las diversas regiones del Virreinato, recopilando cartas, informes, descripciones y crónicas de todo orden,  material que le permitió escribir sus trabajos  que en su tiempo fueron considerados de enorme valor. Era lo que hoy llamaríamos un  erudito "enciclopedista". 

¿Quiénes eran los cosmógrafos"?.

"Cosmógrafo" denominaban en aquella época  de " la Ilustración",  a aquel   prolijo y erudito descriptor de las regiones de un determinado territorio, que  era capaz de colectar toda la información existente sobre todos los aspectos relativos a la  vida y actividad humana allí desarrollada, examinarla y  sintetizarla para beneficio de sus lectores. Solían ser expertos en matemática, geometría y  dibujo. Para ello debían estudiar y elaborar todos los mapas de la región en estudio, y contaban adicionalmente,  con la información de todos los pilotos de naves quienes  tenían la obligación de registrar y aportar,  después de sus viajes de descubrimiento, todos los datos nuevos sobre los territorios visitados por ellos. Era una exigencia impuesta por la Casa de la Contratación. El geógrafo español  Dr. Antonio Crespo señala a este respecto:

“Los reyes eran conscientes de la importancia de los mapas para conocer sus territorios, diseñar estrategias administrativas, políticas, militares o fiscales, por ello fomentaron su elaboración y aquellos intentos para representar nuestro país se convirtieron en los antecedentes de la cartografía catastral aplicada a un territorio extenso" (en "La descripción y cosmografía de España:  
el mapa que nunca existió".  (artículo  publicado en  Catastro CT, Abril 2012, Madrid) . 

Un geógrafo cartógrafo  sui generis.

Su cargo  equivale más o menos a  lo que hoy denominaríamos un geógrafo cartógrafo, no especializado, interesándose  éste por igual en recolectar y  consignar todos los aspectos de la vida de una comarca, tanto de tipo  físico y climático  como económico, social, demográfico, estadístico, administrativo e incluso religioso. Tal esfuerzo se reflejaba posteriormente en la prolija confección de Planos, Mapas o "Descripciones". Pocos son los aspectos que  escapaban completamente a estas "Descripciones". Uno de los primeros cosmógrafos fue Hernando Colón, hijo del descubridor de América.  Hubo valiosos y eruditos cosmógrafos reales, quienes nos legaron Mapas, Esquicios o "Descripciones"  detalladas de los territorios americanos o de ultramar. Entre los primeros,  estaban Alonso de Santa Cruz, Sebastián Cabot y Pedro de Medina. En tales "Descripciones" el interés por lo económico y comercial, medido en términos de eficiencia y  productividad real,   tenía  claramente la primacía. Y a él se le dedicarán, como veremos,  una buena  parte de los párrafos  de esta breve  pero interesante Descripción. 

Texto completo de la Descripción de la Provincia de Arica.
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Incluimos aquí el texto completo, transcrito  a la letra, de la edición hecha por  el historiador peruano  Daniel Valcárcel, como parte integrante de su  Geografía del Perú Colonial  (Lima, 1951). Las "Notas" que agregamos son nuestras al igual que la adición de párrafos, los  que van entre corchetes.. Su objetivo es  destacar  y valorar ciertos aspectos de tipo ecológico,  geográfico o incluso lingüístico, sobre los que el autor nos da, a veces sin percatarse de ello,  interesantes referencias, atisbos o intuiciones. Nuestra glosa o comentario eco-antropológico tiene,  precisamente, la intención de  "ver más allá del texto mismo".  La geografía, la lingüística y aún la ecología y biología, ayudan a ahondar  en el sentido exacto del texto  histórico descubriendo matices  nuevos  o poco explícitos..

He aquí el texto:


"PROVINCIA DE ARICA.

1. [Límites, caracterización geográfica  y producciones].

"Confina  ésta por el Norte con la de Moquegua;  por el Noroeste con la jurisdicción de Arequipa; por el Oeste con el Mar del Sur (1); por el Sur con la provincia de Atacama; por el Sudeste con la de Lípez; y por el Este con la de Pacajes. Tiene de largo Noroeste-Sudeste  82 leguas y 16 [leguas] de Este a Oeste. Esta Provincia, como casi todas las de esta Costa,  se compone de valles que empiezan en las quebradas y vertientes de la cordillera y, por la mayor parte, finalizan  en la playa de la mar del Sur (2). Los intermedios de Valle a Valle de ésta son áridos e infructíferos  y sólo sirven algunos para pastos en aquellos meses que cae alguna corta llovizna  que, como hemos dicho, llaman Garúa que son de Mayo a Setiembre (3). En los Valles, que por la mayor parte son fértiles, por no faltarles agua, se coge bastante Maíz, Trigo, frutas y semillas en abundancia. Cultívase mucho Ají, que se comercia con las provincias de la Sierra,  y no poco Aceite, Algodón y alguna poca Azúcar.  En este siglo pasado solía valer el Ají a esta Provincia cada año 200.000 pesos. Hácense también abundantes cosechas de vino y Aguardiente.  Es celebrado a este efecto el del valle de Locumba, por su calidad.  En los altos hacia la Cordillera se cría algún ganado mayor y menor y carneros de la tierra (4) con los frutos de su temperamento como son papas y algún trigo, especialmente en el Curato de Ilabaya (5) de que se abastece la inmediata Villa de Moquegua. 
Para fertilizar las tierras se valen también aquí del beneficio del Huano,  que es el estiércol de unos pájaros nombrados Huanaes  (6) , del cual traen de una isla inmediata a la Costa, nombrada Iquique, que está en 20º 20´[Sur] de altura (7)".

2. [Los ríos de la región]

 "Tiene esta Provincia muy pocos ríos,  porque los arroyos que bajan desde las vertientes son de poca agua (8). Solo se halla uno algo caudaloso en el  Valle de Ica [sic!]  que es por donde confina esta  Provincia con la de Atacama  (9). Tiene su origen en lo más interior de la Cordillera al Este, hacia cuya parte se haya un Volcán en un cerro muy alto, de cuyas faldas salen algunos arroyos de agua caliente y fétida  (10). Otro río hay algo menor que baja por le Valle de Locumba, que se compone de dos grandes arroyos  que bajando por dos quebradas, c en dirección  casi contraria, se juntan formando una laguna muy profunda  de cuatro leguas de largo y media de ancho. Al fin de ella, por la parte exterior que mira  a la continuación de la quebrada,  hay un grande agujero, sin saberse si está el plano o en le medio de la altura del agua de la laguna.  Por él sale con ímpetu grande el agua que hace el río de Locumba, corriendo siempre casi en una misma cantidad". 

3. [Las riqueza de sus Minas]

"Lo más notable de esta Provincia son sus Minas. En los altos del Curato de Pica hay vetas de Oro y de finísimo Cobre, que no se trabajan por lo rígido del temperamento. Por la parte de la Costa se hallan los cerros de Chanavaya y Huantajaya (11),   a dos leguas más o menos del Mar,  y otros muy ricos de metales de plata, de los cuales muchos no se trabajan por carecer de agua aquel  terreno en muchas leguas [a la redonda] (12) . El de Huantajaya se cree que fue trabajado en tiempos antiguos (13).  Cerca de estos tiempos, esto es ya avanzado el principio de este siglo [XVIII], se empezó a trabajar de nuevo sin método,  creyendo que no había vetas finas sino bolsones de plata,  porque se encontraba a trechos unas piedras sueltas, que llaman de  barra porque se sacan de ellas por  fundición grandes cantidades de Plata. Pero posteriormente se ha visto que hay Vetas fijas,  y que aquellas Papas (14) son anuncio de veta cercana. Así se han establecido labores, en forma de que se ha sacado  y saca mucha riqueza. Y a no tener la penalidad de la falta de agua, pues es preciso llevar a beneficiar los metales a distancia de muchas leguas de despoblado (15), estas Minas enriquecieran mucho a sus dueños y fueran útiles al Reino pues se aumentaran mucho sus labores".

4. [Los Puertos].

"Tiene estas Provincia en su Costa varios  Puertos. El de Loa, que es por donde confina con la de Atacama, está  en 21º 30¨[Sur].[16]. El de Iquique, a cosa de dos leguas de Huantajaya y en donde hay pesquería de Tollo, que es el Bacalao de esta América y de Congrio, que se lleva   a las Provincias de la Sierra, está a 20º 20´  [Sur]; [17].  El de Pisagua en 19º 15´. El de Camarones en 19º  15´. El de Víctor  en 18º 40´. El de Arica en 18º 25´. El de Pacocha. El de Ilo en 17º 46´.  El de Maestro Lorenzo y el de la Yerba-buena que es por donde  confina con la jurisdicción de Arequipa, en 17º 35´. Hay cuatro caletas que son: la de Laquiaca, la de Sama, la de Meca y la de Tancona. Estos Puertos no  todos son seguros".

5. [La administración religiosa].

"Comprende esta Provincia 11 Curatos. El  I es el de la Ciudad de Arica, que es la Capital, situada a la orilla de la Mar en 18º 28´. Con un buen Puerto, algo a sotavento. Fue muy opulenta en tiempo  que por ahí se remitían a Lima los caudales de Potosí  y otras Provincias. Con el orden de transportarse  por tierra dichos caudales (18),  cesó el trajín y comercio y empezó a empobrecer. Con las ruinas que ha padecido  con varios  temblores, ha sido desamparada de su principales vecinos,  pasándose muchos, de lucidas y antiguas familias,  al pueblo de Tacna, que dista doce leguas,  en paraje más acomodado y pingüe. Desde su erección  (19) tiene Cabildo con un Alcalde ordinario,  Alférez real y demás oficios, que preside el Corregidor (20). Tiene Caja Real (21),  cuyos ministros están divididos en la ciudad y en Tacna, para su mejor gobierno.  Hay tres conventos de religiosos: de San Francisco,  de la Merced y de San Juan de Dios, pobres y muy maltratados."

"El II Curato  es el de Tacna.  Tiene cinco anexos que son:  Pachia, Pallagua, Caplira (sic!), Toquella y Estique.  El III es el de Pica.  Tiene dos anexos que son Matilla y Huatacondo. El IV es el de Tarapacá. Tiene cuatro anexos  (22) que son  Huaviña, Camsana  (sic!  por Laonzana?), Mamiña e Iquique. El V es el de Cibaya.  Tiene tres anexos que son Satoca  (sic!  por Sotoca) , Mocha y  Pachica. El VII es el de Copta. (23). Tiene  16 anexos que son: Pachica, Esquiña, Timar, Tignabnar (sic! por Tignamar), Sacsama, Besien  (sic! por Belén ?), Pachania, Socoroma, Puter  (sic! por Putre), Parinacota, Choquelimpe, Huayaquiri, (sic! por Guallatiri),  Sora, Poconchile, Libilca y Umagata. El VIII es el de Tarata. Tiene 4 anexos que son: Ticaco, Chaspaya, Tarucachi y Maure.  el IX es el de Sama. El X es el de Ilabaya. Tiene dos anexos que  son: Candarave y Locumba.  el XI es el de Ilo. Aunque esta Provincia pertenece  a la real Audiencia de Lima, la [Audiencia] de la Plata tiene, por ley real, alguna jurisdicción sobre su Corregidor (24)."

Notas explicativas nuestras. 

(1)  "Mar del Sur" es la denominación que ya le da Vasco Núñez de Balboa, el primer  español que le avista,   en el istmo de Panamá, el  25 de Septiembre del año 1513. Esta antigua denominación de lo que hoy conocemos como "Océano Pacífico", se mantendrá durante casi toda la época de los descubrimientos, a pesar de que el portugués Hernando de Magallanes  en el primer cruce del Estrecho en el año 1520,  ya le bautizara como  "Pacífico"   por lo apacible de sus aguas.

(2)   Los ríos del extremo sur peruano al igual que el Lluta, el  San José de Azapa  y Camarones, en Chile, efectivamente nacen todos en la alta Cordillera y  desembocan en el Océano Pacífico, a diferencia de las numerosas quebradas que  en el área de la gran Pampa del Tamarugal  vierten sus aguas a esta cuenca interior  cerrada, endorreica,  y no alcanzan, por consiguiente,   la faja litoral.

(3) Las garúas o camanchacas, al menos en la sección litoral del norte chileno,   se extienden desde Mayo hasta Noviembre  e incluso hasta la  primera semana de Diciembre, con un peak de producción de agua   en los meses de Septiembre-Octubre.

(4) "Carneros de la tierra" es la denominación que aplicarán generalmente los españoles  al ganado indígena de llamas y alpacas, por un cierto aunque lejano parecido que hallan entre estas especies nativas y  el ganado caprino de origen europeo.

(5) Ilabaya, al igual que los topónimos Tiabaya, Carabaya, en el área  arequipeña y  Chanavaya, Huantajaya  y  varios otros nombres de lugares  en el área de Tarapacá (Chile) terminados en la desinencia -aya o -baya, son,   a lo que hoy se sabe,  nombres de  origen puquina. La desinencia -baya,   -aya significa "planicie", "llanura", según  los estudios  hechos por el lingüista peruano Rodolfo Cerrón-Palomino. La presencia de estos topónimos puquinas señala  bastante bien el área de dispersión antigua de esta lengua, la tercera en importancia en el Perú colonial después del quechua y el aymara. (com. pers. Rodolfo Cerrón-Palomino, agosto-septiembre 2012).

(6) "Huanaes"  (por "Guanayes")  Se trata del guanay o cormorán  (Phalacrocorax bougainvillei), ave marina muy abundante que frecuenta y anida en  los islotes e islas del Pacífico donde forma enormes colonias de decenas de miles de individuos y deposita, durante su estada,  su estiércol desde tiempos inmemoriales. Este se ha acumulado durante milenios hasta formar las famosas covaderas (o guaneras)  o depósitos de guano,  ya intensamente explotados en tiempos indígenas en las islas Chincha (Perú Central) o en la isla  de Arica (isla Alacrán)  y  en la isla de  Ique-ique, en Pacache, Pabellón de Pica  y otros roqueríos de la costa tarapaqueña. Este guano  (wanu en  quechua)  fue el fertilizante preferido para el enriquecimiento de las tierras agrícolas en todo el sur peruano y norte chileno durante siglos,  y aún se le utiliza hoy día con el mismo  fin.

(7)  Nótese que el cosmógrafo Cosme Bueno denomina  a la isla  que se halla frente a la costa (desde el año 1920 unida al continente para formar el puerto) como "Iquique". En efecto, tanto la cartografía más antigua como  los relatos de cronistas y viajeros tempranos se refieren generalmente con el nombre de Ique-ique a la isla del guano donde trabajaban decenas de familias de indios camanchacas y changos. Iquique, como  centro poblado en tierra firme,  era probablemente tan sólo un rancherío insignificante, con algunas barracas,  dotado ya, sin embargo,  de una pequeña iglesia dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen María en el barrio El Morro. Casi toda la actividad se desarrollaba en torno a la extracción del fertilizante natural en la "isla del guano", tal como  lo reseña expresamente el detallado relato del médico Basil Ringrose, de la expedición de corsario  Bartholomew Sharp en el año  1680. Aunque el relato de  Ringrose data de un siglo antes, sabemos que  Iquique como centro poblado,  todavía en el año 1825, contaba apenas con un centenar de habitantes, según nos informa William Bollaert en su obra de  1860.

8)  "ríos de poca agua".  Efectivamente, a partir del río Caplina que riega la  zona de  Tacna (Perú), hacia el sur, ya en territorio chileno, todos los ríos presentan normalmente muy escaso caudal. Algunos incluso  son cauces esporádicos, como el río San José de Azapa, o el río de Tiliviche (o río de Pisagua), que sólo algunos años logra llegar con su caudal hasta el océano. Este caudal sólo engruesa, y a veces muy considerablemente, con ocasión de las fuertes lluvias en los sectores altiplánicos, en los meses estivales de Febrero y Marzo, causando en tales casos  desastres, arrasando campos de cultivo, o destruyendo puentes y caminos.

(9)  "Valle de Ica".  Aparente error del transcriptor o copista. Se debe leer "Loa". Se trata efectivamente del río Loa que nace  a los pies del volcán Miño  y  logra atravesar dificultosamente  el desierto, rumbo al Oeste, trazando una gigantesca  "U"  hasta desembocar en el paralelo  21º  26´ Sur, límite actual entre la Iª y IIª Región de Chile. Sus aguas regaban antiguamente  no sólo las chacras de cultivo de Calama  sino también las de Quillagua. Hoy día, por desgracia, sus aguas están fuertemente contaminadas  por los residuos tóxicos de la gran minería del cobre de Chuquicamata que son vertidos cerca de su cauce. En tiempos antiguos, a juzgar por la gran cantidad de cementerios humanos prehispánicos  de numerosos cuerpos que se ha encontrado en el área contigua a Quillagua, la zona estuvo densamente poblada. Hoy,  una raquítica población  trata de sobrevivir en el lugar, alimentando algunos pocos  rebaños de cabras y ovejas. Del esplendor pasado y su actividad, tan sólo nos  hablan algunos pocos  árboles de algarrobo y tamarugo que  aún se yerguen  a sus costados y  ofrecen  al viajero el  saludable aspecto de un valle arbolado.

(10). Se trata del Volcán Miño, situado a los 5.620 m de altitud, según el Diccionario Geográfico de  Riso Patrón,  1924.

(11)  Huantajaya  (escrito  antiguamente Guantajaya) era una afamada mina de plata; Chanavaya, en cambio, era de cobre. Ambos términos tal como lo hemos señalado mas arriba,  son de origen  puquina y prueban la presencia de esta etnia en nuestra región de Tarapacá.  Ya hemos señalado que la desinencia -aya o -baya designa  una llanura o planicie,  en lengua puquina.

(12) Efectivamente, la falta total de agua en estos yacimientos, fue siempre el gran obstáculo para su explotación, tal como lo repiten constantemente los documentos de la época. En el caso de Huantajaya, el agua tenía que ser llevada, en carretas, desde  unos 72-74 km de distancia,  esto es, desde las vertientes de Huarasiña, en el valle de Tarapacá.  Curiosamente, en los piques más profundos de la mina, como en el caso del Pique "San Juan",  hay constancia de que apareció el agua en bastante cantidad hacia los 200 m de profundidad,  anegando las galerías  antiguas; ésta era, sin embargo, fuertemente salina  y no se prestaba para la bebida humana.

(13)  Parece poner en duda Cosme Bueno  el hecho de que esta mina (Huantajaya) hubiera sido  trabajada y explotada ya por los Incas, cosa que sabemos  era algo probado y  cierto por las reiteradas afirmaciones en tal sentido por parte del cronista  Pedro Pizarro en su Crónica  escrita en 1572.  En todo caso, las catas para la explotación practicadas  por parte de los Incas, se habrían desarrollado en el alto de San Simón, y no en la zona del Hundimiento, (llamada de San Agustín),  a lo que nosotros creemos  tras haber recorrido intensamente la zona.

(14)  Breve referencia a la aparición, de tanto en tanto, de  masas o "papas"de plata en las labores mineras. Ya hemos  dialogado sobre este tema de la aparición de plata prácticamente pura, en forma de "papas" en este mineral  en un capítulo anterior de este Blog (Vea  etiqueta "papas de plata", o "Huantajaya").

(15)  El beneficio (o procesamiento) de este mineral no podía realizarse en el propio Huantajaya, a causa de la total ausencia de agua en el lugar.  Se precisaba de grandes cantidades de  agua para poder  realizar la molienda con el sistema de quimbaletes. Por lo que debió ser procesado  muy lejos de allí . Primeramente, en tiempos del  encomendero Lucas Martínez Begaso,  entre los años  1540 y 1562, aproximadamente,  el  proceso de fundido se verificó  en  una fundición  que el encomendero  estableció  en el sitio de Tilibilca, junto al poblado de Huarasiña, hacia  la desembocadura de la quebrada de Tarapacá, donde había (y aún hay) potentes vertientes de agua,  de excelente calidad..  Ruinas imponentes de esta fundición colonial temprana  existen hasta hoy. El tema, con abundante material fotográfico,  lo hemos tocado en un capítulo especial de este Blog (véase bajo las etiquetas "Tilibilca", o "Minería colonial").  A partir del siglo XVIII, época del mayor auge de esta explotación minera,  el proceso de molienda y fundición se realizó en la pampa del Tamarugal, en las proximidades de la localidad de La Tirana, donde hasta hoy  subsisten las ruinas - algunas muy bien conservadas- de varios de estos trapiches  de beneficio.  El agua aquí se obtenía de pozos, y se encontraba a poca profundidad. Uno de ellos, el Pozo "del Carmen" habría dado, al parecer,  origen al poblado  de La Tirana, y, más tarde, al Santuario Mariano católico del mismo nombre.

(16)  Aquí se ha escrito correctamente "Loa"  y no "Ica" , como más arriba. Este punto marcaba el límite y frontera colonial entre  el Partido de Tarapacá  (dependiente de la Intendencia de Arequipa)  y  el Partido de Atacama (dependiente de la Intendencia de La Plata).

(17)  Se alude aquí a una de las ocupaciones básicas de los indígenas camanchacas o changos de Ique-ique durante la Colonia:  la  pesca y salazón de  pescado (congrio y tollo) el que, con el nombre de "charquecillo" era muy consumido tanto en los minerales de Huantajaya y Santa Rosa, como en las comunidades  agrícolas de  la sierra.

(18)   Por Arica eran trasladadas a la capital del Virreinato (Lima), por barco la barras de plata  provenientes del mineral de plata de Potosí. La irrupción y saqueo frecuente por parte  bucaneros y piratas ingleses y holandeses en este puerto,  obligó a  realizar este trayecto por tierra.

(19)   Extrañamente no se conoce, como en el caso de  la mayoría de las ciudades españolas, la fecha exacta de la erección oficial de Arica como ciudad. Se presume que fue  a fines del siglo XVI.

(20)   Rómulo Cúneo Vidal , historiador peruano nacido en Arica, nos  trae el listado de todos los Corregidores de Arica en su obra  "Historia de la Fundación de la Ciudad de San Marcos de Arica",  en sus Obras Completas, Vol. IX,  Lima 1977: pp. 107-108).  Las numerosas obras de Cúneo Vidal son fundamentales para el estudio de la historia de la región de Arica y Tarapacá, en particular durante el período de la Colonia.

(21)  Las "Cajas Reales" fueron, durante  toda la época colonial el equivalente actual de la Aduana, donde se cobraba el "quinto real"  sobre todas las ventas y transacciones comerciales, en particular las mineras. Durante mucho tiempo, las Cajas Reales estuvieron  en Carangas, a gran distancia de Tarapacá, lo que obligaba a los mineros tarapaqueños a realizar enormes y costosos viajes con las barras de plata, las que debían ser pesadas y "quintadas" (pago del " quinto real"  o quinta parte, que correspondía al Rey de España)  Posteriormente, las Cajas Reales fueron trasladas a Arica para un mejor control  y fiscalización de la producción  minera de l región de Tarapacá.

(22) Los "Anexos", eran  dependencias menores de los Curatos respectivos, donde existía una capilla o templo para la atención espiritual de los fieles. Cada Curato (o parroquia de indios) tenía varios  "Anexos". La presencia de un Anexo de Curato involucraba, de por sí,  y necesariamente, la presencia de una iglesia o capilla, por más sencilla que ésta fuese.  Y, por consecuencia, la obligada visita periódica del sacerdote doctrinante a sus fieles, tanto  para la entrega de los Sacramentos como para  la  celebración del culto católico, en particular en época de sus fiestas patronales.

(23)  "Cotpa"  por Codpa. Hay un  evidente descuido y negligencia en la transcripción de numerosos topónimos en esta enumeración. Es posible que hubiese existido poca fijeza en su escritura fonética corriente.   En todo caso, preferimos Cotpa a Codpa  (denominación actual) , como nombre original del poblado. Otros topónimos  resultan casi irreconocibles como Besien  (¿Belén?). "Camsana" debió ser  una mala lectura de Lamsana, topónimo  que, posteriormente, por causas que no conocemos, derivó en Laonzana actual.

(24) En qué sentido y extensión la lejana Real Audiencia de la Plata tenía alguna suerte de ingerencia en el nombramiento del Corregidor de esta Provincia de Arica, no nos queda claro.





viernes, 26 de octubre de 2012

"Papas" de plata pura en el mineral de Huantajaya: ¿un mito minero o realidad?


Fig. 1. Ilustración  que presenta  don  Francisco Xavier Mendizábal en el año 1807 del campamento del Mineral de Huantajaya.   Representa el sector  de San Agustín, el  que  fue intensamente trabajado  en el siglo XVIII. En el grabado,  a la extrema derecha,  aparece  parte de la nave de  la iglesia del campamento, enteramente construida de tablas de madera. No alcanza a aparecer su elevada torre. (Archivo de Indias, Sevilla). 



Fig. 2. Vista del Mineral de Huantajaya desde el Este. Inmediatamente detrás del vehículo, se halla la "quebrada del Obispo" por donde se accede, subiendo  hacia la derecha,  al "Chiflón del Diablo",  una de las galerías bien conocidas del yacimiento (Foto H. Larrain, Agosto 2012).


Fig.  3. Desde el sector  del "Hundimiento", vista hacia el SE. Obsérvese los piques y forados antiguos practicados en  el cerro situado al centro de la foto. Atrás, a la izquierda,  sectores recientes del área industrial de Alto Hospicio.   (Foto H. Larrain, Agosto 2011).

Fig. 4.   Vista general del yacimiento minero de Huantajaya.  El cerro alto en la parte media de la foto corresponde al  "Alto de San Simón". Los cerros hacia la extrema derecha, algo más bajos,  corresponden al área conocida como "San Agustín". Al pie de éstos,  se alzaba la población minera y su campamento. Vista de SE a NW. (Foto H. Larrain, Agosto 2011).

Fig. 5.  El lugar exacto llamado desde los tiempos de don Antonio O´Brien "El Hundimiento", donde varios de los mineros, todos ellos vecinos de Pica y Tarapacá,   tenían estacas  para la explotación  de la plata. En sus proximidades, según el relato colonial habrían aparecido, sueltas en la tierra, dichas "papas de plata". Vista tomada desde el SE. Esta  enorme fosa se debería, según se cree, al desplome natural  producido por la proliferación inconsulta  de galerías y socavones subterráneos, practicados por los mineros en busca de las codiciadas y huidizas vetas.   (Foto H. Larrain,  Agosto 2011).

 Fig. 6. Sector del "Hundimiento", parte inferior.  Acceso antiguo a   uno de los túneles de la mina, de época colonial. Se conservan aún las maderas puestas allí en el siglo XVIII para apuntalar la zona de  ingreso.  Existen  tres accesos a  túneles en este sector, que dan a diferentes galerías. (Foto H. Larrain  Agosto 2011).


Fig. 7. Un pique  o bocamina entre los  muchos que se observa en el Mineral.  (Foto H. Larrain, Agosto 2011).


Sobre las afamadas "papas de plata" halladas en el mineral de Huantajaya, (junto a Iquique y al lado de la localidad de Alto Hospicio)  existen numerosos  y casi increíbles testimonios. Veremos algunos y trataremos de hacernos una idea lo más certera posible acerca de estas "papas" de mineral  casi puro de plata.
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Una  referencia  curiosa del inglés  William Bollaert  en 1860.

Este personaje, uno de los  más  notables descriptores del área de Tarapacá   después del cartógrafo sevillano de origen irlandés Antonio O´Brien  (1765),  nos ha aportado en sus numerosos trabajos  relativos al área,  una excelente descripción de la actividad minera e industrial de la región. No podía ser menos, por cuanto su formación  como químico ensayista de metales le hacía  particularmente apto para observar y tomar nota  precisa y confiable de este tipo de actividades, en las cuales se vio envuelto desde su llegada a Iquique en 1826, cuando la ciudad era una mísera aldea de pescadores que no superaba los 100 habitantes.  Sus informes, publicados en inglés en varias revistas científicas de Inglaterra,  cubren un interesante período  de tiempo: entre  1825 y 1868, aproximadamente,  justo cuando se inicia en esta zona, peruana por entonces,  la explotación del salitre en las llamadas "Oficinas de Paradas". 

El espíritu antropológico de Bollaert: escudriñador del sentido de los geoglifos tarapaqueños. 

Entre las muchas curiosidades científicas que reporta en sus trabajos  destaca su gran interés por escudriñar y descifrar el misterio de los famosos "Pintados" o grupos de geoglifos que jalonan ciertas rutas y huellas  ancestrales de los antiguos habitantes. El tema evidentemente le atrae y le fascina. A su análisis destina numerosas líneas de sus escritos.  Hemos ya hecho referencia explícita a este interés arqueológico y artístico de Bollaert en otro capítulo de  nuestro Blog. Por su interés en este campo de estudio, Bollaert merece  ser considerado, sin lugar a dudas,  el  indiscutido pionero de los estudios de Arte  Rupestre en Chile. Antes que el alemán Rodulfo Amando Philippi, Bollaert se había percatado de la importancia y significación de estas representaciones rupestres,  mucho más abundantes en Tarapacá que en la zona de Atacama donde Philippi las examinara con detención durante su viaje de  1853-1854. 

"Papas" de pura plata: ¿ mito o realidad?. Lo que nos  transmite  la historia.

Pero otro punto un tanto diferente de los geoglifos, pero no menos  importante,   atraerá hoy nuestra atención en este autor.  Además de referirse in extenso a la explotación del salitre, cuyos inicios  conoció de  cerca, nos habla de la riqueza del mineral de plata de Huantajaya, del que dice textualmente:

"Esta provincia   fue celebrada primeramente por las ricas minas de Huantajaya. La familia La Fuente, ella sola,  pagó en impuestos a la Corona española, más de un millón de libras esterlinas. Esta familia envió una masa de plata nativa  que pesaba casi 3.300 [libras], como presente al Rey de España; fue hecha rodar a mano desde las minas y dejada caer por su propio peso por la pendiente arenosa de los cerros de Iquique; una parte de la huella que dejó a su paso, permanece visible hasta hoy". (cita textual de la Descripción de Tarapacá por William Bollaert, traducida y comentada por Horacio Larrain, en la Revista Norte Grande, Vol. 1, Nº 3-4,  Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile,  Marzo-Diciembre 1975, p. 465).

Bollaert trabajó en Huantajaya y,  tal vez, tuvo ocasión de ver con sus propios ojos alguna vez una de estas "papas". Porque en ningún momento  pone en duda  su presencia en este Mineral. Lo da por sabido.  La expresión "masa de plata nativa",  alude claramente  a la gran pureza del mineral  de plata que encerraban.

Esta afirmación de Bollaert, escuchada sin duda de boca de mineros en la misma mina de Huantajaya, donde el propio Bollaert trabajó un tiempo como químico, nos  anuncia  la razón de ser de la gran celebridad que alcanzó este yacimiento de plata  en la época colonial.  Aquí aparecían,  de tanto en tanto,  "papas" de plata pura en las labores mineras. Y este sólo hecho atraía a toda clase de  mineros y aventureros (pallaqueros) en busca de fortuna. No sólo entonces; también ahora. ¿Era cierta esta información que circulaba  o formaba parte de un mito  propio de Huantajaya?.Lo vamos a averiguar.

Casi tonelada y media de peso: ¿mito o realidad?.

El peso de la masa  [o papa] de plata que, según Bollaert, fue enviada como obsequio por la familia  de los mineros de apellido De la Fuente al Rey de España, para atraerse su favor  y beneplácito  es, de por sí, muy sorprendente.  Una libra inglesa comportaba aproximadamente 453,59 gramos, es decir,  poco menos de 1/2 kg. Por lo que, multiplicando, obtendremos para la susodicha "papa" de plata, el  asombroso peso de  1.485  kg.   El relato,  difícil de sustentar,  señala que habría sido  hecho rodar por sus descubridores, cerro abajo, desde Huantajaya  hasta la costa de Iquique,  dejando una profunda huella  a su paso. Lo que sospechamos no sea otra cosa  más que  resabio de un posible  "mito"  minero. Porque con tal descomunal peso, aun cuando hubiese sido totalmente cilíndrica,   se habría enterrado en la  cubierta arenosa de la ladera,   a las  pocas decenas de metros de  rodar desde el alto. A no ser que dispusiesen de aparejos especiales para hacerla rodar cerro abajo.

El fulgor de Huantajaya.

En todo caso, es un hecho que,   desde muy tempranos tiempos,  circula entre los cronistas  el  "fulgor" de la plata procedente del mineral de  Huantajaya. Tanto,  que su fama casi llega a igualar  en su momento a la del Cerro rico de Potosí,  en Bolivia.

 Ya  el cronista Cieza de León,  en su Crónica del Perú relataba al efecto:

"En los valles de Tarapacá es cierto que hay grandes minas y muy ricas, y de plata muy blanca y resplandeciente". (Edición  1945, Capítulo LXXV: 211- 212).

"Plata blanca y resplandeciente".

"Plata blanca y resplandeciente" solo podría ser  observable directamente en las famosas "masas"  o "papas" de plata. Ciertamente no en los diversos minerales azulinos, negruzcos  o verdosos que la contienen. ¿Las vio, tal vez,  el cronista soldado Cieza en manos de algún minero de Huantajaya, como Pedro Pizarro  o Lucas Martínez Begaso, o Pedro Sande?. Es muy posible.  De donde,  tal vez,  podríamos inferir que tales "papas de plata " fueron ya conocidas desde la época indígena, por cuanto fueron  ellos los que habrían suministrado la información sobre este yacimiento a  los españoles ya desde 1553, según consta  en varias fuentes.  En efecto, hay constancia de que estas minas fueron trabajadas ya desde los  tiempos del Inca, como lo anota explícitamente Pedro Pizarro el cronista,  primo del Marqués Francisco Pizarro,  en su obra publicada en el año 1572 .

El cronista Pedro Pizarro y las "papas" de plata.

En 1571 en su "Relación del Descubrimiento y Conquista de los Reinos del Perú"  (1571), Pedro Pizarro nos deja un testimonio explícito de la existencia de estas "papas" de plata en Tarapacá.  Explícitamente el cronista español , señala que "de estas minas sacaban plata para el Inca".  Señala, en efecto,:

"Y en este tiempo [cuando los indios cercaron a Gonzalo Pizarro y estuvieron a punto de matarlo],  descubrió Hernando Pizarro las minas de Porco y tomó aquella mina rica que allí tiene; que destas minas y de unas questán en Tarapacá, tierra yungas, legua y media de la mar del Sur, sacaban plata para los Ingas..."...."  (1944: 150; negritas nuestras).).

Y continúa Pizarro su  gráfica descripción unas líneas más abajo de esta manera:

"Hay otra parte donde sacaban plata [los Ingas] ansimesmo como tengo dicho que se llamaba Tarapaca. Tiene este nombre de Tarapaca por un pueblo que así se llama questá doce leguas destas minas. Están estas minas de Tarapaca en unos arenales.  Doce leguas destas minas está la agua dulce, y por partes á treinta [leguas] ni á cuarenta no la hay. Es el metal de plata que en estas minas hay muy rico porque lo más que se ha sacado della es plata blanca acendrada, y aún quieren decir que tiene quilates de oro. No se ha hallado veta fija.  Hay tantos veneros a manera de vetas en diez leguas al rededor, de lo que se ha visto, como venas tiene una hoja de col, y en todas partes que cavan sacan metal de plata, uno más rico que otro. Por la falta de agua que tiene tan grande no se labran ni se ha descubierto la riqueza que ne ellas hay, porque se tiene noticia de una veta que los indios tienen bien tapada, que dicen ellos era del sol de anchor de dos pies , toda de plata blanca..."  (Pizarro,  1944: 151;  negritas nuestras).

¿Cómo se enteró Pedro Pìzarro de este descubrimiento?.

Lo supo por  el descubrimiento que hizo de ellas Lucas Martínez Begaso, encomendero de Tarapacá nombrado en tal función por el Marqués  Pizarro en Enero de 1530. Lo afirma  así el propio Pedro Pizarro. Así lo refiere el cronista:

"Lucas Martínez, vecino del Cuzco y [que] después lo fue de Arequipa, uno de los conquistadores  deste reino, labraba estas minas porque tenía en encomienda este pueblo de Tarapaca. Pues labrando en una cueva de adonde primero sacaban plata para el Inga, hallaba unas papas redondas como bolas questos indios llamaban papas, como tengo dicho, sueltas entre la tierra, de peso de doscientos pesos, y de á trescientos, y de quinientos, y de arroba y de dos arrobas, y aconteció hallar papa que pesaba un quintal. Labrábase esto con grandes costas y hallábase estas papas a tiempos..."   (Pizarro  1944:  151-152). 

¿Qué  aspecto y forma tenían,  según el cronista-soldado?.

Por fin tenemos algún detalle más particular acerca de la forma de estas extrañas "papas de plata".  Primero se señala  que   estas papas  eran "redondas como bolas". Para luego agregar  que  estaban "sueltas  entre la tierra"   [es decir, no constituían  una  veta propiamente tal].  Si los indios las llamaron "papas"  (en quechua papakuna), es porque ciertamente se asemejaban de alguna manera a las papas comestibles (Solanum tuberosum, fam. Solanaceae). Es decir, tenían formas aproximadamente redondas, como protuberancias y  mostraban exteriormente una superficie aplanada,  muy lisa y suave, como si hubiesen sido  desgastadas y suavizadas por arrastre. En otras palabras, carecían totalmente de aristas. Una papa  comestible recién sacada de la tierra posee esa suavidad en su contorno y un cierto brillo típico.

Algo más abajo, en el mismo texto, Pedro Pizarro añade  otra característica:  se hallaba "pedazos de piedra a manera de adobes de plata blanca que subía la ley".  Adobes  hacían los indios en el Perú de formas diversas, no solo cuadradas o rectangulares como los conocemos hoy.. Los  había frecuentemente  de tipo casi circular o esférico. A esto tal vez se refiere  aquí el cronista.

Cómo extraían el mineral de plata  de una "papa"?.

 Luego nos indica el primitivo procedimiento minero aplicado por los españoles a estos "adobes" o "papas"  para el rescate del mineral,  el que no podía ser más simple :  "...no se hacía más que, arrancado el adobe [del subsuelo], le daban con una almadana encima y saltaba una costra delgada que tenía, y quedaba hecha una plancha de plata". Es decir, presentaban una película  a manera "costra delgada", esto es, un recubrimiento de color terroso y oscuro [probablemente] , el que ocultaba  el brillo interior del metal. Esta delgada costra saltaba con el golpe, pues no era parte integrante del mineral sino solo un recubrimiento y se desprendía del mineral. Esta "costra", a nuestro entender,  o era  una  pátina o barniz externo, producto del encuentro del mineral  en estado líquido,  procedente del  magma,  con la tierra circundante, o  más probablemente,  una forma de "oxidación" de la superficie  en contacto con el aire  (óxido de plata,  de coloración negruzco o negra ).

  Por último, se señala que aparecían  a muy poca profundidad:  " en obra de medio estado que estaban éstas..". Un  "estado"  era en la época colonial  una  " medida longitudinal tomada de la estatura regular del hombre, que se usaba para apreciar alturas o profundidades, y solía calcularse en siete pies". Como la medida  de un  pie castellano equivalía a 0.2786 metros,   siete pies  comportaban  1,95 m. Por tanto, la profundidad máxima a la que se encontraban regularmente estas "papas" de plata era aproximadamente de  0.97 m, es decir  algo menos de 1 metro. Podían, pues, ser halladas  mediante "catas" muy superficiales.

Por último señala el cronista que,  con los golpes secos y certeros de una almadana, saltaba  la costra o corteza que recubría ligeramente el metal y quedaba a la vista la "plata blanca". Qué era una almadana?.  Consultado el Diccionario de la Real Academia Española, nos dice que viene de "almátana" ,  voz de origen árabe, que  significa: "Mazo de hierro con mango largo, para romper piedras. Deriva del árabe hispano  "almátana" . 


Variedades del mineral de  plata en Huantajaya.

Con excepción  de las "papas" de plata casi pura, el mineral de plata más común  en las minas de  Huantajaya  es una sal de plata de un color azul celeste, bello y  muy característico. También el mineral puede adquirir tonalidades negras.  Se le ve muy frecuentemente asociado o mezclado con sales de cobre, de colores verdosos  (malaquita, turquesa, calcopirita). Pero el hallazgo de "papas" de diversos pesos, es algo totalmente fortuito. No debió, sin embargo,  ser un hecho tan raro y aislado, de acuerdo a lo que citan las fuentes.

Un testigo posterior confiable.

Don Pedro de Ureta y Peralta publicó, en una edición del "Mercurio Peruano" del año 1792  una extensa referencia al mineral de Huantajaya y a su producción de plata. Don Pedro es una fuente bastante confiable por cuanto vivió toda su vida en la ciudad de Arica, y su padre fue Corregidor de la ciudad de Arica por varios años, siendo,  por tanto, la persona a quien  correspondía directamente  fiscalizar  el cumplimiento de la normativa real respecto a  la producción minera.



 En  el artículo publicado  en el "Mercurio  Peruano" de fecha   1º de Noviembre del año 1792 (Nº 191, pág 136 y siguientes)   con el nombre de  "Descripción de la Ciudad de Arica y su vasta jurisdicción correspondiente a la Intendencia de Arequipa en el Perú". analiza el tema de la producción de plata y el hallazgo de  papas de plata pura  en el mineral de Huantajaya. Un párrafo especial  merece el  intento que hace  por  explicar el origen geológico de estas "papas de plata pura".

 Dice al efecto:

"admira el modo de cuajarse de estos bolsones [de plata] si aquellas cubiertas, y aunque sujeto al juicio del físico este fenómeno, el mío me lleva a conocer que influyen en su formación los fuegos subterráneos que derritiendo con su actividad los metales en cercanos a los lugares de su inflamación, filtrándose el material por las porosidades de la tierra, y detenido porque ha parado el grado de calor que lo fomenta, se convierte en plata..." .

Nada sabía por cierto Ureta y Peralta del magma y de la existencia de material fundido a altísimas temperaturas bajo la corteza terrestre. Sin embargo, discurre acertadamente que este material fundido, "metalizado", se "filtra por las porosidades de la tierra" , aludiendo, de alguna manera, a formas de erupción magmática desde las profundidades que lograron alcanzar la superficie.

Las fechas de aparición conocidas, coinciden todas con el siglo XVIII.


Nos indica también un dato precioso: algunas fechas en que fueron halladas "papas de plata pura" en este yacimiento de Huantajaya. Lo reduzco a esta pequeña Tabla:


Hallazgos más notables de "papas" de plata.

Tabla 1.

Fecha - Peso en arrobas - Peso en Kg. -   Mina de origen -       Minero 

1758----32 arrobas (=368.06 kg)----------- "Mina del Coronel" ---(Basilio de la Fuente)

1789 ---8 arrobas (=92,01 kg) --------------"De los Loayza" -- -(--¿Hijos de Juan de Loayza?)

1750----(no lo recuerda) ------  ------------ s/d ------- ---------- s/d


En su última referencia a este tema, Ureta y Peralta alude a una "papa" muy particular que se hallaba en posesión de su padre "entre las alhajas de su equipaje". Señala que se trataba de una papa de plata pura que presentaba, en todo el contorno de su cuerpo, una faja de oro, del ancho de una pulgada del pie de París, [esto es, 25,4 mm o 2,54 cm] "papa" que causaba gran admiración a quienes la veían por pri mera vez.


La riqueza del mineral de Huantajaya era proverbial  durante  el período colonial..

O sea, en vida de nuestro autor, en tiempos del mayor auge  de las explotaciones del mineral de  Huantajaya,  entre mediados y fines del siglo XVIII,  hay un difundido conocimiento de la aparición, de tanto en tanto,  de  grandes papas de plata pura o casi pura.  El hecho de que su padre hubiera conservado, como reliquia de familia,  una papa de plata (cuyo peso no se  nos señala)  con una faja  de oro que la circundaba, nos dice ya que conocía perfectamente del tema. En otras palabras, era "vox populi" que  aparecían en las labores mineras,   de vez en cuando,  estas papas de un valor tanto mayor, cuanto mayor fuera  su tamaño y  peso.

¿Qué nos agrega  al respecto el cosmógrafo Cosme Bueno en el año  1768?:

En el año  1768, el cosmógrafo real  español Cosme Bueno en una obra intitulada "El Conocimiento de los Tiempos",  trae una "Descripción de las Provincias pertenecientes al Obispado de Arequipa". En esta "Descripción",  nos,  ofrece detalles de gran interés  sobre la "Provincia de Arica". En un capítulo próximo de este Blog ofreceremos a nuestros lectores  la Descripción completa   con  comentarios  adicionales nuestros de índole eco-antropológica. Por ahora, nos  circunscribiremos tan solo a lo que nos dice sobre Huantajaya, su producción argentífera y  la aparición fortuita  de las famosas "papas" de plata.

He aquí, a la letra, el texto aludido:

""Lo más notable de esta Provincia  [de Arica] son sus Minas. En los altos del Curato de Pica hay vetas de Oro y de finísimo Cobre que no se trabajan por lo rígido del temperamento.   Por la parte de la Costa se hallan los Cerros de Chanavaya y Huantajaya, a dos leguas más o menos del mar,  y otros muy ricos  de metales de Plata,  de los cuales muchos no se trabajan por  carecer de agua aquel terreno  en muchas leguas [a la redonda].  El de Huantajaya se cree que fue trabajado en tiempos antiguos   [es decir, indígenas]. Cerca de estos tiempos, esto es avanzado el principio de este siglo   [XVIII],  se empezó a trabajar de nuevo sin método, creyendo que no había vetas fijas sino bolsones de Plata, porque se encontraban a techos unas piedras sueltas que llaman de barra, porque se sacan de ellas por fundición  grandes cantidades de plata .  Pero posteriormente se ha visto que hay vetas fijas  y que aquellas Papas  son anuncio  de veta cercana. Así se han establecido labores, en forma de que se ha sacado y se saca mucha riqueza. Y a no tener la penalidad de la falta de agua, pues es preciso llevar a beneficiar los metales a distancia de muchas leguas de despoblado,  estas minas enriquecieran mucho a sus dueños y fueran útiles al Reino, porque se aumentaran mucho sus labores" (edición  hecha  en Lima por  Daniel Valcárcel,  1951: 91).

Estas piedras sueltas,- indicio cierto de veta cercana, según el autor-  que dan el rico mineral que llamaron "de barra" por su gran pureza, son las famosas "papas" de plata.

Cuál era su aspecto físico exterior?.

Ninguno de los testimonios históricos que hemos podido estudiar, hace referencia, desgraciadamente, con exactitud y precisión al aspecto físico exterior de estas "papas". La descripción de Pedro Pizarro, que hemos  tratado de analizar  de cerca  más arriba ,  es la que  más nos acerca a esta realidad escurridiza. Casi nada sabemos de su textura,  su color  o el modo de reconocerlas.  Solo interesó conocer y registrar su peso y  su valía.  Porque, que sepamos, ningún investigador científico de la época las estudió a fondo, al menos durante el período colonial. Tal vez ninguno de ellos llegó a verlas alguna vez.  Por lo que nos resulta muy difícil hoy o casi imposible formarnos una idea  exacta del aspecto exterior que tenían a la vista, salvo en el caso hipotético de que existan hoy día, en alguna parte del mundo,  algunas "papas" de plata de este mineral, tal vez  ignoradas,  en algún Museo de la península ibérica.

Conclusión

Todos estos testimonios, a los que podríamos agregar otros varios, (como el de Antonio de Alcedo, en  su Diccionario Geográfico de las Indias Occidentales o América, publicado en España  entre los años 1786 y 1789 en 5 Volúmenes)   no nos dejan duda ya alguna acerca de la autenticidad de estos hallazgos. Estas "Papas de plata", de ley  muy subida,  existieron  realmente, enriquecieron a sus  dueños  y, en casos concretos, fueron, como consta documentalmente, objeto de obsequio especial para el Rey de España y para algún templo católico de la zona de Tarapacá, como era entonces la costumbre. Queda pendiente la tarea de acopiar antecedentes más concretos acerca del aspecto exterior, color y forma de estas afamadas "papas de plata".