En busca de los pueblos autóctonos.
Se muestra el modo de vida de los mapuches y qawashqar.
Como parte de esta novedosa perspectiva de dar a conocer, además de la flora y fauna nativa, la presencia indígena, surgió en nosotros el anhelo de pergeñar un plano o mapa etnográfico de Chile que fuera una guía práctica para los estudiantes del país.
Observaciones al Plano nuestro de 1975.
El Plano que aquí analizamos presenta ciertas peculiaridades que lo diferencian bastante de su predecesor, el plano del geógrafo Pedro Cunill Grau, editado en el Atlas Histórico de Chile del año 1961. Dejamos aquí en claro que no se trató por cierto de una investigación lingüística o socio-lingüística de nuestro territorio. Su característica básica fue dar a conocer el área territorial en que se desenvolvieron las diferentes tribus o pueblos indígenas del territorio nacional, en la época inmediatamente anterior al contacto español. Pretendía solamente servir de apoyo a la enseñanza de la historia y geografía en los colegios y escuelas del país.
Sus diferencias básicas respecto a planos anteriores, como el de Cunill Grau (1961, cfr. bibliografía) se podrían tal vez resumir en los siguientes puntos:
a) El Plano se acompaña, por el reverso, de un extenso texto descriptivo, dedicado a cada etnia o grupo indígena. En ese texto, se muestra su ubicación, se estima el monto de su población, se señala su economía básica (agrícola, cazadora, pastoril o de recolección y pesca), su forma de aprovechamiento del medio ambiente (su ecología), así como sus expresiones religiosas, su lengua propia y su forma de asentamiento en el paisaje. Más abajo, presentamos al lector el texto descriptivo que acompaña al Plano.
b) Cada etnia es señalada con un color particular.
c) Se agregan, a un costado, imágenes representativas de su vestimenta y ajuar.
d) Se indica el área de influencia de su lengua y cultura en el territorio nacional.
e) Las tribus sureñas de tehuelches y onas se extienden hacia el territorio actual de la Patagonia y Tierra del Fuego de la república argentina, compartiendo territorio en ambas naciones.
f) Y, por fin, se indica en forma simbólica, mediante líneas en zigzag, las probables zonas de contacto con pueblos y culturas vecinas situadas en las actuales repúblicas de Perú, Bolivia y Argentina.
Por ser el plano muy largo (1m.), hemos optado por presentarlo en dos secciones o partes que mostramos a continuación:
Fig. 1. Territorio propio de aimaras, lickan antai o atacameños y mapuches.
Fig. 2. Área del territorio ocupado por las diferentes tribus del extremo sur, hasta la isla de el Cabo de Hornos.
Analizando nuestro plano del año 1975, correspondiente a la situación poblacional indígena en el año 1540 (fecha del arribo de Pedro de Valdivia), podemos con mucho dolor comprobar cómo varias de las antiguas tribus habitantes del país, se han extinguido por completo en el transcurso de cinco siglos y medio. Algún grupo indígena ha sido lamentablemente omitido en este Plano (aunque no en el texto), como es el caso de los tehuelches o aonikénk que hoy sabemos llegaban hasta el área de Puerto Natales y Punta Arenas y el mismo Estrecho de Magallanes, en sus correrías por la extensa Patagonia argentina.
Quedan hoy, en el extremo sur, muy escasos descendientes de los qawashqar y de los yámana o yaganes quienes ya perdieron su antigua lengua y sus costumbres. Idéntica o peor es la situación de los onas, antiguos cazadores de guanacos de la Tierra del Fuego. Los tehuelches subsisten aún hoy en pequeños grupos de descendientes en la república argentina en las riberas de los ríos Santa Cruz y Río Negro. No quedan indicios de chonos, puelches, poyas ni de los pescadores changos de la costa norte. Tampoco de los picunches en la zona central. Los changos que subsistieron en la zona de Paposo-Taltal (IIª Región de Chile), desaparecen totalmente hacia la década del 20 ó 30 del pasado siglo. De la antigua presencia diaguita (IIIª y IVª Región de Chile) solo quedan descendientes lejanos, fuertemente mestizados y aculturados, los que solo recientemente se han auto-reconocido como tales y se han afiliado a la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena Nacional (CONADI).
En la zona montañosa de Copiapó (cerca de la frontera argentina) quedan restos muy pequeños y dispersos de los antiguos moradores collas, quienes practican hasta hoy un pastoralismo semi-nómadico de cabras y ovejas en un medio geográfico muy depredado y escaso en alimentos. Esta etnia no figuraba siquiera en los primeros planos etnográficos ni tampoco en el plano nuestro de 1975 que aquí comentamos, pues su existencia como grupo indígena era por entonces prácticamente ignorada y no estaba registrada oficialmente, ni siquiera en su propia región (IIIª Región de Chile, Región de Atacama).
Los indígenas en Chile según la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI).
La CONADI hoy reconoce la existencia de aimaras, quechuas y lickan antai o atacameños en las provincias del extremo norte. Diaguitas en la IIIª y IVª Región; pascuenses o Rapa nui en Isla de Pascua; mapuches y huilliches en las regiones VIIIª, XIXª y Xª. Los escasos descendientes de qawashqar, onas, y yamana (o yaganes), han perdido por completo su lengua y sus costumbres tradicionales y viven en algunos poblados sureños, como en la Isla Navarino, entre blancos, aunque hacen hoy valer con energía sus derechos a sobrevivir como tales. Estimamos que fuera de sus genes (patentes en su genotipo y fenotipo) y de algunos pocos recuerdos de antaño, es muy poco o nada lo que en ellos sobrevive hoy de su cultura antigua: se han aculturado totalmente, y adaptado hoy al modo de vivir de la mayoría blanca y se han mestizado fuertemente con ellos. En realidad, no tenían otra alternativa para sobrevivir. O se adaptaban o sucumbían.
La forzada extinción de las tribus del extremo sur de América.
El pavoroso exterminio experimentado por estas tribus sureñas de chonos, yámanas, onas, qawashqar, poyas o tehuelches (o aonikenk), ha sido descrito, con negras tintas, por diferentes autores. Sucumbieron estas tribus sea a manos del ejército argentino del general Roca (pampas y tehuelches), o provocado por las masacres de algunos grandes hacendados y estancieros chilenos y argentinos de la Patagonia y Tierra del Fuego (caso de tehuelches y onas), o, por fin, por los ávidos comerciantes de pieles de lobos marinos en la zona de los archipiélagos chilenos desde comienzos del siglo XIX (chonos, qawashqar y yaganes). Su calvario ha quedado tristemente registrado en numerosos relatos de misioneros, viajeros, historiadores y descriptores de la Patagonia, tanto chilena como argentina. (Cf. Thomas Falkner, S.J, (1809); Guillermo Cox, (1863); George Chaworth Musters (1871); Martin Gusinde, (1931-37); Lucas E. Bridges, (1950); Mateo Martinic (1961, 1971); Horacio Larrain (1986), Rodolfo Casamiquela,(1991) y recientemente, Luis Alberto Borrero (2001), para no citar sino unos pocos autores de varias nacionalidades que se han referido con cierta extensión a su habitat y cultura o a su triste destino).
(Nota: el presente capítulo solo ha pretendido presentar y dar a conocer a los expertos en Ciencias Sociales y al profesorado nacional la existencia de esta mapa etnográfico de nuestra autoría, diseñado hace ya casi 45 años, y no intenta, en modo alguno, recapitular o examinar la rica bibliografía existente tanto en Chile como en Argentina sobre el respectivo poblamiento indígena y su destino actual).
Bibliografía básica citada.
Borrero, Luis Alberto, 2001, El poblamiento de la Patagonia. Toldos, milodontes y volcanes, Emecé Editores, Buenos Aires.
Bridges Lucas E., 1950, Uttermost Part of the Earth, E. P. Dutton and Co, New York; Inc.; London, Hodder & Stouton.
Bridges, Lucas E., 1952, El último Confín de la Tierra, Emecé Editores, S.A., Buenos Aires. (traduccion de la obra precedente).
Casamiquela, Rodolfo, 1991, "Bosquejo de una etnología de la Patagonia Austral", Waxen, 3, 41-80.
Cox, Guillermo, 1863. "Viajes a las rejiones septentrionales de la Patagonia", Anales de la Universidad de Chile, tomo XXIII, Semestre 2º, 3-103; 151-238 y 437-509. Santiago. de Chile.
Cunill Grau, Pedro, 1961, Atlas Histórico de Chile, Publicaciones de la Liga Chileno-Alemana con ocasión del Sesquicentenario de la Independencia de Chile, 34 mapas, Editorial Zig-Zag, Santiago de Chile.
Falkner, Thomas S.J., 1809, Description of Patagonia, Two Volumes, Longman and Co., London.
Gusinde, Martin SVD., 1931-36, Die Feuerland Indianer, Verlag des Internationalen Zeitschrift Anthropos, 3 Bände [Band I: Die Selk`nam (1931); Band II: Die Yamana (1937); Band III: Anthropologie der Feuerland Indianer (1930)], Mödling bei Wien.
Larrain, Horacio, 1986, Etnogeografía, Colección "Geografía de Chile" Tomo XVI, Instituto Geográfico Militar, Santiago de Chile, 285 p.
Martinic, Mateo, 1961, "Los Tehuelches, antiguos habitantes de nuestras estepas patagónicas", Revista Revista Geográfica Terra Australis, Nº 9, 52-59.
Musters Chaworth, George, 1871, At home with the Patagonians, Cambridge University Press. London.
1 comentario:
Recibo desde Valparaiso donde reside, el siguiente comentario a los capítulos recientes del blog, del arquitecto Miguel Eyquem, eminente profesor de la Universidad Católica de Valparaiso:
Querido Horacio: mucho he demorado en tu lectura riquísima. El Blog al tener fondo obscuro que lo distingue de otros escritos, hace destacar la letra con menor contraste, y así me cuesta mucho la lectura. Perdóname, pues es un material que exige su tiempo.
El panorama apareciendo paso a paso, en nuestra imaginación, del desierto, nos hace maravillarnos ante cada nombre. Pueblos nativos a los cuales es difícil atribuirles antigüedad y aún origen. Nos abres las puertas de un misterio cada vez.
Se transforma en un territorio maravilloso, nos conmueve y nos llena de curiosidad. ¿De dónde ha surgido en ellos esa sabiduría, ese saber hacer, saber vivir?.
Nos has descubierto un mundo extraño y maravilloso, descrito con tu severidad de científico. A Lucho Peña le habría gustado mucho.
Por mi parte solo puedo decirte que continúes tu maravilloso trabajo.
Sé que requiere un gran esfuerzo. Sin esfuerzo no alcanzaría este valor.
Un gran abrazo. Amicalement,
Miguel Eyquem
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