Fig.5. Madre e hija en el frontis de su casa en Los Puquios con sus burritas preferidas en las que solían ir montadas a visitar a amigos y empleados en la localidad de La Huayca. Era su gran paseo por aquellos años. Por lo demás, en aquellos años no era el caballo sino el burro o la mula la cabalgadura más frecuentemente empleada en este desierto. Eleonor tiene aquí unos 17 años (Foto álbum familiar, hacia 1952-54).
Fig. 4. Jardín cuidado con esmero por Martha en el predio Los Puquios. A la derecha, el frontis de la casa construida hacia 1929 por Heinrich Froehlich, por entonces de sólo 27 años de edad.
(Foto álbum familiar).
Fig. 3. La casa familiar recién terminada hacia fines del año 1929. Martha llegará de Alemania varios años después, en 1934. Obsérvese aquí el claro del bosque de tamarugos elegido para construir la nueva casa. (Foto álbum familiar).
Fig. 2. Martha Bohm, esposa de Heinrich Froehlich junto a su casa en Los Puquios hacia 1935-36. Al parecer, se la ve aquí junto a los primeros gallineros que fueron construidos al lado de la casa ya a fines del año 1929 (Foto álbum familiar).
Fig. 1. La única hija del matrimonio Froehlich-Bohm, Eleonor en Los Puquios, de sólo seis meses de edad, según lo testifica de puño y letra su madre, Martha, al reverso de la fotografía. Fecha aproximada: Marzo 1936.
Las actividades de una diligente dueña de casa.
En las biografías de los grandes personajes del pasado es muy común ensalzar la obra del padre, el que se lleva casi todas las loas. La madre frecuentemente pasa a un segundo plano, casi siempre, desapercibida. Su labor doméstica, tediosa y aburrida, no suele encantar al escritor que anda a la caza de los "grandes logros". En el caso que nos ocupa, esto no es la excepción. Y, sin embargo, sin el apoyo psicológico y moral de la mujer, el hombre solo no suele tener la energía necesaria para cumplir la misión que Dios o el Destino le han encomendado. Froehlich fue, a no dudarlo, un hombre entregado cien por ciento a su misión: hacer del desierto más árido del planeta un lugar de vida: un sitio de vida exhuberante y multiforme. Y allí fue un trabajador incansable. La lectura atenta de sus escritos -tema al que dedicaremos el último capítulo de esta saga en el desierto- nos convence del entusiasmo y generosidad con que se entregó a su tarea, con el enorme mérito de no haber estado mayormente preparado para esta tarea titánica.
Otros extranjeros ilustres, como Ignacio Domeyko, químico polaco o Rodulfo Amando Philippi, naturalista y botánico alemán, llegaron a nuestra patria de mucho mayor edad, premunidos de un acervo de conocimientos y experiencias adquiridas en aulas universitarias de renombre. Froehlich, en cambio, llega a Chile a muy temprana edad (20 años) y sólo pertrechado de su entusiasmo juvenil, su inquebrantable tesón germano y una asombrosa capacidad de observación, propia de los creadores..
Una dueña de casa en pleno desierto.
No nos es difícil imaginar -a falta de testimonios directos- a Martha en esos años en Los Puquios, cuando su hija era aún pequeña, dando de comer a las gallinas y gansos, recogiendo muy de mañana sus huevos de los ponederos, llevando alfalfa a los numerosos conejos o a la burrita "Candela" y a su cria, o cargando baldes de agua para abrevar a los perros y gatos, como cualquier dueña de casa lo hace a diario en el campo. ¿Ya lo habría hecho antes en Golzow, en su tierra alemana?. No lo sabemos bien. Por algunos atisbos, al parecer, ella provenía de una familia de comerciantes, no precisamente aldeanos o agricultores. Al llegar a esta tierra remota y extraña, estudió Martha con especial empeño la lengua castellana, para lo cual leía mucho. Su hija lo recuerda nitidamente. Las aficiones musicales y las inquietudes formativas en temas como Antropología o Folklore, vendrán más tarde, cuando la familia ya esté viviendo en Iquique, en la cómoda casa situada en la primera cuadra de la calle Bulnes, allí mismo donde funcionara por años la Deutsche Schule (Colegio Alemán).
El traslado de la familia a Iquique: el interés por la Antropología chilena.
Su hija Eleonor entrará a la 6ª Preparatoria al Liceo de Niñas en la ciudad de Iquique en el año 1946, fecha en que se trasladan madre e hija a vivir a Iquique mientras el padre permanece ocupado en Los Puquios atendiendo ambos predios, el propio y el de CORFO que regenta como administrador desde el año 1944. Hacia esta época Martha se suscribe a la revista norteamericana National Geographic Magazine que lee con avidez. Los temas etnográficos y antropológicos parecen haber sido de su predilección. Allí la veremos en esos años siguiendo con particular empeño cursos formativos de verano, impartidos por la Universidad de Chile tanto en Iquique como después en Antofagasta. Folklore chileno y Antropología son cursos que sigue con especial predilección. El conocido antropólogo Bernardo Berdichewsky será uno de los profesores visitantes.
Mientras tanto, con este potente y decisivo apoyo familiar, Heinrich Froehlich puede dedicarse en cuerpo y alma a su objetivo: el hacer fructificar el desierto.
Heinrich Froehlich reconocido por CORFO como el fundador de la Estación Experimental de Canchones.
Según un certificado expedido por CORFO en Noviembre de 1958, que tenemos a la vista, firmado por Francisco Javier Domínguez, Jefe del Departamento de Obras Civiles de la instituciçon, Heinrich Froehlich "trabajó desde 1944 como administrador, fundador y constructor de la Estación Experimental de Canchones dirigiendo hasta el año 1952, que dependió de mí, todos los trabajos científicos y prácticos tanto agrícolas como técnicos en general..." (Docto. Nº 38).
Este documento comprobaría que Froehlich empezó a trabajar con la CORFO en su Estación Experimental de Canchones a partir del año 1944. Por otra parte, otro documento copiado por el propio Froehlich y dirigido a la Corporación de Fomento de la Producción, fechado el 24 de Marzo de 1965, señala explicitamente que empezó a trabajar en esta Corporación el 15 de Marzo del año 1944. (Dcto. Nº 45).
¿Cuándo empieza trabajar Froehlich para la CORFO, en la Pampa del Tamarugal?.
Los datos recogidos por nosotros nos permiten asegurar con certeza plena que la fundación del predio agricola de Canchones por CORFO dataría de Marzo del año 1944; al parecer, no antes de esta fecha.
Para entonces, Froehlich ya llevaba trabajando al menos 15 años en la misma zona, en el predio de "Los Puquios", que comparte con su socio Peter Mueffeler. Ya hemos indicado antes, en otro capitulo de este Blog, que su socio y amigo Mueffeler aportó inicialmente el dinero para la compra del predio y, seguramente, también los dineros para las construcciones primerizas del pozo, estanque y bodegas y el acondicionamiento y abono de los suelos. Suponemos, en cambio, que la casa de "Los Puquios", donde vivió la familia Froehlich-Bohm hasta aproximadamente el año 1961 y cuya detallada construcción durante los meses de Noviembre y Diciembre del año 1929 nos revela gráficamente el álbum fotográfico de Froehlich que tenemos entre manos, fue financiada íntegramente y construida por manos de Froehlich para ser su hogar familiar.
Amplia experiencia en agricultura del desierto.
Cuando se inicia, pues, la experiencia agrícola en Canchones por parte de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) en los inicios del año 1944 o muy poco antes, Froehlich ya ha adquirido una amplia experiencia agrícola en la zona inmediata de "Los Puquios", razón por la cual entendemos muy bien que la CORFO le distinga y acredite como "administrador, fundador y constructor de la Estación". Si es "el fundador y constructor de la Estación", no puede dudarse de que estuviese ya contratado por CORFO desde el comienzo mismo de sus actividades. La enorme ventaja de Froehlich respecto de otros posibles candidatos al cargo de jefe y administrador de la naciente Estación, fue conocer perfectamente el área, las características de sus suelos y aguas, las especies vegetales que se daban bien en ese clima y suelo y, lo que fue muy importante, a los trabajadores y sus familias de La Huayca, los que continuarán estando ahora bajo sus órdenes, bajo la tutela de la CORFO. Aquí le ayudarán decididamente, entre otros más, algunos miembros varones de las familias Soto y Jiménez .
"Los Puquios": obra orientadora de las futuras Estaciones de la CORFO en el Tamarugal.
Las recomendaciones del Ministro de Agricultura del Presidente Aguirre Cerda, don Arturo Olavarria Bravo quien visitara en el año 1938 ó 1939 el predio de "Los Puquios" trabajado por Froehlich y se expresara tan positivamente de sus logros en la Pampa, sin duda alguna influyeron en su futura contratación por la CORFO y, seguramente también , en la elección del futuro sitio para crear la primera Estación Experimental de la CORFO en la Pampa del Tamarugal. Bastante más tarde, en la década del 50 del pasado siglo, le seguirán otras: Baquedano, Pintados y Esmeralda, esta última cercana a Pica. El éxito agrícola y vitivinícola conseguido por Froehlich en "Los Puquios", fruto de su tesón y esforzado trabajo, qué duda cabe, sentó un precedente fundamental para llevar adelante, con pasos seguros, las otras Estaciones Experimentales Agrícolas en la Pampa. "Los Puquios", pues, sería el "espejo" donde se mirarían todas las Estaciones siguientes creadas por CORFO.
(Nuestro próximo y último capítulo dedicado a la saga agropecuaria de Froehlich tratará de examinar con lupa su experiencia agrícola tanto en Los Puquios (Tarapacá) como en La Chimba (Antofagasta), lugar donde le sorprenderá una súbita e intempestiva muerte en el mes de octubre del año 1966).
(Capítulo terminado el 20/08/2011).
Las actividades de una diligente dueña de casa.
En las biografías de los grandes personajes del pasado es muy común ensalzar la obra del padre, el que se lleva casi todas las loas. La madre frecuentemente pasa a un segundo plano, casi siempre, desapercibida. Su labor doméstica, tediosa y aburrida, no suele encantar al escritor que anda a la caza de los "grandes logros". En el caso que nos ocupa, esto no es la excepción. Y, sin embargo, sin el apoyo psicológico y moral de la mujer, el hombre solo no suele tener la energía necesaria para cumplir la misión que Dios o el Destino le han encomendado. Froehlich fue, a no dudarlo, un hombre entregado cien por ciento a su misión: hacer del desierto más árido del planeta un lugar de vida: un sitio de vida exhuberante y multiforme. Y allí fue un trabajador incansable. La lectura atenta de sus escritos -tema al que dedicaremos el último capítulo de esta saga en el desierto- nos convence del entusiasmo y generosidad con que se entregó a su tarea, con el enorme mérito de no haber estado mayormente preparado para esta tarea titánica.
Otros extranjeros ilustres, como Ignacio Domeyko, químico polaco o Rodulfo Amando Philippi, naturalista y botánico alemán, llegaron a nuestra patria de mucho mayor edad, premunidos de un acervo de conocimientos y experiencias adquiridas en aulas universitarias de renombre. Froehlich, en cambio, llega a Chile a muy temprana edad (20 años) y sólo pertrechado de su entusiasmo juvenil, su inquebrantable tesón germano y una asombrosa capacidad de observación, propia de los creadores..
Una dueña de casa en pleno desierto.
No nos es difícil imaginar -a falta de testimonios directos- a Martha en esos años en Los Puquios, cuando su hija era aún pequeña, dando de comer a las gallinas y gansos, recogiendo muy de mañana sus huevos de los ponederos, llevando alfalfa a los numerosos conejos o a la burrita "Candela" y a su cria, o cargando baldes de agua para abrevar a los perros y gatos, como cualquier dueña de casa lo hace a diario en el campo. ¿Ya lo habría hecho antes en Golzow, en su tierra alemana?. No lo sabemos bien. Por algunos atisbos, al parecer, ella provenía de una familia de comerciantes, no precisamente aldeanos o agricultores. Al llegar a esta tierra remota y extraña, estudió Martha con especial empeño la lengua castellana, para lo cual leía mucho. Su hija lo recuerda nitidamente. Las aficiones musicales y las inquietudes formativas en temas como Antropología o Folklore, vendrán más tarde, cuando la familia ya esté viviendo en Iquique, en la cómoda casa situada en la primera cuadra de la calle Bulnes, allí mismo donde funcionara por años la Deutsche Schule (Colegio Alemán).
El traslado de la familia a Iquique: el interés por la Antropología chilena.
Su hija Eleonor entrará a la 6ª Preparatoria al Liceo de Niñas en la ciudad de Iquique en el año 1946, fecha en que se trasladan madre e hija a vivir a Iquique mientras el padre permanece ocupado en Los Puquios atendiendo ambos predios, el propio y el de CORFO que regenta como administrador desde el año 1944. Hacia esta época Martha se suscribe a la revista norteamericana National Geographic Magazine que lee con avidez. Los temas etnográficos y antropológicos parecen haber sido de su predilección. Allí la veremos en esos años siguiendo con particular empeño cursos formativos de verano, impartidos por la Universidad de Chile tanto en Iquique como después en Antofagasta. Folklore chileno y Antropología son cursos que sigue con especial predilección. El conocido antropólogo Bernardo Berdichewsky será uno de los profesores visitantes.
Mientras tanto, con este potente y decisivo apoyo familiar, Heinrich Froehlich puede dedicarse en cuerpo y alma a su objetivo: el hacer fructificar el desierto.
Heinrich Froehlich reconocido por CORFO como el fundador de la Estación Experimental de Canchones.
Según un certificado expedido por CORFO en Noviembre de 1958, que tenemos a la vista, firmado por Francisco Javier Domínguez, Jefe del Departamento de Obras Civiles de la instituciçon, Heinrich Froehlich "trabajó desde 1944 como administrador, fundador y constructor de la Estación Experimental de Canchones dirigiendo hasta el año 1952, que dependió de mí, todos los trabajos científicos y prácticos tanto agrícolas como técnicos en general..." (Docto. Nº 38).
Este documento comprobaría que Froehlich empezó a trabajar con la CORFO en su Estación Experimental de Canchones a partir del año 1944. Por otra parte, otro documento copiado por el propio Froehlich y dirigido a la Corporación de Fomento de la Producción, fechado el 24 de Marzo de 1965, señala explicitamente que empezó a trabajar en esta Corporación el 15 de Marzo del año 1944. (Dcto. Nº 45).
¿Cuándo empieza trabajar Froehlich para la CORFO, en la Pampa del Tamarugal?.
Los datos recogidos por nosotros nos permiten asegurar con certeza plena que la fundación del predio agricola de Canchones por CORFO dataría de Marzo del año 1944; al parecer, no antes de esta fecha.
Para entonces, Froehlich ya llevaba trabajando al menos 15 años en la misma zona, en el predio de "Los Puquios", que comparte con su socio Peter Mueffeler. Ya hemos indicado antes, en otro capitulo de este Blog, que su socio y amigo Mueffeler aportó inicialmente el dinero para la compra del predio y, seguramente, también los dineros para las construcciones primerizas del pozo, estanque y bodegas y el acondicionamiento y abono de los suelos. Suponemos, en cambio, que la casa de "Los Puquios", donde vivió la familia Froehlich-Bohm hasta aproximadamente el año 1961 y cuya detallada construcción durante los meses de Noviembre y Diciembre del año 1929 nos revela gráficamente el álbum fotográfico de Froehlich que tenemos entre manos, fue financiada íntegramente y construida por manos de Froehlich para ser su hogar familiar.
Amplia experiencia en agricultura del desierto.
Cuando se inicia, pues, la experiencia agrícola en Canchones por parte de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) en los inicios del año 1944 o muy poco antes, Froehlich ya ha adquirido una amplia experiencia agrícola en la zona inmediata de "Los Puquios", razón por la cual entendemos muy bien que la CORFO le distinga y acredite como "administrador, fundador y constructor de la Estación". Si es "el fundador y constructor de la Estación", no puede dudarse de que estuviese ya contratado por CORFO desde el comienzo mismo de sus actividades. La enorme ventaja de Froehlich respecto de otros posibles candidatos al cargo de jefe y administrador de la naciente Estación, fue conocer perfectamente el área, las características de sus suelos y aguas, las especies vegetales que se daban bien en ese clima y suelo y, lo que fue muy importante, a los trabajadores y sus familias de La Huayca, los que continuarán estando ahora bajo sus órdenes, bajo la tutela de la CORFO. Aquí le ayudarán decididamente, entre otros más, algunos miembros varones de las familias Soto y Jiménez .
"Los Puquios": obra orientadora de las futuras Estaciones de la CORFO en el Tamarugal.
Las recomendaciones del Ministro de Agricultura del Presidente Aguirre Cerda, don Arturo Olavarria Bravo quien visitara en el año 1938 ó 1939 el predio de "Los Puquios" trabajado por Froehlich y se expresara tan positivamente de sus logros en la Pampa, sin duda alguna influyeron en su futura contratación por la CORFO y, seguramente también , en la elección del futuro sitio para crear la primera Estación Experimental de la CORFO en la Pampa del Tamarugal. Bastante más tarde, en la década del 50 del pasado siglo, le seguirán otras: Baquedano, Pintados y Esmeralda, esta última cercana a Pica. El éxito agrícola y vitivinícola conseguido por Froehlich en "Los Puquios", fruto de su tesón y esforzado trabajo, qué duda cabe, sentó un precedente fundamental para llevar adelante, con pasos seguros, las otras Estaciones Experimentales Agrícolas en la Pampa. "Los Puquios", pues, sería el "espejo" donde se mirarían todas las Estaciones siguientes creadas por CORFO.
(Nuestro próximo y último capítulo dedicado a la saga agropecuaria de Froehlich tratará de examinar con lupa su experiencia agrícola tanto en Los Puquios (Tarapacá) como en La Chimba (Antofagasta), lugar donde le sorprenderá una súbita e intempestiva muerte en el mes de octubre del año 1966).
(Capítulo terminado el 20/08/2011).
LOS MERCENARIOS DE SANTIAGO HICIERON SECAR LAS VIÑAS DE PICA MATILLA VALLE QUISMA LA HUAYCA ESTOS ERA UN VERGEL ERA LOS MEJORES VINOS DE LA PRIMERA REGION EN ALEMANIA EN UN MUSEO HAY VARIAS BOTELLAS DE VIÑOS CON EL MONBRE VINOS CANCHONES HAY VARIAS MEDALLAS PARA LOS CANCHONEROS NOS SENTIMOS ORGULLOS TENER COMO RECUERDOS EN EL EXTRANJEROS CON EL TIEMPO TODOS TIENEN QUE SABER LA VERDAD CUANTOS AÑOS QUE NOS ESTAN SIENDO DAÑOS ESTOS MERCENARIOS
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