viernes, 15 de julio de 2011

¿Arqueólogos o huaqueros?. Una visita a un sitio arqueológico del período arcaico en la costa norte de Tarapacá.



Presentamos a continuación un conjunto de fotografías tomadas el día 2/07/2011 en nuestra visita de prospección a un sector de la terraza litoral situado varios kilometros al Norte de la desembocadura del río de Pisagua o Tiliviche, donde se observó una excavación a todas luces defectuosa, sujeta a fuerte crítica, y realizada hace poco tiempo, presuntamente por "expertos". Dado que el sitio tiene un evidente valor patrimonial para la comunidad vecina de Pisagua, el hecho nos alarma y nos induce a denunciarlo ante la opinión publica culta y ante la Oficina de Monumentos Nacionales. Lo que hemos visto y examinado dicho dia nos obliga, como arqueólogos de la Región, a alertar a las autoridades y a denunciar sin tapujos el hecho.

Fig. 1. Fuerte declive E-W muy perceptible en la terraza marina con un ángulo aproximado a los 15º, subiendo en las cercanías del área arqueológica hasta el piedemonte. Se encuentra repleto de sedimentos de ripios arrastrados con motivo de fuertes lluvias producidas en la costa. Se observa, al fondo, un claro abanico pluvial formado por la caída de rocas y ripios desde la quebrada próxima, por efecto de lluvias eventuales. (Foto H. Larrain, 02/07/2011).

Fig. 2. Visión del lugar de sur a norte. Sector bajo, casi plano, de la terraza marina donde se ubica el yacimiento arqueológico del período Arcaico. Se halla a 26 m. por sobre el nivel del mar. Se observa la presencia de varias estructuras que conforman un pequeño conjunto habitacional. Probable lugar de vivienda ocupada por dos ó tres familias extensas. Llama la atención, hacia la parte media de la foto, la presencia de un gran montón de material arneado por los excavadores, dejado abandonado tal cual in situ. Obsérvese la piedra de moler( metate) en canto rodado de playa, abandonada en el lugar. (Foto H. Larrain 02/07/2011).

Fig. 3. Acercamiento al sitio. El área junto al observador de la izquierda, que tiene un cuaderno en la mano, fue excavada en gran parte; el área situada fente al observador de la derecha, ha quedado aparentemente (?) intacta. Superficie aproximada total: 100- 120 m2. (Foto H. Larrain, 02/07/2011).

Fig. 4. Conjunto habitacional situado a escasos metros y al poniente del anterior. Éste ha sido totalmente removido por "arqueólogos", sin dejar una sola piedra en su lugar. Semeja así un pequeño cráter de volcán. Resulta totalmente imposible hoy reconocer el aspecto y forma del conjunto habitacional. antes de su intervención reciente. Sólo queda un profundo hoyo y, a sus costados, montones de material procedente del sitio arneado. (Foto H. Larrain, 02/07/2011).

Fig. 5. Sector intervenido en la excavación, dejando a la vista todas las bases de los muros de las viviendas. El hoyo visible a la derecha, es producto de la misma excavación, en busca, sin duda, de la mayor profundiad del yacimiento. Este "hoyo" constituye hoy un fuerte aliciente para que futuros "huaqueros" sigan el mismo ejemplo. ¿Por qué se ha dejado a la vista el resultado final de la excavación?. ¿Para atraer, tal vez, a otros excavadores furtivos?. (Foto H. Larrain 02/07/2011).

Fig. 6. Esta foto, como una anterior (Nº 2), señala la presencia del gran montón de material cernido por arneros, como producto de la excavación. Los "arqueólogos" ni siquiera se dieron el trabajo de hacer desaparecer este material ya cernido, esparciéndolo más lejos, o -como debió hacerse- devolviéndolo a su lugar de origen. (Foto H. Larrain, 02/07/2011).

Fig. 7. Como en la Fig. 4, vemos aquí un gran montón de ripios cernidos con el empleo de un arnero profesional, dejado completamente a la vista. ¿Pensaban, acaso, volver al día siguiente?. (Foto H. Larrain 02/07/2011).

Fig 8. Aspecto general del área. Revisado minuciosamente por nosotros el entorno inmediato de las antiguas viviendas, no se halló ninguna traza ni de artefactos y ni de lascas de sílex o basalto, de donde presumimos que los "expertos" se llevaron todas las evidencias culturales de este yacimiento. ¿Dónde están hoy depositadas?. En el Museo Regional de Iquique se desconoce su paradero. (Foto H. Larrain, 02/07/2011).

Fig. 9. El conjunto de viviendas, todas de planta cuadrada, es de sumo interés arqueológico, porque habitualmente los portadores de la "cultura Chinchorro" conocidos en la zona norte construían viviendas de planta circular u oval. Razón demás para proteger y conservar este sitio y haber evitado su casi total destruccción por la mano de "expertos". (Foto H. Larrain, 02/07/2011).

Fig. 10. Forma de excavación de este pequeño complejo habitacional. Un gran hoyo practicado para lz extracción del material de relleno, el que se deja in situ para quien sabe quién. ¿Por qué se le dejó al descubierto, como evidente cebo de atracción para otros buscadores de "recuerdos"?. (Foto H. Larrain, 002/07/2011).


Fig 11. Se puede observar aquí la parte menos intervenida del conjunto habitacional primitivo, el que esperamos sirva en el futuro para realizar excavaciones conforme a cánones científicos más estrictos y para beneficio socio-cultural de las comunidades humanas aledañas. (Foto H. Larrain, 02/07/2011).

Fig. 12. Los muros han sido cuidadosamente elaborados utilizando piedras planas, alargadas, claramente seleccionadas, puestas como bases e instaladas en forma vertical. Se observa en su factura un cuidado especial por buscar las caras planas de las piedras, traídas de la orilla marina próxima, para afianzar y consolidar el muro. La cubierta o techumbre fue confeccionada, muy probablemente de cueros de lobos marinos, o, tal vez, de huiros entrelazados en capas superpuestas. El material para las vigas pudo provenir de troncos de la cactácea Eulychnia iquiquensis, que hasta hoy existe y sobrevive en la parte alta de las laderas, sobre los 500-600 m. de elevación. (Foto H. Larrain 02/07/2011).

Fig. 13. Vista de N a S de la franja costanera situada al Norte de la desembocadura del río Tiliviche o de Pisagua. Tomada al atardecer. En el extremo sur de la playa, donde desembocan esporádicamente las aguas de la quebrada de Tiliviche, se encuentra el valioso yacimiento hispánico de Pisagua Viejo, instalado sobre un antiguo conchal indígena de gran potencia, ambos hoy en total y vergonzoso abandono. (Foto H. Larrain 02/07/2011).

Fig. 14. La cercanía inmediata a un sendero actual fuertemente traficado por pescadores y mariscadores y a una bien marcada huella de vehículos, hace de este sitio del Arcaico un punto extraordinariamente vulnerable ante futuras intervenciones no deseadas. Se impone, por lo tanto, alguna forma urgente de conservación y protección de este sitio, circunstancia que los "arqueólogos" que lo han "masacrado" sin piedad no han tomado en cuenta en sus cálculos. (Foto H. Larrain, 02/07/2011).


Fig. 15. Hermoso entorno natural del área cercana al yacimiento. Dos islotes cubiertos de guano blanco que protegen una hermosa y tranquila playa de arenas de color claro. Hacia el sur, se puede divisar la Punta Pichalo, situada al extremo sur del actual puerto de Pisagua, sitio de excavación de un potente conchal por el arqueologo norteamericano Junius B. Bird en el año 1942 (Foto H. Larrain, 02/07/2011).

Fig. 16. Aspecto de la terraza litoral cubierta de gravas y rocas desprendidas del acantilado y piedemonte por los huaycos ocasionales. (Foto H. Larrain 02/07/2011).

Fig. 17. Acercamiento al lugar excavado (Vea Fotos 3 y 17, arriba) en el conjunto de viviendas del Arcaico. El área recién excavada fue dejada tal cual, "a la buena de Dios", como decimos, por los excavadores antes de abandonar definitivamente el sitio. ¿Regresarán, tal vez algún día, a "limpiar" o "mitigar" los efectos de su desgraciada intervención?. (Foto H. Larrain 02/07/2011).

Fig. 18. Vista cercana de los muros, perfectamente alineados, de la antigua vivienda. (Foto H. Larrain, 02/07/2011).

Fig. 19. Conjunto enteramente arrasado por los excavadores que no han dejado literalmente "piedra sobre piedra". Ubicado al lado de la huella de vehículos, este sector del yacimiento está condenado a la desaparición. Como suponemos que no se posee fotografías tomadas antes de la intervención, quedará siempre el misterio acerca de su forma original, funcionalidad y relación arquitectónica con el lugar vecino de viviendas cuadrangulares.. (Foto H. Larrain, 02/07/2011).

Fig. 20. No queda claro qué información se pretendió conseguir al profundizar con este hoyo, la superficie en la base de la vivienda. Pero, ¿por qué - nos preguntamos nuevamente- se dejó todo a la vista al término del trabajo , como si alguien en el futuro no se sintiera tentado a seguir excavando allí mismo en busca de algún trofeo?. (Foto H. Larrain, 02/07/2011).


Fig. 21. Vista del cuadrilátero de una vivienda, desde un extremo. (Foto H. Larrain, 02/07/2011).

Fig. 22. Perfecto alineamiento de las piedras alargadas (cantos rodados de playa) utlizadas como base de la primitiva vivienda. (Foto H. Larrain, 02/07/2011).

Fig. 23. Parapeto o recinto protegido de pescadores, adosado a un roquerío del extremo sur de la playa contigua. Esta construcción, de data claramente arcaica, se encuentra a varios centenares de metros al Norte del yacimiento anteriormente descrito. Hoy ha sido usado como letrina por los pescadores o buzos mariscadores. Se halla apenas a unos 2- 3 m. por sobre el nivel del mar y no es una vivienda propiamente tal, sino un sencillo reparo para el fogón de los pescadores arcaicos. Sin embargo, denota un sistema constructivo muy inteligente, utilizando como argamasa de las piedras planas elegidas, una mezcla de cenizas de huiros, arena y agua salada del mar. Este pegamento se endurece de modo notable, tal como se puede apreciar por la sobrevivencia del sitio, tras el ataque de muchas marejadas y maremotos ocurridos a lo largo de muchas centurias. El muro de piedras de playa, de un ancho medio de unos 40 cm., se extiende por espacio de 3.0 m. de largo en dirección Este, con un altura actual máxima de 1.20 m. sobre el suelo. Varias piedras hoy caídas al pie del muro, delatan probablemente que éste haya sido originalmente algo más alto, tal vez unos 30 ó 40 cm. más elevado. Nos llamó la atención el particular esmero puesto en la factura del área de intersección del muro con el roquerío al que se adosa firmemente, hecha mediante un chaflán en forma diagonal con empleo de mezcla de ceniza y piedras pequeñas, obviamente diseñado para evitar el ingreso de aire por ese ángulo SW. (Foto H. Larrain, 02-07-2011; dibujo y comentario en "Diario de Campo" del suscrito, Vol. 87, páginas 68-71).

Fig. 24. El mismo muro en forma de "L" visto muy de cerca. Observe el cuidado evidente en la selección de las piedras planas constitutivas del muro. (Foto H. Larrain 02-07-2011).


Foto 25. Reparo sencillo de pescadores. El ángulo bien construido del muro en "L" ha sido destinado a proteger el fogón interior. Queda así perfectamente defendido de los vientos del Sur y Surweste, que son los predominantes en la zona. Este lugar, hoy convertido lamentablemente en letrina de pescadores, se ha salvado por milagro de ser excavado por los autores del desaguisado anteriormente referido, y está a la espera de algún investigador que lo estudie en forma seria, protegiéndolo y cuidándolo para el goce y estudio de las generaciones venideras. (Foto H. Larrain, 02/07/2011).


Foto 26. El refugio o reparo de pescadores arcaicos visto desde su interior, es decir, desde el Este. Se observa la cantidad de basura, papeles, mugre y restos de comida acumulada por los pescadores que lo han utilizado tanto para fogón como para letrina ocasional. La roca a la que se adosa el muro arcaico, alcanza aqui aproximadamente 1.60 m. de altura.(Foto H. Larrain, 02/07/2011).

Moraleja para los investigadores del pasado.

Gran parte de las 26 fotos que preceden son una prueba fehaciente de la forma cómo no se debe excavar un sitio precerámico, de tiempos del Arcaico. Lo que descubrimos casualmente en nuestra visita efectuada el 2 de Julio recién pasado, con ocasión de una prospección hecha para un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de una Minera, es una lección que todos debemos aprender y nosotros no olvidaremos fácilmente.

Un sitio del período arcaico destruido por manos foráneas presuntamente "expertas".

Con motivo de una reciente prospección arqueológica superficial realizada el día 2 de julio de este año 2011, con mi socio y compañero de labores el arqueólogo iquiqueño Víctor Bugueño García al sector costero, situado al norte de la desembocadura de la quebrada de Pisagua o Tiliviche, nos encontramos con una desagradable sorpresa: un sitio valioso, tristemente desamparado y en parte, destruido recientemente y, al parecer, por arqueólogos. Trajinado, arneado, y rebuscado hasta la saciedad y luego abandonado a su suerte, sin importar su destino ulterior. No es obra de huaqueros corrientes. La obra de huaqueroso saqueadores es muy fácilmente discernible: horadan, rastrean en busca de posibles "tesoros" y dejan todo lleno de hoyos y restos culturales abandonados a su suerte. Pero jamás arnean delicadamente en busca de posibles minucias culturales.

Los sitios o yacimientos del período arcaico.


El Período Arcaico [de la voz griega arjé que significa el inicio, el comienzo] corresponde a la actividad humana realizada en un determinado lugar algunos milenios antes del presente y suele atraer como poderoso imán a algunos arqueólogos. Y la costa norte chilena, desde los ya lejanos tiempos de Max Uhle y Augusto Capdeville, es un área especialmente codiciada para elaborar al respecto hipótesis nuevas, confirmar antiguas suposiciones o realizar Tesis de Grado en Arqueología. Ancker Nielsen en la década del 30 y del 40 del pasado siglo, excavó con un ayudante multitud de estos sitios al sur de Iquique, encontrando numerosos entierros y aún cementerios. Entre ellos, yacimientos del período Arcaico y más concretamente, de la época Chinchorro. Sus curiosos enterramientos y sistema de embalsamamiento, han llamado la atención a los expertos a nivel mundial por lo refinado de sus técnicas de conservación de los cuerpos. Uhle usó la expresión: "momias de preparación complicada" para referirse a éstos.

Los pescadores recolectores del Arcaico.

Diversas hipótesis se ha emitido por parte de los arqueólogos sobre su posible lugar de origen. ¿De dónde proviene esta costumbre funeraria tan extraña de estos habitantes que vivían en muy pequeños caseríos, con viviendas hechas de muros de piedra con argamasa de huiros y arena, semi enterradas en las arenas de la terraza litoral, y cubiertas por huiros o cueros de lobos marinos?. Estos grupos costeros de la cultura Chinchorro habitaron en el extremo sur del Perú y el Norte de Chile más o menos hasta la latitud de Paposo y Taltal, por el sur. Se ha encontrado sus viviendas típicas en Arica, Cobija, Gatico, Paposo, Taltal (Los Bronces), Caleta Huelén (Desembocadura del río Loa), Patillos, Cáñamo, Patache, entre otros lugares. Después de Uhle y Capdeville, han sido bien estudiados por Bird, Bittmann, Rivera, Muñoz y otros más, y recientemente por arqueólogos de la Universidad de Chile.

De qué proviene su gran interés?.

Su enorme interés para los investigadores del pasado radica por una parte, en su gran antigüedad- sus vestigios se remontan hasta el séptimo milenario A.C.- , por su notabilísima adaptación a las condiciones hiperáridas de la costa, y, sobre todo, por la presencia de un patrón de construcción y poblamiento de muy superior calidad a la que observaremos en tiempos tardíos, en la época que conocemos como de la cultura de los Changos, de la que nos hablan las fuentes históricas tempranas y nuestras propias observaciones de terreno en la costa norte de Antofagasta entre los años 1963 y 1964 (Larrain, 1964, 1975).

A mayor antigüedad, mayor cuidado y respeto debe tenerse con los restos.

La ciencia arqueológica es hoy cada vez más reticente con respecto a las excavaciones masivas, en área, que arrasan con toda la evidencia superficial y nada dejan para los investigadores del futuro. Ya lo criticaba en su época el genial arqueólogo australiano Gordon V. Childe. Y esto por muchas razones, siendo tal vez la más lógica el pensar que con mucho mejores y elaboradas técnicas, los científicos de los siglos futuros lograrán obtener muchas más evidencias que las que se logra obtener hoy. Argumento muy válido que nos obliga a ser muy cautos en nuestro quehacer arqueológico, respetando para futuros estudios parte importante de los yacimientos existentes. Es esto justamente lo que no se suele hacer hoy - como tampoco se hizo en el pasado reciente, dominado por un afán inconsulto de obtener la mayor cantidad posible de valiosos especímenes de Museo- tal es el anhelo de los investigadores, especialmente los jóvenes, por "descubrir" lo que "otros no han descubierto todavía". Afán que, a la verdad tiene más de "colecta" que de ciencia en sentido estricto.

Una "arqueología sin excavación".

Más y más se impone en el ámbito científico arqueológico moderno la aplicación de sistemas que
tiendan a una "arqueologìa sin excavación", es decir a una práctica y una tecnología que utilice al máximo las evidencias existentes en el terreno mismo y/o técnicas que permitan seleccionar con especial cuidado las áreas que se desea intervenir, reduciendo al mínimo el impacto sobre el conjunto cultural preexistente. Si la "aldea" arcaica contiene 30 posibles viviendas, ¿por qué y a título de qué excavarlas todas, sin dejar nada para el futuro?. Lo que más nos duele a los que pensamos en el futuras proyecciones de este conocimiento, de esta ciencia arqueológica de carácter regional, es que parecemos olvidar que lo que excavamos, lo destruimos para siempre. Excavar es ir rompiendo, o si se prefiere, "quemando", las páginas de un libro único, inédito, desconocido e irrepetible. Y si lo hemos hecho mal, o con aplicación de tecnologias deficientes, hemos cometido un error ya totalmente irreparable.

¿Aprendices de arqueólogos en sitios de antiquísimas culturas?.

No pocas veces han pecado los arqueólogos en esto, dejando demasiada libertad a jóvenes aprendices o meros estudiantes, que no dominan todavía bien las técnicas y "se ensayan a ser arqueólogos", usando como "conejillos de Indias", para sus "experimentos" los venerables yacimientos de gran antigüedad. Hemos visto a estudiantes que laboran solos, mientras sus profesores o tutores están lejos. Esto parece haberse constituido en práctica habitual entre nosotros. Al parecer, consentida o permitida. Hemos visto con nuestros propios ojos a obreros excavar, sin vigilancia del experto arqueólogo, bajo el templo parroquial del pueblo de Pica, un hermoso altar antiguo, probablemente del siglo XVII. ¿A quién le importó?. ¿A quién le importa?. ¿A la Empresa constructora?. A ésta, sólo le interesa avanzar lo más rápido posible, sin interferencias de posibles hallazgos. que puedan retrasar sus planes y plazos. Hemos visto actuar impunemente en calidad de "arqueólogos" en la Región a estudiantes que no tienen aún su título profesional y que, por consiguiente, no son propiamente arqueólogos, aunque se proclamen tales. Los hemos visto actuar en Pabellón de Pica, en Usmagama, en Camiña. Esto, en el plano del estudio de la cultura y del patrimonio, es tan grave como permitir a estudiantes de Medicina que no se han titulado aún (aunque hayan terminado sus cursos preparatorios), ejercer su especialidad en hospitales públicos o en su consulta particular.

Práctica que se hace habitual en áreas del Norte.

Grave error y omisión que frecuentemente vemos convertida en práctica casi habitual en nuestra zona por parte de pseudo-arqueólogos foráneos, venidos desde lejanos centros universitarios, los que por no ser de aquí ni tener raíces culturales en nuestra región, tampoco "sienten ni viven" ni aprecian los retazos de cultura local y - a lo que se puede ver por los resultados concretos de sus acciones- tampoco valoran sus rasgos y/o"registros" antiguos, como los autóctonos que laboran en la Región y aman y veneran lo propio, porque deben vivir en contacto diario con las expresiones culturales de la Región.

Nos preocupa, porque nos corresponde velar por la integridad cultural de nuestra Región.

Lo que arriba hemos mostrado en imágenes y comentaremos aquí , nos ha llenado de indignación. Porque nos preocupa mucho el futuro cultural de nuestra Región y su puesta en valor, lo que consideramos constituye una responsabilidad nuestra y, por ello, cada desacato a la cultura y a la continuidad y persistencia de la misma en el tiempo, nos molesta, nos indigna. Cada yacimiento arqueológico que es destruído -so pretexto de elaborar bellas "Tesis de Grado" en Universidades en el centro del país, tal vez- es un retazo valioso de cultura regional que se nos roba y desaparece para siempre a manos ajenas, por desgracia, pero con una permisividad que consideramos irresponsable de parte de algunas autoridades de Santiago. Es decir, alguien en la capital autoriza la ejecución de un Proyecto FONDECYT u otro de carácter arqueológico, en cualquier región del país, pero no se toma en cuenta para nada lo que se pueda decir u opinar en el seno de la Región misma, por especialistas locales, sobre el tema. Terminado el trabajo, desaparecen sus autores como por arte de magia y dejan todo abandonado, al desnudo, como lo muestran las fotografías aquí expuestas. Lo que después ocurra con el sitio desmantelado, por ellos expuesto, nada les importa.Ya no se sienten responsables de ello. Esto tiene unsólo nombre, aunque duela decirlo: "vandalismo". Y en el caso presente, "vandalismo arqueológico".

Tal actitud, propia de colonizadores, ya pasó. (pero aqui está aún vigente, por desgracia).

Imaginamos que tal proceder fue tal vez admisible en una época en que no existía masa crítica pensante en la Región. Eran los tiempos ya lejanos de un Max Uhle (hacia 1915) , un Capdeville (hacia 1920), un Ricardo Latcham (hacia 1935-40) o un Junius Bird (1940) tal vez. Cualquiera podía excavar a su antojo en cualquier rincón de la nación, sin consulta previa en el lugar. Hoy no podemos decir lo mismo, pues existe ya una pequeña pero inquieta pléyade de profesionales del área de la arqueología y de la antropología formados en nuestro propio Norte Grande de Chile, que sí puede y debe opinar sobre la oportunidad de dichas intervenciones y sus consecuencias inmediatas para la cultura regional y sus planes de desarrollo in situ.

Necesidad de un organismo operante que vele por la protección efectiva del patrimonio regional.

Objetamos con energía, en consecuencia, la intervención de investigadores foráneos que no consultan para nada el sentir y pensar de los especialistas locales, que son los que por vocación y destino, deben velar por el cuidado y protección del patrimonio cultural regional. Estos deberían ser los responsables del estudio, buen manejo y difusión inteligente y cuidadosa de la cultura local. En Iquique, como en Arica existen Delegados de Monumentos Nacionales que son los que deberían autorizar y controlar las intervenciones de tipo arqueológico, paleontológico o histórico que quieran realizar investigadores, sea extranjeros, sea nacionales. Somos de opinión de que la actividad de éstos, debería ceñirse a un protocolo mucho más estricto y que sea controlado por un organismo colegiado que englobe a especialistas tanto de la Oficina Regional de Monumentos Nacionales como de aquellas Universidades locales que tengan una expertise en dicha especialidad.

Necesidad de un "Comité de Defensa del Patrimonio cultural regional".


En otras palabras, debería constituirse, a nivel regional. un Comité de Defensa del Patrimonio Cultural regional respectivo, para evitar tanto el robo y el saqueo, como el manoseo, el deterioro y/o la destrucción de objetos, áreas o sectores o lugares patrimoniales. En el rubro histórico, arqueológico o paleontológico, esto es mucho más grave que en el campo de las ciencias biológicas (botánica, zoología, ecología), en el cual la colecta o captura de ejemplares puede ser permisible en algunos casos, por darse aquí la posibilidad de recambio y regeneración en forma natural. Pero en el caso del patrimonio histórico, arqueológico o palentológico esto, por desgracia, no se da. Lo que fue excavado o robado, modificado o destruído, deja de existir, lisa y llanamente. Lo que se destruye, ya no se regenera jamás. Desapareció para siempre. Es "patrimonio cultural" perdido irremisiblemente para la Region y, por consiguiente, para el país.

Epilogo: Critica de hoy y lecciones para el futuro.

Las siguientes son nuestras reflexiones tras haber examinado in situ el sitio "excavado" por "expertos":

a) los autores de esta "intervención" desastrosa no tuvieron la menor intencion de proteger el sitio para la posteridad. No se dejó aviso, letrero o advertencia acerca de su valor arqueológico. Por cierto, mucho menos se pensó en cercar el area para darle una protección minima.

b) Se destruyó uno de los conjuntos dejando simplemente un profundo hoyo y una acumulación informe de sus piedras componentes, que casi con certeza sirvieron como bases de viviendas o recintos antiguos.

c) Se dejó descuidadamente in situ los montones de materiales de arenas ya cernidas, previo uso de un arnero de grano fino. No hubo la menor intención de volver a tapar y cubrir el lugar, una vez intervenido, para siquiera disimular la intervención.

d) Con esta conducta, tan sólo provocarán en el futuro próximo el apetito de posibles huaqueros o saqueadores, los que seguirán destruyendo el lugar. La presencia de "hoyos" hechos por los excavadores provocará en los visitantes ocasionales o pescadores del lugar, sin duda alguna, la curiosidad por seguir excavando, por si aparece algun posible "tesoro".

e) El conjunto de las observaciones hechas por nosotros al pie de las fotos alusivas al inicio de este capítulo, que son de por sí indesmentibles, demuestra a las claras que sus autores han tratado valiosos elementos de la cultura costera del Periodo Arcaico tarapaqueño con singular descuido, desafecto y total desinterés, por decir lo menos.

f) Este yacimiento precerámico unido a otros existentes en toda esta zona costera como el sitio de Pisagua Viejo, se prestaría maravillosamente para instaurar un hermoso e instructivo circuito turístico, de gran nivel científico, en el que se explicara a los participantes el modo de vida de los cazadores-recolectores y pescadores del Arcaico , grupos humanos que poblaron el area a partir de los 8.000 o 9.000 antes del presente si es que no antes aún.

g) Pero la conformación de este "circuito turístico de intereses especiales" presupone, ex necessitate, la participacion activa de la Escuela local, su profesorado y la comunidad actual de Pisagua. Ésta, en el caso de la malhadada "intervención" reciente que hemos criticado aquí, no fue informada para nada de la existencia de este sitio, ni de su valor tanto patrimonial y cultural como propiamente arqueológico. Punto que consideramos particularmente grave.

h) Es decir, los autores de esta excavación, hecha con tan notorias fallas metodológicas, realizaron su trabajo, por añadidura, sin considerar para nada a la comunidad adyacente de Pisagua, que es la legítima dueña y custodia natural de estos bienes patrimoniales, por encontrarse en su proximidad inmediata. Esta actitud está reñida con la actual tendencia de la "arqueología comunitaria" o "arqueología pública", que hace participar de diversos modos a la comunidad aledaña y en especial a la Escuela local, justamente para que el conjunto de la comunidad tome conciencia de los valores patrimoniales de su entorno geográfico y así se logre una mejor cuidado y protección de los bienes culturales locales.

Nos queda un amargo "sabor de boca".

El amargo sabor de boca que nos queda, luego de esta visita, es que ciertos modus operandi practicados aparentemente en la arqueología regional aún hoy día, que tanto huelen a "vandalismo institucionalizado", todavía no incorporan a su actuar concreto el considerar el "conocimiento arqueológico", esto es el conocimiento de los orígenes del poblamiento en esta zona costera no tanto como un "gustito de sabios para sabios", relegado a revistas especializadas o a foros de expertos, sino un "conocimiento socialmente compartido" que contribuya a afianzar la identidad local de las poblaciones aledañas: sus niños, sus buzos, sus pescadores, mediante un aprecio conocido y compartido por el notable modo de vida de sus predecesores que supieron vivir en un ambiente árido, muy escaso de agua, demostrando una increíble capacidad adaptativa y un empleo eficiente y muy original de sus recursos.

La arqueología como herramienta eurística para una eco-antropología.

Es en este preciso sentido que la arqueología se puede convertir en una herramienta maravillosa para educar a la comunidad a través de un conocimiento más profundo, auténtico y certero de su historia local y regional. Es este aspecto educativo una de las facetas fundamentales, a nuestro entender, de una auténtica eco-antropología. Es esto lo que nos quiso transmitir el escritor vasco don Miguel de Unamuno cuando nos decía: "es detestable la avaricia espiritual que tienen los que sabiendo algo, no procuran la transmisión de esos conocimientos" .

Y nosotros agregaríamos a esta frase lapidaria : "en particular entre aquellos que viven y moran allí mismo, rememorando a diario su historia y tradiciones".

(Capítulo aún en construcción, elaborado por el autor de este Blog, Dr. Horacio Larrain B. (Ph.D.) y el arqueólogo iquiqueño Victor Bugueño Garcia. Terminado el día de la Virgen del Carmen de La Tirana, 16 de Julio de 2011).



6 comentarios:

Anónimo dijo...

La destrucción de sitios como este es muy lamentable. Pero realmente, hay alguna prueba de que los culpables hayan sido extranjeros?

Indudablemente no hayan sido arqueólogos extranjeros professionales, es decir trabajando en una universidad. En primer lugar, porque es contrario a todo lo que se enseña y practica en cualqier universidad respectable.

Y segundo, porque no podrían hacer nada con el material o los 'estudios': no podrían llevar el material a un archivo o laboratorio para análisis. El 'estudio' no sería profundo en ningún respecto, no tendría sustancia.

Y más importante, no podrían publicar nada sobre el sitio, porque oficialmente, no había ningún estudio del sitio hecho por los supuestos arqueólogos. Y para arqueólogos professionales, publicar artículos es casi todo lo que cuenta.

Todo esto quiere decir que arqueólogos profesionales no ganan nada con la destrucción de un sitio, no ganan nada con estudios incompletos y mal hechos.

El unico método para arqueólogos extranjeros de hacer investigaciones es en colaboración con universidades y arqueológos nacionales, y sólo después de arreglar todos los permisos necesarios. Ojalá que el trabajo siempre sea en buena colaboración con los arqueólogos y expertos locales, más bien la población local.

Dr. Horacio Larrain Barros dijo...

Estimado amigo:
Mucho agradezco su comentario. Estamos seguros que no se trata de extranjeros. Nadiede fuera se atrevería a irrumpir en nuestra zona, haciendo estos destrozos. Nosotros sospechamos -pero no tenemos aún la certeza- que los causantes de ese desaguisado arqueológico son gente venida de Santiago. Y lo que es peor, tambien sospechamos fundadamente que poseen alguna formación arqueológica, a juzgar por el modus operandi empleado. Ningún arqueólogo titulado del Norte se atrevería a hacer tamaño vandalismo. Estamos haciendo averiguaciones en Pisagua, porque ese trabajo no se hace en un día y es probable que sus autores hayan permanecido en la región durante varios dìas, tal vez una semana.
Es lamentable que vengan estos pseudo-arqueólogos a "experimentar" en nuestra zona.
En cuanto a los materiales que hayan podido recuperar, mediante el arneo minucioso realizado, sabemos que serán algunos implementos en piedra, lascas, tal vez núcleos de sílex (no hay indicios de basalto), tal vez anzuelos de espinas de cactus del arcaico, huesos de aves y/o animales y mucha ceniza de fogones. Muy poco más. Tal vez se ha obtenido alguna información sobre el sisteema constructivo de las viviendas. No parece que hayan encontrado cuerpos humanos.

En fin, lo que nos perturba y molesta e indigna, es la tendencia manifiesta a "esconder la mano" ante la comunidad, en lugar de hacer participar a la misma, maxime a la Escuela local, donde hoy estudian 26 niños pisaguinos que podrian aprender tanto de la cultura y modo de vida de sus antepasados. Son estas ocasiones ideales para enseñar in situ a proteger los bienes culturales y el patrimonio local. En los niños y en los habitantes del lugar y sus autoridades debemos encontrar a futuro, los mejores aliados para proteger nuestro patrimonio. No hay otro camino. No podemos poner policia en todos lados. El conocimiento cientifico que se pueda obtener en estos estudios de campo, debe ser compartido a la comunidad. Basta ya de "secretismos" y de trabajar a espaldas de las comunidades.

Lo que se ha dejado a la vista y consta por nuestras fotografias, es, por desgracia, un llamado casi explicito a seguir "huaqueando". Basta ya.

Dr. Horacio Larrain (Ph.D.)

Anónimo dijo...

Gracias por la respuesta. Fue error de mi parte (como hablante no nativo) interpretar 'foráneos' como si refiera a 'extranjeros'.

Posiblemente fue un grupo con solamente un (ex)estudiante de arqueología, o algo así? Gente de vacaciones...? Porque igual para estudiantes o arqeólogos de otras universidades chilenas, sería difícil imaginar alguna ventaja profesional (en el campo de arqueología).

Buena suerte avanzando el compartimento del conicimiento cientifico con la comunidad! (Y ojalá en prevenir huaqeos etc. como este).

Dr. Horacio Larrain Barros dijo...

Querido amigo Anónimo:
Gracias por su nuevo comentario al Blog en su capítulo referido a una excavación arqueológica mal realizada al Norte de Pisagua, en la costa.

Hemos seguido investigando y ya casi, casi tenemos "pillados" a los autores del desaguisado. Son de Santiago y lo que es peor, tienen estudios arqueológicos a su haber. El hecho habría ocurrido hace unos 4-5 años. Por eso la excavación se ve todavía tan reciente!!.

Lo que se ha hecho corriente, por desgracia, es que investigadores de Santiago comisionan los trabajos a sus alumnos, futuros tesistas - a los
que dejan solos excavando- mientras ellos están en otra parte. Pero toda la responsabilidad recae, evidentemente, no tanto sobre los jóvenes "excavadores" (los que también tienen su parte de culpa) sino sobre el "responsable" ante la autoridad de Santiago que autorizó el trabajo (Monumentos Nacionales). Lo grave es que no sólo se pìerde información en y para la Región y, en forma particular, para la comunidad de Pisagua que se siente pisoteada en sus derechos. Hemos averiguado en la jefatura regional de la Oficina de Monumentos Nacionales y dicen no tener registro de dicha excavación. De lo que concluimos que la autoridad regional no fue informada de este hecho. ¿Por qué?. Era obligación hacerlo, si efectivamente se trata de una excavación autorizada. Lo menos que pueden hacer arqueólogos venidos de fuera a excavar en nuestra región es informar tanto a Monumentos Nacionales (Oficina Regional) como a los arqueólogos activos de la zona, porque tenemos derecho a saber qué fines se han perseguido, qué evidencias culturales se ha obtenido de la excavación y cuáles han sido los resultados para la ciencia.
La dura moraleja que brota de este hecho, nuevamente, es que urge que formemos aquí en Iquique nuestra propia entidad protectora del Patrimonio Cultural Regional con profesionales titulados idóneos: historiadores, etnohistoriadores, geógrafos, arqueólogos, antropólogos y sociólogos que amen y respeten la herencia cultural de la Región y luchen por su integridad y protección adecuadas contra las atrocidades que eventualmente se pudieran cometer aquí por parte de gente foránea, irrespetuosa del legado cultural de nuestra Región.

Con afecto y agradecimiento por sus comentarios,


Dr. Horacio Larrain (Ph.D.)
Centro del Desierto de Atacama
Pontificia Universidad Católica de Chile.
Universidad Bolivariana, Iquique.

Claudio Castellón Gatica dijo...

Don Horacio: Creo que deberíamos crear los Consejos Regionales de Monumentos Nacionales o interregionales(pero que funcionen) (del Norte Grande- del Norte Chico etc...) pero con amplias facultades de resoluciones. Para no seguir dependiendo de la excesiva burocracia capitalina, que a veces demora hasta SEIS MESES en responder a los Tribunales, como sucedio con un caso que acontecio en COBIJA. Además debieramos considerar un Comité de Apoyo integrado por ciudadanos(as)que no necesariamente esten vinculados profesionalmente con las disciplinas patrimoniales, pero que si tengan amplia conciencia del respeto y conservacion de estos bienes heredados. Considerando que ha quedado demostrado que no basta un titulo de arqueólogo para asegurarnos que el patrimonio estara bien resguardado en sus manos.
De hecho en europa, hasta los Museos estan quedando en manos de GESTORES CULTURALE, quienes tiene la capacidad y pedagogia suficiente para lograr sacar el máximo provecho de estos centros culturales Atte

Dr. Horacio Larrain Barros dijo...

Claudio:
Estoy completamente de acuerdo con Ud. Extrañamente, es una necesidad que venimos sintiendo hace tiempo aqui e Iquique y lo mismo he escuchado de Arica. El Consejo de Monumentos Nacionales en Santiago no sólo es muy lento en su accionar y carece de recursos, sino que dilata las respuestas, si es que las da. Lo digo por experiencia,. Muchos meses atrás escribimos un par de veces sobre un par de situaciones planteadas en un lugar de pinturas rupestres. La respuesta nunca llegó. Por otra parte, nos hemos enterado con enorme preocupación de que en la Oficina del Consejo de Monumentos en Santiago trabajan hoy día algunos jóvenes no titulados aún, amparados en el grado de "Licenciado" que emite la Universidad de Chile. Al no titularse por años -como está ocurriendo lamentablemente en esa Universidad hoy día-
no llegan nunca a poseer la rica experiencia que brinda el esforzarse, po espacio de un año entero, por hacer una verdadera Tesis de Título, como corresponde. Sus trabajos siempre adolecerán de fallas inherentes a tal anómala situación. Asi vemos, con sorpresa y evidente molestia, a varios que por ahí andan trabajando en arqueología, sin título universitario proclamándose a los cuatro vientos como "arqueólogos".Los vemos hoy en todo el Norte. Al no haber podido terminar oficialmente su carrera y no tener el título correspondiente, estas personas están ocupando las plazas que corresponderían, per se, a arqueólogos titulados.
Debemos contribuir todos a crear conciencia sobre este tema, porque se necesita una inmediata capacidad de reacción ante determinadas situaciones de saqueo, destrucción o vandalismo.No podemos darnos el lujo de esperar por semanas una respuesta del organismo de Santiago, atochado seguramente de peticiones semejantes y sin capacidad de operación real. Su idea de crear "gestores culturales", con una buena formación que podría entregar alguna Universidad con experiencia en el rubro, nos parece sería una excelente solución. Pero tal cosa requiere, a mi entender, de una modificación en la Legislación vigente. Este tema que Ud. toca, merece ciertamente mucho más reflexión y análisis.

Dr. Horacio Larrain B. (Ph.D.)
Centro del Desierto de Atacama, Universidad Católica y Universidad Bolivariana Sede Iquique.