sábado, 30 de enero de 2016

La vegetación presente en la pampa del Tamarugal a mediados del siglo XVIII: un testimonio veraz del cartógrafo Antonio O´Brien.

Presentamos en este segmento del blog  un análisis de la vegetación  que existía en la Pampa del Tamarugal  en la época del Teniente de Gobernador don Antonio O´Brien  en agosto de  1765, fecha que estampa en su famoso Plano. O´Brien se distinguió en su tiempo por sus habilidades cartográficas. Disponemos hoy, por tanto, de lo que podríamos llamar "fotografías" de la época. Tal como lo explicamos en detalle más abajo, al traer a colación sus propios textos, nos interesa saber  qué especies vio y distinguió este cartógrafo así como conocer su abundancia relativa, la  que trató de expresar gráficamente en su Plano de la "Pampa de Yluga" y en su famosa Descripción.  O´Brien denomina "Pampa de Yluga"  a esta extensa  pampa o planicie que se extiende al Este y frente a la quebrada de Tarapacá, en la zona de su desembocadura en la pampa del Tamarugal.  Es la área donde los potentes derrames de aguas  producidas por  los aluviones provenientes de las quebradas de Aroma, Tarapacá y Quipisca, permitieron, desde tiempos indígenas, establecer esporádicas chacras de cultivo y cabañas de emergencia, durante los cortos meses de existencia de agua.

¿Dónde se hallaba  Yluga?.  ¿Un sitio específico o un área?

Yluga es un topónimo  cuya ubicación exacta hasta hoy ha escapado por completo a la pericia y diligencia  de los investigadores  (etnohistoriadores o arqueólogos). Se supone haya sido un pequeño punto de descanso, en plena pampa,  en la ruta o huella que desde  Tarapacá, iba hacia el Mineral de Huantajaya, en la costa. Tal vez - así lo sospechamos- coincida con el sitio llamado "Ramainga"  (¿ramada del Inca?) que según el testamento del  encomendero  Lucas Bartínez Begaso era un lugar, en plena pampa,  donde se hacía carbón para las explotación de la plata del mineral de Huantajaya, junto a Iquique.  Yluga, [seguramente Iluca, en idioma indígena] seguramente, quedaba en dirección a dicho mineral, sito en la cordillera de la costa,  como el Plano  y el trazado de sus caminos parecen corroborarlo. El hecho de que allí tuviese el citado encomendero esclavos negros haciendo carbón hacia el año 1560, probaría que dicho lugar era una potente arboleda en su tiempo. Solo en tales sitios se justifica  producir carbón de leña.  El topónimo sobrevivió hasta  mucho después de la época de O´ Brien, pero  no  ha sido posible hasta ahora hallar el lugar mismo, que pudo haber sido arrasado por algún potente aluvión. El geógrafo peruano Mateo Paz  Soldán  en su Geografía del Perú   (Tomo I, Librería de Fermin Didot hermanos, París,1862), lo posiciona en plena pampa. Algún día, tal vez, avezados arqueólogos descubrirán las ruinas de este lugar cuya existencia histórica estaría bien documentada. De existir aún  hoy sus rastros, como sospechamos, ello nos depararía muchas sorpresas. 

Fig. 1. Firma de don Antonio O´Brien y dedicatoria de su obra sobre Tarapacá al Virrey de España en Lima.  Dice textualmente: "con el más profundo respeto y veneración queda a los pies de Vuestra Excelencia, su más rendido criado, Antonio O-Brien".
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Fig. 2. el Virrey del Perú  el barcelonés don Manuel de Amat y Junyent   (1704-1782), quien nombró a O´Brien como Teniente de Gobernador de Tarapacá e Inspector de minas del mismo distrito. (Imagen tomada de Internet). Amat  ejerció el cargo de Virrey del  Perú entre los años 1761 y 1766 y encargó a O´Brien numerosos  trabajos, conociendo de cerca sus notables habilidades.

Fig. 3.  Vista del Plano de la Pampa de Yluga, conservado en el Museo Naval de Madrid. La imagen es borrosa, por lo cual hemos puesto la  transcripción de la leyenda del mismo (que figura en el recuadro, a la derecha) en nuestra figura siguiente  (Fig.4). Este es uno de  los  varios planos que O´ Brien elaboró en la zona de Tarapacá.   Debemos la fotografía al historiador don José María Casassas quien gentilmente nos la obsequiara  en el año 1972 en Antofagasta.

Fig. 4. Detalle de la leyenda del Plano de la Pampa de Yluga, tomado de nuestro trabajo: "Antecedentes históricos para un estudio de la re-utilización de suelos agrícolas en la pampa del Tamarugal, Provincia de Tarapacá, Chile", publicado en  la revista Norte Grande, Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile  (Vol. Nº 1,  1974, frente a pg.  22). En el número 28, se reseña explícitamente un tipo particular de vegetación descrito como  "monte bajo que llaman pillallas".
  
Para formarnos una idea más precisa  del valor e importancia de estas referencias,  entregamos aquí una transcripción nuestra de unas  páginas de su famosa descripción donde se refiere a la vegetación..

Páginas de la Descripción original de 1765.

A continuación, presentamos las tres páginas del original colonial de la "Descripción" de donde extractaremos, más abajo, en forma sintética,   la información relativa a la flora presente en dicha pampa en dicho año 1765.  Después, analizaremos  el texto en detalle, haciendo ver sus aportes.

Fig. 5.  Primera página de la descripción de la Pampa de Yluga que se inicia en el número marginal  75 de su Descripción general. Para él, esta  planicie  se inicia en  la quebrada de Arica y acaba en el límite con Chile. Corresponde, pues, a lo que los geógrafos denominan  la "depresión intermedia"  que por el sur,  termina en el curso del río Loa.  (Número marginal  76 del original).
  
Fig. 6.  Segunda página de la descripción. Aquí se mencionan  en forma particular las especies de árboles y arbustos que conforman la arboleda del Tamarugal en esa fecha.


Fig.7.  Tercera página de la descripción.

La Descripción de la Pampa de Iluga por Antonio O´Brien en 1765.

Muy pocos lugares de Chile actual tienen el notable  privilegio de contar con una antigua,  minuciosa y detallada  descripción de su geografía,  hidrología y  de su flora  particular. Este documento es un retrato fiel del aspecto que ofrecía la pampa al observador atento, hace exactamente  250 años, antes de que se iniciaran las primeras exploraciones para explotar del salitre natural de su suelo. Contamos, para fortuna nuestra,  con una fina y perspicaz descripción y, por añadidura,  con un excelente Plano ilustrativo que abarca una extensa superficie entre la quebrada de Aroma, por el norte, y la localidad de Pica, por el Sur en la actual Región de Tarapacá. (Norte de Chile). En él, las corrientes de agua, los caminos y sobre todo  las zonas arboladas con diferentes especies vegetales, merecen una mención especial. 

Muerte  lenta y silenciosa del Tamarugal en la actualidad. 

 El tema es hoy de renovado interés científico, por cuanto   los bosques del Tamarugal, replantados pacientemente por la Corporación Nacional Forestal (Corfo), entre los años   1960 y 1972,  están muriendo hoy lenta pero inexorablemente a vista de ojos. Basta  hacer un breve recorrido por la carretera panamericana entre Pozo Almonte y la antigua estación de ferrocarril en Pintados, para ver   cientos de hectáreas de  árboles ya crecidos,  totalmente secos hoy, o a punto de perecer.  ¿La causa?. El fuerte descenso de las napas freáticas  y la falta de una adecuada recarga  de los sedimentos de la pampa, por la disminución notoria de las lluvias en el altiplano, los efectos directos del calentamiento global y,  sobre todo,  la extracción masiva  e incontrolada de aguas fósiles  del subsuelo tanto en el piso mismo de la pampa como en las localidades de La Tirana, La  Huayca y los oasis  piemontanos de Pica y Matilla. No existe reglamentación alguna al respecto y mucho menos una fiscalización de pozos y sondajes profundos los que han proliferado de una manera escandalosa en la zona.

Cualquier  medida futura de  replantación en esta extensa pampa, requerirá de ingentes cantidades de agua, las que solo cabe obtener  mediante  el uso de agua  de mar desalinizada, pero necesita, además,  del apoyo del conocimiento histórico para saber  cuál fue la zona arbolada en el pasado, qué especies prosperaron en ella  y qué aspecto presentaba ésta hace dos siglos y medio. 

¿Qué sabemos  del bosque  del Tamarugal en el siglo XVIII?.

Solo a partir del año  1765 tenemos noticias   detalladas y fidedignas sobre el estado de la vegetación en la pampa  que hoy llamamos "Pampa del Tamarugal" en la depresión intermedia de la Primera Región de Chile. Con anterioridad, las noticias son muy vagas e imprecisas y no nos permiten  obtener un cuadro coherente  sobre  el aspecto de este bosque del tamarugal en los siglos XVI y XVII. Las Crónicas españolas nos refieren  las peripecias de los viajes de los conquistadores Diego de  Almagro y Pedro de Valdivia con frases  lacónicas y poco expresivas. En ninguna de ellas  hay referencia clara  a los bosques del Tamarugal, aunque sí con frecuencia la   suma escasez de población,   a la sal acumulada en su superficie y a la terrible  falta de agua del trayecto y la necesidad de llevarla en cueros de animal (odres).

La cita del texto de  O´Brien.

Por eso es de especial interés,  a este propósito,  citar ad litteram la magnífica y  detallada descripción que nos dejó don Antonio O´Brien,  Teniente de Gobernador de Tarapacá en el año  1765 en el capítulo VII de su Descripción que titula:  "Descripcion del valle o Pampa de Yluga y de el Tamarugal". Nos circunscribiremos tan solo a las referencias  explícitas que allí se hace a la flora local que a él le tocó observar personalmente y en la que se fijó en forma particular. En otros capítulos de este blog nos hemos referido a este notable personaje, don Antonio O´Brien y su rol  de inspector de las minas. Su nominación como Teniente de Gobernador, con residencia habitual en el pueblo de Tarapacá, le permitió conocer palmo a palmo la región y sus contornos, así como sus problemas y necesidades. (Consulte nuestras etiquetas:  Antonio O´Brien,  Mineros de Tarapacá, Minería de la plata,  Pampa del Tamarugal).  

Texto parcial de la Descripción  (referente a la vegetación).

"Es un territorio  que según las señas y experiencia que se tiene, ha sido fertilísimo, no pudiendo dudarse que lo es y que lo volverá a ser siempre que se le introduzca agua que los riegue. Se ven en este territorio muchas y dilatadas chacras, en las que permanecen  los rastrojos del trigo y maíz que produjeron.  Asimismo, hay en él gran cantidad de árboles que llaman tamarugos, algarrobos y molles, muchas y crecidas retamas con un espeso e intrincado bosque de monte bajo, que en parte lo hacen impenetrable, por esta parte frente del pueblo de Pica. Y es bastante húmedo y muy abundante de agua subterránea; hay en este sitio en el camino que se sigue desde el dicho pueblo [de Pica] para el cerro de San Augustín de Guantajaya, dos pozos que llaman Puquios, el más profundo es de catorce varas, y por lo regular tiene tres [varas] de agua y solo sirven para dar de beber a los que transitan por este camino porque hasta ahora no ha habido quien hubiere hecho una noria u otra máquina para regar algunas tierras. Es en algunos parajes salitrosa,  por la parte que sigue a la costa, pero a más de no ver mucho el salitre, es superficial, criando una costra de  cuatro a seis dedos de grueso, y el terreno debajo de esta costra es gredoso y dulce, y todo el resto de la Pampa es especial tierra para trigo y maíz. La última cosecha que se cogió seis años ha, llegó a dar ciento treinta y dos fanegas de trigo por  una, y desde entonces no ha vuelto a sembrar en ella por falta de agua".  (Transcripción nuestra tomada directamente de una fotocopia del original del Archivo de Indias, 1765,  Nº 76;  cfr. Archivo de Indias, Legajo Charcas, 490, Nº 76)  Solo se modernizó la grafía, ortografía y sintaxis  de acuerdo al idioma español actual,  para facilitar su lectura, sin cambiar ni una sola palabra del texto).

De este extraordinario texto deducimos lo siguiente:

1. En tiempos de O´Brien había,  en lo que hoy conocemos como Pampa del Tamarugal, "gran cantidad de árboles".  Es decir, se mantenía todavía bien conservado el  tupido bosque en  numerosos sectores. Esto a pesar de la intensa explotación  realizada  por los encomenderos de Tarapacá en el siglo XVI y, antes aún, por el Inca para la obtención del mineral de plata de Huantajaya.  El Plano de la Pampa de Yluga  ilustra claramente las áreas vegetadas,  señalando  mediante una simbología  clara e inteligible, los sectores de mayor densidad de árboles y/o arbustos.

2. Distingue nítidamente O´Brien tres especies arbóreas allí presentes: tamarugos [Prosopis tamarugo], algarrobos [Prosopis alba]  y  molles  [Schinus molle].  Con estos mismos nombres los  denomina O´Brien, siendo entre éstos "molle"   [mulli],  el único nombre  de árbol de raíz indígena original.

3. Añade, como dato muy importante, la presencia de  un "bosque" de "monte bajo" que denomina "pillalla"  matorral que  a veces presenta tal densidad que  impide atravesarlo. Se refiere- lo sabemos bien- a la especie arbustiva Atriplex atacamensis, que forma  enormes conjuntos de forma   circular u oval, a  veces de  muchos metros de contorno.  Esta especie endémica de Chile es conocida en Antofagasta y en la IIIª Región de  Chile con el nombre indígena de  "cachiyuyo"  o "hierba de la sal" en lengua quechua. El término  indígena de pillalla, en cambio, sospechamos sea probablemente de origen local, posiblemente puquina. En todo caso, ciertamente, no es ni quechua ni tampoco aymara. En efecto, la desinencia final  -alla-  está presente en algunos topónimos de esta región  como Cumiñalla, en el Salar de Pintados.

4. Alude concretamente a las grandes siembras de maíz y trigo  en "chacras" que se hacían en sectores de la pampa cuando bajaba el agua de aluvión por las quebradas. Estas chacras  las dibuja  con especial esmero indicando con el número 27  su presencia  mediante un cuadriculado ad hoc. Una  de estas chacras se muestra en el Plano rodeada de un seto de árboles vivos, lo que sugiere al investigador   su plantación ex professo por los agricultores  como protección, tal vez, contra  los excesos destructivos del aluvión, o como defensa contra los vientos.

5. Las "crecidas retamas" de que nos habla O´Brien son las  plantas que hoy  llaman los habitantes  locales como "retamillas" o  "retamas" y corresponden al arbusto Caesalpinia  aphila de la  familia Leguminosae. (Subfamilia Caesalpiniaceae).  Este arbusto tiene hojas diminutas o totalmente ausentes y numerosos tallos largos y flexibles. Al florecer en los meses de septiembre hasta noviembre, se llenan de vistosas flores de un color amarillo intenso  con tintes de rojo. Su fruto, es una vaina. En sus flores se suele hallar un muy pequeño coleóptero de la familia Buprestidae y son polinizadas, además, por abejas silvestres del género Centris   sp.  que anidan bajo tierra. 

Un nuevo texto de O´Brien, continuación del anterior,  nos ilustra sobre otros aspectos importantes relativos a la forma de explotación de la flora local,  en los que el inteligente Teniente de Gobernador fija su atención  con una mirada que hoy día  clasificaríamos de  eco-antropológica o simplemente ecológica. Hélo aquí:

"77....Mucha parte de este valle cría con las humedades  de las nieblas y las que coge el terreno con  el agua que corre de las quebradas que he dicho [nombró más arriba a Aroma, Tarapacá, Mamiña, Macaya y la de La Calera],  un monte bajo y espeso que llaman Pillayas [se trata de Atriplex atacamensis]; cuando están verdes las comen las mulas. Este monte de arboleda se ha secado mucha parte de él en las inmediaciones de la Quebrada de Tarapacá por dos razones: la primera, porque siendo el terreno más alto, parece que las aguas subterráneas corren más profundas y no alcanzan los árboles tanta humedad como necesitan para su conservación no obstante que todavía  hay muchos algarrobos, tamarugos y molles en esta parte.
78. La segunda, porque es mucha la cantidad de ellos que cortan para leña, hacen carbón y otros menesteres, siendo lo que más destruye esta arboleda el modo  que tienen de hacer el carbón que es como dije:  cortan los árboles y los destrozan y cuando están secos, juntan una cantidad de ellos y les pegan fuego sin otra precaución alguna, y cuando les parece que están  pasados de fuego los apagan con tierra y sucede que si pusieron cien quintales de leña, sacaron veinte o veinte y cinco de carbón bien malo, y de este modo han destruido  la mayor parte  de la arboleda, con muy poca utilidad, y si no se pone remedio, vendrán a quedar en menos tiempo del que piensan, sin leña ni carbón ni donde ir a buscarla. 79.  Toda esta pampa o valle es despoblada y en ella no hay parte alguna que no pertenezca a Su Majestad (que Dios guarde)".(énfasis nuestro).

Comentario nuestro:

1. Advierte O´Brien con mucha perspicacia y con una mirada  que hoy llamaríamos ecológica, acerca del peligro derivado del modo abusivo y destructivo de explotación contemporánea de la leña y carbón en estos bosques. Si siguen procediendo así- señala- acabarán pronto con la arboleda.

2. Se indica en forma tajante que  no hay en esa época  [1765] habitantes estables en esta extensa pampa. Este dato es muy interesante pues comprobaría  que  aún no  se ha iniciado  aquí  la instalación de buitrones de beneficio de la plata en la pampa, cerca y alrededor de la actual población de La Tirana.  La actividad que aquí se realizará más tarde  en torno a estos buitrones exigía ya , de facto,   una forma de poblamiento al menos semi-permanente.


3. El autor  identifica aquí las expresiones  "pampa" y "valle" de Tarapacá. Por tanto, O´Brien distingue dos entidades diferentes: por una parte  la quebrada de Tarapacá  y por otra, su valle o pampa aledaña.  De ambas, traza excelentes planos. Sobre este tema, puede consultarse el artículo del arquitecto-historiador  iquiqueño Patricio Advis: "El alcance geográfico del nombre Valle de Tarapacá en la temprana Colonia", Revista Camanchaca, 1989, Nº 8, Taller de Estudios Regionales  (TER),  Iquique.

4.  Aunque no se nombre explícitamente a esta especie como  parte del "monte bajo" señalado por  O´Brien, hubo y hay aún en sectores del Tamarugal otro arbusto muy común en esta pampa: la sorona o brea   (Tessaria absynthioides).

5. Para   tener una idea más precisa de todas las especies que todavía hoy pueblan esta pampa y  sectores aledaños, véase nuestro artículo en este mismo blog:  "Flora endémica de la Pampa del Tamarugal y oasis aledaños: su uso en el pasado y en la actualidad", (Sábado 17 de Enero de 2009).

6. Somos de opinión de que "Yluga"   para O´Brien designa un sitio específico, no una comarca o área extensa,  razón por la cual geógrafos como Paz Soldán le adscribe  un punto específico en su Plano. Era tan importante  dicho lugar a los ojos de O´ Brien  que designa a toda la pampa con dicho nombre, anotándolo como un sinónimo de "Pampa del Tamarugal". La razón, en  nuestra opinión, es que  la tupida arboleda nativa y endémica  del Tamarugal existente en esa época, se hallaba situada en la planicie,  frente a la desembocadura  de las quebrada de Tarapacá, Quipisca  y  Quisma (Pica-Matilla). Al Norte  de la quebrada de Aroma  no había arboleda alguna, al parecer.  Los caminos  desde Tarapacá y Pica hacia la costa, en el Plano de O´Brien  atraviesan estas extensas arboledas, donde habría, seguramente, pequeñas postas de auxilio o tambillos  para los  caminantes, dotadas de  sombra, leña, agua y algunas provisiones.


                                 

Fig. 8.  Retama o retamilla (Caesalpinia aphila; Familia Leguminosae). Todavía  se puede observar conjuntos sobrevivientes de esta especie a unos  5 km  hacia el Weste de la localidad de La Tirana,   a corta distancia de la carretera panamericana N-S. Esta planta  fue  muy utilizada  hasta el siglo pasado para   techar cabañas o refugios y  para  armar las paredes de las mismas.  Alcanza una altura  máxima de unos  3.50 m.

                           
Fig. 9.  Ejemplares  de tamarugo (Prosopis tamarugo)   a unos  3-4 km al sur de la Tirana. Pueden alcanzar hasta los  10-12 m de altura sobre el suelo.

                             
Fig. 10.  Conjunto de pillallas (Atriplex atacamensis) visible hoy a un costado de la ruta actual  que conduce a La Tirana, a unos  4-5 km  del cruce de la Carretera Panamericana N-S.

                             
Fig. 11. Conjunto antiguo de algarrobos  (Prosopis alba) junto al socavón de Comiña, entre  los pueblos de Matilla y Pica.

Fig. 12.    Árbol de algarrobo (Prosopis alba) cargado de   frutos ( vainas de color amarillo) en el sector de Canchones, predio "Los Puquios", Pampa del Tamarugal. (foto H. Larrain,   15 Enero  2016).

miércoles, 13 de enero de 2016

Atentados en París: Charlie Hebdo y la libertad de expresión.

Hace exactamente un año, con motivo de la horrenda matanza en la capital de Francia de miembros de la redacción del periódico satírico francés  Charlie Hebdo  por parte de fanáticos musulmanes, hemos expresado con firmeza nuestro punto de vista.  El escrito nuestro, que ahora reproducimos en nuestro Blog,   fue editado en  el periódico digital de Iquique "Punto Cero", de audiencia muy limitada.  Al cumplirse  el pasado 7 de Enero un año exacto de esta tragedia que enlutó a Francia, podemos volver a meditar sobre el tema. El tiempo transcurrido, tal vez, puede ayudar a  mejorar la perspectiva del suceso en su real dimensión, ética, social, política y antropológica. Pero ante todo,  ética y moral. Nuestro escrito plantea  que  debe establecerse  límites a esta "libertad de expresión", los que deben surgir de la imperiosa necesidad de  respetarlos  cuando ésta viola o transgrede  el umbral de otros derechos humanos fundamentales de terceras personas: el derecho a pensar y sentir diferente, el derecho a tener y seguir una religión diferente, el derecho a creer en  un Dios diferente, o simplemente, el "derecho a creer"  en algo en  medio de un ambiente hoy  declaradamente  a-teo y a-moral.

¿Libertad omnímoda, omnipotente y omnipresente?

En nuestra opinión, no existe ni puede existir en democracia una libertad  omnímoda y  total para zaherir, insultar y conculcar  principios y valores de otro grupo humano so capa de libertad o so capa de expresión artística. En otras palabras, la libertad de expresión no puede ser ilimitada, tiene límites y son precisamente aquellos que le ha impuesto la necesaria convivencia humana  en democracia. Si no se respetan éstos,  empieza a reinar  la "Ley de la Selva": cada uno hace y dice lo que quiere, cuando quiere y como quiere. O peor aún, la "Ley del Talión":  "si me golpeas, yo golpeo más fuerte"; "si me hieres, yo te mato".  "Ojo por ojo y diente por diente". Ley  que Jesucristo vino a derogar en su Evangelio (como una "Nueva Noticia" para  el mundo), cuando proclamó las Bienaventuranzas en el Sermón de la Montaña: "bienaventurados los pacíficos porque serán llamados Hijos de Dios". El odio reconcentrado entre pueblos y creencias es lo que,  con preocupación, empieza a cundir y a propagarse como reguero de pólvora en el Viejo Continente europeo, que  hace ya  tiempo dejó de lado (¿o se avergüenza?)  de sus orígenes cristianos. Más aún, un continente que, por añadidura,  se islamiza a nuestros ojos  a toda velocidad. Más del 98% de todos los recientes refugiados acogidos en Europa   (más de  un millón de personas en el año 2015) provenientes del Africa o de Asia, son  de religión musulmana y veneran a Alah y a su profeta, Mahoma.  Este dato, no menor, debería ser tomado muy en cuenta  por la vieja Francia, laica y libertaria, que ha olvidado  que ella misma está perdiendo rápidamente - si es que no los ha perdido ya- los valores espirituales y los principios morales que un día le inculcara un San Remigio, obispo de Reims,  a partir de la época de Clodoveo  y la conversión de los francos   (siglo VI D.C.).  

Je ne suis pas Charlie.

Hemos leído en Internet, a propósito del intercambio de ideas en la  plataforma digital  sobre este tema tan espinudo, el siguiente comentario de la lectora  Barbara Bachman, que se declara no creyente, cuyas juiciosas y valientes expresiones compartimos en gran parte, porque creemos apuntan a la raíz misma del problema: la falta absoluta de de respeto, la  ausencia  (o la negación) de una auténtica fraternidad:

"Debo decir que con su última portada  (en la que  aparece la figura de la divinidad armada con un fusil al hombro), Uds [Charlie Hebdo] están probando que no son mejores que los mismos terroristas. ¿Qué pretenden Uds. conseguir burlándose de las creencias de otros pueblos?.  Yo no adoro dios alguno, y no creo en la religión, pero  yo respeto los valores de otros pueblos. Ninguna religión es superior a otra, y nadie tiene el derecho de criticar o mofarse de otros pueblos solo por el hecho de que crean o no en un dios. Los terroristas  matan gente porque  ellos no creen en su dios; Uds. ofenden a la gente porque creen en un dios. ¿Por qué razón?. ¿Publicidad barata?. Je ne suis pas Charlie".   

(Texto inglés:  "I have to say that with your last cover  your are no better than terrorists.  What do you want to achieve  by mocking other people`s beliefs?.  I don´t worship any god and I don´t believe in religion, but I respect other peoples´s  values. No religion is better than other. And nobody has the right to critisize or mock other people just because they believe or not in god. Terrorists kill people because they  don´t believe in their god; you offend people because they believe in a god. For what reason?. Cheap publicity?. Je ne suis pas Charlie").


Moi, je suis Charlie.

Contraste Ud., estimado lector, tal modo de pensar con el siguiente, pronunciado por Laurent Sourisseau (que se firma "Riss"),  director actual de la revista "Charlie Hebdo", explicando el sentido último de la carátula de la aludida revista, al cumplirse un año de la masacre de París:

 "...Es una carátula que representa la figura simbólica de Dios"- señaló- y agregó:  "para nosotros es la idea misma de Dios  la que dio muerte a nuestros amigos hace un año. Por eso, hemos querido ampliar nuestra visión de las cosas.   La fe no es siempre pacífica. Tal vez nosotros deberíamos aprender a vivir con algo menos de Dios". 

(original inglés: To us, it's the very idea of God that may have killed our friends a year ago. So we wanted to widen our vision of things. Faith is not always peaceful. Maybe we should learn to live with a little less of god".

Dos posiciones diametralmente distintas de personas que no profesan la fe en un Dios. ¿Dónde está, sin embargo,  la gran diferencia de  actitud?.  Uno (Riss)  da a entender  que  es mejor que la idea de Dios desaparezca de la escena porque propicia la guerra y el odio; la otra  (Barbara Bachman)  opina que  la verdadera fraternidad se basa en el respeto mutuo, en el respeto irrestricto  a la diferencia en materia de  creencias o valores.


Queremos ahora compartir con Uds. el texto de nuestro escrito de hace exactamente  un año.  

“Je ne suis pas Charlie, non plus”  (Yo tampoco soy Charlie).

Dr. Horacio Larrain B. (M. A. y Ph.D.) Antropólogo cultural y arqueólogo.
Profesor emérito Universidad Bolivariana, Iquique, Chile, Decano (por edad) de los antropólogos  de Chile.

Los hechos.

El reciente e inicuo ataque  de un  puñado de  fanáticos  musulmanes contra  el  Semanario satírico “Charlie Hebdo” de París, con un saldo trágico de 17  asesinados a mansalva, ha  hecho  verter mucha tinta en todo el mundo.   ¿Su causa aparente?   Recientes publicaciones del Semanario francés en que se mofaban  del profeta Mahoma y sus creencias (concretamente del Corán, el libro sagrado del Islam).  Esta revista  satírica francesa  han hecho gala   desde su fundación en  1970 de su  falta absoluta de respeto a todas las instituciones y  personas,  cualquiera sean su rango y posición, alzándose- como dicen ellos-   cual  paladines de la “libertad de pensamiento”. Es un eco  lejano – pero sesgado- de  aquel  famoso grito de independencia contra la monarquía  absoluta de Luis XVI  (1792) y que   aparecerá como lema de la República   bajo  el grito  de: “liberté, egalité,  fraternité” en  1848.  Estas tres sencillas palabras,  pasan a ser algo así como  la quintaesencia del  legado de Francia a la humanidad,  el fin de l´ “Ancien Régime” y  la cuna y el germen del pensamiento   democrático en Occidente:  el ocaso  de la monarquías  y el inicio de la República. Para América española y portuguesa, el inicio  y  símbolo de su independencia  definitiva  de la Península iniciada entre 1808 y  1810.

“Je suis Charlie”.

Al ser ametrallada la redacción completa de  la revista  “Charlie Hebdo”  el 7 de Enero recién pasado,  Francia y casi  todos los líderes de Occidente (China incluida)  se reunieron el pasado Domingo en París  para  expresar su más completo repudio a este acto de barbarie, sin precedentes en la historia reciente de Europa.  Decenas de miles de personas  salieron a las calles de muchas ciudades francesas  portando  carteles que decían “Je suis Charlie”,  auto-identificándose  así  y haciendo causa común con  los columnistas de Charlie Hebdo, ahora alzados como los “paladines” de la libertad de expresión. 

¿ Sólo Libertad   (Liberté)   o  también, y necesariamente,  Fraternidad  (Fraternité)  e Igualdad Egalité) ?.

Pero, por favor, hilemos algo más fino.  Nos preguntamos:  ¿hay entonces  libertad  plena para   mofarse y reírse de todo y de todos?. ¿Es esto un prerrequisito sine qua non  de la Democracia plena?. Porque para  “Charlie Hebdo” no había títere que pudiera quedar con cabeza: todos   caían o podían caer bajo su guadaña  implacable: Reyes, Papas, Presidentes  o Ministros;  obispos, sacerdotes, ministros, popes  o imanes;   todos sin excepción alguna.  ¿Cuál es, entonces,  el límite exacto que se puede establecer entre  el mofarse mediante sátira  y el injuriar gravemente, acto constitutivo de delito?. ¿Entre el reírse del prójimo y  el abofetearlo en el rostro?. ¿Entre la sátira   y  el  sarcasmo y la burla?. ¿Entre   la  chacota y la broma pesada  y el  desprecio o menosprecio?.  ¿Conoce Ud, el límite exacto?.  O, lo que viene a ser lo mismo, ¿cuál es  la diferencia que existe entre la libertad (bien  pretendido) y el libertinaje ( mal  a evitar)?. 

“Charlie Hebdo” ha olvidado lo esencial: no existe libertad sin  verdadera fraternidad e igualdad.

Nos parece que  “Charlie Hebdo”  y sus redactores y dibujantes echaron al   olvido algo tan esencial  en el grito fundante,  generador de la Revolución francesa: esto es,   que la “libertad” -   bien tan preciado y cacareado por los franceses-, debía ir  siempre   a la par (y acompañada) con la  “fraternidad” y la “igualdad”.  Ahora bien,  nos preguntamos  aquí si  las víctimas  del Semanario francés (en el caso que nos ocupa, los musulmanes [franceses o no] fieles a  su libro sagrado, el Corán)   podían considerarse  tratados “como  hermanos  (frères, fratres)” por  el aludido Semanario. ¿No sería precisamente, al revés, es decir, que han sido  tratados siempre como  bestias, como bárbaros o incivilizados?.  Que el trato dado a través del dibujo y la sátira  concomitante  era, a los ojos de todos,  francamente  repulsivo y  denigrante  (un trato de bárbaros),  es algo muy evidente para cualquiera.  ¿Acaso  el dibujo mordaz y satírico  no es una forma  velada de ofensa  gratuita e inmerecida, una bofetada en pleno rostro,  ante la cual no hay defensa, pues su autor se escudará siempre en  la impunidad o en el anonimato o en la tan manoseada “libertad de expresión”    (“no fue mi intención zaherir”; “lo hice como un juego inocente”, "con mi dibujo no he matado a nadie”;  “solo se trata de un simple dibujo ”)?.

Se pasaron de la raya   y conculcaron con frecuencia  el respeto  que se debe a la persona humana y a sus creencias.

Pensamos que  el comportamiento ético y moral de Charlie Hebdo y sus redactores  se ha pasado hace ya rato de la raya, y de inocentes bromistas se han convertido en críticos inmisericordes y sagaces injuriadores, a los que nadie se atreve a  decir: ¡basta ya!. Pensamos, además, que  estos franceses sacrificados  ayer fueron  en verdad infieles al más preciado  legado francés de la igualdad y, sobre todo, de la fraternidad universal, proclamada como un dogma en la Revolución Francesa y   en el “Padre Nuestro” que nos enseñó Jesucristo como base de nuestra igualdad y de nuestros derechos. Fueron infieles a la esencia del legado de la Revolución francesa, pues  se han convertido  –sin pretenderlo tal vez obnubilados por el  "arte" de su estilo- en los mejores excitadores al odio y la violencia, en los mejores propagadores de la espiral de violencia racial y étnica que hoy cunde como reguero de pólvora en Europa Occidental.  ¿Se han dado ellos cuenta cabal de esta responsabilidad moral que les atañe, y de la cual no podrán liberarse aduciendo  un  infantil propósito de hacer reír con sus  crueles sátiras?.

La islamización de Europa es algo real.

 Hoy hay en Europa  más de  48 millones de descendientes de  musulmanes, previéndose que  en 2030 alcancen el 8 o 9 % de la población total.  El mayor porcentaje de ellos  reside en Francia. Los dardos de  Charlie Hebdo  van, pues, dirigidos a esos millones de  habitantes que son o se sienten  musulmanes y visitan sus mezquitas, adoran a Alah,   leen el Corán y dirigen sus preces a La Meca. ¿Con qué objeto  reírse de lo que para  esa  comunidad musulmana tiene como su bien  más preciado: El Corán y Mahoma su profeta?.  Para esos millones,  tal cosa no es ni puede ser  simple chanza, es bofetada al rostro, escupo  a la cara, estocada al corazón. Pretender  ignorar esto en un país  reconocidamente pluricultural como es Francia, es  desconocer  que la esencia de la integración de un país  donde conviven tantas comunidades humanas de distinto origen étnico y racial se basa  en la tolerancia y el respeto mutuo. Tolerancia y respeto que, por supuesto, debe comenzar por su religión. 

Empecemos por casa, Charlie!.

Masacre injustificable.

No se puede justificar,  sin duda,   esta  despiadada   y estúpida masacre por parte de  tres hombres armados.  Es un acto a todas luces impúdico y vergonzoso que la justicia debe castigar en forma ejemplar.  Porque ya no estamos en la  época de la Ley del Talión: “Ojo por ojo  diente por diente”.  Jesucristo nos enseñó otra cosa muy distinta: la mansedumbre   y el “ofrecer la  otra mejilla” al que nos injuria.  Y   -no lo olvidemos-, es al Cristianismo y sus principios morales a quien  debemos  la puesta en práctica  de  todos los derechos  del hombre consagrados en las Naciones Unidas.

Pero, por favor,  que los  seguidores de “Charlie Hebdo” no rasguen hoy vestiduras por la defensa de los ideales  de la Revolución Francesa y de la libertad que ellos mismos han pisoteado  tan olímpicamente.  Porque, al menos en parte, son en cierto modo responsables  por su  desvergüenza, su cinismo  e   intolerancia,  de la propagación del odio inter-étnico y racial desatado en Europa y el mundo,  y del surgimiento de  nuevas ideologías  neonazis.  Deberían ellos, también, hacer  al respecto, su propio  y viril mea culpa. Si no  lo hacen, querrá decir que  no se responsabilizan de sus actos. Que no se han percatado del potente influjo que ejercen a su alrededor.  ¡No son unos simples  niños ya!.

“El que siembra vientos, cosecha tempestades”.

Charlie Hebdo”  ha sembrado, desde sus inicios,  desatados vientos de   crítica,  de   sátira, de burla,  a toda autoridad, moral, religiosa  política o  administrativa. Ha fustigado  a todas las instituciones, aún  las más sacras de la humanidad, siempre  “so capa de libertad”. Se ha burlado de todas las religiones y modos de vida de nuestros pueblos.  Se ha erigido a lo que parece  (¿con qué derecho?), en el “árbitro único  de la verdad”. Se ha sentido autorizada para reírse, entre otras cosas,  del  activismo o fundamentalismo musulmán  para  sembrar dudas sobre todo  y  todos,  “no  dejando títere con  cabeza” . Pues bien,  que se atenga ahora a las consecuencias de sus actos. “El que siembra vientos, cosecha tempestades”, reza  el sabio proverbio castellano que olvidamos fácilmente pero que la experiencia nos trae a la memoria de vez en cuando.  Y estas "tempestades"  las  hemos comenzado a ver en las capitales y  grandes  ciudades de la vieja Europa. Pienso que esto es solo el comienzo...  hasta que aprendamos a convivir y tolerarnos, mediante una fraternidad  vivida y sentida que debe partir por el respeto  por los valores del otro.  

Una severa advertencia: dejémonos de hipocresías.  

Por eso,  aunque   nos  duela y lamentemos profundamente lo ocurrido en  París, creo que queda  hecha una severa  advertencia: no se puede criticar  a todos y a todas: no se puede “disparar a mansalva” (caiga quien caiga) sin esperar  posibles represalias de los ofendidos.   La sana  crítica   (tan propia de la “libertad”) tiene que  estar matizada por el respeto auténtico a los demás (“fraternidad”). Si éste se pierde, se desprecia  o pisotea -como lo hace repetidamente  Charlie Hebdo-,   todo puede ocurrir, hasta  una nueva guerra mundial; todo,  a veces por la idiotez o insensatez de algunas pocas  “cabezas calientes”  que se ufanan  de su "arte" provocativo.

Por eso, defendiendo una  auténtica libertad de expresión, pero respetuosa de la persona, sus creencias y sus derechos,  que tienen tanta validez como los míos, proclamamos hoy sin temor a equivocarnos:

 Je ne suis pas  Charlie non plus”:  “yo tampoco soy Charlie”.  

No puedo sentirme identificado por  un ente  burlador de todo y todos, porque así se  termina  por  socavar los fundamentos mismos de nuestra convivencia democrática, que aunque imperfecta, es siempre perfectible.  Hasta ahora,  no se ha inventado un sistema mejor de convivencia pacífica de los seres humanos. No la destruyamos con nuestra necia pretensión de  hablar en favor de la libertad. 

Un mensaje a Charlie Hebdo  (ojalá pueda escucharlo).

Charlie Hebdo: sin fraternidad verdadera e igualdad, no hay verdadera y auténtica libertad. ¿Han proclamado Uds. la  fraternidad, la igualdad  entre los pueblos? ¿ O más bien han hecho con frecuencia exactamente lo contrario con sus burlas y sus sátiras implacables, verdaderos dardos cargados de ponzoña?.  “El que siembra vientos, cosecha tempestades”.  Y a una verdadera y peligrosa tempestad de odio étnico y racial (de ambos lados)  estamos asistiendo hoy en Europa. ¿A qué, o a quién se debe?.  ¿Quién está socavando las bases mismas  de la convivencia entre pueblos y creencias diferentes?.   Juzgue el lector por si mismo y saque sus propias conclusiones.

Iquique  (Chile), escrito para "Punto Cero",  14/01/2015.


Epílogo.

Quiera Dios que no tengamos que asistir en un futuro próximo a  acciones  aún más violentas de parte de seguidores fieles   del Estado islámico   (El) o Al Qaeda que, según han declarado, se encuentran en "guerra santa" contra  Occidente,  acciones  "de respuesta y represalia" -según ellos- a los ataques  aéreos occidentales en Siria, Irak, Pakistán o Afganistán contra sus posiciones. La guerra está declarada. Si no se cambia radicalmente de actitud por ambas partes, se puede esperar cualquier cosa en el futuro, aún lo peor.

 "Que Dios nos pille confesados", como decían piadosamente nuestros padres y abuelos. La actual respuesta de Occidente (mediante incesantes ataques aéreos) ha sido, a todas luces, incapaz de frenar la escalada de odio y  virulencia  que crece día a día. Política que es, a juicio de muchos, no solo errónea y fallida, sino además contraproducente: solo contribuye a encender aún más las hogueras ya caldeadas.  El papa Francisco,  preocupado por esta situación,  nos ha llamado a la paz y a la serenidad,   basada en un verdadero respeto mutuo  y a  un sincero y profundo diálogo interreligioso y  día a día nos da señales de lo que debe ser nuestra actitud, basada en el precepto principal de Jesucristo, base y pilar del Cristianismo: "amaos los unos a los otros como yo os he amado".

Iquique (Chile),  23/01/2016.

jueves, 7 de enero de 2016

Aluviones locales en el oasis de niebla de Alto Patache (Sur de Iquique, Chile): efectos de una lluvia descomunal en la costa del desierto de Atacama.

La parte vistosa de las lluvias: la vegetación efímera de  la costa desértica norte chilena  a fines del año 2015.

Hemos realizado una  seguidilla de visitas al oasis de niebla de Alto Patache,  a 75 km al sur de la ciudad de  Iquique, entre los meses de septiembre y diciembre del año 2015. Su objetivo directo fue   hacer un seguimiento al desarrollo de la vegetación efímera producida in situ como efecto directo de las lluvias de los días 8 y 9 de agosto 2015.  De estas visitas al "desierto florido",  hemos informado a nuestros lectores en varios capítulos recientes. La vegetación y  la fauna concomitante  fue objeto de un análisis especial, a través de numerosas imágenes captadas in situ.  Quisimos tener un registro fotográfico de lo que veíamos y observábamos, para  entregar información de primera mano a los científicos, en particular a los botánicos. Ojalá lo hayamos logrado. Además de la satisfacción personal que se experimenta ante tales hallazgos, estaba en nuestro objetivo de trabajo el interés científico por preservar esta información para la posteridad. Tal vez, hemos sido de los pocos testigos directos del hecho. Algún investigador, en el futuro,  podrá tal vez sacar provecho de este registro gráfico.   Tales capítulos,  han mostrado la cara más alegre y positiva del fenómeno de "El Niño", es decir, la extraordinaria floración, evento muy  poco común  en este desierto.

Ahora, en cambio,  en este capítulo nos referiremos a los efectos negativos  en el paisaje, derivados directamente de las copiosas  lluvias. Las fotografías son todas nuestras  (H. Larrain), y  corresponden a tomas hechas en nuestras recientes visitas de los días 25/10/2015 y  12/11/2015.

Efectos de las lluvias de Agosto 2015.

Las imágenes que siguen a continuación,  darán al lector una pálida idea  de la magnitud del fenómeno que se descargó sobre  el oasis de niebla en agosto del año 2015.  Magnitud  muy superior in situ, a los efectos visibles  de las lluvias caídas aquí mismo en el mes de  agosto 1997, de acuerdo a nuestra experiencia personal en la zona.


Fig. 1. Camino de acceso a la cuesta de "La Peluda",  unos  50 metros  antes de los letreros alusivos a la entrada al Oasis de Niebla de Alto Patache. El agua en forma de correntada escurrió violentamente por la huella,  como si se tratara de su propio y antiguo cauce natural. (Foto tomada de Este a Weste  el día 25/10/2015). El camino quedó, como  secuela inmediata,  enteramente  destruido, creándose profundas cárcavas, impidiendo el paso de vehículos..

Efectos devastadores.

Nos proponemos en este segmento del Blog   mostrar los devastadores efectos directos de estas lluvias del mes de agosto 2015 en el casi idílico paisaje geográfico de este  oasis. Conocíamos muy bien  este lugar desde fines del año 1996, cuando efectuamos la primera visita al área. Entre diciembre  1996  y Julio del año 2015, esto es,  casi durante 19 años, el paisaje  geográfico y geomorfológico  del área no se modificó en absoluto. A pesar de las lluvias ocurridas in situ  en agosto del año 1997  y las fuertes lloviznas del año 2002, efectos normales del fenómeno de "El Niño",  el paisaje natural del oasis no experimentó cambios perceptibles. El aspecto de las quebradas, las laderas de los cerros,  el diseño de los antiguos senderos de guanacos,  el acantilado o las pampas adyacentes, lucían en su forma original, tal como lo habíamos visto la primera vez, en diciembre de 1996. Esta situación de aparente normalidad y estabilidad del paisaje, cambió brusca y brutalmente en un solo día,  el 8 de agosto del año 2015.  Ese día y el siguiente, cayeron en el área 50 mm de precipitación,  introduciendo enormes cambios en la fisonomía del lugar. Las imágenes que acompañan este capítulo lo confirman y  nos permiten formarnos una idea aproximada de las transformaciones ocurridas en pocas horas. El violento escurrimiento de las aguas lluvias  provocó, en escaso tiempo,  verdaderos aluviones locales, a través de los cauces y quebradas otrora tranquilos y sosegados, me atrevería a decir, "domesticados".  De esta zona nada se publicó en la prensa regional  pues el área está completamente deshabitada. En otras palabras,  nada se supo de estos efectos, porque no afectó, aparentemente, a nadie.

¿Qué agente provocó los cambios en ese paisaje?.

La presencia del fenómeno de "El Niño"  en el Pacífico,  ha sido tradicionalmente la causa de enormes precipitaciones o inundaciones en diversos regiones del mundo. La costa árida de Sudamérica   (Perú y Chile), no es, por lo tanto,  una excepción. Aquí, donde normalmente no llueve casi nunca  o solo muy poco,   la aparición de lluvias torrenciales, con formación de cauces de agua destructores,  es algo mucho más notorio  y llamativo. La NASA  (National Aeronautics and Space  Administration) de los Estados Unidos ha  estudiado especialmente el comportamiento comparativo de este evento  en sus últimas manifestaciones   (1982-83,   1997-98, 2002, 2010, 2015). A nivel mundial- se nos asegura-   el fenómeno de "El Niño" más intenso en la historia reciente de la humanidad, fue el de 1997-1998. Nosotros hemos sido  testigos directos de su efecto concreto en el sector sur de Iquique  en agosto de 1997.  En esa fecha, si bien no teníamos in situ un pluviómetro  para medir el monto exacto de agua caída,  hicimos al día siguiente de  la lluvia  una perforación (pequeña calicata) de 20 cm  x  20 cm (de superficie) con el objeto  de  medir la profundidad a que habría alcanzado la humedad,  como efecto directo de la lluvia.  Nos arrojó el dato de  37 cm. de profundidad de  humedad intensa. Humedad suficiente para hacer  producir semillas, bulbos y raíces de todas  las plantas vivas.

Lluvias locales muy superiores a las del año 1997.

Pues bien,  la cantidad de precipitación pluvial caída el día 8 de agosto del  reciente año  2015, fue claramente  muy superior a la  caída en  1997, habiendo medido nosotros  en el mismo oasis de niebla de Alto Patache, unos 4 días después del evento,  una profundidad superior a los 90 cm. de tierra humedecida por la lluvia.  Sabemos ahora con certeza,  por los registros pluviométricos, que en este lugar cayeron  50 mm de  agua en  48 horas, y en gran parte, en las primeras seis horas del día 8 de agosto (según datos registrados en  la estación meteorológica de Alto Patache).  Lo que, para los efectos de la transformación del paisaje geomorfológico del sitio, significa  que  esta lluvia del  año 2015   fue muchísimo más intensa y destructora que la ocurrida in situ, en el mismo mes de agosto,  en el año 1997. Las lluvias de ese año 1997, no alteraron mayormente el suave paisaje de las  laderas, pampas y quebradas, tal vez porque  el agua caída no se concentró en muy pocas horas, como ocurrió el recién pasado 8 de agosto 2015. Por esta misma razón, aquel año 1997 no se detectó la formación de aluviones, con apertura de grandes cárcavas y profundos cauces como ahora.

Nuestra experiencia personal  en ambas fechas:   1997 y  2015.

En el mes de agosto del año 1997  tuve la oportunidad de subir al oasis de niebla de Alto Patache  al día siguiente de acaecidas las lluvias. El camino de acceso en la cuesta que sube desde Patillos  hacia el Salar Grande, conocido como "Camino de la Sal"  no se cortó en ninguno de sus tramos. Recuerdo muy bien, sin embargo,  que aún corría por la huella asfaltada una cierta cantidad  de agua de lluvia. En el episodio de los días 8 y 9 de agosto 2015,  en cambio, el camino se cortó en varias partes, acumuló arenas y ripios de los costados y una masa de agua mezclada con sal se precipitó desde la pampa alta hacia abajo, siguiendo el antiguo cauce natural de las sinuosidades de la ruta, y  rompiendo, al llegar al acantilado,  el dique de protección, precipitándose el agua ladera abajo. Es decir,  las aguas recuperaron su cauce ancestral. Tal cosa no ocurrió en 1997.  Claras señas de este episodio aún son visibles hoy (Enero 2016) en el color blanco de la sal  que tiñe sectores  del despeñadero.  

Con motivo de las lluvias recientes del mes de agosto  2015,  todos los pequeños cauces  hasta ese momento secos  desde hacía  muchos decenios y hasta los senderos y huellas de tráfico humano se transformaron súbitamente en riachuelos torrentosos y arrastraron material de barro y piedras. Pensamos que las imágenes que mostramos a continuación son muy elocuentes en este sentido.

Veamos algunos ejemplos concretos.

Fig. 2. Estamos a los 770 m. snm. Vista desde la Casa-Estación hacia el sur. La mansa y amena quebrada  que cobijaba la casa muestra los signos inequívocos del rápido deslizamiento de barros   arenas  y piedras por el fondo. Los tablados  de madera  destinados a instalar las carpas de visitantes,  quedaron flotando en el aire. Aquí el torrente excavó más de un metro de la base original de la quebrada, arrastrando todo a su paso.
Fig. 3.  El baño  químico   fue cubierto por la masa de  barros y lodos  hasta una altura  de  más de 2,5 metros del suelo. Con cimientos fuertes, la construcción resistió bien  la súbita embestida del aluvión   que dejó patentes marcas de  su  paso con arena y lodo sucio  en sus muros.

Fig. 4.  Parte posterior (sur) de la pequeña Casa-Estación. Utilizada como comedor y sala de estar del equipo visitante,  sufrió el impacto directo del  potente golpe de agua barrosa.  En su interior, la confusa mezcla de barro solidificado, utensilios de cocina, sillas  y  cubiertos de mesa  desparramados por el suelo, era sobrecogedora.  Hasta el motor de la luz quedó embutido en el fango. Por fortuna,  la potencia del aluvión  optó por  elegir, como vía principal de evacuación,  el costado de la casa  donde cavó un cauce hacia  la pampa vecina. La casa descansa sobre pilotes  de madera, lo que la salvó de la catástrofe.  

Fig. 5.  A escasos metros de la Casa-Estación del oasis, allí por donde subía  un pequeño sendero  hacia  el  Este,  las aguas lluvias excavaron un nuevo cauce natural de  bajada, perforando  el subsuelo y dejando una cárcava viva  a la vista.  

Fig. 6.   La Casa- Estación vista desde el  Weste hacia el  Este.  Elegido este sitio originalmente como asiento de nuestra  casa  por  hallarse protegido de los vientos predominantes  gracias a  una ladera  de cerros  protectores, nadie pensó en aquel año 2000 sobre posibles riesgos de  aluviones  futuros.  Tal era la mansedumbre del paisaje  acogedor que se ofrecía por entonces a nuestra vista.  Aquí  instalábamos nuestras carpas, antes de disponer de la comodidad de una casa.


Fig. 7.   Sección posterior (trasera)  del baño. Se puede observar  la fuerza  del impacto  de  la masa de barros y lodos que  alcanzó a los  2.50 m. de altura, como lo indica aquí con la mano nuestro colega Pedro Lázaro.


Fig. 8.  Cómo quedó  el interior del baño. El barro  alcanzó una altura de  más  de  1,60 m.  desde el piso.


Fig. 9.   Esta vista  muestra  la forma como corrió cerro abajo  la masa de agua,  cubriendo amplias zonas  de la pampa aledaña  para  terminar formando  una lagunilla  en la hondonada del fondo.

Fig. 10.  Cárcava de erosión  excavada en un sendero de ascenso.

Fg.  11.   El sombreadero de malla raschel  destruído por la fuerza del aluvión.  De izquierda a derecha:  Sebastián Toro, Pedro Lázaro y Cristian Riffo, mis acompañantes.

Fig. 12.   Una planta de Atriplex  que sobrevivió  a la embestida del agua, allí donde antes  estaba instalada  la pequeña parcela agrícola de experimentación.

Fig. 13.   Estrías formadas por el escurrimiento de las aguas ladera abajo   (rill wash).

Fig.  14.  Del piso de suelo agrícola que habíamos  formado  al fondo de la quebrada, nada quedó.

Fig. 15.  Excavación producida por  la bajada de las aguas.


Fig. 16.  Cárcava producida por  la corriente  del aluvión.  Queda en pie  el letrero alusivo a la presencia de la  parcela agrícola regada con agua de la niebla.

Fig. 17. Aquí estaba  la pequeña parcela de experimentación agrícola.

Fig.  18.  Regueras o canalículos  que se formaron  en las laderas con las lluvias  y que se precipitaron sobre nuestra pequeña parcela agrícola experimental. La gran cantidad de  regueras que se formaron en todos los cerros que conforman el oasis, testimonia de la  potencia del agua caída  y su capacidad de horadar y perforar el terreno.

Fig. 19.   Área de Bajo Patache.  A la izquierda de la fotografía, al medio, sector rocoso donde se hallaba el antiguo campamento indígena. (Bajo Patache-1).  Observe  el área   de color verde pálido por efecto de la vegetación efímera formada por Nolana jaffueli y Cristaria molinae, surgida tras las intensas lluvias de agosto 2015.

Fig. 20.  Vista desde la carretera costera directamente hacia el Este-Sureste. Sector Bajo Patache. La vegetación  descendió hasta  los  150 m snm. tiñendo de color verde las laderas.

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Fig. 21.   Entre  los paños color verde  pálido de la vegetación, se observa   deslizamientos de tierra y piedras desde lo alto.

Fig.  22.  Corto video que muestra,  de Norte a Sur, la zona  de vegetación surgida  con ocasión de las recientes lluvias de comienzos de agosto 2015.

Fig. 23.  Desde el sitio  de Bajo Patache-2  (zona de nuestros descubrimientos arqueológicos en el año 2004) mirando hacia el Noreste.  La roca  visible abajo, donde  estaba  el lugar arqueológico con entierros de tipo chinchorroide, se halla a  45 m. snm.   La vegetación  bajó en este punto, casi hasta los  80-100 m. snm.

Fig. 24.  Enormes coladas de arcilla roja descendieron cual alud  desde las alturas hasta alcanzar  la terraza litoral  hacia los  60-80 m.  de altitud snm.


Fig. 25. Arcillas hoy endurecidas que bajaron en forma líquida  desde lo  alto,  son una prueba tangible de la potencia e intensidad del aluvión.

Fig. 26.    Otras coladas de  arcillas  que descendieron por diversos puntos  desde la cimas del acantilado costero. En la parte baja de la fotografía,  se puede observar  las eflorescencias  de color blanco de la sal contenida en las arenas  salinas de la terraza marina.  Estas aparecieron  con la  lluvia. En la parte alta, las nubes de la neblina costera o camanchaca ya han invadido el sector.  Imagen tomada desde el borde de la carretera costera.

Fig. 27 .  Vista del camino de acceso al oasis de niebla, junto a la barrera.



Fig.  28.  Otra imagen de la riada que bajó por este camino en pendiente, transformada en  arrollador torrente.

Otras imágenes  demostrativas de los efectos de las  lluvias de los días  8 y 9 de agosto 2015.

 Fig. 29.  Aspecto que ofrecían los cerros  desde la cima de la cuesta "La Peluda" mirando hacia el Norte. Observe  las  numerosas regueras ( rillwash)  por donde escurrió el agua abundantemente, cerro abajo.

 Fig. 30. Regueras  o estrías de erosión pluvial  surcan las laderas de  los cerros vecinos al oasis.

 Fig  31.  Vista de los cerros  situados al Este del oasis de niebla surcados por antiguos senderos de guanacos (guanaco trails) cortados por infinitas regueras recientes.


  
 Fig. 32.  Un abanico pluvial o cono de deyección  formado por  limos finos  arrastrados por un cauce esporádico.

 Fig. 33.  Sector norte del oasis, junto a la huella.  Restos ya secos de un gran charco formado por limos finos arrastrados por un pequeño torrente. Junto con el limo y barros, el agua arrastró semillas de diversas especies que aquí se desarrollaron en forma espléndida.  El limo arcilloso permitió retener  por largo tiempo la humedad del suelo.

 Fig. 34.  Curiosamente,  el agua  al descender, siguió exactamente el trazado de uno de nuestros senderos, cavando una grieta o cárcava  profunda.

 Fig. 35.  En este sector de la pampa interior  se acumuló,  en una especie de lagunilla  (ya seca), toda el agua  que recogió una  parte de  la cuenca  interior.

 Fig. 36.  La  lagunilla o gran charco,  sitio  de acumulación de los limos y barros arrastrados. Aquí había alrededor de una docena de  pequeñas lagunillas de depositación de lluvias, las que fueron totalmente cubiertas por  las masas de limos líquidos  traídos por el aluvión desde la quebrada donde se asienta la Casa-Estación. Aquí el nivel del suelo subió varios centímetros, cubriendo todas las evidencias anteriores.

 Fig. 37.   Imagen de una pared lateral de una cárcava de erosión actual mostrando infinidad de raicillas de plantas antiguas, de períodos anteriores.  

 Fig. 38.  La quebrada detrás de la  Casa- Estación. A la derecha, el sendero de subida convertido en u  reguera.

 Fig. 39.   Tablados, anteriormente destinados a  albergar las carpas de visitantes, que han quedado flotando  "en el aire"  con la   súbita  llegada del potente flujo de las aguas lluvias.

 Fig. 40.  Zoom  a las estrías o regueras (rill wash) de las aguas lluvias en la superficie de los cerros en el sector Este del oasis de niebla. La imagen impresiona.  Las superficies de los cerros parecerían haber sido   rascadas o "rastrilladas" ex professo por un gigantesco rastrillo.


 Fig.  41.  Vista general de los efectos de la lluvia reciente de agosto 2015.  

 Fig. 42.  Uno de los cursos de agua  hoy  secos que van a dar a la pampa interior.  A sus costados, plantas de Nolana applocaryoides y Cristaria molinae, aún vivas   a mediados de diciembre 2015.


Fig. 43.   Sector extremo sur  del oasis. Formación de  cárcavas de erosión. Las cadenas de cerros costeros  constituían pequeñas cuencas de recepción de las aguas lluvias, creando cárcavas de erosión por todos lados. 

Consideraciones  ecológicas.

1.  Casi veinte años de experiencia directa en este paisaje   (1996-2015), nos otorgan la certidumbre de que  el episodio  de lluvias acaecido en los días 8 y 9 de agosto 2015, fue, a no dudarlo, el más intenso y severo de que haya memoria en esa región costera. Así  nos lo han confirmado  entrevistas nuestras hechas a los más ancianos de la zona de caleta de  Los Verdes.

2.   No disponemos aún de testimonios directos de lo ocurrido aquí  en las lluvias  del  año 1982. Pero todo nos induce a suponer que los cambios ocurridos en este paisaje no se habían visto  en los últimos 50 años, a lo menos.

3. Los registros pluviométricos del aeropuerto de Iquique  solo datan  desde el año  1980. Con anterioridad, solo existían los datos recogidos en el aeropuerto de Los Cóndores, situado en la zona actual de Alto Hospicio y a más de 80 km de distancia del oasis de niebla. Sus informes no son, por tanto, fácilmente extrapolables a sectores ubicados más al sur, dada la gran variabilidad  de las lluvias costeras, muy  influidas por la orografía y topografía locales.

4. La  excavación de cárcavas profundas  en el sector del oasis, tal como lo muestran nuestras fotografías,  fue  fruto de la intensidad de las lluvias durante las primeras horas del día 8 de agosto del año 2015. Es decir, en pocas horas, cambió radicalmente el aspecto de esa porción del oasis de niebla.

4.  Las estribaciones de la cadena montañosa de  la cordillera de La Costa, permiten la formación de cuencas interiores,  capaces de acumular  millones de litros cúbicos de agua. 

5. El registro de agua  caída ascendente a   50 mm de agua  entre los días  8 y 9 de agosto del año 2015,  según datos  de la estación meteorológica  del sitio Alto Patache  (comunicación personal del geógrafo Pablo Osses al suscrito, Septiembre 2015), es el más  grande de que se tenga noticia  en todo el sector costero chileno entre  Arica-Antofagasta.  Tal inusual y  elevadísimo registro alterará sensiblemente  el cálculo de la pluviosidad media de esta área desértica,  calculada generalmente sobre la base de los últimos 30 años. Pluviosidad media muy engañadora, pues  este año 2015 distorsiona fuertemente la tendencia. 

6.  La potencia de los aluviones recientes, fácilmente perceptible observando el estado en que quedaron los caminos de acceso al lugar, nos puede dar  una idea aproximada de lo que pudo ocurrir en estos parajes hace unos 9.000-11.000 años atrás,  en tiempos del período Holoceno temprano, época en que los geólogos ubican  la conformación general del paisaje costero del desierto chileno y sus potentes quebradas.  En otras palabras, hemos podido vislumbrar, en muy pequeña escala, lo que debió ocurrir aquí en época del lejano período pluvial, tal vez anterior (¿o contemporáneo?) a la llegada del primer  hombre a este lugar y caracterizado por potentes lluvias locales. 

7. Recomendamos a nuestros lectores que gusten de estos temas, acudir a un Diccionario especializado en términos de geografía física tales  como: regueras, rill wash, cono de deyección, cárcavas de erosión, aluviones,  pluvial,  pluviosidad y otros más que hemos usado aquí.  En Chile tenemos ahora un excelente  diccionario reciente, rico en descripciones útiles e imágenes. Se trata del "Vocabulario de Geomorfología y términos afines", de los geomorfólogos Marcela Sánchez y Luis Velozo, catedráticos del Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, obra editada por dicha Casa de Estudios, Santiago de Chile,  1ª edición  2007,  415 pp.  La Geomorfología es aquella disciplina de la Geografía Física que se especializa en  el estudio del relieve, sus formas en los diferentes paisajes de la tierra  y los procesos que en él ocurren a través del tiempo.