martes, 1 de enero de 2013

El comerciante inglés Samuel Haigh: un testigo presencial de la actividad comercial británica en Valparaíso hacia 1825.

Consecuencias de la Independencia de las colonias americanas.

Luego de la batalla decisivas de Chacabuco (1817)   y de Maipú (1818), en Chile central,  los ejércitos  realistas son derrotados. Si bien Chile había proclamado su independencia del régimen español del monarca  Fernando VII apenas ocurrida la ocupación napoleónica en el Cabildo Abierto del 18 de  Septiembre de 1810,  esta primera  y breve "liberación" durará muy poco y pronto se verá  frustrada por la llegada de refuerzos españoles desde Lima, al mando del general Mariano Osorio. Este pone por obra la Reconquista   en el año 1813, imponiendo un régimen  de fuerza que trajo frustración a los criollos  patriotas que habían abrazado con entusiasmo la causa de la Independencia.  Inglaterra - adversaria de España- seguía con especial interés y estaba muy al tanto de los movimientos independentista en América. Varios de sus líderes  habían vivido un tiempo  o estado en Londres, como O´Higgins y Bolívar. Inglaterra y Francia  espiaban la ocasión propicia para iniciar intensos contactos y transacciones comerciales con las nuevas repúblicas americana, especialmente Argentina, Chile y Perú. Bajo el estricto régimen español, tal comercio le estaba totalmente vedado a Inglaterra, su eterno enemigo.
Es  ahora el momento preciso en que aparece en escena Samuel Haigh, encargado de llevar a Valparaíso un navío  cargado de mercaderías varias,  armas y municiones, sin duda   para los insurgentes  en la  naciente revolución.

¿Quién era  Samuel Haigh y cuál era su misión?.

Sabemos muy poco, demasiado poco tal vez, acerca  de este  personaje salvo  lo que él refiere de sí mismo en su obra:  Sketches  of Buenos Ayres, Chile and Peru, Publisher Effingham Wilson, Royal Exchange, London, 1831. Haigh realizará tres viajes a América del Sur. El primero de ellos  en 1817. En efecto  a cargo  de un fuerte cargamento de variadas mercaderías  y sobre todo armas, parte del puerto de Dover en Junio del año 1817. Llega a Valparaíso en Agosto de  1817. Tiene Haigh por entonces tan sólo 22 años ( nacido en 1795)  cuando es encargado de esa delicada misión. Haigh se desempeñaba en Londres como empleado en contabilidad. ¿Cómo y por encargo de quién emprende este viaje?. No se sabe con certeza. ¿A quién iban destinadas las armas?  Quiénes eran los mandantes?  No lo sabemos. Haigh nunca hace la menor referencia a este punto, sin duda por el sigilo que se le pidió. Casi con certeza, las armas iban destinadas para los insurgentes en Buenos Aires y Chile. Recordemos que por ese mismo tiempo, se acababa de librar la batalla de Chacabuco (12 de Febrero de 1817).  Santiago, la capital de Chile, había sido liberada  por las tropas conjuntas del general argentino José de San Martín  y  del chileno  Bernardo O´Higgins,  tras el cruce exitoso del ejército libertador por la Cordillera de los Andes.  Cuando llega Haigh a Valparaíso,  en agosto de 1817,  se prepara la batalla final, la que tendrá lugar,  poco después, en los llanos de Maipú, junto a Santiago,   el 5 de Abril de 1818. Las armas que trae el comerciante inglés, al parecer,  alcanzan a llegar a tiempo, puesto que se sabe que Haigh asistió como espectador a la batalla de Maipú. Aquí tendrá ocasión de conocer de cerca al general San Martín, cuya estampa,  personalidad  y temple describe en detalle. (Detalles sobre este esbozo de biografía en Alberto Tauro: Viajeros en el Perú republicano, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú  153 p.9.

Nuevos viajes a Chile..

El segundo viaje a Chile, en un barco especialmente fletado por él con mercaderías destinadas a Valparaíso,   lo realiza en 1820-21. Haigh no nos ha dado detalles de este su segundo viaje.  El país ya  vive su  plena independencia  (con excepción del bastión español de la isla de Chiloé, el que cae en manos patriotas en 1824)   y el comercio con Europa se agiganta día a día en desmedro del español.

El tercer viaje de Haigh a Chile se realiza en el año 1825, según nos informa  La "Memoria Chilena" de la  Biblioteca Nacional  de Chile y el propio Haigh. Para esta época - continú a Haigh- O´Higgins ya ha sido depuesto y ha partido al destierro en su hacienda de Montalbán, en el sur del Perú. Por  entonces, señala que han llegado  a Chile, procedentes de Londres, "varios comisionados [ingleses] procedentes de Londres para concertar y emprender negocios de minas en grande escala y con los métodos más perfeccionados"  (en Tauro, 1967: 13; citado arriba).

Enorme número de ingleses en Valparaíso hacia 1825.

En este su tercer viaje, al llegar a Valparaíso,  se encuentra, para su sorpresa,  con muchísimos compatriotas que han venido a prospectar la posibilidad de negocios comerciales. Dice textualmente:  "...me despediré de Chile, que entonces estaba atestado de ingleses residentes, principalmente en Valparaíso; como cuatro mil de ellos habitaban aquel lugar que recuerdo haber conocido [en mi viaje anterior de 1815] con solamente dos vecinos extranjeros". (en Alberto Tauro,  1967:  14). El crecimiento demográfico ha sido vertiginoso en apenas 8 años (!).  Este dato es elocuente, pero podría sugerir dudas. No hemos  tenido acceso al original inglés para verificarlo. Sabemos que la población del puerto de Valparaíso en 1822. era de unas 16.000 personas  (Acuña y Schuster, 2012). Algo más debe haber sido  en 1825, habida cuenta de la activación del comercio inglés en esta zona del Pacífico.  En todo caso, "cuatro mil" extranjeros ingleses parecería ser,  a primera vista, un número extraordinariamente  abultado, exagerado. No lo es, sin embargo, por los informes alusivos que aportamos a continuación..

Los datos demográficos que nos  entrega la historia local.

Los estudios históricos nos confirman que  Valparaíso,  mucho más que El Callao,  será por entonces, en la costa pacífica,  el lugar  preferente donde se asiente la naciente y poderosa  colonia inglesa de  la ciudad. Muchos apellidos ingleses  que se han perpetuado en Chile,  provienen  de ancestros de este período de intenso comercio con Inglaterra. Corre "un aire esencialmente británico" por los cerros de Valparaíso, lugar  cuyo clima les  seduce y encanta. Y éste dejó su impronta en la arquitectura  local.

En una tesis muy reciente  (2012)  para optar al título de Ingeniero Comercial,  sus autores Alvaro Acuña y  Tomás Schuster  se refieren exactamente a este período de desarrollo poblacional y comercial de Valparaíso en los siguientes  términos:

cita textual:

"Valparaíso comenzaba a convertirse en el centro neurálgico de los negocios, al ser ciudad de residencia de muchos capitalistas extranjeros. Comenzó así su época de mayor esplendor, consolidándolo como principal puerto del Pacífico sur por sobre el puerto peruano del Callao hacia fines del siglo XIX. Para 1810, la población alcanzaba las 5 mil quinientas personas, que aumentaron a 16 mil en 1822, siendo 3 mil los extranjeros (Hurtado, 1966). Ninguna otra ciudad chilena experimentó un crecimiento poblacional tan considerable, ni siquiera Santiago. La influencia británica en Chile era considerable y debe esta condición al auge porteño. Ya en 1820, [a escasos dos años de la batalla de Maipú, agreguemos],  por lo menos una docena de firmas inglesas habían abierto agencias y casa comerciales en Valparaíso, desplazando al tradicional comerciante español. Cinco años más tarde, casi un centenar de buques británicos encallaban [error notorio "por estaban surtos en"] en la bahía y conformaban así la mayor flota mercantil extranjera, por sobre la estadounidense, francesa y alemana   (Tesis de los autores titulada:  "Análisis sobre la concentración demográfica de Chile en Santiago. Una perspectiva desde la teoría económica y los  procesos económicos históricos", Facultad de Economía, Universidad de Chile, Abril 2012; (Vea http://www.tesis.uchile.cl/tesis/uchile/2012/ec-acuna_c/pdfAmont/ec-acuna_c.pdf . Negritas, nuestras).                        

Próximamente, en un capítulo especial,  entregaremos,  con Notas complementarias nuestras, el texto del relato de Haigh relativo a su visita al puerto de Arica en el mismo año 1825. Al no en contar con el texto original inglés para intentar una traducción propia, recurriremos al texto que nos transmite el historiador peruano Alberto Tauro en su obra "Viajeros en el Perú republicano", Lima 1967.  En éste, nos  llama atención su certera  descripción de una balsa de cueros de lobos marinos, accionada hábilmente por un pescador indígena,  tema que vamos a comentar ex professo.









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