viernes, 12 de mayo de 2023

Mosquito de oro: un asentamiento pastoril aymara en la cordillera de Tarapacá: conviviendo con los llamos y sus pastores en el mes de julio de 1973.

Antecedentes.

En las páginas de mi Diario de Campo Nº 6-A (1973 pp. 3-22) encuentro unas valiosas observaciones que hiciera con ocasión de mi estadía en la pequeña estancia pastoril de  Mosquito de Oro, entre los días 22 y 27 de julio del año l973, en la cordillera de Tarapacá. De esto hace hoy casi cincuenta años. Consideramos que estas notas aportan datos de interés para el rescate de una etnografía de los pueblos aymaras del N orte de Chile.

Fig. 1  Llamos pastando en un bofedal de altura. Las llamas (Lama glama L.) y alpacas (Vicugna pacos L.)  presentan varias coloraciones en su pelaje. Los artesanos textiles aymaras, quechuas o lickan antay (atacameños)   distinguen alrededor de doce tonos diferentes de color que utilizan hábilmente mezclándolos en sus tejidos. (Foto tomada de Internet). 

Mi estancia en Mosquito de Oro.

La ocasión para esta visita, fue la celebración de la fiesta patronal del pueblo aymara de Cultane. El patrono católico de este pueblo de Cultane  es  "San Santiago" (1). Su fiesta se celebra cada año el día 25 de julio. A esta fiesta patronal  nos había invitado especialmente el padre Juan van Kessel, sacerdote y sociólogo, párroco del pueblo de Tarapacá y miembros de la familia Vilca.  Recuerdo que, apretujados en la parte posterior de un camión, entre sacos y enseres de los aymaras, viajamos con el geógrafo Hugo Bodini y miembros de la familia Vilca, invitados a la fiesta, desde el pueblo de Tarapacá. Al llegar a Mosquito de Oro, desde donde se suponía debíamos seguir cabalgando en burro hasta la cercana localidad de Cultane (2), me  sobrevino un fuerte "mal de altura",  con intenso dolor de cabeza (3) que me impidió seguir hacia Cultane.

 Mientras mis compañeros cabalgaban hacias el pueblo de la fiesta, yo me vi obligado a permanecer  3  ó  4 días en la estancia de Mosquito de Oro, atendido muy amablemente por la señora Vicenta Ticuna, esposa del dueño de casa don Marcelino Vilca.  Al principio, como producto del incesante zamarreo del camión que nos transportara me sentí pésimo: fuerte dolor de cabeza, baja súbita de presión y malestar general. Poco a poco, tras dormir unas horas y gracias a la bebida de infusiones del té de coca, preparado gentilmente por la señora Vicenta, me fui recuperando. Hacía mucho frío en aquellos días, y había  manchones de nieve por todas partes alrededor, como efecto del invierno altiplánico ya plenamente declarado.

  Después de un día me sentí mejor, y empecé a observar los alrededores y a hacer preguntas a la señora Vicenta quien me atendía. De esta suerte, la casi totalidad de las  indicaciones preservadas en este Diario de Campo, se deben, por tanto,  a  ella. Ella fue aquí mi informante principal, pues el resto de las personas de la familia al igual que mis compañeros, había partido ya a Cultane para tomar parte en la fiesta. Lamentablemente, yo me perdí la celebración y sus episodios, pero en cambio tuve la gran oportunidad de  describir en detalle la estancia y sus construcciones y recabar preciosas informaciones sobre el sistema de pastoreo en esta zona, de parte de mi amable informante.  Precisamente, sobre estos aspectos de la vida pastoril local,  versan las siguientes notas, muy escuetas,  de mi Diario de Campo. 

Transcribo a continuación, ad litteram, mi texto comentado de estas conversaciones, agregando ahora, entre paréntesis, alguna que otra palabra para completar el sentido correcto de la frase. Las palabras o frases subrayadas pertenecen al documento  original. 

El texto del relato.

"Cóndores: aparecen en la época de cría de los llamos: octubre-febrero. Aquí hay que cuidar el ganado desde las 6 de la mañana hasta  las 6 de la tarde. El rebaño se cuida entre dos (personas). En este momento,  julio 23,  hay en Mosquito de Oro unas 100 cabezas (llamos y alpacas). Son del tío Florencio (Ticuna), jefe de la Comunidad que está trabajando en Iquique. 

Los cóndores aprovechan el alejamiento de la llama madre a 15-20 m.  y cuando el llamito nuevo está echado, durmiendo, se lanza, lo mata y se juntan de a varios, hasta diez, y las llamas adultas ya no pueden hacer nada. 

Vichuña (4): (para elaborarlo),  se usa el hueso de (la) pata de llama. Se le saca la carne cruda;  se trabaja (pule) con machete o con cuchillo si está muy blando. Se le saca punta.  Después, se hace hervir, y finalmente se pone a un metro y medio sobre el fuego y se va calentando (adquiere un color rojizo).  Así, se endurece más y queda más firme. Se preparan vichuñas para tejidos finos (de punta  más fina) y para tejidos más gruesos (chuces), de punta más gruesa. Es (este) el único instrumento que fabrican para (hacer)  los tejidos.

Quena (5).  No se hacen en esta zona. Pero se hacen también de la misma caña con que techan  (las viviendas), y se da en Poroma, Coscaya, etc. 

Remedios. 

Chacarguaya: buena para la puna (6)  igual que la poposa (7)  (que crece en las alturas de  cerros de Mosquito de Oro).

Minas de cuarzo aurífero (hay cateos). Se ve cobre (calcopirita y calcocina),  y galena.

Torno:  llaman al dispositivo para aprovechar la fuerza hidráulica (con paletas) para mover sus pushkas (8),  (dos a la vez).  más ràpidamente. 

Perros. Los crían para atacar a los zorros y  a los cóndores.  Cazan también vizcachas. Con uno o dos perros, se meten entre las rocas. El perro las huele, persigue,  y cuando se mete en la cueva, se las saca con (un)  alambre.  Abunda la vizcacha aquí en Mosquito de Oro  A los perros se les amaestra contra el zorro y cóndor, acostumbrándolos a reconocer al enemigo, al que lo azuzan.

Vizcacha (9).   la comen y encuentran muy sabrosa, sobretodo cuando es tierna. 

Perdices de la cordillera (10). Acaban de llegar al vallecito...Estaban por decenas junto al arroyo. Son de color arena, opaco.  

Aguilucho (11): de panza color vicuña... parte superior gris-plomizo suave.

Llamos y alpacas. Conservan en su parte superior, orejas y sobre el lomo, las "flores" o "aretes" de lana color rojo,  con que han sido adornadas en el floreo (Domingo antes de Carnaval, cada dos años). (Próximo floreo): para febrero 1974.  (Ponen dos (aretes) en las orejas y dos en ambos lados del medio lomo.

Lugares de deposición de guano.  Deponen generalmente en lugares especiales. A veces, en sitios cercanos al principal (12). Vi realizar la deposición a una llama, y, por curiosidad,  conté las bolitas de guano compactas: 125 de una sola vez.

Chal comprado:  Eº  2.800. Cantidad (de lana ) que se ocupa:  1,1/4 kg de lana. Se mezcla por mitades (¿ de llama y alpaca?).

Hilado:  por separado se hilan saya de llama y trama de alpaca. Otras veces se hila en sentido contrario: 1 de llama y 1 de alpaca... igual (se hace) en la illagua.
Para un hilado, se necesita unos 15 días, (de) 1 persona. Para el tejido: una persona en dos días.
Colores: lleva blanco, café claro (parecido a vicuña), dos tonos de gris (uno claro y otro oscuro). (Diario de Campo N º 6-A, pp. 5-8).

(A continuación, en pg. 9 de mi Diario  6-A,  se especifica en detalle  el número de personas de cada una de las dos viviendas ocupadas en  Mosquito de Oro: a) la de don Marcelino  Vilca (9 personas contando sus hijos),  y b)  la de doña Vicenta Ticuna (3 personas).

Nota. En las pp. 10-14 del mismo Diario de 1973, se muestra dibujos míos a mano alzada del asentamiento pastoril de Mosquito de Oro y sus viviendas y corrales. Este aspecto merecerá pronto otro capítulo especial de mi Blog, dada su gran extensión. A partir de la página 15,  el texto retoma la descripción  del lugar, apuntando a  otros aspectos relativos al ganado y al tejido  y,  especialmente, al sacrificio de un llamo en la ceremonia conocida como  wilancha.

Prosigue el texto (pg. 15, abajo):

"Encontré pocos fragmentos de cerámica bien cocida y con engobe rojo, en las proximidades del asentamiento Nº 5. Casi no hay, en cambio, en el asentamiento Nº 1 (casa actual de don Marcelino Vilca) (13). 

Conchas de Pecten (14)  para el tejido. Este se usaba "para entrar el hilo" y se llamaba "lloje". La madre de la señora Vicenta las usaba. Ella usa solo los dedos. En Bolivia se usaba mucho y todavía se usa. Hoy por acá ya no se usa..."

"El padre de la señora Vicenta, don Florencio Ticuna (muerto en 1958), confeccionaba ollas, platos, fuentes y vasijas (hasta para 15 y 20 lts.) para uso casero y para llevar a vender a Mamiña.  Me dice la señora Vicenta que su padre (los)  fabricaba aquí en Mosquito de Oro  (hay buena greda) y en Lirima. Don  Antonio Cáceres, de Macaya, hace hasta hoy vasijas de barro".

"Don Florencio Ticuna aprendió de un señor de Guatacondo a hacer sombreros de lana, cada uno de un color (café, blancos, plomos), y tenía máquinas especiales que ya se han perdido o destruído. Hacía sombreros como chupallas (pocos) de cortadera (que)  hay aquí (15). Otros hacían con otra paja que hay en Lirima que se llama "huailla"  (16), pero no (las hacía)  don Florencio.   

El lazo con que lacearon la llama (para el sacrificio de la wilancha )  es de lana y hecho por ellos mismos. Se aprovecha (la) lana de llamos de seis meses para arriba. Se arrearon unos 100 llamos hasta junto a la casa, para elegir a la víctima (del sacrificio de la wilancha)".

(Nota. Sigue en el texto a partir de la pg 17 de mi Diario  6-A , la descripción pormenorizada del sacrificio del llamito macho, elegido para la ceremonia de la wilancha, en el pueblo de  Cultane). (pp. 17-22). La descripción detallada de este proceso se debe al pastor aymara Enrique Ticuna, por entonces de 24 años.  Esta descripción será parte de un nuevo capítulo de nuestro blog. 

Notas:

(1) Se trata de Santiago el Mayor, uno de los apóstoles de Jesucristo, uno de los hijos del Zebedeo según el Evangelio; de él se conserva una hermosa carta dirigida a la diáspora judía, donde se habla por vez primera del sacramento cristiano de la unción de los enfermos (cf. Epístola de Santiago,  5, 3-18).  Era uno de los  pescadores en el mar de Galilea y  hermano mayor de Juan, el  evangelista.

(2)  La estancia de Cultane se halla en las coordenadas aproximadas  19º 51`` S  y  69º 02`` W, en el altiplano de la  Región  de Tarapacá, en las nacientes de la quebrada de Coscaya.

(3) El "mal de altura" es denominado "puna" o "soroche" en el altiplano tarapaqueño, y consiste en  la falta de adaptación del organismo humano a la hipoxia (falta de oxígeno). Se sabe que a medida que se asciende en altura, disminuye paulatinamente  la cantidad de oxígeno  en el aire. Sus síntomas más evidentes son un dolor intenso de cabeza, y la súbita baja de la presión. La voz "soroche" es de origen quechua (suruqch`i). El verbo "apunarse" se emplea entre nosotros en Chile para graficar este malestar. 

(4)  La vichuña  es una especie de punzón confeccionado en hueso,  indispensable en el trabajo del artesano textil indígena, tanto quechua como aymara.  Es un instrumento destinado a apretar la trama del tejido en en construcción  en el telar (también llamado "apretador de trama"). Se elabora, tal como se describe en el texto, con un hueso de la pata de llamo o alpaca. A falta de vichuña, el artesano usa sus propios dedos.  
Ludovico Bertonio, en su afamado Vocabulario de la Lengua Aymara  (1612)  trae los siguentes términos al respecto: "Vicchutha: apretar bien los hilos de la trama cuando texen las indias" y poco después: "Vicchuña. el instrumento con que esto hazen que es un hueso de la pierna del carnero". Vicchucata: una vara del telar que suelen meterla entre  el urdiembre para apretar mejor los hilos". (Bertonio, 1612: 384-385; énfasis nuestro).  

(5) La quena, una especie de flauta andina,  es uno de los instrumentos musicales tradicionales más antiguos de la música aymara y/o quechua. Se elabora a partir de una caña de bambú o más raramente,  tambien en  hueso. Consta su existencia desde la civilización Caral, en el Perú. al menos desde unos 5.000 A.C. La voz quena, ya aparece en el Diccionario aymara del  jesuíta Ludovico Bertonio, en el año 1612.

(6) No hemos podido identificar aún la planta aquí llamada Chacarguaya. La terminaión "guaya" nos huele fuertemente a puquina. 

(7) Corresponde a la especie botánica Werneria poposa Phil  de la familia Asteraceae,  muy usada entre los aymaras en la medicina popular como remedio para la hipertensión y el mal de altura (soroche).

(8)  "Pushka"  es voz  quechua para designar el huso empleado  para hilar  la lana de llamos y alpacas. Este es, sin embargo, el término que emplean nuestros aymaras cordilleranos.  La voz "huso" en lengua aymara es algo completamente diferente. En efecto, según el Vocabulario de Bertonio : "Huso con que hilan: kapu lahua, y  huso con hilo: kapu aya"  (en Bertono, 1612: 271).   ¿Se trataría aquí de un préstamo de la lengua quechua a la aymara en esta zona?.  Es lo que sospechamos.
El huso presenta inserta, en su parte inferior una rodela, conocida como "tortera", "volante" o "malacate",  que al hilar sirve de contrapeso. la cual puede ser confeccionada  de madera, de greda cocida o de piedra.  En España, la tortera se conoce como  fusaiola o fusayola. El término usado en lengua aymara para la tortera es "piraro".  Yo constaté su uso entre los aymaras en Mosquito de Oro, al anotar, en una fotografía, su nombre (in Diario H. Larrain  6-A: p.1; allí anoté:  "foto  5: Sra. Vicenta Ticuna mostrando la pushka y piraro"). En efecto, Ludovico Bertonio trae  en su Vocabulario de la Lengua Aymara lo siguiente: "Pirari: el redondo del topo de las indias" (Bertonio, (1984 (1612): p. 166) .  Extrañamente, Bertonio lo aplica a la rodela del tupu: (alfiler de metal con que atan su vestimenta o  aksu) y no al huso o  instrumento para tejer.  No deja de ser esto una pequeña curiosidad etnográfica y lingüstica: un termino mixto, quechua-aymara.

Fig.  2.   Pushka con su correspondiente piraro: el  instrumento tìpico  para el hilado de la lana. (Foto tomada de Internet).  


(9)  El nombre científico de la vizcacha es  Lagidium viscacia Mol, así bautizada por un naturalista chileno, el abate  Juan Ignacio Molina,  en el año 1782. Pertenece a la familia Chinchillidae y es pariente cercano de la chinchilla  (Chinchilla lanigera Mol). Su primera descripción fue igualmente hecha por el abate Molina, en su famosa  obra : "Saggio sulla Storia Naturale del Chile", impresa en Bolonia, Italia,  en 1782.

(10). La perdiz de la cordillera aquí referida corresponde probablemente a la especie zoológica Nothoprocta ornata, de la familia Tinamidae.

(11) Se trata de la especie Geranoaetus polyosoma polyosoma que se encuentra desde Arica a Tierra del Fuego. Se alimenta de ratones, pequeños reptiles o aves.

(12)  Sus deposiciones se realizan siempre exactamente en los mismos lugares, donde llegan a formar  cúmulos, a un costado de sus senderos de tránsito. Tuvimos la fortuna de hallar decenas de estos defecaderos de guanacos (Lama guanicoe) en el sitio arqueológico de Alto Patache (Sur de Iquique), durante nuestras experiencias de captación de agua de niebla entre  los años 1997 y 2015. Guanacos, llamas y alpacas comparten esta misma costumbres. Guanacos y vicuñas representan  las especies silvestres de la familia de camélidos americanos. Llamas y alpacas, en cambio,  son animales domesticados por el hombre  desde hace varios milenios,  y no existen hoy en  estado salvaje.

(13)  En mi búsqueda, puse especial atención a la posibilidad de hallar cerámicas arqueológicas en la zona.  No detecté ningún fragmento propiamente arqueológico. Pero  sí cerámicas históricas con un engobe rojizo, de tiestos usados en la cocina indígena.  Antiguamente  fueron elaborados en alguno de los pueblos andinos vecinos, como Macaya.  Pero el relato que me hace la señora Vicenta también nos confirma la elaboración de cerámicas caseras aquí mismo,  en Mosquito de Oro, por su padre don Florencio Ticuna . (pg. 16 de mi Diario de Campo 6-A).

(14). El "pecten"  aquí citado corresponde a la especie conocida en la costa chilena como "ostión"  (Argopecten purpuratus Lamarck, 1819) de la familia Pectinidae; es una especie de molusco bivalvo muy apreciada en la gastronomía chilena y peruana, razón por la cual  su número  ha disminuido de tal forma en las costas de Chile,  que ha sido preciso establecer una veda total a su captura. Se le encuentra en la costa pacífica entre Payta (Perú) hasta  Coquimbo (Chile).   En 1997, se creó en Chile  la reserva marina "La Rinconada", al N.  de Antofagasta, para favorecer su protección y repoblamiento.  Durante mi estadía en dicha ciudad entre 1985 y  1994, tuve la ocasión de obsevar en una ocasión una enorme varazón de miles de ejemplares de pequeña talla de esta misma especie. Se dice que  esta especie prolifera especialmente en períodos de dominio de la corriente oceánica de "El Niño".
Como dato anecdótico, quisiera aportar  aquí nuestro  descubrimiento  de un esqueleto extendido, que portaba como única ofrenda  una gran concha de ostión puesta a la altura del esternón. Sus bordes se veían muy desgastados, de donde podríamos tal vez lucubrar que se trató del entierro de una tejedora. Fecha aproximada del hallazgo: agosto 1964, frente a la isla de la Chimba, al N. de la ciudad de Antofagasta. 
En el "Vocabulario de la Lengua Aymara" de Ludovico Bertonio   (1612) hallamos:  Llokhe: concha del mejillón. Llokho cchulo: carne del mejillón.  Lloque piñala concha de mexillón que cuelgan a los niños como nosotros colgamos una cruz o medalla" (Bertonio, 1612: 105).

Fig.  3.  Concha de  ostión  (Argopecten purpuratus). (Foto tomada de Internet). La denominación "purpuratus" le fue puesta porque la  mayoría de los ejemplares de esta especie presentan un color rojo púrpura.

(15)  La "cortadera", también conocida en el norte de Chile como "cola de zorro" o "carrizo",  corresponde a la especie botánica Cortaderia araucana, de la familia  Poaceae. Produce como tallo floral unos vistosos penachos, muy usados como adorno en las viviendas.

Fig. 4.  "Cola de zorro"  o cortadera,  Se le encuentra en lugares húmedos o a la orilla de los ríos o esteros cordilleranos. Es muy apreciada para hacer con sus penachos vistosos arreglos florales.  (Foto tomada de Internet). 

(16)  "Huailla" es un término en lengua aymara  para designar a la planta altiplánica  llamada  "coirón" también denominado ichu  o paja brava, y se utiliza para techar las casas y como forraje de las llamas y alpacas que solo comen sus extremos más blandos. Es muy abundante y crece en cojines (Vea Fig. 5). Su nombre científico botánico  es Stipa ichu  (Ruiz y Pavón), Kuntz 1829.  El jesuíta Ludovico Bertonio, en su "Vocabuario de la Lengua Aymara" (1612)  anota  para  la voz huaylla:  "hicho (por ichu)  largo y blando con que cubren las casas" (1612: 156).  

Fig. 5. Cojines de Stipa ichu mecidos por el viento de altura. Se le encuentra en abundancia por encima de los 3.500 m de altitud en la cordillera de Tarapacá. (foto tomada de Internet).  

Nota final:

Durante mi corta estancia en Mosquito de Oro, tomé  numerosas fotografías, según consta en mi Diario de Campo. 6-A : 1. Todos mis álbumes con antiguas fotografías quedaron en custodia en el MNHN de Santiago a partir de noviembre 2022 junto a centenares de documentos,  artículos y cassettes de audio personales. Tal vez un día será posible  escanear dicho material gráfico que bien pudo ilustrar este capítulo  con bellas imágenes mías de la época.  

Comentario eco-antropológico.

1.  Las referencias al empleo de las plantas andinas por parte de la comunidad aymara y su ganado de auquénidos, creemos que son un importante aporte al conocimiento de la etno-botánica  y la  etno-zoología del sector. 

2.  Las denominaciones aymaras de plantas y animales y aún de tipos de suelos o rocas,  se podrían provechosamente cotejar con las empleadas actualmente en Bolivia.

3. Durante mi breve estancia en el lugar, nunca escuché conversaciones o frases en lengua aymara.  A lo que creo,  los miembros de esta comunidad, a pesar de sus apellidos claramente indígenas  (Vilca, Ticuna...) ,  han perdido al parecer ya totalmente el uso de la lengua de sus antepasados. Le escuela rural chilena y sus maestros,  y el activo comercio con las ciudades chilenas de la costa así como el cierre hermético de las fronteras, han sido en gran parte responsables de esta pérdida, desgraciadamente hoy  ya irreparable. Como recuerdo, han quedado las denominaciones aymaras de plantas, animales y objetos de los que se sirven para diferentes propósitos, tal como las usa la señora Vicenta Ticuna, nuestra informante.

4.   Somos de opinión de que una larga estadía entre ellos, por meses, y participando activamente en todas sus labores pastoriles, debería arrojar un catálogo de nombres vernáculos de gran interés lingüistico, ya que la zona correspondería -por lo que se sabe-  a un área en la que las antiguas comunidades aymaras, puquinas y aún quechuas se relacionaban geográfica y culturalmente. Este tema nos parece de enorme interés, pero presupone la estrecha colaboración de lingüistas avezados y antropólogos (etnógrafos) sobre el terreno mismo. La falta total o casi total de apoyo lingüístico en la inmensa mayoría de los trabajos etnográficos y arqueológicos en la cordillera del Norte Grande, aún los más recientes, es una deficiencia  que hemos venido notando hace años, situación que creemos urge revertir en el futuro próximo. Sobre este tema hemos conversado y comentado latamente con el distinguido lingüista peruano  Rodolfo Cerrón Palomino. En nuestra opinión,  en este tema, "aún hay mucha tela que cortar". 


4 comentarios:

Dr. Horacio Larrain Barros dijo...

Recibo la siguiente nota de la botánica de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Gloria Montenegro

"Eres maravilloso amigo Horacio. Tus blogs son lectura obligada para mis alumnos de Flora Nativa. Un abrazo y sigue con tu energía de siempre. Gloria".

Dr. Horacio Larrain Barros dijo...

Estimada amiga Gloria: recibir de tí este elogio, es para mí un enorme espaldarazo a la misión que me he impuesto de entregar mis impresiones y observaciones hechas en el terreno mismo. Por eso me alegro que hagas compartir con tus alumnos estas notas de campo mías, a veces escritas a la carrera, pero que conservan la frescura de "lo visto, oido y comentado in situ". Al releer hoy mis propias notas, escritas hace ya casi 50 años, me sobreviene una añoranza y saudade difíciles de expresar. Por eso me he convertido en un incansable predicador de la necesidad de llevar, por parte de los científicos, un detallado Diario de Campo. Sobre este tópico tengo escrito un extenso capítulo mi blog que ha merecido varios miles de visitas.
Alienta, pues, a tus discípulos a que nos hagan llegar sus dudas e inquietudes: es parte de nuestra labor como profesores y maestros, tarea que, con la ayuda de Dios,proseguiré hasta mi último aliento. Si no fuera por mi manía de escribir y describir antaño prolijamente mis observaciones de campo, no podría yo hoy estar estar produciendo estos nuevos capítulos del blog.
Te reitero mis agradecimientos por tu atento y tan cálido saludo.

Dr. Horacio Larrain Barros dijo...

Desconocido comentó en:
"Mosquito de oro: un asentamiento pastoril aymara en la cordillera de Tarapacá: conviviendo con los llamos y sus pastores en el mes de julio de 1973."
Ayer
"¡Qué interesante y linda experiencia!, asombra el nivel de detalle. Muy bueno!!

Dr. Horacio Larrain Barros dijo...

Recibo de mi hermana Carolina el siguiente comentario a este nuevo capítulo de mi blog:

Querido Horacio:

Acabo de leer tu último blog y lo encontré muy bueno e interesante. La verdad es que no recordaba detalladamente tus expediciones y encuentros de sitios arqueológicos y botánicos.
El papá estaría feliz de verlos, porque estaba encantado de la creación, especialmente, árboles (con sus diferentes hojas), flores, frutos, animales e insectos. Recuerdo nuestros paseos por La Leonera, donde a cada cosa que veía nos la explicaba en detalle para que fuéramos tomando contacto directo con la naturaleza. Veo que eso lo heredaste de él, obviamente...

María Carolina Larraín Barros
mayo 2023.