Figura de inicio. Vista panorámica del área de la desembocadura del río Loa en el océano Pacífico. Tomada del Weste al Este. La escasa vegetación ribereña consiste en arbustos de chilca (Baccharis chilca) y algunas variedades de juncos. El agua aquí es fuertemente salina, pero permite el desarrollo de camarones (Cryphiops caementarius, Mol.), decápodo autóctono de todos los rios del desierto chileno, que fuera alimento para las poblaciones antiguas; (Foto H. Larrain, febrero 1981, tomada de su obra "Etnogeografía", Colección Geografía de Chile, vol. de Chile, Instituto Geográfico Militar, Santiago de Chile, 1987: 79)..
El río que rompe la monotonía de la costa árida del Norte.
Existe un creciente interés por estudiar y analizar el área aledaña al río Loa (coordenadas 21º 25´S y 70º 40´W) por tratarse del único rio que aporta sus aguas al océano en toda la costa del Norte Grande de Chile, entre el río Camarones (19º 11´ 08´´ S) , por el norte y el río Salado (que desemboca en Chañaral; coordenadas 23º 13´ 25´´ S), por el sur. El lugar presenta un fecundo oasis de vegetación y agua, lo que ha permitido el desarrollo en su entorno de la vida humana desde hace varios milenios. (Ver Foto, arriba).
El río que rompe la monotonía de la costa árida del Norte.
Existe un creciente interés por estudiar y analizar el área aledaña al río Loa (coordenadas 21º 25´S y 70º 40´W) por tratarse del único rio que aporta sus aguas al océano en toda la costa del Norte Grande de Chile, entre el río Camarones (19º 11´ 08´´ S) , por el norte y el río Salado (que desemboca en Chañaral; coordenadas 23º 13´ 25´´ S), por el sur. El lugar presenta un fecundo oasis de vegetación y agua, lo que ha permitido el desarrollo en su entorno de la vida humana desde hace varios milenios. (Ver Foto, arriba).
Por otra parte, el creciente movimiento de vehículos que circula hoy por la carretera panamericana norte-sur, ha hecho necesaria la ampliación reciente de la infrastructura de control vial, por encontrarse allí la Aduana y Policía de control fronterizo entre la Iª Región, dotada de especiales franquicias aduaneras, y el resto del país hacia el Sur.
Ocasión de nuestra investigación arqueológica.
El reciente desarrollo del lugar, en pleno desierto, ha motivado al Ministerio de Bienes Nacionales a realizar una serie de estudios del sector entre ellos, una prospección arqueológica del sector. El objetivo fue el detectar a tiempo las zonas de especial interés arqueológico, histórico o ecológico (biológico), para protegerlas del incipiente desarrollo habitacional que está experimentado el lugar. Allí, se realiza hoy día, por parte del Servicio Agrícola Ganadero (SAG) un estricto control fito-sanitario del transporte de productos agrícolas y alimenticios hacia el sur del país, para evitar -entre otras cosas- la propagación de la mosca de la fruta (Ceratitis capitata), temible peste de los frutales que suele asolar muchas zonas tropicales y nos suele llegar, de contrabando, desde el Perú o Bolivia. Aquí existe, pues una verdadera doble frontera que controla tanto la introducción de frutos frescos (posibles portadores de la peste) como también el transporte al sur de mercaderías suntuarias, adquiridas en la Zona Franca de Iquique.
Por entonces (año 2004) , el suscrito, Horacio Larrain, era docente de la carrera de arqueología, impartida por la Universidad Bolivariana en la ciudad de Iquique. Él y algunos de sus alumnos, serán los encargados de realizar esta prospección in situ.
Conforme a nuestra costumbre, nos ha parecido que este documento no debe permanecer ignorado sino debe ser dado a conocer tanto a los investigadores y estudiosos como a los amantes de la arqueología del Norte Grande del país. Con gusto, pues, ofrecemos a nuestros lectores este documento, ignorado hasta ahora.
Copiamos aqui, ad litteram, el texto completo de este estudio que ha quedado hasta hoy inédito.
Texto de nuestro estudio realizado en el año 2004.
"La Oficina de Bienes Nacionales de Santiago, contactó al suscrito en su calidad de arqueólogo de la Universidad Bolivariana, Sede Iquique, para realizar un catastro de sitios históricos y arqueológicos en el área próxima a la desembocadura del Río Loa, justamente en el límite entre la Iª y IIª Región de Chile. Este trabajo forma parte de una iniciativa de esta Oficina que se viene realizando en distintas regiones del país con el objeto de reunir antecedentes de diversa índole (geográfica, física, química, biológica, antropológica e histórica) para determinar qué áreas particulares del país deban recibir una protección especial por parte del Estado.
En un momento en que el territorio nacional y en particular el borde costero es objeto de fuertes presiones por parte de la empresa privada para la realización de inversiones inmobiliarias o turísticas de diversa índole, ha parecido indispensable destacar aquellas áreas que por su peculiaridad biológica (presencia de una rica biodiversidad), sus significación histórica o arqueológica ( importante presencia humana desde tempranos tiempos), o por su importancia escénica, merezcan ser protegidas y conservadas, sea para su estudio en profundidad, sea para la preservación de sus ecosistemas.
A causa del creciente aumento de población y su consiguiente presión sobre el medio ambiente, es obligación del Estado velar por la conservación o particular resguardo de aquellas áreas donde la presencia humana puede destruir tanto los testimonios del pasado, como los ecosistemas donde se conserva una potente biodiversidad. Estos espacios relictos, máxime cuando son testimonios vivientes de épocas pasadas mantienen una flora y fauna muy característica, a menudo endémica, y/o muestran señas inequívocas de la presencia y actividad humana desde hace varios milenios. Siendo escasos los estudios realizados sobre estos ecosistemas relictos o su poblamiento a través del tiempo, o siendo no pocos de ellos indispensables para la mantención de los ciclos migratorios de especies tanto marinas como terrestres, se hace preciso establecer áreas y territorios sujetos a una especial reglamentación sobre su uso. En el contexto de las dos primeras Regiones del país, uno de estos lugares, donde la existencia de una carretera costera dotada de enorme flujo vehicular y la presencia de una Aduana y edificaciones anexas (restaurantes, pensiones, etc.) puede causar serios e irreversibles daños al patrimonio cultural o al medioambiente, a causa de su gran fragilidad, es precisamente la desembocadura del río Loa. Lo que ha motivado su estudio y catastro por parte de la Oficina de Bienes Nacionales. Con este claro objetivo in mente, esta Oficina ha solicitado el apoyo de los científicos de varias Universidades tanto de la Iª como de la IIª Región del país. Al efecto, entre los días 27 y 30 de Septiembre del año en curso 2004, Bienes Nacionales organizó un campamento científico junto al lecho del río Loa y próximo a su desembocadura, para dar facilidades a los especialistas para realizar su labor in situ. Este es el origen de esta Prospección Arqueológica en torno a la desembocadura del río Loa. Ofrecemos aquí nuestro catastro de tipo arqueológico del área de estudio.
A causa del creciente aumento de población y su consiguiente presión sobre el medio ambiente, es obligación del Estado velar por la conservación o particular resguardo de aquellas áreas donde la presencia humana puede destruir tanto los testimonios del pasado, como los ecosistemas donde se conserva una potente biodiversidad. Estos espacios relictos, máxime cuando son testimonios vivientes de épocas pasadas mantienen una flora y fauna muy característica, a menudo endémica, y/o muestran señas inequívocas de la presencia y actividad humana desde hace varios milenios. Siendo escasos los estudios realizados sobre estos ecosistemas relictos o su poblamiento a través del tiempo, o siendo no pocos de ellos indispensables para la mantención de los ciclos migratorios de especies tanto marinas como terrestres, se hace preciso establecer áreas y territorios sujetos a una especial reglamentación sobre su uso. En el contexto de las dos primeras Regiones del país, uno de estos lugares, donde la existencia de una carretera costera dotada de enorme flujo vehicular y la presencia de una Aduana y edificaciones anexas (restaurantes, pensiones, etc.) puede causar serios e irreversibles daños al patrimonio cultural o al medioambiente, a causa de su gran fragilidad, es precisamente la desembocadura del río Loa. Lo que ha motivado su estudio y catastro por parte de la Oficina de Bienes Nacionales. Con este claro objetivo in mente, esta Oficina ha solicitado el apoyo de los científicos de varias Universidades tanto de la Iª como de la IIª Región del país. Al efecto, entre los días 27 y 30 de Septiembre del año en curso 2004, Bienes Nacionales organizó un campamento científico junto al lecho del río Loa y próximo a su desembocadura, para dar facilidades a los especialistas para realizar su labor in situ. Este es el origen de esta Prospección Arqueológica en torno a la desembocadura del río Loa. Ofrecemos aquí nuestro catastro de tipo arqueológico del área de estudio.
[Área clave de presencia humana: antecedentes históricos].
El área de la desembocadura del río Loa ha sido objeto de un muy antiguo y activo contacto entre las poblaciones indígenas de las quebradas u oasis del interior: (Guatacondo, Maní y otras), o las aldeas sitas junto a las márgenes del río Loa y sus afluentes (Calama, Chiuchíu, Caspana, Ayquina, Turi) o del Salar de Atacama (S. Pedro, Toconao, Peine, Socaire). Pero, por su posicìón estratégica en la costa desértica, donde no había abundantes fuentes de agua próximas, en centenares de kilómetros a la redonda, el área del Loa se convirtió en sitio de visita obligada para los navíos coloniales que iban y venían del Callao o para los corsarios que allí recalaban para surtirse del preciado líquido.
La presencia de una población indígena pescadora allí residente desde antiguos tiempos, atrajo también el interés de los españoles, tanto para obtener mano de obra para sus labores mineras o de pesca, cuanto para comerciar con las comunidades aldeanas del interior. No nos ha de sorprender, pues, el que los españoles hayan puesto sus ojos en este lugar para formar parte desde muy tempranos tiempos, de una importante encomienda de la zona: la "encomienda de Pica y Loa". Ya el nombre mismo de esta encomienda temprana: “Pica y Loa”, entregada por don Francisco Pizarro de acuerdo a las informaciones suministradas por Diego de Almagro en su expedición de regreso desde Chile (1536), nos ilustra bastante bien acerca de la importancia dada por los primeros conquistadores a esta "área de eficiencia litoral", bien provista de agua potable e, igualmente, acerca de su vital interconexión con el hinterland aldeano, tanto tarapaqueño como antofagastino. Por esto mismo, no podemos sorprendernos del activo tráfico que se puede percibir en esta área de la desembocadura del río, tanto en épocas indígenas como coloniales y aún republicanas (época del salitre).
Hacia 1956, el arqueólogo Lautaro Núñez realiza las primeras prospecciones arqueológicas que se conozca en la zona sur de Iquique, incluyendo sectores próximos al río Loa. (Núñez, 1963: 3-6). Poco después (1965), el arqueólogo suizo Christian Spahni realiza la primera excavación sistemática de cementerios y tumbas, aportando valiosas informaciones sobre los tipos de vivienda, sus elementos culturales y ajuares, y su relación cultural con los pueblos atacameños del interior. A la sazón, Spahni se desempeñaba como director del Museo arqueológico de Calama. Los últimos trabajos arqueológicos en la zona fueron realizados, bajo la dirección de Lautaro Núñez, por los arqueólogos Vjera Zlátar, Patricio Núñez y Cora Moragas, en los años 1977-78. De este tiempo data la excavación en el sitio Caleta-Huelén-42, que corresponde a nuestro sitio DRL-3 (Ver bibliografía anexa).
La presencia de una población indígena pescadora allí residente desde antiguos tiempos, atrajo también el interés de los españoles, tanto para obtener mano de obra para sus labores mineras o de pesca, cuanto para comerciar con las comunidades aldeanas del interior. No nos ha de sorprender, pues, el que los españoles hayan puesto sus ojos en este lugar para formar parte desde muy tempranos tiempos, de una importante encomienda de la zona: la "encomienda de Pica y Loa". Ya el nombre mismo de esta encomienda temprana: “Pica y Loa”, entregada por don Francisco Pizarro de acuerdo a las informaciones suministradas por Diego de Almagro en su expedición de regreso desde Chile (1536), nos ilustra bastante bien acerca de la importancia dada por los primeros conquistadores a esta "área de eficiencia litoral", bien provista de agua potable e, igualmente, acerca de su vital interconexión con el hinterland aldeano, tanto tarapaqueño como antofagastino. Por esto mismo, no podemos sorprendernos del activo tráfico que se puede percibir en esta área de la desembocadura del río, tanto en épocas indígenas como coloniales y aún republicanas (época del salitre).
Hacia 1956, el arqueólogo Lautaro Núñez realiza las primeras prospecciones arqueológicas que se conozca en la zona sur de Iquique, incluyendo sectores próximos al río Loa. (Núñez, 1963: 3-6). Poco después (1965), el arqueólogo suizo Christian Spahni realiza la primera excavación sistemática de cementerios y tumbas, aportando valiosas informaciones sobre los tipos de vivienda, sus elementos culturales y ajuares, y su relación cultural con los pueblos atacameños del interior. A la sazón, Spahni se desempeñaba como director del Museo arqueológico de Calama. Los últimos trabajos arqueológicos en la zona fueron realizados, bajo la dirección de Lautaro Núñez, por los arqueólogos Vjera Zlátar, Patricio Núñez y Cora Moragas, en los años 1977-78. De este tiempo data la excavación en el sitio Caleta-Huelén-42, que corresponde a nuestro sitio DRL-3 (Ver bibliografía anexa).
Foto 1. Vista general del área del lecho del R. Loa, en el sector desembocadura, tomada desde el SE. Se observa ambas terrazas marinas: norte y sur. (foto Enrique Rand, tomada en cercanías del sitio DRL-25, extremo E. de terraza marina sur.).
Sitios detectados durante prospección.
Nota preliminar: se ofrece aquí las coordenadas del área central de cada sitio, salvo en los yacimientos mayores, donde se presentan hasta cuatro vértices, para poder inferir su superficie total. Todas las fotos son de Enrique Rand. Los párrafos entre corchetes, son adición nuestra para esta edición (2020). La sigla DRL designa a la desembocadura del río Loa.
Sitio: DRL-1
Altitud GPS: 7 m.
Coordenadas UTM: 0390857 / 7630515
Tipo de sitio: Aldea indígena
Superficie: 63.000 m2
Condición Sitio: Saqueado y perturbado.
Objetos culturales observados: Percutores, fragmentos de morteros, manos de moler, conchas, cantos rodados, todo mezclado.
Objetos recuperados: Una punta de proyectil rota, un fragmento de mortero en granito.
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Foto 2. (DRL-1). Fragmento de mortero para la molienda hecho en canto rodado de playa (granito).
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Sitio: DRL-2
Altitud GPS: 20 m.
Coordenadas UTM: 0391249 / 7630735
Tipo de sitio: Aldea indígena
Superficie: aprox. 4.950 m2.
Condición Sitio: Saqueado y perturbado. Se observa claramente las líneas de trincheras de su excavación arqueológica. (por Lautaro Núñez).
Objetos culturales observados: Percutores, fragmentos de morteros, manos de moler, conchas, cantos rodados, raspadores, y gran profusión de conchas marinas varias: todo mezclado.
Objetos recuperados: Una punta de proyectil rota.
Foto 3. (DRL-2). Vivienda semisubterránea de base circular, notoriamente excavada por los arqueólogos.
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Foto 4. (DRL-2). Trinchera arqueológica. Indica el grosor yacimiento conchífero (ancho: 90-95 cm. aprox.)
Foto 5. (DRL-2). Paredes de la vivienda circular hecha
en base a grandes cantos de playa y trinchera.
en base a grandes cantos de playa y trinchera.
Foto 6. (DRL-2). Bases de vivienda semisubterránea. El piso endurecido de cenizas revela intenso uso de fogones.
Sitio: DRL-3
Altitud GPS: 32 m
Coordenadas UTM: 0391602 / 7630803
Tipo de sitio: Vivienda Colonial
Superficie: 10 m2
Condición Sitio: Intocado
Objetos culturales observados: Cantos rodados de playa, lascas. Escasa cerámica.
Objetos recuperados: Fragmento de boca ceramio.
Foto 6. (DRL-3). Hilada de piedras formando las bases de una vivienda cuadrangular. Probablemente de época colonial (la escala de 1 metro marca dirección del muro antiguo).
Sitio: DRL-4
Altitud GPS: 22 m
Coordenadas UTM: 0391672 / 7630794
Tipo de sitio: Vivienda colonial
Superficie: 20 m2
Condición Sitio: Intocado
Objetos culturales observados: Percutores en canto rodado.
Objetos recuperados: Cerámica con engobe rojo de paredes finas (¿Culturas Arica?)
(No se presenta foto).
Sitio: DRL-5
Altitud GPS: 30 m
Coordenadas UTM: 0391535 / 7630970
Tipo de sitio: Choza de arriero, siglo XIX.
Superficie: 40 m2
Condición Sitio: Intocado
Objetos culturales observados: Semillas de algarrobo, latas, fierros, clavos, cueros, gran piedra de moler, hueso de lobo marino y de caprinos.
Objetos recuperados: No.
Foto 7. (DRL-5). Pircas de vivienda de arriero, siglo XIX. Objetos y basuras
asociadas delatan claramente la cronología del lugar.
Sitio: DRL-6
Altitud GPS: 22 m
Coordenadas UTM: 0391446 / 7630932
Tipo de sitio: Cementerio indígena (presenta entre 16 y 18 tumbas)
Superficie: 480 m2
Condición Sitio: Saqueado
Objetos culturales observados: Esqueletos humanos, tejidos (material revuelto).
Objetos recuperados: tejidos burdos y con diseños, esqueletos incompletos, cabeza de loro, fragmento de cuero de lobo marino.
Foto 8. (DRL-6). Parte del cementerio (sector Este). Tres tumbas saqueadas. En suave hondonada, entre afloramientos de pequeñas estribaciones graníticas de orientación E-W.
Foto 9. (DRL6). Tumba Nº 1. Saqueada. Se observa trozo de tejido decorado que envolvía el cuerpo. Cráneo destrozado. Sector E yacimiento. Note la presencia de piedras señalizadoras de tumba.
Foto 10. (DRL-6). Tumba Nº 2 (de E. a W.). Saqueada.
Foto 11. (DRL-6). Tumba Nº 3; saqueada. Observe piedras señalizadoras de la tumba.
Foto 12. (DRL-6). Varias tumbas profanadas, tal vez 7 u 8. Sector W del cementerio.
Sitio: DRL-7
Altitud GPS: 58 m
Coordenadas UTM: 0391935 / 7631074
Tipo de sitio: 2 Talleres líticos próximos entre sí.
Superficie: 12 m2 y 2 m2, respectivamente.
Condición Sitio: Intocados
Objetos culturales observados: Numerosas lascas grandes en granito.
Objetos recuperados: No.
Foto 13. (DRL-7). Lascas de granito desbastadas de núcleos mayores, para la
obtención de filudos cuchillos.
Sitio: DRL-8
Altitud GPS: 25 m
Coordenadas UTM: 0391277 / 7631138
Tipo de sitio: Corrales coloniales y anexos
Superficie: 8000 m2
Condición Sitio: Intocado
Objetos culturales observados: Pircas de piedra, cerámica gruesa y botellas de cerveza.
Objetos recuperados: No
Foto 14. (DRL-8) Grandes pircas de corrales para encierro de animales. Probablemente para vacunos o mulares. De gorro y parka, el Dr. Horacio Larrain; a su derecha, el estudiante de arqueología señor Luis Pérez Reyes.
Foto 15. (DRL-8) Idem. Vista a otro corral próximo.
Foto 16. (DRL-8). Pequeña estructura circular anexa a los corrales.
Sitio: DRL-9
Altitud GPS: 85m
Coordenadas UTM: 0391757 / 7631779
Tipo de sitio: Estructuras habitacionales de muros cuadrados.
Superficie: 3000 m2
Condición Sitio: Intocado
Objetos culturales observados: Escasos percutores y cantos rodados de playa.
Objetos recuperados: Numerosos fragmentos de cerámica culinaria que parecen corresponder a varios ceramios. Un gran trozo de plato (foto 17).
Foto 17.(DRL-9) Gran parte de plato, hallado muy cerca de las estructuras cuadradas. (No hay foto de éstas).
Sitio: DRL-10
Altitud GPS: 62 m
Coordenadas UTM: 0391831 / 7631702
Tipo de sitio: Gran estructura de pircas con vivienda anexa.
Superficie: 30 m2
Condición Sitio: Saqueada en el centro de la vivienda.Objetos culturales observados: Solo muros, sin otros elementos culturales a la vista.
Objetos recuperados: No
Foto 18.(DRL-10) Terraza artificial pircada, con vivienda circular anexa, saqueada.
Sitio: DRL-11
Altitud GPS: 33m
Coordenadas UTM: 0391740 / 7630819
Tipo de sitio: ¿Tumba colonial?
Superficie: 3 m2
Condición Sitio: Saqueado
Objetos culturales observados: Parte de una camisa, un botón, una vieja cerradura.
Objetos recuperados: Osamenta casi completa, solo falta el cráneo.
Foto 19. (DRL-11). Osamenta a la vista, en la tumba saqueada. Falta el cráneo respectivo.
Sitio: DRL-12
Altitud GPS: 16m
Coordenadas UTM: 0391720 / 7630822
Tipo de sitio: Estructura de vivienda de muro cuadrangular
Superficie: 10,5 m2
Condición Sitio: Intocado
Objetos culturales observados: Percutores y cantos rodados con señas de uso
Objetos recuperados: No
Foto 20. (DRL-12) Hilada de piedras alineadas: probables bases de vivienda cuadrangular.
Sitio: DRL-13
Altitud GPS: 35m
Coordenadas UTM: 0392496 / 7630883
Tipo de sitio: Chacra de cultivo colonial
Superficie: 4.600 m2
Condición Sitio: Intocado
Objetos culturales observados: Cantos rodados grandes, dos pozos aterrados, percutores y diseño de acequias y pongos.
Objetos recuperados: Fragmento de cerámica colonial y dos puntas de proyectil.
Foto 21. (DRL-13). Sendero de descenso a la chacra colonial. Observe alineamientos de piedras que demarcan las distintas eras de cultivo, y las acequias de riego. En el borde weste, bases de vivienda cuadrangular. Observe los grandes manchones verdes de Atriplex atacamensis (cachiyuyo). Las manchas pardas corresponden a ejemplares de Prosopis chilensis (algarrobo).
Foto 22. (DRL-13) Vista de la misma chacra, tomada desde la terraza marina sur del río Loa. Observe la terraza fluvial de aluvión sobre la que se asienta la chacra colonial. En su extremo Este, un gran rodado caído de los cerros parece recubrir parcialmente sectores de la chacra antigua.
Foto 23.(DRL-13) Pozo excavado en extremo NE de la chacra para obtención
del agua de regadío y bebida humana. Hoy, semi aterrado, se halla muy próximo al lecho del río.
Foto 24. (DRL-13). Gran roca que señala hilada de piedras que conforman
una antigua acequia para regar las eras de cultivo.
Foto 25. (DRL-13) Vista a las eras de cultivo, sus acequias y pongos. Se hacía riego por inundación de las eras a partir de acequias secundarias.
Sitio: DRL-14
Altitud GPS: 15 m
Coordenadas UTM: 0391156 / 7629690
Tipo de sitio: Estructura de vivienda indígena
Superficie: 4 m2
Condición Sitio: Intocado
Objetos culturales observados: Cantos rodados, muchas conchas de diversas especies, huiros.
Objetos recuperados: cuentas de piedra pómez, (de collar?), semillas de algarrobos y chañar.
Foto 26. (DRL-14). Bases de vivienda primitiva. Se observa gran canto rodado (para molienda).
Sitio: DRL-15
Altitud GPS: 20 m
Coordenadas UTM: 0391558 / 7629621
Tipo de sitio: Paradero indígena
Superficie: 30 m2
Condición Sitio: Intocado
Objetos culturales: Numerosas conchas de varias especies, huesos de lobos marinos, fogón con cenizas, morteros y percutores.
Objetos recuperados: Dos chuspas de lana y cordelería, fragmentos de cerámica para reconstrucción de vasijas
Foto 27. (DRL-15). Cima de estribación granítica donde estaba el yacimiento cultural.
Sitio: DRL-16
Altitud GPS: 27 m
Coordenadas UTM: 0391469 / 7629725
Tipo de sitio: Paradero indígena
Superficie: 25 m2
Condición Sitio: Removido parcialmente
Objetos culturales observados: Gran cantidad de conchas de moluscos, percutores y mano de moler.
Objetos recuperados: Fragmentos de cerámica atacameña, negro y rojo.
Foto 28. (DRL-16) Ladera en descenso hacia el weste (semiplana). Se observa restos de conchas y cantos rodados.
Sitio: DRL-17
Altitud GPS: 32 m
Coordenadas UTM: 0391575 / 7629775
Tipo de sitio: Paradero indígena
Superficie: 154 m2
Condición Sitio: Intocado
Objetos culturales observados: Muchas conchas de moluscos, morteros, cantos rodados huesos de ballena, de pescado, semillas de algarrobos, huesos de albacora.
Objetos recuperados: Fragmento de hueso frontal de albacora.
Foto 29. (Sitio DRL-17). Se encontró fragmentos de cerámica, seguramente de una misma vasija.
Sitio: DRL-18
Altitud GPS: 20 m
Coordenadas UTM: 0391211 / 7629774
Tipo de sitio: Paradero indígena
Superficie: 400 m2
Condición Sitio: Intocado
Objetos culturales observados: Muchas conchas, cantos rodados y morteros planos, percutores..
Objetos recuperados: Un collar en malaquita con 18 cuentas, dos fragmentos cerámicos de boca.
Foto 30. (DRL-18). Area de concentración de conchas, en extremo weste del yacimiento. Se observa cantos rodados.
Sitio: DRL-19
Altitud GPS: 37 m
Coordenadas UTM: 0391372 / 7629360
Tipo de sitio: cache de carácter ritual
Superficie: 0,8m2
Condición Sitio: Intocado
Objetos culturales observados: Cráneos de delfín, un cráneo de lobo marino y uno de guanaco
Objetos recuperados: Varios cráneos de delfín, un cráneo de lobo marino y uno de guanaco, y semillas (algarrobo y chañar).
Foto 31. (DRL-19). “Cache” ceremonial, en cima de la estribación granítica, antes de su apertura. Está intencionadamente tapado por pequeñas rocas (sobre escala gráfica).
Foto 32. (DRL-19). El mismo cache ceremonial, dejando a la vista numerosos cráneos de 3 especies de animales: delfín, guanaco y lobo marino, tras despejar su entrada.
Sitio: DRL-20
Altitud GPS: 29 m
Coordenadas UTM: 0391308 / 7629670
Tipo de sitio: Paradero indígena
Superficie: 64 m2
Condición Sitio: Intocado
Objetos culturales observados: Piedras de moler y mano, percutores, fragmentos de cerámica y gran cantidad de conchas de diversos moluscos, pequeño depósito de semillas de algarrobo y chañar; hay una posible tumba en sector sur del sitio, con coordenadas: 0391296 / 7629655. Altitud 25 m.
Objetos recuperados: Fragmentos de cerámica con asas, un raspador, dos puntas de proyectil rotas (fotos).
Foto 33. (DRL-20). Estribación granítica ocupada por un paradero. Profusión de conchas en su porción inferior
Foto 34. (DRL-20). A lo largo de esta estribación, se extienden los materiales culturales,
destacando los morteros y manos, y gran cantidad de conchas de moluscos. A la izquierda, Luis Pérez Reyes; a la derecha, caminando, el Dr. Horacio Lrrain).
Foto 35. (DRL-35). En esta grieta apareció, in situ, esta punta rota de proyectil. (la moneda de 10 centavos, sirve de escala)
Foto 36. (DRL-20). Punta de proyectil rota, abandonada in situ, a pocos centímetros de la anterior.
Foto 37. (DRL-20). Pequeño escondrijo o bodega de semillas de algarrobo y chañar, procedentes del interior.
Sitio: DRL-21
Altitud GPS: 20 m
Coordenadas UTM: 0391314 / 7629676
Tipo de sitio: Paradero indígena
Superficie: 25 m2
Condición Sitio: Intocado (Huellas de maquinaria pesada en sus cercanías)
Objetos culturales observados: Muchas conchas de moluscos, huesos dispersos de lobos marinos.
Objetos recuperados: Dos bolsas plásticas llenas de trozos de cerámica para armar; una de ellas de cerámica muy bien cocida tipo Arica.
Foto 38. (DRL-21). Esta pequeña estribación granítica (tipo arrecife emergido) presentó valiosos elementos culturales (litos)..
Sitio: DRL-22
Altitud GPS: 18 m
Coordenadas UTM: 0391608 / 7630075
Tipo de sitio: Tumbas indígena (dos)
Superficie: 10 m2
Condición Sitio: Saqueada (ambas)
Objetos culturales observados: No
Objetos recuperados: No.
Foto 39. (DRL-22). Dos amontonamientos de piedras, señalando posibles tumbas.
Sitio: DRL-23
Altitud GPS: 52 m
Coordenadas UTM: 0392202 / 7630680
Tipo de sitio: Estructura probable de tumba
Superficie: 9 m2
Condición Sitio: Intocado
Objetos culturales observados: a 10 metros se encontró restos de un cráneo humano
Objetos recuperados: No.
Foto 40. (DRL-23). Probable tumba, al parecer no perturbada.
Sitio: DRL-24
Altitud GPS: 55 m
Coordenadas UTM: 0392208 / 7630383
Tipo de sitio: Concentración de fragmentos de cerámica muy erosionada
Superficie: Aprox. 100 m2
Condición Sitio: Intocado
Objetos culturales observados: Fragmento de cerámica en gran cantidad
Objetos recuperados: Fragmentos de boca y fondo de vasijas.
( No hay fotografías del sitio).
Sitio: DRL-25
Altitud GPS: 16 m
Coordenadas UTM: 0392362 / 7630689
Tipo de sitio: Vivienda con corral anexo
Superficie: 22 m2
Condición Sitio: Intocado
Objetos culturales observados: Una habitación en pirca con su corral anexo, latas y tarros de conservas, canto rodado grande con zona de astilladuras.
Objetos recuperados: Clavo y una lata de cerveza.
Foto 41. (DRL-25). Vivienda de arriero y su pequeño corral anexo, hechos con concreciones calcáreas de origen marino.
Foto 42. (DRL-25). Detalle de la choza de arriero. La escala marca 1m. A la derecha, el Dr. Horacio Larrain conversando con uno de sus alumnos del Curso de arqueología.
Sitio: DRL-26
Altitud GPS: 38 m
Coordenadas UTM: 0392370 / 7630703
Tipo de sitio: Probable tumba indígena
Superficie: Aprox. 5 m2
Condición Sitio: Saqueado
Objetos culturales observados: Percutores en cantos rodados, a unos 5 m de la tumba.
Objetos recuperados: No.
Foto 43. (DRL-26). Tumba saqueada. Observa el Dr. H. Larrain.
Sitio: DRL-27
Altitud GPS: 31 m
Coordenadas UTM: 0391460 / 7630542
Tipo de sitio: Tumba indígena
Superficie: Aprox. 5 m2
Condición Sitio: Saqueada
Objetos culturales observados: Varios huesos de lobos marinos, cantos rodados dispersos.
Objetos recuperados: No
Foto 44. (DRL-27). Tumba saqueada. Piedras señalizadoras.
Sitio: DRL-28
Altitud GPS: 15 m- 20 m
Coordenadas UTM: 0391382 / 7630532 (sector norte); 0391439 / 7630510 (sector sur)
Tipo de sitio: Probable sector de aldea colonial española
Superficie: 50 m2 (sector norte); 102 m2 (sector sur)
Condición Sitio: Muy intervenido por ejercicios militares (se ve trincheras e indicios de campamento).
Objetos culturales observados: Percutores, lascas trozos de instrumentos y escasas conchas. Objetos de uso militar en campaña.
Objetos recuperados: Cuchillo en sílex.
Foto 45. (DRL_28). Sector Norte. En terraza marina casi intocada. Hiladas de piedras denotan antiguos muros.
Foto 46 (DRL-28). Sector Sur. Foto tomada desde la cima de estribación granítica. Se ven alteraciones y trincheras de militares en área exacta de ubicación de la aldea colonial.
Sitio: DRL-29
Altitud GPS: 22 m (inicio del canal); 7 m (fin del canal)
Coordenadas UTM: 0391429 / 7630516 (Inicio); 0391073 / 76301073 (término)
Tipo de sitio: Canal de regadío en margen sur del río
Superficie: Aprox. 200 m de largo; ancho aproximado entre 0.80 m y 1.0 m
Condición Sitio: Intocado, salvo en su límite weste donde fue perturbado por maquinaria pesada
Objetos culturales observados: revestimiento de piedras o adobes (¿?) de sostén del muro del canal.
Objetos recuperados: No.
Foto 48. (DRL-29). Porción final del canal de regadío excavado en borde sur del lecho del río Loa. Zona de ascenso a la terraza marina. Vista de Weste a Este.
Foto 49. (DRL-29). Inicio del canal, muy cerca del emplazamiento de la aldea colonial. Observe revestimiento con costrones salitrosos o calcáreos. Corre apegado al borde inferior del corte del río (ribera sur). Vista de E.a W.
Sitio: DRL-30
Altitud GPS: 50 m
Coordenadas UTM: 0391699 / 7630889
Tipo de sitio: sendero de tránsito hacia y desde el interior.
Superficie: se extiende por espacio de unos 10 m lineales al costado del sendero.
Condición Sitio: Destrucción natural por rodados, inmediatos al sector sur de la chacra colonial.
Objetos culturales observados: Fragmentos de cerámica negro pulido atacameño, fragmentos de lienzas, sogas, y tejidos. Los restos cerámicos se han deslizado casi hasta el borde del río Loa.
Objetos recuperados: Un fragmento de boca de ceramio grande, fragmentos de bocas de vasijas menores. Trozos de vasijas negro pulido atacameño.
(No hay fotografías del sitio).
Sitio: DRL-31
Altitud GPS: 24 m
Coordenadas UTM: 0391450 /7630542
Tipo de sitio: Probable tumba indígena
Superficie: Aprox. 12 m2
Condición Sitio: Intocada
Objetos culturales observados: Alineamiento de piedras en círculo
Objetos recuperados: No
(No hay fotografías del sitio)
Sitio: DRL-32
Altitud GPS: 19 m
Coordenadas UTM: conforma un cuadrilátero cuyos vértices son: NE: 0391419 / 7630475; SE: 0391503 / 7630347; NW: 0391015 / 7630389; SW: 0391051 / 7630219
Tipo de sitio: Aldea y asentamiento indígena permanente.
Superficie: Aprox. 30000 m2 (se midió un área adicional intervenida por maquinarias de la carretera de aprox. 7250 m2, totalmente alterada.)
Condición Sitio: Alterado como se ha indicado
Objetos culturales observados: Conchas variadas, percutores, cantos rodados, piedras de moler, utensilios en sílex
Objetos recuperados: Dos cuchillos en sílex y una gran punta de arpón (sílex).
(No hay fotografías del sitio)
Notas.
a). No se contempló en esta Prospección dos (o tres?) sitios de chacras prehispánicas, halladas algo más al interior, en la ribera sur del río Loa, examinadas por el geógrafo Esteban Sagredo en su visita del 29/09/2004 (comunicación personal de E. Sagredo). No queda claro en las intenciones de este trabajo de Bienes Nacionales, hasta donde haya que penetrar por el curso del río, tierra adentro. Dado que el curso del río, màxime en su borde norte, fue área de comunicación con el interior, es seguro que debe haber cantidad de sitios arqueológicos jalonando esta ruta. Hemos escuchado de la existencia de más de un tambo (incaico?), en este trayecto, lo que sería muy obvio, tratándose de una ruta muy frecuentada en la antigüedad..
b). El límite máximo septentrional del área, quedaría marcado por el sitio DRL-10. A partir de este sitio, habría que marcar una línea imaginaria que parta de unos 150 m al N. de este sitio, y corra en línea recta hasta el mar.
c). El límite sur habría que marcarlo, de acuerdo a criterios arqueológicos, unos 150 m. al S de nuestro sitio DRL-19.
d). Hacia el sector sur de esta área, continúan no pocos sitios arqueológicos, por varios kilómetros (pequeños paraderos de caza-recolección y tumbas) pero nos pareció prudente detenernos en este punto, para no alejarnos en exceso del lecho del río Loa, que demarca la zona focal biogeográfica, de influencia directa del río.
e). Se advierte que esta prospección posee solo un carácter inicial, y, por tanto, no pretende dar información absolutamente segura acerca de las características de los yacimientos. Análisis más detallados, suponen un tiempo más largo dedicado a efectuar sondeos, los cuales pueden hacer variar las conclusiones.
f). No disponemos de los Informes de Lautaro Núñez, acerca de esta zona, hechos con anterioridad a la construcción del puente y de la carretera pavimentada. Sospechamos que tanto en la proximidad de la actual Aduana y sus dependencias, como en el sector próximo a la carretera, debió existir sitios arqueológicos, sobre todo en la vecindad inmediata al curso del río. Toda esta zona, de varias miles de m2, ha sido muy intensamente alterada en los últimos 10-15 años. No nos consta que con ocasión de la construcción de la carretera y puente nuevo, se haya realizado aquí un estudio acabado de impacto ambiental, como lo exige la actual Ley Ambiental Nº 19.300.
g). Nosotros hemos reseñado aquí la presencia de solo un cementerio, saqueado hace pocos años (tal vez no más de 4-6 años). Sabemos por la bibliografía de J. C. Spahni y de L. Núñez que hubo varios cementerios indígenas, en la ribera norte y sur del río Loa. Pero la ubicación exacta de estos cementerios no la conocemos. Sin duda, ésta consta en los Cuadernos de Campo de los citados investigadores. Es probable que algunos de ellos, tras haber sido trabajados y excavados, hayan sido nuevamente tapados, para no inducir a los huaqueros a efectuar nuevos sondeos. El hecho de que reseñemos solo un cementerio en esta prospección, pues, no significa que no haya habido otros, varios de ellos (según Spahni y Núñez), ya estudiados por ellos en detalle. Sólo significa que hemos tropezado solo con un cementerio violado, aún a la vista.
ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN ARQUEOLÓGICA RECOGIDA (Gráficos).
Gráfico 1
Total de sitios: 32
Alterados : 12 = 38%
Intocados : 20 = 62%
Comentario:
La alteración de lo sitios ocurre aquí por tres causales principales: a) por el huaqueo o saqueo de tumbas o cementerios, obra de huaqueros que buscan artefactos, tejidos o vasijas para la venta; b) por obra de maquinaria pesada (camiones y retroexcavadoras) que sacaron materiales y áridos para la construcción de la carretera en ese sector; y c) por obra de regimientos militares, que han acampado aquí por días, para realizar maniobras en el área, cavando trincheras, parapetos y perturbando extensas zonas (caso especialmente notorio en el sitio DRL-27). Sin embargo, aún quedan numerosos sitios que justifican plenamente la protección del área para futuros y más acabados estudios; d) de no tomarse medidas pronto, muy poco o nada quedará para la posteridad de esta rica zona arqueológica.
Gráfico 2
Comentario:
a) Entre los tipos de sitios detectados, se observa un porcentaje importante de Tumbas individuales y Paraderos de caza-recolección marina. Pero estos sitios son muy pequeños, tal como podrá colegirse del gráfico 3.
b) Se ha de tomar en cuenta aquí que los grandes sitios (DRL-1, DRL-2 y DRL-32) corresponden a áreas de intensa ocupación con aldeas y numerosas viviendas, no pocas de las cuales han sido excavadas y estudiadas por Spahni, y posteriormente por Núñez y Zlátar. Algunos de estos sitios, siendo contiguos, son muy difíciles de aislar y diferenciar, por corresponder a extensas zonas de las riberas N y S, respectivamente, del río Loa, sujetas a muy intensa ocupación prehispánica.
c) No hemos detectado el lugar exacto de excavación de cementerios por obra de J. C. Spahni en sus excavaciones del año 1965.
d) La presencia de numerosos pequeños paraderos, podría sugerir actividades de grupos diferentes a los que poblaron con aldeas establecidas el borde mismo del río. Probablemente, corresponden a una diferente cronología. Lo mismo se puede decir de ciertas tumbas, de diferente diseño.
e) Hemos señalado 2 posibles sitios de aldeas indígenas y una española; en realidad, al no existir excavación total del área, es del todo imposible indicar su número exacto. Puede ser superior. En arqueología, la prospección es solo un indicador de presencia, no una prueba definitiva; lo que no ocurre en otras ciencias, como la zoología o la botánica. Solo la excavación en área, otorga la certeza definitiva.
f) Se ha de considerar aquí algo importante. En el período arcaico (precerámico), como ocurre en Caleta Huelén 42, la mayoría de las viviendas era, a la vez, sitios de depositación de difuntos, esto es, enterratorios sui generis. Los cementerios propiamente tales, en sitios separados de las viviendas, corresponden a un período agro-alfarero, mucho más tardío, cuando la población ha aumentado sensiblemente, o cuando el contacto con las aldeas agrícolas del interior es mucho más intenso. Por tanto, todos los enterramientos tempranos (aprox. antes de la era cristiana) se harán bajo el piso de la vivienda o en cualquier parte del asentamiento, nunca fuera de éste. No existen todavía los cementerios propiamente tales. La detección de solo un cementerio, visible en superficie, se explica bien por lo que queda dicho en nuestra nota g), poco más arriba.
b) Se ha de tomar en cuenta aquí que los grandes sitios (DRL-1, DRL-2 y DRL-32) corresponden a áreas de intensa ocupación con aldeas y numerosas viviendas, no pocas de las cuales han sido excavadas y estudiadas por Spahni, y posteriormente por Núñez y Zlátar. Algunos de estos sitios, siendo contiguos, son muy difíciles de aislar y diferenciar, por corresponder a extensas zonas de las riberas N y S, respectivamente, del río Loa, sujetas a muy intensa ocupación prehispánica.
c) No hemos detectado el lugar exacto de excavación de cementerios por obra de J. C. Spahni en sus excavaciones del año 1965.
d) La presencia de numerosos pequeños paraderos, podría sugerir actividades de grupos diferentes a los que poblaron con aldeas establecidas el borde mismo del río. Probablemente, corresponden a una diferente cronología. Lo mismo se puede decir de ciertas tumbas, de diferente diseño.
e) Hemos señalado 2 posibles sitios de aldeas indígenas y una española; en realidad, al no existir excavación total del área, es del todo imposible indicar su número exacto. Puede ser superior. En arqueología, la prospección es solo un indicador de presencia, no una prueba definitiva; lo que no ocurre en otras ciencias, como la zoología o la botánica. Solo la excavación en área, otorga la certeza definitiva.
f) Se ha de considerar aquí algo importante. En el período arcaico (precerámico), como ocurre en Caleta Huelén 42, la mayoría de las viviendas era, a la vez, sitios de depositación de difuntos, esto es, enterratorios sui generis. Los cementerios propiamente tales, en sitios separados de las viviendas, corresponden a un período agro-alfarero, mucho más tardío, cuando la población ha aumentado sensiblemente, o cuando el contacto con las aldeas agrícolas del interior es mucho más intenso. Por tanto, todos los enterramientos tempranos (aprox. antes de la era cristiana) se harán bajo el piso de la vivienda o en cualquier parte del asentamiento, nunca fuera de éste. No existen todavía los cementerios propiamente tales. La detección de solo un cementerio, visible en superficie, se explica bien por lo que queda dicho en nuestra nota g), poco más arriba.
Gráfico 3
Comentario:
De todos los sitios registrados, un muy alto porcentaje (60%) corresponde a la época indígena, sin pretender establecer, en esta somera prospección, su data arqueológica o afiliación cultural más precisa. Respecto a lo sitios rotulados como “coloniales”, su data se infiere de la presencia de elementos culturales típicos (cerámica, y formas de estructuras, particularmente). Es casi seguro que algunos sitios coloniales fueron reocupados en época del ciclo salitrero, pero para establecer esto con certeza, se necesitaría de excavaciones más prolijas. El sondeo hecho por nosotros es solo fruto de una rápida aunque atenta, observación superficial.
Gráfico 4
Comentario:
De este gráfico se deduce que los sitios superiores a 1.000 m2 de superficie, corresponden a extensas áreas de conchales o sitios ocupacionales, aparentemente muy antiguos, tanto en la ribera Norte como en la ribera Sur del río, e inmediatos a éste. Ha sido el área de mayor interés para los arqueólogos, donde está, por ejemplo, Caleta Huelén 42 y seguramente (no tenemos las pruebas seguras), las excavaciones de J. C. Spahni. Pero no sería de extrañar que muy pequeños sitios de paraderos, ofrezcan fechas más antiguas de poblamiento, correspondientes a épocas más tempranas de caza-recolección, de grupos que provenían del hinterland, en una suerte de transhumancia permanente. El 28% de los sitios corresponde a sitios muy pequeños (generalmente tumbas aisladas), la mayoría de los cuales ha sido profanado ya. Catorce sitios nos señalan un porcentaje del 44% del total, lo que nos está indicando que la densidad de ocupación ha sido enorme. Lo que no es de extrañar, por tratarse del único sitio dotado de abundante agua potable para las poblaciones costeras. La disponibilidad de agua durante todo el año, permitió el establecimiento de aldeas permanentes, de importante población, con acceso a los recursos del mar (caza y pesca marina) y a los recursos terrestres (del vecino oasis de niebla de Alto Chipana), además del tráfico de caravanas que comunicaba con la localidad prehispánica de Quillagua (unos 40 km tierra adentro), a la vera del río Loa y sus terrazas fluviales, y el resto de las comunidades atacameñas del interior. (río Loa superior y Salar de Atacama).
Sugerencias finales:
1. Se solicita que, mediante oficio, se recuerde y encarezca a las autoridades de Aduana y de Carabineros del resguardo del Loa, que deben prestar particular atención a la protección de dichos sitios arqueológicos, máxime los situados en la ribera Norte del río, cerca de sus instalaciones, denunciando de inmediato cualquier intento de huaqueo, según lo estipula la Ley de Monumentos Nacionales.
2. Se pide, igualmente a estas autoridades que prohiban y eviten a toda costa la extracción de huiros (algas) echados a las playas y rompientes por el mar, en las cercanías de la desembocadura y en un radio a fijar, porque se ha probado que estas concentraciones de huiros albergan diferentes especies de insectos (especialmente Coleoptera)) y otra abundante fauna asociada (crustáceos, arácnidos y otros grupos), la que busca refugio y lugar de reproducción bajo este ambiente húmedo. Los algueros recorren hoy sistemáticamente el borde costero, recogiendo estos manojos de algas secas, para venderlos en Tocopilla o Antofagasta. Tal extracción debe ser totalmente frenada, bajo fuertes multas, en esta zona de protección científica de la zona costera aledaña a la desembocadura del río Loa.
3. Recomendamos vivamente que se considere la necesidad de poner cierros a aquellos sectores de sitios donde el huaqueo ha sido mayor, en especial el área de tumbas y trincheras de Caleta Huelén 42, trabajada por Núñez y colaboradores. El montículo principal, levantado alrededor de 1.0- 1,20 m por sobre el suelo de la terraza marina, puede fácilmente ser cerrado con malla, para evitar su ulterior destrucción. Este conserva aún gran parte de su riqueza arqueológica, a pesar de los trabajos arqueológicos allí efectuados y los saqueos subsiguientes.
4. Se debería establecer una estación de campo universitaria, para realizar en el área de la desembocadura, toda suerte de futuras investigaciones. En lo que a la arqueología respecta, este trabajo de protección, mediante una concesión a alguna institución universitaria responsable, parece urgente. Esta Estación de campo debería quedar muy próxima a la garita de Carabineros y Control de Aduana, para evitar su destrucción o deterioro por obra de vándalos. La Universidad Bolivariana, que posee en la ciudad de Iquique carreras en el área de la Arqueología, Antropología Social e Historia, está particularmente interesada en establecer este tipo de Estación de campo en el sector y ofrece su pleno apoyo a esta iniciativa.
5. Se sugiere que los documentos que emanen de los científicos luego de esta prospección, puedan circular libremente entre todos éstos (a no ser que se tenga la intención de dedicar una publicación ad hoc por parte de la Oficina de Bienes Nacionales), ya que existe correlación profunda entre el modo de poblar y los tipos de poblamiento antiguo y el medio biogeográfico, en especial la flora y fauna presente en el área de la desembocadura del río Loa, tanto terrestre como marina.
6. Se solicita, igualmente, que las fotografías, cartografía y planos que realizarán los geógrafos, con el cúmulo de informaciones reunidas, puedan también ser de fácil acceso para los científicos que participaron en el Proyecto y, en general, para el mundo científico universitario.
7. Por fin, se solicita la autorización de la Oficina de Bienes Nacionales para la publicación, por parte de estos mismos científicos, de los resultados de sus investigaciones en terreno, pudiendo éstos utilizar parte de los materiales enviados (fotos, planos, cartografía, etc.) en sus publicaciones especializadas. De modo que este material enviado no sea tan solo propiedad de la Oficina de Bienes Nacionales (donde quedaría archivado), sino también de los propios científicos involucrados en la prospección.
8. Por último, se expresa el deseo de que las decisiones de cualquier índole que ese Ministerio tome en el futuro próximo con respecto a la protección de estos sitios, sea dada a conocer a los científicos participantes".
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(Hasta aquí nuestro "Informe de Prospección Arqueológica", hecho el año 2004. es decir hace 16 años. Nunca supimos si se hizo, con este material, alguna publicación por parte del Ministerio de Bienes Nacionales. Tampoco tuvimos acceso a los Informes de los biólogos, ecólogos y geógrafos hechos con esta ocasión. Nos consta que se entregó al Ministerio varios Informes de tipo biológico, geográfico y ecológico del sector.
Por último, queremos señalar que todos los materiales arqueológicos hallados por nosotros en superficie, que se colectó y conservó con motivo de este trabajo (por estar a la vista y expuestos al robo y saqueo), quedaron depositados por el suscrito Dr. Horacio Larrain en el Museo Regional de Antofagasta, en el año 2016 y fueron recibidos por el entonces Director, el arqueólogo Sr. Ivo Kuzmanic Pierotic y la encargada de las colecciones arqueológicas del Museo Regional, Srta. Verónica Díaz Vilches.
Por fin, se agradece especialmene el apoyo técnico brindado en esta ocasión al suscrito por la Srta. geógrafa Daniela Rivera Marín.
Por último, queremos señalar que todos los materiales arqueológicos hallados por nosotros en superficie, que se colectó y conservó con motivo de este trabajo (por estar a la vista y expuestos al robo y saqueo), quedaron depositados por el suscrito Dr. Horacio Larrain en el Museo Regional de Antofagasta, en el año 2016 y fueron recibidos por el entonces Director, el arqueólogo Sr. Ivo Kuzmanic Pierotic y la encargada de las colecciones arqueológicas del Museo Regional, Srta. Verónica Díaz Vilches.
Por fin, se agradece especialmene el apoyo técnico brindado en esta ocasión al suscrito por la Srta. geógrafa Daniela Rivera Marín.
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