Las observaciones de don Antonio O´Brien sobre el suelo del desierto, las distintas especies de la vegetación nativa, la agricultura de trigo y maíz y las condiciones de aridez del territorio , nos sorprenden gratamente. En todas ellas, muestra una maestría descriptiva que tiene muchísimo de geográfico.
El siguiente texto que hoy vamos a analizar se refiere a las aguas que bajan por las quebradas a la Pampa, a la flora resultante y a lo sistemas de explotación del bosque. Es una verdadera lección de geografía física e hidrografía del territorio donde le tocó vivir siendo Teniente de Gobernador en el pueblo de Tarapacá por espacio de casi una década. Pero también de ecología profunda. He aquí el texto:
"[Nº 77] "Desembocan en este Valle muchas Quebradas que bajan de la Cordillera por las que cuando llueve se despeña copiosa cantidad de Agua Capaz de Regar y fertilisar todo este Valle, particularmente desde el Pueblo de Pica, hasta la Quebrada de Aroma, distancia de veinte leguas. Las Principales Quebradas por donde baja la mayor cantidad de Agua son, la de Aroma, Tarapacá, Mamiña, Macaya, y la de la Calera. Mucha parte de este Valle cría con las humedades de las nieblas, y las que coje el terreno con el agua que corre de las Quebradas que he dicho, un monte bajo y espeso que llaman Pillayas, cuando están verdes las comen las Mulas. Este Monte de Arboleda se ha secado mucha parte de él en las inmediaciones de la Quebrada de Tarapacá, por dos razones: La primera por que siendo el terreno más alto, parece que las Aguas subterráneas corren mas profundas, y no alcanzan los arboles tanta humedad, como necesitan pra su conserbación, no obstante que todavía ay muchos Algarrobos, Tamarugos y Molles en esta parte.
[Nº 78] La segunda porque es mucha la cantidad de ellos que cortan para Leña, hazen carbón y otros menesteres, siendo lo que mas destruye esta Arboleda el modo que tienen de hazer el Carbon que es como diré:
Cortan los Arboles, y los destrosan y quando estan secos juntan una cantidad de ellos, y les pegan fuego, sin otra precausión alguna, y quando les parece que están pasados de fuego los apagan con tierra, y sucede que si pusieron cien quintales de leña, sacaron veinte, o veinte y cinco de Carbon bien malo, y de este modo an destruido la mayor parte de la arboleda, con mui poca utilidad, y si no se pone remedio vendran a quedar en menos tiempo del que piensan sin Leña ni Carbón ni donde ir a buscarla".
Este texto es notable no solo por sus alcances ecológicos sino sobre todo por la profundidad del razonamiento. Revela no solo la mentalidad de una persona que piensa en el futuro de ese territorio, sino también muestra bien a la autoridad que se preocupa por buscar remedio a la situación que denuncia. Este párrafo final que hemos subrayado, constituye un verdadero manifiesto ecológico, propio de un hombre visionario. No hemos tropezado en nuestras lecturas de documentos de este siglo con un fragmento tan lúcido y elocuente respecto a las nefastas consecuencias de un comportamiento humano totalmente contrario a la sustentabilidad del área en el tiempo. Es un manifiesto que prevé muy inteligentemente lo que ocurriría en el futuro. Y de hecho se adelanta en mucho a la mentalidad explotadora de su tiempo.
Procederemos, como en otros segmentos de nuestro Blog, a analizar con lupa este valioso documento, que nadie sospecharía se remonta al año 1765, es decir hace casi 250 años.
a) El concepto de "valle" en el pensamiento de O´Brien, abarca toda la extensa Pampa del Tamarugal. La pampa entera es, por lo tanto, un "Valle" para él.
b) O´Brien está convencido de que todo este Valle puede ser regado por las grandes avenidas de agua que caen periódicamente en él. Es la visión de futuro de un agricultor visionario y emprendedor. No sé por qué este gesto me recuerda, de improviso, a la figura insigne de don Patricio Larrain Gandarillas, mi bisabuelo paterno, quien igualmente soñó con regar todo el extenso y totalmente seco valle de Mallarauco y se puso en campaña para construir el canal que atravesó el cerro, conduciendo el caudal de agua. Y, luego de años de fatigas, lo logró.
c) Es muy probable que O´Brien haya sido testigo, en su tiempo, de varias copiosas avenidas inundando la pampa del Tamarugal. Por eso señala: "cuando llueve se despeña copiosa cantidad de agua". Si no fue testigo presencial de algunas de esas avenidas, supo informarse muy bien sobre el particular.
d) La idea de que esas aguas podían fertilizar toda la pampa le surgió, casi seguramente, por haber visto u oído acerca del uso ancestral de las comunidades indìgenas de la quebrada, que en tiempos de bajada de las aguas, se instalaban por varios meses en rústicas cabañas, en la pampa a plantar el maíz. La arqueología nos enseña que los antiguos indìgenas ya habían hecho uso de este recurso en la pampa, donde dejaron el testimonio de su presencia y los restos de sus cabañas. Y hasta tiempos muy recientes, los pobladores de las aldeas más altas bajan a cultivar a la pampa, en años particularmente lluviosos.
e) O´Brien conoce perfectamente cuáles son los principales cursos de agua que arriban a la pampa, y cuál es su quebrada de origen. Curiosamente, no hay referencia alguna a las quebradas de más al sur de Pica: Juan de Morales, Maní y Guatacondo. ¿Por qué?. Tal vez porque su radio de acción ordinaria, como Teniente de Gobernador con sede en Tarapacá, le hizo familiarizarse con estas quebradas cercanas. Y éstas son las mismas que certeramente dibuja en su "Plano de la Pampa de Yluga". Los nombres de las quebradas no han variado substancialmente ; solo la de Mamiña hoy es conocida como la "quebrada de Quipisca". Y la de Macaya, corresponde a la quebrada de Tasma, inmediatamente al Norte de Pica.
f) Estas frecuentes avenidas de agua sobre la pampa, han creado, según O´Brien, "un monte bajo y espeso que llaman Pillayas". Su nombre ha sido conservado hasta hoy en el habla popular. Sabemos bien que se trata del arbusto Atriplex atacamensis Phil , de la familia Chenopodiaceae, que adquiere un gigantesco ruedo que puede alcanzar varios metros de diámetro cuando tiene riego, y que puede elevarse hasta 3-4 m de altura. O´Brien no deja de señalarnos, como dato precioso, que sus hojas nuevas son comidas por las mulas, tal como lo fueron antaño por los guanacos, cuando bajaban a la pampa. Áreas formadas por un "monte bajo y espeso" , "impenetrable" a ratos, como destaca O´Brien, ya casi no se conservan hoy día. Sin embargo, Al Este de Huara, hacia el Norte y hacia el Sur, en tiempos de fuertes avenidas, se forman estos tupidos matorrales de pillallas, lo que nos permite formarnos una idea aproximada de lo que pudo ser un día el área aquí descrita, camino de Pica, en tiempos de O´Brien. Pillalla es un nombre local, al igual que sorona (Tessaria absynthioides) , denominada "brea" en el resto de Chile; más al sur, a partir de la IIª Región de Antofagasta, a la pillalla se le denominará siempre con un nombre quechua: cachiyuyo, que significa "yerba de sal". El término "pillalla", parece estar circunscrito, pues, al área de Tarapacá, por lo que podría tratarse de un término de origen aymara o, tal vez, puquina, como otros que hemos discutido.
g) Nos sorprende bastante nuevamente una aseveración del sevillano. Las pillallas no sólo brotan con las aguas que vienen por las quebradas y caen a este "Valle". Tambien concurren a su crecimiento y desarrollo "las humedades de las nieblas" (sic!). ¡Notable perspicacia!. Cómo llegó O Brien a esta conclusión?. ¿Cómo llegó a pensar que las "humedades de las nieblas" podrían coadyuvar al crecimiento de los árboles?. ¿Eran antes más intensas o más frecuentes estas humedades que hoy día?. ¿A alguien se le ocurriría hoy día pensar que la camanchaca tiene algún influjo en el crecimiento de los árboles y arbustos de la pampa del Tamarugal?. La investigadora de la Universidad de Chile, Dra. Fusa Suzuki pretendió demostrar, hace unos 25 años atrás, que los tamarugos podían absorber el agua a través de los estomas de sus hojas. Pero su tesis no prosperó y ha sido por ahora descartada.
Sabemos bien que las camanchacas penetran, máxime durante la temporada invernal, hasta el nivel de la pampa interior. Pero hoy día esto ocurre solo en pocas ocasiones, según los estudios que el Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica realizó en el invierno del año 1998. La captación de la niebla por nuestros atrapanieblas en estas ocasiones fue muy tenue y se redujo tan sólo a pocos cm3 y tan sólo en pocas ocasiones. Muchísimo menos que sus homólogos situados en el alto de acantilado costero en Alto Patache.
Sospechamos que en este aspecto falta todavía mucho por investigar. Porque hay sectores de la pampa interior donde abunda la retamilla (Ceasalpinia angulata), donde resulta casi imposible que sus raíces capturen el agua freática, por hallarse ésta muy profunda (a más de 10-12 m. de profundidad) . Sin embargo, hemos observado que estas plantas tienen un complejo sistema radicular totalmente próximo a la superficie del suelo y extienden por metros y metros, y en todas direcciones, sus interminables raíces, semejando infinitos cables, los que apenas van a pocos centímetros bajo el suelo. No poseen raíces pivotantes que busquen la humedad de las profundidades. Sospechamos, por tanto, fundamente, que estas raíces superficiales están dotadas de delicados pelitos radicales, muy finos, capaces de capturar tanto el rocío de la madrugada, como la tenue humedad de la niebla cuando ésta se deposita por varias horas durante las noches frías sobre las arenas del suelo. De otra manera no nos explicamos cómo puedan sobrevivir, desarrollarse y florecer rabiosamente en la primavera, sin mediar lluvia alguna.
Si nuestra hipótesis es correcta y la conjunción de la niebla de la noche y el rocío de la madrugada aportan una importante cuota de humedad a la planta, la observación de O´Brien sería realmente pionera en este sentido y fruto de una admirable capacidad de observación. Tal vez, pudo surgir de su frecuente experiencia de acampar durante la noche en plena pampa, bajo la protección de pillallas, retamillas o tamarugos. Los viajeros del siglo XVIII no disponían de carpas protectoras de ninguna especie. Simplemente se acostaban sobre las monturas o los peleros de sus cabalgaduras, cubiertos por gruesas mantas o ponchos de lana. Y éstas, probablemente, también servían de captadores de la humedad en las horas de sueño. Tal vez esta experiencia, repetidamente observada por O´Brien en sus viajes desde el pueblo de Tarapacá a la costa, le sugirió la total certidumbre de que, tal como él dice, "mucha parte de este Valle cría, con las humedades de las nieblas, un monte bajo y espeso que llaman Pillayas...". Estudios de fisiología vegetal más acuciosos, tal vez un día nos darán la razón. Y ese día Antonio O´Brien será considerado un audaz pionero de esta hipótesis.
El problema de las avenidas de agua
[71] Tambien se padece el trabajo de las avenidas que bajan por la Quebrada [de Tarapacá] procedidas de las llubias de la Cordillera, ò Puna, donde llueve y truena en abundancia, por los principios de Febrero ó fines de este, las que causan no poco daño en las sementeras y casa de los Pueblos del plan de la Quebrada".
a) El problema de la existencia de los aluviones en las quebradas, queda bien reseñado por O´Brien aquí. Por lo que él indica en este texto, se puede inferir que la bajada de avenidas a la pampa era un hecho frecuente antaño. Si bien no indica que el fenómeno se produzca todos los años, la frase usada " se padece el trabajo de las avenidas que bajan por la Quebrada", sugiere una frecuencia alta. Y si tomamos también en consideración su famoso Plano de la Pampa de Yluga (1765), donde tales aluviones quedan claramente dibujados por su propia mano, es evidente que el tema le preocupa en grado sumo.
Y precisamente a causa de la periodicidad de tales avenidas, llega O´Brien a la conclusión lógica de que sería factible construir embalses, en varias gargantas de la quebrada da de Tarapacá, no sólo para frenar el ímpetu de sus aguas y represarlas, sino contar con el abastecimiento de agua para beneficio de la agricultura del valle y de la pampa de Yluga.
Un segundo Plano del sevillano (fechado el 20 de Junio de 1766) que hemos estudiado (Larrain , 1975: 330-362) se titula: Plano que manifiesta la quebrada de Tarapacá en el Thenientazgo o Partido de este nombre, de el Corregimiento de la Ciudad de San Marcos de Arica, con las tierras de los Yndios tributarios y el Proyecto que se discurre mui útil para dar corriente a las Lagunas de Lirima y el de proveer de agua esta Quebrada..." . Tal encabezamiento bien refleja los objetivos confesados del Plano y de los estudios que aconseja hacer.
b) Es evidente, pues, que O´Brien aprovecha su experiencia de varios años en la zona y su gran conocimiento del terreno, que ha recorrido palmo a palmo, para presentar su Proyecto innovador: bajar las agua de las lagunas altiplánicas, construir tres represas a medio camino a lo largo de la quebrada de Tarapacá y canalizar el acceso de las aguas hasta la pampa para permitir la práctica de la agricultura todos los años, y no sólo en casos de avenidas.
c) El clima del llamado "invierno altiplánico" le resulta perfectamente familiar: sabe que tales avenidas son producidas por lluvias en la alta cordillera; sabe su fecha exacta de ocurrencia: se producen "a principios o fines de Febrero"; también acota que son precedidas de truenos en abundancia, y por fin , señala que estos aluviones "causan no poco daño en las sementeras y casas de los pueblos".
d) El Plan propuesto, que plantea audazmente al Virrey del Perú don Manuel de Amat y Juinient, tiene por objetivo paliar estos males, y beneficiar la agricultura local aumentando enormemente la superficie bajo riego en el nivel de la Pampa.
e) Estas frecuentes "avenidas" producen "trabajo", es decir, padecimiento para los lugareños por lo incontrolable de los cauces. Su Plan envuelve de por sí una serie de medidas concretas para controlar las fuerzas desatadas de la Naturaleza: regularizar los cauces , establecer un sistema escalonado de represas aprovechando las gargantas naturales para acopiar agua para los años secos y así asegurar el regadío, tanto de los terrenos de la quebrada como de la pampa de Yluga.
f) Por fin, aunque no se nos dé indicios claros acerca de la periodicidad de tales avenidas, todo hace suponer que ellas fueron, en esa época, relativamente frecuentes; en todo caso, más frecuentes que ahora. Las fechas en que vive O´Brien corresponden con bastante exactitud a la llamada "pequeña Edad del hielo" y corresponden a un período ciertamente más frío y húmedo que hoy, según los climatólogos.
En su conjunto, el cúmulo de medidas propuestas por O´Brien, nos parecen no solo sensatas sino clarividentes para la época y, sin duda alguna, son fruto no sólo de su propia experiencia de campo sino también de su habilidad para obtener informes fidedignos de terceros, buenos conocedores del clima de la región.
(Segmento en elaboración, 28 de diciembre 2008; enriquecido el 02 de Febrero del 2009).
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