La Descripción de la Pampa de Iluga por Antonio O´Brien en 1765: fuente de conocimiento.
¿Qué sabemos del Tamarugal en el siglo XVIII?.
Antes del año 1765, fecha del Plano y la "Descripción de Tarapacá" del Teniente de Gobernador de Tarapacá don Antonio O´Brien, nada o casi nada sabemos acerca del aspecto florístico y/o paisajístico del Tamarugal. Algún cronista por ahí se refiere al "Matoral" [sic por matorral], aludiendo muy probablemente al bosque bajo y denso, difícil de transitar, formado por Atriplex atacamensis [pillallas], pero sin mayor explicación o análisis y menos aún, indicando lugares.
Solo a partir del año 1765 tenemos noticias detalladas y fidedignas sobre el estado de la vegetación en la pampa que hoy llamamos "Pampa del Tamarugal" en la depresión intermedia de la Primera Región de Chile. Con anterioridad, las noticias eran todas en extremo vagas e imprecisas, y no nos permiten obtener un cuadro coherente sobre el aspecto físico de este "tamarugal". Las crónicas nos refieren las peripecias de los viajes de los conquistadores Diego de Almagro y Pedro de Valdivia con frases lacónicas y poco expresivas. En ninguna de ellas hay referencia clara a la flora observada o a los bosques del Tamarugal, aunque muy frecuentemente a los arenales y pedregales interminables y a la sal acumulada en su superficie y a la terrible falta de agua del trayecto y la necesidad de llevarla en cueros de animal (odres).
Cita ad litteram del texto de O´Brien:
Por eso, nos parece de especial interés, a este propósito, en este capítulo nuestro del Blog, citar ad litteram la magnífica y detallada descripción que nos dejó don Antonio O´Brien, Teniente de Gobernador de Tarapacá en el año 1765. En el capítulo VII de su Descripción que titula: "Descripcion del valle o Pampa de Yluga y de el Tamarugal", señala con el número 76, textualmente:
"Es un territorio que según las señas y experiencia que se tiene, ha sido fertilísimo, no pudiendo dudarse que lo es y que lo volverá a ser siempre que se le introduzca agua que los riegue. Se ven en este territorio muchas y dilatadas chacras, en las que permanecen los rastrojos del trigo y maíz que produjeron. Asimismo, hay en él gran cantidad de árboles que llaman tamarugos, algarrobos y molles, muchas y crecidas retamas con un espeso e intrincado bosque de monte bajo, que en parte lo hacen impenetrable, por esta parte frente del pueblo de Pica. Y es bastante húmedo y muy abundante de agua subterránea; hay en este sitio en el camino que se sigue desde el dicho pueblo [de Pica] para el cerro de San Augustín de Guantajaya, dos pozos que llaman Puquios, el más profundo es de catorce varas, y por lo regular tiene tres [varas] de agua y solo sirven para dar de beber a los que transitan por este camino porque hasta ahora no ha habido quien hubiere hecho una noria u otra máquina para regar algunas tierras. Es en algunos parajes salitrosa, por la parte que sigue a la costa, pero a más de no ver mucho el salitre, es superficial, criando una costra de cuatro a seis dedos de grueso, y el terreno debajo de esta costra es gredoso y dulce, y todo el resto de la Pampa es especial tierra para trigo y maíz. La última cosecha que se cogió seis años ha, llegó a dar ciento treinta y dos fanegas de trigo por una, y desde entonces no ha vuelto a sembrar en ella por falta de agua". (Transcripción nuestra tomada directamente de una fotocopia del original del Archivo de Indias, 1765, Nº 76; cfr. Archivo de Indias, Legajo Charcas, 490, Nº 76). Solo se modernizó la grafía, ortografía y sintaxis al español actual, para facilitar su lectura, sin cambiar ni una sola palabra del texto).
De este extraordinario texto deducimos lo siguiente:
1. En tiempos de O´Brien había, en lo que hoy conocemos como Pampa del Tamarugal, "gran cantidad de árboles". Es decir, se mantenía todavía el tupido bosque en numerosos sectores. El Plano de la Pampa de Yluga lo ilustra claramente, señalando mediante una simbología clara y precisa, los sectores de mayor densidad de árboles y arbustos. Como también los sectores desprovistos de vegetación.
2. Distingue nítidamente O´Brien tres especies de especies arbóreas allí presentes: tamarugos [Prosopis tamarugo], algarrobos [Prosopis alba] y molles [Schinus molle]. Con estos mismos nombres los denomina O´Brien, siendo entre éstos "molle" [mulli], el único nombre de árbol de clara y patente raíz indígena original.
3. Añade, como muy importante, la presencia de un "bosque" de monte bajo que denomina de "pillalla" y que a veces tiene tal densidad que impide atravesarlo. Se refiere- lo sabemos bien- a la especie arbustiva Atriplex atacamensis, que forma enormes conjuntos de forma circular u oval, a veces de muchos metros de contorno. Esta especie es conocida en Antofagasta y en la IIIª Región de Chile con el nombre indígena de "cachiyuyo" o "hierba de la sal" en lengua quechua. El término indígena de pillalla, en cambio, sospechamos sea de origen local puquina. Con certeza, no es ni quechua ni tampoco aymara. En efecto, la terminación -alla [o -aya] está presente en varios topónimos de esta región como Cumiñalla, en el Salar de Pintados, Huantajaya, Illalla (sembrío), Illapata, etc. y parecerían denotar voces de origen puquina.
4. Alude concretamente a las siembras de maíz y trigo que se hacían en sectores de la pampa cuando bajaba el agua de aluvión por las quebradas ("chacras que sembraban cuando llobia en dicho valle").
4. Las "crecidas retamas" de que nos habla O´Brien son las plantas que hoy llaman los locales como "retamillas" o "retamas" y corresponden al arbusto Caesalpinia aphila de la familia Leguminosae. (Subfamailia Caesalpiniaceae).Al florecer, se cubren de flores de un color amarillo intenso con tintes de rojo. Su fruto, es una vaina. Sus hojas son muy diminutas y a veces faltan por completo.
Otro texto de O´Brien alusivo a la vegetación de esta pampa.
Un nuevo texto de O´Brien, continuación del anterior, nos ilustra con más detención sobre otros aspectos relativos a la forma de explotación, en su época, de la flora local, en los que el inteligente Teniente de Gobernador fija su atención con una mirada que hoy día clasificaríamos de eco-antropológica o simplemente ecológica. Obsérvese, de paso, la importancia que atribuye a las "nieblas" o "camanchacas" en la formación y/o persistencia en el tiempo de este matorral:
Hélo aquí:
Hélo aquí:
"77....Mucha parte de este valle cría con las humedades de las nieblas y las que coge el terreno con el agua que corre de las quebradas que he dicho [nombró más arriba a Aroma, Tarapacá, Mamiña, Macaya y la de La Calera], un monte bajo y espeso que llaman Pillayas [se trata de Atriplex atacamensis]; cuando están verdes las comen las mulas. Este monte de arboleda se ha secado mucha parte de él en las inmediaciones de la Quebrada de Tarapacá por dos razones: la primera, porque siendo el terreno más alto, parece que las aguas subterráneas corren más profundas y no alcanzan los árboles tanta humedad como necesitan para su conservación no obstante que todavía hay muchos algarrobos, tamarugos y molles en esta parte.
78. La segunda, porque es mucha la cantidad de ellos que cortan para leña, hacen carbón y otros menesteres, siendo lo que más destruye esta arboleda el modo que tienen de hacer el carbón que es como dije: cortan los árboles y los destrozan y cuando están secos, juntan una cantidad de ellos y les pegan fuego sin otra precaución alguna, y cuando les parece que están pasados de fuego los apagan con tierra y sucede que si pusieron cien quintales de leña, sacaron veinte o veinte y cinco de carbón bien malo, y de este modo han destruido la mayor parte de la arboleda, con muy poca utilidad, y si no se pone remedio, vendrán a quedar en menos tiempo del que piensan, sin leña ni carbón ni donde ir a buscarla. 79. Toda esta pampa o valle es despoblada y en ella no hay parte alguna que no pertenezca a Su Majestad (que Dios guarde)."
Comentario nuestro:
1. Advierte O´Brien con mucha razón y con una mirada que hoy llamaríamos ecológica, acerca del peligro derivado del modo abusivo de explotación contemporánea de la leña y carbón en estos bosques. Si siguen así- señala- acabarán con la arboleda.
2. Se indica en forma tajante que no hay en esa época [1765] habitantes estables en esta extensa pampa: "esta pampa o valle es despoblada", dice textualmente. Este dato es muy interesante pues comprobaría que aún no se ha iniciado aquí la instalación de buitrones de beneficio de la plata en la pampa, cerca y alrededor de la actual población de La Tirana. La actividad que aquí se realizará más tarde (segunda mitad del siglo XVIII) en torno a estos buitrones exigirá ya, de facto, una forma de poblamiento al menos semi permanente; lo que evidentemente aún no ha ocurrido en su tiempo.
3. El autor identifica aquí las expresiones "pampa" y "valle" de Tarapacá. Por tanto distingue dos entidades diferentes: la "quebrada" de Tarapacá y su "valle o pampa" aledaña.
4. Todas las especies arbóreas de esta zona, son nombradas por O´Brien, sin faltar una, lo que nos demuestra su notable capacidad de observación. No olvidemos que O´Brien debió cruzar a caballo o en mula con alguna frecuencia desde el pueblo de Tarapacá, donde residía hasta el mineral de Huantajaya o al puerto de Iquique, de preferencia al mineral, donde debía informar al Virrey Amat sobre sus pertenencias mineras y grado y forma de explotación.
5. Respecto a los arbustos observables en el suelo de la pampa, solo se le escapa, por su mucho menor tamaño, la planta asterácea Tessaria absynthioides, llamada localmente "sorona", abundante en ciertos sectores y acompañante frecuente de Atriplex sp.
6. No escapa a la observación del Teniente de Gobernador la importancia de la condensación de la "niebla" en la persistencia y conservación del Tamarugal in situ. Investigaciones modernas han comprobado que algunas de estas especies, en especial las "retamas" o retamillas (Caesalpinia aphila), y en nuestra opinión, también la hierba perenne Tiquilia atacamensis, dependerían en buena medida de la absorción de las humedades nocturnas o matutinas de la camanchacas, a través de su sistema radicular ubicado muy próximo a la superficie (Cfr. capítulo de nuestro Blog: "Un ecosistema de aluvión: remanentes vegetales del aluvión de Marzo del año 2012 en la pampa del Tamarugal", publicado el 18 de Febrero del 2016).
7. Sus reflexiones sobre la capacidad de estas plantas para absorber el agua subterránea y la formación de cauces subterráneos, bajo el piso de la pampa, por efecto de los aluviones son francamente notables, casi diríamos, modernas. Contrasta vivamente este conocimiento, basado en sus observaciones personales, con el mucho menos científico de otros contemporáneos suyos, o aún posteriores, en relación al origen -por ejemplo- de las vetas metalíferas del mineral de plata de Huantajaya.
8- Por tales títulos, no dudamos en reconocer a don Antonio O´Brien como el gran precursor de los estudios medioambientrales de la Región de Tarapacá. En muchos aspectos -como los señalados más arriba- su perspicacia y notable don de observación se adelantó a su época, destacándolo como un pionero de la preocupación ecológica en nuestro medio desértico. Ojalá algún día se haga realidad este reconocimiento. Por ahora, ni siquiera una calle o plaza de Iquique o de Pozo Almonte rememora la certera y "moderna" visión ecológica de este genio colonial sobre Tarapacá.
Por ahora, sigue siendo un "ilustre desconocido" en esta Región, a la que dedicó más de diez años de su vida. Sirva este capítulo para honrar su memoria y su valiosa herencia.
4. Todas las especies arbóreas de esta zona, son nombradas por O´Brien, sin faltar una, lo que nos demuestra su notable capacidad de observación. No olvidemos que O´Brien debió cruzar a caballo o en mula con alguna frecuencia desde el pueblo de Tarapacá, donde residía hasta el mineral de Huantajaya o al puerto de Iquique, de preferencia al mineral, donde debía informar al Virrey Amat sobre sus pertenencias mineras y grado y forma de explotación.
5. Respecto a los arbustos observables en el suelo de la pampa, solo se le escapa, por su mucho menor tamaño, la planta asterácea Tessaria absynthioides, llamada localmente "sorona", abundante en ciertos sectores y acompañante frecuente de Atriplex sp.
6. No escapa a la observación del Teniente de Gobernador la importancia de la condensación de la "niebla" en la persistencia y conservación del Tamarugal in situ. Investigaciones modernas han comprobado que algunas de estas especies, en especial las "retamas" o retamillas (Caesalpinia aphila), y en nuestra opinión, también la hierba perenne Tiquilia atacamensis, dependerían en buena medida de la absorción de las humedades nocturnas o matutinas de la camanchacas, a través de su sistema radicular ubicado muy próximo a la superficie (Cfr. capítulo de nuestro Blog: "Un ecosistema de aluvión: remanentes vegetales del aluvión de Marzo del año 2012 en la pampa del Tamarugal", publicado el 18 de Febrero del 2016).
7. Sus reflexiones sobre la capacidad de estas plantas para absorber el agua subterránea y la formación de cauces subterráneos, bajo el piso de la pampa, por efecto de los aluviones son francamente notables, casi diríamos, modernas. Contrasta vivamente este conocimiento, basado en sus observaciones personales, con el mucho menos científico de otros contemporáneos suyos, o aún posteriores, en relación al origen -por ejemplo- de las vetas metalíferas del mineral de plata de Huantajaya.
8- Por tales títulos, no dudamos en reconocer a don Antonio O´Brien como el gran precursor de los estudios medioambientrales de la Región de Tarapacá. En muchos aspectos -como los señalados más arriba- su perspicacia y notable don de observación se adelantó a su época, destacándolo como un pionero de la preocupación ecológica en nuestro medio desértico. Ojalá algún día se haga realidad este reconocimiento. Por ahora, ni siquiera una calle o plaza de Iquique o de Pozo Almonte rememora la certera y "moderna" visión ecológica de este genio colonial sobre Tarapacá.
Por ahora, sigue siendo un "ilustre desconocido" en esta Región, a la que dedicó más de diez años de su vida. Sirva este capítulo para honrar su memoria y su valiosa herencia.