martes, 19 de febrero de 2019

Una atrevida iniciativa editorial en 1975 en Chile: la revista de difusión científica "Expedición a Chile": orígenes, objetivos y características.


Fig. 1.  Portada del Número 1 de  la revista "Expedición a Chile". (1975).
 
Fig. 2,  Portada del Número  3 de la revista  "Expedición a Chile".

Una  antigua deuda.

 Ha llegado el momento de cumplir una antigua promesa hecha a mis colegas:  dar a conocer los inicios de una revista cultural científica para niños y jóvenes editada en Chile en plena época de dictadura (1975-79). Su extraño  y sugerente nombre: "Expedición a Chile".  Hoy,  44 años después, solo la recuerdan con cariño  aquellos que en su tiempo  la compraban en los quioscos de revistas y  la devoraban  cada quincena  "expedicionando" por los rincones de Chile, a través de investigaciones reales; expediciones realizadas por científicos que se propusieron dar a conocer las peculiaridades del país, compartiendo una visión común.  Y, más que nadie, lo recordamos aquellos que fuimos miembros del equipo  y partícipes de sus expediciones.

¿Quedaba en Chile algo por descubrir?.

La revista hizo época, trazó nuevos derroteros. Lo veremos en detalle en este relato. Nada ni remotamente parecido se había creado antes en América del Sur y su objetivo: "dar a conocer Chile a los chilenos" entrañaba ya una cierta paradoja y una audacia casi rayana en la petulancia"Paradoja", por cuanto  existían ya numerosos estudios sobre flora y fauna chilena, sendos tomos escritos por prestigiosos investigadores  de los Museos y Universidades. ¿Qué faltaba por conocer, si ya se había escrito tanto desde los tiempos de don Claudio Gay,  Rodulfo A. Philippi, Federico Philippi,  Philiberte Germain o Carlos Porter?. ¿Acaso quedaban zonas aún  sin investigar en el país?  ¿Un pequeño grupo de científicos podría aportar algo realmente nuevo, hasta entonces desconocido?.  ¿No era dicho objetivo un desmedido gesto de audacia editorial  para conquistar un  público con promesas fatuas, sin contenido real?. "Petulancia", por cuanto  se pretendía ofrecer una visión diferente de  los ecosistemas del país,  una mirada nueva, más amplia y abarcadora sobre la riqueza florística,  zoológica, geológica  o antropológica  de las regiones del país  y sus "habitantes". Se quería mirar a Chile y sus paisajes "desde dentro", es decir, sumergidos en la atenta observación de los paisajes mismos y guiados por el ojo clínico  de los científicos. Se buscaba hacer dialogar  a diferentes científicos entre sí frente al objeto mismo de estudio, en el terreno mismo, no en el gabinete.  

Finalidad de la revista.

Fig.   Alberto Vial, el ingeniero cronista, en primer plano.  Detrás, Mario Correa Saavedra, Gerente de la Editorial Gabriela Mistral.  (imagen  tomada del Fascículo Nº 4 de  revista "Expedición a Chile".

¿Qué se pretendía hacer?.

Alberto Vial Armstrong, pensador e ingeniero, transformado repentinamente en el  "Cronista"  oficial de las expediciones, planteaba en estos términos  el objetivo de la nueva revista: 

 "Aquí contamos una expedición a Chile...Las próximas páginas nos darán una idea del mundo a que queremos entrar...una visión rápida, un vistazo  desde lejos, como el mensaje de una botella arrojada al mar. Un llamado  que  mueve a buscar siempre más allá....¿Qué lugar del mundo es Chile?"  ((primer fascículo de la revista  Revista "Expedición a Chile"  1975,  Nº 1, p. 6).

Así el  llamado de la revista era "buscar siempre más allá",  no contentarse con lo ya conocido,  investigar, penetrar, profundizar en los numerosos secretos aún ocultos de la naturaleza chilena.  A esto se pretendía invitar a la juventud chilena  mediante este "vistazo  desde lejos".  A esto invitaban los "ojos" escrutadores del biólogo, del entomólogo, del botánico, del geógrafo, del geólogo o del antropólogo. "Escudriñar" a Chile  y sus  rincones involucraba a la vez,   tratar de comprender  la posición de Chile en América, en el mundo, en el universo.  Así, en el relato, la mirada  del cronista de  "Expedición a Chile " muchas veces se perdía en  el lejano horizonte de la historia, de la geología o  aún de la astronomía o de la astrofísica.

Nuestro objetivo.

Nuestra intención es presentar ahora esta historia de "Expedición a Chile" en dos capítulos. En el primero  (éste mismo), mostraremos los orígenes: cómo se gestó esta revista, por qué surgió, dónde,  en qué momento histórico del país  y quienes la  diseñaron. En el segundo (el próximo), analizaremos la estructura de la revista  y sus notables logros. En años anteriores, hemos presentado dos artículos, en este mismo blog, en los que se ofrece algunos antecedentes de nuestra primera expedición de prueba del equipo, hecha a la localidad costera de Las Cruces, con ocasión de una máxima baja marea. Fueron éstos: "Los inicios de Expedición a Chile: una entrevista  en Las Cruces (zona central de Chile) en 1975. Pescadores y recolectores de Playa Blanca" , editado el 31 de Julio de 2014 y, poco después, "Piedras tacitas en la localidad de Las Cruces, Enero 1975",  11 de Mayo 2015.  Remitimos al lector a estos trabajos (Ver etiqueta: Las Cruces, en este mismo Blog).

Un Cuestionario de hace diez años.

Para contar la gestación y el desarrollo de esta histórica iniciativa, nada nos parece mejor que recurrir a un "Cuestionario" que hace exactamente diez años (3 de febrero de 2009), presentamos a Francisco Olivares Thomsen  y a María Gloria Yrarrázaval (productora, secretaria  y editor, respectivamente), escribiéndoles desde Iquique donde yo residía por entonces. Conservo como un tesoro estos documentos. Olivares, artista, ceramista, eximio dibujante y amante de la naturaleza  participó desde sus inicios con gran entusiasmo en esta gesta y constituye hoy, probablemente, el mejor relator que se podría encontrar para darnos cuenta de esta notable historia. Tengo a la mano la respuesta de Olivares; María Gloria, entretanto, ya delicada de salud,  por desgracia  nunca nos pudo responder.

Aquellos que ya no están.

Hoy (2019), lamentablemente,  ya no nos acompañan dos de los más importantes motores iniciales de esta iniciativa: Luis Peña Guzmán, entomólogo, fallecido en 1995 a los 74 años y  Alberto Vial Armstrong, que se nos fue en el año 2000 a la edad de 72 años.  Ellos fueron, sin la menor duda,   el alma y el corazón de esta revista. Pero, el impulsor final,  decisivo,  el promotor por parte de la Editorial, fue el abogado Mario Correa Saavedra, gerente general de la casa editora.  Igualmente, echamos de menos hoy el apoyo entusiasta de Manuel Schilling Parga, botánico, Rodolfo Hoffmann, arquitecto y notable dibujante, y Eduardo Bernain, ilustrador. Su aporte a la revista en sus inicios, fue  muy  significativo. Grandes amigos que  la muerte nos arrebató para siempre.


Fig. 4.  El entomólogo y zoólogo Luis Peña Guzmán, alma de "Expedición a Chile",  en su  escritorio en su casa  de "El Portezuelo", Las Canteras (foto Marta Peña Guzmán hacia  1992).

Los sobrevivientes.

Varios científicos y dibujantes (artistas) de esta obra sobreviven hasta el día de hoy. Me cuento entre ellos. Entre los más destacados sobrevivientes está, afortunadamente, Francisco Olivares,  editor de la obra, dibujante y organizador de las expediciones.  Entre los científicos participantes, Juan Carlos Castilla, biólogo marino, autor de dos hermosos Manuales de Campo sobre  los habitantes del litoral chileno, Jürgen Rottmann, zoólogo, reconocido estudioso de los mamíferos, Juan Carlos Johow, médico y ornitólogo, Bernabé Santelices, biólogo marino. Entre los dibujantes de los especímenes de la naturaleza,  Eduardo Pérez, Andrés  Jullian,  ilustrador de libros y notable dibujante, José Pérez de Arce, Joaquín Solo de Zaldívar,  expertos dibujantes  de flora y fauna,  para citar solo a los que más íntimamente se  vincularon con  los objetivos, proyecciones e ideales de la revista. Porque el equipo de dibujantes de la revista  -pieza fundamental de esta iniciativa-  llegó a contar hasta con seis personas simultáneamente  y fue variando con el tiempo.

El porqué de nuestra iniciativa.

Como creo que soy el sobreviviente más anciano del grupo inicial,  pues Luis Peña  (1921-1995),  Alberto Vial (1928-2000), y el botánico Manuel Schilling (¿-?), ya han pasado a la eternidad,  he tomado la iniciativa, de actuar por cuenta propia. Quisiera ser un "cronista" post factum de esta "Expedición a Chile". Un cronista de los inicios. ¿Objetivo?:  intentar relatar  su historia antes de que desaparezca. El "cómo", ,el "porqué", el "cuándo",  el "dónde"  el "con quiénes"...  Lo hacemos ahora ya no en nuestra calidad de arqueólogo de campo -como lo fui  entonces-, sino como un tímido ensayista a descriptor de la trayectoria de esta epopeya. ¿La meta?: perpetuar su  memoria entre las generaciones jóvenes del país para provocar -ojalá-,  entusiastas continuadores en esta misma línea. Hemos considerado que esta obra genial debía ser conocida,  re-conocida  (y re-evaluada)  en el país, y no podía permanecer  oculta  y desconocida, o tristemente sepultada  "en el baúl de los recuerdos", como tantas otras valiosas iniciativas culturales ya desaparecidas.  Hacia 2008-2009 hubo un intento por  resuscitar "Expedición a Chile" y se reunieron al efecto varios de los antiguos artífices  (Olivares, Johow, Santis, Castilla...).  Se constató allí  la total imposibilidad de hacerlo, tanto por la pérdida y desaparición de las antiguos matrices y elementos de trabajo, como porque  esta iniciativa  había partido de la Editorial Gabriela Mistral, y no de los propios científicos en su época. Había que comenzar de cero...Por ahora,  cosa imposible.

¿Cómo se gestó la presente iniciativa del recuerdo?.

 Carta de  H. Larrain a  Francisco Olivares el 3 de febrero del año 2009.
Estampo aquí lo que comentábamos en aquella misma fecha a  F.  Olivares al enviarle el "Cuestionario".  Revela la honda preocupación existente por  dar  a conocer la  vera historia de "Expedición a Chile".

"Muy querido Pancho:  hacía harto tiempo estaba por escribirte sobre el tema de  la revista. Llegó ahora la ocasión propicia....Hay un tema que quiero tocar más en profundidad [en mi blog]  y se refiere a nuestra obra común: "Expedición a Chile". Estimo, como muchos de nosotros,  que en su momento fue una obra realmente genial que no se ha vuelto a repetir. Pero, poco o nada se sabe de ella y de su potente influjo en su época. Y creo que ese gigantesco esfuerzo común con Alberto  [Vial], Lucho [Peña] y todos nosotros  los científicos y  artistas que apoyamos el trabajo, debe ser reconocido y apreciado como corresponde por la actual generación. Debe quedar en la red una constancia de esta gesta. Tal vez algún día alguien se anime a reeditar esa epopeya. En consecuencia, me permito hacerte llegar, en anexo, un Cuestionario que dirigí hace un tiempo a Gloria Yrarrázaval en el mismo sentido, pidiéndole su colaboración para recrear, tanto los inicios de esa  obra,  como su desarrollo en el tiempo. Por desgracia, Gloria no me ha contestado..." (3 Febrero 2009).

El instrumento para mostrar la  historia de "Expedición a Chile".

Para hacer realidad hoy este desideratum, nada más indicado que servirnos de nuestro propio blog científico (https://eco-antropologia.blogspot.com), destinado a rescatar proyectos o descubrimientos o iniciativas,  tanto propios como ajenos, en los que me ha tocado intervenir durante mi larga vida.  El enfoque eco-antropológico de mi blog  nos parece que coincide felizmente con los objetivos de la Revista y sus productos editoriales. Más aún, debo reconocer que fue precisamente mi activa participación en la revista, como miembro joven de su equipo científico, lo que gatilló y despertó en mí el posterior  embrujo y el alumbramiento del concepto de  una  "eco-antropología" como una sub-disciplina de la Antropología. Enfoque que considero muy poco transitado hasta ahora, y que presupone una  poderosa alianza  e interacción con las ciencias biológicas y geográficas.

Vamos al grano.

El  extenso Cuestionario" presentado a Francisco Olivares en  aquel año 2008,  fue respondido  de inmediato en forma de  un texto  hilado, en el que su autor  fue enhebrando libremente sus recuerdos. No hubo, por tanto, una respuesta  escueta, punto por punto, como yo la esperaba.  Me he tomado la libertad, sin embargo,  de  re-introducir a su texto (que aquí respetamos en su totalidad,  sin omitir palabra) las preguntas concretas,  semejantes a las originales, retomando así la forma primera de un "Cuestionario".


El "Cuestionario" y su respuesta.

Fecha del documento-cuestionario:  03 de Febrero, 2009. Hora: 21.26.
Lugar:   "El Portezuelo",  Parcela Seis, Las Canteras, Comuna de Colina.
Enviado por correo electrónico a: horaciolarrain@vtr.net  por folivaresth@123.cl
(En paréntesis cuadrados, van breves  adiciones mías de carácter explicativo).

1.   ¿Me puedes relatar el momento  exacto del nacimiento de esta iniciativa?.
R.   "Esta es una pequeña cronología, (sin fechas exactas, aunque las podemos tener). Después del Golpe [militar de septiembre 1973],  don Diego Barros Ortiz [General en retiro de la Fuerza Aérea de Chile]  es nombrado Gerente General  de la Editorial  Nacional Gabriela Mistral (ex-Quimantú) y éste, a su vez, nombra al [abogado]  Mario Correa Saavedra como  gerente editorial con la tarea de  revitalizar la tarea editorial.  Mario Correa busca a Alberto Vial  [ingeniero]  para que asesore a Don Diego en la parte de finanzas".

2.  ¿Cómo y porqué  apareces tú en escena  en esta tarea?.
R.  "A mí me llama Mario  para hacerme cargo del departamento de arte editorial, con la tarea de  eliminar publicaciones de mala calidad y buscar un [nuevo] camino editorial.  Al mismo tiempo,  debido a las muchas conversaciones que tuvimos, Mario constituye un pequeño Comité Editorial formado por Mario Correa, Alberto Vial y Francisco Olivares.

3.  ¿Qué tareas concretas les encomienda este Comité?
R.   A este Comité, incorpora Mario a María Gloria Yrarrázaval, como secretaria y productora.  Nos encomienda encontrar una línea constructiva de publicaciones, especialmente dedicada a los niños, en medio de un tiempo [políticamente] difícil. La experiencia de encontrar algo [en esa línea] duró meses y te la contaré en un capítulo aparte" [capítulo que Olivares por desgracia nunca redactó).

4. ¿Qué tipo de obras empieza a publicar  la nueva editorial  Gabriela Mistral?.
R.  "...Alberto Vial y  Sra (Ita)  publican un libro de costura, y Pancho Olivares y Sra (Helene)  hacen uno con recetas para Navidad. Durante la preparación de estas publicaciones, fuimos imaginando con Alberto [Vial] cómo podría ser un publicación  (especialmente cómo no debería ser)  como la que nos pedía Mario [Correa]

5.  ¿De quién fue la idea de  poner a la Naturaleza en  el primer plano en la observación?.
R. Apareció entonces un personaje muy fuera de serie, Jaime Alvarez, [médico y] biólogo de la [Universidad] Católica. El es quien nos hace volver la mirada al paisaje y a buscar la forma de entrar en los fenómenos naturales. Con la frase "para mostrar el aire hay que mostrar cómo vuelan los pájaros y para mostrar esto hay que mostrar cómo vuelan los aviones", se nos abrió  un horizonte diferente a la seguidilla de proposiciones  de publicaciones "para niños", que habíamos estado recibiendo". 

6.  ¿En qué momento aparece la figura del entomólogo Luis Peña en esta historia?
R.  "Alguien (creo que fue el mismo Jaime Alvarez) nos habló de Luis Peña, y la María Gloria [Yrarrázaval] fue la encargada  de ubicarlo. Cuando ella le explicó de qué se trataba,  Lucho dijo: "he estado esperando esto por años...!".

7. ¿Y, los demás científicos,  cómo  aparecieron en escena?.
R.  Lucho [Peña] te contrato a tí [Horacio Larrain] y a Manuel [Schilling, botánico de la Universidad de Chile].  Tú llamaste a Hernán Santis [geógrafo de la Universidad Católica].

8. ¿Cómo surgió la idea de hacer expediciones concretas?.
R. " También invitaron a Juan Carlos Castilla [biólogo marino de la Universidad Católica]  que fue el inventor de hacer una expedición, porque después de la primera reunión que tuvo con nosotros, encontró tan ignorante al equipo editorial, que decidió que fuésemos todos a Las Cruces, a ver la marea alta más alta del año (1). Fuimos a la casa  de María Gloria [en Las Cruces]  por el día y esa fue nuestra primera expedición (¿te acuerdas?).

(1) Nota: evidentemente quiso decir "la marea más baja del año".  En marea baja, es posible observar, en pozas y roqueríos,  multitud de  especies, invisibles a la vista normalmente; en la máxima baja marea, queda al descubierto  buena parte de las especies del  litoral).

Aquí termina bruscamente su relato con la siguiente nota: "he tenido un día pesado y no me da más el cuero. Mañana te sigo contando..." [por desgracia, no hubo comunicación posterior].

Algunas imágenes representativas.

 Fig. 5.   Lucho Peña durante el frugal almuerzo  en el interior de su camper, en la expedición a Lonquimay.  De pie, a la izquierda su ayudante José Escobar (En "Expedición a Chile", Nº 11, p. 18).

Fig  6.  En la expedición a Los Molles.  Al extremo izquierdo de la imagen, Pancho Olivares, dibujando el paisaje;   a  la derecha, de espaldas, Juan Carlos Castilla. Dos niños les acompañan.




Fig. 7.  Ficha típica. En este caso, Dibujo del lúcumo (Lucuma valparadisea) tomado de un ejemplar  colectado en Los Molles, (IV Región)  con  motivo de nuestra expedición  en 1975. En cada ejemplar de la revista, se  presentaba una  o dos fichas,  de elementos representativos de la flora o fauna del lugar (En "Expedición a Chile", Vol. 1,  Nº   3, p. 76).


Fig. 8.  Grupo de científicos reunidos en el típico fogón  de "Expedición a Chile" donde se discutía y comentaba los hallazgos y/o observaciones de cada uno. Lugar:  costa de Los Molles (IV Región de Chile) . El cronista (Alberto Vial)  tomaba cuidadosa nota para elaborar después su Crónica.  De pie, Horacio Larrain, arqueólogo;  a la derecha, arriba, Juan Carlos Castilla,  el personaje corpulento es el geógrafo Hernán Santis. A la izquierda, arriba, Guillermo Schilling, botánico (dibujo a pluma de Pancho Olivares, en  el Nº 2, p. 33 de la misma revista).

Reflexiones  finales.

1.   Se trató, pues, aquí  de un enorme esfuerzo editorial, no de un iniciativa tomada por  científicos y artistas. Los científicos y artistas fueron "invitados" a sumarse a esta idea.  Reeditar algo semejante hoy, - como se ha pensado-, tendría que surgir de alguna poderosa editorial chilena. Por el número de personas  involucradas, por la necesidad de "expedicionar" a sitios  alejados,  y, por fin,  por el prolijo trabajo de dibujo en taller,  tal empresa  sería hoy necesariamente de muy alto costo.

2. Tal como lo expresara Luis Peña,  algunos, impresionados por  la creciente y acelerada pérdida de paisajes naturales como producto de la deforestación en Chile,  estaban "esperando" este momento  para dar a conocer las riquezas naturales del país y para pregonar la necesidad de proteger sus ecosistemas  y especies en peligro.

3.  El momento fue histórico:  Chile, trae  el golpe de estado y derrocamiento del presidente socialista Allende  (septiembre de 1973),  había quedado muy aislado internacionalmente. Se vivía en el país un tenso clima de  recelos, odios y temor en la población, y se hacía necesario y urgente  crear iniciativas de alto vuelo que unieran a todos los chilenos por encima de sus diferencias y que crearan  entusiasmo  e idealismo en torno al ideal patrio.

4.  La idea prendió rápidamente como reguero de pólvora. Se invitó a participar a científicos, investigadores y artistas, que se sabía amantes de la naturaleza y con probada experiencia de terreno. Prácticamente todos los invitados, se sumaron gustosos. Entre nosotros, jamás se tocó el tema político. Nunca supimos qué ideas tenían nuestros colegas pues a todos sólo nos unía la mística de  "dar a conocer Chile"  de una manera novedosa,  a la juventud de la patria.

5. Tras la primera expedición de prueba, a la localidad costera de Las Cruces (ver en este blog capítulo alusivo, publicado el 31 de Julio del año 2014),  sugerida por el Dr. Castilla,  se establecieron equipos de trabajo, por especialidades, siempre con el apoyo de niños en terreno.  En una revista destinada a la juventud, no podían faltar  los niños,  destinatarios predilectos de la misma.

6. La Editorial Gabriela Mistral  a través de Mario Correa, su gerente,  nos abrió sus puertas y nos ofreció pleno  apoyo con sus prensas, oficinas, personal  y  materiales. Francisco Olivares tuvo acceso completo a  los talleres de impresión  y contó igualmente con su equipo técnico.  Tarea que  no fue nada  fácil.

7.  Dato importante: todos los científicos, y parte del equipo  trabajaron "por amor al arte", sin sueldo. Se pidió ayuda a tres universidades las que "prestaron" a sus  profesionales por un cierto período de tiempo. Esto abarató considerablemente costos. Hubo varias instituciones que facilitaron materiales o fotografías, como el Museo Nacional de Historia Natural y otros.

8.  Cabe mencionar, por último,  el apoyo incondicional prestado en todo momento por el grupo de ayudantes del entomólogo Luis Peña Guzmán.  Entre ellos, queremos citar en forma especial  a  Gerardo Barría,  José (Checho) Escobar, Hernán Vásquez y Eduardo Pérez, quienes  acompañaron  nuestras expediciones y/o contribuyeron eficazmente al hallazgo de especies vegetales y animales para su  ulterior dibujo y estudio  en laboratorio.

 Nota final. 

Agradeceríamos en forma especial a  aquellos de nuestros lectores  que de alguna manera conocieron esta iniciativa, nos hicieran llegar sus recuerdos personales sobre este experiencia, enriqueciendo así  lo apuntado en este capítulo.  Así como también su impacto e influencia sobre su propia vida  y actividad personal. Su opinión quedaría estampada  en la sección comentarios.                                                               

















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































   

5 comentarios:

Dr. Horacio Larrain Barros dijo...

Desde Valparaíso, donde reside, recibimos el siguiente comentario del prestigioso arquitecto Miguel Eyquem, miembro fundador de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica Valparaíso, 20 de febrero 2019:

"Querido Horacio, gracias por tu mensaje, una iniciativa importante en la historia de este país. Muy buena tu presentación.
Me es muy difícil leer con fondo negro. No lo he completado.
Imagino debiera ser publicado. Ayudaría para una reedición de la Revista.
Sería un acontecimiento notorio a nivel mundial debido a la originalidad, como un descubrimiento.
Esta forma de observación ayuda a comprender la herramienta de estudio en nuestra Escuela de Arquitectura en Valparaíso.

Un gran abrazo para Ti y otro para la Martuca
Amicalement

Miguel Eyquem

Dr. Horacio Larrain Barros dijo...

En carta reciente, el profesor de literatura y antropólogo Dr. Manuel Dannemann R. nos comenta acerca de "Expedición a Chile":


Santiago, lunes 22 abril, 2019.

Mi muy estimado Horacio:

He disfrutado con el reencuentro de tu colaboración a Expedición a Chile, que mantiene su vigencia informativa-etnográfica y su gran calidad didáctica. ¡Qué tiempos aquellos!
Deseo que tu nueva etapa, en Chicureo, sea de satisfacción para Marta y para ti, y te felicito por tu dinámica productiva, que mucho admiro.

Manuel Dannemann

la Meli dijo...

Hola, o mejor le dejo mi correo, de verdad necesito comunicarme con usted. Estoy organizando un proyecto basado en estos libros. Y me encantaría tener su opinión y experiencia. Mi correo: melissaruffinostroza@gmail.com

Espero tener noticias suyas. Muchas gracias de antemano.

Anónimo dijo...

Mi nombre es Ricardo Catalán Garrido, Bióligo Marino. Hoy tengo 53 años, trabajo en el Ministerio del Medio Ambiente y soy amante de los moluscos, insectos y aves de Chile, pero me apasiona toda la flora y fauna de Chile. En el colegio conocí esta maravillosa revista y la coleccioné y luego pude comprar los tomos, aún los tengo en mi biblioteca y su lectura me hizo madurar la pasión y amor desenfrenado por nuestra naturaleza, sus paisajes, su flora y fauna...creo que es un referente de texto para cualquier naturalista y ojalá pudiera ser reeditada o actualizada. Es una colección hermosa y me gustaría tenerla completa. Me inspiró y formó..gracias (patycamy@gmail.com)

Anónimo dijo...

Hola!!
¿Como le fue con el proyecto?