Fig.3. Espectro de colores en el día de la Fiesta de la Virgen del Carmen de La Tirana, 16 de Julio 2009. (Foto H. Larrain).
Fig. 2. A partir de las 18.40 hrs., aparecen estos tonos de colores del arco iris en el firmamento del Tamarugal, en el pueblo-santuario de La Tirana (Foto H. Larrain ).
Fig. 1. Crepúsculo luminoso del día 16 de Julio del año 2009 en La Tirana (Foto H. Larrain).
Balada a la Virgen Madre, Reina del Tamarugal. Origen de este Poema dedicado a María.
Esta Balada o Poema nuestro, dedicado a la Virgen Reina del Tamarugal, venerada en el pueblo de La Tirana al menos desde mediados del siglo XIX, brotó repentinamente de nuestra mente en el curso del año 1996. Fue en un día apacible en nuestra parcela de Pica, como un aporte nuestro a la notable peregrinación nortina a este Santuario, el más importante del Norte Grande chileno.
No existen datos fidedignos sobre el origen histórico de este santuario mariano que ya en la época de la explotación salitrera adquiere gran nombradía y reconocimiento.Su origen está envuelto en la penumbra.
¿Por qué los geógrafos antiguos no se refieren al Santuario de La Tirana?
No deja de ser bastante extraño el que notables geógrafos como el autor del Diccionario Geográfico de las Provincias de Tacna y Tarapacá, don Francisco Riso Patrón (Imprenta la Industria, Iquique, 1890) y otros del primer tercio del siglo XX como el norteamericano Isaiah Bowman (en su obra Desert Trails of Atacama, American Geographical Society, Special Publications nº 5, New York, 1924), o Luis Riso Patrón, autor del Diccionario Jeográfico de Chile, (Imprenta Universitaria, Santiago, 1924) no hayan mencionado a La Tirana por su connotación religiosa, sino por haber sido un lugar donde se beneficiaron los minerales de plata de Huantajaya.
Allí, también, se fabricó la pólvora en forma rudimentaria para las faenas mineras durante todo el período colonial, usando como combustible el carbón de los tamarugos (Prosopis tamarugo Phil). ¿Era por entonces, tal vez, un fenómeno religioso incipiente, poco notorio aún?. O, simplemente, a su paso por el lugar, no les tocó en suerte a estos investigadores presenciar las escenas de esta Fiesta mariana?. Es muy posible.
La iglesia antigua y su posible data.
Hacia el sureste del Santuario actual, a un kilómetro aproximadamente, se conservan intocadas las ruinas de una antigua iglesia, hecha de adobes, muy cerca de un antiguo buitrón de laboreo minero. Tal vez sea contemporáneo de éste. Es el sitio original del Santuario, sin duda alguna. No se sabe, sin embargo, con exactitud su antigüedad, pero probablemente date de mediados o fines del siglo XIX. Aquí deben buscar los futuros arqueólogos el origen del culto mariano en esta Pampa.
Aquí, también, debe yacer oculta, la respuesta al por qué precisamente aquí, en este preciso lugar y no en otro. La respuesta podría ser, y así lo sospechamos, de orden eco-antropológico, más que propiamente sociológico o teológico.
¿Era, tal vez, demasiado "popular" y, por tanto, de poco interés científico?.
Sabemos, sin embargo que La Tirana era ya un lugar de peregrinación importante durante el auge de la explotación salitrera, en las décadas finales del siglo XIX, tal como lo ha probado el investigador Lautaro Núñez en su obra de carácter histórico dedicada a este importante Santuario mariano (La Tirana del Tamarugal, del Misterio al Sacramento, 2ª. edición, Universidad Católica del Norte, Santiago, 2004).
El culto a la Virgen del Carmen pasó del mineral de Huantajaya, ya moribundo, a La Tirana.
Cuando se derrumba definitivamente la iglesia del poblado minero de Huantajaya, cerca de Iquique hacia el año 1890, se sabe que sus campanas fueron llevadas a la iglesia del pueblo de La Tirana, porque ambos lugares estaban consagrados a la advocación de la misma imagen de la Virgen del Carmen. La Tirana, inicialmente, sin embargo, fue un lugar de gran actividad dedicado al laboreo de la plata en sus buitrones, a causa de la abundancia de leña de tamarugos en su derredor y por existir agua a muy poca profundidad, la que se extraía fácilmente de pozos o o puquios labrados en el suelo del desierto. En efecto, el laboreo de la plata y su fundición exigía, de necesidad, el uso de abundante agua. Por tal razón, no podía hacerse en el sitio mismo de la mina, o sea en los cerros de San Agustín de Huantajaya, por la total ausencia de agua en dicho paraje, desierto y desolado.
Concurrencia actual al Santuario Mariano.
Año a año aumenta el número de fieles católicos que lo visitan durante la celebración de su fiesta el 16 de Julio, día dedicado a commemorar a la Virgen del Carmen. En los últimos años, el número de devotos, visitas y curiosos que lo visitan suben de las 200.000 personas, provocando serios problemas de salubridad por la falta de agua y las pésimas condiciones higiénicas locales. Familias completas acampan durante 7-10 días en sencillas carpas o toldos, por miles y miles, en torno a la población, viéndose, igualmente, miles de vehículos de toda suerte abarrotando las calles y espacios abiertos. Semejante al caso del Santuario de la Virgen de Lo Vásquez, dedicado a la Inmaculada Concepción de María en los días 8 de diciembre, La Tirana constituye el fenómeno religioso más rico y significativo de todo el Norte Grande Chileno, como expresión autóctona de fe popular.
La expresión de fe sencilla màs importante del Norte Grande.
La fiesta de "La Tirana" es una expresión de profunda fe popular, en el que se expresan danzando a su Reina y Madre decenas y decenas de los llamados "Bailes Religiosos", cofradías dotadas de los nombres más exóticos y curiosos, muchos de ellos con denominaciones étnicas lejanas, venidos desde todas las ciudades del Norte chileno, del altiplano de Bolivia y hasta del sur peruano. Sus componentes, hombres y mujeres, se preparan esmeradamente durante todo el año practicando su baile típico, el que por su curiosa vestimenta y sus movimientos, le otorga su propia identidad y su carácter. Se juntan en ocasiones centenares de estos "Bailes", los que, por su gran número, deben ser cuidadosamente organizados en sus presentaciones y en su ingreso al templo a saludar a su Madre y Protectora. Cada "Baile" posee en el pueblo su propio hogar donde alojan y comen sus miembros y familiares cercanos.
Hierve el mar humano durante su fiesta en el mes de Julio cada año.
La Tirana del Tamarugal tiene una población de agricultores y comerciantes residentes que no supera los 200-250 habitantes. Pero durante la semana que dura la fiesta, su número puede superar fácilmente los 300.000 peregrinos a los que hay que agregar los centenares de comerciantes de toda especie que se agolpan en las proximidades del Templo para expender sus más curiosos productos de la más diversa índole: desde ropa hasta caramelos. Así el pueblo se convierte en un emporio hirviente, increíble, lleno de la algarabía propia de los cantos y las danzas de las distintas comparsas, las que danzan todo el dìa y parte de la noche, siendo casi del todo imposible conciliar el sueño durante esas interminables jornadas. Lo decimos por experiencia propia.
La atracción de la Bailes religiosos.
La sutil hermosura y variedad de las notables coreografías, propias de los distintos "Bailes", sumada a la gallardía de sus Caporales y bailarines de ambos sexos y las más distintas edades, constituye el principal atractivo en los exteriores del Templo, en cuya explanada ejecutan hoy sus danzas interminables al compás de sus ruidosas bandas instrumentales. Mientras tanto, en su interior, los devotos fieles por miles, se turnan para pasar a saludar y besar a su Reina y Madre, en devotas e interminables filas.
A la búsqueda de una posible interpretación eco-antropológica.
Este tema concreto: la vibrante religiosidad popular expresada en torno a templos y ceremonias cristianas en lugares desérticos, ciertamente es de alto interés eco-antropológico, tal como lo postuló en su momento para casos semejantes el antropólogo italiano Vittorio Lanternari (en su obra Ecoantropologia, Edizioni Dedalo, Bari, Italia, 2003). Porque la existencia, pervivencia e incremento notable de este fenómeno, en un lugar totalmente árido, ciertamente tiene raíces no sólo económicas, demográficas, sociales y teológicas, sino también, probablemente, geográficas y ecológicas. Es decir, la explicación total al fenómeno y a su continuidad en el tiempo, no puede ser dada solamente por la Antropología o la Teología; tampoco por la pura Sociología o la Demografía.
Un componente eco-antropológico de gran valor.
Creemos que hay aquí un evidente componente ecológico-cultural, pues el locus físico ambiental donde el fenómeno religioso transcurrre y se expande no obedece a algo meramente casual o fortuito, sino a algo allí preexistente y dominante. Hay -así lo sospechamos- en la aparición repentina de estos Santuarios un componente ecológico-geográfico vital que es preciso estudiar, definir y precisar. No es sólo la presencia de un núcleo humano incipiente; no sólo la presencia de exhuberante vegetación arbórea y de agua fácilmente accesible; hay también necesidades sentidas y profundamente arraigadas en la mente humana que le llevan a buscar, precisamente allí, el nexo íntimo con el mundo de lo religioso; a buscar una explicación causal más profunda a sus necesidades tanto físicas como espirituales.
La saga de la princesa "Tirana" en la leyenda.
Cuando surge allí la saga o el mito de la princesa quechua la ñusta Huillac local y su enamorado capitán español, expresado en la leyenda de "La Tirana del Tamarugal", no creemos que sea tan sólo por el capricho de un devoto y entusiasta cura rural o de un talentoso literato como Rómulo Cúneo Vidal (a quien ha sido atribuida esta saga). Sino porque hay o hubo allí algo preexistente, alguna "fuerza" oculta que indujo a rendir homenaje a ignotas fuerzas espirituales, tal vez a seres que se creía "habitaban" en el lugar y podían "hacer favores". Es posible que el origen de esta saga tenga así una raigambre prehispánica. El sitio de La Tirana pudo ser, probablemente, una antigua "paskana", o lugar de descanso de caravanas de llamos cargados, en las extenuantes caminatas por el desierto, viniendo de Pica, Tasma, Macaya o Mamiña, rumbo a la costa, en procura del guano para sus campos o del pescado seco o "charquecillo". Paskana que los españoles decoraron, tal vez, con alguna imagen de la Virgen María... ¿Por qué no?. Esta hipótesis, tan solo tentativa, de la que por ahora no tenemos pruebas concretas, tiene por misión explorar las "causas" eco-antropológicas del surgimiento de este notable fenómeno religioso en un área particular y única del desierto nortino.
Texto de nuestra Balada.
Debe ser recitada lenta y pausadamente por nuestro trovador andino de visita en el Santuario.
(Al recitarla con unción, debe procurarse darle una cadencia particular, que está dada por el movimiento acompasado, rítmico, de la vieja carreta tirada por seis mulas, que se dirigen presurosas hacia el Santuario).
1. Hemos llegado, por fin, junto a fieles y curiosos,
en este día tan frío de esta pampa entumecida,
entre ruinas y costrones, a la aldea donde acoges
a tus fieles más sencillos, tú, María del Carmelo,
en el medio del Salar.
2.Señora de la pampa altiva, han llegado ya a tu vista
los caporales andinos,
con sus bailes, sus pendones,
sus danzantes y comparsas,
que en atuendos glamorosos,
por semanas y por días, ensordecen y adormecen
"La Tirana" del Tamarugal.
3. Ya vienen aquí llegando, con su fe la más sincera,
a depositar sus cantos entre ruegos y plegarias,
sus anhelos, sus suspiros y sus cuitas,
en los pliegues maternales del regazo de su “China”
a la espera del milagro,
cual aquél hecho en Caná,
junto al mar de Galilea.
.
4. Eres Madre responsable de tus hijos iquiqueños,
calameños, camiñanos, ariqueños, o piqueños,
habitantes de estos pueblos y quebradas aledañas,
que acudiendo año a año, sin faltar a su promesa,
brindan ritmos y sus danzas, sus fatigas, sus cansancios,
mientras bailan incansables, día y noche sin parar,
alabando sin cesar a la Madre del Señor.
5. . Fuiste tú, Señor bendito, quien un día nos dijiste
dirigiéndote a tu madre expresando admiración,
tu cariño y tu legado, por la boca de Isabel,
anciana madre del Bautista:
“Dichosa tu, de mi Señor la Madre,
“Bienaventurada serás por los siglos....
Te cantarán así por siempre
generaciones venideras”.
Tal cosa dijo el Señor.
6. Aquí estamos, Madre tierna del Carmelo,
tus amantes hijos fieles, suplicantes,
arribando desde antaño desde todos los extremos
de este extenso sur andino;
negros, indios, blancos o mestizos,
recordando las promesas,
del Señor en su “Palabra”.
7. Aquí rezan, aquí bailan, aquí lloran,
a los pies de su Madre compungida,
que el Señor omnipotente en herencia nos dejara,
en la persona de Juan, su discípulo más caro,
en el día del suplicio, a la vera de su Cruz,
en un día Viernes Santo.
8. A la sombra del Santuario,
entre cantos y oraciones,
también venimos llegando, agitados y nerviosos,
los cansados o dolientes,
agobiados por el llanto, el dolor o el sufrimiento,
desde todos los lugares de este Norte agradecido,
a rogar, entre otros fieles,
a la Madre del Carmelo.
9. Eres reina aquí, encantada, como dueña y soberana,
de la Pampa y del Salar.
A Vos todos hoy clamamos,
cual devotos cristianos,
en las buenas y en las malas:
¡ Reina del Tamarugal!..
10. Al cruzar por el desierto persiguiendo una quimera,
hemos ido, paso a paso, recorriendo sus senderos
abrevando en sus aguajes, o acampando en sus bosquetes
de soronas y pillallas, al amparo de la noche,
con el rumbo bien certero
de allegar a tu Santuario.
11. Aquí estamos, Madre Buena,
a la espera de tu fiesta,
entre el tronar de los bombos,
los platillos y las quenas;
donde todos presentimos, lloverán sobre nosotros
tus favores en tus dones,
en tus gracias.
12. Esas gracias, Madre nuestra,
que buscamos hoy ansiosos
para enrumbar nuestras vidas,
entre sendas escabrosas de temores o de gozos,
de las penas ya sufridas,
o en la espera silenciosa, rodeada de misterios,
de feliz eternidad.
13. Sé tú, madre bondadosa,
Reina del Tamarugal,
quien nos guíe en cada instante al encuentro con Jesús;
quien nos brinde luz y amparo
por ser Hijo de tal Madre:
nuestro Norte, nuestro faro.
14. Sé tú siempre nuestro guía,
por las rutas tan tortuosas desta vida;
entre piedras y aluviones,
entre espinas y zarzales, entre risas y entre llantos,
y nos lleves al destino
de una dicha sin igual
en tu grata compañía,
¡en la patria celestial!.
15. Luminaria siempre viva,
del Tamarugal entero:
por habernos ya enseñado a mirar de Dios el rostro,
lo hemos visto ya encubierto
en el huayco y en la duna,
en los quiscos o en la chusca,
en las colpas y en las huellas,
o en las sombras más oscuras,
……en el medio del Salar.
16. Al venir nos enseñaste,
Carmelita de los cielos,
a encontrar a Dios, tu hijo,
en el rostro del minero,
o del simple canchonero;
del viajero peregrino,
o del campesino andino,
que en sus cantos y en sus bailes,
al compás de las zampoñas
te recuerdan, te festejan, te veneran,
en el día y en la noche,
en sus brincos, en sus saltos
a la luz de las estrellas.
17. Es Tu fiesta, es Tu danza, son Tus ritmos
en un pueblo estremecido
por millares de danzantes,
coloridos y festivos.
18. “Tirana del Tamarugal”:
-Reina y madre por igual-
en estos días de Julio,
te recordamos con júbilo,
entre fieles sudorosos,
bailando entre otros muchos
.....a la vera del Salar!.
(Texto creado en el verano de 1996 y terminado el día 10 de Junio, 2011, en Iquique. Versión revisada con aportes del arqueólogo Víctor Bugueño García, nuestro colaborador. Un último retoque fue dado por nosotros en Septiembre 2022).
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