viernes, 11 de septiembre de 2015

El naufragio de una esperanza: Desastre humano en el Mar Mediterráneo.

Ante la tragedia humana instalada hoy en el Mar Mediterráneo, - tragedia que llegó para quedarse por largo tiempo-  no podíamos nosotros permanecer indiferentes.  Ofrecemos, pues,   aquí nuestras reflexiones que nacen de los imperativos de la ciencia de la Antropología y de la religión cristiana, aunadas ambas en una única perspectiva:  tratar de explicar  el hecho, señalar responsables  y  buscar o sugerir caminos hacia una solución duradera.  

Dejemos por un momento de lado  nuestra América andina y sus intrigantes temas culturales para  referirnos a un asunto  escalofriante, "espeluznante" en palabras del Presidente español  Mariano Rajoy, tema que  ha dejado perpleja y meditabunda a la humanidad entera: la actual crisis migratoria en los países del Mediterráneo y sus consecuencias. 

                   
Fig. 1.El niño sirio Aylan  Kurdi, de  tiernos tres años,  cuyo cuerpo exánime encontrado ahogado,  arrojado por el mar,  en una playa de Turquía, ha pasado a ser el símbolo cruel de una tragedia sin parangón en la historia  de los últimos 150 años.  El letrero agregado a la foto auténtica, de la periodista turca reza: literalmente  "la humanidad varada y arrojada por el mar, vergüenza, vergüenza,. vergüenza!" (foto tomada de Internet).

                   
Fig. 2.  El policía turco  que, espantado, lo recogió . "Sé lo que se siente", dijo,  "porque yo también  tengo un hijo de seis años". (foto tomada de Internet).

                      
Fig.3.  El último y conmovedor adiós de su acongojado padre que perdió en el mar Mediterráneo  a su esposa y a sus dos hijos, al hundirse la barcaza en la que intentaba llegar a Grecia con su pequeña familia (foto tomada de Internet).

Fig. 4. El sepelio se realizó en una simple fosa, en la  acosada  ciudad de Kobane, lugar de residencia de la familia.  Kobane es  un bastión fronterizo de resistencia de los kurdos  de Siria contra el implacable movimiento islámico  "EI", (Estado Islámico)   convertido hoy  en un aterrador  flagelo de la región (foto tomada de Internet).

Las dimensiones del movimiento migratorio.

En los últimos años, hemos sido testigos de un movimiento migratorio como nunca antes se vio en la historia de los últimos cien o ciento cincuenta años. Centenas de  miles de personas abandonan  sus países de origen: el Norte de Africa (Libia, Túnez, Marruecos)  o en el Oriente (Pakistán, Afganistán, Siria, Palestina),  para  tratar de llegar a través del mar,  a cualquier costo,  a  Europa, vista como  la región donde  hay seguridad y  trabajo, se vive bien y se respeta la diferencia (étnica, religiosa, social). La Unión Europea es vista  como el símbolo del ideal de lugar donde vivir  y poder educar a su familia. Países como Alemania, Francia, Holanda, Bélgica  o España   son  los puntos ideales de llegada para estos inmigrantes. La lengua de casi todos ellos  es el árabe en sus variados dialectos nacionales  y en su inmensa mayoría, tienen como religión el  Islam.   Huyen despavoridos  del caos político y económico, de la inestabilidad ciudadana, de las razzias étnicas, de la sangrienta e implacable dictadura de "EI" (movimiento islámico extremista que propicia la vuelta al  Califato).  Los menos, huyen  de  la amenaza religiosa, como ciertos  grupos cristianos coptos desplazados de  Siria oriental.

Un viaje sin  retorno.

Se trata aquí de una migración forzada y violenta, producto del estado de beligerancia continua, guerrilla de facciones que se disputan el poder y de la total incertidumbre respecto al futuro.  Destruídas sus casas y enseres por la guerra fratricida interminable  que ya dura décadas,   las familias tratan de huir con lo puesto y pagan sumas siderales a las mafias que les prometen el transporte marítimo hasta  las puertas de  Europa occidental: España, Grecia e Italia, en sus islas más cercanas al litoral africano (Lampedusa, Malta) , o las numerosas islas griegas del Mar Egeo. Es una migración desesperada, casi suicida y sin retorno. Ellos lo saben, pero solo piensan en el porvenir y felicidad de sus hijos para los cuales no quieren   el sufrimiento y el horror que ellos mismos han vivido en las décadas recientes. Arriesgan el todo por el todo ante el incierto y aterrador presente. El cruce del Mediterráneo, en frágiles  embarcaciones, es el único medio para escapar de un continente  sumido en la barbarie de la guerras sin cuartel.

¿Cuántos son?.

Apunto aquí  las cifras impresionantes que nos aporta el analista internacional Raúl Sohr en su artículo: "Europa. la bomba migratoria", aparecido en la revista  "Mensaje", en su número del mes de Septiembre 2015  (Santiago de Chile, Vol. XLIV, Número 642: 9-11).  Artículo iluminador que recomendamos vivamente. 

Copio a Sohr:  "el drama de los refugiados alcanza proporciones gigantescas. En el 2005, según Naciones Unidas, unos 25.000 migrantes se echaron al mar. En 2011, con la guerra civil libia, el número pasó a 61.000. El año pasado (2014)  fueron  130.000. De  enero a agosto de 2015, ya suman  237.000.  Tan solo en el mes de julio arribó a Europa la cifra récord de 70.000.  El gobierno alemán proyectó la llegada de 450.000 refugiados para este año, pero ahora estima que podrían ser  unos 650.000 o más".

¿Quiénes son  los  responsables?.

Según  el mismo analista Raúl Sohr,  en las últimas  dos décadas han muerto en naufragios en el cruce del Mediterráneo en  frágiles barcazas, no menos de 20.000 personas salidas de Africa. Muchos de ellos son niños.  Los países del Norte de Africa y varios del cercano Oriente han tenido una larga, trágica y  dolorosa historia  social reciente.  Por largo tiempo, a partir de fines del siglo XV,  éstos  fueron colonias de los países europeos   (España, Portugal, Gran Bretaña,  Francia, Italia, Alemania, Bélgica). Africa fue  el continente donde españoles y portugueses  durante al menos tres siglos extraían a viva fuerza sus esclavos, para sustentar su economía agraria, azucarera y algodonera. Estos países fueron muy lentamente recuperando la libertad  y construyendo una precaria estabilidad  como Estados nacionales.
 Ahora bien,  Occidente   veía con ojos de espanto cómo estos países, otrora formados por infinitas tribus regionales,  en continua disputa entre sí,  parecían querer liberarse de su tutela, y afianzarse ahora  como estados nacionales, exigiendo ser tratados de igual a igual por la vieja Europa y sus naciones.

Poco a poco  casi todos, han llegado a formar parte de las Naciones Unidas (salvo Palestina), como estados miembros, de derecho pleno. Como colonias,  fueron salvajemente explotadas en sus recursos naturales o en su apetecida mano de obra esclava, en beneficio de los "civilizados" países de la Europa de los siglos XV al XIX.  

Lenta maduración de los Estados europeos.

Europa  accedió a  formar las identidades nacionales de sus Estados actuales  tras una larga maduración  y  un proceso lento y doloroso. Durante la Edad Media, los príncipes gobernaban sus pequeños feudos regionales o locales. La reunificación italiana terminó  en  1870  y  la alemana, en 1871. La reunificación de los pueblos de España fue muy  anterior a fines del siglo XV,  con el matrimonio de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla. El principado islámico de Granada, último bastión africano, cae en su poder  en 1492. Sin embargo, en la península ibérica, Catalunya permanecerá como reino independiente y altivo hasta el año 1714, fecha en que Barcelona cae en poder de los castellanos tras una cruenta y aterradora batalla. Catalunya fue así incorporada a viva fuerza, a la naciente España.  Los catalanes no lo olvidan hasta hoy  y buscan la independencia, pues se consideran muy diferentes de los demás españoles (en lengua, historia, tradiciones  y costumbres). 

Los estados nacionales  en Europa tardaron siglos en  consolidarse como tales.

Lo que pretendemos señalar con esto es que todos los países europeos, sin excepción, tardaron varios siglos en afianzarse y erguirse como Estados modernos unificados  y tardaron, igualmente,  siglos en abandonar las viejas oligarquías y monarquías  para encontrar en la democracia su sistema político ideal, capaz de superar sus diferencias clánicas o regionales y buscar así su desarrollo como naciones modernas.  

Democracias recientes.

La imposición (o adopción, si se prefiere) del sistema democrático en los países de Africa y en el Cercano Oriente es un hecho muy reciente. Príncipes, Reyes, Emperadores o dictadores absolutos  hasta hace muy poco gobernaron con mano de hierro a muchos de esos países. Algunos todavía subsisten hoy.  Recordamos el caso del Emperador Haile Selassie de Etiopía, depuesto recién en  1974. O el del Shah de Irán,  Muhammad Reza Pahlevi, depuesto en 1979.  O la reciente caida y muerte del líder Muammar El-Ghadafi en Libia, por obra de la intervención armada occidental,  liderada por Estados Unidos en el año 2011. En Afganistán y Pakistán, ha ocurrido casi exactamente lo mismo. 

El fracaso de la intervención occidental.

Soviéticos y norteamericanos han intervenido militarmente en esos países, destituyendo y dando muerte a sus autoridades bajo diversos pretextos, pero  sin lograr crear ni consolidar una autoridad reconocida y aceptada por todos, basada en la democracia. Estas potencias de Occidente no lograron dar estabilidad a esos países. A la verdad, después de su intervención, han  quedado más desestabilizados y desintegrados que antes.  "El remedio fue aquí, ciertamente peor que la enfermedad".

Occidente  más bien ha usufructuado hasta hoy sin contrapeso  de sus recursos básicos, máxime del petróleo.  El resultado:   áreas de tensión continua, reaparición violenta de las viejas disputas tribales  étnicas y religiosas, en suma, desgobierno total.  En Libia hoy coexisten dos gobiernos, antagónicos.  Es evidente que  la democracia como sistema político  no ha prendido allí, al menos por  ahora. Europa necesitó varios siglos para aprender y adoptar finalmente este sistema de convivencia llamado ""democracia".  A las regiones de Asia y Africa, donde  las monarquías hereditarias o las férreas dictaduras han sido la regla  por muchos siglos, Occidente pretende exigir hoy día  el ejercicio de una democracia plena al estilo europeo, en el corto espacio de unas cuantas décadas. Tarea al parecer imposible. 

¿De quién es la culpa?

Tal  como lo señalara recientemente  Vladimir Putin, el líder soviético, -por lo demás responsable directo del sostenimiento en el poder del regimen autoritario sirio actual-,  dondequiera Estados Unidos ha metido mano en Asia,  el resultado final ha sido la anomia,  el caos y el desgobierno.   Si hubo alguna intención limpia en la intervención de la nación americana en Oriente  y Norte de Africa,  -quod est probandum- ésta ha tenido,  de hecho, un  sonado fracaso.

¿Cuál ha sido el resultado?.

El resultado de todas estas intervenciones extranjeras, expoliaciones  y luchas intertribales ha sido el caos social, económico y demográfico en gran parte de la región. No solo no se ha  consolidado la estabilidad y la paz social en la zona, sino que ha surgido,  muy recientemente,   un nuevo ingrediente, haciendo cada vez más sombrío el panorama futuro: la dictadura cruel del proclamado "Califato de ISIS", también llamado en España "EI" (Estado Islámico), que  ha echado ya sus raíces en Afganistán, Pakistán, Siria  y aspira a dominar la región entera, entidad político-religiosa que apunta a destruir y borrar  toda la influencia occidental en  nombre de  Alah y su profeta. 

El corolario obligado: la  migración.

Décadas de luchas han producido una  imparable y creciente migración hacia los países de Europa  occidental, vistos como el nuevo "El Dorado". Curiosamente, no emigran o huyen  hacia  Rusia, Rumania, Bulgaria, Grecia  o Hungría, (países de la antigua órbita soviética)  sino  a Europa Occidental. Buscan ingresar, en lo posible, a los países más ricos de la eurozona:  Austria, Alemania, Bélgica, Holanda donde vislumbran tener mejor perspectivas de   tranquilidad  política y seguridad económica.

El futuro incierto.

Europa occidental está siendo "invadida" pacíficamente, de hecho,  por decenas de miles de refugiados. Cada día llegan más y más. Tanto por mar como por tierra,  a través de Turquía, Grecia y Hungría. Algunos se han atrevido a comparar esta situación con la invasión de las hordas de los "bárbaros" del oriente,   aquellas que asolaron el Imperio Romano en los siglos IV y V D.C  y terminaron por arruinarlo y destruirlo desde sus cimientos.  En pocos años,  han  llegado a Europa centenas de miles, los que se agregan a las anteriores decenas de miles de antiguos inmigrantes, llegados como mano de obra (sobre todo a Alemania, Francia, España, Bélgica y Holanda) desde mediados del siglo XX, provenientes de Turquía, Algeria, Túnez y Marruecos. Se está produciendo de facto -según algunos estudiosos- una suerte de "islamización" de Europa, como ya  lo han señalado voces de alerta en Bélgica, España y Alemania.  La prueba: se construyen mezquitas en todas las grandes ciudades de Europa  y sus fieles oran dirigiéndose a La Meca, su capital religiosa.

Surgimiento de la xenofobia .

Esta incesante y masiva inmigración  africana y asiática ya ha provocado, como reacción, en varios países de Europa occidental una creciente y peligrosa xenofobia. Mezquitas y numerosos campos de refugiados de migrantes orientales han sido objeto de ataques incendiarios en varios países.   Se observa en Alemania, en Austria, en Bélgica y aún en países nórdicos como Suecia, un potente resurgimiento de partidos de corte nacista y/o fuertemente nacionalista que quieren poner freno inmediato a esta inmigración sin retorno,  que consideran nefasta y dañina para la perduración de la identidad cultural de sus respectivas repúblicas.

¿Xenofobia o espíritu humanitario?.

Leonardo Boff, connotado teólogo católico,   en un reciente documento publicado  en su página  web,  comenta  sagazmente  a este propósito:

"El grado de civilización y de espíritu humanitario de una sociedad se mide por la forma como ella acoge y convive con los diferentes. Bajo este aspecto, Europa nos ofrece un ejemplo lastimoso que bordea la barbarie. Ella se muestra tan centrada en sí misma y en sus laureles, que le cuesta enormemente acoger y convivir con los diferentes..."  (L. Boff:  en "Boffsemanal": en  www.servicios koinonia.org. /boff/). 

Países acogedores y países  inhumanos.

En Europa, Alemania ha sido al parecer la nación más acogedora de refugiados y Hungría, la menos dispuesta a recibirlos. La canciller de Alemania Angela Merkel, ha sido un ejemplo notable  en medio de tanta barbarie.  Mientras en el Oriente  Turquía y el Líbano han acogido más de dos millones de refugiados, demostrando un notable sentido de humanidad,  Hungría, en el polo opuesto,  ha construido una gigantesca barrera de alambre de púas en su frontera con Serbia, para impedir su ingreso. Tal actitud raya en la barbarie.  ¡Como si Hungría misma, a lo largo de  su historia,  no hubiera sido un ejemplo vivo de crisol de diferentes pueblos, etnias, religiones y ritos!.

Lecciones de una  eco-antropología  cristiana.

Tratemos de  recapitular y saquemos las debidas conclusiones que nos atañen directamente:

1.   Todos los seres humanos somos iguales, hijos de un mismo Padre que está en los cielos.    Todos los hombres somos hermanos,  descendientes de un  mismo tronco del Homo  sapiens.  Las diferencia étnicas, religiosas, lingüísticas o de pigmentación de la piel, son solo expresión de  la notable riqueza  de nuestra humanidad, el polo opuesto a  una unicidad o uniformidad  solo propia de  robots.

2. Todos los seres humanos  tienen derecho a  vivir en paz y tranquilidad. Nadie les puede forzar u obligar  a  permanecer en un país en ruinas, donde ni siquiera se puede dormir por el estruendo de los cañones.  En su desesperación  por sobrevivir a los horrores de la guerra, los migrantes tienen y ejercen su pleno derecho a emigrar, aunque sea violando fronteras,  buscando vivir, buscando mejores horizontes para sus familias.

3.  Ante una catástrofe como la que se está viviendo hoy  en esa parte del mundo, ningún país puede quedar indiferente; ningún país puede cerrar sus fronteras pretextando conservar su  limpieza étnica o su pureza religiosa. Esto huele hoy  a un odiado  y trasnochado nacismo  resurgente, abominable a todas luces para la humanidad actual que se proclama "civilizada".

4. Europa, Estados Unidos y Rusia deben reconocer  su responsabilidad histórica por la forma como trataron a los países africanos o del medio Oriente  por décadas o aún centurias. Si fueron  parte del origen del problema, deben ahora ser parte de su solución.   Y esta solución no está ciertamente en   mantener una estricta vigilancia naval en el Mediterráneo, o devolviendo a los migrantes a sus lugares de origen, o cerrando sus fronteras, sino tratando de fortalecer y robustecer la economía y estabilidad política de  esas naciones,  creando las condiciones para su propio desarrollo interno  y mejorando substancialmente su standard de vida  de modo que sus poblaciones  no se sientan obligadas a escapar.



5.  Occidente debería seriamente pensar en inventar algo así como un nuevo y gigantesco  "Plan Marshall", tal como lo hizo para levantar a la Alemania destruida y devastada por la IIª guerra  mundial. Debe idear sin tardanza un gigantesco plan de ayuda  económica,  social  y educacional a los países perturbados por la guerra en  Asia y Africa, contribuyendo a elevar su nivel de vida de modo significativo.  Ese plan , creemos, le saldría a la larga  mucho más barato que la absorción, reubicación, alimentación y educación de muchos  millones de migrantes,   agravadas  por el fantasma previsible  -aunque abominable- de la xenofobia   que  ya ha abierto sus fauces en Europa occidental para devorar a los afuerinos considerados  como "indeseables". 


6.  De no tomarse medidas radicales  y urgentes,  el problema  crecerá  a un nivel tal que ya no habrá solución,  cuando los migrantes sean millones y desarticulen los sistemas de asistencia, de salud o de educación de los países de Europa, provocando el estallido de la rebelión   interna, la desarticulación  de la Eurozona  o la estampida de  guerras fratricidas. 


7. La mera "repartición" de  grupos de migrantes  entre los  países miembros de la Eurozona -como se intenta poner en práctica hoy día- no es sino una solución provisoria,  de  mero parche.   Hay que ir con urgencia a las raíces del problema que es a la vez  económico, político, social y cultural. Y por añadidura, con profundas raíces históricas que no se debe ni se puede olvidar. 


8.  De este modo,  ojalá, la muerte del pequeño niño-símbolo  sirio Aylan Kurdi, de apenas tres años de edad, llegue a ser  el primer eslabón de una imparable y gigantesca cadena de verdadera y auténtica fraternidad hacia los pueblos oprimidos de Asia y Africa que conduzca eficazmente a su elevación  tanto en el plano económico y social,  como humano y cultural. 


9.  Tal vez en los planes de Dios   esté  en este momento  el que esta   nueva y gigantesca   "diáspora"  de creyentes del Islam  se disemine por Europa obligando a las  antiguas creencias  religiosas forjadoras de Occidente (Catolicismo, Ortodoxia rusa y griega y  Protestantismo, en sus varias formas)  a depurarse, purificarse  y a buscar y explorar juntos puntos de  encuentro espiritual  con el Islam  para  avizorar un futuro más fraterno  y menos confrontacional, en una palabra, más verdaderamente humano para el continente europeo.  Esto se  logrará tan solo mediante un sincero "mea culpa" por los errores cometidos,  y con la aceptación del otro "tal cual es", no  "como yo quisiera que fuese".

 Tal vez  una vez más  en la historia nuestra, "Dios escriba derecho, con líneas torcidas".  Tal vez  sea éste  un capítulo más  escrito por la mano de la providencia divina en la  historia del Viejo Mundo para  hacer resurgir un verdadero Humanismo basado en la fraternidad universal. ¡Tal vez!. 






1 comentario:

  1. "QUIZA NO HAY PEOR MUERTE DE UN SER HUMANO, CUANDO IGNORA, LO QUE PASA
    EN EL RESTO DEL MUNDO, ´POR LA PERDIDA DE UN SER HUMANO", DE LAS MUERTES MAS TRISTES Y DOLOROSAS, TAN SÓLO HAY UNA, EL DESPRECIO...POR TODO LO QUE PASA...¿PORQUE?, CUANDO UNO MUERE, E IGNORA, OLVIDA, NI SIENTE, NI LLORA,CUANDO NO HAY NI EL MAS INTIMO SENTIMIENTO HUMANO,...POR UNA CRIATURA COMO ESTE NIÑO...!AHORA, TODOS AQUELLOS, QUE NO SIENTEN NI LES IMPORTA NADA, ESAS SON DE LAS MUERTES MAS TRISTES:¿PORQUE?, CUANDO SE MUEREN...MUEREN EN DEUDA CON SU PROPIA VIDA...PORQUE NUNCA HICIERON UN CULO, MIENTRAS VIVIERON...,NI POR SU PROPIA VIDA..."

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