jueves, 5 de junio de 2008

Isaiah Bowman: descripción del clima de la costa

Isaiah Bowman, notable geógrafo norteamericano, fallecido en Baltimore el año 1950, nos ha dejado un legado muy preciado en sus análisis acuciosos relativos al clima de la zona del desierto norte chileno que recorriera tantas veces, a través de dos décadas de viajes por la zona. Sorprende la agudeza de sus observaciones y su notable percepción del medio que le toca recorrer. Su famosa obra Desert Trails of Atacama (1924) contiene tal cantidad de información de tipo ecológico-cultural, que no resulta nada fácil reducirla a una breve síntesis. Cada nueva lectura de su obra nos entrega nuevas percepciones y nuevos horizontes de búsqueda. Es decir, su obra no se agota en una sola lectura. Es lo que nos ha ocurrido al tratar de pergeñar, al menos en toscos trazos, su contribución al estudio del clima del desierto chileno, en especial en su franja costera.

La lluvia en el desierto

En el capítulo III de su obra: Desert Trails of Atacama (American Geographical Society, New York, Special Publications Nº 5, 1924: 362 p.) , Bowman emprende el análisis de la "lluvia en el desierto"(Rainfall of the Desert). Porque el examen de sus escasos episodios de lluvia dan la clave para fijar las características de este desierto, " el más árido del planeta" (the driest of which there is any record in the world). Bowman, con razón, señala que no puede hablarse aquí de un porcentaje anual "normal" de agua caída. Obtener la media de precipitaciones cuando no llueve casi nunca y solo hay esporádicos aguaceros, no tiene sentido alguno.

Tiene mucha razón. Para un período de 21 años, obtiene Bowman una media de 1.5 mm/año. Pero hubo años excepcionales de lluvia, con enormes avenidas de agua que inundaron la Pampa del Tamarugal. Los señala Bowman: 1819, 1823, 1852, 1859, 1878, 1884, 1903, 1911 (p. 42).

En particular, analiza in extenso, con finura y acopio de información, las lluvias ocurridas en los días 15-16 de Febrero de 1911, fruto de intensas nevazones en la cordillera, como efecto de un inusitado invierno altiplánico. En el año 1885, llegaron a ser registrados 40 días de lluvia en los meses de Enero y Febrero, causando enormes inundaciones en el nivel de la Pampa. Testigo de éstas fue el investigador peruano don Guillermo Billingshurst quien describe sus desastrosos efectos en su obra Estudio sobre la Geografía de Tarapacá (Santiago, Imprenta El Progreso, 1886).

Pero estas lluvias interiores, que en ocasiones llegan a afectar la costa misma, no tienen el mismo origen ni la misma frecuencia que las provocadas por el famoso "Fenómeno de El Niño" que se desencadena a lo largo de la costa pacífica, desde el sur del Ecuador hasta el centro de Chile cada cierto número de años. Bowman, en esta obra, no se extiende mayormente en el análisis de este fenómeno climático, probablemente porque no fue testigo presencial de sus efectos, en los años en que visitó estas costas.

Diferencias climáticas en el desierto

Bowman reconoce en el extremo norte de Chile, una clara diferencia climática entre el desierto interior y la costa. Acertadamente, distingue con claridad el desierto litoral del desierto interior, al que denomina el "desierto real" (the real desert). En relación al primero, nos presenta su notable descripción, fruto directo de sus observaciones personales y de la lectura de numerosas obras que le sirvieron de base.

Descripción del clima de la zona de nieblas costeras.

Su descripción es muy iluminadora, y al parecer, la más completa que se haya dado hasta entonces.

"El banco de nubes que se halla suspendido sobre el desierto litoral se forma debido a la Corriente de Humboldt y a las aguas frías surgentes entre dicha Corriente y la playa, es impulsado tierra adentro por el viento oceánico y se reúne en las laderas de los cerros costeros que miran al mar a medida que el aire adveniente asciende en su trayecto hacia el Este. Algunas veces yace como neblina (fog) sobre la superficie de la tierra y del mar; más frecuentemente , toma la forma de nubes que quedan suspendidas a cierta distancia sobre ellos. En muchas partes de la costa, su posición característica se ubica entre los 2000 y los 4000 pies [o sea, entre los 607 m y 1.22o m sobre el nivel del mar], descendiendo durante la noche hasta o casi hasta la superficie, y ascendiendo durante el día, desapareciendo a veces del todo, con excepción de las nubes de lluvia que se ciernen sobre los cerros [costeros]." ( p. 51-52).

Esta explicación climática queda registrada y graficada mediante un notable croquis (Fig. 19) que incluimos aquí para ilustrar al lector:









Fig. 19

Este croquis de la obra de Bowman (Fig. 19, p. 52) ilustra muy bien el fenómeno de la camanchaca, y constituye el diseño gráfico más antiguo - que conozcamos- sobre el comportamiento climático del banco de niebla adyacente a los cerros costeros en la franja desértica norte chilena. A la vez, constituye un valioso resultado de la observación atenta y cuidadosa del fenómeno por parte del geógrafo norteamericano, en diversos segmentos de la costa norte chilena y sur peruana. Con notable precisión, señala el área costera sujeta al regimen de neblinas permanentes: entre los aproximadamente 600 m y 1.200 m.

Efectivamente, durante un año (2002) medimos el monto de captación de agua de niebla, mediante pequeños atrapanieblas, en el sector costero de Alto Patache, demostrando que bajo los 600 m. de altitud la captación es muy pequeña. Bajo los 300 m. es equivalente a cero. Salvo en episodios de lluvias, fruto de años "El Niño" (como ocurrió recientemente en 1986, 1997 y 2002) , el suelo, bajo los 600 m de altitud, raramente se ve humedecido. En los años citados, sin embargo, hemos detectado el crecimiento de plantas diversas (máxime Leucocoryne sp., Cristaria sp. y Nolana spp.) , hasta los 110 m de altitud, en las laderas de cerros situados al sur de Iquique. Lo que significa que el período de latencia de sus semillas, puede durar hasta 10 años y más, en ansiosa espera de la lluvia. No existen aún estudios en esta región sobre la capacidad de las semillas para sobrevivir a los prolongados períodos de sequía (Período de "La Niña"). Menos aún, para la reaparición y floración de geófitas, cuyos tallos subterráneos o bulbos pueden sobrevivir por decenios, sin presentar partes aéreas.

Elementos propios de este singular tipo climático

Los elementos de más significación que Bowman quiere destacar en su descripción de la zona sujeta a la neblina costera y su peculiar clima, nos parece se podrían sintetizar en los puntos siguientes (pp 51-55):

a) este clima se distingue claramente del clima del desierto interior ("a different type of weather"); y agrega: "el desierto del litoral es en muchas partes tan solo un estrecha franja de terrazas marinas secas, totalmente diferente del desierto real situado más adentro (beyond) tanto en el tipo de clima como en recursos" (p. 51).

b) El juego (interplay) entre la corriente fría [de Humboldt] y la tierra caliente, produce el efecto general de causar la formación de un banco de nubes sobre la costa" (p.55) .

c) el banco de nubes es arrastrado tierra adentro por fuertes vientos ("drifts landward with onshore wind") ;

d) se concentra en las partes superiores de las laderas de las montañas costeras, conducido por el aire que asciende (" it gathers in the seaward slopes of the coastal hills")

e) constituyendo un banco de neblinas situado entre los 607 m. y 1.220 m. ("the fog-bank´s characteristic position is between 2000 and 4000 feet");

f) La niebla es característica de Antofagasta durante la estación del invierno; en contraste, está generalmente ausente en Iquique ("by contrast, it is largely absent in Iquique");

g) "En aquellos lugares donde los cerros del cordón costero son elevados, o existe una convergencia de laderas hacia un punto central, la neblina puede espesarse hasta formar una llovizna determinando la localización de un asentamiento [humano]". Cita como ejemplo, el caso de la localidad de Paposo (pp. 51-52).

h) "En el Perú la neblina costera es conocida como garúa, y en Chile, como camanchaca" y su potencia e intensidad varían según su latitud". (p. 52).

i) Esta neblina y su efecto húmedo puede constatarse en el interior durante la noche, pero no sobrevive a la llegada del sol; sus bordes pueden ser observados en horas tempranas en franca retirada hacia las crestas de los cerros costeros (p. 53).

j) En cuanto a su distribución durante el año, puede observarse una estación provista de nubes y otra carente de ellas.La estación sin nubes sobreviene desde Noviembre a Abril y la estación nubosa desde Mayo a Octubre (p. 53).

k) "Cuando el cinturón de niebla se espesa y se extiende desde el nivel del mar hasta la cima de los cerros, puede sobrevenir lluvia";

l) "El banco de nubes es más espeso de Junio a Septiembre y durante est período el sol puede ocultarse durante semanas seguidas con la excepción de apariciones ocasionales de luz a la hora del crepúsculo";

m) "la parte más seca de la costa de Chile se encuentra desde Arica hasta Caldera. Desde aquì hacia el sur hay un repunte en la precipitación" (p. 54);

n) Al sur de Coquimbo, el banco de nubes disminuye en espesor, de suerte que la costa está oculta [desde el mar] por la bruma (mist) más que por la característica y pronunciada niebla (fog) que se presenta más al norte" (p. 54).

Encuentro de Charles Darwin con la niebla

Bowman trae a colación, a manera de prueba, una venerable cita de Darwin, en 1835, cabalgando hacia el valle de Huasco. Está tomada de su obra: Journal of Researches into the Natural History and Geology of the Countries visited during the Voyage of. H.M. S. Beagle around the World, 2nd edition, London 1860, p. 342:

"Durante los meses de invierno tanto en Chile como en el Perú, un banco uniforme de nubes se cierne, a no mucha altura, sobre el Pacífico. Desde las montañas, teníamos una sorprendente vista de ese blanco y brillante campo aéreo, que enviaba sus brazos valle arriba dejando [a la vista] islas y promontorios , del mismo modo que lo hace el mar en el archipiélago de los Chonos y en Tierra del Fuego" (p.53; Darwin, 1860: 348).

Descripción general del área sujeta a la niebla

Bowman en su obra The Andes of Southern Peru: Geographical Reconnaissance Along the Seventy-Third Meridian (1916) estampa esta casi poética descripción del paisaje generado por la penetración de la niebla. La descripción corresponde a un área indeterminada en la costa sur del Perú:

"a medida que [el viajero] se acerca a las laderas situadas a sotavento del cordón costero, un manto de nubes lleno de refrescantes promesas se perfila asomándose por sobre la cresta [de los cerros] (Fig.19). Largos y delicados filamentos de nubes se proyectan hacia el Este sobre las márgenes del desierto. Avanzan rápidamente, pero no logran llegar lejos sobre la ardiente inmensidad, porque sus avanzadas hacia el Este sufren constantemente [los efectos de] la evaporación. En ocasiones, la cima del banco de nubes se alza bastante por encima del Cordón Costero, lo que a un hombre [procedente] de zonas temperadas le da la impresión de que una tormenta estuviera generándose en el oeste. Pero a pesar de su amenaza de lluvia y del viento, las nubes nunca logran sobrepasar las avanzadas del desierto" (p. 56).

Para los que por años hemos recorrido estas zonas de niebla, al sur de la ciudad de Iquique, en todas las estaciones del año, esta descripción nos resulta en extremo familiar. Muy pocas veces al año, en período invernal, las nieblas o camanchacas pueden precipitarse hasta la misma Pampa del Tamarugal, impulsadas por los fuertes vientos del Weste y Surweste, procedentes del Pacífico. En tales ocasiones, hemos medido velocidades de viento sobre los 10-12 m/s. Estas neblinas ocasionales, sumadas a la presencia de nieblas topográficas, sin duda contribuyen a suministrar humedad a la flora del desierto, en el Tamarugal.

Bowman un geógrafo de terreno: su capacidad de observación

Estas descripciones, tan precisas y detalladas, nos muestran a un geógrafo perspicaz, de gran experiencia en el terreno, que toma nota de todo lo que ve y que se tomó la molestia de recorrer palmo a palmo, a caballo o en mula, la costa peruana y norte chilena.

Pasará mucho tiempo (más de 40 años) antes de que otro geógrafo, el alemán Wolfgang Weischet, concienzudo escudriñador del desierto norte-chileno , nos ofrezca un cúmulo de observaciones semejantes, apoyadas en mediciones climáticas más sistemáticas, en sus prolijos trabajos sobre el clima del norte desértico chileno (Weischet, "Zur Climatologie der Nordchilenischen Wüste", Meteorologische Rundschau, 19, Heft 1, 1-7 1966; Weischet, "Las condiciones climáticas del Desierto de Atacama como desierto extremo de la Tierra", Norte Grande, Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile, Vol. 1, Nº 3-4, 1975: 363-374).

(Capítulo en elaboración; adiciones el 4/07/2008).

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