martes, 5 de mayo de 2015

¿Cuál ha de ser el verdadero sentido y misión de la Universidad?: reflexiones de San Alberto Hurtado Cruchaga, S.J.


                                      
Fig. 1.   Portada de la revista "Mensaje"  en su Número dedicado al recuerdo de la canonización de San Alberto Hurtado  (Octubre 2015). 

                                        
                                                    Fig. 2.  Primera página del artículo.


Presentamos aquí  la versión original nuestra del artículo que  acogió la Revista "Mensaje", de los jesuítas chilenos,  en su edición del mes de Octubre  2015. 

Nuestro texto original.

"Los recientes sucesos ocurridos en  Chile,  nuestro país, (caso  PENTA, caso CAVAL, Caso SOQUIMICH, Colusión de tres famosas cadenas de farmacias (Ahumada, Cruz Verde y  Salcobrand) y tantos otros más de los que hemos sido testigos en los últimos años, nos deben llevar a reflexionar sobre el rol de la Universidad, y del universitario de hoy. Porque sintomáticamente,  todos esos hechos dolosos, constitutivos de delito o, al menos, colindantes con el delito desde el ángulo legal, (y ciertamente delitos vergonzosos desde la perspectiva ética),  han sido perpetrados por gente de excelente formación académica, casi todos ellos graduados en las mejores Universidades del país y/o del extranjero. 

¿Qué está pasando?

¿Qué está pasando?.  ¿No es esto, acaso, síntoma infalible de descomposición moral, a los ojos de la opinión pública?. ¿Dónde queda -nos preguntamos perplejos- la probidad de nuestra clase  empresarial?. No se trata, por desgracia, de  un caso aislado. Tampoco de tres o cuatro casos fortuitos. Ha sido una verdadera marejada de actos, uno tras otro, que sacuden a la opinión pública y nos exigen no solo reflexión, sino también acción  y reacción. No podemos quedarnos de brazos cruzados ante el despojo del erario nacional por  evasiones tributarias en cantidades siderales. Tal como ha sido señalado por la Comisión Engel recientemente (Marzo 2015),  esto tal vez  no constituya una prueba de que Chile sea ya un país corrupto, pero sí  que estamos al borde de serlo, si no se toman las providencias del caso.

 Ante esta situación que  nos tiene  profundamente deprimidos,  amargados o rabiosos,  viene muy al  caso reflexionar serenamente sobre  unas frases del santo jesuíta chileno Alberto Hurtado Cruchaga (1901-1952), creador del "Hogar de Cristo", fundador de la  central de trabajadores  católica  ASICH y Fundador  y Director de la revista "Mensaje", órgano de reflexión cristiana sobre los grandes problemas nacionales. Su corta  pero laboriosa vida fue un ejemplo de entrega total al bien común, expresada en el amor a los más pobres  y en la defensa de los derechos de los oprimidos  y abandonados por la sociedad. Pero, a la vez, pensaba en los grandes problemas nacionales y sus soluciones.  Su voz sigue resonando hoy, fuerte y exigente, a través de sus obras y artículos.  También a través de sus seguidores y discípulos. Insigne pedagogo, se preocupó de la enseñanza y sus medios para transformar a los hombres y hacerlos más humanos..

Un texto para meditar.

El texto que sigue más abajo y que queremos meditar hoy día,  forma parte de sus reflexiones sobre la "Misión del Universitario".  Alberto Hurtado -no lo olvidemos-   había hecho sus estudios de doctorado en pedagogía en la Universidad de Lovaina (Bélgica)  y fue  educado  justamente para  ser un formador en los Colegios de la Compañía de Jesús. Su primera misión fue, precisamente, formar a los futuros  profesionales del país, labor que ejerció por años en el Colegio San Ignacio de la Orden. Mente lúcida  y abierta a los problemas  que presentaba la sociedad chilena de su época, pronto se dio cuenta  que la formación de líderes cristianos  era un requisito sine qua non para  enfrentar los desafíos de la Iglesia del futuro. Profundamente conocedor de la realidad social de su época,  se dio perfecta cuenta que se necesitaba trabajar, conjuntamente, en dos frentes: el social  para atacar las terribles desigualdades sociales existentes en el país, y, a la vez,  el intelectual,  creando una voz que llegara  al mundo de los hombres que tenían la responsabilidad de dirigir los destinos del país: los políticos  y los universitarios (investigadores tanto como profesionales).  Esa voz tenía que llevar  a todos  (cristianos y no cristianos) el mensaje de Cristo y por eso -y no fue  mera casualidad-  Alberto Hurtado tituló "Mensaje" a la publicación pensada para ser  portadora de orientaciones y criterios examinados  "a la luz del Evangelio".  Y "Mensaje", nacida en octubre del año 1951, 10 meses antes de la muerte de su autor, lleva a la fecha  637 números publicados y  60 años de publicación ininterrumpida.

El visionario creador de instituciones  necesarias  y urgentes.

El hombre que  creó  en el año  1944 el  "Hogar de Cristo", consciente  de que no existía en el país una institución que albergara   y diera  casa y sustento a  los más pobres o desposeídos; el hombre que quiso trasmitir  las enseñanzas  sociales de la Iglesia  a los sindicatos, creando  la ASICH (Asociación sindical chilena); el hombre  que  en 1947 ideó la revista "Mensaje" para  entregar orientaciones cristianas frente a los problemas del mundo de hoy,  también  pensó  en el rol  de la Universidad. Muy poco faltó para que creara la Universidad  de los jesuitas.  Pero no tuvo tiempo.  Poco después de su muerte, ocurrida el 18 de Agosto del año 1952,  el 31 de Mayo de 1956, uno de sus discípulos jesuítas (Gerardo Claps) formaría en el Norte del país (Antofagasta) una Universidad  jesuíta,  bajo el nombre de  "Universidad del Norte" (hoy Universidad Católica del Norte).  

Conocimiento de causa.

 Por lo señalado arriba,  es evidente que Alberto Hurtado, abogado, sacerdote,  y por añadidura pedagogo de excelencia (autor de varios libros de pedagogía),   tenía de sobra los conocimientos para opinar sobre la Universidad: su rol y sus  objetivos básicos. Formado en la Universidad de Lovaina y conocedor de las Universidades francesas, Alberto Hurtado  habla, por lo tanto,  "con pleno conocimiento de causa".  Nadie le podría achacar  desconocimiento del tema.

No es nuestra intención  hacer  aquí un estudio completo de la Universidad y sus fines. Para ello tendríamos que estudiar a Andrés Bello, examinar los dichos de R. A. Philippi y otros sabios universitarios y, en tiempos más recientes, el pensamiento señero de Juan Gómez Millas, Rector por largos años de la Universidad de Chile. Hoy solo nos convoca  el examen y meditación de un texto de  Alberto Hurtado, hombre múltiple,  hoy santo de la iglesia católica..

Analicemos este notable texto y saquemos algunas conclusiones.


No es nada fácil definir una Universidad y sus fines  esenciales y primordiales:   qué debe ser, a qué debe orientarse,  qué campos debe estudiar, qué clase de personas debe formar. Las frases que anteceden, constituyen  un verdadero paradigma de lo que debe ser, a juicio de Alberto Hurtado, tanto la Universidad como los académicos y profesionales formados por ella.   Y, ¡ojo!,  él  no se está refiriendo a una Universidad católica: se está refiriendo a la esencia de toda Universidad, de cualquier Universidad; a su sentido primigenio  y más profundo.  La conclusión a que se llega   luego de este análisis, es que muchas de las Universidades chilenas, si es que no  todas,  no alcanzan esta vara tan alta.. Muchas, ni siquiera de cerca. Algunas, por desgracia, parecerían ser, a juzgar por sus obras (o "frutos")    la antítesis misma de esta definición. Viene muy a cuento aquí  la expresión de  Jesucristo:  "por sus frutos los conoceréis". (Mateo cap. 7, vers. 16 y 20). ¿Cuáles son "los frutos" de la Universidad?.   el grado de  formación de sus alumnos, en primera instancia, la calidad de su académicos, sus servicios y actividades, sus publicaciones y revistas, su aporte real a  la solución de problemas regionales, su  influjo orientador en la sociedad,  el respeto que se le tiene  en la sociedad (ciudad, región)  donde ser insertan.  

¿Qué atributos   debe tener, según Alberto Hurtado,  una Universidad auténtica?.

1.  "Debe ser el cerebro de un país".   Es decir, una "masa crítica" pensante. Para lo cual tiene que reunir un grupo de "pensadores". No solo de maestros ejecutores  o "repetidores"  (memorizadores)  de materias.  Pensadores en el campo de la Ciencia, en el campo del Arte, en el campo de Filosofía, en el Campo de la  Historia, Antropología  o Sociología, en el campo de la Educación, en el campo de la Economía y del  Derecho.   ¿Qué Universidades  merecen este título en nuestro país?.  Dénos Ud. mismo  la respuesta. ¡Y pensemos que Alberto Hurtado pone este atributo en el primer lugar!.

2. "Debe ser un centro donde se investiga".  Es decir, donde se  examina y analiza. ¿Qué cosas?:  lo que  dice "relación con el bien común" de la región o del país.  De esta investigación se trata; no de cosas sin enjundia, que poco o nada tienen que ver con las necesidades reales de la comarca donde residen. Para investigar,  se necesita,   además de los conocimientos teóricos, propios  del sabio, la biblioteca especializada  y los elementos de trabajo básicos para ello (laboratorios, etc.).  Considero que para eso se crearon las llamadas "universidades regionales" para estudiar la región y contribuir a solucionar sus problemas más acuciantes. ¿Cuántas universidades nacionales realmente investigan?, ¿Qué investigan? ¿Cuántas de ellas  solo repiten  en sus aulas lo ya bien sabido?.

3. "Debe ser un centro donde se planea [planifica]".  Esto nos parece fundamental:  Esa "masa pensante", nervio y vida de la Universidad,   tiene como misión esencial, además de  entregar conocimientos especializados a los estudiantes de las distintas  carreras, pensar el futuro, prever el desarrollo de las acciones en curso, estudiar  el destino de las mismas, observar su influjo (positivo o negativo), para  ser así capaz de  cambiar el rumbo,  o modificar a tiempo cátedras y programas. En otras palabras, la Universidad  tiene que ser dinámica por esencia, porque el mundo a su alrededor es igualmente cambiante y dinámico. Lo que obligará a modificar  los curricula   cuantas veces sea necesario para adaptarse  a las nuevas circunstancias. Este pensar el futuro, significa que la Universidad debe ser capaz de adelantarse a  los hechos, prever situaciones-límite. Si no es capaz de hacerlo, significa que no posee en sí una  "masa pensante".  ¿Cuántas  Universidades pueden decir con honestidad que poseen un núcleo de "pensadores del futuro" de la región o del país?.

4.  "Donde se planea y discute  cuanto dice  relación  al bien común y de la humanidad". "Se discute". Palabra mágica  del Padre Hurtado que da  entender  la necesaria  presencia de debate, discusión, controversia acerca de los problemas que se examinan. Nada de  predicación ex cathedra. Esto último queda  solo para  el caso de las verdades o dogmas de la fe,  en el caso del creyente.Pero solo en este caso. En todo lo demás,  se debate y  se examina diversas proposiciones o  posturas. También en el campo de lo ético o moral.  Porque la búsqueda del "bien común", objetivo  que debe ser  el faro iluminador de este proceso universitario,  supone  aunar voluntades y criterios  en materias discutibles.  La discusión, el debate es parte  de la búsqueda de la verdad, del  mejor camino a seguir.

La búsqueda del bien común..

La "búsqueda del bien común"  además,  nos obliga a pensar  en  nuestra responsabilidad frente a toda la comunidad humana que nos rodea, nos obliga  a superar el individualismo tan propio de nuestra época . El "yo" debe ser superado por el "nosotros".   Aquí aflora, en toda su fuerza.  la faceta social del P. Hurtado. Aquí está el germen del "Hogar de Cristo" y de la ASICH; el germen de la revista "Mensaje". Nos preguntamos: ¿qué  aspectos del bien común de la nación o de toda la Humanidad se discuten concretamente  en nuestras Universidades?. En la mayoría de ellas, ¿se vive pensando en cómo contribuir al "bien común", o más bien,  en cómo solucionar los problemas económicos  y saldar las deudas acumuladas?.  Seamos sinceros.

Actitud ante  los problemas de la humanidad. 

¡Ni hablar  de  reflexionar sobre  los problemas  de la Humanidad entera!.   ¿Podemos honradamente decir que la Universidad,  como ente pensante,  tiene una voz, o  está seriamente preocupada por el problema migratorio a nivel mundial, o del problema del calentamiento global a nivel planetario, o del problema de la escasez de agua y la desertificación creciente, o del problema de la contaminación  atmosférica de mares, ríos o lagos, o de  los efectos de la minería  extractiva  sobre los ecosistemas, las cuencas  y cursos de agua o -como acaba de ocurrir en el desierto chileno- sobre los  efectos devastadores de los aluviones  y  aludes en territorios áridos?. ¿Tiene hoy la Universidad alguna voz cantante en materia de migración interna o de inmigración masiva  por parte de países vecinos? Ninguno de estos tópicos parece ser tema muy relevante para muchas de ellas. Al menos así pareciera según se desprende de su silencio. Y lo que más preocupa, es que frente a algunos de estos tópicos (v.gr. contaminación,  migración), ni siquiera existe una voz  unánime entre los académicos. Lo que genera más confusión  en la opinión pública. e impide tomar  a tiempo las decisiones del caso.    

5. "El universitario debe adquirir la mística de que no es solo un técnico, sino el obrero intelectual de un mundo mejor".

¿"Mística"?. Palabra  arcaica,  casi del todo desconocida hoy día. Tan poco la usamos, que nos vemos obligados que buscar su significado en Internet.  ¿Qué es mística,  ¿qué son los místicos?.  ¿Qué hacen?. ¿Para qué sirven?. Voces éstas que parecen pertenecer al contexto histórico de la "Edad Media", sus eremitas y sus santos. Cuando lo que realmente interesa  hoy  al joven profesional es hacer dinero rápidamente y  de cualquier manera,  para acceder rápidamente a esta mal llamada "sociedad del bienestar". La "mística", hermana mayor de la austeridad, la sobriedad y la pobreza,  es la antítesis misma de los honorarios abultados, de los sobreprecios, de las "boletas ideológicamente falsas",  de las malversaciones de fondos, de las habilidosas  trampas a Impuestos Internos,  del  robo descarado al erario nacional por parte de empresarios y contadores  inescrupulosos.  ¿Cuánta "mística" es observable hoy en las carreras universitarias, entre sus académicos o estudiantes?. ¿Queda allí todavía algún "místico", esto es un enamorado de su disciplina, a la que consagra  infinitas  horas extras sin chistar?.


6. "El universitario...debe ser el obrero de un mundo mejor".

"Un mundo mejor para todos".   ¿Sublime anhelo de románticos y soñadores?.  ¿O  una  realidad posible?. .¿Soñaron   acaso los  cerebros de  PENTA, SOQUIMICH,  CAVAL y tantos otros  entes   que han quedado en entredicho en nuestro país en los últimos años,   en un "Chile mejor para todos"?. O, más bien, en cómo amasar rápidamente una fortuna personal,  en cómo conquistar del poder económico o político, o en cómo hacer un negocio brillante a costa del Estado de Chile, o, o finalmente, en cómo  llegar a controlar el Parlamento Nacional en su propio beneficio?. Y pensar que todos los "próceres" que figuran hoy en estos  actos constitutivos de  delito  -que ojalá lleven efectivamente a algunos la cárcel -  son "frutos" maduros de Universidades chilenas!. Parece inaudito. Al parecer, en las Universidades -me imagino- aprendieron las tretas  y  resquicios legales para enriquecerse a costa de otros, el resto de los chilenos. Por lo que se presume, en las Universidades, por desgracia, nunca o casi nunca se les habló de ética o de moral, materias consideradas aparentemente  "superfluas", indignas de figurar en un curriculum universitario considerado "moderno" y "progresista". ¿Ética?  , ¿moral?,  ¡Qué estupidez!.  Así se pensó.

Primacía de la ética.

Sin embargo, todas las materias universitarias, si pretenden ser verdaderamente "humanas" (esto es,  para el beneficio real del hombre social),  deben  someterse necesariamente al dictamen de la ética: la economía, la ingeniería,  la arquitectura de puentes, edificios y carreteras, la medicina,   el periodismo, el derecho, la sociología y antropología; todas!.  Hasta el Arte.   Recién ahora ciertas Universidades esbozan un  tímido "mea culpa" en este sentido. Recién ahora se dan cuenta que crearon "monstruos" y no -como dice el P. Hurtado- "obreros intelectuales de un mundo mejor". La mayoría, ni siquiera se lo han planteado todavía, tan nula  ha sido  su capacidad de autocrítica. Al menos, que se sepa,  no se han referido aún a este tema, verdaderamente tabú.

Una  definición de Universidad  "al servicio del bien común".

La definición  que nos ha dado el padre Hurtado  sintetiza el auténtico "ideal de Universidad". Responde a lo que quiso ser la  auténtica Universidad  en la Edad Media:  "Universitas Magistrorum et scholarium": esto es,  "la totalidad de maestros y  estudiantes", que    buscan, como totalidad,  "engendrar   y transformar al hombre por obra de la ciencia y el saber".

Transformar al hombre, poniéndolo al servicio de la humanidad toda. O, en nuestro caso, del propio país o región, es el auténtico rol de la Universidad, según  Alberto Hurtado.

En pocas líneas,  apretadas pero  diáfanas y  expresivas,  nos da a conocer san  Alberto Hurtado   la verdadera misión de la Universidad y del universitario  hoy día.  Nos traza una meta  ardua  y espinuda, a la que  las auténticas Universidades deberían aspirar. ¿Qué universidades chilenas hoy pueden proclamar haber alcanzado esta vara tan alta.?   ¿Será mucho pedir,  al menos,  que se propongan esta meta como verdadero objetivo de su actuar en la sociedad moderna.?".

 Hasta aquí, el texto original nuestro.

En la revista "Mensaje", de Santiago de Chile.

La Revista "Mensaje" de los jesuítas chilenos,  en el volumen aniversario de los 10 años de la canonización del Padre Hurtado (Octubre  2015) recogió este artículo nuestro, aunque matizando  sus expresiones y  recortando bastante su extensión. Fue publicado en el Número 643 de la revista (Volumen LXIV: 40-41). Por este motivo, nos ha parecido justo  editarlo en su forma original, tal como fue concebido.

El visionario.

Alberto Hurtado no solo fue un gran  santo de la iglesia católica de nuestro tiempo.  Fue un   notable visionario  en diversos escenarios del acontecer nacional.  En lo social, marcó nuevos rumbos  al crear  el "Hogar de Cristo" para acoger a los desamparados y desterrados  de la sociedad,  que vagaban por las calles  y muelles de la nación, sin rumbo ni  destino. Recogió e hizo suyo el mensaje de Cristo  donde nos expone los parámetros con que Dios juzgará  a su pueblo en el Juicio Final: "tuve hambre y me diste de comer, estaba desnudo y me vestiste, enfermo y me visitaste, peregrino y me acogiste".  Así retrata Mateo en su Evangelio al verdadero discípulo  de Cristo, según palabras del mismo Maestro (Mateo cap.  25, vers. 35).  Pero junto con ello, fue el adalid indiscutido de la causa de la justicia social, abogando por la defensa  los derechos de los trabajadores para los que creó la Acción Sindical Chilena (ASICH).

El pensamiento de Alberto Hurtado: la educación en valores  y principios.

Su acción y su pensamiento en el  plano educacional e intelectual es, lamentablemente,  poco conocida, aún en Chile. Por ello hemos querido presentar estas ideas, extraídas de uno de sus escritos. Si nos fijamos bien, fustiga Alberto Hurtado veladamente pero con energía  aquellas formas y sistemas  de educación que no van al meollo de la formación humana en valores  profundos, y solo entregan un barniz insípido de conocimientos,  aparentemente "para triunfar en la vida", como se pregona por ahí. Nos preguntamos si  nuestras Universidades chilenas se  atreverían  "a mirarse en este espejo"  que presenta  audazmente Alberto Hurtado como el verdadero y auténtico modelo de Universidad.

Epílogo.

Los sucesos ocurridos en Chile durante este año 2015 en relación  con la discusión acerca del lucro de y en las Universidades,  dejan bien al desnudo cómo muchos de estos centros de educación superior se han apartado del verdadero objetivo de su misión,  habiéndose convertido  no pocos de ellos en  viles "mercaderes de la educación", donde la educación es tan solo un  "bien de consumo" más, como alguien dijo por ahí...














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