sábado, 18 de mayo de 2013

Un notable artista en mimbre: las manos incansables del inolvidable "Manzanito".

                                            
"Manzanito"  en plena actividad artesanal  en su casa, rodeado de sus figuras predilectas.

Rescatando del olvido expresiones valiosas de este arte popular.

 He querido rescatar del olvido a este artesano, ya hace años desaparecido  (1984), y que  nos deleitó por largo tiempo en la famosa "Feria de Artesanía Tradicional" del Parque Bustamante, de la Universidad Católica, en Santiago de Chile.  El breve pero sustancioso artículo que aquí presentamos en su texto original, nos trae a la memoria su valioso  y hoy casi desconocido legado.   Apareció éste  en la antigua  revista "En Viaje",  de la Empresa de Ferrocarriles del Estado de Chile, (Junio del año 1961; Año XXXVIII, Nº 332: pp.  20-21), notable producción literaria, de la que hoy casi nadie se acuerda, pero que alimentaba en su época, con excelentes colaboraciones,  la cultura de todos cuantos viajábamos en tren por aquellos ya lejanos años de la década del cincuenta o del sesenta. Investigadores como  Juan Uribe Echavarría, Oscar Bermúdez,  Oreste Plath, Sady Zañartu y otros muchos más,  no desdeñaron escribir en sus páginas,  hoy desteñidas por el paso del tiempo. Mucha sabiduría yace hoy escondida en sus páginas y los antropólogos encuentran en ellas "perlas" escondidas en un formato humilde y aparentemente pueblerino.

Recordemos el aporte silencioso de los ausentes.

 Hace bien  recordar a los ausentes cuando ellos mismos ya no están entre nosotros. Su obra, sin embargo, perdura  y ha hecho  historia. Trazos de una historia que queremos registrar aquí, en beneficio de nuestros ex alumnos geógrafos, antropólogos, arqueólogos, sociólogos  o arquitectos, antes de que el inexorable paso del tiempo borre del todo las huellas de su paso. Ellos, jóvenes investigadores,  en su contacto asiduo con el pueblo humilde,  fuertemente arraigado al terruño de los antepasados, deben aprender a valorar estas producciones  de un  "arte popular",  que no por ser "popular", deja de ser "arte", fruto exquisito de una larga y venerable tradición, mantenida con dientes y uñas, a pesar del esfuerzo "civilizador" de ciertos sic dicti  agentes del "Progreso". para quienes el "Pasado"  -por venerable que sea-  es sinónimo de atraso, marginalidad u oscurantismo.

En busca de  artesanos avezados para la Feria de Artesanía Tradicional.

El recordado escultor y amigo,  Lorenzo Berg Salvo (1924-1984) alma y  vida de la Feria de Artesanía Tradicional de la Pontificia Universidad Católica de Chile, descubridor de talentos artísticos en el medio rural y urbano.

Descubriendo talentos.

Buscando artesanos tradicionales  de excepción, esto es, verdaderos artistas,  a lo largo y ancho de nuestro país, nuestro "Manzanito" un día fue casualmente redescubierto por el escultor nacional  Lorenzo Berg Salvo quien lo invitó a participar  en la Feria de Artesanía Tradiciona de la Universidsad Católica. Allí tuvimos la suerte de conocerlo personalmente y admirar su siempre renovada producción artística entre los años 1979 y 1983. En aquellos mismos años, nos tocó recorrer numerosos pueblos y campiñas del  Norte Chico y Norte Grande para seleccionar valiosos y originales  artesanos  que quisieran  participar en la Feria. Y entonces, por vez primera,  trajimos, con la anuencia de Berg y el equipo de la Feria,  a exponer en Santiago, a  artesanos indígenas  nortinos,  aymaras y atacameños de  la   Iª  y  IIª Región de Chile. Recuerdo con especial cariño entre ellos a los artesanos textiles Javier Vilca y Enrique Ticuna de la comunidad aymara de Lirima,  caserío perdido entre los gélidos bofedales altiplánicos; o a la encantadora  Evangelista Soza, incansable tejedora del Salar de Atacama.  O, finalmente, a Alejandro  González,  eximio tallador de la piedra liparita gris del pueblo de  Toconao. Ellos fueron, durante varios años, visitantes asiduos de la Feria y sus  artistas invitados.


El origen humilde  de "Manzanito".

"Manzanito", como todos lo conocíamos  o, como señalaba su carnet de identidad,  Luis Manzano Cabello  (1906-1984), fue un típico y genuino hombre de campo, sencillo y laborioso,  de la zona central de  Chile. Un campesino neto, nieto y biznieto de campesinos. Desde los diez años, aprendió a trabajar de la mano de su padre, en el campo,   la fibra de mimbre; aprendió a " hilarla",  retorcerla y estrujarla hasta  "hacerla hablar", en figuras ingenuas de  animales y aves. Del mimbre  supo hacer arte, arte genuino ; no sólo objetos utilitarios como cestas y  canastos, juegos de sillas y mesas  o decoración de paredes como solemos ver hoy a la venta  a orillas de la carretera panamericana,  a nuestro paso por Chimbarongo o en la isla de Chiloé. (Dalcahue, Quellón).

La materia prima: el mimbre.

El mimbre -como le denominamos en Chile- es un arbusto de la familia de las Salicáceas  (Salix biminalis)  y pariente muy cercano del sauce llorón (Salix babilonica)  y del sauce chileno (Salix humboldtii)  que crece en las quebradas del Norte Grande. De origen europeo, prospera y se desarrolla bien  en  Europa y Oeste de Asia, su patria de origen y de allí llegó a Chile, en época incierta,   seguramente en una época temprana de la Colonia. Necesita de mucha agua y crece normalmente  a orillas de arroyos  o  cursos de agua mansos y limpios. Sus ramas forman  varillas a veces de varios metros de largo, las que peladas o cortadas en dos o tres partes en el sentido de su longitud,  constituyen una excelente materia prima para el tejido. Manteniéndolas húmedas, se dejan manipular y entretejer, casi como si se tratara de una  hilo de lana  grueso. Muy resistente a la torsión, puede llegar a plasmar  formas y figuras  muy variadas. Se conoce su uso desde épocas muy antiguas en Europa,  y durante toda la Edad Media fue de  frecuente empleo en  la elaboración de canastos y cestas de diferentes formas y tamaños. Durante la Colonia y la República temprana, los  muebles de mimbre tapizaron las casas solariegas tanto como las más humildes viviendas campesinas.


Su uso tradicional en el campo chileno.

 En nuestra patria,  su uso obligado  en canastos y cestas ha sido proverbial en los viñedos y cultivos de frutales y hortalizas. Todos hemos conocido en nuestra niñez la variedad de tamaños y coloridos de las canastas de mimbre, tejidas con o sin corteza,  en uso en las antiguas casas patronales  y en cada una de las casas de inquilinos de la zona central de  Chile. Hasta el día de hoy, se vende  una gran variedad de productos confeccionados en mimbre en Chimbarongo, en Requinoa, Buin, Paine  o pueblos aledaños a la carretera Norte-Sur, entre ellos,   hermosos juegos de sillas y mesas de mimbre muy cotizados,  en las terrazas y jardines de nuestra clase media y alta. Solo  muy recientemente la llegada de juegos semejantes desde el extranjero, por obra de la apertura al comercio internacional,   hechos en ratán en la India, Malasia o Indonesia, le han empezado a hacer una  competencia desleal, en grave detrimento de nuestra identidad  y  tradición histórica.

El arte de "Manzanito".

¿Por qué Lorenzo Berg Salvo (1924-1984),  por años generoso e incansable organizador de la Exposición, escultor de nota, se fijó de inmediato en la obra  de Manzanito?.  ¿Qué vio en ella de   llamativo, diferente a otras producciones hechas en el mismo material, el  mimbre?. ¿Dónde está el "arte" en este tipo de obras humildes, que no suelen figurar en las grandes Exposiciones o en los Palacios de Bellas Artes?. Es lo que trataremos de descubrir. Los antropólogos culturales   y algunos estetas  del arte nos han enseñado a distinguir entre  las "artes mayores" y  las "artes menores". Estas últimas, vinculadas estrechamente  al quehacer familiar, a las actividades directamente económicas o  productivas,  parecerían representar el rol de  la "Cenicienta" en este baile real. Serían -así opinan algunos-  un tipo de "arte" de segunda clase. De estirpe y origen diferente a la música, la pintura,  la escultura, o la literatura, consideradas como expresiones  de un "arte mayor", o "el arte por antonomasia"  ¿Cómo y ¿por qué?.

¿En qué consistió su genio?.

El genio artístico de Manzanito  consistió en  ser diferente a sus congéneres artesanos del mimbre. Durante un tiempo el también hizo los  consabidos cestos y canastos, comunes, utilitarios  y sin mayor brillo o esplendor artístico. Con ello se ganaba la vida.  Hasta que un día empezó a innovar y a hacer  imitaciones de la naturaleza: aves, animales, seres mitológicos. ¿Quién le motivó a ello? Fu sólo su innato instinto artístico, creativo,  o alguien se lo propuso?, En realidad,  no lo sabemos. Es posible que fuera  algún profesor o investigador, como ocurriera entre los talladores atacameños de piedra liparita de Toconao, directamente motivados por Ingeborg Lindberg,  Bernardo Tolosa y André Marcel D´Ans en los años  1961-1964. Tampoco podemos, desgraciadamente,  interrogar hoy a nuestro querido y noble amigo Lorenzo Berg,  con quien  conversaba mucho. Lorenzo ya no está con nosotros. Dios nos lo arrebató hace ya casi treinta años (27-05-1984).

Las "cositas extrañas"  de "Manzanito".

El genio de "Manzanito" se expresó en su capacidad para  crear tipos nuevos, desconocidos hasta entonces; fue él capaz  de "forzar" a su materia prima, el mimbre, a expresarse de un modo nuevo, diferente, fuera de lo común. Es lo que distingue al genio del simple imitador o copista. El empezó a hacer "estas cositas" -como él solía decir-  porque le salía del alma, tal como brota la inspiración musical o el instinto poético. Su sueño era hacer en mimbre una estatua ecuestre, de tamaño natural, del libertador Bernardo O´Higgins, a caballo, enarbolando una espada victoriosa. Esa exclamación suya ya nos demuestra su genio. La genialidad artística  nada tiene que ver con el  afán de hacer dinero con una obra. El artista no plasma su obra como efecto de su instinto creador, tan solo por dinero. Hemos visto a pintores llorar al desprenderse de sus obras luego de ofrecérseles dinero por ellas. Porque son parte de ellos mismos. "carne de su carne y sangre de su sangre".

Folklore como  expresión de sapiencia popular.

La palabra folklore  (hoy  desgraciadamente masacrada y  mutilada en castellano como "folclor" - palabra horrenda- con anuencia de la Real Academia Española)  significa en su origen "sabiduría", "sapiencia del pueblo". En inglés  y sajón antiguo Folk es  "pueblo"; Lore: es  conocimiento, sabiduría.  Es lo que hoy también llamamos "expertise o know how".¿Por qué y en razón de qué se nos niega el derecho a conservar en su grafía original  (folklore)  su hermoso y riquísimo origen semántico, tomado  del antiguo idioma  sajón?.  Folklore es  "saber hacer", es un saber fruto de larga experiencia acumulada por generaciones..  Es por tanto "un hacer" (el efecto del acto de crear)  que procede de un "saber" previo, una sapiencia anterior, preexistente.  El producto nuevo está de alguna manera prenunciado, "pre-escrito" (está "en potencia", dirían los filósofos escolásticos), en  lo más íntimo del creador que ya lo "vio" realizado en su mente , tal como si se tratara de una maqueta mental. Es el producto auténtico de un  "saber"  previo, no de solo un simple "hacer".

"Sapiencia campesina" como una forma de  "degustar  haciendo".

Porque el artista  "sabe" acerca de las virtudes o potencialidades inherentes a su materia prima: cómo prepararla, cómo alisarla, cómo suavizarla, cómo tensarla; sabe de antemano el color que le dará, la tersura, la finura, en una palabra: cuál será "el alma", el espíritu  de su nueva creación. "Sapiencia" viene del verbo latino  "sapere"  que significa  gustar, degustar; de aquí vienen la voces castellanas "sabor", "saborear". El artista-campesino también sabe manejar diestramente sus herramientas, muchas veces hechizas o inventadas por él.   Y cuando el artista está creando, jamás piensa,  por lo tanto, en el tiempo invertido ni en su futuro valor económico, ni tampoco  en  los costos: al artista busca simple y afanosamente la perfección de su obra y goza y "se saborea" haciéndola. El quiere y pretende que su obra sea diferente a la de otros; por tanto, propia y singular. Tanto es así, que un auténtico artesano-artista  ( no un mero repetidor mecánico o copista)  reconoce de inmediato al tomar la obra  en sus manos,  el producto de su trabajo:  "esto es mío" o "esto no es mío". El supo imprimir a su obra de arte algo de su propia esencia: su yo íntimo, fibras de su propio ser.

Un Museo nos muestra hoy su obra artística.

El artista-artesano, por fin, no piensa ni por asomo si su obra figurará algún día en alguna importante Exposición o en las vitrinas de algún Museo de Arte Popular. No busca ni pretende eso.Y, por eso mismo, no le tiene temor ni a la crítica del erudito ni a la pluma del periodista. El simplemente se deja llevar por su afán creativo, buscando su  creación " ideal". Hoy no pocas de  las creaciones de "Manzanito" figuran  en nuestro Museo de Arte Popular del cerro Santa Lucía , al lado de ilustres figuras de venerados maestros  del arte vernáculo. El nunca llegó  a  imaginarlo siquiera.

  
Rememorando la obra artística de "Manzanito".

Con unción y respeto, pues, he decidido rescatar hoy, en beneficio de nuestros ex alumnos y lectores asiduos,  esta pequeña muestra artesanal de uno de los mas notable cultores del arte del mimbre en nuestra patria y en el mundo: "Manzanito". El artículo escrito por Alejandro Chávez B. en esta vieja Revista "En Viaje"  de hace 52 años atrás,  nos ha impelido bruscamente a "revivir al pasado" para  reconquistar su vera y rica historia, hoy gravemente comprometida por lo que se ha llamado  la "economía global", que invade y pisotea -muchas veces llenándonos de  burdas  bagatelas-  aún  los rincones más apartados del planeta y que  compromete y "arrincona" seriamente nuestra identidad  nacional y regional, relegándola al olvido,   so pretexto de "progreso" y "desarrollo". ¿De qué "progreso" hablamos realmente?.  ¿El "progreso" del ratán o rattán sobre nuestro noble y tradicional mimbre?. Nos parece simplemente ridículo. Porque lo que hoy nos está llegando del exterior ni siquiera es ya el rattán auténtico, noble  bejuco proveniente de una palma trepadora, abundante otrora en Sumatra o Borneo,  llamada científicamente Calamus caesius,  (fam. Palmae), sino un burdo e insípido sustituto artificial, que imita exactamente su color y su brillo pero que carece del aroma, del encanto y del embrujo campesino del mimbre. Verdaderamente, ¿estamos ante una manifestación de "progreso"  o, más bien -seamos francos-, de   retroceso?.

La opinión del arquitecto  Luis  Bravo Ramos en su  notable corto cinematográfico "Mimbre": 

"Luis Manzano, llamado Manzanito por Pablo Neruda, artesano tejedor de mimbre, prepara las varillas que usará para tejer una de sus obras. Está en el que parece ser el patio de su casa, con las manos tejedoras a la luz y con el rostro casi siempre protegido por la sombra. El entramado de varillas forma figuras abstractas mientras las hábiles manos moldean una figura aun difícil de reconocer. Algunos ejemplares de su trabajo ya terminado sugieren posibilidades: gallinas, aves volando, unos curiosos cestos con manillas y forma de pez. Manzanito sigue tejiendo figuras que parecen animarse: unas cabezas vacunas dialogan a cornadas, bajo una de las cuales un niño sonríe. El tejido certero del artesano continúa urdiendo figuras animales en un gesto creativo que no parece tener conciencia del tiempo".

Pero volvamos ya al texto del artículo del año 1961 que ha motivado esta reflexión antropológica.
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He aquí el texto completo del artículo de  Alejandro Chávez B., aparecido  en la revista "En Viaje"  (1961):

Página 1 del artículo

Página 2.

Fig. 1.  el artesano en su faena diaria en su vivienda en el  campo.

Fig. 2.   Reproducción de una paloma en vuelo con una hoja de olivo en el pico.

Fig. 3.  "Revisteros".  Mezcla de utilitarismo y creación artística.

Reflexiones  antropológicas que nos suscita este legado.

1. Un humilde campesino que jamás supo de estética o de  arte, fue capaz de  producir arte con una materia prima no precisamente muy dúctil o especialmente maleable;  la fibra de mimbre. Y lo logró con creces.

2. El arte popular, pertenece al pueblo y es producto de su alma.  Por ser popular no deja de ser arte, cuando  es auténtica creación  y no meramente una simple imitación o repetición. Por ser arte, merece admiración, cariño y respeto.

3.  En prácticamente todas las comunidades especialmente las de origen autóctono  y pueblerino  o indígena, suele haber algunos notables  creadores, verdaderos "artistas". Hay que saber descubrirlos, valorarlos  y  apoyarlos. Como la de todo artista, su vida suele transcurrir entre las zozobras  propias del ganarse, dura y tenazmente, el mísero pan de cada día.

4.  Su creación artística merece aplauso, apoyo  y respeto por parte de la comunidad nacional o regional. porque son expresión viva y palpitante de  la identidad propia, del "yo" mismo de nuestro origen campesino.

5. Sin embargo, hay que tener especial cuidado de que el turismo no "manosee" ni ensucie  este arte popular y respete los lugares de creación artística, velando por la autenticidad  y frescura del hecho artístico  local.

6. Hay que distinguir cuidadosamente entre creadores de arte y simples copistas o repetidores. Los primeros, son pocos y escogidos y deben ser especialmente protegidos; los últimos  llenan las calles y plazas con sus productos baratos y de mal gusto, y desprestigian el producto  en exposición, degradándolo a la categoría de "souvenir".

7. Hacen gran faltan hoy los Mecenas para estos creadores nacionales del arte popular y defensores de nuestra identidad, para contrarrestar  eficazmente la  incesante invasión de  souvenirs extranjeros que pretenden arrinconarlos y desplazarlos.  Países como México, Bolivia o el Perú nos dan un valioso ejemplo de medidas de protección, respeto y .cariño por este  "arte menor" que enaltece su  cultura y  sus expresiones. Sigamos sin temor su ejemplo.

8.  Las Ferias de Artesanía Tradicional juegan un importantísimo rol al  dar a conocer a la ciudadanía  el  alma popular del país, al  fomentar su admiración y estudio así como   profundizar en su origen y destino.

9- Por fin, debemos  destacar que  su obra y su legado  constituyen un valioso e insustituible aporte al patrimonio artístico nacional. Por eso participó nuestro prócer "Manzanito" en numerosas jornadas en la Ferias  Nacionales de Artesanía. Este patrimonio, se ve amenazado hoy día por  la llegada indiscriminada desde el  extranjero de  tanta bagatela cultural  barata,  insulsa y  sin prosapia histórica. Por ello,  no sólo debemos custodiarlo y protegerlo, sino,  además, debemos  preferirlo y defenderlo por ser "nuestro" y por ser parte de nuestras raíces culturales  más íntimas.

Colofón.

Para cerrar este capítulo dedicado a este hombre sencillo, con alma de niño, deseo dejar constancia de las sentidas palabras con que el escultor Lorenzo Berg Salvo,  el genio creador de las "Ferias de Artesanía Popular" de la Universidad Católica en el Parque Bustamante, pronunciara en el cementerio, el día de su sepelio (27/05/1984). Es copia del texto original del breve discurso pronunciado por Berg en la ocasión, firmado por el mismo y que obra en mi poder.



Año y medio más tarde (el 10 de diciembre  1985) fallecía también  Lorenzo de un súbito ataque cardíaco, en casa de un fotógrafo amigo suyo!.  Tal vez en el cielo, a su entrada, le esperaba su amigo "Manzanito" con una corona de mimbre. Tal vez. Eran hermanos de alma.

2 comentarios:

Patty Canales dijo...

Valioso rescate de uno de los grandes artesanos que marcaron mi vida como artesana...y que alimentaron mi infancia con sus obras.Un cochecito para muñecas encargado por mi abuelo don Armando Aguilera, quien fuera además su amigo y admirador en la década de los 60...sé que están recreando sus peces en el GAM, y es valorable. No puedo dejar de mencionar que en su artículo critica la calidad de las artesanías que se exponen en las ferias y eso se debe a que los gestores de esas ferias no son artesanos y tienen sólo interés comercial y de provecho propio, descuidando el aspecto cultural y en lo que compete a los artesanos nacionales les crea un deterioro en el desarrollo de su economía y de paso el de su arte . La postura clasista no aporta en nada al rescate de la calidad artesanal actual. Lo que se necesita y en forma urgente es crear las escuelas de desarrollo de las artesanías para dar herramientas de desarrollo a quienes las requieran y maestros artesanos que impartan los cursos.Se trata de enriquecer no de elitizar. Por último la artesanía es la madre de todas las artes, la mas primitiva e inicial en la historia de la humanidad, por lo que de ninguna manera se la puede llamar "arte menor".

Dr. Horacio Larrain Barros dijo...

Mi estimada Patty: Mucho agradezco su emotivo comentario al capítulo del blog dedicado al recuerdo de "Manzanito". Tiene Ud. mucha razón cuando señala que este llamado "arte menor" por muchos tratadistas (no por mí), representa la supervivencia hasta el día de hoy del arte primitivo más puro, aquél que junto con permitir subvenir a las necesidades básicas de la existencia (el comer, el beber,etc.) posee fuerza expresiva vital y espíritu. Es arte vital.

Su sugerencia de crear una Escuela de Artesanías en que los propios artesanos sean los maestros e instructores, me parece muy valiosa. Lorenzo Berg pensaba lo mismo. Es una audaz iniciativa que habría que presentar a alguno de los actuales candidatos a la Presidencia de la República, para frenar esta escandalosa penetración invasiva de las artesanías sin alma que nos llegan por montones desde el exterior, por el efecto demoledor de una globalización sin control. Hay países como México, Argentina, Bolivia, Ecuador y Perú que saben proteger su arte propio, constitutivo de su idiosincrasia. Ellos han entendido perfectamente que en esas expresiones artísticas -que son auténticas creaciones- está en buena medida expresada "el alma nacional", ese "algo" que nos distingue hoy y nos deberá distinguir en el futuro, de los demás países o naciones. Este "arte propio", que brota de nuestras raíces históricas más profundas, es parte integrante de nuestra identidad nacional. Identidad que vemos hoy, por desgracia, pisoteada sin piedad por los partidarios acérrimos de la globalización a outrance.

Prosiga Ud., pues, distinguida amiga, haciendo valientemente su labor de auténtica artesana y trate de interesar a su Alcalde y al Encargado de Cultura de la Municipalidad, en estas materias, pues a ellos les compete velar por el desarrollo cultural auténtico de su Comuna.

Con afecto,


Dr. Horacio Larrain