sábado, 15 de diciembre de 2012

El corsario inglés Francis Drake saquea el puerto de Iquique: relato del capellán Francis Fletcher.

En el mes de diciembre del año 1577, el corsario inglés Francis Drake (1543-1596) al servicio de su Majestad británica Isabel  I,   "visitó"  las costas del extremo norte de  Chile. No lo hace como visita amistosa y bienvenida, pues aprovechándose de la total indefensión de estos puertos del Pacífico,  saqueó y  robó todo lo que  pudo. De la reina de Inglaterra Isabel I,  (Elizabeth I)  había recibido patente de corso, por lo cual tenía derecho a un porcentaje importante de todo el botín que se capturara durante la travesía. Con su visita,  se inaugura el lúgubre  período de  presencia de corsarios y filibusteros europeos (ingleses y holandeses)  en nuestras costas.  El daño que estas visitas causaron a los españoles, sus instalaciones  y su comercio, fue inmenso y, por cierto, totalmente inesperado. 

Al mando del Golden Hind, pequeño y ágil galeón de apenas 100 toneladas y con una dotación de unos 80 audaces marineros, dispuestos a todo,  puso en jaque por muchos meses el dominio indiscutido del mar  Pacífico por parte de los españoles.  El capellán de la expedición, Francis Fletcher,  recogió en su bitácora  de viaje, los pormenores más interesantes de esta travesía.  Nos interesa aquí poner el texto,  traducido por nosotros del idioma original, el inglés de la época,  y ofrecer una serie de  Notas alusivas al mismo. Hay razones para creer que también Drake llevó un Diario de Viaje, pero éste, por desgracia,  no ha sido encontrado.  Por lo cual el único testimonio sobreviviente de sus "hazañas"  es el "Diario" que llevó durante la travesía  su capellán anglicano Francis Fletcher. 

Después de "visitar" y asolar el puerto de Coquimbo, enfila Drake hacia el Norte, en procura de los puertos
de Arica y del Perú.

El texto referente a la  presencia del corsario en Iquique, en traducción  nuestra,  es el siguiente:

"Desde aquí [esto es, desde el puerto de Coquimbo],  nos dirigimos a un cierto puerto llamado Tarapaça (1), y habiendo desembarcado allí, encontramos a la orilla del mar a un español que estaba durmiendo, el cual tenía  a  su lado 13 barras de plata [13 barres of silver] (2)  que pesaron 4.000 ducados españoles (3) ; nos apoderamos de la plata (4)  y dejamos [ir] al hombre. No lejos de aquí [not far from hence],   yendo a tierra  en busca de agua (5), encontramos a un español y a un niño indígena arreando 8 llamas u ovejas del Perú, las cuales son grandes como asnos (6); cada una de estas ovejas llevaba en su lomo dos bolsas [o capachos] de cuero  [bags of leather] (7) , y cada bolsa  contenía un peso de 50 libras de plata fina (8). Así, habiendo tomado tanto las ovejas como su carga y conducídolas a los barcos, encontramos en todas las bolsas un peso total de 800 [libras] (9).

Desde aquí navegamos  a un lugar llamado Arica, y habiendo entrado al puerto hallamos allí tres pequeñas barcas [barkes](10)   las que fueron saqueadas [rifled]  y hallamos en una de ellas  57  cuñas [wedges] de plata, cada una de ellas pesó  alrededor de 20 libras (11), y cada una de estas cuñas (o barras) eran del aspecto y tamaño de una tejuela (12).  En ninguna de estas tres embarcaciones hallamos a nadie, ya que sin desconfiar de alguna presencia extraña [unstrusting no strangers],  todos habían descendido a tierra a la ciudad, la  que consistía  en alrededor de veinte casas (13), las cuales hubiéramos  saqueado si nuestro grupo hubiese sido mejor y en mayor número. Pero  nuestro General, satisfecho con el despojo de los barcos, dejó la ciudad y se hizo  nuevamente a la  mar y pusimos timón hacia Lima;  por el camino, topamos con una pequeña barca la que abordamos y hallamos en ella  una buena provisión de tela de lino (14), de la que tomamos cierta cantidad y la dejamos ir. A Lima llegamos  el 13 de febrero (15) y habiendo entrado al puerto, hallamos allí alrededor de doce barcos  a vela,  fuertemente anclados....". (página 240).

(Texto tomado directamente de la versión de Internet, inauthor&quot, Francis Fletcher & quot., Appendix V, page 240, Extracts from Hakluyt´s  Voyages, december 1577; traducción nuestra).


Nuestras Notas al texto aquí transcrito y traducido:

(1)   Después de haber saqueado el puerto de Coquimbo, Drake  (el "Draque" para  los españoles) arriba al puerto de Tarapacá. Este no  era otro que Iquique. El nombre Tarapaça, curiosamente,aparece escrito con "c" con cedilla. No sabemos la razón. En todo caso, en los documentos tempranos españoles tampoco se suele acentuar en la última "á" este nombre, conservándose así la pronunciación  indígena original como "Tarapaca", acentuándose  en la penúltima sílaba. No se le nombra aquí con su nombre indígena de  Ique-ique, ni parece esto  haberse interesado mayormente al corsario  Drake o a Fletcher  el cronista de la expedición..

(2) La presencia de estas barras de plata en el puerto de Iquique por estas fechas, muy probablemente  sugiere ya o comprueba, tal vez,   la existencia de contrabando de la plata desde las minas de Huantajaya, muy próximas, Estaban listas en la playa para ser expedidas por barco hacia  el Perú o,  tal vez,  para ser cambiadas por mercaderías y víveres (alimentos) traídas por otros barcos o faluchos, que efectuaban este contrabando. Lo legal era que toda la producción de las minas de plata en barras, fuera conducida  en recuas de mulas hasta las "Cajas Reales"  (Tesorería)  de Carangas, el único lugar donde legalmente podían ser "quintadas",  pagando así el minero el correspondiente impuesto del "quinto real" al rey de España. Pero, a causa de la inmensa distancia y la falta total de fiscalización y control,  no pocos mineros eludían este trámite y efectuaban un mercadeo directo en los puertos para hacerse de provisiones o dinero en efectivo.La falta total de provisiones en Iquique constituía  su mayor carencia.

(3)  Un ducado español comportaba el equivalente a  375 maravedíes. Pero no se acuñaba moneda  equivalente a un ducado; sólo de maravedíes y reales. El robo aquí  ejecutado por  Drake y sus marinos en Iquique le significó una ganancia de 1.500.000 maravedíes, o, lo que es lo mismo, de  44.118 reales. Una verdadera fortuna.

(4)  Esta plata pura, ya reducida a barras, a no dudarlo,  provenía de las  cercanas minas de Huantajaya, situadas " a dos leguas" del puerto,  en los cerros de la Cordillera de la Costa detrás de Iquique, donde por esas fechas la viuda del encomendero Martínez Begazo, Ana Dávalos, estaba aún labrándolas, pues eran parte de la encomienda otorgada por Francisco Pizarro en 1540 a su difunto esposo.

(5)  Casi con certeza el lugar aquí indicado, situado a poca distancia de Iquique  hacia el Norte, no puede ser otro sino Pisagua. Por varias razones: a) el rumbo que llevan  los corsarios es hacia el Norte (Arica y después, Lima);   b) porque  creemos estaba  ya establecida allí una muy incipiente colonia española (en "Pisagua Viejo");  y   c) por la posibilidad cierta de surtirse de agua  en la desembocadura de la quebrada de Tiliviche o Pisagua, objetivo central de su recalada. Durante toda la época colonial, la isla de Iquique, donde se explotaba el guano  fósil de aves marinas, se abasteció de agua dulce de buena calidad desde Pisagua, según las fuentes. Las aguadas locales -que las había en Bajo Molle-, eran muy salobres y sólo eran usadas por los indígenas locales, los camanchacas o changos.

(6)  Dato muy interesante. Porque para la fecha  (1577)  aún se hacía el transporte de minerales  a lomo de llama (Lama glama), siguiendo el modelo tradicional andino prehispánico,  y  este dato nos aporta la prueba de que todavía  por esas fechas  (1577) no se populariza el empleo de mulares para tal efecto, lo que será ya común a partir del siglo XVII.  El capellán Fletcher en su Bitácora siente la necesidad de explicar a sus lectores ingleses  a qué  animal  europeo ( en este caso , el asno) se parece este extraño camélido sudamericano, bastante poco conocido aún en Europa.

(7)  Las "bolsas" de cuero (leather bags)  son,  sin la menor duda ,los "capachos",   ampliamente utilizados en el laboreo de las minas coloniales, y eran   hechos del cuero de lobos marinos o del cuero de llamas. De estos capachos,  ya resecos  y averiados, hemos hallado  numerosos ejemplares en los botaderos de basuras coloniales en el mineral de Huantajaya, los que, restaurados,  conservamos en nuestra Colección. (Vea etiqueta  "Odres de cuero", en este mismo Blog, con fecha  03/09/2010).

(8)  Una libra de plata fina  posee hoy un peso aproximado a  los 553,6 gr. Siendo esto así,  cincuenta libras - de las que se habla en este texto- corresponderían  a  un peso de 22,68 kg. Ahora bien, si  cada llama portaba dos "capachos",un o a cada lado  y cada uno con unos  22,68 kg,,  el animal habría llevado un peso  total de carga estimado en  45,36 kg.  como máximo. Es casi seguro que este cálculo o está algo abultado,  o la libra inglesa de entonces pesaba algo menos (lo que es muy posible, pues había gran variabilidad en el peso de la libra, según la región de Europa), porque se sabe que  las llamas difícilmente transportan más de 40 kg. de peso total  en distancias largas. La carga máxima normal de una llama para cubrir distancias largas se ha estimado en unos 35-36 kg.. Cuando la carga supera  dicho peso, el animal se echa al suelo y no se levanta por más que se le dé golpes. Es la experiencia diaria de los arrieros andinos.

(9)  800 libras de plata significaban  aproximadamente  362,88 kg. de plata fina: ¡ toda una fortuna!.

(10)   Estos "barkes" deben ser considerados, a lo que creemos, como  pequeños  faluchos o lanchones de transporte para tramos costeros cortos, y de ninguna manera  grandes embarcaciones. Algo así como las afamadas  "lanchas maulinas" de fines de la Colonia en la zona centro-sur de Chile.

(11)  Veinte  libras comportan algo más de 9 kg., lo  que era el peso de cada barra [wedge] o cuña de plata fina.

(12) No nos queda muy claro qué ha de  entenderse aquí por una "tejuela" y cuál fue exactamente su forma. No parece referirse el texto  aquí a las tejuelas de barro cocido  (tejas),  hechas para formar la techumbre de las casas coloniales en Chile central o del  Perú colonial. Porque su forma delgada y combada no se aviene en  absoluto con la  propia de una "barra" de plata. ¿Se tratará aquí de una forma de "tejo" , como le usado en el juego de la "rayuela"?.

(13)  Arica por entonces, (enero de 1578) es tan solo una mísera aldea de unas 20 casas. Pero de un incipiente  comercio marítimo, a juzgar por el número de tres  embarcaciones que Drake encuentra  surtos en la bahía, al ancla.

(14)  El lino era la  tela de lujo  de la época y estaba destinado a la confección de  vestimenta para las personas pudientes.

(15)  Si al puerto de  Iquique Drake arribó a fines del mes de diciembre de 1577, quiere decir que la travesía de Iquique a Lima,  con  escaso viento de popa, duró cerca de dos meses, contando los días de recalada en los puertos citados y por él saqueados. A lo que parece, nadie alcanzó a avisar ni a los de Arica  ni a los del Callao, de la presencia del corsario inglés  y sus fechorías. Al menos no hay el menor indicio de ello en el Diario del capellán Fletcher. De hecho, no se le ofrece resistencia alguna.  Lo que probaría, tal vez,  que por entonces  no había aún cañones de defensa instalados en los puertos,  o barcos armados, o que las comunicaciones por tierra eran excesivamente lentas. Nos preguntamos: ¿ya no estaba en funciones  el camino del Inca o  Qhapaqñan por esos años?. Esta senda, por la que siguió funcionando el correo terrestre  en la Colonia temprana, a lo que se sabe,  pasaba de cierto por la ciudad de Arica.

(capítulo en construcción. Nos faltan fotografías del galeón "Golden Hind" cuya réplica se ve hoy a orillas del Támesis  en Londres, y una pintura del corsario inglés Sir Francis Drake, del que existe un excelente  cuadro de la época).










2 comentarios:

Anónimo dijo...

Drake no saqueó el puerto de Coquimbo debido a que en esos años estaba completamente despoblado. de La Serena llegó un centenar de milicianos a enfrentarlos. Drake ni siquiera logró desembarcar.

Dr. Horacio Larrain Barros dijo...

Estimado amigo: Agradezco su valioso comentario. No he investigado particularmente el tema y me limité a repetir lo que otros han señalado respecto a Drake. Sería espléndido que Ud. nos señalara, con alguna cita ad litteram, la fuente de donde ha obtenido Ud. este dato que hoy nos aporta. De hacerlo, lo incluiré de inmediato en estos comentarios para beneficio de nuestros lectores. Lo que realmente nos importa aquí es el incremento del conocimiento. Por tanto, cualquier aporte o corrección, será siempre bienvenida.

Muchas gracias.

Dr. Horacio Larrain (Ph.D.)