Enigmático geoglifo de largas líneas rectas, paralelas, en una planicie o meseta al sur de Huatacondo, situado exactamente a la vera del Camino del Inca o Qhapaqñan. Afortunadamente, se encuentra aún intacto. Ojalá no lo destruyan pronto los amigos de un "Progreso" mal entendido. Ojalá esta fotografía sea un útil testimonio para la conservación perpetua de estas manifestaciones rupestres, orgullo de nuestra región.
Una grave denuncia.
Con motivo de un reciente estudio sobre el Qhapaqñan o Ruta antigua del Inca a través de Tarapacá, Proyecto que tiene entre manos el Departmento de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Arturo Prat de Iquique, en el que nos ha tocado participar como investigador, hemos tenido ocasión de observar, fotografíar y también de lamentar profundamente numerosos destrozos recientes verificados en valiosas zonas de arte rupestre de esta región. Estos destrozos, realizados por potentes vehículos todo terreno (generalmente camionetas), han afectado particularmente a diseños realizados en la tierra, en pampas abiertas o en laderas de cerros, a geoglifos de extrañas formas y notable finura de confección. Estos curiosos y muy notables diseños realizados por artistas indígenas del pasado han venido siendo estudiados desde hace varios decenios, especialmente por arqueólogos y expertos en diseño, máxime por Lautaro Núñez y Luis Briones, ambos tarapaqueños de vieja cepa, nacidos en la localidad de Pica. Los estudios relativos a estas formas locales de arte rupestre, sobre todo los geoglifos, se encuentran "ocultos" en revistas chilenas especializadas tales como Chungará, y Diálogo Andino, de la Universidad de Tarapacá, Estudios Atacameños, del Museo de Arqueológico Gustavo le Paige de San Pedro de Atacama o en la Revista del Museo de Arte Precolombino de Santiago, entre otras.
Las prospecciones mineras, el deporte de cuatro ruedas y el trazado de caminos.
El avance arrollador de la construcción de rutas de comunicación, especialmente carreteras asfaltadas, la frenética y casi desesperada prospección minera en esta zona de Chile donde ya no queda casi zona sin ser solicitada para la minería del futuro o del presente, y por añadidura, la creciente actividad deportiva usando vehículos motorizados y/o motocicletas o buggies, están causando graves destrozos a estas antiguas manifestaciones rupestres, en particular a los geoglifos. Nada nos advierte hoy acerca de su cercana presencia. Estos se hallan dibujados muchas veces en pampas abiertas o en laderas suaves de muy fácil acceso vehicular, y no siempre son reconocibles con facilidad; algunos de ellos, tal vez los más antiguos, se hallan hoy en estado de franco deterioro o, lamentablemente, en vías de desaparecer.
Un inapreciable tesoro para los investigadores.
Todo un tesoro virgen para el estudio tanto arqueológico, como sociológico, como de diseño y arte. Empleo a propósito el término "virgen", pues lo que hasta ahora se ha hecho, con laudable esfuerzo y despliegue de ingeniosidad por parte de expertos en arte, como Luis Briones, o en arqueología, como Grete Mostny, Hans Niemeyer, Lautaro Núñez y muchos otros más, apenas roza su sentido más profundo: el por qué de la selección de tal o cual figura, (hay numerosas y distintas) o su posición y orientación exacta, su tamaño y su forma precisa. ¿Qué sabemos hoy nosotros de todo esto y , sobre todo, de las motivaciones y razones más íntimas que condujeron a su confección in situ?. Nada o casi nada. ¿¿Por qué aquí?. ¿Por qué ésta o aquella otra figura?.¿Por qué la figura animal es siempre o casi siempre de mucho mayor tamaño que la figura humana? Sin duda alguna, para los antiguos caminantes que transitaban a diario con sus llamas por estas vías arcaicas, cada figura tenía, como en el caso equivalente de los ramales de sus qhipus, una significación precisa y exacta. Sentido y motivación que hoy se nos escapa en gran medida, por vivir nosotros hoy bajo otra cosmovisión o Weltanschauung, otra concepción de los valores, vivencias y creencias, otro sentido de la vida y del más allá.
Urge denunciar los daños.
Urge, pues, cuando detectemos un caso, que denunciemos con energía y valentía los daños inferidos a nuestro patrimonio cultural, buscar y llevar a la justicia a los culpables y, a la vez, rescatar para la ciencia y la educación patria este maravilloso arte rupestre, tal vez la mayor "riqueza" cultural de esta región de Tarapacá. Urge, además, cuidarlo y protegerlo pues, a diferencia de las riquezas mineras, esencialmente efímeras y transitorias per se, y prontas a desaparecer para siempre (apenas se agote el recurso), este tipo de patrimonio es, en cambio, de un valor eterno e imperecedero. Agreguemos a esto que ellos son parte importante de la rica herencia cultural de nuestro pasado indígena, perteneciente, por origen y destino, a las comunidades indígenas que se reconocen hoy como sus legítimos descendientes.
Necesidad de alertar, de prevenir y de denunciar.
Entonces, disponemos de un sólido y potente conjunto de argumentos que esgrimir para exigir a las autoridades de gobierno (Monumentos Nacionales, Educación, Turismo Regional, Deportes) una mayor preocupación al respecto y una mucho mayor fiscalización de las formas (y lugares) donde se realizan actividades tanto recreativas, como extractivas.(sensu lato), en medio del desierto. Lo hemos repetido en capítulos anteriores a propósito del temible y pavoroso "huracán Dakar": nuestro desierto tarapaqueño no es "tierra de nadie" ni menos sitio apto para hacer cualquier cosa, en cualquier momento, en cualquiera de sus rincones, por estar plagado de elementos culturales y trazas maravillosas del pasado indígena. Esto es igualmente válido para la realización de maniobras militares (que no deberían ser hechas en cualquier parte, allí donde se le ocurra al general de turno), o prospecciones o trabajos mineros. La prueba de lo dicho son las penosas fotos que aquí mostramos a continuación. Geoglifos masacrados, huellas antiquísimas intervenidas y pisoteadas impunemente. Aparentemente, ¿a quién le importa?.
Riesgos inherentes a la exploración y prospección minera no sujeta reglas.
La prospección minera, en especial, al buscar, explorar o trazar rutas de acceso por todas partes, haciendo uso de potentes camionetas todo terreno, no solo no suele percatarse de la existencia de estos diseños, sino -lo que es más doloroso- no ha manifestado interés por cuidar las pocas muestras que nos van quedando del pasado. Para las Empresas Mineras de la Región o aún para el propio Ministerio de Obras Públicas, la existencia de estos elementos culturales (léase ruinas antiguas, talleres líticos, rutas y senderos antiguos, diseños de geoglifos, hitos, apachetas o paskanas) son un cierto obstáculo a su acción, destinada, presuntamente, para traer a la comunidad un mayor "progreso" para la Región.
Un "progreso" que no respeta y pisotea sin piedad los rastros del pasado cultural nuestro y sus huellas, no es real "progreso", sino más bien, "retroceso". Es, digámoslo con todas sus letras, un retorno a la barbarie. ¡Y vaya que hemos advertido numerosas e indignantes señas de barbarie en nuestros recientes recorridos por estas soledades!. Las fotografías que aquí mostramos más abajo, son testimonio irrecusable.
Las fotos que aquí exhibimos, obtenidas en terreno en estos últimos tres meses (Mayo-Agosto 2013), dan cuenta fidedigna y aterradora del total descuido y despreocupación de numerosos ingenieros, geólogos, constructores de caminos, o prospectores mineros y contratistas de todo género, por cuidar tanto el medio ambiente y su belleza escénica, como las manifestaciones de arte y la cultura allí presente.
Origen de nuestras fotografías recientes.
Las fotografías de los diseños que ilustran este capítulo, sin excepción, se hallan a los costados (a escasos metros o centímetros) de la senda inca o Qhapaqñan que cruza verticalmente, de Norte a Sur, la región nuestra, con una impresionante y persistente orientación Norte-Sur. Se ha elegido como superficie por parte del antiguo artista, las mesetas o planicies tapizadas de pedruzcos, muy pequeños, de color oscuro, de antiquísimo origen volcánico. Material aptísmo para dar fácll realce a las figuras deseadas. Se les encuentra a veces al Este, a veces al Weste de la ruta, pero siempre a una mínima distancia de ésta. La íntima relación entre ambas evidencias ( huella tropera y diseño) , es al menos para nosotros,totalmente evidente.
Fig. 1. Una figura de significado desconocido para nosotros. Una especie de "cruz" de lados desiguales. Algunos la consideran una "chakana", deidad celeste que representaría a nuestra constalación de la "Cruz del Sur". Lamentablemente mutilada y alterada hoy por huellas de camionetas todo terreno, de anchas ruedas. (Foto H. Larrain, Agosto 2013).
Fig. 2. Un gigantesco círculo solar con un gran círculo interior más pequeño, de piedrecillas color gris oscuro. ¿Es una invocación al dios Inti, la divinidad suprema del mundo inca?. Tal vez. Pero no podemos asegurarlo con certeza total. Y si lo aquí significado es realmente el Tata Inti, ¿qué se le ha querido solicitar por este diseño? ¿Es una petición y una plegaria, o un acto de agradecimiento?. ¿O ambas cosas a la vez? No tenemos la menor idea.. Solo muy vagas sospechas. El que dijera que sabe bien su significado, es, a nuestro juicio, tan solo un presuntuoso. (Foto H. Larrain, Agosto 2013).
Fig. 3. Largas líneas rectas, paralelas y de desigual longitud ¿Qué querrán decir?. Su real y primigenio sentido se nos oculta por completo hoy día. ¿Dicen alguna referencia geográfica al pueblo de origen?. ¿Qué significa el largo desigual de cada línea?. Simplemente, confesemos mejor hidalgamente nuestra total ignorancia al respecto. (Foto H. Larrain, Agosto 2013).
Fig. 4. El artista y arqueólogo Luis Briones Morales, gran conocedor del arte rupestre tarapaqueño, nuestro guía en estos vericuetos del desierto, nos muestra algunos destrozados geoglifos en el área de Altos de La Calera. Una huella de vehículo ha pasado varias veces, impunemente, por encima. ?A quién le importa?. (Foto H. Larrain, Julio 2013).
Fig. 5. En esta pampa arenosa y estéril, al parecer infinita, hay numerosos geoglifos impresos en el suelo, casi invisibles. Quien se atreva a seguir estas huellas o hacer nuevas, casi de seguro va a pisotear y alterar añejos y vetustos diseños. El peligro es hoy realmente inminente. (Foto H. Larrain, Altos de La Calera, Julio 2013).
Fig. 6. Una larga línea recta que, en su base, (cerca de los espectadores), porta una greca en espiral, en ángulos, rectos, diseño muy típico y característico de la cerámica Pocoma o Gentilar de las culturas de Arica. La huella de vehículo ha dejado una impronta prácticamente imborrable (Foto H. Larrain, Julio 2013)..
Fig. 8. Trazado exacto del Qhapaqñan inca N-S. Los cortes profundos que parecen morros, y que se pueden observar en lo alto de la quebradilla, señalan el frecuente y potente tráfico de caravanas a través de siglos, por esta ruta multicentenaria. Es penoso constatar cómo los vehículos todo terreno la han seguido exactamente, por la facilidad que ésta les ofrece para sortear los obstáculos del paisaje y su extraña topografía (Foto H. Larrain Julio 2013).
Fig. 9. Donde se halla nuestra investigadora Carolina Rodríguez, geógrafa, y la regla de un metro de largo, nuestra escala, se muestra el paso de vehículos por la estrecha senda que aquí solo mide 2,20 m,. de ancho, permitiendo, a duras penas, el paso de un vehículo moderno. ¡Usada hoy impunemente como vía de tránsito libre por las camionetas de cateadores mineros, turistas y contratistas de las Empresas !. ¡Qué penoso!.¡qué vergonzoso!. ¿Quién podrá poner coto a esta desvergonzada intervención>?.
Se avecina el temible "huracán Dakar".
Lo que nos tiene sumamente preocupados hoy a los estudiosos de las culturas del pasado, y sus manifestaciones, es que se avecina peligrosamente el "huracán Dakar 2013" con sus terribles e inevitables secuelas: huellas infinitas, locas carreras a campo traviesa, polvo en demasía, basuras de visitantes y curiosos y, por añadidura, como si lo dicho fuera poco, destrucción de muchas evidencias arqueológicas, biológicas, geológicas y/o etnográficas. Para los que hemos recorrido recientemente tramos del Qhapaqñan y sus ramales que conducen a Quillagua, es casi seguro que el raid del Dakar en algún momento va a pasar por encima de las huellas antiguas, destrozándolas en un importante segmento. Dado el escaso conocimiento que existe hoy sobre su trazado exacto, aún entre los científicos del rubro, tal ocurrencia es, por desgracia casi un hecho. ¿Cómo evitarlo?. Lo hemos dicho en otros capítulos de nuestro Blog: el Dakar es un flagelo a los ojos de los científicos de las más diversas disciplinas: arqueología, antropología social, arte, etnografía, geografía, arquitectura, biología, geología, mineralogía. Todos, unánimemente, lo condenan como implacable aniquilador y destructor de paisajes, ecosistemas y culturas. Y el solo hecho de que se repita todos los años, usando cada vez sendas diferentes, es aún mucho más grave. ¡Si al menos siguiera siempre exactamente el mismo trazado!.
¿Cuándo abrirá los ojos la autoridad deportiva de nuestro país?.
¿Entenderán alguna vez las autoridades deportivas de nuestro país que este tipo de competencias, que por definición carece de un control estrictísimo de la ruta a seguir, no es otra cosa sino un deleznable acto de barbarie?. Por desgracia, tal como lo hemos señalado antes en este mismo Blog, para esta muestra palpable de "pan y circo", más propia de romanos embrutecidos que de ciudadanos conscientes, hay siempre muchísimo dinero, el mismo que siempre es escaso y mezquino - cuando existe- para la efectiva protección de los bienes culturales o los ecosistemas naturales relictos.
Labor que compete al Consejo de Monumentos Nacionales.
Somos de opinión de que la autoridad que en nuestro país vela y protege la cultura, esto es, el "Consejo de Monumentos Nacionales", debe intervenir aquí, advirtiendo, alertando y señalando con vigor a todas las Empresas (del Estado o Particulares) que laboran en la Región, mediante comunicados especiales, acerca de las zonas de mayor riesgo y peligro para el patrimonio cultural y, a la vez, sobre las sanciones que la Ley de Monumentos Nacionales inflige a los infractores.
Mapas de zonas de mayor riesgo para las expresiones culturales.
Más aún, creemos que ha llegado ya la hora en que esta entidad estatal elabore planos y catastros específicos de las zonas de mayor riesgo de deterioro o pisoteo cultural, tal como se ha hecho en las áreas del borde costero de la nación para prevenir posibles daños por maremotos o tsunamis. La situación es, en cierto modo, equiparable. El riesgo para el arte rupestre chileno es hoy inminente, y la autoridad no puede desentenderse - como algunos lo sostienen- de este gravísimo problema que atañe directamente a la protección del patrimonio cultural de nuestra Región, Tarapacá. Este patrimonio, de por sí muy frágil y vulnerable, nos pertenece a todos, tanto a las comunidades indígenas vecinas (Suca, Camiña, Tarapacá, Huarasiña, Quipisca, Guatacondo, Quillagua), como a las ciudades aledañas a la Pampa del Tamarugal..
Triste epílogo.
Hemos expuesto aquí, con reprimida indignación, estas acusadoras fotografías y nuestros comentarios a ellas, como una manera de presentar nuestra más enérgica denuncia a estas prácticas prospectivas y exploratorias, que se han constituido, por desgracia, en flagrantes atropellos al arte y cultura regional, en una palabra, al patrimonio regional. Porque eso es, sin duda lo que hacen, aunque algunos aduzcan ignorancia. Hay ignorancias culposas. Este es el caso. Se supone que las Empresas Mineras y sus Contratistas deberían poseer un mínimo sentido del Arte, la Cultura y su conservación. Más aún, se supone que las Empresas (pues la gran mayoría de estos vehículos pertenecen a éstas) deberían alertar a empleados y contratistas sobre la presencia de tales manifestaciones y castigar fuertemente sus desmanes y atropellos. Lo que hasta ahora nunca ha ocurrido, que sepamos. Se habla y escribe mucho sobre la "responsabilidad social" de las Empresas, pero muy poco o nada de la responsabilidad patrimonial o cultural de las mismas. ¿Acaso la "responsabilidad social" queda solo restringida al estrecho ámbito del grupo humano formado por los trabajadores de la Empresa?. Y, ¿qué hay de su responsabilidad real ante la comunidad local o regional y su rico patrimonio cultural?. ¿Acaso no existe?. ¿Alguien, alguna vez, ha escuchado un sincero "mea culpa" por parte de las grandes Compañias Mineras por los daños inferidos al patrimonio natural o cultural de nuestro país?. ¿Lo han escuchado Uds alguna vea de labios de personeros de SOQUIMICH, CODELCO; CERRO COLORADO, QUEBRADA BLANCA, MINERA PELAMBRES O LA ESCONDIDA?.
No lo hemos escuchado y -por desgracia- nunca lo van a escuchar.
Cuidar, proteger y defender nuestro patrimonio cultural rupestre contra todos los transgresores, sean quienes sean, es hoy una urgente tarea de todos. Crear conciencia viva de este peligro ad portas, es grave deber y obligación nuestra. Como científicos, no podemos simplemente quedarnos de brazos cruzados. Un día no lejano, inevitablemente, nos juzgará la historia por nuestra ineficiente y vergonzosa incuria y despreocupación.
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