viernes, 6 de mayo de 2016

Recuerdos de antaño: un viaje de estudios de la camanchaca costera en las costas de Chile y Perú en Junio del año 1981: paisajes, personajes y experiencias.


Antecedentes.

Casi todas las fotografías que ilustran este capítulo fueron tomadas por el suscrito entre los años 1980 y 1982.  A nuestros ojos, ellas poseen un valor histórico relevante, pues  pertenecen a un período  en que se iniciaron los contactos entre investigadores peruanos y chilenos para  examinar en el terreno las posibilidades reales de captación del agua de las neblinas mojadoras o camanchacas  y los sitios de mayor potencial de nieblas costeras.  El genio que logró aglutinar los esfuerzos de peruanos y chilenos en pro de una agenda común, se llamó Christiaan Gischler, un hidrogeólogo holandés con amplia experiencia en el ambiente de desierto, que por entonces  trabajaba en las oficinas de UNESCO-R0STLAC, en Montevideo, Uruguay. Gischler es, a nuestro juicio, el gran olvidado hoy día en nuestro país,  cuando nuevamente se hacen ingentes esfuerzos por hallar nuevas fuentes de agua dulce en el planeta, amagado hoy por  un calentamiento global impredecible y al parecer, imparable.

Por eso nos ha parecido que  los intentos de aquellos años por crear una estructura supranacional, por encima de los avatares políticos contingentes  que aquejan a las naciones sudamericanas del Pacífico sur, no solo es digna del mayor elogio, sino constituye un preludio para una futura colaboración internacional renovada, más eficaz y duradera en el tiempo.
Se observará que el acento nuestro en la selección de las imágenes,  siempre estuvo puesto en aspectos climáticos (nieblas) y  en sus efectos directos en la vegetación. 

Fig. 1.  Grupo expedicionario al Perú, para analizar las experiencias  en captación de agua de la nube. La imagen fue tomada  en las alturas de Paposo  (Provincia de Antofagasta, Chile) en el mes de Mayo de  1981.  De izquierda a derecha:  Guido Soto, N.N., Carlos López Ocaña, Horacio Larrain, Christiaan Gischler, Francisco Díaz Donoso, N.N., N.N., Nazareno Carvajal, Carlos Espinosa Arancibia y  Julio Valdivia Ponce. (antigua fotografía  extractada de la obra de Christiaan Gischler: "The missing link in a production chain. Vertical obstacles to catch camanchaca", Rostlac-Unesco, Uruguay,  1991: 50). Las tres personas designadas como N.N. en esta  imagen  son investigadores peruanos del grupo de estudio, cuyos nombres lamentablemente no retuve.

Imágenes tomadas entre  1980 y 1982.

Las imágenes que acompañan a este capítulo, son  reproducciones recientes de diapositivas  de la época de los inicios de nuestra investigación. Todas son fotos nuestras, salvo que se señale especialmente lo contrario. El tema nos parece de particular interés por tratarse de los tímidos inicios de nuestras investigaciones, como miembros activos del Instituto de Geografía de la Universidad Católica, en el tema de la camanchaca costera. Las fotos provienen de antiguas diapositivas y corresponden en gran parte a la zona de El Tofo  y fueron tomadas por nosotros entre  los años 1980 y 1982.  Muestran éstas  aspectos poco conocidos de los inicios de nuestro interés por este tema, sobre los que nos proponemos profundizar aquí por respeto a la verdad histórica. Algunas de estas imágenes inéditas, corresponden  a la visita del equipo de investigadores a los  oasis de Fray Jorge, Paposo (en Chile), y a las lomas de Pacta y Lachay  situadas al sur de Lima, (Perú).

El empuje del  físico chileno Carlos Espinosa Arancibia de la Universidad del Norte (Antofagasta).
  
Por aquel entonces  (1980),  disponíamos nosotros en la Universidad Católica de muy poca información  salvo algunos artículos reveladores de la experiencia anterior del grupo de Física de la Universidad del Norte en Antofagasta, cuyo líder era el profesor de física Carlos Espinosa Arancibia, el auténtico pionero de estos estudios en el Norte de Chile.  Don Carlos Espinosa nos había facilitado generosamente, a petición nuestra,  toda la información que ellos habían acumulado por espacio de más de 20 años. Recordemos que las tímidas primeras experiencias de Espinosa datan de los años 1957-58,   en la mina Andrómeda,  en cerros  vecinos a la ciudad de Antofagasta y  a unos 1.000 m. de altitud sobre el nivelo del mar. A partir de este encuentro de  1981 con los investigadores peruanos,  una rica bibliografía  geográfica y ecológica  pasó a ser parte de nuestro acervo.

Los primeros contactos con nuestros vecinos peruanos.

Los contactos que Carlos Espinosa mantenía con investigadores peruanos, y, sobre todo, sus relaciones con organismos internacionales  interesados en la búsqueda de nuevas fuentes de agua dulce, lo habían conducido a entusiasmar a un hidrogeólogo holandés, Christiann Gischler   que en ese tiempo trabajaba como experto en las oficinas de  UNESCO/ROSTLAC, en Montevideo (Uruguay).  Gischler viajó a  Chile y conoció de cerca los experimentos y sitios de experimentación de los fisicos de la Universidad del Norte, en Antofagasta  y los recientes  experimentos en captación de agua de las nubes  por parte del Instituto de Geografía de la Universidad Católica de Chile en los cerros de El Tofo, a unos 75 km al N de la ciudad de La Serena.   Gracias a él y a su incondicional apoyo institucional, se generaron tanto  el Encuentro de Tacna  (Agosto 1979) como  el Encuentro de investigadores de la niebla  en Antofagasta y Lima, propiciados y financiados por UNESCO/ROSTLAC  (Junio  1982).


El viaje por tierra a Antofagasta.

Christiaan Gischler, a través de su oficina de UNESCO-ROSTLAC en Montevideo, financió el extenso recorrido que los científicos convocados hicieron en sectores especialmente elegidos al efecto, tanto en la costa chilena como en la costa peruana.  Sobre el recorrido efectuado por tierra  en Chile y Perú  por el grupo de siete investigadores, visitando diversos sitios de captación de niebla, versan buena parte de las  imágenes que mostramos a continuación.

Primera  observación: imágenes captadas en el bosque relicto de Fray Jorge  (coordenadas:   30° 40´ 00 ´´ S   y 71° 40´´ 00´´ W en la Provincia del Limarí). Sobre este mismo tema, véase otro capítulo nuestro de este mismo  blog titulado: "El bosque húmedo de Fray Jorge en 1982: visita de estudio", en el cual se reproducen otras fotos de la época. Apareció en la revista de divulgación científica Creces, Santiago de Chile, Vol. III, N°  5, 30-36.

Fig.  2.   El hidrogeólogo holandés Christiaan Gischler  durante el recorrido del equipo visitante  en el oasis de niebla del Parque Nacional Fray Jorge (06/06/1981). Los árboles de mayor tamaño del fondo de la fotografía son olivillos (Aextoxicon punctatum),  especie característica de la selva valdiviana.

Fig. 3.  En la cumbre, a unos 700 m de altitud sobre el nivel del mar,  la densidad de la vegetación  por efecto benéfico de la neblina costera es la máxima. En la imagen, Roberto Ulloa  saliendo del bosque.

Fig. 4.   Un fragmento relicto de la antigua vegetación de Fray Jorge, a los  550 m de altitud (20/04/1981). Durante el período colonial, se extrajo mucha  madera  de los árboles de este bosque para la construcción de iglesias y casas patronales de las haciendas de la época. Era el único lugar cercano donde poder hallar madera útil. Por esta razón, el bosque primitivo,  que debió poseer una superficie muy superior a la actual, se fue reduciendo considerablemente de tamaño, conservándose éste casi exclusivamente en la zona de las cumbres de más difícil acceso.

Fig. 5.  Olivillos y arrayanes en el bosque. Observe  Ud.  el efecto de la niebla  densa  presente en el lugar.  Gracias a esta neblina, casi omnipresente en el lugar,  se han conservado hasta hoy ejemplares de plantas  que geográficamente tienen su habitat hoy en lugares localizados mucho  más al sur, como el copihue (Lapageria rosea),  o  la enredadera  llamada  yelmo   (Griselinia scandens), que son hoy rarezas en esta latitud geográfica, remanentes, sin duda, de antiguos períodos mucho más lluviosos ("período pluvial" a fines del Pleistoceno, entre los  14.000 y 9.000 A.C., según los paleo-ecólogos).

Fig.   6. Troncos de  árboles  ya  secos,  enteramente cubiertos de líquenes.  Una prueba palmaria de la muerte lenta  de este oasis por efecto de la disminución significativa de la  pluviosidad.


2° Puesto de Observación: visita  del equipo internacional a la zona de El Tofo y Caleta Temblador, a  75 km al norte de la ciudad de La Serena. Coordenadas UTM:  276.054 E y 6.735.885 N.   

 
Fig. 7.  Bosque de eucaliptus   (Eucaliptus globulus)  en la cima del cordón Sarcos,  mineral de "El Tofo plantados por  los  ejecutivos mineros   hacia  los años  1958-60. El bosque se veía  lozano a pesar de  que la actividad  de dicho mineral había sido suspendida  hacía ya unos  10 años, a lo menos. Nos acompañaban en dicha ocasión  los hermanos Rivera, hijos de un poblador de la zona y mi hijo de siete años, Carlos Horacio (Foto  25/01/1980).


Fig.   8.  Masas de nubes estrato-cúmulus portadoras de humedad oceánica  (camanchaca), trasponiendo  el Cordón Sarcos.  (Foto  8/01/1981).

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Fig. 9.  Tras atravesar las cumbres del cordón Sarcos,  las nubes rasantes descienden, siguiendo la topografía  local, para  muy luego disolverse rápidamente  en su descenso, en la  llanada de La Higuera. En esta imagen, el mar se halla  hacia la derecha, lugar de origen de las nubes cargadas de humedad (Foto 30/12/1981).

Fig. 10.  El Cordón Sarcos  vista de Norte a Sur.

Fig.  11.   Estos árboles de la especie Eucaliptus  globulus fueron plantados  por la empresa que allí explotó el hierro durante un par de décadas. El cierre definitivo de la explotación y  de la ciudadela creada en los altos de los cerros, se verificó   el día 8 de diciembre del año 1974, con una solemne misa celebrada en la  capilla Santa Ana del hospital del mineral.  A partir de esa fecha, aproximadamente,  dejaron de ser regados. Si con motivo de nuestra primera visita en Febrero del año 1980 los vimos  vivos y en excelente  condición, se debe únicamente a la humedad producida por las neblinas  mojadoras  ("camanchacas")  que se condensa en su follaje y  gotea al suelo,  humedeciéndolo.  (Foto 30/12/81).

Fig. 12.  Carlos Larrain Mardorf, nuestro hijo, de edad de siete años,  en la playa de caleta Temblador. Atrás, al fondo, las nubes densas de camanchaca. Carpas de nuestro campamento montado en la playa en Mayo del año 1980, con motivo de la instalación del primer captador, tipo Grunow con Pilar Cereceda y Nazareno Carvajal. (Foto del 5/05/1980).

El paisaje en Caleta Temblador  en la época de nuestra visita.

Fig.  13. Vista  del área litoral de Chungungo y Cruz Grande desde el alto de los cerros, a 900 m. snm. Las masas nubosas portadoras de agua  inician su acercamiento a la costa. (Foto del 05/01/81 a las  17.00 hrs.)

Fig. 14.  Antiguo  oasis costero alimentado por  vertientes naturales. Luce aquí totalmente abandonado. Se observa  unas palmas  y algunos frutales (perales)  a unos 180 m. snm. (Foto 18/10/1980).
Fig. 15.  Grupo de burros pertenecientes a un cabrero de la localidad. Burros y cabras son los únicos animales que se cría hoy en la zona. 

Fig. 16.  Portezuelo de El Tofo hacia los  800 m. de altitud donde instalamos en  1981 una gran cortina captadora de agua de niebla ("atrapaniebla"). Vista desde el NW.   Arriba, el jeep rojo de Nazareno Carvajal, nuestro joven colaborador; abajo,  mi propio vehículo, una camioneta Volkswagen doble cabina. Este último se encuentra  junto al aparato altitudinal, donde se midió durante un par de años la cantidad de agua de la niebla  captada a diversas alturas sobre el suelo. (Foto 25/02/1982, hacia las 17.00 hrs.)

Fig.  17.  En el Cordón Sarcos. Se observa la tierra mojada por la destilación del agua de niebla  por condensación a partir de un arbusto seco. La presencia de colonias de líquenes  favorece ciertamente la absorción del agua de la niebla. (Escala de  20 cm).


Fig. 18.   De Weste a Este.  La masa de nubes blancas del tipo estrato-cumulus, cargadas de humedad, penetran tierra adentro, depositando y condensando a su paso  sobre rocas y vegetación. (30/12/1981).
Fig. 19.  Vista de Este a Weste, desde el valle de la higuera hacia  los, cerros del Cordón Sarcos. En primer plano, aspecto del chaparral   de arbustos bajos  y cactáceas.

Fig. 21. Portezuelo de El Tofo. por aquí penetraban las masas nubosas hasta alcanzar la cumbre. Estamos aquí hacia los 650-700 m. de altitud.  (Foto 27/10/1981).

Fig. 22.   Imagen tomada de  sur a norte.  670 m. snm. Se observa la potente  masa de nubes estrato-cúmulus que avanza incontenible, adosándose al relieve descendente del cerro.  (Foto 30/12/1981).

Fig. 23.  Ejemplares de la cactácea Trichocereus coquimbensis  cubiertas totalmente de líquenes  en los faldeos  altos de los cerros de El Tofo que miran al mar,  hacia  los 780 m. de altitud en un día soleado (17/02/1981).

Fig. 24.  flores de la misma especie. Ejemplar de cactácea en flor. (en la misma fecha).

Fig. 25. Otra especie de cactácea  en flor.

Fig. 26.  Alstroemeria sierrae, en plena floración, cerca de la playa de Chungungo, a unos  100 m .snm. (18/10/1980)

Fig. 27.   Sitio de oasis costero denominado "El Olivo".   Árbol centenario de olivo (Olea europaea L), (foto 5/10/1980).

Fig. 28.  La posición de las hojas de Eucaliptus globulus y su misma forma, contribuyen poderosamente a la condensación y posterior  descenso a tierra de las gútulas de agua, favoreciendo así el riego de los árboles.  Es este hecho, unido a la excelente altitud  del sitio (900 m. snm)  lo que ha permitido la persistencia de este bosque  en este paraje.


Fig. 29.   Durante la visita del equipo de estudio de la niebla. Don Carlos Espinosa observando  esta vertiente  o aguada, en el oasis "El Olivo"  de propiedad de doña Inés Órdenes en la zona de caleta Temblador (06/06/1981).

Fig. 30.  Antiguos perales, vivos,  plantados en antiguos andenes o terrazas de cultivo. Caleta Temblador. Propiedad de doña Inés Órdenes. Todo se ve abandonado. Nadie vive ahora aquí. Para poder regar estas eras de cultivo, debió  circular antaño, hace algunas décadas atrás, mucho más agua que hoy. (Foto 06/06/1981)

Fig. 31.   Aparato  altitudinal para captar el agua de la niebla a diversas alturas del suelo.  Nuestra vieja carpa de playa americana  donde nos cobijábamos durante la noche. (Foto 26/12/1981:  19.30 hrs.).


Fig. 32.  El mismo aparato altitudinal,  instalado por nosotros a unos  850 m. de altitud snm.,  medía de la cantidad de agua captada de la niebla, a cuatro alturas diferentes. El grupo expedicionario  a Lima, a su paso por El Tofo, contempla el aparato y escucha la explicación de su funcionalidad de labios del geógrafo chileno Nazareno  Carvajal. (Foto 6/06/1981).

Fig. 33.  Vista desde el llano reseco de La Higuera hacia el poniente (hacia el cordón Sarcos). Las masas  de nubes de origen oceánico  se precipitan en cascada hacia la llanura de La Higuera, adosándose  en su descenso notablemente al terreno.  


Fig. 34.   Sector hacia los 750 m de altitud. La niebla   que asciende  por el portezuelo empieza a cubrir lentamente el paisaje. (Foto 27/10/1981). 


Fig,. 35.   Desde lo alto del cordón Sarcos (900 m) se puede observar la llegada de la niebla costera. Abajo, Caleta Temblador y Chungungo. (Foto 05/01/1981;   hacia las  17.00 hrs.).

Fig. 21.
Fig. 36.  El camión aljibe  que conducia  agua potable al poblado de Chungungo, a través de la cuesta. El agua  para la caleta de pescadores es traida desde una distancia de  unos 25 km.

Fig.  37.  Este fue  primer tipo de  atrapanieblas instalado por Nazareno Carvajal, miembro  del Instituto de Geografía de la Universidad Católica de Chile a fines del año  1981,  en la parte alta de la cordillera de Buenos Aires, al sur de El Tofo. Construido íntegramente con ocho paneles  constituidos por miles de hilos muy finos de polietileno, siguiendo el procedimiento recomendado por el físico don Carlos Espinosa en Antofagasta,  fue éste el prototipo antecesor de las cortinas  formadas por malla raschel firmemente tensada, que fueron instaladas posteriormente  en  el Tofo, a partir del año 1982.

                Fig. 38.  La otra cara de la medalla. La faz interior u oriental de los cerros de El Tofo. Vista panorámica del sector  minero, de explotación del hierro, en el llano de La Higuera.  Faenas, caminos y tortas de relave en absoluto abandono. Vista tomada de Weste a Este,  desde los altos del Cordón Sarcos.                        

                                 Fig. 39.  Frutos rojos de la plata epífita llamada en Chile  quintral (Phrigilanthus aphylus), depositados probablemente por algún ave sobre  una cactácea local. Darán origen a nuevas plantas.  

Fig. 40.  Mi hijo, Carlos Larrain Mardorf, de 9 años de edad, señalándonos una plántula de Eucaliptus globulus que ha brotado al pie de árboles grandes de la misma especie. Prueba fehaciente de la regeneración natural de este bosque, gracias al influjo benéfico de la neblina costera (26/02/1982).


Fig. 41.  Don Carlos Espinosa,  físico de la Universidad del Norte de Antofagasta, observa  una vertiente o puquio  en  el  predio abandonado de El Olivo, Playa Temblador. (6/06/1981).

Fig. 42. Una de las primeras Tablas (1982) elaboradas por Pilar Cereceda, del Instituto de Geografía de la Universidad Católica  que muestra claramente  la diferencia de captación de agua de la niebla  en dos instrumentos, uno que enfrenta al Surweste  y  el  otro  al Norte, a una altitud de 500 m. snm. Como es sabido, las masas nubosas son arrastradas por los vientos alisios que soplan siempre desde el Surweste.  

Fig. 43.  Otra Tabla que muestra la diferente captación según la altitud de instrumento sobre el nivel del mar   (1982).

Fig. 44.  Diferencia notoria de captación  según ubicación del instrumento captador del agua de niebla. (1982).

Fig.  45.   Hacia la derecha, arriba, un piño de cabras  en la zona de la Cuesta de Buenos Aires. Esta especie,  ávida devoradora de toda clase de plantas autóctonas es, en un medio semi desértico como el presente,  un serio peligro para  la conservación de la flora nativa, en especial para sus especies en peligro  (Foto. Agosto de 1981).

3°  Puesto de  Observación:  Visita al oasis de niebla de Paposo (II Región de Chile), coordenadas  25|° 01´, 00´´ S. y  70° 28´ 00´´ W).

Fig. 46.     Vegetación típica del borde costero en la zona de Paposo, a escasa altitud sobre el nivel del mar  (10-15 m.), formada por arbustos y un copioso manto de hierbas rastreras de una Nolana sp., probablemente Nolana sedifolia (8/06/1981).


Fig. 47. Ejemplar de la cactácea Copiapoa sp. presente en abundancia en la  terraza marina baja, a  pocos metros sobre el nivel del mar, en el trayecto entre Taltal y Paposo.

Fig.  48. Parada del equipo expedicionario peruano-chileno en un pequeño oasis en la quebrada de Paposo (extremo sur  de la II Región de Chile). Rústica choza de una familia de cabreros locales.  Un pequeño estanque de acumulación les permite regar  una pequeña huerta aledaña  (Foto 8/06/1981).

Referencia bibliográfica indispensable.

La historia fiel de los intentos hechos tanto por Carlos Espinosa y su grupo de Antofagasta, como  por Pilar Cereceda, Horacio Larrain y Nazareno Carvajal del equipo de la Universidad Católica en el cordón Sarcos y las alturas de El Tofo, a partir del año 1980, están relatadas con lujo de  detalles en la obra pionera  de Christiaan Gischler The missing link in a production chain. Vertical obstacles to catch camanchaca, ROSTLAC, UNESCO, Montevideo,  1991,  197 p.   Esta obra es esencial para entender los inicios y el desarrollo de las experiencias de captación de agua de niebla realizadas  en Chile a partir del año 1957/58.  La obra contiene una extensa y valiosa bibliografía de apoyo,  con referencias locales muy poco conocidas y  valoradas hoy.

4° Punto de Observación: Las Lomas peruanas de Pacta y Lachay.

Después de recorrer  los oasis de niebla de Fray Jorge,  El Tofo (Temblador), y Paposo  en el Norte de Chile, la comitiva de científicos se trasladó a Lima, desde donde visitó dos  sistemas de lomas muy representativos, uno, ubicado  al norte de la capital peruana (Lachay) y el segundo, al sur de la misma, Pacta.  De estas visitas,  rescatamos aquí algunas fotografías ilustrativas, inéditas.

Fig. 49.   En las lomas de Pacta, a 40 km al sur de Lima. Antiguas eras o andenes  de cultivo, abandonadas hace mucho tiempo cuando había suficiente agua para irrigarlas. (Foto 03/06/1981). 

Fig. 50. Area de las lomas fuertemente depredada por el sobre- pastoreo. En la imagen, el único árbol dejado en pie por los pastores serranos que estacionalmente bajaban  con sus familias y ganados para aprovechar  durante varios meses la temporada del desarrollo de la vegetación de lomas. (Mayo a Noviembre).  (Foto 03/06/1981).

Foto 51.  Miembros del equipo visitante. A la derecha, subiendo, Christiaan Gischler. Abajo, de casaca negra, Carlos Espinosa. Detrás de él Guido Silva.  El árbol aquí mostrado es la tara (Caesalpinia tinctorea), nativo de la zona. (Foto 03/06/1981).


4°  Puesto de Observación: Lomas de Lachay a  105 km al Norte de Lima.


Fig. 52.  El grupo de investigadores recorre  sectores muy depredados de las lomas. Los árboles  que se puede ver en esta imagen son ejemplares de Carica candicans  (mito)  y Caesalpinia tinctorea (tara). Observe los numerosos senderos labrados por las cabras en su  búsqueda de alimento  en la temporada de  crecimiento de las gramíneas anuales, cuando este paisaje  hoy seco se ve totalmente verde. (Foto 02/06/1981).

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Fig. 51.  Un pozo o puquial  casi  totalmente seco  hoy.  (Foto nuestra  tomada de la obra arriba citada de C. Gischler: The missing link in a production chain, 1991.  (Foto 02/0/1981).

Fig. 52.  El grupo observando la situación de un  pozo o vertiente (puquial), al pie de un peñón rocoso  (Foto 02/06/1981).

Fig. 53.   Otro puquial o vertiente  donde se  ve algo de agua, entre las rocas. Algo más abajo, se extiende un sistema de antiguas eras de cultivo, antiguamente regadas a partir de éste. (Foto 02/06/1981).

Comentario eco-antropológico.

1.   Toda la evidencia recogida apunta a la existencia de una mucho mayor cantidad de agua en tiempos antiguos, hace algunos siglos.Los restos arqueológicos de antiguas eras de cultivo, hoy enteramente secas, así lo comrpueban. O es esto prueba de un período francamente más húmedo en la costa  (con mayor cantidad y/o intensidad de las nieblas  y lloviznas), o, tal vez, un período de  temperaturas algo más bajas. O, tal vez,  a la acción  combinada de ambos factores. 

2.   La impresionante depredación de la antigua arboleda, de la que quedan hoy pocos  restos,  se debió ciertamente  a la actividad de sobrepastoreo, realizada con mucha intensidad tanto en la costa desértica del Perú como de Chile, en forma  estacional, desde tempranos  tiempos coloniales. Hay abundante información documental al respecto, máxime para el Perú. Familias de pastores serranos se trasladaban, hasta hace pocas décadas, por meses a estos lugares para hacer pastar allí  a sus numerosas majadas de animales. Éstas, consumían vorazmente todo lo verde visible en el paisaje

3.   La acción  emprendida a partir del año 1977 por el representante de UNESCO-ROSTLAC, Dr. Christiaan Gischler  al  apoyar  el esfuerzo  de investigadores peruanos y chilenos,  ha  rendido sus frutos. Hoy día (2016)  la Reserva Forestal de las Lomas de  Lachay ostenta  gran cantidad de captadores de agua de niebla en acción, y se ha reforestado centenares de hectáreas con las mismas especies  vegetales nativas de antaño. La única diferencia es que se puso atajo definitivo al acceso de las majadas de pastores y sus ganados que por siglos las devastaron.  Para ello, se llegó a acuerdo con las comunidades vecinas que antaño usufructuaron anualmente de su vegetación, destruyéndola.  

4. La  interesantisima flora y fauna de esta reserva forestal costera del Perú, cuya superficie total alcanza las 5070 há,   puede  examinarse en detalle en la obra: Lachay Flora y Fauna, Ministerio del Ambiente, Servicio Nacional de Áreas Protegidas por el Estado, Miraflores, Lima,  Noviembre  2009, 111 p.

5.  Mientras en Chile se avanza a paso de tortuga  en este campo de la utilización práctica de las neblinas costeras para obtener agua potable para uso de las caletas costeras, o para reforestación, en el Perú, según se nos informa, hay ya numerosas  experiencias, muy promisorias, máxime en el rubro de la reforestación. Uno de los más interesantes ejemplos  al respecto se puede observar  hoy en las lomas de Atiquipa, costa de Arequipa (Perú).

6.  Este capítulo forma una unidad temática con uno anterior, publicado por nosotros en este mismo blog con el título de: "Nuestra primera experiencia de captación de agua de niebla: Caleta Temblador en mayo del año 1980",  ( de fecha 24 de diciembre de 2013).   Allí se recogen otras imágenes de la misma época.

7.  Las experiencias iniciadas en los años  1957-58 por el equipo dirigido  por Carlos Espinosa en los cerros de Antofagasta, sumadas a las experiencias posteriores del Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile en  El Tofo (IV Región) y en Alto Patache (I|° Región)  han sido decisivas para evaluar el potencial de la nube y conocer  muy exactamente los parámetros que la rigen.   Ha llegado, por fin,  la hora de pasar a la acción. Recordemos y pongamos en práctica   la célebre frase de  Goethe que  para nosotros constituye un continuo llamado a la acción: 

"ES IST NICHT GENUG ZU WISSEN, MAN MUSS AUCH ANWENDEN; ES IST NICHT GENUG ZU WOLLEN, MAN MUSS AUCH TUN". ["No basta saber, también se debe aplicar; no basta querer, también es preciso actuar (hacer)"].





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