Con el telón de fondo de la hermosa caligrafía del siglo XVIII, mostramos aquí una hoja, la primera, de la famosa "Descripción de Tarapacá". Estudiada desde el ángulo de la historia por primera vez por don Oscar Bermúdez, en su obra: Cartografía y Labores administrativas de Antonio O´Brien, esta minuciosa Descripción merece un análisis mucho más exhaustivo tanto desde el punto de vista histórico, como también desde el ángulo geográfico y ecológico. Lo que aquí presentaremos es, pues, sólo un tímido esbozo en tal sentido. Porque somos plenamente conscientes de la inmensa riqueza escondida en este texto, siempre que se le analice en forma global, sin dejar de lado ninguno de sus aspectos. Porque posee muchos, no siempre visibles a primera vista. En efecto, este texto rezuma experiencia directa, honestidad, credibilidad y, más que todo, profundo conocimiento del medio ambiente hostil en el que le tocó ejercer su cargo.
Antecedentes.
Hemos mostrado arriba una hoja de su famosa "Descripción de Tarapacá."No pretendemos ofrecer aquí una versión completa de esta maravillosa Descripción. Tampoco hacer un estudio acabado de la misma. Espero sea parte de mis proyectos de futuro. Por ahora, solo quisiéramos destacar algunos pocos aspectos de la misma, los que nos parecen particularmente valiosos desde un ángulo geográfico o antropológico. Tengo en mis manos una copia completa del documento original, que existe en el Archivo de Indias, del que entresaco por ahora sólo aquellos párrafos directamente atingentes a nuestro enfoque eco-cultural:
Los puertos y caletas de la Costa.
Así hablando de los puertos y caletas de la costa, señala la existencia de "Yqueyque, de Loa y de Tucupilla, cerca de Cobija, que es una corta caleta. Este [último] es poco seguro y mucho menos el de Loa, pues no se puede dar fondo en él con embarcación de portte porque los muchos remolinos y corrientes la abaten a la Playa...".
Respecto al puerto de Iquique [Yqueyque] destaca, con gran conocimiento de causa:
El de Yqueyque es seguro, y el único donde fondean las embarcaciones de todos tamaños que comercian con esta Provincia, tiene un solo Río que es el de Loa, cuio nombre toma del Puerto dicho en donde desemboca..."
Respecto a la pesca en la costa, al comercio y a otros recursos madereros, señala explícitamente:
En la Costa tiene muchas Pesquerías, en las que se coje abundancia de todo genero de Pescado, particularmente Congrio, que hecho Charquesillo, conducen con cantidad de marisco a vender a las provincias interiores de que sacan bastante cantidad. También ay en las Puntas Farellones e Islotes, abundancia de Huano que conducen a las Provincias comarcanas, tanto por mar, como por Tierra, para el cultivo de las sementeras y es abundantísima de mui especial sal, particularmente para salar carnes, pero mui escasa de madera para fabricar, pues solo se crían sauces, Algarrobos, y Tamarugos, los que apenas proveen para las reducidas casas de que se componen los Pueblos, y tablazón no la hai de ninguna especie."
El carácter de desierto absoluto queda muy bien retratado por O´Brien, quien evidentemente habla aquí por experiencia propia, y no por boca de otros. Su descripción no puede ser más viva y elocuente:
"Este es territorio penoso de vivir en él, tanto por los continuos Temblores y las frecuentes pestes que se padecen casi anualmente en los principios y fines del Inbierno y del Verano, como por la escases de víveres que la hacen mucho más cara que Lima, y por lo costoso que es el trancitar por qualquiera parte de este Partido, pues es menester llevar consigo el que camina hasta el Agua y Carbón necessario para ese Viaje y se carece de médico y de Botica..." [destacado nuestro].
(Segmento en construcción. Continuará.)
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