jueves, 6 de marzo de 2014

Un testimonio olvidado sobre el puerto de Cobija: La visita del etnógrafo alemán Adolf Bastian en el año 1876.




Fig. 1.   Carta geográfica del desierto boliviano, tomada de la obra de André Brésson con Prefacio de Ferdinand de Lesseps titulada:  Bolivia Sept années d´ explorations   de Voyages et de  séjours dans l´Amérique  australe..., Challamel  aîné, Paris,   1886. La carta se denomina: "Carte Topographique et Minéralogique du Désert d´Atacama" y lleva por subtítulo: "Profil du désert Bolivien De Mejillones á  Caracoles". Su principal objetivo es graficar las explotaciones de salitre (Nitrate de Soude)  y las minas de plata y cobre (Mines  d´argent et de cuivre). Este Plano constituye un excelente telón de fondo geográfico para comprender  la descripción de Bastian, en su visita a Cobija.  En Internet en: https://www.google.cl/search?q=Plano+Desierto+de+Atacama+André+Bresson&rlz=1C1SAVU_enCL566CL566&espv...).

Interés geográfico de esta carta: su aporte a la vialidad  y  economía  minera de la época. 

 Resulta de interés señalar, igualmente, que  se muestra en  el extremo Norte de este plano  una ruta tropera que viene desde la Pampa  Tamarugal (provincia de Tarapacá)  con rumbo casi SW (presumiblemente desde la quebrada de Maní) y que remata directamente en Quillagua.  Esta ruta es para nosotros un tramo del Qhapaqñan o "Camino del Inca" que bordea el Loa con rumbo S y  SW para arribar a Calama. Es curiosa la errónea configuración del río Loa  entre Quillagua, Calama   y Chiuchíu, lo  que denota  el desconocimiento práctico que existían sobre dicha región, casi totalmente despoblada  por entonces.

Esta carta, es de enorme interés no solo para graficar  la propiedad boliviana  de estas tierras desérticas antes de la Guerra fratricida del Pacífico,  entre Chile y Perú-Bolivia   (1879-1884), sino también porque señala nítidamente las numerosas  vías de comunicación  entre San Pedro de Atacama y el mineral de plata de Caracoles con el puerto de Cobija, Mejillones  y la naciente ciudad de Antofagasta (denominada aquí "Antofagasta en La Chimba"). Este mapa  comprende la superficie encerrada desde  el curso del  río  Loa en Calate y Quillagua  (topónimos  aquí nombrados)  por el Norte, (señalado como la línea de frontera entre Bolivia y el Perú)   y el paralelo  24 de latitud sur,  en el Salar de Punta Negra, indicado como "ligne de frontière de la  Bolivia et du Chili". Aparecen reseñadas las explotaciones salitreras y mineras y, de manera muy significativa, numerosos topónimos y lugares en la costa, particularmente  en la península de Mejillones. El Plano  de este ingeniero francés pasa a ser  un excelente repertorio geográfico para conocer de la actividad  económica  y la movilidad de   la época  (1871-72), muy  cercana a  la visita de Bastian  (1876). Su enorme interés económico para la época, bien merecería un estudio especial de nuestra parte, desde un punto e vista ecológico.cultural.

El aporte de Adolf Bastian  en  1876-77.

Adolf Bastian

 Fig. 2.         Adolf Bastian  (1826-1905).


Hurgando entre viejas notas  de lecturas antropológicas.

Entre mis viejos papeles y fichas, tropecé con esta breve pero sustanciosa  descripción de Cobija de este gran etnógrafo, la  que traducimos del alemán, su lengua original,  para goce y disfrute de  mis curiosos  lectores, amantes de la etnografía, geografía  y antropología cultural chilena.   También creemos puede interesar  a los historiadores, sociólogos,   antropólogos  culturales y demógrafos  y confío les pueda ser útil. Y, de manera especial, la dedicamos a aquellos que se interesan por el estudio de la etnia de los changos y su evolución demográfica a través del tiempo.  Esta cita data del año 1878, año de la publicación de su obra. Pero el viaje de Bastian tiene lugar un par de años antes (1875-76) .  La publicamos  aquí por ser bastante desconocida en nuestro medio científico nacional. Su lengua de origen, el alemán,  es ciertamente una fuerte traba para muchos lectores  de habla hispana.

 El Padre de la etnografía mundial.

El alemán, Adolf Bastian  nacido en  Bremen en 1826  y muerto en Puerto España a los 78 años de edad, fue un notable erudito  y sabio de su época. Y, a la vez,  un viajero incansable.Visitó y estudió los grupos aborígenes en prácticamente todos los continentes en su numerosos viajes de exploración. Pocos rincones del planeta escaparon a su ojo inquisidor.  Por muchos, es considerado el "padre de la Etnografía" por sus increíbles aportes en el campo de la etnografía mundial. Fundó con Virchow  la Zeitschrift für Ethnologie  (Revista de Etnología). Fue Director del Museo Etnológico de Berlín. Nació en   Bremen en 1826 y  murió en el Nuevo Mundo, en Puerto España, en Trinidad y Tobago  en 1905 en uno de sus viajes. Su obra  cumbre en tres volúmenes  de la que hemos extractado esta cita   se denomina:  Die Culturländer des Alten Amerika  (1878-1889). Berlin, Weidmannische Buchhandlung.  La cita que aquí aducimos  traducida, pertenece  al Volumen I (1878).

Andanzas por Sudamérica.

El viaje a América del Sur se realizó  entre Mayo  de  1875 y Agosto del año 1876  y  sus resultados los presentó primeramente  en una conferencia suya  titulada: "Darstellung seiner letzten Reise  in Südamerika"   y fueron  publicados en la Revista alemana Zeitschrift für Ethnologie, Band  8, 1876: 209-211. Esta revista, creada por el mismo,  presentaba en esa época, con hermoso despliegue cartográfico, muchos de  los resultados de los viajes de exploración de los estudiosos alemanes por todo el planeta. Es una verdadera mina de material informativo sobre la etnografía mundial tal como había sido antes la famosa revista  alemana Pettermmann´s Geographische  Mittheilungen  en la época de Johann  Jakob Von Tschudi y  R. A. Philippi.

Su visita a Cobija en  1876.

Existe un hermoso grabado  del puerto de Cobija en 1874. Dibujo de Taylor,  basado en una fotografía de la época.   (Ver en Internet http://www.skyscrapercity.com/show thread.php?t=335356). Esta vista es una excelente introducción a  la descripción hecha aquí por Bastian. No nos fue posible insertarla aquí, por desgracia,  por razones estrictamente técnicas.


La descripción de Bastian  del puerto de Cobija en el momento de desembarcar  es sumamente breve y sucinta. Su relato es sobrio, pero elocuente. Lo que más nos interesa de ella es que nos entrega alguna información histórica sobre el origen  de su fundación, sus antiguos habitantes,  su relación vial con Bolivia  y otros antecedentes de tipo económico que analizaremos.  Y lo que más nos sorprende, en realidad,  es que  para su visita ya no existen pobladores changos, pobladores que,  en su percepción del área,  pertenecen al pasado del lugar, pobladores que siempre había llamado la atención de prácticamente todos los viajeros y visitantes anteriores. ¿Qué había pasado entretanto que ya no se veían allí,  las pobres chozas de cueros de lobos marinos de estos indígenas?. Es lo que trataremos de indagar.

Cobija Puerto  Lamar.

El Libertador Simón Bolívar la  hizo bautizar como "Puerto Lamar" en honor al apellido del insigne general José de La Mar, prócer americano nacido en Quito. Sobre los orígenes históricos de Cobija-Lamar, véase  el interesante trabajo de  E. Téllez L y Osvaldo Silva G., titulado:"Noticias sobre los inicios históricos de Lamar (Cobija), primer puerto de Bolivia en el Pacífico   (1828)",  publicado en Cuadernos de Historia, Departamento de Ciencias  Históricas, Universidad de Chile, Santiago, Año 2012 37: 241-248.

Sobre Cobija y su agitado devenir histórico, debe consultarse de todos modos  el excelente libro del historiador boliviano Fernando Cajías:  "La Provincia de Atacama (1825-1842), publicado por el Instituto Boliviano de Cultura, la Paz, Bolivia,  1975.  En esta Tesis del autor, se ofrece gran cantidad de documentación temprana referente  a este Puerto de Bolivia y los avatares de  su habilitación  desde el momento en que Bolívar firmara el Acta de su fundación,  en diciembre de 1825.


El  texto de Bastian (1878).

Pero, ante todo,   pongamos aquí  su texto, traducido por nosotros  directamente del alemán. Incluimos entre corchetes las expresiones  propias del autor en su lengua  y algunas notas  explicativas de  nuestra cosecha cuya finalidad es esclarecer y/ o iluminar  algunas afirmaciones de Bastian.

"Hacia el mediodía  se hicieron visibles  las pobres casas de Cobija (o La Mar  (1) ), al pie de la majestuosa masa montañosa sobre la cual  conducen  los senderos [die Pfade]  para emprender a través de  ellos la   agotadora cabalgata  a través  del desierto de Atacama,  en procura  de la parte habitada de Bolivia (2) . La desembocadura de la huella del desierto en el Portezuelo (sic! en castellano),  en la quebrada de "Mal Paso", se podía bien reconocer hacia la parte alta de la población,  pero resultaba accesible [solo]  haciendo primeramente  un rodeo por la playa. Al desembarcar, hallamos las callejuelas del lugar  que  nos conducen hacia arriba  doblemente tristes (3), por  motivo de la Siesta  (sic! en castellano) y [porque]  aquí y allá  había logrado el hombre hacer prosperar  alguna plantita,  a pesar del  duro suelo. En el año 1829 (4), el recién declarado puerto libre  [Freihafen] alcanzó una población digna de ser nombrada  [eine nennenwerthe Bevölkerung] con  la iniciación de faenas de  unos cercanos mantos cupríferos   (1858;  (5). ) ".

Y prosigue este breve texto:

"Tal como pudo comprobarlo Tschudi  durante su  visita  (6),  Cobija (7)   fue fundada   en 1619 (8)  y en el sitio donde unos náufragos habían fabricado una capilla, hallaron unas cabañas de pescadores [einige Fischerhütten] (9)   junto a escasas vertientes  [neben spärliche Quellen] (10) , las cuales  no fueron suficientes  cuando aumentó el número de habitantes.  Los indígenas desaparecieron después (11), pero sin embargo aún  habitaban en las cercanías,  para el tiempo de la visita de Feuillée a Cobija (1707; (11) , en chozas hechas  de  pieles [Fellhütten] (12) . Los lobos marinos [Seehunde] (13)   de cuya cacería  los Changos (14)  habían vivido antiguamente [früher],  habrían  disminuido  en número (15)  desde el año 1830, (al igual que las aves marinas)  al mismo tiempo  que se desatara una epidemia [Seuche] entre los animales terrestres (16). (Vea [obra de] Philippi   (17) );  (Bastian,1878: 41).

Nuestras Notas explicativas al texto.

(1)  Simón Bolívar, con fecha 28 de diciembre de 1825, fundó  el "Puerto Mayor" de Cobija  mediante la expedición del Decreto Supremo respectivo, cuyo texto consta en la obra de  Isaac Arce, Narraciones Históricas de Antofagasta, (Iriarte Impresores, Antofagasta, 1930: 14-16).  A través del mariscal Sucre, se comisionó´por entonces  al marino inglés Francis O´Connor para que inspeccionara  prolijamente el litoral boliviano y propusiera  un  lugar  apto para el  atraque de navíos. Comisión que O´Connor cumplió a cabalidad. 

(2)  Esta antigua senda o  camino tropero  remontaba desde Cobija hacia  Calate, Chacance y bordeando el Loa, llegaba a Calama. Era la huella habitual de los pescadores que desde muy antiguos tiempos surtían a los habitantes agrícolas del río Loa de los productos del mar   (pescado seco y/o salado y algas secas). Calama, tempranamente (siglo XVII) era una  aldehuela  de  muy escasa población de agricultores, dispersa en la campiña poblada de  algarrobos, chañares y  soronas.   En cambio, Chiuchíu, o Atacama la Baja,  mantenía una población mucho mayor, poseía una antigua  iglesia de buen porte;  era cabeza de doctrina  y nodo importante de comunicación con el altiplano de Lipes ya desde comienzos  del   siglo XVII.

(3)  Triste y yermo [öde] era, sin duda, para un europeo acostumbrado a los bosques lluviosos como Bastian,  el espectáculo que podía ofrecer Cobija, donde escasamente  podía observarse alguna que otra planta de cañaveral o  carrizo (Phragmites communis)  en torno a miserables aguadas,  de escaso rendimiento  y de gusto salobre. Tal vez, vio también en torno a  las moradas desiertas a esa hora  de la canícula  alguna que otra planta de flor, creciendo en medio de la sequedad más absoluta.
 D´Orbigy se expresaba de un modo muy semejante al contemplar el emplazamiento de Cobija:   Dice textualmente:  "Me sentí...profundamente entristecido, buscando inútilmente rastros de vegetación. La naturaleza parecía estar de duelo, y lejos de hallar en esa tierra tan alabada del Perú, las riqueza proverbial de aspecto, cuya idea  despierta su nombre en todo el resto del mundo, veía a la  derecha un cabo negro, formado de rocas deshechas; [al] frente, una costa donde el oleaje rompía con estrépito, en medio de rocas; algunas casas de pobre apariencia, al pie de la barranca cortada a pico;  y, arriba, una llanura completamente pelada que parte del mar y se elevaba poco a poco hacia las montañas abruptas, también secas y peladas. Todo atractivo desapareció..."  (Alcides D´Orbigny, en Viajes  por Bolivia, Tomo I,  Biblioteca de Autores Bolivianos,  4, Ministerio de Educación,   La  Paz, Bolivia,   1958: 215-16).

4)     Hasta donde llegan  nuestros conocimientos,  Cobija  es elegido por  el Libertador Bolívar como futuro puerto de Bolivia en diciembre de  1825. Cuándo haya sido declarado "puerto libre",  esto es exento del pago de impuestos de importación de mercaderías extranjeras, para incentivar su poblamiento, no nos consta documentalmente, pero debió ser unos años después; Según Bastian  esto ocurrió en el año 1829. Pero el viajero y comerciante  sueco Karl August Gosselman, escribiendo en 1837, nos dice una cosa diferente: " [El general] Santa Cruz no solo ha declarado  puerto de depósito al Callao, sino también a Arica y Cobija de las cuales la primera es el principal emporio del estado Sur-Peruano, y la segunda, es único puerto de Bolivia. Este último es también puerto franco desde el año 1833..." (Gosselman,  "La República Peruboliviana, 1837" en  Viajeros en el Perú republicano, (Alberto Tauro, editor), Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú,  1967: 49; subrayado nuestro). El testimonio de  Gosselman   -testigo de la época-  nos parece más congruente con la realidad, considerando el interés de Santa Cruz, Presidente de la Confederación Perú-boliviana por afianzar  el dominio del Pacífico.

5)   Las explotaciones de cobre a las que aquí se hace mención son muy probablemente,  las de Gatico,  unos pocos kilómetros hacia el Norte de Cobija, donde llegó a existir una planta de procesamiento de este mineral y una pequeña población .

6)  Johann Jakob von Tschudi, notable viajero austríaco,  visitó Cobija en  el año  1858, cuatro años después de que R. A. Philippi hiciera  su famosa  travesía por el desierto de Atacama  (1853-54).  La descripción del viaje de Von Tschudi, escrita en alemán,  se encuentra en  su artículo: "Reise durch die Andes von Südamerika von Córdoba nach Cobija im Jahre 1858", Pettermanns Geographische Mitheilungen, Ergänzunsheft, Gotha,  Justus Perthes; hay traducción al castellano publicada como "Viajes por las Cordilleras de los Andes de Sudamérica de Córdoba a  Cobija",  (Boletín de la Academia Nacional de Ciencias, Vol. XLV, :324-404, Córdoba, República Argentina).  La visita de Von Tschudi  tuvo lugar solo  treinta  años antes de la de Adolf  Bastian. En ese breve  lapso de tiempo, ocurrieron muchos desastres a la población indígena  de la etnia chango en la zona, hasta su total desaparición en fecha incierta, pero, en todo caso, muy poco antes de la visita de Bastian.

7)  La voz "Cobija" es una palabra evidentemente castellana, pero todo nos induce a sospechar que detrás de este topónimo español se escondería  un antiguo topónimo  indígena, tal vez  algo así  como Cohuisa o Cuhuiza, lo que nos recuerda fuertemente  el nombre de la quebrada de Cahuisa, uno de los efluentes esporádicos a la pampa del Tamarugal.  Entre tanto topónimo de ancestro indígena de la costa Norte de Chile,  resulta muy extraño  y dispar este topónimo español  "cobija" con el significado de manta o  frazada. Tal significado, a nuestro parecer,  carecería de sentido práctico: no es descriptivo, como suelen ser  los topónimos.  Tanto más cuanto que  Cobija, o la "Ensenada de Atacama", como la llama don Pedro Lozano Machuca en  su descripción del año 1580, era un sitio habitual de numerosa presencia indígena, con presencia de agua de vertientes y, además,   como lugar preferido de tránsito obligado hacia el interior atacameño. Por tanto, tuvo que poseer  antaño, necesariamente,  un nombre local indígena. ¿Cuál fue éste?.  No lo sabemos.   Hay varios topónimos con la terminación -sa  en nuestra zona tarapaqueña, como Sipisa,  Cahuiza, Corsa, etc., los  que parecerían tal vez  tener un ancestro puquina más que quechua o aymara.
 Existe, por lo demás, un topónimo  "Cobija"  en Bolivia,  pequeña ciudad del Departamento de Pando, muy cerca de la frontera con Brasil. Esta nueva "Cobija"  fue rebautizada así  en el año  1906 por las autoridades bolivianas, abandonado su antiguo nombre de "Puerto Bahía" en recuerdo de la "Cobija " del Pacífico, perdida tras la guerra con Chile en el año 1879.


8)  No sabemos de dónde procede esta afirmación tan  categórica. No la hemos encontrado en otras fuentes.

9).  ¿De qué naufragio se trataría aquí?.  Es verdad que  muchas  embarcaciones españolas  solían recalar aquí,  cuando surcaban  el Pacífico muy apegadas a la costa, para reabastecerse de agua en ciertas caletas. No tenemos otras noticias de estos presuntos náufragos que habrían creado la naciente Cobija española. Pero sí sabemos, en cambio,  de barcos españoles sumergidos en su rada,  de los que los pescadores locales han extraído botijas y loza española antigua.

10) Tres vertientes, una de ellas  situada cerro arriba,  son las que frecuentemente destacan las fuentes. Visitamos años atrás,  durante nuestra larga permanencia en Antofagasta,  personalmente las tres. Solo una, ubicada en la terraza litoral,  es todavía  ocupada  hoy por los lugareños no tanto para bebida (es bastante salobre),  sino para el lavado.

11)   Sabemos de una espantosa epidemia de  fiebre amarilla (¿ o de cólera?) que habría aniquilado a la población changa en la década de los setenta del siglo XIX.  A partir de esta fecha, ya no se vuelve a nombrar nunca más  a los residentes changos, cuyas  chozas hechas de cueros de lobos marinos y sus extrañas balsas  del mismo material fueron  admiradas por todos los viajeros extranjeros  a partir de los tempranos relatos y dibujos de Vincent Bauver, Louis Feuillée y  Amédée François Frézier.

12)  Las  chozas de los changos,  simples ruedos de piedras en círculo, tenían como única techumbre   cueros extendidos de lobos marinos. Tales chozas se armaban y desarmaban conforme a la necesidad de transportarse  a otras caletas,  con fines de pesca. Así, la población changa era  en la práctica, flotante, cambiando continuamente  de  número de residentes según la exigencia de su principal ocupación, la pesca y la salazón de pescado.

13)  El lobo marino (Otaria flavescens) era  el animal que les surtía prácticamente de todo:  carne, grasa, sangre,  huesos, tendones, vejigas.  Sus embarcaciones y sus chozas eran construidas con esta misma materia prima.

14)   Fueron siempre conocidos, desde al menos el siglo XVII,  como "changos", desconociéndose su origen étnico y geográfico más preciso. Para unos, eran  de origen uro, del lago Titicaca o Poopó;  para otros, eran  pescadores autóctonos, descendientes de  las  más antiguas poblaciones arcaicas (cultura Chinchorro). No parece que hayan poseído una lengua propia, sino más bien,  parece hablaron la lengua de los vecinos,  de población mucho mas numerosa, sea ésta la atacameña o lickan antai,  o  (probablemente)  la  puquina  en la cosa de Tarapacá.

(15)   El año 1830 es  el momento asignado por Bastian   al inicio de la lenta e inexorable desintegración de este grupo étnico de los changos, en esta costa desértica.   Es obvio que en su visita de  1878 ya no alcanzó a ver a ninguno de estos residentes o sus chozas; de haberlos visto, de seguro los habría descrito, como era su costumbre.

(16)  Hay constancia de algunas epidemias  que cobraron muchas vidas en este Puerto. No así de epidemias o pestes entre los animales, incluso  marinos, tal como lo señala  aquí el autor. No sabemos de  qué fuente obtuvo Bastian esta información que no hemos leído en otros documentos.

(17). Bastian manifiesta un perfecto conocimiento de las obras de algunos de sus predecesores, a los que cita (Feuillée, Tschudi, Philippi). En cambio, parece desconocer a los franceses Bauver, Frézier y  D´Orbigny,  tempranos descriptores de Cobija, su geografía  y  sus  habitantes changos.

Epitafio.  

Con la visita  y testimonio explícito de Bastian, se cierra definitivamente el ciclo de la presencia de indígenas changos en la costa del extremo norte de Chile, cuyo último bastión se refugiaba en la rada de Cobija y alrededores. Quedarán algunos escasos grupos dispersos de esta etnia  en  la costa  de Paposo-Taltal   (Región  sur de Antofagasta), donde serán descritos  -ya muy aculturados-, por   el arqueólogo Augusto Capdeville  en la década de los años  20 del pasado siglo. Se extingue así una admirable raza y una expresión cultural de origen e impronta  marina,  de la que nunca se ha  logrado obtener datos exactos y confiables  respecto de su origen  étnico y  su lengua.











2 comentarios:

Dr. Horacio Larrain Barros dijo...


Mauricio Hugo Ostria González
21:46 (hace 1 hora)

para mí
Muy estimados Horacio y Marta:

He leído con profundo y real interés el testimonio sobre Cobija y otros documentos contenidos publicados en su blog. Los felicito de verdad y les agradezco que me hayan considerado como destinatario de tan significativos aportes la verdadera cultura del norte chileno.

Yo, en mi ámbito -la literatura- tampoco me he olvidado del Norte. He realizado ya dos proyectos de investigación Fondecyt (uno todavía en ejecución) sobre la literatura del Norte Grande y, sin duda, la información que ustedes proporcionan me serán de extrema utilidad en la contextualización de las manifestaciones literarias.

De nuevo les agradezco y les envío un gran abrazo fraterno


Mauricio Ostria

Dr. Horacio Larrain Barros dijo...

Recordado Mauricio:

Raudos años han pasado desde nuestro último encuentro. Mientras tanto, Dios nos ha permitido seguir investigando y aportando materiales históricos y antropológicos sobre nuestro querido Norte, aquél que aprendimos a amar en las aulas de la antigua Universidad del Norte a la sombra de Andrés Sabella, de Oscar Bermúdez,o de José María Casassas, cuando juntos entonábamos a coro el himno de la Universidad.

"O tempora, o mores!", podríamos repetir con el poeta romano. Los tiempos y las personas han cambiado, de seguro, pero no el amor a esta tierra que un día ya lejano nos fascinó con sus luces y colores para siempre.

Desde este rincón privilegiado del Norte Grande (Iquique), con afecto fraterno para tí y los tuyos,

Horacio Larrain Barros

Antropólogo cultural y arqueólogo