jueves, 7 de mayo de 2020

Primera licitación de estudios conducentes a entregar agua potable de origen atmosférico (camanchaca) a la caleta de pescadores de Chungungo, IV Región de Chile). Nuestros esfuerzos pioneros (Agosto 1981).

 En otros capítulos  de este Blog (Cf.  Larrain, 2006, 2013, 2016; ver bibliografía final) hemos dado a conocer nuestros primeros intentos por estudiar y cuantificar la  cantidad de agua que es posible captar a través de  atrapanieblas o "cortinas captadoras", como medio eficaz de obtener agua potable de buena calidad en algunos sectores del medio semidesértico de la costa de la IV Región de Chile. En aquella ocasión, carecíamos totalmente de experiencia previa que nos orientara  acerca de  la altitud, orientación  y lugares  más apropiados para captar el recurso agua.

Disponibilidad de información previa.

Los trabajos iniciales del grupo de don Carlos Espinosa, de la Universidad del Norteben Antofagasta, iniciados hacia el año 1957-58 y proseguidos en forma intermitente, estuvieron siempre a  nuestra disposición desde un principio, por gentileza del propio don Carlos.  Pero allí en Antofagasta, las investigaciones  estuvieron más bien orientadas a diseñar y construir estructuras y prototipos de aparatos captadores que, desde el punto de vista de la física, mejor podrían  adaptarse a la captación de agua atmosférica. En cambio, nuestro objetivo desde un comienzo, al descubrir accidentalmente en los altos de El Tofo un lugar  de evidente concentración de la niebla, fue diferente y más práctico: tratar de  descubrir cuáles eran los parámetros geográficos que facilitaban o determinaban la obtención de una mejor captación de agua para el uso humano.

Años "de ensayo y error".

Fue así que emprendimos pacientemente  un largo proceso de actividad in situ: tras varios años "de ensayo y error", el que finalmente nos condujo a descubrir y profundizar en el conocimiento de los parámetros geográficos que concurren necesariamente a una óptima captación del agua de la nube. La tarea no fue nada fácil y requirió de infinita paciencia y dedicación. (Cf. Larrain, 2016).

Experiencias en los altos de El Tofo (1980-1984).

 Para ello, tuvimos que construir y experimentar con diversos tipos de aparatos, instalándolos a diversas altitudes sobre el nivel del mar, a diferentes  alturas del suelo, en distintas orientaciones y, por fin, con diferentes tipos de mallas. Esto fue el trabajo realizado en las alturas del Tofo entre  1980 y 1984. El concurso y apoyo del joven geógrafo Nazareno Carvajal fue determinante en este período inicial de nuestro trabajo. Ya en nuestra primera experiencia, hecha en playa Temblador, a 550 m de altitud s.n.m.  en mayo de 1980, se copió exactamente el diseño del  instrumento usado por el fisiólogo vegetal alemán Dr. Jochen Kummerow (1927-2004) en Fray Jorge, en el año 1966. (Cf. Kummerow, 1966, bibliografía anexa).  Tal diseño nos fue recomendado entonces por el fisico antofagastino Carlos Espinosa, ya citado. El instrumento,  un cilindro de 1 metro de alto, del tipo Grunow,  formado por centenares de hilos verticales muy finos de polietileno, (Cf. Grunow, 1956, bibliografía anexa), fue construido por nuestro colaborador Nazareno Carvajal, miembro entusiasta de nuestro equipo. Nazareno, en efecto, se había titulado de geógrafo poco antes, en el Instituto de Geografía de la Universidad Católica, precisamente con un tesis sobre la captación  de agua a partir de  las neblinas costeras.

Mi incorporación a esta investigación.

Mi dedicación personal de tiempo completo a este trabajo y estudio, coincidió, extrañamente, con mi repentino alejamiento del Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica,  centro que me cobijara durante ocho largos  años  (1973-1980). Un triste día de Julio del año 1980, fui exonerado de la Universidad, con ocasión de una reestructuracion masiva de esta Casa de Estudios; en la ocasión, todos los especialistas no geógrafos del Instituto, fuimos exonerados el mismo día.  Aunque este hecho fue en su momento especialmente doloroso para mí, fue, sin embargo y providencialmente, la ocasión de iniciarme en un nuevo rubro en la investigación de campo: el estudio del medio costero, sus recursos y sus formas antiguas de poblamiento. Y, entre tales recursos, en primer lugar,  el estudio de las neblinas costeras o camanchacas.  

Nuestro primer Proyecto.

Ahora bien, cuando tuvimos tuvo la osadía de presentarnos  a  una licitación pública en la Secretaria de Planificación (SERPLAC) de la IV Región en  La Serena, para abastecer de agua potable a la caleta costera de Chungungo, en agosto del año 1981 (ver más abajo, Figuras 1 a 5),  nuestro pequeño equipo  de la Universidad Católica, disponía tan sólo de una experiencia previa de poco más de un año en este tema. Fue, sin duda,  un acto de suprema audacia de nuestra parte,  que se cimentaba, sin embargo, en las experiencias anteriores de Carlos Espinosa en Antofagasta -cuya bibliografía ya conocíamos al dedillo- y  los notables resultados ya obtenidos por nuestros aparatos captadores de prueba, en la zona de El Tofo  y Cordón Sarcos. 

Fig. 1.   Portada del documento de la Licitación. Aunque algo borroso, se alcanza a leer su título: "Bases de Licitación para la ejecución del estudio de contribución al abastecimiento de agua potable a Chungungo, Agosto 1981". 

Como se puede apreciar por el título,  se trataba de "estudiar" las formas de abastecimiento de agua a la caleta, por medio de instrumentos atrapanieblas. No se sabía aún  si tal cosa era realmente posible.  Tampoco se sabía de antemano qué cantidad de agua se podría colectar y si ésta realmente bastaba  para satisfacer las necesidades de la caleta de pescadores. Además, era preciso evaluar in situ los costos de un posible Proyecto de  Abastecimiento de agua potable del poblado pescador.  Había, pues, numerosas variables que necesitaban ser estudiadas  a fondo antes de intentar la proeza de conducir agua potable, de buena calidad, al poblado  referido.

Nuestro olfato previo.

En nuestro fuero interno, nosotros, los miembros del equipo de la U. C., estábamos seguros del éxito del Proyecto, no tanto por las cortas experiencias previas ya realizadas por nosotros, sino por la experiencia recogida en otros lugares del mundo, donde ya se había experimentado con las nubes rasantes y su contenido. Sabíamos que se había  experimentado tempranamente (desde comienzos del siglo XX)  al respecto en las islas Hawai, en las Islas Canarias  (Isla de Hierro)  y,  posteriormente en Chile,  además de las experiencias de Carlos Espinosa en los cerros de Antofagasta, en el bosque húmedo de Fray Jorge  gracias al empuje del  investigador alemán Jochem Kummow en 1966. (Cf. Kummerow, 1966).

Texto de la Licitación de SERPLAC IV Región.









Reflexión y comentario final.


1.  El documento aquí analizado posee, a nuestro juicio,  un indudable valor histórico  y constituye el primer  eslabón  en un larga cadena de  hechos y realizaciones concretas que  se sucederán con rapidez  en los años siguientes.

2.  Este documento, poco conocido por lo actuales estudiosos del tema,  representa, pues,  el primer Proyecto concreto hecho en Chile destinado a financiar el estudio de la producción de  agua de la niebla mediante mallas captadoras,

3. Nuestro objetivo, además,  desde el inicio, contemplaba una finalidad social: esto es, aportar agua de buena calidad a Chungungo, una caleta de pescadores que carecía totalmente de ella.

4. Al adjudicarnos esa propuesta aquel año 1981,  tuvimos por fin acceso a los primeros fondos que permitieron a nuestro equipo investigar en terreno y experimentar, durante algunos años, con diversos aparatos y en diferentes sitios, la productividad del lugar.  Etapa que par mí constituyó  un maravilloso aprendizaje en un tema aparentemnte ajeno a la Antropología, mi especialidad. 

5. En los años siguientes, nos adjudicamos  otros Proyectos en la misma Región,  los que nos permitieron continuar la tarea en el lugar,  y entablamos relaciones internacionales, gracias a los contactos de la geógrafa  Pilar Cereceda T., jefe de nuestro grupo.  (Cf. Larrain, 2006, 2013, 2016). 

6. Gracias al apoyo de la Compañia de Aceros del Pacífico (CAP), dueña de esa zona minera de explotación del hierro, nos fue posible contar con una cómoda casa, al lado mismo del lugar de captación, donde pudimos permanecer por largos meses, construyendo y vigilando nuestros aparatos y realizando mediciones diarias en una mini estación metereológica  que  el Dr.  Fernando Santibáñez, de la Universidad de Chile, nos había gentilmente facilitado para la investigación  de las variables climáticas. De antropólogo, pasé a ser de pronto,  un solícito aprendiz de climatólogo. 

Perspicacia de nuestras intuiciones.

Que nuestras primeras intuiciones sobre la factibilidad del Proyecto eran acertadas, lo prueba el notable desarrollo subsecuente gracias a los trabajos emprendidos en los cerros de El Tofo, por parte de  CONAF (IV Región) y el Environmental Service de Canadá, por intermedio del físico, Robert S. Schemenauer.

Un final feliz.

El broche de oro de estos esfuerzos ocurrió  un día  Mayo de 1992 cuando se conectó el agua  de los atrapanieblas a la cañería que la condujo cerro abajo, al poblado de pescadores de Chungungo, situado a unos 3,5 km de distancia, junto a la costa. Durante los cuatro años siguientes, los pobladores de la caleta disfrutaron de un agua de excelente calidad en sus propias casas, e incluso se dieron el lujo de  cultivar pequeñas huertas caseras, para surtirse  de verduras. Situación para ellos totalmente impensada cuando por decenios se vieron obligados a surtirse de un agua de dudosa calidad, que era transportada en un camión cisterna, una vez por semana. Si el camión llegaba a fallar, quedaban simplemente sin agua.
Bibliografía citada.

Grunow J.   1958, "Kritik des Nebelfängers. Zur Methode der Messung des Nebelniederschlags". Technische Mitteilungen des Instrumentenwesens der Deutschen Dienstes, Neue Folge, Nr. 4, 60-68, Hamburg.

Kummerow, Jochem, 1966, "Aporte al conocimiento de las condiciones climáticas del bosque de Fray Jorge",  Boletín Nº 24, Facultad de Agronomía, Universidad de Chile,  Santiago  de Chile, 24, pp.

Larrain, Horacio, 2006,  "Captación del agua de  niebla: breve historial en el  Norte de Chile", https://eco-antropologia.blogspot.com de fecha 06-12-2006.

Larrain, Horacio,  2013, "Nuestra primera experiencia de captación de agua de niebla: caleta Temblador en mayo del año 1980",  en https://eco-antropologia.blogspot.com de fecha  08-11-2013

Larrain, Horacio, 2016, "Resumen de nuestras primers experiencias en captación  de la camanchaca costera: años 1980-2000. Cerros de El Tofo (IV Región) y  Alto Patache, (Iª Región de Chile",  en  https://eco-antropologia.blogspot.com, de fecha  30-09-2016.

(Nota final: este trabajo previo ha sido enviado a la geógrafa Pilar Cereceda para su revisión y puesta a punto. Sus observaciones y notas serán gustosamente agregadas a este texto).

3 comentarios:

  1. Excelente artículo. Los mejores recuerdos tengo de la época en que se trabajó para darle agua por medio de grandes capta -neblinas al pueblo de Chungungo. Era increíble ver cuando la camanchaca subía por el cerro, cerrando todo a su paso...no dejaba ver nada. Fue una época muy linda, yo era chiquita pero compartía al lado de uds todo su trabajo. Se me quedó grabado en el recuerdo. Gracias, papá, por compartir todo tu conocimiento y experiencias de manera desinteresada.

    Cristina Larrain Mardorf, Ciudad de la Plat, República Argentina.

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  2. Muy querida hija: gracias por el hermoso comentario que me has enviado. Aunque lejos hoy, siempre supe que conté con tu apoyo maravilloso en todos los emprendimientos que mi carrera académica me permitió realizar. En aquella nuestra epopéyica gesta del 1 de Mayo de 1980 en playa Temblador, tú, con apenas 10 años de edad, estabas a nuestro lado, acompañándonos, pendiente de todos los detalles. Cuando preparábamos en la playa los aparatos captadores, tus miradas curiosas de niña nos animaban más aún a intentar lo que parecía imposible: obtener agua fresca de la nube rasante. ¡Y lo logramos aquel memorable día!.
    Tu papá, que te adora,

    Horacio Larrain

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  3. Cuantas cosas, obvio que hace falta un nuevo acuerdo para pensar el desierto, y especialmente San Pedro, fuera de la idea del turismo... por lo demás espero que estes bien amigo Horacio. Un abrazo, José-Luis Anta.

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