En el presente capítulo, presentamos el hallazgo de numerosos sitios arqueológicos en el extremo norte de la IV Región de Chile, en la zona de costa entre Totoralillo y Chungungo, en las inmediaciones del mineral de hierro de "El Tofo" (coordenadas geográficas 20º 27` 05`` S y 71º 14` 21`` S). Estos fueron encontrados por nosotros con ocasión de nuestras investigaciones sobre las neblinas costeras en dicha zona.
Las acumulaciones de conchas o "conchales".
El hallazgo consiste en conchales antiguos, situados a corta distancia del mar, pero en evidente relación con aguadas costeras. Estos "conchales", tal como lo sugiere su nombre, están formados por capas de conchas de moluscos usados antiguamente como alimento por los antiguos pobladores y luego desechadas, mezcladas con arenas, huesos de peces, plumas de aves y residuos de cocina y, en ocasiones, con cenizas de fogones. En estos conchales, curiosamente, son muy escasas las "lascas", término con que denominan los arqueólogos a los desechos de talla (virutas) provenientes de la fabricación de sus instrumentos. (raspadores, cuchillos, percutores, raederas, etc.). Lo que significa que el instrumental lítico de los pescadores-recolectores no fue trabajado en el mismo conchal, sino en otra parte. ¿Dónde?.
Mi primera intención fue tratar de ubicar geográficamente, dimensionar y cartografiar estos conchales para tratar de apreciar, de alguna manera, la potencialidad del poblamiento antiguo en la zona. Poco después, intenté ubicar sus talleres, o sea los lugares de elaboración de sus instrumentos líticos. Me sorprendió bastante el hecho de que éstos (sus "talleres") no estuvieran en sus sitios de habitación (conchales) sino bastante alejados de éstos.
Ocasión de nuestros hallazgos.
A partir del año 1980, como miembro del Instituto de Estudios Juan Ignacio Molina de Santiago y con el entusiasta apoyo de Pilar Cereceda, geógrafa de la Pontificia Universidad Católica de Chile, tuve ocasión de realizar numerosos estudios sobre las neblinas costeras y su captación mediante el sistema de atrapanieblas o cortinas captadoras. El sitio elegido para la instalación de estos instrumentos fue en los altos de la cadena de cerros Sarcos, donde se ubicara el antiguo mineral de hierro de "El Tofo", frente al mar. Ya había yo constatado, a partir de Enero de 1980, la potencialidad del sitio desde el punto de vista de la presencia de neblinas mojadoras.
Pues bien, durante los largos meses de instalación, observación y paciente medición de los instrumentos captadores, pude aprovechar todos mis momentos libres para hacer numerosos recorridos a pie, con un doble objetivo: a) observar en detalle la flora presente en el lugar, y b) rastrear la presencia de posibles sitios arqueológicos en las partes altas de la cadena de cerros costeros, lejos del mar. Gracias a las referencias explícitas conservadas en mis Diarios de Campo de la época, me resulta hoy posible reconstruir, con bastante exactitud, los hechos.
En nuestros recorridos, descubrimos dos tipos de yacimientos: a) numerosos conchales cercanos al mar y a las aguadas o vertientes, y b) talleres líticos, es decir, los lugares donde los antiguos pescadores recolectores confeccionaban sus instrumentos de pesca y caza, utilizando principalmente el sílex y la calcedonia como materias primas; raramente, el cristal de roca. Aquí dejaron abandonadas cientos o miles de fragmentos pequeños, o esquirlas, desprendidos a propósito de su núcleo original: los que han sido llamadas "lascas" por los arqueólogos.
En este capítulo, nos referiremos a nuestro descubrimiento de estos conchales arqueológicos. En uno próximo, si Dios quiere, examinaremos los hallazgos de sus respectivos talleres líticos, donde sólo existe evidencia de talla de material lítico, asociada a escasa presencia de conchas marinas, prueba fehaciente de su alimento marino acostumbrado.
Hallazgo previo.
En el mes de mayo del año 1980, en mi primera visita a esta zona costera de la IV Región de Chile, cuando recién iniciábamos nuestros estudios de la neblinas costeras, al querer constatar la profundidad de un conchal, se dio la casualidad de hallar un entierro arqueológico en un conchal de la terraza marina adyacente a la playa Temblador, justamente al pie de los cerros de "El Tofo" y muy cerca del mar. Hemos dado minuciosa cuenta de este hallazgo en dos de nuestros capítulos anteriores (Cf. bibliografía, Larrain 2013a, 2013b).
Además, habíamos hallado en esas mismas fechas, fragmentos de cerámica y diferentes implementos arqueológicos en varios conchales del sector costero y habíamos visto y obtenido de manos de pescadores del pueblo de Chungungo, algunas puntas de proyectil indígenas, hechas en sílex y/o calcedonia. La presencia antigua de pescadores-recolectores marinos en la zona, era, pues, a partir de entonces para nosotros, evidente.
La escasa bibliografía antigua sobre esta zona costera tambien nos ofrecía otras pistas de gran interés sobre el antiguo poblamiento de esta zona litoral. (Cf. Mettler, 1913 y 1933; en bibliografía, al fin de este capítulo). El investigador francés Mettler, en efecto, había encontrado un pequeño cementerio antiguo, muy cerca del mar, y, al parecer, en el contexto de un conchal. En estos contextos tan antiguos, que generalmente superan los 1.000 años de antigüedad, raras veces hay evidencias de cementerios propiamente tales, es decir de sitios exclusivamente dedicados a la depositación de los cuerpos. Los entierros se verificaban directamente en el conchal, en forma desordenada, y sin intencionalidad de crear cementerios o sitios específicos de enterramiento.
En varios conchales del borde costero habíamos hallado, igualmente, evidencias de un antiguo poblamiento, pero nos quedaba todavía mucho por aprender sobre el modus vivendi et operandi de los antiguos pescadores-recolectores. Preguntas como: ¿qué tipo de materia prima usaban para fabricar sus puntas de proyectil o raspadores?; o ¿de dónde obtenían su materia prima?, o ¿dónde fabricaban sus instrumentos?, o ¿cuáles eran sus preferencias alimenticias?, o ¿a qué distancia de la línea de playa tenían sus conchales?, permanecían aún totalmente en la penumbra y nos desafiaban a contestarlas.
En el año 1982 (Cf. bibliografía) publicamos un artículo -bastante desconocido hoy en el medio arqueológico nacional- en el que tratábamos de responder a algunas de estas preguntas. En él, relacionábamos las variables geográficas con la presencia de aguadas costaneras y conchales en un segmento de la costa de la IV Región de Chile entre las coordenadas 29º 21` S y 29º 30` S, es decir, a lo largo de una franja costanera de 10 minutos de grado ((cada minuto geográfico equivale a 1,83 km ó 1.833 metros), esto es, 18,3 km. en esta misma zona geográfica litoral. Nuestra zona de estudio se halla a 105 km al S. del río Huasco y 50 km al N de la desembocadura del río Elqui. Por tanto, nos hallábamos en una zona intermedia, prácticamente arreica, cuyas pequeñas cuencas solo recibían aportes hídricos de las escasas lluvias locales que raras veces superaban los 80 o100 mm anuales.
En dicho artículo nuestro (enviado a publicación el 20 de mayo 1981), hemos distinguido cinco mini-cuencas hídricas, perfectamente identificables a través de la fotografía aérea y en ellas, insertamos la ubicación exacta de los conchales y aguadas (Cf. nuestro Mapa 1, en Larrain 1982: 17).
Dicho trabajo obedecía a nuestro interés por relacionar la presencia de aguadas costaneras con la existencia de conchales arqueológicos. Partíamos del supuesto de que la gran presencia de aguadas en dicho sector, debía estar en estrecha relación con la existencia de potentes oasis de niebla, como ocurría en los altos de El Tofo. La intensa humedad producida por las nieblas en dichos sitios, durante muchos meses seguidos del año, debería infiltrarse, penetrar y contribuir a la formación de estas aguadas. Tal era nuestra hipótesis inicial de trabajo. Por eso nuestro afán en esos años por aportar antecedentes arqueológicos que pudieran corroborar tal correlación. A este estudio geográfico-arqueológico dedicamos los primeros meses de nuestra estadía en el sector de El Tofo (1982-1983).
En el decurso de este trabajo, los pescadores de Chungungo, consultados al efecto, nos ayudaron mucho para la localización exacta de las aguadas cuyo emplazamiento ellos conocían perfectamente. También contamos con el gran apoyo en terreno del profesor de la escuela de Chungungo don Fidel Inda, colaboración que agradecemos especialmente.
En este trabajo, tratamos de responder algunas de esas preguntas que nos inquietaban. Por ejemplo, modo de relacionar la presencia de aguadas costaneras con la presencia de conchales arqueológicos; o búsqueda de la relación existente entre el potencial de las aguadas (calculado por su gasto) y el tamaño de los conchales aledaños.
En dicho trabajo del año 1982 (Larrain, 1982) habíamos sugerido que la presencia de conchales y entierros humanos en la zona litoral presuponía, además, la existencia cercana de talleres líticos, los que por entonces aún no habíamos encontrado. En dicho trabajo nos expresabamos así: "es altamente probable que encontremos lugares de talleres líticos, donde confeccionaron sus instrumentos...." (1982: 13, Nota 10). Esto escribíamos en mayo del año 1981 (fecha de la redacción del trabajo), esto es hace ya casi 40 años!. Y a la verdad, no nos equivocamos. Muy poco después, tan pronto empezamos a explorar las partes altas del Cordón Sarcos con motivo de la instalación de atrapanieblas en las alturas de "El Tofo", estos talleres empezaron a aparecer. ¿Lo habíamos anunciado (¿o prenunciado?) con antelación!.. Parecía evidente que tendrían que estar por allí, no muy lejos. Y así fue, en efecto. El detalle y características de nuestro hallazgo de estos talleres líticos, en lo alto de los cerros y lejos del mar, será, Dios mediante, motivo de nuestro próximo capítulo de este blog.
Ubicación de los conchales.
El Plano que sigue, muestra la presencia de los conchales arqueológicos y de las aguadas de las que se surtían los antiguos habitntes de la costa.
1. El mapa muestra la presencia de 36 conchales arqueológicos (indicados mediante triángulos en color rojo) y 18 aguadas (representadas aquí en numeros romanos. Con ayuda de los pescadores de Chungungo, se visitó todas las aguadas de la zona expuesta en el Plano, en sentido N-S, a partir aproximadamente de la coordenada 29º 24´ 30´´ Sur. La parte superior del Plano (frente a la isla Damas hacia el Norte), quedó totalmente inexplorada, tal como se puede visualizar claramente en el Mapa.
2. Con un par de raras excepciones en la zona baja de playa Totoralillo, todas las demás aguadas, se presentan entre las cotas de los 100 m y 200 m de altitud s.n.m. donde afloran. Este hecho no nos sorprendió, pues es bastante común en la costa árida y semi árida del norte de Chile.
3. La inmensa mayoría de los conchales arqueológicos (=80,5%) , si sitúa bajo la cota de los 100 m.snm. La razón nos parece obvia: una gran cercanía al mar pero lo suficientemente lejos como para evitar el efecto destructor de eventuales marejadas o tsunamis. De la ocurrencia eventual de esos eventos, los antiguos habitantes debieron tener perfecta conciencia, transmitida fielmente de generación en generación.
4. En el Plano adjunto (Fig.1), se utiliza las siguientes abreviaciones para los sectores de playa: To (=Totoralillo); Te (=Temblador), Cg (=Cruz Grande) y Ch (= Chungungo). Estos sectores corresponden a la franja costera de las cuatro micro-cuencas, bien determinadas por fotointerpretación en nuestro Plano (Ver Fig. 1).
Agradecemos aquí, aunque sea tardiamente, el sacrificado apoyo en terreno de los estudiantes de geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile Sres. Carla Möller, Consuelo de la Puente, María Elena Meneses, Isabel Torres, Cecilia Rodríguez, Jaime Rojas, Fernando Gutiérrez, Roberto Ulloa, Gonzalo Muñoz, César Aguila y Leopoldo Cáceres.
Bibliografía.
Larrain, Horacio, 1982. "Variables hídricas y geomorfológicas que condicionan el asentamiento humano en la zona litoral del Cordón Sarcos, IV Región, Chile". Revista CODECI (Corporación para el Desarrollo de la Ciencia), Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de Chile, Marcoleta 250, Nº 2, Fascículo 1, 1982: 3-35).
Larrain, Horacio, 2013a, "Una excavación fortuita: hallazgo de un entierro humano en playa Temblador en mayo del año 1980", editado en este mismo blog el día 08-11-2013,
Larrain, Horacio, 2013b, "Hace unos 5.000 años atrás: una mujer mariscadora de caleta Temblador: Una meditación sobre el pasado arqueológico de la costa norte chilena", editado en este blog el 21-12-2013.
Mettler, A., 1913, "Notes sur un cimetière précolombien à Cruz Grande, Chili", Bulletin et Mémoire de la Societé d´Anthropologie de Paris, Vol. VII: 233- 237.
Mettler, A., 1933, "Le cimetière chango de Cruz Grande", in Journal de la Societé des Américanistes, XXV, 1933: 998-101.
De mi ex alumno arqueólogo Andro schampke recibo el siguiente mensaje:
ResponderEliminarmié, 24 ago, 9:11 (hace 2 días)
Querido profesor, espero que se encuentre muy bien. Me he acordado mucho de usted porque me encuentro trabajando en un monitoreo arqueológico en el sector de Cruz Grande, el antiguo puerto de la minera el Tofo, en la IV región.
Para las revisiones bibliográficas he tenido que leerlo mucho, y cuando lo hago recuerdo su voz y me imagino contando la historia, por ejemplo la del Temblador.
Una pregunta, en el mapa que usted publica no se ven conchales arqueológicos en el sector de la punta de Cruz Grande, aledaño a la dársena. Lo que se observa en terreno si, son estratos de conchas de origen geológico. Tiene alguna información sobre ese fenómeno?
Gracias por su blog y gracias por todo su conocimiento compartido que sigo disfrutando y aprendiendo.