lunes, 7 de abril de 2025

Una entrevista-primicia: el testimonio de Timoteo Cruz Salvatierra, antiguo ayudante de campo del padre Gustavo le Paige, muestra su modo de pensar sobre la obra del sacerdote jesuita belga.

 Introducción.

Frente a la multitud de ataques furtivos o manifiestos que  ha sufrido la obra arqueológica del arqueólogo jesuita Gustavo le Paige (1906-1980) y su Museo por parte de algunos investigadores de la cultura atacameña o  lickan antai, nos pareció  conveniente  -y más aún indispensable-  entrevistar a dos de los más antiguos y asiduos ayudantes de campo del sacerdote. Muy pocas personas estuvieron tan cerca de le Paige durante muchos años como ellos. Su testimonio, en consecuencia, nos parece de vital importancia y pienso que el modo de pensar de sus fieles ayudantes no ha sido  sopesado y examinado como se merece. Además, ellos son hoy de los poquísimos testigos sobrevivientes de la actividad arqueológica del  padre le Paige (1). Por ello, su sincero y valiente testimonio resulta ser,  para nosotros,  algo invaluable e irrefutable. 

Timoteo y Tomás Cruz, ayudantes de campo del P. Le Paige

Me refiero a los atacameños Timoteo Cruz y Tomás  Cruz. Desde muy jóvenes (2) ellos fueron invitados por el párroco y arqueólogo belga a formar parte de su equipo de ayudantes de campo. Le Paige, ya avejentado (3),  necesitaba de brazos fuertes y jóvenes, para excavar las viviendas o las tumbas  de los antiguos habitantes de la zona que los propios pobladores habían descubierto o avistado en los ayllus atacameños. Como contrapartida, le Paige les ofrecía un módico sueldo que cubría todas  sus necesidades  escolares básicas  y que él les administraba celosamente. Igualmente, los atraía a la parroquia mediante el juego, en especial el fútbol,  área  que le apasionaba particulamente. Lo sabemos a través de la nutrida correspondencia con su hermano Constantino le Paige (4).

Fig. 1. El sacerdote-arqueólogo Gustavo le Paige, de sotana gris, mostrando algunos petroglifos  en roca hallados por  él y reproducida en uno de sus tempranos trabajos (Foto tomada de Internet).

 Con el objeto de poder entrevistarlos, no pudiendo hacerlo ya en forma personal debido a mi edad y achaques,  me puse en contacto con el periodista, documentalista y fotógrafo Juan Francisco Cox, de Santiago de Chile, cuya experiencia ya nos era bien conocida (5). De valioso contacto en San Pedro de Atacama, nos sirvió la  arqueóloga Ana María Barón, de vasta experiencia en la zona, quien guió y acompañó gentilmente a  nuestro periodista Juan Francisco Cox (6).

En este capítulo de mi blog, presentamos y comentamos la entrevista hecha al señor  Timoteo Cruz Salvatierra. Un próximo capítulo, Dios mediante, lo dedicaremos a la entrevista hecha a otro ayudante de le Paige, el señor  Tomás Cruz.

Fig. 1.  Timoteo Cruz, antiguo ayudante de campo del jesuita y arqueólogo, Gustavo le Paige S.J. Sus primeros recuerdos se remontan a los años1962-63. (foto Juan Fco. Cox, 26 de julio 2024).

Fig. 3. Una de las primeras salas del primitivo Museo construido por el padre le Paige y sus ayudantes en 1962. Sobre sencillos mesones de madera, se exhibía las momias y objetos de la cultura atacameña. No había vitrinas todavía. No había dinero para ello (Foto H. Larrain, 8/12/1964).

Fig. 4. Fardos funerarios de la cultura atacameña expuestos  en simples tarimas de madera confeccionadas por sus ayudantes. (Foto H. Larrain, 8/12/1964).

¿Por qué elegía le Paige muchachos  jóvenes como sus ayudantes?

Tal vez podríamos preguntarnos por qué le Paige reclutaba sus ayudantes entre los elementos jóvenes de su parroquia y no  recurría a gente adulta.  Dos poderosas razones (7) se me ocurren hoy como respuesta a este lógico interrogante. Una, porque los adultos no tenían el tiempo disponible por estar siempre ocupados en sus faenas agrícolas o pastoriles (siembra, cosecha, regadío o cuidado del ganado), y otra, porque  los adultos decían experimentar un especial temor reverencial ante la presencia de los cuerpos de los difuntos, sus posibles antepasados,  cuya  exposición -según su temor- podía acarrearles alguna enfermedad o aún la muerte. Por lo tanto, no se habrían prestado para ello.

 A estos jóvenes especialmente elegidos, le Paige les explicaba lo infundado y faltos de base de dichos temores y la necesidad de obtener información de primera mano sobre el modo de vida, costumbres  y cultura de las antiguas  tribus pobladoras de la zona. Si lo que busca y pretende la arqueología como ciencia (8) es reconstruir, con la mayor fidelidad posible, la cultura y modos de vida de los antiguos habitantes a través de los restos dejados  in situ, no sólo sus objetos o sus ruinas aportaban material para ello, sino también -en otros aspectos-  sus despojos mortales,  sus tumbas y cementerios.  Muchísimos y variados detalles de su vida y actividad se nos revelan nítidamente hoy -y cada día más por el avance incontenible de la ciencia (9)- a través de sus restos óseos, su ajuar funerario y su indumentaria, además de su  edad, género, tipo de vida, lugar de procedencia, grado de parentesco o afinidad, dieta alimenticia, posibles enfermedades o  causas de su deceso.




 Texto completo de la entrevista hecha por Juan Francisco Cox, periodista.  (Nota: entre paréntesis, adiciones nuestras)


1) P. Bueno, ¿nos puede decir su nombre y su fecha de nacimiento?,

 R.  mi nombre es Timoteo Cruz Salvatierra.


2. ¿Su año de nacimiento?.

 R. Agosto. 1955.

 

 3)  P. ¿Dónde estamos en este momento?

 R. Estamos en el aillu de Séquitor.

 

4.4) P. ¿Usted nació en este lugar?.

 R. No, no, yo nací en un sector que se llama Chalaiquiche...


 5) P. Disculpe,¿ cómo?.

 R.  Chalaiquiche.


 6) ¿Dónde queda?

 R. Está al noreste de Tambillo.

 

    7) P. ¿De Tambillo yendo hacia Toconao?

 R. Por ahí por donde está el “Proyecto Alma”.

 

    8) P. ¿Sí, en el alto?.

 R. No, pero en la parte baja. Ya sé que mis padres eran pastores. Entonces ya ellos circulaban con su ganado. Y ahí mi mamá me tuvo en una estancia que le llamamos (? )...o donde sea cierto tiempo (?)….(10).

  

 9)    P. ¿Y hasta qué edad más o menos vivió usted ahí?

 R. No, yo nací y me crié en San Pedro, pero siempre iba ahí y hay una localidad de donde era mi papá que se llama Alis en la Quebrada entonces, pero yo me crié acá en San Pedro, en Solcor.

 

 10) P. ¿Y vuelve usted para allá de vez en cuando?.

R. Sí, siempre voy. Generalmente íbamos a sembrar algo, pero en los últimos tiempos la lluvia se llevó todo. Entonces, prácticamente, vamos a ver la casita que teníamos allá. ¿Eh?. A mi hijo siempre le gusta. Ya... Así que siempre, siempre estamos constantemente yendo.

 

1    11) P. ¿Y hay alguien en esa casa?

 R.  No, no, no hay nadie. No, no, no hay nadie En este momento no vive nadie. Por distintas razones. Más que nada económicas, porque ya dejó llover para arriba y entonces ya no se podía criar ganado. Así que todas las personas emigraron para acá, a San Pedro, a  Calama , o a  distintos lugares estupendos.

  

12)  P. Y acá en San Pedro, Timoteo: ¿Usted fue al colegio?

 R. Sí.

 

3)  P. ¿Y en  qué momento más o menos se encontraron con el padre Le Paige?

 R. Yo al padre Le Paige lo conocí incluso antes de ir al colegio. Cuando yo iba con mi mamá a cuidar los animales, los corderos, los cabritos y encontrábamos puntas de flechas en los sitios donde pastaban. Entonces esa punta de flecha la llevábamos al padre y ahí el padre nos decía:  “ya, ¿de qué sitio me traes esto?” Entonces uno le avisaba del lugar…, él anotaba  en su libro de apuntes (11) que tenía y las guardaba.


14)  P. ¿Y se recuerda Ud. de algún sitio especial?.

 R. Por ejemplo de Solor, del sitio que se llama Tchaputchayna (12). De Séquitor Alambrado,  de Tchécar, de Solor 3, de Túlor… Esos más o menos son los sitios que me recuerdo, que era por donde circulábamos con los animales.

 

15)  P.  ¿Como qué año sería eso,  en  ese tiempo... más o menos?.

 R. Era como el año 1962…, por ahí.


 16).  P.) ….¡Chiquito!.

 R. Si chiquito era yo el año 1962... no sé… (Era) cuando el padre Le Paige tenía su pequeño museo en la parroquia (13).

 

  P. Ya….. Entonces, más o menos ¿usted entró a trabajar al  museo en el año 77?

 R.  Claro, recién entonces…Entre los viajes o el trabajo que con mi madre. Y ese año, 77….

  

17)  P. Y entre el 62 y el 77, ¿mantenía Ud alguna relación con el Padre?

 R. Sí, siempre, porque después, cuando ya entramos a la escuela, por lo menos uno o dos días, íbamos a la parroquia porque el padre tenía juegos de cartas, ludo, un montón de juegos; ahí era donde nos reuníamos todos los niños. Y no digo un montón de niños que iban a jugar ahí. Sí, y y siempre tuve esa relación con el padre, iba y nos conocía….A  los que más conocieron, a los que estuvieron más cerca de ellos, a la familia Abán,  la familia Carpanchay y había otra familia Cruz también que iba ahí y con ellos jugábamos ahí como todos los niños.

  

18)  P. Y él padre en esa época, ¿les hablaba de su trabajo arqueológico, de sus expediciones por acá?. ¿Les hablaba algo de eso?

R. Sí, sí, él nos contaba de lo que se trataba. Ya… Sí, casi siempre nos encargaba, “si ustedes ven algo nos decía o no, la cerámica o  cosas así, ustedes la traen para acá para porque aquí se va a hacer un museo. Aquí se va a resguardar todo ese patrimonio”. Yo, como digo, y unos primos más que teníamos, siempre juntábamos cosas, porque antes los campos de eso estaban  llenos…,  de puntas de flecha. Yo me acuerdo... Sí, así... Y puntas de flechas o cuentas de malaquita, de turquesa, figuritas de un montón de cosas que se encontraba, porque los campos estaban intactos, porque la gente de acá les tenía mucho respeto a todos los sitios o mucho miedo también, así que no, no se tocaba.

  

19)  P. Y ese miedo ¿por qué?…, ¿de dónde venía?, ¿por qué tenían miedo a los sitios, eh?

 R. Bueno, habían personas que decían que si uno profanaba una tumba, uno se podía enfermar. Claro, y de hecho ahí hay casos en  que (así)  ha sucedido. No sé si producto de eso o no sé, pero eh… ha habido personas que por hacer una maldad, porque de repente se veían asomando los cráneos por ahí  -y no voy a decir nombres- , pero una persona  llegó y le dio con una piedra en la cabeza y después como a las dos semanas se enfermó..., así que le salieron granos en el cuerpo y fue a la posta: no sabía qué le pasaba… y después dijo que había hecho "eso". Así que en ese entonces aquí en San Pedro habían curanderos que supuestamente curaban eso. Así que lo llevaron para allá y él (curandero)  vio en la hoja de coca y sacó más o menos algo parecido a lo que él había hecho. Así que ahí le hizo un trabajo, le hizo una ”limpia” que le llamaban...(14). Se iban a "perdonar" en el lugar donde lo hizo, y milagrosamente se sanó. No sé si realmente eso sucedió (así).  Se sanó por eso, pero así como esos casos, conozco varios, claro.

 

20)  P. Y en ese sentido, ¿el acercamiento que el Padre Le Paige tenía a la excavación de estos lugares era con respeto? ¿Cómo hacía él ese trabajo? 

R. Y bueno, como dije anteriormente, yo no hice excavaciones con él, pero sí lo vi excavar en un sitio, en Solcor Plaza que se llama, porque yo vivía muy cerca de ese sector. Entonces, en ese tiempo yo tenía unos siete años e íbamos a ver como estaban excavando. Y sí,  yo me recuerdo que el padre tenía su máquina fotográfica y tenía  su cuaderno de apuntes. Y después, bueno, cuando entré a trabajar, corroboré que las cosas importantes, el incluso las dibujaba y la dejaba en los manuscritos, que le llamaban entonces (15). Pero eso sí lo vi hacer en terreno al Padre.Y siempre con cuidado. A la gente que llegaba siempre le decía:   "tienen que mantenerse si quieren ver, pero manténganse a una cierta distancia de donde están trabajando".

 

21)  P.  ¿Qué recuerdos tiene usted del padre le Paige?... ¿Cómo lo recuerda usted?

 R. Recuerdos, muchísimos, porque aparte de haber trabajado en el último año con él, como digo, lo conocí desde niño, entonces y mucho, sobre todo con el fútbol, porque a él le gustaba el fútbol entonces, y de hecho yo llegué a trabajar al museo por intermedio del fútbol (16), porque él tenía un club deportivo que se llamaba, en ese tiempo, “Juvenil” y después pasó a ser “Gustavo Le Paige” el que hasta hoy en día existe ese club. Había otro club que se llamaba “Atacama” y éstos eran como los más fuertes, porque eran como los clásicos. En los “Atacama”, estaban los empleados fiscales, Carabineros, los de Aduana e Investigaciones. Y ahí los ayudantes que tenía él entonces me llevaron al club, al "Juvenil"... Y el padre me dijo: “si usted quiere quedarse aquí, yo le voy a dar trabajo”.

 Así que eso fue el año 74 y yo  no tomé ese trabajo porque me tocaba ir al servicio militar. Tenía que entrar a trabajar los primeros días de marzo y yo tenía que presentarme a mediados de marzo en el servicio militar. Entonces yo le dije al Padre, que cómo iba a firmar un contrato  si luego tenía que irme. Entonces me dijo: “bien, pero le tendremos un puesto cuando vuelva”, Así que de ahí me presenté al servicio militar y nos echaron a todos para afuera, porque en esos tiempos retuvieron a todos los que estaban anteriormente..., era el año 74. Y así que de ahí yo seguí jugando por el club y hasta que el año 76 me dijo: “ya, el próximo año se viene a trabajar con nosotros”. Y ahí empecé a trabajar para la Universidad. (en el museo de la Universidad Católica del Norte).

 

 22) P. ¿Y en qué consistía su trabajo?

 R. Bueno, cuando ingresé, entramos a hacer la construcción de la tercera rotonda que hay en el museo y después de eso, a mí y a Santiago nos contrataron para ayudante de investigación, para salir a terreno. Así que ahí, como digo, salí con el padre, bueno, a varios sitios, pero no hice excavaciones con él.

 

23) P ¿Y qué recuerdos tienes de esas salidas a terreno? ¿Cómo eran?

 R.. ¿Para mí eran buenas porque él iba enseñando, sobre todo a nosotros que éramos nuevos. En qué teníamos que fijarnos en el suelo, si íbamos a sitios que tenían petroglifos, ver si realmente existían, o si pasábamos por algún lugar donde probablemente podría haber un cementerio, ver los “tacos”, que eran como unas puntitas  de madera que aparecían (17) y si veíamos algún un hueso teníamos que avisarle a él y luego el Padre lo ubicaba y decía¨: “ya, este es una tumba” por ejemplo. O si le pasaba una piedra, decía: “ya, es una lanza” o “un cuchillo o cualquier artefacto lítico.

 

Periodista: Vamos a hacer una pausa que tengo que cambiar la batería.

 

 24) P.  Me gustaría saber si recuerda algo de lo que él les explicaba en esa época de niños.

 R. Es lo que le dije, nos encargaba  que si encontrábamos cosas que tenían que ver con el tipo de arqueología, le avisáramos o se lo lleváramos; es como recuerdo de esos tiempos, como recomendación que nos daba.

 

 25) P. ¿Y él le explicaba o les contaba sobre el hallazgo de los cuerpos o les explicaba algo respecto de los entierros que él sacaba?

 

R. Sí..., más bien cuando yo tenía más edad. Ya en ese tiempo a lo mejor nos había dicho, pero no lo recuerdo así como nítido. Pero sí nos explicaba lo que tenía ahí en ese pequeño museo.Así que ahí él nos explicaba: que esto era cerámica, que era metales, que esto era un cuerpo humano que tenía muchos años , y el  nos decía que a través de ellos van a saber de sus antepasados (18). Eso lo que tengo más o menos (de recuerdo) como así,… a grandes rasgos esas explicaciones que nos daba.

 

 26) P. ¿Y cuál era la impresión de ustedes con los cuerpos que él les mostraba, ¿cómo la recuerdan?

 R. Yo la verdad la cosa es que nunca tuve, así como miedo… sí respeto, eso sí, porque eso ( me viene)  de parte de mi papá, él era bien ...que le tenía harto respeto y como también cierto temor. Así que él me decía: “tú tienes que llevar tus hojitas de coca”, “dale y eso”. Así que donde le estaba diciendo que iba a la excavación que estaba haciendo en un sitio cerca de la casa, él me decía: “ya, ya llevate tu hojita de coca, pero no te acerques mucho, no estés haciendo ni una cosa mala” (19)(El) tenía ese temor, claro, pero yo no, no; yo nunca tuve miedo ni temor, pero sí respeto, sí, respeto, sí, porque claro, después ya hice excavaciones, pero no con el Padre, como le digo, sino con (Agustín) Llagostera, o (con Lautaro)  Núñez, o con (Eduardo) Téllez (20)...

 

27 P. ¿ El padre llevaba hojitas de coca y esas cosas?

 R.  La verdad de las cosas es que yo no recuerdo, no recuerdo eso, pero sí algunos de sus ayudantes sí, sí. Incluso como le digo, en ese sitio -no recuerdo el nombre- , pero había una persona que fumaba, prendía un cigarro y lo dejaba en la tierra cuando estaba haciendo la excavación y prendía otro cigarro y decía que era para el cuerpo que iba a sacar y él mismo: “estamos compartiendo”, decía. Ese no era de acá de San Pedro. No, no era de San Pedro, no me recuerdo su nombre, pero a él lo vi hacer eso, sí.

 

28) PY -como le preguntaba anteriormente- respecto de los recuerdos  o cosas que lo marcaron a usted, Timoteo, ¿que aprendió con el padre Le Paige o que experienció con él...?.

 Creo que lo que a mí me marcó una vez que entré a trabajar y eso, fue el conocer de mi pasado o de nuestros antepasados, porque cuando joven (yo) no, no tenía noción de qué era la Cultura Atacameña. No, porque (de) eso en el colegio nunca, nunca nos hablaron de eso, por lo menos hasta cuando yo salí de de 8º año. Nos pasaban, no sé, de Egipto... de otros lados..., pero de la cultura Atacameña nunca se nos habló. Pero sí el padre ya empezó a hacer su estudio, y yo creo que gracias a eso hoy en día muchos dicen “somos Atacameños”, porque si le hablo yo de esos tiempos que yo estaba en la escuela, no habían “Atacameños”. Si (ellos) iban a Calama, decían que eran de cualquier lado, menos Atacameños, porque (entonces) se discriminaba mucho y, yo en sí, lo viví en carne propia, porque incluso con gente de acá de San Pedro, que eran de más.., de..., digamos, ‘de tener’, o sea que eran, y como uno venía "de arriba", "de los cerros", entonces nos trataban de distinta manera. Sí, he escuchado (sentir) lo mismo, de otra persona que venía de los cerros también...Sí que era mal mirado. Exactamente. Es raro... Pero sucedía, claro, Muchos de los que me encuentro que son de la edad mía, algunos mayores, y que andan (hoy)  con la chuspa en el cuello y yo les digo: “¿qué te pasó a ti? …No eras de otro lado?”. Y no, no tienen respuesta; dicen “ah no, es que eso pasó cuando éramos niños”. Ya..., ahí no más. Y sus dos padres tal vez venían del otro lado de Argentina o  (de) …. Mi abuelo por parte de papá, creo que era del sector del lado argentino,  y de parte de mi mamá, ella sí venía de Bolivia, claro, de Alota, de allá venía la abuelita (21).

 

 29) P. Ya que yo hoy participo en excavaciones propiamente tales, no podemos ahondar más en ese tema, pero sí nos interesa saber la percepción que usted tiene o tenía del padre. Y me gustaría saber cuál es su pensamiento respecto  de lo que pasa ahora en torno a la figura del padre.

 R. Yo creo que hay gente que sin conocer al padre habla mal del padre, pero la gente que lo conoció,  no. Bueno..., no sé si se dará en todos los pueblos, pero aquí por ejemplo, lo que se da de repente es que uno inventa una historia, la cuenta, uno le cuenta al otro y eso  se hace, pero eh, yo creo que los comentarios que hacen  lo hacen sin conocer, sin fundamento, porque incluso es gente de acá, del mismo San Pedro… Le voy a poner un ejemplo: resulta que una persona de Quitor, con el que fuimos a un Encuentro en Bolivia, no me acuerdo el lugar, por ahí cerca de Uyuni y todos llevamos presentaciones. Y ahí presentaron, por ejemplo, gente de de Chíuchiu, de Lasana…  De acá, de San Pedro, fueron varios de las comunidades, y ahí los de  Chiuchíu dijeron que el padre Le Paige había sacado puros cráneos del cementerio de Chiuchíu. Estaba Tomás  también,y bueno, yo los dejé que hablara no más, porque yo tenía conocimiento de eso,  y cuando terminó pedí la palabra y les dije que si acaso tenían argumentos reales para hablar de esa manera. Dijeron que no, entonces yo les dije: ” mire, los cráneos que trajo el Padre de  allá fueron cráneos que se retiraron, que algunos de ellos, como le decía yo, fuimos porque estaban, estaban tirados encima..., porque esos fueron saqueados por gente de Chuquicamata, de la (Chile) Exploration Company, tanto ahí como en Caspana” . Y eso es la verdad, porque una cosa: cuando yo pasé con mi tío por allá, gentes de ahí nos dijeron eso; y después tuve la oportunidad de conversar bastante con un caballero que era de Cupo. Y él trabajaba para Chuquicamata, y los gringos lo traían a él para conocer los cementerios. Traían gente de allá y ahí metían pala, picota y a ellos lo único que les interesaba era sacar cerámica..., los objetos de madera y era todo lo que les interesaba. Los cuerpos los volvían a tirar ahí….Las cabezas las dejaban botadas. Claro, y eso sucedió allá. Pero la gente joven, que debería consultar a sus mayores, ( para saber)  cómo sucedieron las cosas hablan... Escucharon “cantar al gallo” pero no saben dónde. Y así como eso…Otro cementerio que fue también así, saqueado pero brutalmente, fue en Tilomonte.  No sé si Tomás (Cruz)  lo habrá dicho (22).


 30)  P.. Periodista:  No, no, él no nos habló de Tilomonte

 R. Eso fue en los años del golpe de Estado (esto es hacia 1973);  en esos años  había militares en todos los sectores y encontramos un cementerio (que ellos) también, lo abrieron y dejaron todo tirado también ahí.  Allá fue el cura…..Sí, el cura (Le Paige)  fue y los denunció y se fueron de baja todos. Y creo que ahí, yo no tengo seguridad si sería cierto o no, pero dicen que los que venían ahí, después se fueron y tuvieron un accidente camino a Calama, los que hicieron ese ese saqueo de allá (23).

 

 31) P. ....Lo vio también Timoteo. Y respecto de la situación del museo actual, ¿?qué sensación te provoca ver el estado en que está el museo?.

 R. Y bueno, yo personalmente siempre me opuse a que destruyeran el museo (antiguo), siempre en las reuniones que tuvimos y todo. A veces nos llamaban, a veces no, pero yo siempre fui un opositor a eso, porque eh! que hagan un nuevo museo como lo pintaban ahí,  estaba bien. Yo encontraba de que las piezas (arqueológicas) iban a estar mejor, se iba a hacer un cuidado mejor y todo…, pero de ahí a que se construya  (uno nuevo)….Ese era mi temor y siempre yo me opuse: “¿por qué no lo hacen (el nuevo Museo)  en otro lado, y una vez que esté listo se trasladan ahí  las cosas? Y dejan una parte (del antiguo Museo)  acá como recuerdo del Padre que hizo ese museo?”. Si, yo digo (haber conservado)  la primera rotonda, claro, y del resto podrían haber hecho -no sé-, salas de conferencias, cosas para la comunidad, no sé,¡….,  salas de estudio... Pero esa primera parte (del Museo), ¿por qué no haberla dejado tal como la dejó el padre?. Eso siempre lo discutí yo, (junto) con Tomás (Cruz)... Éramos los dos que siempre nos opusimos a eso, pero, lamentablemente, no se nos escuchó no más, y se destruyó (24)…Ahora, en cuanto a las piezas y todo eso, obviamente quedaron mejor. O sea, no puedo decir lo contrario, porque yo lo he visto están todas las piezas ordenaditas, con papel sin ácido, los cuerpos están dentro de unas cajitas bien, bien conservados, en el lugar donde están ahora,  están bien, las cosas están seguras y eso creo que ha sido positivo porque las cosas se limpiaron bien y de hecho, bueno, yo trabajé ya  (en eso)  desde el (año)  2006-2007 hasta el 2015, cuando me retiré.  Trabajamos en Conservación con Tomás. Entonces,  buena parte de eso, nosotros sobre todo lo que es madera, lo pusimos todo en papel sin ácidos, en formatos donde no tenga movimiento y en cajitas individuales dónde, en caso de caerse alguna cosa, no sufran daño. Y después, cuando se hizo con los restos del embalaje, se hizo un poco más a la rápida, pero siempre quedaron mejor de lo que estaba antes. Eso es indudable. Y todavía se sigue trabajando me parece, porque bueno, Jimena, está ahí todavía con eso, viendo que las colecciones no sufran daño, pero como digo en (comparación) cómo estaban primero y donde están hoy en día, están mejor. Eso sí, 100% están mejor. Era emblemático el museo, la arquitectura del museo, claro. Y su significado, a mi modo de ver en el lanzamiento de San Pedro al mundo. Claro. Basta buscar por internet todo y aparece la foto del museo, que era un emblema. Claro, claro que sí. En todo eso estamos. Estamos bien.


32) P. ¿TIenes alguna foto, algún recuerdo, algún elemento de esa época que guardes contigo?... ¿algún recuerdo de esos años trabajando con el cura?.

 

R. Creo que no. Me parece que no, porque quizás, yo he sido bien poco (interesado en) sacar fotos la verdad de las cosas y no, no recuerdo tener. A lo mejor hay algunas fotos en los álbumes del padre. El padre también registró harto de fotografía y no sé qué habrá pasado con eso, porque en tiempos de (Lautaro)  Núñez o (Agustín) Llagostera, las mandaron para Antofagasta. Los negativos -porque eran negativos que estaban en vidrio- así que no, no sé, yo por lo menos nunca los vi de vuelta. No sé si habrán vuelto igual que las películas que tenían... En la misma película del padre también, no sé si dónde habrá quedado (registrado) o no, no…  No lo sé. Es porque ahí en esa película salían los dos ayudantes principales del Padre, que eran Manuel Abán y Eulogio Cervantes (25). Ellos fueron los que más trabajaron con el padre. Sí, sí, fueron los que más trabajaron en ese tiempo, digamos, de cuando se estaba haciendo las excavaciones, aparte de los que trabajaron, pero ya, pero ahí eran ellos como los dos principales trabajadores que tuvo el padre.

 

 33)  P. Esas películas, ¿ estuvieron alguna vez en el museo?

 R. Si, acá en el museo, de acá se las llevaron, así que no sé si realmente habrán quedado en la Universidad del Norte, no sé... Yo, la verdad de las cosas es que no tengo seguridad donde quedaron, lo único que sé es  que se las llevaron.

 

34)  P. ¿Y el primer guía del padre fue Luis Barboza?.

 R. Claro que él, bueno...Su papá tocaba el órgano en la iglesia. Entonces por ahí se conocieron y por lo menos no sé si él fue el primero o  si excavó con él, pero sí él le mostró los sitios, fue su guía, su baqueano acá adentro. Uno de los primeros, no sé quiénes más, pero por lo menos él fue uno de los primeros.

 (Fin de la entrevista).


Comentarios.

1.  Obtener y escrutar el modo de pensar de los ayudantes del padre Paige era una tarea que  urgía realizar, antes de que sus testigos más auténticos y directos fallecieran. Le Paige nos dejó en mayo del año 1980, esto es hace  casi 45 años.  Tarea urgente que desde hace varios años nos "penaba"  como un trabajo indispensable y urgente de realizar. Máxime al tomar conocimiento de las reacciones negativas que han manifestado algunos líderes atacameños, desestimando y denostando de este modo toda la obra científica del sacerdote-arqueólogo.  Tarea que, a petición nuestra, ha cumplido, de modo  encomiable, el periodista Juan Francisco Cox en su reciente visita a San Pedro a mediados de 2024. Respecto a  la metodología usada en la trascripción, Cox nos señala:  "Respecto de las transcripciones, hice una mezcla. Una aplicación de inteligencia artificial las transcribió inicialmente, pero comete muchos errores confundiendo palabras, sobre todo cuando la persona no habla correctamente. Así que tuve que repasar manualmente todo para corregir".

2)  La transcripción del texto oral de esta entrevista no ha sido ni fácil ni sencilla. Se ha logrado obtener un texto medianamente preciso, pero no perfecto debido a la dificultad de reproducir con exactitud el modo de hablar muy  personal, a veces  confuso y en ocasiones, casi inaudible. De suerte que hay, en nuestra versión actual, probablemente, algunas fallas y/o errores. En todo caso, copia de los originales de la grabación,  hoy en poder del periodista señor Cox, esperamos pueda quedar en el Museo Nacional de Historia  Natural de Santiago de Chile (MNHN), donde reposan hoy nuestros cassettes de entrevistas a aymaras y atacameños, realizadas entre los años 1984 y 2010 asi como mis colecciones de artesanía tradicional.

3)  La transcripción fonética de los topónimos citados en el texto, sigue en general el modo de escribirlos usado por el padre Gustavo le Paige  en sus obras. Algunos, como Tchaputchayna  son de difícil transcripción fonológica; otros son fáciles de reproducir como Lasana, Béter,  Sólor, Quitor, o Larache.

(4)   Nos llama la atención la profunda naturalidad y sinceridad  observables claramente a través de su texto.  Timoteo, tal como el  mismo nos lo recuerda, es de origen muy humilde: sus padres eran pastores  y vivían en el campo, muy lejos del pueblo. La versión que tenemos entre manos  rezuma pues,  esa  franqueza y veracidad tan propia del campesino, totalmente ajeno a la cultura citadina, más sofisticada y alambicada. Lo que, a juicio nuestro,  redunda en la veracidad y credibilidad de sus comentarios.

(5)  Su versión de los hechos relativos a sus colectas arqueológicas, por él observados in situ, nos muestra una nítida imagen del actuar del padre Gustavo le Paige, muy distante y alejada  de la que sus detractores atacameños actuales y algunos escritores recientes han querido transmitirnos. La pretendida actitud "colonialista" que algunos sociólogos le han achacado a le Paige,  queda aquí, a nuestro juicio, desvirtuada y carente de base documental sólida,  revelando tan solo la existencia de un nefasto "prurito" por  tratar de hallar trazas de "otras"  intencionalidades, "ocultas" detrás de su actuar como arqueólogo. 

(6)   Coincidimos plenamente con la  opinión de  Timoteo Cruz en el sentido de que debió mantenerse la antigua estructura del Museo como valiosa reliquia del pasado, antes de intentar construir  un nuevo museo -cuyas fechas de inicio y de término- eran totalmente  inciertas en  San Pedro.

7) Por los antecedentes que aquí se muestran y por nuestras propias observaciones de campo en los alrededores de Chiuchiu y Lasana, hechas en enero de 1960, podemos suponer que muchos de los cráneos humanos de la coleccción le Paige, provienen de tumbas previamente saqueadas, en particular por  ingenieros o empleados de la mina de Chuquicamata  que allí  buscaban "souvenirs"  indígenas (objetos de metal, cerámica dibujada o hermosos textiles). Recordemos, a este propósito, que fue un ingeniero de minas belga de la  "Chile Exploration Company" llamado  Emile De Bruyne quien condujo al  novel vicario de la parroquia de Chuquicamata en 1954, (el propio P. Le Paige) a visitar y recorrer los cementerios violados de Lasana y Chíuchíu. Lo comenta así Christian Du Brulle, autor del libro dedicado a Le Paige con el título: "Le dernier roi de l`Atacama": "Celui-ci le parle longuement de ses recherches archéologiques, de la richesse de la Région en la matière. Autant d´ informations qui ne tombent pas  dans l`oreille d´ un sourd". (op.. cit.  1910:50).

Después de esta visita que despierta su interés,  viajará a san Pedro de Atacama a celebrar allí la fiesta de la Purísima (8 de diciembre), parroquia por entonces huérfana de párroco. De inmediato, se entusiasma con la ruralidad del paraje y su humildes pobladores y solicita ocupar el puesto de párroco, por años vacante. El obispo de Antofagasta Monseñor Carlos Valenzuela accede a su petición y la Compañía de Jesús (su orden eclesiástica) lo aprueba. Se iniciará así la frenética actividad religiosa y arqueológica del sacerdote belga en San Pedro, la  que se extenderá hasta el año 1980, fecha de su deceso.     

Notas.

(1)  Durante mi permanencia en Antofagasta entre los años 1963-65, como joven profesor jesuita, tuve frecuente contacto con los ayudantes jóvenes de le Paige. Por entonces 2 ó 3  le acompañaban siempre en sus expediciones  arqueológicas.  Uno de ellos -según recuerdo bien- era Marcelino Carpanchay que tendría unos 12 ó 13 años de edad. Otro se apellidaba Ramírez, a quien intentamos también entrevistar por intermedio del periodista y fotógrafo Juan Francisco Cox  en noviembre del año pasado, 2024. Este último, por desgracia, enfermó gravemente por esos mismos días y murió, sin que alcanzáramos a rescatar y grabar sus recuerdos. 

 (2)  El padre le Paige había nacido el 24 de noviembre del año 1903 en Tilleur, Bélgica. Por tanto, en el año 1964 -fecha de mis frecuentes contactos con él- ya frisaba en los 61 años de edad. Le Paige por entonces, aunque siempre entusiasta y activo,  carecía ya de las fuerzas y energías que exigía una excavación arqueológica formal. Razún fundamental que le llevó a solicitar la ayuda de muchachos muy jóvenes y entusiastas, quienes disponían de tiempo y las ganas de aprender.

(3)  Le Paige reclutarà a sus ayudantes entre  los jovenes que llegaban a jugar a la parroquia, pues le Paige les prodigaba juegos de diversa índole. El fútbol fue su actividad predilecta, la  más difundda.

(4). Esto  nos consta hoy por la nutrida correspondencia sostenida con su hermano Constantino, parcialmente reproducida por el periodista belga  Christian du Brulle, en su obra:  "Le dernier roi de l` Atacama"(Editions Mols, 2010, Collection Histoire(Ver especialmente pp. 53-56).

(5).  Juan Francisco Cox es periodista de la Universidad Diego Portales (titulado en 2004), Magister en Realización Documental de la Royal Holloway University of London (2012) y Diplomado en Producción Ejecutiva Audiovisual de la Pontificia Universidad Católica (2016). Ha trabajado en canal de TV, productoras y en Educación. Es presidente de la Asociación de Documentalistas de Chile (ADOC).  

(6)   La arqueóloga chilena Ana María Barón Parra  fue  alcaldesa de la localidad de San Pedro Atacama entre los años 1992-1994 en tiempos del gobierno militar. De gran experiencia en la zona donde hasta hoy reside, nos ha brindado siempre un fuerte y decidido apoyo en nuestros esfuerzos por reinvindicar el nombre y prestigio del sacerdote-arqueólogo Gustavo le Paige de Walque, fundador y director del Museo Arqueológico en San Pedro de Atacama. En esta ocasión, fue ella quien nos contactó con el antiguo ayudante de le Paige el señor Timoteo Cruz -cuyo valiosísimo testimonio aquí reproducimos y analizamos in extenso-, brindando a nuestro periodista Juan Francisco Cox  su decidido apoyo,  entregando este valiosísimo e inédito testimonio. Dejamos aquí expresa constancia de nuestro agradecimiento a Ana María por su generosa ayuda. `

                                                Fig. 5. La arqueóloga Ana María Barón el día de la entrevista a  los  dos ayudantes de le Paige. (Foto Juan Fco. Cox, 28/07/2024).

                     

Fig. 6.  Ana María Barón en su estudio en el poblado de San Pedro de Atacama.  (Foto Juan Fco. Cox, 28/07/ 2024).

(7). Además del temor (¿o pavor?) reverencial a los restos expuestos de los difuntos, reacción espontánea y natural propia de los pobladores adultos, la que era muy difícil de obviar o  soslayar, a causa de su cercano ancestro cultural indígena lickan antai, quechua, aymara o diaguita de sus "abuelos" (sus "presuntos" antepasados). 

(8)  La actual reticencia, y temor de las comunidades indígenas a la exposición en  los Museos de los cuerpos de los "antepasados" (en el estado de momias o esqueletos),  ha provocado y sigue provocando hoy un cambio radical en la museografia de muchos museos del mundo, máxime en el ámbito latinoamericano. Allí se exponía antaño, sin objeción o crítica  y desde hace muchos decenios, los cuerpos humanos momificados de  indígenas. Chile y Argentina no han sido una excepción. Recuerdo haber observado en el Museo de La Plata, en Argentina, en mi visita en el año 2012, algunos cuerpos expuestos de caciques indígenas ranqueles,  tehuelches  o pampas con su atuendo típico y sus armas de guerra. capturados como trofeos, tras la cruenta "campaña del desierto" de la época del general Julio Argentino Roca  (1843-1914).  

En nuestro país,  el "Museo Gustavo le Paige", en San Pedro de Atacama, región de Antofagasta, ha sido, desde hace unos 20-22 años,  el más enjuiciado  (y denostado)  por algunos líderes de las comunidades indígenas, por haber exhibido, sin tapujos, decenas de momias atacameñas con su correspondiente ajuar funerario. Modo (¿o moda?) de exhibición común antaño, pero considerado hoy indigno y denigrante por las nuevas generaciones de lickan antai en Atacama.     

(9)  Cada día asistimos a la aplicación de nuevos y sofisticados métodos y técnicas que permiten a los arqueòlogos actuales obtener nueva y valiosa información, antes oculta. Tanto a través de los sistemas de detección  por métodos físicoquímicos (georadar o el LIDAR utilizando drones),  como el análisis de restos vegetales  mediante la espectrometría de masas, radar de penetración terrestre  (GPR), prospección magnética, cromatografía de gases, fluorescencia de rayos X y datación por radiocarbono. Gracias a la aplicación de estas nuevas tecnologías, la arqueologia ha avanzado enormemente en estos ultimos 25 años, desplazando antiguos procedimientos de registro y/o descubrimiento.  Lo que exige a los nuevos arqueólogos el dominio de mucha tecnología de vanguardia. 

(10).  Palabras ininteligibles en el texto,  por ahora...

(11)  Se deja aquí constancia del empleo asiduo por le Paige de una bitácora o diario de campo  en sus excavaciones. Diarios  de Campo que se guardan hoy en el Centro de Documentación de la Universidad Católica del Norte, en Antofagasta y que algún dia -esperamos- serán objeto de unn escrutinio científico serio.

(12) .  La grafía de los topónimos aquí referidos, sigue la costumbre usada por el padre Gustavo le Paige  en sus escritos. Alguna, como Tchaputchayna  ó Tchécar es dudosa; otras  son simples, como Sólor, Beter o Quítor o Túlor.  En su texto, el entrevistado incluye el topónimo "Chalaiquiche", nunca escuchado antes por nosotros. A continuación,  estampamos fotos del àrea arqueológica de Tulor, descubierta por le Paige, tomadas con un dron por Juan Francisco Cox:

Fig. 8. Vista aérea del sector despejado de la aldea de Túlor que muestra la aglomeración de las viviendas circulares que semejan a las celdas de un panal de abejas.  Imagen captada con un dron. La investigación  arqueológica de esta aldea  hs sido lamentablemente abandonda, quedando probablemente  buena psrte de ella aún sepultada por las arenas.  (Imagen captada un dron (Foto Juan Fco. Cox, julio 2024).


                        
Fig. 9.  Paisaje desértico junto a la aldea  prehispánica de Túlor, fotografiado mediante un dron. Cúmulos de arena cubren hoy gran parte del antiguo asentamiento (foto Juan Fco. Cox, julio 2024).


Fig. 10. Otra aproximación al sector de viviendas semisepultadas por las arenas. El área, cubierta de arenas movedizas, muestra hoy la  escasa  vegetación arbórea sobreviviente. (Foto Juan Fco. Cox, julio 2024).

(13). Recuerdo aún perfectamente el apilamiento de rústicas estanterías de madera, llenas de momias, cráneos, cerámica y otros  objetos arqueológicos en el patio interior de la parroquia de  San  Pedro  de Atacama, todo ello expuesto al aire libre. Recordemos que aquí raramente llueve. Tuve un par de fotos de esta exposición al aire libre, las que presté un día a un arqueólogo del Museo, no habiéndolas podido recuperar hasta hoy. Estas habrían podido ilustrar bien lo que hoy nos está  diciendo Timoteo en su entrevista. 

(14)  El empleo de la hoja de coca (Erytroxylum coca, familia botánica de las Eritroxiláceas) como parte de un rito propiciatorio para evitar maleficios o para obtener favores de su divinidad Pachamama, o para evitar su castigo, es un recurso muy frecuente entre los aymaras y quechuas, aún en la actualidad. Aquí, la hoja de coca juega un importantísimo papel ritual,  de algún modo comparable al "agua bendita" o al "incienso" en los ritos católicos.  La hoja de coca adquiere una franca finalidad ritual además de constituir  un elemento indispensable en los largos viajes,  como  aliviador y restituidor de las fuerzas fisicas agotadas. Está científicamente probado que su acción al masticarla lentamente por horas o bebiendo un mate de coca,  constituye un estimulante ligero que ayuda al caminante a combatir el cansancio, la sed, la fatiga y hasta el hambre.

(15)  Nueva mención del  frecuente recurso del padre a su "Diario de Campo", tan propio del científico. Argumento importante contra aquellos que muy ligeramente han motejado a le Paige como  un simple "arqueólogo aficionado". 

(16)  Consta la afición personal que tenía le Paige por el juego del fútbol. Conformó en el poblado  un equipo de fútbol  (que hasta hoy lleva su nombre)  y hasta logró atraer al entonces poderoso equipo santiaguino "Colocolo" a jugar en San Pedro con el equipo local. El mismo, eufórico,  lo refiere  con sabrosos detalles en carta a su hermano Constantino en noviembre del año 1966 (Cfr. Du Brulle  op.cit., 1910: 93).

(17) Referencia enigmática a la existencia de posibles señalizadores antiguos de tumbas, en forma de postes de madera empotrados  in situ.  Tal vez, aunque no podemos asegurarlo.

(18)  Frase expresiva del entrevistado que alude  a   la motivación principal que  daba el padre a sus ayudantes sobre el porqué de sus excavaciones: "dar a conocer a los atacameños su pasado en un Museo ad hoc".

(19) Referencia al uso de la hoja de coca contra los "maleficios". (Ver Nota Nº  14).   

(20)  Personalmente tuve la oportunidad de ver a le Paige en acción con sus ayudantes,  excavando en el antiguo pueblo de .... junto a dos de sus jóvenes ayudantes. Le acompañé toda una mañana  en un cierto mes del año 1964. Nos insistía mucho en que,  a lo largo de un muro que íbamos dejando al descubierto,  ubicáramos  y guardáramos los fragmentos de cerámica que viéramos, y anotáramos su profundidad.  Excavábamos una habitación antigua. Recuerdo que yo le insistí luego en que buscáramos en el medio del recinto  (porque estábamos dejando al descubierto sòlo los muros  laterales). Primero se resistió, luego lo aprobó y hallamos, a escasa profundidad,  un fardo funerario intacto y sus pertenencias. Le Paige estaba dichoso. 

(21)  Es bien sabido que muchos de los actuales habitantes de San Pedro y sus aillos vecinos, tienen en su ADN vestigios del ancestro  aymara, quechua o calchaquí por provenir alguno de sus padres, abuelos o bisabuelos, de  sectores del territorio contiguo de Bolivia o N.W. de Argentina. Sus antepasados fueron arrieros de ganado vacuno en pie destinado a las Salitreras chilenas los que optaron por radicarse definitivamente  en Atacama donde encontraron esposa y formaron familia.

22)  Hay constancia de estas  frecuentes incursiones de saqueo de tumbas por parte de empleados o ingenieros de la mina de cobre de Chuquicamata a partir de la década de 1920. En esos pueblos, nadie  se oponia por entonces a este macabro despojo.  Esto me consta personalmente, pues  tuve la oportunidad de pasar un mes entero en el poblado de Chiuchíu en enero del año 1960, cuando yo preparaba la prueba del Bachillerato. En mis caminatas entre Chiuchíu y Lasana, pude observar muchas tumbas saqueadas,  cráneos y huesos humanos esparcidos por doquier, en especial en la zona de un antiguo lugar de enterramiento indígena, entre grandes rocas,  junto al pukará de  Lasana.

(23)  La creencia en la existencia  de  "maleficios"  o maldiciones provocados por  la remoción intencional de tumbas de los "gentiles" está muy arraigada en los pueblos indígenas de Chile y, en general, en América.  "Gentiles", les llamaban entonces, porque correspondían a cuerpos de los antiguos habitantes indígenas, no bautizados, anteriores a la introducción del Cristianismo. Los sacerdotes católicos y misioneros procuraban bautizar a los indígenas para asegurar así -según decían-  su salvación eterna. El bautismo era la necesaria puerta de entrada a la nueva religión de los conquistadores: el Cristianismo. Por eso denominaban  "gentilares"  a los lugares de descanso eterno de los "gentiles" no bautizados en oposición a los cementerios cristianos que cuidaban con esmero. 

El "maleficio" era una suerte de castigo corporal inducido por el difunto por haberse alguien atrevido a violar su lugar de descanso eterno. El saqueo de tumbas, según la creencia general, debía ser castigado de alguna manera visible, con alguna enfermedad o aún con la muerte del hechor. En el caso concreto de las tumbas de los faraones de Egipto, tenemos  el caso extraño de la súbita  muerte de varios de los miembros de la expedición británica dirigida por Howard Carter despué  que excavaron la tumba del faraón Tutankamón en 1922. La prensa de ese tiempo atribuyó de inmediato dichas muertes a la "venganza" del joven faraón difunto. Este sería un típico caso de "maleficio" (literalmente: "hacer el mal",  "malem facere"). 

(24)  Dato muy elocuente: estos dos ayudantes de Le Paige, Timoteo y Tomás, se oponen tenazmente a la destrucción del Museo levantado por le Paige en las reuniones sostenidas en San Pedro al efecto, para escuchar las opiniones del pueblo. Posición  que  nosotros hemos defendido -y seguiremos defendiendo- a través de distintos capítulos de este blog.    

(25)  Los primeros fieles ayudantes de le Paige, aquí citados, Abán y Cervantes  ya están hace años fallecidos. No sabemos si ellos fueron alguna vez entrevistados.  Al menos no conocemos ningún texto completo de su entrevista.







sábado, 15 de febrero de 2025

Catálogo de las entradas referentes a la zona central de Chile, en nuestro Blog https://eco-antropologia.blogspot.com

¿Por qué dedicar un capítulo especial sobre la zona central de Chile? 

Uno de nuestros ex-alumnos de Iquique, nos ha solicitado editar un capítulo especial que reúna todas nuestras entradas referentes a la zona central de Chile. Mi permanencia por más de 35 años en el Norte de mi país (Arica, Tarapacá y Antofagasta) realizando estudios de arqueología y antropología cultural, explica bien por qué la inmensa mayoría de las entregas en este blog se refieran a la zona norte de Chile (Norte Grande y Norte Chico). Las referencias a la zona central, donde se concentra  la mayor parte de la población del pais,  se pierden allí en medio de la maraña de entradas que examinan aspectos referentes a la historia, geografía, antropología, arqueología, botánica o zoología del Norte de mi patria, Chile. Las pocas entradas de nuestro Blog dedicadas a la zona central de Chile, corresponden, por lo general,  a fechas tempranas de nuestra actividad, cuando aún no habíamos sido contratados en Universidades del Norte. 

Fig. 1.  Número 2 de la revista "Expedición a Chile". Aquí los niños, hijos de  los propios expedicionarios, fueron un elemento de vital importancia en el desarrollo de este proyecto editorial (1). (Marzo 1975).
 

Fig. 2.  Luis Peña Guzmán mostrando a niños del Guayas, en el Ecuador,  insectos capturados en un frasco con cianuro de potasio (foto tomada del libro de Gastón Acuña "Rumbo a la Amazonía, 1996).
 
 Las entradas aquí consignadas, son de variada  índole: arqueológica, etnográfica o estrictamente biográfica. En las líneas que siguen, indicaremos sus títulos y la fecha de edición correspondiente, partiendo por las más antiguas. Ud. podrá consultar cualquiera de ellas en nuestro Blog.

Tal como Ud. podrá observar, no pocas de nuestras entradas se refieren a la vida y al legado científico del zoólogo chileno Luis E. Peña Guzmán y a la revista juvenil "Expedición a Chile", en cuyo nacimiento y desarrollo Luis Peña tuvo un rol preponderante. Junto  con Alberto Vial Armstrong -el cronista de "Expedición a Chile"- Luis  Peña fue, sin ninguna duda,  el "alma"  y  el "adalid" natural del grupo, capacitado para armar y  aglutinar a un variado grupo de científicos y dibujantes en torno al ideario  compartido de la "protección ambiental" en nuestro país. En este aspecto, Peña fue, sin duda, un pionero indiscutido en Chile (2). Algún día -estamos seguros-  se le reconocerá paladinamente esta notable  faceta de su vida científica cuya huella ha quedado impresa a fuego tanto en sus amenas  publicaciones destinadas a los niños (3) como en sus numerosos trabajos científicos.


 Nuestras entradas.


 1. “Luis E. Peña Guzmán: entomólogo, sabio educador de juventudes”, editado el 23/02/2008. 

2.  “Un naturalista de excepción: Luis E. Peña Guzmán”, editado el 24/08/2008. 

3.   "El legado de un sabio": Luis E. Peña Guzmán". Editado el 23/09/2008. 

4. "Fundo el Portezuelo de Colina, el refugio científico de Luis Peña Guzmán", editado el 20/11/2008. 

5. "La revista "Norte Grande" de la Universidad Católica de Chile commemora la aparición de su número 50", editado el 02/01/2010.

6.  "Un esforzado pionero de la agricultura y apicultura chilena: Patricio Larrain Gandarillas (1817-1902)", editado el 25/05/2012.

7.  "Un notable artista en mimbre: las manos incansables del inolvidable Manzanito", editado el 18/05/2013.

8.  "Los inicios de "Expedición a Chile", una entrevista en Las Cruces (zona central de Chile) en 1975: pescadores y mariscadores de la playa Grande", editado el 31/07/2014. 

9. "Cazadores recolectores montañeses hace 2.500 años atrás: excavación en La Leonera, quebrada de Las Ñipas, Comuna de Graneros (Chile Central)", editado el 30/04/2015.

10. "Piedras tacitas" en la localidad de Las Cruces, (Vª Región de Chile, fotos inéditas del año 1975", editado el 11/05/2015. 


11. "Cómo llegamos a localizar el sitio de un campamento de cazadores-recolectores. Antecedentes de una excavación de un sitio arqueológico datado en 2.500 A.C. en La Leonera, Graneros", editado el 14/05/2015.

12. "Qué hace  el arqueólogo". Manual de Campo de la revista Expedición a Chile. Una guía práctica para iniciarse en el conocimiento de la arqueología,  editada en Santiago en 1975", Publicada el 24/02/2017. 

13.  "Luis Peña Guzmán:  entomólogo chileno (1921-1995)  pionero de la educación ambiental y eximio conservacionista", editado el 06/02/2019.

14.   Una atrevida  iniciativa editorial en 1975 en Chile:  la revista de difusión científica "Expedición  a Chile". Orígenes, objetivos y características", editado el 19/02/2019.

15.   "Mapa de ubicación y tipo de cultura de los pueblos originarios de Chile hacia el año 1540. Nuestro trabajo pionero del año 1975. Comparando el ayer (1975) y el hoy (2019)". Editado el 19/04/2019.

16.   "La elaboración de carbón de leña en los cerros de la zona central de Chile: observaciones hechas en 1983 junto al río Codegua (precordillera de Graneros)".  Editado el 29/06/2020.

17.  "Recordando la figura del abate Juan Ignacio Molina, al cumplirse los 280 años de su nacimiento. reseña de su vida y obra",  editado el 12/07/2020.

18.  "El legado científico y humano del entomólogo Luis Peña Guzmán. Homenaje al cumplirse los 25 años de su partida", editado  el 27/09/2020. 

19.  "Hace cien años, en 1921, nacía un sabio biólogo  que emuló a Humboldt y a Darwin:  Luis E. Peña Guzmán", editado el 20/01/2021.

20.  "Recuerdos de una epopeya:  mi deuda de gratitud para con "Expedición a Chile" y sus creadores  1975-1979)",  editado el 15/09/2021.

21.   "Rescatando del olvido un documento inédito sobre los orígenes y objetivos de la revista juvenil chilena  llamada  "Expedición a Chile". Editado el 18/04/2023.

22.  "Dos entrevistas inolvidables: conversación con antiguos pescadores y mariscadores  del balneario de Las  Cruces,  en el mes de enero 1975".  Editado el 26/04/2023.
 

Notas nuestras.

(1).    La revista "Expedición a Chile" tuvo por destinatarios  primarios los niños y jóvenes de Chile. Pero, de hecho, trascendió ampliamente este vecindario juvenil. Se pretendía crear y/o robustecer  en ellos -los jóvenes- la conciencia respecto al cuidado, admiración y respeto por las admirables obras de la Naturaleza que nos rodean. No fue, por lo tanto, tan solo un poético afán por realzar los elementos propios de bellos parajes,  muy poco conocidos del país.  El objetivo de la revista fue ciertamente mucho más allá que provocar una simple "admiración" o  "goce" ante un determinado  modo de habitar en Chile. Mucho más: fue crear conciencia  de que había que hacer mucho más para detener  y frenar la destrucción implacable de los paisajes naturales que ha provocado la muerte y desaparición  de numerosas especies naturales, animales o vegetales  que lo pueblan. Y el  instrumento elegido para ello fue tocar a las puertas de la juventud de nuestro país mediante una revista juvenil que mostrara, en un momento històrico convulsionado del paìs, el verdadero rostro de un Chile desconocido:  Así nace  en 1975,  entre gallos y media noche, "Expedición a Chile".

(2)  Luis Peña  es bien conocido por los zoólogos como un experto  conocedor de la familia  de los coleópteros, insectos ápteros (sin alas) que pueblan todo el territorio nacional desde el desierto nortino hasta el mismo Cabo de Hornos. En sus más de 400 expediciones científicas, colectó miríadas de ejemplares de insectos chilenos  que contribuyeron a formar una riquísima colección -la más rica del mundo- que hoy se exhibe orgullosamente con su nombre en el Peabody Museum de la ciudad de Chicago.  En cambio, pocos valoran hoy los notables aportes de Luis Peña en materia de educación ambiental y su firme preocupación por la desaparición  de ambientes bióticos en el territorio nacional. Pérdida causada por la tala indiscriminada del bosque sureño primigenio y/o la destrucción paulatina  de ecosistemas de humedales y lagos andinos por las  actividades mineras extractivas  (del cobre, hierro, azufre,  litio, o molibdeno).

(3).    Notables son sus numerosas contribuciones a la revista juvenil "Mampato", fundada por Eduardo Armstrong y publicada por la editora Lord Cochrane entre los años 1968 (inicio) y 1978 (término). Allí presentaba a sus jóvenes lectores algunos de sus propios descubrimientos y observaciones en el área de la zoología y la botánica. Haría falta hoy recoger y estudiar esas pequeñas contribuciones científicas acompañadas de sus propias fotografías,  para aquilatar su genuino aporte al campo de la conciencia   ecológica nacional. Tarea para el futuro...  

En un capítulo nuestro anterior sobre la obra de Luis Peña, señalábamos:  

"Hay otra  frase que retrata perfectamente bien a Lucho y su "capacidad de ver" lo que otros no ven.  Por fortuna, ha quedado ésta registrada en sus cuatro cuadernillos para niños  titulados: Aventuras de Don Custodio Campos Silvestre, obra  ilustrada publicada por la Editorial Universitaria de Chile, en mayo de  1993, con  el apoyo  en imágenes ad hoc  del dibujantes Andrés Jullian. La frase en cuestión reza:  "Don Custodio sabía ver lo que muchos otros no saben sino mirar".  La diferencia entre ver y mirar es sideral.   "Ver",  involucra descubrir, atisbar,  escrutar, investigar. En efecto,  muchos pueden mirar el mismo hermoso paisaje de una puesta de sol, con arreboles multicolores en el cielo, pero solo unos pocos  verán allí  un peculiar  fenómeno celeste o una mágica obra de arte dibujada en el cielo. El físico de nubes y el  artista pintor  "verán"   en ese evento  cosas muy distintas, pero sin embargo perfectamente compatibles.  Ambos miraron,  pero "vieron"  y descubrieron cosas muy diferentes.  Por eso el objetivo de Peña  al mostrar estas imágenes es "enseñar  a ver lo que otros no ven". (Vea nuestro capítulo:  "..........).







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