domingo, 10 de agosto de 2008

Bente Bittmann: etnógrafa y arqueóloga del Norte Grande de Chile

Hemos querido rescatar del olvido algunas de las fotos tomadas por la arqueóloga danesa avecindada en Chile, Bente Bittmann, las que corresponden al período de 1980- 1985. Destacan como motivo sus excavaciones en Cobija y cercanías, fotos de actividades de tipo etnográfico como escenas de pesca y marisqueo en la caleta, viviendas precarias de pobladores, su ajuar típico, objetos rescatados de sus excavaciones. así como objetos recuperados del mar por los buzos locales y provenientes de antiguos naufragios. Muchos de estas tomas corresponden bien a su marcado interés por examinar el género de vida de esos pescadores y tienen un sello marcadamente etnográfico o etnológico.

Este rico material, en numerosas cajas, permanece hasta hoy en nuestro poder, a la espera de poder crear -como es nestro más sentido anhelo- el "Centro de Documentación Bente Bittmann", en la ciudad de Iquique, en recuerdo de la gran investigadora danesa.

Entre esos valiosos materiales, quiero destacar la presencia de centenares de fotografías y films, en buena parte dedicados al período de su investigación y trabajo en Chile, en la caleta de Cobija. Pero también se encuentran no pocos de elementos que corresponden al período de su vida y trabajo en México y Brasil, como fotos y reproducciones de códices mexicanos, diseños y estudios de esa época.

El preciado depósito que tenemos nos muestra centenares de diapositivas, rollos y negativos fotográficos. Un día no lejano alguien se dará la titánica tarea de ordenar, sistematizar y catalogar este valioso legado. Por ahora, solo exhibimos un pequeño muestrario, correspondiente a un set de diapositivas suyas trasladadas a foto digital. El tiempo ha dejado inexorablemente sus huellas y las fotos no son perfectas, pero ilustran bien su franca preocupación ecológica o eco-antropológica. Pero también su inquietud histórica. Porque para ella la geografía y el paisaje, la flora y la fauna, la historia y la etnohistoria eran absolutamente inseparables de la interpretación arqueológica o etnográfica.

Las fotos que siguen son sólo una pequeña parte de los archivos personales de la arqueóloga danesa Bente Bittmann. Todas ellas proceden de sus trabajos arqueológicos y etnográficos en el área de Cobija, entre los años 1980 y 1992 y en su totalidad, fueron sacadas por ella misma.

En el mes de junio del año 2000, viajó a Chile su hermano Hans Bittmann y su esposa, para hacerse cargo de las cosas que su hermana había dejado en Chile, luego de su viaje definitivo a Dinamarca, donde le sorprendiera la muerte en el mes de Junio del año 1998. El departamento que Bente ocupara en Antofagasta en la calle Pezoa Véliz, cerca de los terrenos de la Universidad Católica del Norte, había quedado cerrado por dos años. Allí habían quedado todas las cosas que no quiso o no pudo en su momento llevar consigo a Dinamarca, cuando, ya seriamente enferma, debió viajar a su tierra, donde esperaba recuperar su salud ya muy quebrantada.

La visita de los Bittmann nos fue anunciada a Argimiro Aláez y a mí por el sacerdote holandés Johannes van Kessel, muy amigo de la familia. Viajamos, pues, juntos el día 15 de Junio del año 2000 desde Iquique a Antofagasta en la camioneta de Argimiro. Los Bittmann viajeron con el Padre Van Kessel en otro vehículo. El objetivo preciso del viaje era rescatar para el IECTA (Instituto para el Estudio de la Cultura y Tecnología Andina) y para la ciencia arqueológica, de entre las muchas cosas que dejara Bente, todo lo que tuviera un valor arqueológico o científico, y separar este material de sus cosas estrictamente privadas ( ropa, enseres de casa, medicinas, elementos de campamento). El objetivo de los Bittmann era claro: regalar o donar todo lo que no tuviera un valor científico a instituciones de caridad, como en efecto se hizo, pues iban a poner de inmediato su departamento en venta. Nos tocó ver en esa ocasión los armarios repletos de su ropa y objetos de uso personal, así como muebles metálicos y cajas, llenos de documentación privada o científica.

Nos fue particularmente doloroso asistir a esta selección de materiales, tanto más cuanto que Hans, interpretando según él el deseo de su hermana, quería que toda la documentación personal contenida y conservada en los archivos de la arqueóloga, fuera destruída y quemada. Trabajo nos costó convencerlo de que muchos papeles privados tenían una gran importancia histórica, pues podrían servían un día para recomponer la trayectoria de la estadía de la arqueóloga en Chile, en el tiempo en que perteneció a la Universidad Católica del Norte y contribuyó a crear la primera Escuela de Arqueología en el Norte del país.

Gracias a nuestra insistencia, se logró salvar buena parte de dicha documentación, la que ahora se conserva entre los documentos del IECTA (recientemente trasladados desde la ciudad de Iquique a la sección de arqueología del Museo Arqueológico de la Universidad de Tarapacá, en San Miguel de Azapa (Arica). De esta suerte, todo lo que a nuestro juicio podía tener un valor científico o histórico, se pudo salvar. Conservo referencia a este viaje a Antofagasta en mi Diario de Campo, Vol. 66: p. 127.

Nos ha tocado en suerte conservar, además, en nuestro poder, varias cajas llenas de materiales arqueológicos y fotográficos, los que en la medida de lo posible hemos tratado de ordenar y sólo en parte, clasificar. El destino futuro de todos estos valiosos materiales (muchos centenares de fotografías y negativos fotográficos y cajas con materiales de arqueología histórica de Cobija y alrededores) , es pasar a formar parte de una Colección que con el rótulo de "Colección Bente Bittmann", será un día no lejano exhibida en el "Centro del Desierto de Atacama", de la Pontificia Universidad Católica de Chile, tan pronto tenga ésta una Oficina en la ciudad de Iquique.

Entre las cosas que, por el hecho de ser arqueólogo, se me permitió conservar
en mi poder, se encuentran cajas llenas de material fotográfico (diapositivas o negativos), libros y revistas conteniendo no pocos de sus trabajos, objetos arqueológicos e históricos procedentes de sus excavaciones en distintos lugares de la costa de Antofagasta, en especial Mejillones, Huáscar, Chacance, Cobija), su instrumental de trabajo en terreno, cámaras fotográficas, reglas, dispositivos de dibujo, etc.

Hemos seleccionado algunas fotografías suyas de Cobija, tomadas entre los años 1980-1986, que ayudan a ilustrar en parte sus trabajos arqueológicos y etnográficos realizados en la caleta de Cobija, con el apoyo entusiasta de los pescadores de la familia Pinto.

a) fotos de carácter arqueológico:

Foto 1. Se puede observar la excavación practicada en este lugar, con aproximadamente 2.00 m de profundidad. Arriba, en la parte superior, se observan grandes bolones de playa, que enmarcan la base de una vivienda primitiva. El árbol que se observa arriba es un algarrobo (Prosopis chilensis) que crece al lado de la antigua vertiente, donde antaño existían, al decir de D´Orbigny, hacia el año 1834, dos palmas vivas .



Foto 2. Pozo de sondeo de 2 m x 2 m. Excavación practicada en Noviembre 1981. Atrás, se observa bolones de playa en círculo, delatando la presencia de una antigua vivienda del período precerámico.


Foto 3. Aquí se encuentra, sobre la Terraza Nº 1, y al pie de un acantilado, una segunda aguada que aún hoy muestra algo de agua muy salina. La rodean plantas de carrizo o cañaveral (Phragmites communis), única planta capaz de resistir hoy la alta salinidad.

Foto 4. Extensión de la excavación arqueológica en la terraza Nº 2. Sitio precerámico o arcaico.

Foto 5. En la terraza Nº 2, excavación de una vivienda circular, rodeada de bolones de playa.


b) Fotos de carácter etnográfico:

Foto 6. Camión que recoge el huiro apilado y secado previamente por los pescadores y destinado al Japón. De esta alga (Lessonia nigrescens) se obtiene el valioso alginato, muy apetecido en el comercio internacional. El trabajo como "algueros" era parte de su faena tradicional como pescadores y buzos mariscadores, labor que hasta el día de hoy ejercitan en Cobija.


Foto 7. Precaria vivienda de mariscadores, adosada a los antiguos muros de adobe, destruídos por el maremoto y salida de mar de 1867.


Foto 8. Muros de adobe aún enhiestos de las antiguas construcciones en el pueblo de Cobija, totalmente destruído por el terremoto y salida de mar del año 1867.

Foto 9. Rústico fogón de un pescador mariscador actual, adosado a un muro antiguo de adobes de la caleta. Obsérvese las teteras al fuego, elemento infaltable en un hogar de pescador actual.


Foto 10. Viviendas precarias de mariscadores locales, cubiertas con plástico como protección contra el viento y humedad. Véase los indispensables tambores de 200 litros, contenedores de agua potable para su uso. Arriba, en el cielo, nubes blancas cuajadas de agua, que anuncian la llegada de la camanchaca a los cerros altos, sobre los 650 m. y que depositan humedad atmosférica en forma de gotitas, creando allí un oasis de niebla. Francis O ´Connor, ya en 1826, describe los pastizales de coirón (Stipa sp.) que esta neblina era capaz de crear en las partes más altas, a donde los indígenas acudían habitualmente a cazar el guanaco y donde los españoles conducían a pastar, por varios mees, a burros y mulas.




Foto 11 a y 11 b. Vasijas halladas por los pescadores de la familia Pinto al bucear antiguas embarcaciones españolas hundidas en la rada de Cobija. 11a. Un posible contenedor de aceite. 11b. A la izquierda, el mismo contenedor, visto de frente, dotado de amplia boca. Los otros dos contenedores son típicas botijas españolas del siglo XVIII, llamadas corrientemente "peruleras" en las que se transportaba el vino y el aceite. Estas tres vasijas fueron facilitadas en préstamo por los pescadores al Museo Regional de Tocopilla hacia 1986, para una Exposición en la ciudad, con el aval de Bente Bittmann, y posteriormente nunca fueron devueltas a sus dueños, quienes las reclaman hasta el día de hoy. Bente Bittmann lamentó siempre esta apropiación indebida de estos raros especímenes coloniales. Entre los papeles dejados por Bente en las cajas de fotografías, aparece este sencillo rótulo: "Cobija Col. 2 y 3: vasijas encontradas en el mar, Cobija"[sin fecha].

Foto 12. Muelle antiguo donde solía Bente Bittmann sentarse por horas, cubiertos los pies con una manta, a avizorar el horizonte y a reflexionar sobre sus hallazgos arqueológicos, según lo recuerdan hasta hoy los hermanos Pinto, sus compañeros inseparables.


Foto 13. Los miembros de la familia Pinto desconchando mariscos (locos, lapas, erizos), tarea habitual de los mariscadores de la caleta. Preside el trabajo la madre de los hermanos Pinto, quien fuera la amiga y confidente de la arqueóloga Bente Bittmann.


Foto 14. Mobiliario de cocina del mariscador, en un recodo de un antiguo muro del pueblo aún en pie. Del antiguo poblado de la época boliviana, existen aùn muchos muros enhiesatos, con señas evidentes de la terible salida de mar. No se ha realizado aún aquí excavaciones arqueológicas de tipo histórico, destinadas a realzar la importancia de este Puerto para Bolivia en el siglo XIX.


Foto 15. Vista aérea obtenida de la península de Cobija. Se observa la mayor parte de las edificaciones de adobe que fueran totalmente asoladas en la salida de mar y maremoto del año 1876.

El mosaico de fotos que acabamos de presentar son solo una mínima parte de las tomadas por Bente Bittmann durante los años en que trabajó este lugar arqueológico, sitio de su preferencia. La arqueóloga solía venirse a la caleta por días y aún semanas, frecuentemente acompañada por sus alumnos de la carrera de arqueología de la Universidad del Norte. Había arreglado para su uso personal una casita muy cerca de la playa, que aún se conserva, donde mantenía los elementos indispensables para alojar.

Tenemos pensado incluir, dentro de poco, en este mismo capítulo de nuestro Blog, otras fotografías de la arqueóloga danesa, con el objeto de enriquecer nuestro conocimiento del modo de vida, preocupaciones científicas, actividades y quehacer de la investigadora, en su querida caleta de Cobija, donde halló -según ella misma decía - su segundo hogar y donde tuvo, entre los pescadores, a sus mejores amigos.

De este modo, al cumplirse este año 1998 los diez años de su partida (Junio 1998), queremos saldar al menos en parte, una deuda de gratitud para con la gran arqueóloga del Norte de Chile, en nuestra opinión la persona que más certeramente supo relacionar habitat geográfico, recursos y cultura humana, demostrando poseer un claro enfoque eco-antropológico, para su tiempo muy poco frecuente y ciertamente pionero en Chile.

1 comentario:

ingrid dijo...

hola
les felicito por dar a conocer el trabajo importante por años de la sra BENTE BITTMANN, tanto en cobijas como en el norte de mi pais.
y esperando disfrutar su immesso e importantisimo legado en un tiempo no lejano.
estare esperando.....
desde ya nmuchass gracias.