jueves, 17 de septiembre de 2009

Nubes rasantes del Pacífico: las nieblas productoras de agua

Fig. 34 Nubes altas de tipo nimbus tapizan el cielo al atardecer, mientras desde la superficie del océano avanza la camanchaca hasta chocar con el cerro (Fto H. larrain Septiembre 2009).

Fig. 33 Nuestro fiel jeep Nissan Terrano está a punto de sumergirse en la niebla, que ya cubre toda la parte alta del cordón costero (Foto H. Larrain, septiembre 2009).

Fig. 32 Alto Patache, a los 850 m. de altitud. Observe en la parte superior nubes altas por sobre los 1.500-2.000 m. Abajo, la niebla de advección, procedente del océano avanza apegada a la parte alta de los cerros costeros. (Foto H. Larrain, Septiembre 2009).

Fig. 31 Alto Patache. Una vez traspuesto el cerro costero más alto, la niebla desciende rápidamente, adosándose a la superficie del paisaje. (Foto H. Larrain, Septiembre 2009).

Fig. 30 Alto Patache. La masa de nubes avanza hacia el Este, sobrepasando el portezuelo de los 850 m. snm. y dejando sobre el suelo su humedad benefactora (Foto H. Larrain, Septiembre 2009). En esta fecha del año, la neblina es más copiosa y frecuente, lográndose en n uestras mallas captaciones del orden de los 20-25 L/m2/día.

Fig. 29 Alto Patache. La camanchaca inicia su ascenso hata llegar a cubir enteramente el paisaje de las cimas costeras, a los 800 m. snm. (Foto H. Larrain , Septiembre 2009).

Fig. 28. Desde los Altos de Chanabaya (950 m.), vista hacia el sur. (Foto H. Larrain, Diciembre 2008).


Fig. 27. Altos de Chanabaya, a los 950 m. snm mirando al Sur. Sobre el último cordón, atrás, ya se insinùa el ingreso de la camanchaca vespertina. (Foto H. Larrain, agosto 2008).

Fig. 26. Desde la playa Brava, en Iquique hacia el sur. Se observa el sector Punta Gruesa, donde se agrupan ya las densas formaciones de la niebla que pronto cubrirán las alturas sobre los 500 m. (Foto H. Larrain, Julio 2007).

Fig. 25. En primer plano, la caleta de pescadores de Chanabaya. Atrás, la densa formación nubosa sobre el oasis de niebla de Alto Patache (Foto H. Larrain, Julio 2008).

Fig. 24. En Alto Río Seco, las nubes blancas del tipo estrato-cúmulos se preparan para invadir el cordón de cerros (Foto H. Larrain, Noviembre 2006).

Fig.23. Formaciones de guirnaldas del clavel del aire Tillandsia landbecki Phil en las serranías próximas a la costa, a unos 1.100 m snm (Foto H. Larrain, Agosto 2007).

Fig. 22 Midiendo un pequeño atrapanieblas de 50 cm x 50 cm. en el sector más elevado de Cerro Guanaco (1.180 m.). (Foto H. Larrain 2007).


Fig. 2 1. Formaciones de "claveles del aire" (Tillandsia landbecki Phil) alimentadas por la neblina costera o camanchaca, en el sector de cerro Guanaco, Sur de Iquique, a unos 6 km del mar, y a unos 1.100 m. snm. (Foto H. Larrain octubre 2006)

Fig. 20. Las nubes se acercan al tillandsial de cerro Guanaco, Las formaciones de "claveles del aire" (Tillandsia landbecki Phil) se nutren de la humedad de estas nubes rasantes que allí condensan y las impregnan (Foto H. Larrain, agosto 2006).

Fig. 19. Sector de Altos de Chanabaya, a los 950 m de altitud. Nuestros mini-captadores se ubican al borde del acantilado costero. Hacia el sur, Pabellón de Pica . En el cielo, los primeros indicios de la formación de las nubes estrato-cúmulos (Foto H. Larrain, Noviembre 2007 ).

Fig. 18. Sector de Alto Patache (750 m. de altitud s.nm., inundado por densas formaciones de nubes estrato-cúmulos que avanzan incontenibles desde el océano. (Foto H. Larrain, Noviembre 2007).

Fig. 17. Espectáculo de las nubes rasantes hacia el atardecer en Alto Patache (Foto H. Larrain, Octubre 2008).

Fig. 16. Interrumpiendo la intensa luminosidad propia del crepúsculo, hacia las 18.40 hrs, avanza la densa nube oscura de camanchaca, penetrando en la meseta de Alto Patache a unos 750 m. snm (Foto H. Larrain, noviembre 2008).

Fig. 15. Las serranías de Alto Patache. Al fondo, un atrapanieblas de 50 m2 de malla raschel al borde del acantilado costero. Hacia el fondo, se inicia lentamente la formación del manto nuboso que más tarde cubrirá todo el sector. (Foto H. Larrain octubre 2007).

Fig. 14. Terminando de instalar un atrapanieblas de 40 m2 de malla raschel hacia los 800 m de altitud, en el oasis de niebla de Alto Patache (Foto H. Larrain, Julio 2007).

Fig. 13. La densa niebla empieza a humedecer el borde del acantilado. Sector Alto Patache. (Foto H. Larrain, agosto 2008).

Fig. 12. Sector Alto Patache. La niebla inicia su ascenso desde el mar hasta alcanzar la parte alta del acantilado costero. A través de los portezuelos más bajos, ésta penetrará hacia la calcinante pampa interior, donde se diluye y esfuma, evaporándose (Foto H. Larrain, Julio 2007).

Fig. 10. Hacia las 19.00 hrs. de la tarde entrando con energía en el sector de Alto Patache (Foto H. Larrain, Julio 2008).

Fig. 9 . Girones de niebla avanzan hacia el sector de la chacra experimental, Alto Patache, cubriendo y haciendo casi invisible la pampa interior (Foto H. Larrain, noviembre 2008).

Fig. 8. Sector "Pampa del taller lítico", en el oasis de niebla de Alto Patache. La visibilidad disminuye notoriamente a medida que la niebla cubre el área (Foto H. Larrain, Agosto 2008).


Fig. 7. Atrapanieblas de 40 m2 de malla raschel para el consumo de la Casa-Estación de Alto Patache, recién instalado, Julio 2007 (Foto H. Larrain).

Fig. 6. Vista de lo alto desde el acantilado, a los 775 m de altitud, mirando hacia el Sur al sector de Pabellón de Pica (Foto H. Larrain ,Junio 2008).

Fig. 5. Se inicia el fenómeno de la llegada de la camanchaca hacia las 17.20 hrs. (Foto H. Larrain, Agosto 2008).

Fig. 4. Ráfagas de densa niebla penetrando por la pampa (550 m altitud) hacia el sector Este. Área de Patache. (Foto H. Larrain, Agosto 2009).

Fig. 3 . Vista desde el Este hacia el Weste, desde la carretera de la Sal. La niebla penetra desde el mar, apegada al suelo de la pampa. Fenómeno poco frecuente, pues en este sitio, a unos 550 m. snm. y a unos 3 km del litoral, la niebla suele pasar muy alto, rumbo al Este. (Foto H. Larrain, Agosto 2009).

Fig. 2. Manto de niebla que parece reposar sobre el sector de Punta Gruesa, a unos 900 m sobre el nivel del mar. Vista desde el sur. Esta franja nubosa, observable durante casi todo el año, se extiende por el cordón varios kilómetros hacia el sur, frente a la caleta de Los Verdes. El "oasis de niebla" de Punta Gruesa, es uno de los oasis más potentes y presenta vegetación endémica y señas de presencia humana prehistórica , en especial restos de cerámica. Al parecer, albergó una "aguada" o lugar de abastecimiento de agua de la niebla para los poblaciones prehistóricas de la costa que allí se abastecieron en períodos de intensa camanchaca. (Foto H. Larrain, Septiembre 2008; 18.30 hrs).

Fig. 1. Área del "oasis de niebla" de Punta Gruesa, vista desde el Sur. El área sujeta a la niebla se prolonga hacia el Sur, hasta el sector frente a la caleta Los Verdes. Al disminuir notoriamente la altitud de los cerros en dirección sur, la niebla pasa rauda por encima del cordón, sin dejar allí su benéfica carga de humedad. (Fot0 H. Larrain, Septiembre 2008; 18.25 hrs.)

El agua recurso escaso en el planeta: necesidad de cuidarla.

El recurso hídrico se está volviendo escaso en el planeta Tierra. Más todavía, cuando se trata de agua potable. Muchos millones de habitantes del planeta sólo tienen acceso a aguas sucias, fuertemente contaminadas, cuando no malolientes o nauseabundas. Casi todos los grandes ríos de Asia y Africa están contaminados. El Ganges, río sagrado de los hindúes, es un triste ejemplo: una verdadera cloaca pestilente.

El reciente libro de la periodista canadiense Maude Barlow: El Convenio Azul: la crisis global del agua y la batalla futura por el derecho al agua, publicado en The New Press, New York, en 2008 y recientemente traducido al español en septiembre del 2009, nos da cuenta de la Odisea del recurso agua. Relata con profundo dolor e inquietud las luchas de las grandes empresas por apoderarse del recurso, y las debilidades de no pocos países -como Chile - que se han dejado seducir y o engañar y han enajenado el agua, bien público por excelencia, en beneficio de unas cuantas Corporaciones o Consorcios, Mineras o no, que medran y negocian con toda desfachatez con el agua de todos.

El aire, el agua potable y la tierra son recursos dados por el Padre Dios a todos los seres humanos; pero manos sutiles, ansiosas de lucro, han descubierto en ellos el "negocio del siglo": la propiedad privada del recurso agua. Fatal decisión que pone un recurso común al servicio de unos pocos. No pocos países latinoamericanos se han alzado contra este "negocio sucio" del agua de todos y han declarado el agua potable como bien público indispensable para la vida, con el cual no se puede lucrar.

El uso del agua: abismante desigualdad entre países ricos y pobres.

La desigualdad en el uso del agua es algo abismante. Como señala Barlow en la obra citada:

"Una persona promedio [en el mundo] necesita cincuenta litros de agua al día para beber, cocinar y usar los servicios sanitarios. Pero un estadounidense promedio, usa casi seiscientos litros diarios , mientras un habitante promedio de Africa, usa seis. Un recién nacido en el Norte del planeta, usa entre cuarenta y setenta veces más agua que un bebé del sur" (Barlow, 2009:14).

Pero además de la irritante desigualdad en el uso en y en el acceso al agua potable, Barlow destaca:

"la capacidad de destrucción colectiva de los humanos modernos. En el último medio siglo (1958-2008) la especie humana ha contaminado las aguas superficiales a una velocidad acelerada y alarmante. Actualmente, puede que al planeta no se le esté acabando el agua pero sí se le está agotando el agua dulce". (ibid.2008:15).

El libro, que se ha convertido en un best seller, trae numerosos ejemplos de todo el mundo. Aún en la civilizada Europa, muchos de sus ríos todavía hoy se ven contaminados por usinas y fábricas que vierten sus desechos a sus cauces. Los ríos de la China, Bangladesh, la India, el Egipto o el Irán, son hoy focos de contaminación. Y sin embargo, con ellos se sigue regando -igual que antaño- millones de hectáreas de tierras agrícolas para el sustento del pueblo.

El despilfarro del agua cordillerana en el Norte árido chileno.

En nuestra patria, Chile, el escándalo del despilfarro del agua es algo lacerante. Ciudades del Norte árido y desértico como Iquique, Antofagasta y Arica, ven pasar a diario a enormes camiones cisternas, regando con potentes mangueras, a borbotones, con millones de litros, hectáreas de césped verde como si se tratara de lucidos prados de Inglaterra o Escocia. Iquique despilfarra el agua altiplánica, ignorando, tal vez, que las escasas aguas lluvias de los 4.000 metros ya no están recargando las napas profundas, y, por tanto, están agotando un recurso caído en lluvias de hace 15.000 ó 12.000 años atras. Aguas reconocidamente fósiles que nos damos el lujo de extraer de profundidades entre los 100 y 300 metros de profundidad y botar diariamente a borbotones.

No hablemos mejor del agua que perdemos en los servicios sanitarios. No se ven todavía en uso en las grandes ciudades de nuestro desierto nortino equipos de duchas o inodoros que ahorren sistemáticamente el recurso, mediante sistemas eficientes de entrega del líquido a presión, que permitan el mismo resultado con un mínimo de agua. No. Se prefiere traer del extranjero costosos equipos, altamente consumidores de agua, por su donosa apariencia externa. ¿Hasta cuándo?. Las empresas de agua potable de nuestras ciudades prefieren traer más y más agua, de cuanta fuente disponible pueden, en lugar de reparar los viejos sistemas de conducción y averiadas tuberías subterráneas, donde la pérdida por filtración es seguramente superior al 15-20%. Ciudades enteras podrìan alimentarse solo con el recurso que por fatiga de materiales o filtraciones culpables hoy se infiltra y llega al subsuelo o se evapora.

Un recurso de agua no convencional: el agua de la niebla o camanchaca costera. Las experiencias chilenas.

Frente a este panorama de destrucción y despilfarro del recurso, tema que nos debe hacer meditar (y también cuidar el recurso agua como si fuera oro), dirigimos hoy la mirada hacia aquellos cordones altos de la costa árida chilena y sur peruana, donde el agua, en forma de niebla o garúa, se precipita y condensa, mojando el suelo y creando pequeños paraísos o vergeles de vegetación que conocemos como "oasis de niebla" (Fog Oasen, Fogoasis). Tenemos el privilegio, en el Norte Grande y Chico chileno, de poseer numerosos lugares donde este recurso hidrico de la niebla, localmente conocido como "camanchaca" puede ser colectado , "cosechado" y utilizado en beneficio humano.

Las tempranas experiencias en la Universidad del Norte (Antofagasta).
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Las experiencias tempranas hechas en los años 1957-1970 en los alrededores de Antofagasta por el físico chileno Carlos Espinosa Arancibia y su equipo, en la entonces Universidad del Norte, pusieron de manifiesto la viabilidad de captar el agua, contenida en la nube, en inmensos volúmenes de gútulas diminutas, entre 3 y 8 micrones de diámetro. Entre 1980 y 1992 investigadores del Instituto de Geografìa de la Pontificia Universidad Católica de Chile siguieron sus huellas en los cerros de "El Tofo", logrando tras años de esfuerzo y el apoyo de instituciones canadiences, surtir de agua potable al poblado pescador de Chungungo ()IV Región) a unos 70 km al Norte de la ciudad de la Serena, caleta que llegó a albergar màs de 600 habitantes.

Las primeras publicaciones nuestras

Por esas fechas (1980-1983) algunos trabajos nuestros fueron sugerentemente titulados:

"Cosechando camanchaca en El Tofo", (revista CRECES, Vol. 2, Nº 10: 1981:55-39) .

Al año siguiente: "Camanchaca: recurso hídrico postergado" en Revista Universitaria, Pontificia Universidad Católica de Chile, Nº 7, Mayo 1982: 115-127.

En Junio de 1981 presentamos con los geógrafos Pilar Cereceda y Nazareno Carvajal un Proyecto titulado: "Camanchaca y Asentamientos humanos en el litoral árido del Norte Chico", al Instituto de Geografía de la Universidad Católica de Chile. En 1982, la Oficina Regional de la UNESCO, con sede en Montevideo, nos encargó preparar un Diaporama sobre la utilización de las neblinas costeras (camanchacas), consistente en 90 diapositivas comentadas por nosotros. Este trabajo fue auspiciado por el Instituto de Estudios y Publicaciones Juan Ignacio Molina y portaba el sugerente título: "Aguas puras que manan de la nube".

Actividad de investigación temprana en los "oasis de niebla".

Fueron éstos los humildes inicios de una intensa actividad científica que perdura hasta el día de hoy en el "Centro del Desierto de Atacama" de la Universidad Católica de Chile. Por ese mismo tiempo (1982), presentamos con Pilar Cereceda y Nazareno Carvajal a la Oficina Regional de SERPLAC de la IV Región un ambicioso Proyecto titulado: Factibilidad de entrega de agua potable de la niebla a la caleta de pescadores de Chungungo, IV Región, Proyecto que nos permitió durante dos años instalar artefactos captadores en las alturas de El Tofo ( 900 m de altitud) y realizar múltiples experiencias en el terreno. Debemos señalar que desde un primer momento, sobre la base de las experiencias hechas por Carlos Espinosa y su equipo en los alrededores de Antofagasta, no dudamos un instante en que tal experiencia de conducir el agua hasta la caleta, iba a ser todo un éxito. Como efectivamente lo fue más tarde, con el apoyo del Environmental Service de Canadá y el patrocinio de CONAF IV Región. Y lo que parecía ser un sueño, se hizo realidad en el año 1992.

Nuestro máximo logro, en el año 1983, fue instalar un gigantesco captador con malla raschel, de 90 m2 de superficie, adosado a antiguas antenas del Mineral de El Tofo. El agua era conducida en cañerías a un estanque de 5.000 litros, el que alimentaba la casa que nos sirvió de albergue y oficina por esos años. En aquellos días, de octubre-noviembre 1983, lo recuerdo bien, el estanque se lograba llenar en un par de días y nos veíamos forzados - con el dolor del alma- a hacer escurrir el agua hacia la quebrada, perdiéndose. Nunca habíamos instalado una malla tan grande, ni antes, ni tampoco después.

La epopeya de Chungungo: éxito y fracaso de un sueño.

Aquella experiencia piloto realizada en la caleta de pescadores de Chungungo, que tuvo caracteres de epopeya, mantuvo una vida activa por espacio de cuatro o cinco años. El agua siatisfacía en los hogares todas las necesidades vitales y permitía, incluso, la mantención de pequeñas parcelas de flores. Hoy, por desgracia, se encuentra en triste y total decadencia, por diversas razones de tipo antropológico y económico que no es del caso referir aquí. Lo que nos debe volver muy cautos cuando se pretende entregar este recurso a comunidades humanas que no han sido previamente muy bien preparadas, social y psicológicamente, para enfrentar su futuro usando un recurso que ellos mismos -no las autoridade estatales- deben aprender a administrar y cuidar. A tal punto las comunidades han sido equivocadamente acostumbradas a recibir todo gratis del Estado, con un mínimo esfuerzo personal y grupal!.

Despliegue fotográfico de las nubes estrato-cúmulos,

Las fotografías que acompañan al inicio este capítulo del Blog, tienen por objeto mostrar la riqueza, diversidad y belleza de estas formaciones de nubes, provenientes del océano Pacífico, como fruto de la evaporación causada por el roce de los vientos alisios procedentes del SW sobre su superficie. El recurso está allí, vivo y latente, omnipresente, a la espera de grandes proyecto de captación por parte de las comunidades aledañas.

El agua de la niebla y las comunidades costeras o caletas de pescadores.

Más aún, somos de opinión de que debe surgir creciente y poderosa, una conciencia entre estas comunidades costeras, aledañas a estos "oasis de niebla", acerca del derecho que les asiste a utilizar en beneficio propio este recurso, que cada día va a ser más difìcil traer desde lugares alejados (precordillera o altiplano). Se debe evitar a toda costa que grandes consorcios, o empresas que pretenden controlar o han ya controlado en muchos lugares (pienso en Pica y Matilla, por ejemplo) el agua potable terrestre, hagan lo propio con el recurso atmosférico "camanchaca", apropiándoselo para luego venderlo a subidos precios a los consumidores costeros (pescadores, campistas o pacíficos veraneantes), tal como lo han hecho apropiándose de la mayor parte de las fuentes de aguas minerales que expenden a precios exorbitantes en todos los supermercados del país. Rapiña de recursos de todos los chilenos, que el Estado debe cautelar mediante una moderna y mucho más enérgica legislación futura que proteja a sus ciudadanos, máxime los más desposeídos, de los consabidos depredadores de recursos del país.
El agua debe cesar de ser considerado un bien privado, susceptible de negociación, compra y venta. El agua es un recurso vital para la vida, y nadie debe apropiárselo, ni menos lucrar con èl a costa de otros.


(capítulo en construcción; adiciones el 21/09/2009).