Las fotos, conservadas en un viejo álbum personal, fueron tomadas entre diciembre de 1964 y Enero de 1965 por nosotros, con la cámara Leika de fabricación rusa donada por Gustavo le Paige a H. Larrain en noviembre de 1964. Representan bien un momento de la vida temprana de la Universidad del Norte, mi Alma Mater por aquellos años. Fue exactamente la época en que llegó a la Universidad el preciado legado fotográfico de Robert Gerstmann, enviado desde Santiago por don Luis Peña Guzmán. Consideramos que, por su antigüedad, estas fotos ilustran en alguna medida el desarrollo arquitectónico alcanzado por la Universidad a fines del año 1964 y comienzos del año 1965.
Foto 1: Vista hacia el Norte. Densas nubes de camanchaca costera invaden los cerros en la zona de la Quebrada de La Chimba (Enero 1965).
Foto 2. La naciente ciudad universitaria en enero de 1965 y la nueva población "Gran Vía".
Foto 3 Los nuevos pabellones de Rectoría y Administración (Enero 1965).
Foto 4. Desde lo alto del acantilado, acceso a la actual Población Coviefi, se observa las nuevas edificaciones de la Universidad del Norte.
Hay un recuerdo personal de gran interés en relación a la adquisición por el Museo de San Pedro de Atacama del material fotográfico y equipos de Roberto Gerstmann en el año 1964. Conocí muy de cerca el caso que paso a referir. Don Roberto Gerstmann, famoso fotógrafo de familia de origen alemán pero nacido en la república báltica de Lituania, ya anciano y retirado, vivía solo en Santiago. Había viajado intensamente por Perú, Bolivia y el Norte de Chile, tomando infinidad de vistas de paisajes geográficos y escenas de enorme interés etnográfico y folklórico. Gerstmann, viejo y ya enfermo, estaba preocupado por el destino futuro de sus colecciones fotográficas y de su biblioteca. El sabía bien que el material por él recogido en decenios de expedición por tierras ignotas del altiplano perú-boliviano, era inédito y de gran valor para la cultura.Tenía un doble valor: el etnográfico-folklórico y el propìamente artístico-fotográfico.
Casualmente, consultó sobre el particular a uno de sus poquísimos amigos en Santiago, el entomólogo Luis Peña Guzmàn, con el que había trabado una sólida amistad. El dilema que se presentaba era qué hacer con la rica herencia cultural de Gerstmann, en el caso de su muerte, que se preveía cercana. Luis Peña consultó a su amigo, Hans Niemeyer Fernández, ingeniero y arqueólogo. Ambos coincidieron en que el mejor destino de ese material era la joven Universidad del Norte, reciente obra de los jesuìtas en Antofagasta, y, en esta institución,en particular, el Museo de San Pedro de Atacama, fundado y regentado por Gustavo Le Paige. Consideraron que esta joven Universidad Católica, de gran pujanza por entonces, valoraría muy especialmente este precioso legado.
Contando con la aprobación de don Roberto, sus amigos decidieron que, a su muerte, todo su legado partiría al Norte. Luis Peña me comunicó por carta conmigo sobre estas intenciones, solicitándome indagar con las autoridades universitarias al respecto. Lo que hice, hablando con su Rector, el Padre Gustavo Arteaga Barros S.J y el Vice-Rector, el Padre Alfonso Salas Valdés S.J. En efecto, al fallecer Gerstmann en Santiago y no dejar herederos directos (que sepamos, Gerstmann nunca se casó ni tuvo hijos), Luis Peña Guzmán,la única persona que frecuentaba su casa, recogió todas sus pertenencias de tipo cultural (su rica biblioteca y su laboratorio fotográfico) y ya existiendo acuerdo previo con la Universidad del Norte, un día apareció en la calle Angamos de Antofagasta, un día no precisado del año 1964 (no lo recuerdo bien), un camión cargado con sendas cajas de madera, selladas, destinadas a la Universidad del Norte.
Allí Peña había depositado, asistido por sus ayudantes, el laboratorio fotográfico completo, su Colección de rollos fotográficos y carpetas llenas de fotografias en blanco y negro y su biblioteca particular. Eran tres o cuatro grandes cajas de madera, muy pesadas, cada una de unos 1.20 m de altura por unos 0.80 m. de ancho. Apenas llegaron, el Padre Alfonso Salas me mandó llamar. La Universidad extendió una nota de recepción y agradecimiento a don Luis Peña G. Recuerdo perfectamente el grupo de cajas, instaladas ya en el acceso de la Bodega de la Universidad. Luis Peña nos habìa avisado por telégrafo de la pronta llegada de este envío.
El entonces Vice-Rector de esta Casa de Estudios, Alfonso Salas Valdés S.J., sabiendo de mi cercanía y amistad con Le Paige, me pidió viera yo la manera de enviar rápidamente a San Pedro de Atacama parte de este material (el laboratorio fotográfico y las cámaras). Se determinó que gran parte de la biblioteca y las colecciones de fotografías, de gran formato, que pudimos ojear en ese momento, quedaran en la biblioteca de la Universidad, para integrar el Centro de Documentación de la misma, en formación. Con el Padre Salas - hasta hoy lo recuerdo nítidamente) estuvimos mirando los libros y las carpetas con espléndidas fotografías de gran formato. Los libros, casi todos, estaban redactados en alemán, en ruso, en inglés y en francés.
Me extasié ante los libros, y pedí permiso para quedarme con dos de ellos: uno era la obra de Thomas Mann Der Zauberberg (La Montaña Mágica), publicada en 1924 y el otro, una obra de Walter Ruben titulada: Tiahuanaco, Atacama und Araukaner, drei vorinkaische Kulturen,(1952), ambas en alemán. (Le Paige no leía alemán, y con alguna dificultad, el inglés). Todavía conservo ambas obras que pertenecieran a don Roberto Gerstmann. El resto partió, por encargo expreso de Luis Peña, con destino al Museo de San Pedro de Atacama.
Yo imagino que ese antiguo laboratorio fotográfico, consistente en cámaras y numerosos rollos de películas, aún debería conservarse en el Museo de San Pedro de Atacama, pues me consta que el Padre le Paige usó algunas de esas cámaras frecuentemente y trató de instalar por sus propios medios, el laboratorio fotográfico. Le Paige, poco después (fines de 1964), me obsequió una de esas antiguas càmaras fotográficas, una pequeña Leika, de fabricación soviética (Leipzig).
Tengo entendido que Luis Peña corrió con todos los gastos de médico y de sepultación de su amigo Gerstmann, pues, por lo que he averiguado, fuera de su empleada, no tenia parientes ni conocidos en Chile, ni nadie que se preocupara de èl. Era un hombre muy solitario. No le conocí personalmente.
Me acuerdo muy bien de haber ojeado con especial deleite muchas de las grandes fotos en blanco y negro que venían en grandes Carpetas en la Colección, la que quedó depositada en la Universidad del Norte, sede de Antofagasta. Recuerdo que gran parte de ellas eran de Bolivia y altiplano del Perú, países donde el vivió por largos años. No pocos objetos etnográficos, sobre todo textiles, de la colección de Gerstmann, traida igualmente desde Bolivia, quedaron en casa de Luis Peña.
(Capítulo en elaboración).
Muy interesante lo que cuentas, estoy a punto de lanzar un libro sobre la historia del campus de la Universidad del Norte.
ResponderEliminarHoy estuve en casa de mis tías ancianas, sólo queda una viva, y me traje el libro 280 grabados de Gerstmann. Son 280 fotos de Chile y el libro fue editado en 1932. Una joya.
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