viernes, 9 de octubre de 2015

Flores en el desierto iquiqueño: magnífica vegetación surgida por lluvias en el sector de Palo Buque, Sur de Iquique.


                       
Fig.1.   Perspectiva general hacia la costa, tomada  desde los  260 m.   sobre el nivel del mar. Hacia el medio, a la izquierda, grupo de vehículos de  visitantes que han acudido a observar y fotografiar  el  inusual fenómeno del "desierto florido" junto al cerrillo de "los Parapentes". Estas laderas  miran directamente hacia el SW.

Lluvia torrencial  en la costa de Iquique.

En los días 8 y 9 de Agosto de este año 2015, llovió en forma desacostumbrada en la costa de Iquique. Ahora sabemos que  el monto de agua caída fue de aproximadamente 50 mm. a unos  67 km al Sur de la ciudad,  de acuerdo a los datos que nos entregó la pequeña estación meteorológica instalada en Alto Patache, a los 850 m de altitud s. n.m. (P. Cereceda, com. pers. 11/10/2015). Además, esta  enorme cantidad cayó, en su mayor parte,  en el breve lapso de tres horas, lo que explica la magnitud del  fenómeno que podemos hoy apreciar  a través de la abertura de profundas  cárcavas y grietas,  y del  arrastre de ingentes masas de  arenas  y limos. Como resultado de esta lluvia tan  atípica y anómala, ciertos sectores de la costa, sujetos  a la influencia constante de la neblina costera, se cubrieron de una magnífica alfombra de flores de varias especies.  Así, desde la carretera, se podía observar con asombro un manto  casi continuo, de  un color verde  pálido, cubriendo las laderas de la Cordillera de la Costa, entre los   130 m  y  los  650 m.  sobre el nivel del mar, entre Palo Buque  y Los Verdes, justo al sur del macizo de Punta Gruesa.

El área  de floración.

El área particularmente tapizada  hoy por este manto florido  corresponde, en gran parte, a un piedemonte formado por arenas finas, caídas de lo alto de los cerros por efecto de la erosión y los sismos, donde forma un  plano inclinado con pendientes entre los  10º y 30º . No se presenta este fenómeno a lo largo de toda la costa norte, sino en muy pocos lugares, y tan solo allí donde las laderas de la cadena montañosa costera miran abiertamente hacia el Surweste o al Sur, exponiendo sus laderas en dicha dirección. Corresponde esta zona  muy exactamente al área donde, en sus partes más elevadas,  se desarrollan los "oasis de niebla" (Nebeloasen, Fog oasis), en las cimas de la cadena,  entre los  500m y los 900m de altitud máxima.

¿Cómo explicar esta enorme superficie en flor?.

A lo que creemos,  las semillas que  brotan ahora en las partes más bajas en gran parte corresponden  al derrame y dispersión a partir de  las "plantas madres",  de las zonas superiores, sujetas éstas al influjo perenne de la niebla. Lo que sí cambia y notablemente, es  el sustrato. Arriba,  es una combinación de rocas y pequeñas porciones de arenas; abajo, en cambio,  es solo  de  arenas muy menudas.  Sin embargo, no todas las especies presentes  en la parte superior se desarrollan en las ladera arenosas bajas: solo algunas. Es evidente que algunas prefieren un habitat protegido  entre  las grietas de las rocas, donde  la constante condensación de la niebla les asegura de continuo el suministro de agua. Esto es especialmente válido para los arbustos (Lycium, Ophryosporus, Ephedra) y todas las especies de cactáceas. En otras palabras,  los arbustos perennes no están representados en estas floraciones de las laderas  bajas, más próximas al mar. Aquí casi no llega ya el influjo  de la niebla mojadora y los arbustos no tendrían manera de sobrevivir (al menos hoy día) por falta de agua.  Distinto es el caso de las yerbas anuales, representadas en estas porciones bajas,  las que  sobreviven  por muchos años ocultas,  en forma de semillas  o bulbos.

 Qué tiene de peculiar este fenómeno. La opinión de una experta.

Rosario Zegarra,  botánica de la Universidad  Jorge  Basadre Grohmann  de Tacna (Perú),  nos señala lo que  a continuación anotamos respecto a la floración de las Nolanas en el sur de su país. Sus observaciones son igualmente  válidas, para el Norte de Chile. Apunta:

"Como resultado de una intensiva y continua evolución bajo condiciones muy desfavorables,  esta vegetación desértica se ha adaptado a un sistema árido e hiperárido, mostrando conspicuamente gran tolerancia a muchos estreses abióticos, tales como sequía, salinidad, toxicidad de boro y otros estreses. La semilla botánica seca esparcida en el suelo por muchas especies desérticas, después de un corto período vegetativo y floración temprana, permanece viable en la arena caliente por más de diez años". (Zegarra, 2006;  rzegarra@unjbg.edu.pe).

El artículo fue publicado y  se encuentra en Internet  (Veas bibliografía, infra). Se recomienda su lectura pues trae excelentes  imágenes a color de las distintas especies de esta familia, lo que constituye una rareza en este tipo de trabajos.

Vistas generales del área de piedemonte de la cordillera de la Costa.


Las vistas que siguen  más abajo, son el fruto de cuatro expediciones nuestras  en busca de detalles biológicos y antropológicos  poco conocidos de este desierto nortino chileno. Corresponden a  tomas realizadas en sendas visitas realizadas por nosotros los días  31/09/2015, 03/10/2015, 09/10/2015 y por fin,  17/10/2015, a  un sectort de la costa  que se ubica a unos 22 km   al sur de la ciudad de Iquique (Norte de Chile),  en la parte baja de los cerros  (piedemonte)  que quedan frente  a los sectores costeros llamados Palo Buque y Playa Lobito.

¿Desde cuando  no se observaba este fenómeno aquí?.

No existe recuerdo en los moradores de los alrededores de una tan copiosa lluvia y tan espléndida floración.  En efecto, entrevistado por nosotros  don  Luis Eduardo Varas Varas,  residente de Los Verdes, de 65 años de edad, nos dijo que él había llegado a la caleta de Los Verdes (un poco al sur del área aquí descrita) hace más de 32 años, cuando nadie vivía aún aquí. "Yo fui el primero en llegar a esta caleta" -nos comenta", y "nunca antes había visto un espectáculo así", nos confidenció,  al preguntarle yo si había  visto antes un fenómeno parecido en los cerros.  Si tal versión es la correcta -como suponemos- tendríamos que aceptar que  las semillas que hoy han germinado, han permanecido  en latencia, bajo tierra,   a lo menos por  30-35 o más años sin deteriorarse,  demostrando una capacidad germinativa y adaptativa impresionante ante el  caprichoso fenómeno de "El Niño", que suele producir lluvias torrenciales de tanto en tanto,  a lo largo de la costa desértica.  Estos ciclos húmedos, tienen una duración muy variable.

 Por todos los antecedentes recogidos, este fenómeno ocurrido aquí  este año 2015 ha sido, en esta zona del norte de  Chile, más potente y más  húmedo que todos los episodios anteriores registrados durante los siglos  XIX y XX de que haya memoria.  

Fig..  La floración  cubre toda la masa arenosa  del plano inclinado de los cerros de la cordillera de la Costa, desde una altitud  aproximada de los  120-130 m  snm hacia arriba, esto es, hasta las cumbres de los cerros costeros.

Fig. 2.  El rótulo, puesto aquí por la Municipalidad de Iquique, nos indica las tres especies que se puede hallar en este  lugar cuando ocurre el fenómeno de "El Niño", con lluvias inusuales.  Señala a Nolana jaffueli,  Cristaria  sp. y Leucocoryune appendiculata.  Esta última planta citada en el anuncio,  no  ha sido vista por nosotros en esta ocasión, a pesar de haberla buscado intensamente. La única liliácea  de bulbo que hemos hallado es Fortunatia biflora, que  hemos hallado en flor  hacia los  340-380 m de altitud snm. y que mostraremos más  abajo en imagen nuestra.

Fig. 3. Los visitantes regresan, luego de recorrer un antiquísimo sendero ya traficado antaño por los indígenas costeros que subían  al acantilado.  Allí donde se ve el segundo grupo de personas, aproximadamente, detectamos nosotros la presencia de dos o tres fogones  antiguos, de data indígena, con restos de esqueletos de peces y conchas marinas  sancochadas o quemadas. (Vea  nuestro capítulo siguiente del Blog, en preparación, que estará dedicado específicamente al análisis de los hallazgos arqueológicos  encontrados en este lugar).  

Fig. 4.   Sector extremo norte de lomajes arenosos del área  florecida de Nolana jaffueli.  Arriba, la camanchaca ya cubre las partes altas del acantilado  (Foto H. Larrain,  10 octubre 2015).

Fig.4.  Perspectiva de la extensa floración de la especie dominante, Nolana jaffueli,  mirando hacia el NE, junto al cerrillo de los Parapentes. Se aprecia a simple vista la enorme extensión del manto vegetal. La sencilla valla ha sido instalada aquí  por la Municipalidad de Iquique para disuadir a los visitantes de ingresar al área vegetada, como sabia medida de  protección de la especie.

                      
Fig.   Notable contraste de colores. A la  izquierda, abajo, el cascajo color lila del "cerrillo de los parapentes",   formado por detritus y fragmentación  de roca volcánica y escasa arena, donde  se halló un pequeño stock de Nolana adansoni, siendo éste, a lo que creemos, el registro chileno  más septentrional  para esta especie detectado hasta el presente. Aquí convivía con ejemplares de escasa talla de Nolana jaffueli.  

La superficie cubierta por la vegetación.

El área cubierta por esta vegetación transitoria, cubre  muchos centenares de hectáreas a partir de los  120-130 m de altitud cerro arriba. Invade, en forma particular,  gran parte del piedemonte  arenoso,  trepando hasta   las zonas rocosas de las cumbres. Son miríadas de plantas; más de un 95%  de ellas corresponde a la solanácea xerófita Nolana jaffueli.  Todos los ejemplares vistos, sin excepción, son de un tamaño bastante uniforme y muy pequeño,  tal como podrá verse en las imágenes  que mostramos   más abajo.

Detalle de las especies  vegetales halladas  durante nuestra expedición.

Nolana jaffueli  pertenece a la familia botánica de las Solanáceas (Solanaceae).  A esta familia pertenecen también el tomate (Solanum  lycopersicum) y la papa   (Solanum tuberosum). El género Nolana  de esta gran familia, comprende  89 especies, y todas se hallan únicamente en la vertiente occidental de Sudamérica. En Chile se ha encontrado hasta ahora  un total de 26  especies de este género. Alguna de ellas, como es el caso de  Nolana  adansoni,  (también observada aquí por nosotros en esta ocasión; vea infra)  ha sido  descubierta en Chile solo muy recientemente. (Mélica Muñoz et al, 2001 ) en  el área de Punta de Lobos, siendo una especie  muy abundante en el sur del Perú. 


Fig. 5.   Su límite inferior (más bajo) se encuentra hacia los 120-130 m por sobre el nivel del mar. En el sitio que aquí estudiamos   (frente a Palo Buque y Playa Lobito), comparte su nicho ecológico, en enorme abundancia,  con dos variedades de Cristaria sp., y  una especie de Liliácea: la Fortunatia biflora   (Fam Liliaceae)no observándose aquí, al menos en la presente ocasión, ninguna otra especie vegetal, salvo muy raras excepciones que  indicaremos más abajo. Esta Nolana  se presenta en un número aproximado entre  4 y  15 ejemplares por m2  en esta porción del acantilado bajo.

Fig.    En las laderas arenosas que miras al mar, esta especie de Nolana  apareció, en enorme número, constituyendo el grueso de la floración; me atrevería a decir que forma cerca del 99% de las especies presentes. Posee una flor color azul, a veces muy tenue, otras veces, bastante más intenso.

Fig.  Estos ejemplares se alzan del suelo apenas unos  15-18 cm como máximo, tendiendo a achaparrarse y apegarse al terreno. Sus hojas, muy carnosas y lobuladas, son acuosas y sumamente saladas al gusto,  no presentan  bordes  aserrados, siendo de bordes casi lineares, tal como se puede observar en esta foto.

Fig.   El terreno sobre el que se asientan es  de arena  sumamente fina,   con pequeños guijarros   y restos de conchas  muy desmenuzadas.

Fig.    Este suelo arenoso y  algo salino,  posee, probablemente muy poca materia orgánica y ésta debe proceder, sin duda alguna, de las   especies de la misma planta  que  aquí mismo prosperaron  y murieron en antiguos episodios de floración masiva. 

Fig.   Las flores presentan una corola que mide  unos 2,5 cm de diámetro.

    
Fig.      La imagen muestra un ejemplar  de Nolana jaffueli  con su raiz pivotante  que se hundía en la arena  hasta los  13-15 cm de profundidad. 

                      
Fig.     Este ejemplar ya ha florecido   y presenta, en el extremo de sus ramillas, las cabezuelas inclinadas con el fruto ya maduro, de color negruzco. La semilla   se hundirá en la arena, tras la muerte de la planta  madre, para volver a rebrotar, varios años después, cuando las condiciones  de humedad  se lo permitan.  La sola neblina mojadora, producto invernal de la camanchaca, no basta: tiene que producirse in situ  una lluvia  de varios mm para que  permita la eclosión de la semilla, su desarrollo y posterior floración.

                   
Fig.    Aspecto ramificado de la raíz de Nolana jaffueli.

                     
Fig.   Cada cabezuela de Nolana jaffueli  contiene aproximadamente unas 12-15 semillas cuyo aspecto y coloración mostramos  aquí. Tienen forma arriñonada, con bordes casi planos. Es muy probable que  no todas las semillas de una cabezuela sean fértiles. 

                     
Fig.   Cada semilla, de un color  pardo o café muy oscuro,  mide  entre 3,5 y 4.0 mm.  de longitud. Una delgada membrana envuelve a las semillas.

                     
Fig.   Esta imagen, ampliada,  da una buena  idea del tamaño y colorido exacto de cada semilla de Nolana jaffueli.

Decíamos en un artículo nuestro: 

En nuestro artículo del año  2009 escribíamos, describiendo un fenómeno de floración parecido al actual -aunque mucho menos intenso- ,  acaecido en 1997:
"Esta zona de laderas se puebla de miles ejemplares deNolana jaffueli, y Leucoryne appendiculata, formando verdaderas praderas naturales que sobreviven por espacio de 2-3 meses, cuando eventualmente llueve en esta área. Fue el espectáculo grandioso que tuvimos el privilegio de ver en los meses de Septiembre a Noviembre del año 1997, por efecto de lluvias acaecidas in situ entre los días 18 y 20 de Agosto". 

Investigando su capacidad de germinación.

Investigadores de la Universidad Católica de Chile  han   estudiado, en los últimos años,  la capacidad de germinación de las especies presentes en el oasis de nieblas de Alto Patache. Los resultados de este estudio se pueden consultar en Cabrera et al, 2013 (consulte la bibliografía, infra).  

Proporción de las especies aquí registradas.

En mucho menor número que Nolana jaffueli,  más o menos en proporción  1  a veinte, hemos observado  en este lugar la presencia de dos  especies de la malvácea Cristaria. Extrañamente,  una de ellas  (por ahora Cristaria sp-1), solo fue hallada por nosotros en un pequeñísimo sector,  de unos cuantos m2, donde constatamos la existencia de unos 8-10 ejemplares, todos  en flor. No la vimos, extrañamente,  en otros sitios, a pesar de haberla buscando intensamente. Aspecto que para nosotros constituye un verdadero enigma que por ahora no atinamos a resolver.

Las especies  de la familia de las Malváceas.

La especie  Cristaria disecta.

Esta hermosa Cristaria de flor grande, color blanco,  la hemos reconocido como Cristaria disecta,  apoyándonos en el trabajo de la botánica Raquel  Pinto quien la  señala precisamente para  el piedemonte arenoso de este  oasis de niebla, que titula como oasis de "Punta Gruesa".  Aquí la encuentra  cerca de escasos ejemplares sobrevivientes de Eulychnia iquiquensis,  que se yerguen en la ladera abrupta, restos  sin duda  de una cobertura mucho mayor existente antaño en este mismo paraje  en el evento "El Niño" del año  2009.
                    
Fig.   En  el sector indicado de unos    20m2,  hallamos solo unas  10-12 plantas de esta especie de Cristaria, de  flor blanca  de buen tamaño y gran número de estambres. 

Fig.  Esta  especie presenta, por lo que podemos observar  aquí,  dos tipos de hojas: unas grandes,  lobuladas y  las otras  sin bordes,  lobuladas, más bien  lineales.

Fig. Convive aquí solamente con  Nolana jaffueli. No constatamos la presencia de otras especies de plantas. 

Fig.  Flor  abierta de Cristaria disecta. Su corola floral,  totalmente abierta, mide aproximadamente unos  2.5 cm.   Este ejemplar, llevado a Iquique, se mantuvo lozano varios días puesto en un vaso con agua,  e incluso abrieron dos  botones. 

Fig. Aspecto que presentó  la flor abierta   y el  botón floral que abrió en nuestra casa, a los tres días.

Fig.  La  segunda especie de Cristaria, reconocida por nosotros como Cristaria molinae  posee una flor blanca, muy pequeña, cuya corola posee  algo menos de  1 cm de diámetro.  Observamos que sus flores, en su mayoría, cuelgan hacia abajo, tal como se observa en esta foto. La planta posee hojas grandes, lobuladas.  Por el aspecto y forma de sus hojas, difiere de la especie anterior. Esta especie  es  mucho más abundante que la anterior, en  este lugar y siempre convive con Nolana jaffueli

Especies detectadas  de modo excepcional.  

A un costado del sendero de subida al acantilado, a los   320 m de altitud,  y con muestras de haber sido recientemente arrancada, apareció esta pequeña planta, con botones florales. Estaba viva y traída a Iquique, floreció aquí  puesta en una vaso con agua.  Sospechamos que fue  arrancada de las partes más elevadas, por alguno de los jóvenes  visitantes, ignorante de su interés científico. 

Fig.  Se trata de una especie del género Cistanthe (ex Philippiamra).  ¿Será, tal vez, Cistanthe amaranthoides? . Sus hojas,  oblongas, son  muy carnosas.  Seguramente, buenas fuentes de agua para los antiguos  indígenas que traficaban por estos lugares, rumbo a la costa.

           Fig.  El ejemplar de  Cistanthe  sp. en el lugar del hallazgo, a unos  320 m  s.n.m.   Había sido arrancada y dejada allí por algún  visitante desaprensivo. Creemos es un habitante de la zona más altas,  unos  100-200 m más alto.                 

Fig. Las flores  son de un color rojo-violáceo.

La notable aparición de Nolana adansoni. 

 En un pequeñísimo sector, en las coordenadas UTM  7745684 N y 0379625 E  a una altitud de  230 m snm. en las laderas que miran hacia el sur del cerrillo "de los Parapentes", en nuestra tercera expedición del 09/10/2015,  hallamos un pequeño stock de esta especie, que fuera   descubierta  por Raquel Pinto para el extremo Norte de Chile y descrita por la botánica Mélica Muñoz Schick en el año 2001. Contabilizamos solamente unas 18-20 plántulas, todas ellas en floración, en un espacio muy reducido de unos 8-10 m2 (Cf. Diario de Campo de Horacio Larrain, Vol. 95, pp. 61-62). El hallazgo anterior hecho por Raquel Pinto fue hecho un poco al norte de la caleta de San Marcos, bastante más al sur, a unos 105 km al sur de Iquique. (Cfr. Muñoz-Schick et al, 2001, citado en la bibliografía).  En tal caso, nuestro descubrimiento  sería por ahora,   el registro más septentrional  que se haya detectado para esta especie en el extremo norte de Chile. 

                       
Fig.  Cada ejemplar  muestra un tallo que semeja  un tronquito color café, enhiesto,  del cual derivan las ramas laterales. La altura de cada ejemplar no supera  los 22-25 cm como máximo.  Las hojas, carnosas,  poseen una forma de corazón   y semejan minúsculas palitas.

Fig.  La flor de Nolana adansoni.

          Fig.  En grietas llenas de arena, entre las aberturas de la roca madre, afloran estas plantas, hoy en flor.              


                      
Fig. Las flores, con un aumento fotográfico.

                                  
Fig.    Observe  la forma de la raiz de esta especie.  Tómese en cuenta que el sustrato en el que  aquí arraigan es fuertemente  pedregoso, de roca muy fracturada.

Fig. Este es  el tipo de roca granítico en el que penetran, a través de las grietas, sus fuertes raíces. 

Presencia de la liliácea Fortunatia biflora.


Como a los  350 m de altitud y  siguiendo el sendero antiguo de los indígenas que avanza en dirección sur-sureste,   y cohabitando con Nolana jaffueli, empezamos a encontrar ejemplares de esta pequeña  Liliácea, que en Chile alcanza  hasta la zona central y que conocemos allí con el nombre de "huilli". 

Fig.   La vara floral aparece cuando las hojas ya están feneciendo.  Alcanza, a lo más, una altura de 20 cm sobre el suelo.

Fig. Aquí convive y compite con Nolana jaffueli.

Fig. El bulbo  se halla a bastante profundidad. En este caso,  estaba a unos 13 cm de profundidad en la arena fina.

Fig. Aquí se le ve convivir amistosamente con Nolana jaffueli.

Fig. Otra imagen de la misma especie.


Fig.   Caracol terrestre (Gastropoda), que otrora  habitó en esta formación vegetal. Pertenece a la especier Bostrix  derelictus broderipi, y hoy   ha desaparecido por completo del lugar, quedando solo sus  conchas vacías como mudo testigo y lejano recuerdo de su  existencia en este lugar.  Hemos hallado sus conchas vacías y blanquecinas  en todos los oasis de niebla, pero jamás hemos visto un ejemplar vivo de esta especie.  ¿Se extinguió totalmente en esta zona, por  la penuria de lluvias? . ¿Habrá logrado sobrevivir en alguna parte?.  No lo sabemos. Y no hemos visto ni leído referencias confiables en este sentido.

Bibliografía  de referencia.

 Cabrera, Elisa, Josefina Hepp, Samuel Contreras y Miguel Gómez:  "Estrategias de germinación de Nolana jaffueli en el oasis de niebla de Alto Patache", ("Germination strategies for Nolana jaffueli in the Oasis of Niebla de Alto Patache")  publicado en revista "Simiente", Sociedad Agronómica de Chile (SACH), 2013, Vol.  83,  196-201, Santiago de Chile.  

Larrain, Horacio,   2009. "Como se cazaba el guanaco en tiempos prehispánicos: argumentos tomados del oasis de niebla de Alto Patache", capítulo publicado en este mismo Blog  el  24 de diciembre del año 2009.

Muñoz-Schick, Mélica, Raque Pinto, Aldo Mesa y Andrés Moreira,  2001, "Oasis de neblina en los cerros costeros del  sur de Iquique, región de Tarapacá, Chile durante  el evento el Niño  1997-1998".  Revista Chilena de Historia Natural, Vol. 74, Nº 2,  Junio 2001,  en Internet:    http://dx.doi.org/10.4067/S0716-078X2001000200014 

Pinto, Raquel, 2009. “Estudio de la flora costera. Evento El Niño 2009. Región de Tarapacá”. Informe Proyecto Estudio del Gobierno de Chile,  en Internet. El estudio muestra   numerosas imágenes a color de las distintas especies vegetales y resulta muy útil para su reconocimiento.

Zegarra,  Rosario, 2006, "Biodiversidad y taxonomía de la flora desértica del sur del Perú. Familia Nolanaceae",  Revista Idesia (Arica), Departamento de Agricultura, Universidad de Tarapacá, Año 2006, vol. 24, nº 3 páginas 7-18.

Comentario eco-antropológico.

1. Creemos que no es casualidad que   este tramo de alta floración en períodos de "El Niño"  haya sido cruzado diagonalmente  por un sendero indígena que conduce a lo alto del cordón costero. Sospechamos que  los antiguos pescadores-recolectores  debieron alimentarse a su paso de algunas de estas especies. 

2.  De hecho,  hemos hallado a los costados del trayecto del antiguo sendero, varios fogones  y en ellos, señas de carbón y restos de moluscos y peces (vértebras).  No creemos que la presencia de tales fogones haya sido casual.

3. De posible  uso  para los indígenas  han sido, seguramente, las Liliáceas (en este caso Fortunatia biflora) cuyos bulbos son comestibles.  En efecto, fragmentos  secos de sus bulbos  han sido hallados en conchales costeros o en sus tumbas.

4. Tambien sospechamos que las hojas suculentas  y acuosas de la planta Nolana jaffueli  o Cistanthe sp.  pudieron constituir un alimento de emergencia para los que por aquí circularon, a falta de mejor alimento.  

3 comentarios:




  1. El Dr. Alexander Siegmund
    nos escribe desde Heidelberg, Alemania:

    Lieber Horacio,

    vielen Dank für die Mail und den Link zu Deinem Blog - fantastisch die Wüste so grün zu sehne, schade, dass ich den Regen verpasst habe und auch die Atacama nicht selbst sehen kann.

    Schön, von Dir gehört zu haben, ich hoffe es geht Dir gut.

    Herzliche Grüße,

    Alexander

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  2. Nos escribe el curador jefe del Museo de Arte Precolombino,

    "Excelente Horacio, qué bueno que hayas captado las imágenes de ese Norte Grande vestido de Norte Verde y enflorado como las llamas…"

    Abrazos,

    José Berenguer R., Ph.D.
    Curador Jefe
    Museo de Arte Precolombino
    Santiago de Chile.

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  3. Ns escribe desde Antofagasta Mauricio González, del grupo expedicionario "Caminantes del Desierto":

    Estimado Profesor... Reciba por intermedio de esta misiva, nuestros saludos fraternos y sinceros...Los deseos de una buena salud al igual que vuestra señora.
    Hemos recibido vuestro último blog sobre los florecimientos al sur de Iquique y nos parecen geniales. Mas que todo, nostorgan la posibilidad de apreciar la naturaleza nortina en pleno. Nosotros continuamos encontrando nuevas especies para la reserva La Chimba y partimos mañana sábado en exploración a las cumbres de Morro Moreno.

    Atte,

    Mauricio González

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