Fig. 2. Portada del trabajo del capitán Luis Pomar dedicado al estudio geográfico y cartográfico de la costa de Antofagasta, 1887. (Ver bibliografía).
Introducción.
Presentamos aquí una seguidilla de textos tomados directamente del relato circunstanciado del capitán chileno Luis Pomar, referido a la zona costera entre Antofagasta y la desembocadura del río Loa (frontera sur de Tarapacá). Creemos hallar en ellos una valiosa información de carácter ecológico cultural, que nos permite comprender mucho mejor el modo de habitar esta costa desértica por parte de los pescadores costeros denominados "changos" y su relación con el medio ambiente costero.
La tarea confiada al capitán Pomar.
Teniendo como base de apoyo la cañonera "Pilcomayo", el capitán de navío don Luis Pomar de Armada de Chile, recibe la comisión de investigar, describir y cartografiar la costa de Tarapacá y Antofagasta, entre el puerto de Antofagasta y la desembocadura del río Loa. El estudio dura varios meses, a partir de enero de 1885. Las operaciones militares de la Guerra del Pacífico habían ya terminado con la ocupación de Lima por las tropas chilenas. El gobierno de Chile necesita con urgencia ahora de una descripción fina y minuciosa de la zona costera del territorio recién ocupado.
Desconfiando la autoridad de la exactitud de los planos existentes, como el mismo nos señala: "debía trabajar como si no existiese ningún estudio sobre ella". La tarea ahora confiada a esta comisión era realizar el "estudio y levantamiento de toda la costa", en el sector arriba indicado. Levantar nuevos planos y más exactos de la costa, fijar con exactitud las coordenadas y características de los accidentes geográficos costeros más importantes, investigar la existencia y calidad de recursos de agua, fauna y vegetación, describir las caletas, puertos y lugares de posible recalada y sus posibilidades de fondeadero, eran parte esencial de este ambicioso plan. Pero también, realizar colectas de flora y fauna para estudios de historia natural, tarea ésta última que fue confiada al médico del barco, Dr. Federico Delfín.
Datos de interés eco-antropológico.
En la realización de tales tareas, el capitán Pomar, además de cumplir fielmente su cometido geográfico y cartográfico, nos ofrece en su relato numerosas referencias de tipo ecológico-cultural que queremos recoger y analizar aquí en detalle. Porque el autor en su estudio ciertamente va bastante más allá de lo solicitado por la autoridad naval, y nos entrega datos inéditos sobre aspectos de la costa de especial significación para el poblamiento humano antiguo y reciente. De este modo, afloran aquí noticias que de otro modo habrían quedado ignoradas. Uno de estos aspectos, y muy importante, es el del detallado registro de la toponimia costera local. El contacto asiduo con pescadores y pirquineros de la costa -tal como el mismo lo consigna- le suministra una valiosa colección de nombres de lugares vernáculos que el despoblamiento ulterior ha ido paulatinamente borrando. Sobre este tema, versará nuestro próximo capítulo (en preparación).
La zona de estudio (entre la rada de Antofagasta y la desembocadura del río Loa) es, desde el punto de vista ecológico y etnográfico, de alto interés. Porque es una zona de la costa no solo extremadamente seca y totalmente arreica (es decir, ningún curso de aguas atraviesa este territorio para desembocar en el mar), sino muy poco conocida y de muy escasa y móvil población de pescadores. En este respecto, es de enorme interés el detallado recuento de las aguadas costeras y su forma de utilización por el hombre. Y, por fin, nos revela particularidades acerca de la fauna y de la escasa vegetación costera, elementos valiosos para favorecer la presencia humana en esta costa.
¿Quiénes son estos primitivos habitantes de la costa?.
¿Quiénes fueron, en opinión de Pomar, los primitivos habitantes de la zona?. En los párrafos que siguen, procuraremos rastrear y seleccionar en el relato de Pomar todos aquellos antecedentes que nos permitan acercarnos a una respuesta. Dejar en evidencia y especificar el tipo y características del ecosistema reinante, su flora y fauna costera y sus recursos de agua nos facilitará el entender mejor la forma de poblamiento y las expresiones culturales de los antiguos pescadores-recolectores marinos en esta costa desértica. Partiremos por el clima observable en la costa para terminar en sus referencias sobre sus primitivos habitantes.
Condiciones climáticas singulares de esta costa según Pomar.
"El fenómeno de las lluvias ha sido por mucho tiempo puesto en duda. Se creía que no llovía en el litoral de Antofagasta; mas no es así, pues eso ocurre dos o tres veces al año, pero con corta duración. Las lloviznas son más frecuentes y adquieren a veces tal intensidad que empapan la tierra de una manera bien marcada, dando vida a la escasa vegetación de la comarca. Las espesas nieblas arrastradas que se llaman camanchacas en la comarca, son propias de le altiplanicie de desierto; pero suelen alcanzar también la costa. En el interior son tan espesas que desgaritan a los más espertos vaqueanos i son causa de funestas desgracias en el desierto. La camanchaca, suele alcanzar, al descender a la costa hasta 3 y 5 millas afuera; pero es allí de corta duración i se estingue a medida que el sol asciende sobre el horizonte. La humedad de la costa es muy marcada, notándose que oxida los metales de una manera rápida y perniciosa cuando hai descuido. Los vientos reinantes son los del SSO al SSE que prevalecen la mayor parte del año. Son siempre bonancibles i sus jiros muy uniformes. Cuando se acercan al Este, lo que ocurre durante la noche, se llaman terrales i suelen ser de bastante intensidad; pero, durante el día cuando jiran hacia el Oeste, se llaman virazones". (Pomar, 1887:36; énfasis nuestro).
La presencia de aguadas costeras.
Parte importante de su misión era reportar la presencia y calidad de sus aguadas. En su relato de 63 páginas, detecta la existencia de numerosas aguadas (La Chimba, Morro Moreno, Panizos Blancos, Quebrada del Leoncito, Punta Chungungo, Quebrada de la Higuera, Caleta Alala, Punta Agua Dulce, Mamilla), cuya calidad y montos de agua señala con precisión. La aguada de Morro Moreno, una de las más importantes en esta costa árida, queda descrita del modo siguiente:
"La aguada se halla en la costa y dentro de una caverna del cerro, de seis a siete metros de boca por diez de profundidad. Es un tanto salobre y produce en 24 horas cosa de 3500 litros de agua, que se recoge por [medio de] un tubo de fierro; durante los meses de mayo y junio se seca casi del todo, según la versión de los pescadores i mineros que la esplotan. El lugar del agua es accesible por tierra; pero por mar solo lo es en ocasiones de mansedumbre, entre las rocas". (Pomar, 1887:41).
Poco antes, en el mismo relato de Pomar, se consignan bastantes más detalles, de gran interés sobre esta aguada; entre los aspectos de interés ecológico, se hace referencia explícita a la caza del guanaco en esta zona de la costa por parte de los pescadores.
"Esta aguada es solo accesible por mar i con buen tiempo y por un pequeño desembarcadero entre piedras. El agua destila dentro de una caverna de forma irregular cuya boca tiene de seis a siete metros de alto por 5 de ancho. Su cavidad se interna como 10 a 12 metros: la base se halla a la altura de las más altas mareas, pero asciende suavemente hacia el interior, para terminar en un oscuro y estrecho rincón. El agua filtra por todas partes y se reúne en un pequeño pozo artificial, donde existe un tubo de fierro que presta facilidad para colectarla. Según los datos comunicados por el teniente Valenzuela, que fue comisionado para el reconocimiento de la aguada de Moreno i ver si podía contarse con ella para las comisiones que venían por tierra, se sabe que después de varios esperimentos, la aguada puede producir unos 3500 litros en 24 horas, sin tomar en cuenta los derrames y filtraciones.
El lugar de la aguada se reconoce por unas pircas de piedra negra, visibles a larga distancia, que sirven de abrigo a los viajeros que recorren la costa i van en busca de agua. La gruta también se distingue desde el mar por aparecer su boca como una mancha oscura.
El agua de Moreno es un tanto salobre, pero es de mejor calidad la que destila del cielo de la gruta; ésta es visitada por los pescadores de la costa, que aprovechan también su tiempo en la caza de guanacos, que suelen bajar de las altas cumbres del Monte Moreno. Mas tarde fuimos participados por los cazadores con carne de ese rumiante. Por fin se aposentan en la gruta, gran número de aves de mar que buscan un abrigo durante la noche." (1887:14; énfasis nuestro)).
La variedad de pesca en estas costas.
"La pesca es abundante en la caleta Abtao, consistiendo en lisas, cabrillas, blanquillos, corvinas, corvinillas, sargos, lenguados, dorados, bonitos i otros, notándose la vieja, que anda a pares i no en cardúmenes como los demás. Hay también cangrejos, picos, erizos de mar y algunos caracoles".(Pomar, 1887: 14).
"Al presente la caleta Constitución se halla completamente desolada, no obstante la importancia de las minas de la comarca vecina al monte Moreno. Su vida es hoi, pues, transitoria, sirviendo solo de asiento a los pescadores de la costa, que hallan en ella abundante pesca, de peces y mariscos, pues en sus playas se encuentran con profusión erizos y choros, estos últimos tan buenos i grandes como los afamados que en otro tiempo existían en la isla Quiriquina". (Pomar, 1887: 20).
La presencia de vegetación.
" La caleta Chimba, solo tiene importancia para los pescadores i se halla del todo desolada. A 3 kilómetros al oriente i en una profunda quebrada se halla una escasa vertiente salobre. La quebrada ofrece alguna vejetación y hai abundante leña de copado [sic!], como ya se ha manifestado anteriormente". (Pomar, 1887:39).
Este autor se refiere aquí a la presencia del cactus columnar Eulynia iquiquensis, cuyo fruto llamado "copao" es bien conocido de los pescadores de la costa (Sobre la vegetación que aquí surge con motivo del fenómeno de "E Niño", vea Fig. 2 y bibliografía final)..
En nota al pie de la pagina 11 se extiende sobre este "copado" [copao] como sigue:
"El copado debe ser el Cereus peruvianus, quisco o cactus, mui abundante en algunas rejiones de la serranía de la costa de Antofagasta. Es de tallo derecho grueso, de color verde oscuro, ramoso i de flores de un purpúreo sucio i de 25 cm de largo. El copado se eleva recto hasta seis metros y más y su corazón ofrece madera excelente para la construcción de cabañas, confección de tablas, etc. Se utiliza también para hacer corrales para el ganado i es asimismo el combustible más abundante i un gran recurso para los viajeros. Los asnos i las mulas lo comen cuando tierno, mediante el tino que tienen para tender las espinas". (Pomar, 1887: 11).
Fig. 3. Ejemplar de unos 6 m de altura del cactus columnar Eulychnia iquiquensis, situado a los 800 m. de altitud en el cerro Tarapacá. A esta especie alude aquí Pomar al nombrarlo como "copado" [en realidad, "copao"]. Esta cactácea es endémica de la costa norte chilena desde el sur de la ciudad de Arica hasta aproximadamente la latitud de Chañaral. Hoy especie vulnerable. (Foto H. Larrain, agosto 1995).
Fig. 4. Quebrada de la Chimba. Floración tupida de Nolanáceas en los bordes de la quebrada. (Foto H. Larrain, 1997).
Fig. 5. Vista al interior de la quebrada. (Foto H. Larrain, 1997).
Fig. 6. Gran cantidad de ejemplares de Nolana elegans cubrieron por completo grandes sectores de la quebrada de La Chimba en esta masiva floración del año 1997.
Fig. 7. Sector del área de ingreso a la quebrada. Aspecto que ofrecía la floración en la primavera del año 1997.
Algunos antecedentes sobre la fauna terrestre observada.
Además de los guanacos, cuya presencia reseña en las alturas de Morro Moreno (pág. 14), nos indica -para sorpresa nuestra- la presencia del cóndor en la costa:
"Durante los reconocimientos anteriores se consiguió matar algunos lobos marinos de los muchos que existen en las rocas del puerto; los desollamos en tierra...Esta caza nos valió en la mañana siguiente una visita de numerosos buitres y jotes, de los que amaneció poblada la caleta, habiendo podido el doctor Delfín cazar una hembra de los primeros, cuya piel preparó para la colección de historia natural de que estaba encargado". (Pomar, 1887:23; énfasis nuestro).
Comentario nuestro: Pomar distingue aquí cuidadosamente entre jotes (Cathartes aura) y buitres o cóndores (Vultur gryphus). Muy rara vez se puede ver al cóndor en la actualidad en esta costa, pero hay referencias varias a su abundancia en tiempos anteriores, El cóndor rehuye la presencia humana. El jote, en cambio, es muy abundante, convive con el hombre y se alimenta de toda clase de desperdicios y despojos cárneos arrojados por el mar.
Observación de tortugas marinas camino a Iquique.
"Continuando el viaje el día 8, en completa calma, hallé el mar abundante en hermosos galápagos, de los cuales se cogieron algunos ejemplares...". (8 de Mayo de 1885; Pomar, 1887: 33).
Comentario nuestro: tal vez se trate aquí de un sector próximo a la caleta Chipana (Norte del río Loa) donde existía hasta hace poco tiempo un sitio de postura de esta especie de tortuga (Chelonia midas?), anualmente visitado por esta especie (información entregada al suscrito por el biólogo marino Walter Sielfeld, de la Universidad Arturo Prat de Iquique al suscrito, Julio 2008).
Referencia a la presencia de chinchillas.
"Hay en este asiento (mina próxima a la caleta de Chacaya), [una] aguada de regular calidad, combustible i escasos recursos para el viajero terrestre. Entre los cerros i la costa, abundan las chinchillas". (Pomar, 1887: 48).
Comentario nuestro: al referirse a la presencia de "combustible", sin duda quiere indicar la presencia de algunas especies de arbustos o hierbas (como Ephedra andina o Atriplex atacamensis) y cactáceas (como Eulychnia iquiquensis) que pudieran ser especialmente aptas para encender fuego. Nos sorprende en particular la referencia del autor a la presencia de chinchilla (Chinchilla lanigera, Mol.), mamífero de largo tiempo ya extinguido en dicha costa.
Rastros visibles de antiguos habitantes.
En varios pasajes de su estudio, Luis Pomar hace alusión a los restos visibles de antiguos pobladores de la costa. He aquí su testimonio:
"Las huacas o sepulturas de los antiguos aboríjenes de estas comarca, que existan en la isla Santa María, señaladas por pequeños círculos de piedras, se han estinguido en el día por completo, no habiéndonos sido posible encontrar ninguna, en varias escavaciones que se hicieron al efecto...". (Pomar, 1887, 20-21).
Comentario nuestro:
De acuerdo a nuestra propia experiencia personal tanto en caleta Abtao (hoy balneario Juan López) como en Bahía Errázuriz, en mis visitas efectuadas en los años 1963 y 1964, las mentadas "sepulturas" señaladas con un círculo de piedras en círculo, no serían otra cosa que las sencillas bases de sus habitaciones (que eran recubiertas por cueros de lobos marinos), y ciertamente no eran sus sepulturas. (Vea Fig. 1 de este capítulo). Nosotros lo pudimos comprobar en la ocasión por la presencia muy frecuente de utensilios de molienda (piedras planas con rastros de substancias colorantes en rojo y amarillo), útiles de pesca (anzuelos) y trozos de cerámica (Ver nuestro capítulo alusivo: "Cerro Moreno: expedición arqueológica efectuada en diciembre del año 1964" en este mismo blog, con fecha 12 de septiembre 2008). Por lo que se ve, estos "arqueólogos aficionados" de la época, buscadores de tesoros, hicieron sin pretenderlo, grave daño a la ciencia arqueológica, al excavar y destruir estas pretendidas "sepulturas". Otros, en cambio, como el médico alemán Otto Aichel que recorre esta misma zona a fines de la década de 1920, reúne numerosos cráneos y objetos rescatados por él de sepulturas de pescadores, elementos que por fortuna depositará en el Museo de Kiel, en Alemania, donde hoy pueden ser estudiados. No hemos sabido de ningún arqueólogo que haya estudiado concienzudamente esos materiales culturales, pero consta que allí se encuentran hoy -seguramente muy bien cuidados- a la espera de su análisis.
Antiguos atracaderos para pescadores.
"...la costa que media entre el río Loa a Punta Arenas, que abraza una estensión como de trece millas, es un tanto abrigada, pudiendo reconocerla un buque a tres o cuatro cables de distancia. En este trayecto se encuentran pequeños atracaderos más o menos continjentes para botes, que los pescadores llaman ucos" (Pomar, 1887: 22; énfasis nuestro).
El propio Pomar, en nota al pie de página, nos da una explicación lingüística acerca de estos atracaderos:
"Uco es un pequeño atracadero donde puede bordar un bote con más o menos dificultad para comunicar con tierra i guarecerse. Viene del vocablo quichua ucco, que significa hondo, o de huco, húmedo, dentro. Es bastante usado en el litoral de Antofagasta i Tarapacá". (Pomar, 1887:22, nota 1).
Comentario nuestro:
1. Sin duda alguna, estos "ucos" fueron antaño muy utilizados por las balsas de cueros de lobos marinos de los pescadores changos. Resulta interesante rastrear, desde un punto de vista lingüístico, el origen y significado de este término. ¿Es de origen quechua o será, tal vez, una voz del idioma de los changos?.
2. Releo hoy este antiguo trabajo mío en julio del 2023. Ahora sabemos con plena certeza que esta voz "uco", es de procedencia quechua. Cerrón Palomino en su estudio del año 2014 del Anónimo de 1586, nos dice: "vcu |ukhu|. Dentro, hondo". (Cerrón Palomino, ed., 2014: 173). En el sentido de "lugar hondo, profundo", de donde era posible embarcarse fácilmente en una balsa de cueros de lobos marinos a pescar y cazar.
Mención explícita de los changos.
"Punta i Caleta Blanca....[situada en las coordenadas 22º 08` S, según Luis Riso Patrón]. Al N.E, se abre una pequeña concha llamada caleta Blanca, es de poca importancia; i solo la frecuentan de tarde en tarde algunos buques metaleros...Al presente solo existen en caleta Blanca algunos pescadores pertenecientes a esa raza de aborígenes llamados changos". (Pomar, 1887: 56, énfasis nuestro).
"Las crónicas no hacen mención de quiénes fueron los fundadores de Tocopilla; pero se sabe que su asiento estaba ocupado desde tiempo inmemorial por indios changos bolivianos; mas solo alcanzó alguna importancia en los comienzos de este siglo con la introducción de algunos mineros chilenos que hicieron conocer el valor de los veneros cobrizos. Más tarde, algunos mineros ingleses se radicaron allí i dieron forma industrial a la labor minera." (Pomar, 1887:59; énfasis nuestro).
"El tramo de costa que media entre Duendes i punta Paquica es más o menos recto, escarpado i un tanto sucio. Por su medianía, se abre la quebrada de Mamilla, alta, poco pronunciada i en la cual se encuentra una buena aguada a más de 100 metros de elevacion i alguna vegetacion arborescente, resaltando los algarrobos, pimientos i algunas plantas trepadoras que se perciben dese el mar. Mamilla es, pues, un pequeño oasis en esta parte del litoral. En la bocana de esta quebrada hai un mediocre desembarcadero que sirvió en tiempos pasados cuando no tenían otra aguada que la suya de donde proveerse los mineros primitivos changos de Tocopilla". (Pomar, 1887:60; énfasis nuestro).
Comentario nuestro: estas tres citas son las únicas en que se nombra explícitamente a los changos en el relato de Pomar. De ellas podemos deducir que, en su época, algunos de estos changos se dedicaban todavía a las labores de pesca, mientras otros, ya más aculturados (?), se habían contratado como mineros en los ricos veneros de cobre de la zona. Fuera del oasis de niebla de Cerro Moreno y su aguada, la zona de Mamilla, aquí referida, es tal vez la más interesante desde el punto de vista arqueológico en este extenso segmento de la costa desértica, por la variada vegetación allí existente hasta el día de hoy, provocada por efecto de las camanchacas costeras. Estimo que se deberían realizar excavaciones arqueológicas en este lugar, tan promisorio desde el ángulo ecológico y florístico. Solían los arqueólogos atribuir a los españoles la explotación de las minas en la costa del desierto. Pero recientes hallazgos en los sitios San Ramón y Los Bronces, al sur de Taltal y en otros lugares, nos permiten hoy comprobar que la minería prehispánica del cobre era ya una realidad mucho antes de la conquista Inca y española. (Cf. Salazar et al, 2010, en bibliografía adjunta).
Bibliografía sucinta.
Aichel, Otto: 1932. "Ergebnisse einer Forschungsreise nach Chile-Bolivien", Zeitschrift für Morphologie und Anthropologie, Band 31: 1-166.
Caminantes del Desierto, 2016. "Plan de manejo de La Chimba". (Internet, con numerosas fotografías de la flora local).
Larrain, Horacio: 1986. "Destrucción del medio natural en la quebrada de La Chimba, Antofagasta", Gaceta de los Investigadores del Medio Ambiente", Antofagasta, Nº 23, 4 p.
Larrain, Horacio, 2008, "Cerro Moreno: nuestra expedición arqueológica en diciembre 1964", en blog personal https://eco-antropologia.blogspot.com, de fecha 12de septiembre, 2008.
Larrain, Horacio, 2015, "Insólita floración en la quebrada de La Chimba, Antofagasta", Capítulo en el Blog personal (en Internet): https:eco-antropologia.blogspot.com, 11 de septiembre 2015. Con fotografías gentilmente aportadas por el grupo ecológico "Caminantes del Desierto", de la ciudad de Antofagasta.
Larrain, Horacio, 2017. "Investigaciones arqueológicas en la costa de Antofagasta: sector La Chimba. Expedición Francesa del año 1902". Capítulo en blog personal https:eco-antropologia.blogspot.com de fecha 3 de Marzo 2017.
Pomar, Luis, 1887, "Esploracion hidrográfica entre la Rada de Antofagasta i la desembocadura del río Loa", Anuario Hidrográfico de la Marina de Chile, Año XII, 3-63.
Salazar, Diego, Castro Victoria et al., 2010, "Minería y metalurgia en la costa arreica del Norte de Chile", Revista del Museo de Arte Precolombino, Santiago de Chile, vol. 15, 9-23.
Salgado, Mabel, 1966, "Estudio preliminar de la florula de la quebrada de La Chimba (Antofagasta)", Memoria para optar al título de Bióloga en la Universidad de Chile, Sede Antofagasta. (Boletín de la Universidad de Chile, sede Antofagasta).
Mención explícita de los changos.
"Punta i Caleta Blanca....[situada en las coordenadas 22º 08` S, según Luis Riso Patrón]. Al N.E, se abre una pequeña concha llamada caleta Blanca, es de poca importancia; i solo la frecuentan de tarde en tarde algunos buques metaleros...Al presente solo existen en caleta Blanca algunos pescadores pertenecientes a esa raza de aborígenes llamados changos". (Pomar, 1887: 56, énfasis nuestro).
"Las crónicas no hacen mención de quiénes fueron los fundadores de Tocopilla; pero se sabe que su asiento estaba ocupado desde tiempo inmemorial por indios changos bolivianos; mas solo alcanzó alguna importancia en los comienzos de este siglo con la introducción de algunos mineros chilenos que hicieron conocer el valor de los veneros cobrizos. Más tarde, algunos mineros ingleses se radicaron allí i dieron forma industrial a la labor minera." (Pomar, 1887:59; énfasis nuestro).
"El tramo de costa que media entre Duendes i punta Paquica es más o menos recto, escarpado i un tanto sucio. Por su medianía, se abre la quebrada de Mamilla, alta, poco pronunciada i en la cual se encuentra una buena aguada a más de 100 metros de elevacion i alguna vegetacion arborescente, resaltando los algarrobos, pimientos i algunas plantas trepadoras que se perciben dese el mar. Mamilla es, pues, un pequeño oasis en esta parte del litoral. En la bocana de esta quebrada hai un mediocre desembarcadero que sirvió en tiempos pasados cuando no tenían otra aguada que la suya de donde proveerse los mineros primitivos changos de Tocopilla". (Pomar, 1887:60; énfasis nuestro).
Comentario nuestro: estas tres citas son las únicas en que se nombra explícitamente a los changos en el relato de Pomar. De ellas podemos deducir que, en su época, algunos de estos changos se dedicaban todavía a las labores de pesca, mientras otros, ya más aculturados (?), se habían contratado como mineros en los ricos veneros de cobre de la zona. Fuera del oasis de niebla de Cerro Moreno y su aguada, la zona de Mamilla, aquí referida, es tal vez la más interesante desde el punto de vista arqueológico en este extenso segmento de la costa desértica, por la variada vegetación allí existente hasta el día de hoy, provocada por efecto de las camanchacas costeras. Estimo que se deberían realizar excavaciones arqueológicas en este lugar, tan promisorio desde el ángulo ecológico y florístico. Solían los arqueólogos atribuir a los españoles la explotación de las minas en la costa del desierto. Pero recientes hallazgos en los sitios San Ramón y Los Bronces, al sur de Taltal y en otros lugares, nos permiten hoy comprobar que la minería prehispánica del cobre era ya una realidad mucho antes de la conquista Inca y española. (Cf. Salazar et al, 2010, en bibliografía adjunta).
Bibliografía sucinta.
Aichel, Otto: 1932. "Ergebnisse einer Forschungsreise nach Chile-Bolivien", Zeitschrift für Morphologie und Anthropologie, Band 31: 1-166.
Caminantes del Desierto, 2016. "Plan de manejo de La Chimba". (Internet, con numerosas fotografías de la flora local).
Larrain, Horacio: 1986. "Destrucción del medio natural en la quebrada de La Chimba, Antofagasta", Gaceta de los Investigadores del Medio Ambiente", Antofagasta, Nº 23, 4 p.
Larrain, Horacio, 2008, "Cerro Moreno: nuestra expedición arqueológica en diciembre 1964", en blog personal https://eco-antropologia.blogspot.com, de fecha 12de septiembre, 2008.
Larrain, Horacio, 2015, "Insólita floración en la quebrada de La Chimba, Antofagasta", Capítulo en el Blog personal (en Internet): https:eco-antropologia.blogspot.com, 11 de septiembre 2015. Con fotografías gentilmente aportadas por el grupo ecológico "Caminantes del Desierto", de la ciudad de Antofagasta.
Larrain, Horacio, 2017. "Investigaciones arqueológicas en la costa de Antofagasta: sector La Chimba. Expedición Francesa del año 1902". Capítulo en blog personal https:eco-antropologia.blogspot.com de fecha 3 de Marzo 2017.
Pomar, Luis, 1887, "Esploracion hidrográfica entre la Rada de Antofagasta i la desembocadura del río Loa", Anuario Hidrográfico de la Marina de Chile, Año XII, 3-63.
Salazar, Diego, Castro Victoria et al., 2010, "Minería y metalurgia en la costa arreica del Norte de Chile", Revista del Museo de Arte Precolombino, Santiago de Chile, vol. 15, 9-23.
Salgado, Mabel, 1966, "Estudio preliminar de la florula de la quebrada de La Chimba (Antofagasta)", Memoria para optar al título de Bióloga en la Universidad de Chile, Sede Antofagasta. (Boletín de la Universidad de Chile, sede Antofagasta).