En este capítulo de nuestro Blog, pretendemos analizar un tema relacionado con la presencia y actividad de grandes minas en nuestro país. ¿Qué ocurre cuando el mineral se agota o baja considerablemente su ley?. ¿Qué ocurre hoy y qué debería ocurrir en el futuro?. ¿Qué pasa con sus ciudades-campamentos abandonados?. O mejor dicho, ¿qué debería pasar?.
El caso del mineral de Potrerillos.
Potrerillos, ciudad minera enclavada en la precordillera de Copiapó, a casi 2.900 m de altitud. Coordenadas geográficas: 26º 26´03´´ S y 69º 29´00´´ W.
Fig. 0. Esta ciudad minera pertenece a la División Salvador de CODELCO, Chile. La vista satelítica que aquí se ofrece, proviene de Google Earth. Observe Ud, las gigantescas dimensiones de la torta de relaves, conocida como El Arenal", (en color blanquecino, claro), situada directamente al sur de la ciudad, fuente cierta de contaminación. Por comodidad y proximidad a la fundición este botadero de ripios fue ubicado muy próximo al campamento, como fue habitual en todas las explotaciones mineras de la misma época. Al parecer, había un total desconocimiento por parte de la población de la toxicidad de estas "arenas", aparentemente inocuas. La pequeña ciudad, trazada en manzanas perfectamente rectas, se halla inmediatamente al norte y noreste de la "torta" de ripios. Como los vientos reinantes en la zona soplan predominantemente desde el sur, es fácil imaginar cómo el ambiente debió estar con frecuencia saturado de polvo en suspensión, polvo sucio, contaminado, por efecto directo de los procesos industriales que utilizaban el ácido sulfúrico. La torta de ripios y arenas aquí visible, presenta una superficie equivalente casi al doble de la pequeña ciudad y su mina adyacente ( situada al Este de la misma).
Un problema no resuelto en Chile.
El caso del mineral de Potrerillos.
Potrerillos, ciudad minera enclavada en la precordillera de Copiapó, a casi 2.900 m de altitud. Coordenadas geográficas: 26º 26´03´´ S y 69º 29´00´´ W.
Fig. 0. Esta ciudad minera pertenece a la División Salvador de CODELCO, Chile. La vista satelítica que aquí se ofrece, proviene de Google Earth. Observe Ud, las gigantescas dimensiones de la torta de relaves, conocida como El Arenal", (en color blanquecino, claro), situada directamente al sur de la ciudad, fuente cierta de contaminación. Por comodidad y proximidad a la fundición este botadero de ripios fue ubicado muy próximo al campamento, como fue habitual en todas las explotaciones mineras de la misma época. Al parecer, había un total desconocimiento por parte de la población de la toxicidad de estas "arenas", aparentemente inocuas. La pequeña ciudad, trazada en manzanas perfectamente rectas, se halla inmediatamente al norte y noreste de la "torta" de ripios. Como los vientos reinantes en la zona soplan predominantemente desde el sur, es fácil imaginar cómo el ambiente debió estar con frecuencia saturado de polvo en suspensión, polvo sucio, contaminado, por efecto directo de los procesos industriales que utilizaban el ácido sulfúrico. La torta de ripios y arenas aquí visible, presenta una superficie equivalente casi al doble de la pequeña ciudad y su mina adyacente ( situada al Este de la misma).
Un problema no resuelto en Chile.
Tocamos aquí un problema candente, quemante, desgraciadamente muy actual en nuestro país: el destino futuro de los grandes campamentos mineros en Chile. ¿Qué hacer con ellos cuando terminan su vida útil y se decide su término?. ¿Simplemente abandonarlos y dejarlos a su suerte, tragados por el paso del tiempo?; ¿Trasladarlos?; ¿Transformarlos, tal vez, en un "Museo de la Memoria"?; ¿Demolerlos desde sus cimientos?; ¿Regalar a sus antiguos habitadores lo que queda en pie, para que ellos se lleven lo que puedan aprovechar (calaminas, madera, latón, sanitarios, puertas y ventanas, etc.)?.
¿A cuál de estas alternativas ha recurrido hoy la Empresa? Aparentemente, al menos por las señales dadas hasta ahora, a la primera alternativa: abandonar la pequeña ciudad a su triste suerte. ¿Qué podemos pensar de esta solución?. Este es el tema de nuestra meditación de hoy.
¿A cuál de estas alternativas ha recurrido hoy la Empresa? Aparentemente, al menos por las señales dadas hasta ahora, a la primera alternativa: abandonar la pequeña ciudad a su triste suerte. ¿Qué podemos pensar de esta solución?. Este es el tema de nuestra meditación de hoy.
La vida y el cierre de Potrerillos.
William Braden, compró los derechos de esta mina en el año 1913. Con anterioridad, operaba con el primitivo sistema de pirquines. Inició sus actividades bajo el nuevo dueño entre 1918-1920. Operó desde sus inicios con el nombre de la "Andes Copper Mining". La mina cesó sus actividades en el año 1959. Solo se mantuvo en operación la fundición que todavía hoy día opera con lo extraído del mineral del Salvador, no lejos de aquí. Está ubicada a los casi 2.900 m de altitud, en la precordillera de Atacama, IIIª Región de Chile. Al cierre, su población se dispersó, emigró a los pueblos y ciudades más cercanas y solo ha quedado en actividad su fundición mantenida por un escaso personal que llega hoy en buses a sus faenas. Hoy puede ser visitado por extraños- como en el caso nuestro- , pero con ciertas restricciones y con permiso especial otorgado por Gerencia.
En este capítulo, que acompañamos de recientes fotografías nuestras tomadas in situ, examinamos el hecho de su desamparo desde el punto de vista de la historia crítica, de la eco-antropología, o si se prefiere, de una ética de base antropológica.
La pregunta que nos hacemos es la siguiente:
¿Es lícito, es legitimo, dejar en total abandono una ciudad por parte de una empresa minera, una vez que no resulta rentable seguir produciendo el mineral?. ¿Tiene justificación el destruir -o abandonar a su suerte que es lo mismo- - sus instalaciones, sus viviendas, sus plazas, sus estadios, sus hospitales o teatros, sus escuelas o liceos, sus iglesias o su cementerio.?
¿Son tan solo campamentos de tránsito?.
¿Son simples "campamentos", esto es, "lugares de paso", como lo afirma la Empresa (hoy CODELCO-Chile) y, por tanto desmantelables y desarmables en cualquier momento?. ¿ O son auténticas ciudades pequeñas que han acumulado mucha historia humana, actividad y vida propia y que, por tanto, merecen sobrevivir?. El tema es complejo y merece un análisis más fino. En otras palabras, ¿las familias que aquí vivieron por al menos dos y hasta tres generaciones, ¿no tienen derecho alguno a exigir que este lugar se respete y se conserve a perpetuidad?. ¿Su opinión, ¿no cuenta para nada?. Los que aquí murieron y yacen en el camposanto de Potrerillos, ¿no merecen, acaso, nuestro profundo respeto y que se conserve su memoria?. Es la gran pregunta para la cual el Estado chileno de hoy aún no tiene respuesta. Al menos, jurídica y legalmente, ninguna. El tema forma parte del debate.
Delito, hoy por hoy no; irresponsabilidad e inmoralidad, sí.
La empresa que abandona sus campamentos (tal como ocurriera antaño con las antiguas Oficinas Salitreras del Norte Grande) no incurre estrictamente en delito. Porque la Ley nada establece al respecto. El tema no es, por tanto, legal, sino más bien ético, social y moral. Para nosotros, es un tema que ciertamente atañe a la "responsabilidad social" de la Empresa. A una auténtica responsabilidad social. No a una responsabilidad social que solo contemple (como ocurre hoy) a sus obreros y empleados. Porque se trata aquí de una responsabilidad (¿o irresponsabilidad?) frente a la sociedad toda y, en particular, frente a la sociedad humana de la Región de Atacama donde se inserta el Mineral. El Estado de Chile entregó, para su explotación,(¡no para su destrucción in aeternum!) un trozo virgen de su territorio patrio. Tiene por tanto pleno derecho a que este trozo de territorio suyo quede, luego de su explotación, lo más limpio y decente que sea posible; ojalá, inmaculado. Y si la empresa construyó aquí para sus fines de explotación una auténtica ciudad, que ésta preste a futuro alguna utilidad como patrimonio regional y quede - de alguna manera- al servicio de la Región y no se convierta en un horrible lastre, en un estorbo.
Imaginemos cien ciudades abandonadas.
Llevemos, ahora, para aquilatar su fuerza, este argumento nuestro ad absurdum. Este juego mental nuestro nos ayudará a comprender las graves dimensiones del problema. Imaginemos que no hay un campamento-ciudad (como en el caso presente), sino cien (100) esparcidos en toda la Región. Cien enormes minas. Imaginemos por un instante a estos cien campamentos-ciudades en total abandono y destrucción, víctimas de un sórdido vandalismo y brutal pillaje.¿Qué ocurriría entonces?. El turismo regional, de inmediato, "pondría el grito en el cielo" por tal acto de barbarie: ¡qué duda cabe!. Ya que cien paisajes geográficos de su Región han quedado no solo afeados y afectados, sino destruidos para siempre; peor aún, entregados al vandalismo y al saqueo. Los expertos en patrimonio "pondrían, a no dudarlo, el grito en el cielo".
Concluyendo de este argumento:
De esta hipotética consideración nuestra (el argumento llevado ad absurdum) brota clara y evidente, una clarísima responsabilidad de dichas Empresas mineras, ante la Región y sus habitantes, ante el futuro de esa región. Pensar lo contrario, significaría que el único destino probable de esa región sería llegar a convertirse un día en una gigantesca superficie tapizada de hoyos y de tortas de ripio, rodeada de ciudades muertas y desmanteladas. Ahora bien: ¿han pensado estas poderosas Empresas en el futuro de la Región en que se han insertado? ¿El futuro predecible de esta región será solo convertirse en un basural o vertedero de ciudades desmanteladas, ingentes tortas de ripio, tranques colmatados y campamentos abandonados?. ¿Destrucción, desolación y muerte por doquier?. ¿Así queremos imaginar el futuro de Atacama en los siglos XXII ó XXIII?. ¿Sería esto coincidente con el sueño de Atacama para el mañana?. Ciertamente, no lo creemos.
Las fotos son elocuentes.
Las fotos aquí expuestas son todas nuestras, salvo que se señale expresamente lo contrario. Disponíamos tan solo de poco más de media hora para nuestra visita la que, en realidad, resultó ser, muy a pesar nuestro, " a vuelo de pájaro". Un día completo habría sido insuficiente para tomar nota cuidadosa de todo. Por tanto, las reflexiones y tomas fotográficas aquí ofrecidas, son el fruto de un vistazo rápido, hecho a la carrera.
Contemplemos las fotografías y luego reflexionemos.
Fig. 1. El ingreso a la antigua ciudad que en su período de auge llegó a albergar más de 7.000 personas. Una barrera impide el paso normal al recinto. Un letrero anuncia que estamos en el "Ex Campamento de Potrerillos". La usina aún muestra actividad (su chimenea humea todavía), pero la ciudad misma, (el "campamento") está ya muerta y en decadencia, como veremos.
Fig. 2. Camiones de alto tonelaje traen todavía combustible (petróleo) para la fundición del mineral.
Fig. 4. Casas de antiguos funcionarios, en plena decadencia. Ya nadie repara los daños en la verja. Casas amplias y cómodas, de varias habitaciones.
Fig. 4. Aquí habitó, seguramente, algún ingeniero de la empresa.
Fig. 5. Esta casa pudo pertenecer a alguno de los altos jefes del Mineral. Hermosos pinos (Pinus macrocarpa) la rodeaban, ofreciendo sombra y grata presencia.
Fig. 6. Una de las mansiones de mayor tamaño y belleza. Desde el interior al l pórtico de entrada.
Fig. 7. Un ejemplar del pino macrocarpa, otrora majestuoso, que aquí vivió por unos 50-60 años a lo menos y yace hoy seco y muerto, por falta de riego. Se alzaba a un costado de la escala de ingreso a esta propiedad, tal vez la más importante del mineral (¿era tal vez la casa del gerente general?). Aún se yergue altivo como estampa de un pasado glorioso.
Fig. 8. Cierre perimetral en torno a otra mansión del mineral. Hacia el costado izquierdo, tronco y ramaje de un pino ya caido por efecto de algún ventarrón.
Fig. 9. La misma mansión vista desde su frente, esto es desde el poniente. Observe los muros bajos, construidos de bloquetas hechas de escorias del mineral prensadas. Artificio notable que permitió acceder a un excelente material constructivo. Fue de amplio uso en este mineral.
.
Fig. 10. Una pequeña plaza, mirador espléndido hacia el poniente, esto es hacia el valle por donde hemos ascendido. Se sitúa a pocos metros de la mansión recién descrita. La vista es espléndida. De los numerosos pinos que la sombreaban, solo uno, moribundo, da aún escasas señales de vida. Los demás, son ya solo esqueletos que el viento pronto derribará.
Fig. 13. Vista desde esta plazuela directamente hacia el Sur, hacia el llamado "Arenal", gigantesco cerro blanco formado por las depositación de escorias y ripios a lo largo de muchos decenios. El lugar era frecuentado como sitio preferido de juegos por los niños de los mineros, ignorantes de su alta toxicidad (información dada en el lugar por una de nuestros acompañantes, una antigua pobladora de Potrerillos).
Fig. 14. Una plaza de juegos para niños de la "alta sociedad" minera, es decir para hijos de los jefes, todos norteamericanos en sus orígenes. A ésta, no tenían acceso los hijos de los obreros.
Fig. 14. Junto a una casa, aún resiste un árbol de molle (Schinus molle) que se niega a morir.
Fig. 15. Un árbol , una variedad de aromo, rebosa de flores amarillas. Tal vez una mano amiga le echa aún agua de tanto en tanto.
Fig. 16. Otra vivienda.
Fig. 17. Oficinas administrativas. El enlucido de los muros empieza ya a descascararse y caer.
Fig. 18. La fundición aún en plena actividad. Es el único signo de vida que muestra el mineral, ya abandonado. ¿Por cuánto tiempo aún?. No lo sabemos.
Fig. 19. El campamento americano.
Fig. 20. La fundición del mineral.
Fig. 22. La iglesia católica. Ya no se escuchan sus campanas ni sus fieles a acuden a la misa dominical.
Fig. 23. El grupo de visitantes posa ante la cámara del recuerdo... ¿De cuántos matrimonios, bautizos o primeras comuniones habrá sido testigo este hermoso templo, hoy desierto y cerrado para siempre?. ¡Cómo desearían tener este templo en sus plazas tantos pueblos del desierto!.
Fig. 24. Vista hacia el costado poniente del templo.
Fig. 25. El torreón del templo. Sus campanas ya no repiquetean para anunciar algún duelo...
Fig. 26. Vista del costado oriente del mismo. Impresionan las dimensiones de esta iglesia, con capacidad para centenares de fieles. Indicio innegable del tamaño de la población a la que servía antaño.
Fig. 27. Vista general al antiguo campamento minero de Potrerillos. Hoy solo camiones y camionetas se ven circular por sus calles desiertas. Los obreros, sus familias ya no habitan el lugar y sus niños ya no corretean por sus calles y plazas.
Bibliografía recomendada:
Sobre la historia temprana de este Mineral consulte el interesante trabajo de Angela Vergara Marshall en la revista Historia (Santiago), Pontificia Universidad Católica de Chile, vol .34, Año 2001 con el título de ""Norteamericanos en el Mineral de Potrerillos". versión On-line ISSN 0717-7194 http://dx.doi.org/10.4067/S0717-71942001003400007 .
1. Por la calidad de la construcción y el número y diversidad de las viviendas, oficinas y edificios, parece evidente que sus constructores pensaron en una larga existencia, no en un mero campamento de tránsito, de breve duración.
2. Todos los servicios básicos: educación, comercio, salud, vida religiosa y muerte, fueron contemplados aquí. Es decir, éste fue un lugar de vida para todos sus habitantes, no un mero "campamento" de paso.
3. Tres generaciones de mineros laboraron aquí. Una de las señoras que nos acompañaban el día de la visita me decía que su abuelo y su padre aquí trabajaron durante toda su vida. Su existencia transcurrió aquí y sus ojos se llenaban de lágrimas recordando el pasado y viendo el abandono presente. Las primeras labores se iniciaron aquí el año 1919. Es decir hace casi un siglo y muy pocos años después del inicio de actividad del mineral de cobre de Chuquicamata. (IIª Región de Chile), el más grande del país.
4. Cabe preguntarse sobre la legitimidad de un abandono total y definitivo por parte de la Empresa. ¿Es justo, es ético, es moral hacerlo?. El argumento que se suele esgrimir de que esta Región, al igual que la de Antofagasta es una región "de vocación minera" y que, por tanto, todo en ellas es transitorio, perecible, de corto tiempo, o desarmable, tal como puede serlo cualquier vivienda de madera, es un argumento a nuestro juicio equívoco y falaz.
5. ¿Por qué ?. Porque esta actividad minera involucra la participación directa de muchas vidas humanas, familias humanas que aquí crearon historia patria e historia familiar. Es decir, no se trata tan solo de un problema meramente económico: "se cierra la mina por no ser ahora ya rentable". La ocupación de este espacio, por casi cien años, fue creando insensiblemente "historia". No solo se transformó una superficie del territorio patrio, dejando hoyos y perforaciones por todas partes, sino atrajo numerosa población humana a la que se le ofreció aquí una vida más digna. Y la gente llegó, de todos lados. Y se asentó aquí, creándose lazos indelebles con este paisaje, con este lugar, con este entorno desértico. Y se creó historia familiar e historia regional. En una palabra, cambió aquí radicalmente, en unos pocos años, el destino futuro de este trozo de territorio patrio. De ser un cerro aislado y solitario rico en mineral de cobre, ha pasado a ser un lugar histórico de primera importancia para esta Región de Atacama.
6. Aquí hay historia, mucha historia. No sólo una historia referida a nombres de gerentes o ingenieros que aquí laboraron; no solo historia de cifras de producción de cobre, plata y oro; no sólo una historia de cifras de ganancias; tampoco solo una historia de accidentes o catástrofes; no solo historia de logros y hallazgos o invenciones. También aquí se hilvanó una riquísima "historia" de numerosas historias humanas. Los historiadores nos hablan mucho hoy de la importancia de las historias locales, indispensables para poder construir, con más exactitud en el futuro, una historia general de la Región o del país. Pues bien, aquí, en Potrerillos se creó una potente historia local de casi cien años, sobre la base de centenares de pequeñas historia de vida. Y esa historia local de Potrerillos, tejida de múltiples vidas, no debe morir.
7. Por eso abogamos aquí porque las grandes Compañías Mineras apliquen, en estos casos, un verdadero y más amplio concepto de "responsabilidad social de la Empresa", y lo pongan en práctica frente a toda la sociedad de la Región donde trabajan; frente a a la sociedad de Atacama de hoy y del mañana. Porque la Región de Atacama tiene pleno derecho a soñar en un futuro mejor. No un futuro lleno de hoyos y de botaderos de basura y ripios tóxicos. Tenemos la sensación de que no existe aún en la clase empresarial minera una conciencia formada al respecto. Al menos no se observa esta actitud en sus decisiones, en sus Informativos, Circulares y Propaganda. ¡Ojalá nos equivoquemos!.
8. Por todo lo dicho, adquiere pleno sentido la preservación de estos lugares como portadores de historia patria (no solo de riqueza transitoria). Por ello la Minera "El Teniente" (en Sewell, VIª Región de Chile en la cordillera de Rancagua) ha preservado y mantenido intacto su campamento, el que es visitado por turistas y antiguos pobladores y sus familias. Hoy ese antiguo campamento es un lugar turístico de enorme importancia para su Región. ¿Por qué?. Porque tiene una poderosa historia.
9.Exactamente lo mismo ha ocurrido en el Mineral de cobre de Chuquicamata (IIª Región de Chile), cuyo centro cívico e histórico y su cementerio local han sido conservados y mantenidos intactos por exigencia de su población minera que así lo ha querido. Este ejemplo ha sido elocuente y, a la vez, aleccionador para nosotros. El traslado de toda la población obrera de Chuquicamata a Calama efectuado a partir del año 2004 no significó, afortunadamente, la destrucción total y definitiva de la ciudad de Chuquicamata. Se cometió errores, a nuestro juicio, como la penosa y dolorosa sepultación del antiguo hospital, orgullo de la región, bajo una montaña de ripios. Pero la sensatez y la consulta hecha a especialistas arquitectos y antropólogos, sugirió la conservación para la posteridad de parte significativa del centro histórico del Mineral, así como de partes representativas de la antigua población. Hoy se muestra esta sección de Chuquicamata a todos los visitantes que, al conocerla, se pueden formar una idea cabal y exacta de cómo operó este mineral y cómo eran sus instalaciones.
10. Estas soluciones, inteligentes, son fruto maduro de un auténtico respeto por la historia local, de respeto a la tradición de una determinada Región. Es lo que esperamos ocurra también en Potrerillos, hoy a punto de sucumbir ante los estragos del clima y del vandalismo que ya han dejado sus huellas. Ojalá que la empresa, dueña actual del mineral (CODELCO), que pertenece al Estado de Chile ( y, por lo tanto, a todos los chilenos) , entienda la importancia que posee este lugar para trazar la historia de esta IIIª Región de Chile y convierta a esta ciudadela en un hermoso lugar turístico para esta Región del país. Ojalá así ocurra. Tal destino debe ser definido y acordado por el Estado de Chile y sus instituciones culturales antes de que la creciente destrucción lo haga más difícil o imposible. Para nosotros, tal proceder sería fruto obvio de una "responsabilidad social empresarial" inteligente y bien entendida.
11. En el año 2012, CODELCO invirtió U.S. $155.000.000 en mejorar las instalaciones de su fundición. ¿Ha pensado CODELCO en invertir algo siquiera en mejorar su bastante deteriorada imagen ante la sociedad actual y ante la historia?. ¿En invertir unas migajas en mantener la cultura regional y local en el caso histórico de Potrerillos, pensando en el futuro?. ¿Es mucho pedir?.
12. Copio de Wikipedia (Internet), a la letra, en su referencia a "Potrerillos":
"Actualmente Potrerillos, sin tener la suerte de restauración como sucede en otros campamentos mineros tales como Sewell y el casco histórico de Chuquicamata, se encuentra a la deriva y al abandono. Esta situación hace recordar a lo que sucede con las antiguas salitreras del Norte Grande de Chile que se encuentran a merced del olvido, la propia sequedad del desierto y a la destrucción y saqueo".
Coincidimos plenamente con la apreciación del redactor del artículo de Wikipedia.
Fig. 28. Excelente foto tomada de Internet (W.Griem, 1990). Perspectiva tomada de Sur a Norte desde la gigantesca torta de ripios.
¿Por qué esta mirada nuestra es propia de una auténtica eco-antropología?.
La eco-antropología, en nuestra perspectiva, enfoca el quehacer y actividad humanas en su relación íntima con su ambiente natural (el oikos del hombre) . Y esto en cualquier época de la historia: pasada, presente y futura. Porque en nuestra perspectiva ecológica, este enfoque no solo debe mirar hacia el pasado arqueológico: también pone sus ojos en el futuro de una determinada región, pueblo, o ciudad. La arqueología -lo sabemos bien- estudia el pasado y sus culturas, a través de los restos dejados por el hombre. Mientras que las culturas humanas del presente son analizadas por la antropología social o cultural o por la sociología, desde perspectivas algo diferentes.
¿Mero futurizar o más bien prever el futuro?. El dilema que enfrentamos.
Pero el impacto que el medio ambiente crea en las culturas humanas, o los impactos que el hombre, depredador por excelencia del medio que habita, opera sobre la naturaleza que le rodea, su "territorio", son estudiados a nuestro entender por la eco-antropología. Por tanto, la eco-antropología tanto puede mirar hacia el pasado, como hacia el presente o aún hacia el futuro.Y, en este caso, el artículo que aquí presentamos se inserta en esta tercera perspectiva: una mirada crítica hacia un probable futuro próximo. ¿Qué podría pasar en este caso?. Nos preguntamos. Y creemos tener pleno derecho a ponernos en esta perspectiva, si queremos lo mejor para esta Región de Atacama. Esto no es "futurizar" como una forma cómoda y entretenida de hacer ciencia-ficción; no, es ponernos ante una inminente y dolorosa realidad que por desgracia ya golpea nuestras puertas. Creemos que esta actitud nuestra es propia de una responsabilidad geográfica, de una verdadera "ética geográfica", disciplina que está aún por nacer, o quizá ya esté en pañales...
Delito, hoy por hoy no; irresponsabilidad e inmoralidad, sí.
La empresa que abandona sus campamentos (tal como ocurriera antaño con las antiguas Oficinas Salitreras del Norte Grande) no incurre estrictamente en delito. Porque la Ley nada establece al respecto. El tema no es, por tanto, legal, sino más bien ético, social y moral. Para nosotros, es un tema que ciertamente atañe a la "responsabilidad social" de la Empresa. A una auténtica responsabilidad social. No a una responsabilidad social que solo contemple (como ocurre hoy) a sus obreros y empleados. Porque se trata aquí de una responsabilidad (¿o irresponsabilidad?) frente a la sociedad toda y, en particular, frente a la sociedad humana de la Región de Atacama donde se inserta el Mineral. El Estado de Chile entregó, para su explotación,(¡no para su destrucción in aeternum!) un trozo virgen de su territorio patrio. Tiene por tanto pleno derecho a que este trozo de territorio suyo quede, luego de su explotación, lo más limpio y decente que sea posible; ojalá, inmaculado. Y si la empresa construyó aquí para sus fines de explotación una auténtica ciudad, que ésta preste a futuro alguna utilidad como patrimonio regional y quede - de alguna manera- al servicio de la Región y no se convierta en un horrible lastre, en un estorbo.
Imaginemos cien ciudades abandonadas.
Llevemos, ahora, para aquilatar su fuerza, este argumento nuestro ad absurdum. Este juego mental nuestro nos ayudará a comprender las graves dimensiones del problema. Imaginemos que no hay un campamento-ciudad (como en el caso presente), sino cien (100) esparcidos en toda la Región. Cien enormes minas. Imaginemos por un instante a estos cien campamentos-ciudades en total abandono y destrucción, víctimas de un sórdido vandalismo y brutal pillaje.¿Qué ocurriría entonces?. El turismo regional, de inmediato, "pondría el grito en el cielo" por tal acto de barbarie: ¡qué duda cabe!. Ya que cien paisajes geográficos de su Región han quedado no solo afeados y afectados, sino destruidos para siempre; peor aún, entregados al vandalismo y al saqueo. Los expertos en patrimonio "pondrían, a no dudarlo, el grito en el cielo".
Concluyendo de este argumento:
De esta hipotética consideración nuestra (el argumento llevado ad absurdum) brota clara y evidente, una clarísima responsabilidad de dichas Empresas mineras, ante la Región y sus habitantes, ante el futuro de esa región. Pensar lo contrario, significaría que el único destino probable de esa región sería llegar a convertirse un día en una gigantesca superficie tapizada de hoyos y de tortas de ripio, rodeada de ciudades muertas y desmanteladas. Ahora bien: ¿han pensado estas poderosas Empresas en el futuro de la Región en que se han insertado? ¿El futuro predecible de esta región será solo convertirse en un basural o vertedero de ciudades desmanteladas, ingentes tortas de ripio, tranques colmatados y campamentos abandonados?. ¿Destrucción, desolación y muerte por doquier?. ¿Así queremos imaginar el futuro de Atacama en los siglos XXII ó XXIII?. ¿Sería esto coincidente con el sueño de Atacama para el mañana?. Ciertamente, no lo creemos.
Las fotos son elocuentes.
Las fotos aquí expuestas son todas nuestras, salvo que se señale expresamente lo contrario. Disponíamos tan solo de poco más de media hora para nuestra visita la que, en realidad, resultó ser, muy a pesar nuestro, " a vuelo de pájaro". Un día completo habría sido insuficiente para tomar nota cuidadosa de todo. Por tanto, las reflexiones y tomas fotográficas aquí ofrecidas, son el fruto de un vistazo rápido, hecho a la carrera.
Contemplemos las fotografías y luego reflexionemos.
Fig. 1. El ingreso a la antigua ciudad que en su período de auge llegó a albergar más de 7.000 personas. Una barrera impide el paso normal al recinto. Un letrero anuncia que estamos en el "Ex Campamento de Potrerillos". La usina aún muestra actividad (su chimenea humea todavía), pero la ciudad misma, (el "campamento") está ya muerta y en decadencia, como veremos.
Fig. 2. Camiones de alto tonelaje traen todavía combustible (petróleo) para la fundición del mineral.
Fig. 3. Desde el marco de una ventana, captamos rápidamente esta imagen de una calle.
Fig. 5. Esta casa pudo pertenecer a alguno de los altos jefes del Mineral. Hermosos pinos (Pinus macrocarpa) la rodeaban, ofreciendo sombra y grata presencia.
Fig. 6. Una de las mansiones de mayor tamaño y belleza. Desde el interior al l pórtico de entrada.
Fig. 7. Un ejemplar del pino macrocarpa, otrora majestuoso, que aquí vivió por unos 50-60 años a lo menos y yace hoy seco y muerto, por falta de riego. Se alzaba a un costado de la escala de ingreso a esta propiedad, tal vez la más importante del mineral (¿era tal vez la casa del gerente general?). Aún se yergue altivo como estampa de un pasado glorioso.
Fig. 8. Cierre perimetral en torno a otra mansión del mineral. Hacia el costado izquierdo, tronco y ramaje de un pino ya caido por efecto de algún ventarrón.
Fig. 9. La misma mansión vista desde su frente, esto es desde el poniente. Observe los muros bajos, construidos de bloquetas hechas de escorias del mineral prensadas. Artificio notable que permitió acceder a un excelente material constructivo. Fue de amplio uso en este mineral.
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Fig. 10. Una pequeña plaza, mirador espléndido hacia el poniente, esto es hacia el valle por donde hemos ascendido. Se sitúa a pocos metros de la mansión recién descrita. La vista es espléndida. De los numerosos pinos que la sombreaban, solo uno, moribundo, da aún escasas señales de vida. Los demás, son ya solo esqueletos que el viento pronto derribará.
Fig. 12. El único sobreviviente aquí: un Pinus macrocarpa que ha perdido su forma enhiesta y erguida, original.
Fig. 13. Vista desde esta plazuela directamente hacia el Sur, hacia el llamado "Arenal", gigantesco cerro blanco formado por las depositación de escorias y ripios a lo largo de muchos decenios. El lugar era frecuentado como sitio preferido de juegos por los niños de los mineros, ignorantes de su alta toxicidad (información dada en el lugar por una de nuestros acompañantes, una antigua pobladora de Potrerillos).
Fig. 14. Una plaza de juegos para niños de la "alta sociedad" minera, es decir para hijos de los jefes, todos norteamericanos en sus orígenes. A ésta, no tenían acceso los hijos de los obreros.
Fig. 14. Junto a una casa, aún resiste un árbol de molle (Schinus molle) que se niega a morir.
Fig. 15. Un árbol , una variedad de aromo, rebosa de flores amarillas. Tal vez una mano amiga le echa aún agua de tanto en tanto.
Fig. 16. Otra vivienda.
Fig. 17. Oficinas administrativas. El enlucido de los muros empieza ya a descascararse y caer.
Fig. 18. La fundición aún en plena actividad. Es el único signo de vida que muestra el mineral, ya abandonado. ¿Por cuánto tiempo aún?. No lo sabemos.
Fig. 19. El campamento americano.
Fig. 20. La fundición del mineral.
Fig. 23. El grupo de visitantes posa ante la cámara del recuerdo... ¿De cuántos matrimonios, bautizos o primeras comuniones habrá sido testigo este hermoso templo, hoy desierto y cerrado para siempre?. ¡Cómo desearían tener este templo en sus plazas tantos pueblos del desierto!.
Fig. 24. Vista hacia el costado poniente del templo.
Fig. 25. El torreón del templo. Sus campanas ya no repiquetean para anunciar algún duelo...
Fig. 27. Vista general al antiguo campamento minero de Potrerillos. Hoy solo camiones y camionetas se ven circular por sus calles desiertas. Los obreros, sus familias ya no habitan el lugar y sus niños ya no corretean por sus calles y plazas.
Bibliografía recomendada:
Sobre la historia temprana de este Mineral consulte el interesante trabajo de Angela Vergara Marshall en la revista Historia (Santiago), Pontificia Universidad Católica de Chile, vol .34, Año 2001 con el título de ""Norteamericanos en el Mineral de Potrerillos". versión On-line ISSN 0717-7194 http://dx.doi.org/10.4067/S0717-71942001003400007 .
El trabajo está basado en un valioso documento de la época (1918), conservado en Montana USA.
Reflexiones eco-antropológicas.
1. Por la calidad de la construcción y el número y diversidad de las viviendas, oficinas y edificios, parece evidente que sus constructores pensaron en una larga existencia, no en un mero campamento de tránsito, de breve duración.
2. Todos los servicios básicos: educación, comercio, salud, vida religiosa y muerte, fueron contemplados aquí. Es decir, éste fue un lugar de vida para todos sus habitantes, no un mero "campamento" de paso.
3. Tres generaciones de mineros laboraron aquí. Una de las señoras que nos acompañaban el día de la visita me decía que su abuelo y su padre aquí trabajaron durante toda su vida. Su existencia transcurrió aquí y sus ojos se llenaban de lágrimas recordando el pasado y viendo el abandono presente. Las primeras labores se iniciaron aquí el año 1919. Es decir hace casi un siglo y muy pocos años después del inicio de actividad del mineral de cobre de Chuquicamata. (IIª Región de Chile), el más grande del país.
4. Cabe preguntarse sobre la legitimidad de un abandono total y definitivo por parte de la Empresa. ¿Es justo, es ético, es moral hacerlo?. El argumento que se suele esgrimir de que esta Región, al igual que la de Antofagasta es una región "de vocación minera" y que, por tanto, todo en ellas es transitorio, perecible, de corto tiempo, o desarmable, tal como puede serlo cualquier vivienda de madera, es un argumento a nuestro juicio equívoco y falaz.
5. ¿Por qué ?. Porque esta actividad minera involucra la participación directa de muchas vidas humanas, familias humanas que aquí crearon historia patria e historia familiar. Es decir, no se trata tan solo de un problema meramente económico: "se cierra la mina por no ser ahora ya rentable". La ocupación de este espacio, por casi cien años, fue creando insensiblemente "historia". No solo se transformó una superficie del territorio patrio, dejando hoyos y perforaciones por todas partes, sino atrajo numerosa población humana a la que se le ofreció aquí una vida más digna. Y la gente llegó, de todos lados. Y se asentó aquí, creándose lazos indelebles con este paisaje, con este lugar, con este entorno desértico. Y se creó historia familiar e historia regional. En una palabra, cambió aquí radicalmente, en unos pocos años, el destino futuro de este trozo de territorio patrio. De ser un cerro aislado y solitario rico en mineral de cobre, ha pasado a ser un lugar histórico de primera importancia para esta Región de Atacama.
6. Aquí hay historia, mucha historia. No sólo una historia referida a nombres de gerentes o ingenieros que aquí laboraron; no solo historia de cifras de producción de cobre, plata y oro; no sólo una historia de cifras de ganancias; tampoco solo una historia de accidentes o catástrofes; no solo historia de logros y hallazgos o invenciones. También aquí se hilvanó una riquísima "historia" de numerosas historias humanas. Los historiadores nos hablan mucho hoy de la importancia de las historias locales, indispensables para poder construir, con más exactitud en el futuro, una historia general de la Región o del país. Pues bien, aquí, en Potrerillos se creó una potente historia local de casi cien años, sobre la base de centenares de pequeñas historia de vida. Y esa historia local de Potrerillos, tejida de múltiples vidas, no debe morir.
7. Por eso abogamos aquí porque las grandes Compañías Mineras apliquen, en estos casos, un verdadero y más amplio concepto de "responsabilidad social de la Empresa", y lo pongan en práctica frente a toda la sociedad de la Región donde trabajan; frente a a la sociedad de Atacama de hoy y del mañana. Porque la Región de Atacama tiene pleno derecho a soñar en un futuro mejor. No un futuro lleno de hoyos y de botaderos de basura y ripios tóxicos. Tenemos la sensación de que no existe aún en la clase empresarial minera una conciencia formada al respecto. Al menos no se observa esta actitud en sus decisiones, en sus Informativos, Circulares y Propaganda. ¡Ojalá nos equivoquemos!.
8. Por todo lo dicho, adquiere pleno sentido la preservación de estos lugares como portadores de historia patria (no solo de riqueza transitoria). Por ello la Minera "El Teniente" (en Sewell, VIª Región de Chile en la cordillera de Rancagua) ha preservado y mantenido intacto su campamento, el que es visitado por turistas y antiguos pobladores y sus familias. Hoy ese antiguo campamento es un lugar turístico de enorme importancia para su Región. ¿Por qué?. Porque tiene una poderosa historia.
9.Exactamente lo mismo ha ocurrido en el Mineral de cobre de Chuquicamata (IIª Región de Chile), cuyo centro cívico e histórico y su cementerio local han sido conservados y mantenidos intactos por exigencia de su población minera que así lo ha querido. Este ejemplo ha sido elocuente y, a la vez, aleccionador para nosotros. El traslado de toda la población obrera de Chuquicamata a Calama efectuado a partir del año 2004 no significó, afortunadamente, la destrucción total y definitiva de la ciudad de Chuquicamata. Se cometió errores, a nuestro juicio, como la penosa y dolorosa sepultación del antiguo hospital, orgullo de la región, bajo una montaña de ripios. Pero la sensatez y la consulta hecha a especialistas arquitectos y antropólogos, sugirió la conservación para la posteridad de parte significativa del centro histórico del Mineral, así como de partes representativas de la antigua población. Hoy se muestra esta sección de Chuquicamata a todos los visitantes que, al conocerla, se pueden formar una idea cabal y exacta de cómo operó este mineral y cómo eran sus instalaciones.
10. Estas soluciones, inteligentes, son fruto maduro de un auténtico respeto por la historia local, de respeto a la tradición de una determinada Región. Es lo que esperamos ocurra también en Potrerillos, hoy a punto de sucumbir ante los estragos del clima y del vandalismo que ya han dejado sus huellas. Ojalá que la empresa, dueña actual del mineral (CODELCO), que pertenece al Estado de Chile ( y, por lo tanto, a todos los chilenos) , entienda la importancia que posee este lugar para trazar la historia de esta IIIª Región de Chile y convierta a esta ciudadela en un hermoso lugar turístico para esta Región del país. Ojalá así ocurra. Tal destino debe ser definido y acordado por el Estado de Chile y sus instituciones culturales antes de que la creciente destrucción lo haga más difícil o imposible. Para nosotros, tal proceder sería fruto obvio de una "responsabilidad social empresarial" inteligente y bien entendida.
11. En el año 2012, CODELCO invirtió U.S. $155.000.000 en mejorar las instalaciones de su fundición. ¿Ha pensado CODELCO en invertir algo siquiera en mejorar su bastante deteriorada imagen ante la sociedad actual y ante la historia?. ¿En invertir unas migajas en mantener la cultura regional y local en el caso histórico de Potrerillos, pensando en el futuro?. ¿Es mucho pedir?.
12. Copio de Wikipedia (Internet), a la letra, en su referencia a "Potrerillos":
"Actualmente Potrerillos, sin tener la suerte de restauración como sucede en otros campamentos mineros tales como Sewell y el casco histórico de Chuquicamata, se encuentra a la deriva y al abandono. Esta situación hace recordar a lo que sucede con las antiguas salitreras del Norte Grande de Chile que se encuentran a merced del olvido, la propia sequedad del desierto y a la destrucción y saqueo".
Coincidimos plenamente con la apreciación del redactor del artículo de Wikipedia.
Fig. 28. Excelente foto tomada de Internet (W.Griem, 1990). Perspectiva tomada de Sur a Norte desde la gigantesca torta de ripios.
¿Por qué esta mirada nuestra es propia de una auténtica eco-antropología?.
La eco-antropología, en nuestra perspectiva, enfoca el quehacer y actividad humanas en su relación íntima con su ambiente natural (el oikos del hombre) . Y esto en cualquier época de la historia: pasada, presente y futura. Porque en nuestra perspectiva ecológica, este enfoque no solo debe mirar hacia el pasado arqueológico: también pone sus ojos en el futuro de una determinada región, pueblo, o ciudad. La arqueología -lo sabemos bien- estudia el pasado y sus culturas, a través de los restos dejados por el hombre. Mientras que las culturas humanas del presente son analizadas por la antropología social o cultural o por la sociología, desde perspectivas algo diferentes.
¿Mero futurizar o más bien prever el futuro?. El dilema que enfrentamos.
Pero el impacto que el medio ambiente crea en las culturas humanas, o los impactos que el hombre, depredador por excelencia del medio que habita, opera sobre la naturaleza que le rodea, su "territorio", son estudiados a nuestro entender por la eco-antropología. Por tanto, la eco-antropología tanto puede mirar hacia el pasado, como hacia el presente o aún hacia el futuro.Y, en este caso, el artículo que aquí presentamos se inserta en esta tercera perspectiva: una mirada crítica hacia un probable futuro próximo. ¿Qué podría pasar en este caso?. Nos preguntamos. Y creemos tener pleno derecho a ponernos en esta perspectiva, si queremos lo mejor para esta Región de Atacama. Esto no es "futurizar" como una forma cómoda y entretenida de hacer ciencia-ficción; no, es ponernos ante una inminente y dolorosa realidad que por desgracia ya golpea nuestras puertas. Creemos que esta actitud nuestra es propia de una responsabilidad geográfica, de una verdadera "ética geográfica", disciplina que está aún por nacer, o quizá ya esté en pañales...
Felicitaciones. un siempre agradecido de mi potrerillos. muchos lindos recuerdos de mis amigos y de todo. gracias. Wilde maury m.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPotrerillos Amigos Siempre agradece este artículos y la realidad fotográfica del estado de nuestro amado Potrerillos. Nosotros tenemos muy claro que las prioridades de Chile no son los patrimonios mineros, cualquier patrimonio mal entendido que afecte a los proyectos y promulgación de leyes por parte del estado. Esta en nosotros ir en defensa de nuestra historia, denunciando y haciendo campañas para ser escuchados, vistos es la única forma para marcar precedentes del valor de la Historia de Chile y Minera.
ResponderEliminarHola buenas tardes
ResponderEliminarYo pase parte de mi niñez en proterillos y me gustaria muchisimo poder hacer un tour con mi familia para que conozcan el lugar donde habite por algunos años
Atte.
Marcelo Vidal
marcelo.vidal@desarrollodeideas.cl
Marcelo: el objetivo de nuestro capitulo relativo a Potrerillos hoy día, en vías de rápida destrucción, tiene por objeto crear conciencia en la comunidad y en la Región acerca de la responsabilidad que cabe a las grandes empresas mineras, máxime si son del Estado de Chile, en el resguardo, protección y difusión de este patrimonio. Tres o cuatro generaciones de hombres y mujeres laboraron allí y yacen olvidados en su cementerio. Esto conforma un trozo de historia regional y local; historia viva y palpitante que no debe perecer. Hágalo saber Ud. a sus hijos cuando regresen a visitar las antiguas faenas o población. Potrerillos no debe morir. De personas como Ud. depende que ello no ocurra.
ResponderEliminarHola quisiera saber si existe algun tipo de comite o comunidad que busca la proteccion de Potrerillos como patrimonio.
ResponderEliminarSe alguien sabe de algo, se lo agradeceria mucho.
Saludos
Visita:
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- La Guanaca Historia de Potrerillos...
Otras páginas que menciona. potrerillos
Visita el fanpage Potrerillos Amigos Siempre y contactate estamos organizando ahorA para proteger a Potrerillos no queremos perder nuestra memoria y vivencias de Potrerillos
EliminarHola, estudio arquitectura y estoy haciendo mi proyecto de título en relación a este tema. Me gusto mucho su columna y me encantaría poder conversar con usted acerca de lo que sabe y me puede contar sobre la importancia de la conservación de estos pueblos. Si me puede dar su mail para contarle más respecto a mi proyecto se lo agradecería, sino mi mail es: fca.schmidt@gmail.com
ResponderEliminarMuchas gracias,
Francisca Schmidt
Hola.
ResponderEliminarMe parece interesante y respetable su análisis. Trabaje hace años allí y es un lugar muy significativo como aquí se señala. Pero lamentablemente no le veo futuro turístico ya que la zona está declarada como saturada en SO2 lo que decidió en su momento su erradicación. Esto es la gran diferencia con Sewell y Chuquicamata que no tienen ese problema. Quizá debiera exigirse que dejaran todo limpio y solo se refaccionara y habilitara a visitas el cementerio.
Saludos
Jorge Zelada
Valdivia
Hola.
ResponderEliminarMe parece interesante y respetable su análisis. Trabaje hace años allí y es un lugar muy significativo como aquí se señala. Pero lamentablemente no le veo futuro turístico ya que la zona está declarada como saturada en SO2 lo que decidió en su momento su erradicación. Esto es la gran diferencia con Sewell y Chuquicamata que no tienen ese problema. Quizá debiera exigirse que dejaran todo limpio y solo se refaccionara y habilitara a visitas el cementerio.
Saludos
Jorge Zelada
Valdivia
Hola. Felicitaciones por el artículo. Trabaje en Potrerillos en 2001. Lamentablemente la zona esta declarada como saturada en anhídrido sulfúrico la cual fue la razón de la erradicación de la población en su momento. Por lo que la opción turística se ve poco viable y me adhiero más a su tesis de limpiar y devolver un desierto limpio y ambiental mente neutralizado.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Jorge Zelada
Valdivia